
Madrid 10 09 18 Margarita Robles ministra de Defensa durante su comparecencia en el Senado FOTO JOSE LUIS ROCA
Rectificar es de sabios. Si ayer criticábamos la medida tomada por el ministerio de Defensa que dejaba a las Fuerzas Armadas fuera del Salón de la Enseñanza de Barcelona hoy aplaudimos la rectificación hecha por la ministra y si en algo hemos colaborado con nuestra denuncia para que ese cambio se produzca nos alegramos y celebramos con todos ustedes.
«El ejército español sí que va a estar en la feria de Barcelona como está en todos los lugares del mundo, defendiendo la paz, la seguridad y la libertad». Bien señora ministra. Gracias señora ministra de Defensa.
Dicho esto, con sinceridad y agradecimiento, lo que no podemos pasar por alto es señalar una preocupación constante: los continuos cambios de criterio y parecer de este Gobierno que vive en la permanente rectificación. Preocupante. Una cosa es que un sabio rectifique y otra que las rectificaciones sean fruto de la inconsciencia y la irresponsabilidad. No digo que en este caso lo sea, pero conviene hacer alguna puntualización que con ustedes quiero compartir. De esa manera podrán opinar sobre este tema que tiene mayor trascendencia de lo que a simple vista parece. Lo hago simplemente para dejar clara la situación y no pensar que esta rectificación se produce porque sí. Como pretendo demostrar el cambio de decisión viene motivado por el escándalo y la repercusión mediática que ha tenido la noticia de la retirada de las Fuerzas Armadas del Salón de la Enseñanza de Barcelona.
La decisión de no asistir al Salón de Barcelona no se ha tomado ahora. Se tomó, como ayer exponía en mi artículo, el pasado mes de julio. La tomó la Directora de Reclutamiento y Enseñanza, señora Valcarce, y lo que no puedo asegurar es si la ministra de Defensa conoció entonces tal decisión o la ha conocido ahora al hacerse pública. No sé que es peor. La señora Valcarce adoptó esa medida después de recibir informes muy detallados en los que se le explicaba el grave error que suponía no asistir a ese evento. Evidentemente era una rendición manifiesta ante el independentismo y ante la alcaldesa de Barcelona que había mostrado con reiteración y feas maneras su disgusto por ver allí a los soldados. Ya este año se cedió vergonzosamente al ordenar el ministerio de Defensa que nadie acudiese al estand de las Fuerzas Armadas de uniforme por lo que lo atendieron funcionarios. Sin comentarios. Pero además en el informe presentado se exponía los beneficios para las Fuerzas Armadas dado el numeroso público que acudía al estand militar y el interés que despertaba en la sociedad catalana las posibilidades que a la juventud le ofrecía la vida militar. La Directora de Reclutamiento y Enseñanza se cerró en banda, sus razones tendría (?). En aquel momento nada se dijo de tal decisión, pero conviene recordar que hacía un mes de la moción de censura. Ahora se da a conocer la decisión, no sabemos por qué ahora, y se produce un revuelo mediático importante por lo que al día siguiente la propia ministra de Defensa desautoriza a su Directora de Reclutamiento y Enseñanza y anuncia que las Fuerzas Armadas sí asistirán al Salón de Barcelona. Todo muy raro, todo muy extraño, todo un despropósito. Nos alegramos del cambio de decisión, pero la preocupación se mantiene y aumenta.
No estaría de más que nos diese una explicación, la ministra o, mucho mejor, la señora Valcarce.
Eso es todo. Saquen ustedes sus propias conclusiones y lean con detalle lo que ayer les contaba. Con eso y esto tendrán la película completa (casi completa; siempre queda algo por contar).
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
20 noviembre 2018