CUBA LIBRE General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Monumento al Che en Oleiros La Coruña

Cuba salta a la escena internacional ¿Estuvo fuera alguna vez? Los dictadores tienen seguidores que erigen monumentos a los criminales. Luego pedimos libertad y cosas así desde la comodidad y el plato caliente. Son esos que los votan por lo cómodo y disciplinado que es estar bajo un dictador que te guarda los ahorros. Nos gusta ser borregos y que haya un pastor con firme cayado.  Lo de la libertad es un peso que conviene aligerar y que sea otro el que la asuma por mi. Con seguirle sus pasos me llega.

En España hay ejemplos muy cubanos, muy de dictador, pero las urnas mandan y están tan contentos. Su dinero seguro y la disciplina no falta. Cada vez que paso por el monumento al Che Guevara me da repugnancia. Procuro evitarlo, pero la morbosa mirada me lleva de nuevo a ver si hay alguien que proteste. Nadie ¡Viva Cuba libre! ¡No! ¡Viva la dictadura! dice o expresa el adefesio que han levantado hace tiempo en Oleiros (La Coruña): el monumento al horror y al crimen. Tan contentos. Alguno pensó que el Che era un cantante de la tierra.

Hablar de disidentes en Cuba es pleonasmo, pero además está prohibido por el régimen; como debe ser. ¿Para qué hablar con mentira? Cuba es un paraíso de la naturaleza y por tanto de la libertad. No hay más que salir a sus calles y el alimento llega solo, cae del Cielo. Lo malo es que cuando entra el hambre o la enfermedad lo mismo da que llueva o nieve. Y el hambre, la enfermedad; de libertad; no se sacia ni se cura nunca.

¿Qué querrán en Cuba? No es retórica la pregunta. Algo más que todo: libertad. Ansiedad es su alimento.

Saludé a Fidel Castro en una Cumbre Iberoamericana. Hacía lo imposible para hacerse el encontradizo con el Rey Don Juan Carlos. Hasta en el ascensor. ¿Admirador o interesado?

Fidel era como Fraga de uniforme. Uno tenía el Estado en las barbas y el otro en la cabeza. A ninguno podías tocarles semejantes partes. Eran cabezones. Siempre es mejor la autoridad con cabeza que con barbas. Sobre todo en libertad. Fraga propuso a Fidel ser alcalde de Láncara, en Lugo, Comarca de Sarria, donde se dan los mejores chorizos que conozco; son los orígenes de Fidel Castro. Allí había sitio para el retiro del dictador gallego cuya tumba, ahora, nadie osa tocar.

En la Galicia de Fraga y de Fidel hay un recuerdo para la dictadura cubana. Nadie se atreve a tocarlo. No hay ley de memoria histórica, sino otra cosa que se supone. Es en Oleiros (La Coruña). Dicen que el dinero es de derechas. Creo que es un error. El dinero es de quien lo trabaja, como la tierra. No sé si en Cuba pasa lo mismo. Oleiros es el municipio de España con más ricos por metro cuadrado. Por eso su alcalde dedicó la mayor rotonda del lugar a erigir un monumento al Che Guevara, en el camino al Pazo de Meirás. Pazo y Che pal pueblo. Total, si sobra el dinero para qué vamos a enterrarlo en tonterías.

El problema es que el Che Guevara no es ninguna tontería. Un guerrillero comunista internacional siempre merece un reconocimiento. Matar por excusas políticas tiene rédito.

Una vez que han sacado a Franco del Valle de los Caídos quieren los cheguevaristas que todos rindamos tributo a la mayor democracia de habla hispana: la que los Castro y los Guevara han dado a Cuba.

¡Aquella conversación!:

<<¿Habrá perdido usted todo en el naufragio?>>

<<Así es, todo menos el honor>>, contestó el Almirante Cervera.

El conflicto era con Estados Unidos. En Cuba, por Cuba.

El honor. ¿O no? Eso era en tiempos de Cervera, el Almirante.

En los mares naufragó el honor. Ya tiene precio y alguien es capaz de invertir el honor por dinero en la estatua de un criminal.

Antes de quejarse de la falta de libertad en Cuba dense un paso por Oleiros (La Coruña), en la rotonda del Che, sin ley de memoria, con flores, bajo el epitafio:

<<Aquí, en la selva cubana, vivo y sediento de sangre>>.

Claro que nadie lee: nadie sabe. Porque por culpa del fanatismo político hemos perdido nuestro mejor tesoro: Cuba es algo nuestro, español; y España es algo de ellos, de su ser y cultura.

¿De qué libertad me hablan? ¿De la del acero? De acero es el monumento. Como la cara.

¡Raza de víboras! Lo habéis perdido todo, pero ¿a vosotros os importa el honor?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

17 noviembre 2021

MADRID: LA ALCALDÍA DE ESPAÑA. Rafael Dávila Álvarez

 

Guste o disguste la Comunidad de Madrid viene a ser la alcaldía de España. Es por lo que el presidente del Gobierno ha irrumpido en la campaña electoral como si en ello le fuese la presidencia. Seguramente hace bien porque le va. Ser o no ser, aunque nada sea, ostenta el cargo y eso engancha.

Claro que para que esa Comunidad o alcaldía sea roja, roja, además del color y las estrellitas, sería necesaria una solvencia intelectual para cuidar de todos y de todo, incluso de la vacunación. Cuando no la hay el caso llega hasta al fútbol y cada cual hace lo que le viene en gana, que puede que te vacunen, o no, o que el Real Madrid y el Barcelona jueguen una liga entre ellos y den entrada al Atlético de Madrid y formen la unidad del fútbol mundial sin autonomías ni independencia que todo sea por dinero. Vacunas les sobran, así que son los amos.

Entonces quedamos que la solvencia no está en el palacio de la Carrera de San Jerónimo sino entre Florentino, Laporta y Cerezo. Acabáramos.

De solvencias hemos hablado y queda por hablar. La de la alcaldía de España debería evitar casos como estos que les planteo.

1.- SOLVENCIA INTELECTUAL

Contaba el Almirante Manuel Manso Quijano que siendo Jefe del Cuarto Militar de la Casa de SM. el Rey coincidía, en las cenas que el Rey ofrece a los Jefes de Estado extranjeros en su visita oficial a España, con el entonces Alcalde de Madrid, el profesor Enrique Tierno Galván. El protocolo les hacía sentarse juntos en la mesa y siempre, antes de ocupar asiento, el Alcalde se dirigía al Almirante con idéntica pregunta:

– Almirante, usted que tiene buena vista, ¿podría leer los cartelitos y decirme cual es mi lugar en la mesa?

El Almirante con esmerada educación le señalaba el lugar.

– Alcalde este es su sitio; como en otras ocasiones estamos sentados uno al lado del otro.

Una vez sentados, contaba el Almirante, el alcalde repetía cena tras cena el mismo comentario que ninguna gracia hacía al insigne marino.

– Almirante, es que de tanto leer he perdido mucha vista y me cuesta ver estos dichosos cartelitos que ponen con nuestro nombre en la mesa. Usted que ha tenido siempre su mirada puesta en el mar conserva mejor vista que yo.

De la misma edad, eran dos personas cultas, educadas y con gran formación intelectual. Pero claro, no todas las noches son iguales y no todos los días se recibe la ironía con el mismo fino sentido del humor. Sin perder ni lo uno ni lo otro, una de aquellas noches el Almirante tiró de bastón de mando y horas de navegación. Después de señalar al prócer de Madrid su lugar en la mesa no pudo mantenerse en silencio por más tiempo.

– Alcalde, mire usted, yo he navegado mucho, por muchos y distintos mares, unos en calma y otros procelosos, pero le aseguro que he navegado muchas más horas por libros y bibliotecas y si conservo buena vista es gracias a estas gafas bien graduadas y no por no haber leído y estudiado.

Nunca más volvió el alcalde a hacer gala de su nivel de lectura ni de su escasa visión y siempre quedó entre ambos gran respeto y una buena amistad.

Solvencia intelectual.

2.- ALGO MÁS QUE SOLVENCIA INTELECTUAL

Con frecuencia Franco pescaba salmones en un pueblecito del interior de Lugo. Recibido por el alcalde como única autoridad, este le acompañaba hasta la orilla del río donde esperaba el guarda fluvial. En este corto recorrido en una ocasión Franco preguntó al alcalde por las cosas del pueblo y sus necesidades.

– Alcalde ¿hay algo especialmente necesario para su pueblo?

– Pues verá Excelencia, lo que más falta nos hace es una prostituta nueva porque la que tenemos está ya muy mayor. Hasta los niños se ríen de ella.

La conversación escuchada por los escasos acompañantes produjo espanto y temor, pero Franco ni se inmutó. El listillo de turno se acercó sigilosamente al Caudillo para decirle el error que cometía el alcalde debido a su escasa «instrucción».

– Perdónele Excelencia pero el alcalde se refiere a la necesidad de una sustituta de la maestra que debería haberse jubilado ya y ahí sigue, faltando muchos días a clase por sus continuos achaques.

Cuando al año siguiente Franco volvió al lugar, se dirigió al alcalde con una amplia sonrisa.

– ¡¿Qué Alcalde!, ¿recibió pronto a la nueva prostituta?!

– Perdón Excelencia, recibimos pronto a la nueva maestra. He de confesarle que sabía muy bien lo que le decía. Lo de la prostituta en lugar de la sustituta era para que Su Excelencia no se olvidase de la petición. Le pido disculpas y haga conmigo lo que quiera.

– ¿Quiere usted ser Gobernador Civil de Lugo?

Fue la respuesta del Caudillo.

Solvencia intelectual sin necesidad de universidad.

3.- INSOLVENCIA. ALCALDADA CONSENTIDA

Aunque dediqué un amplio artículo al tema no puedo ni quiero, al hablar de alcaldes y alcaldadas, dejar de recordar al que fue alcalde de Barcelona, Javier Trias, que se negó a que su ciudad acogiese la ceremonia de entrega de la Bandera de Combate al buque insignia de la Armada española como tradicionalmente siempre se ha hecho. La madrina: SM. la Reina Doña Sofía. El buque: el Juan Carlos I”.

Insolvencia sin más y no sé como definir al que tal chulería (dicho o hecho jactancioso) permitió. ¿Quién es el alcalde para prohibir un acto de singulares características en el puerto de Barcelona?

Alcaldada consentida acompañada de dejación de funciones.

4.- EL ALCALDE QUE ADMIRA AL CHE GUEVARA

Oleiros es un municipio de La Coruña donde reside gente adinerada, dicen que el que tiene más ricos por metro cuadrado en España. Precioso lugar donde los vecinos (nadie es de allí pero todo Coruña vive allí) hablan muy bien de su alcalde al que llevan votando varias legislaturas sin fijarse mucho en la ideología que vende. Hablando con los que allí viven descubrí las razones del éxito. Servicios impecables, colegios, limpieza, atención sanitaria, playas… y ¡por fin!, lo mejor y quizá la secreta razón de su éxito: una gran rotonda (el alcalde que no hace rotondas coronadas por un bodrio no es nadie) con una gigantesca imagen del Che Guevara inaugurada, no sin polémica, por su hijo. Los vecinos de Oleiros que, repito, en su mayoría no son oleirenses, presumen de alcalde y de rotonda, aunque dudo que alguno de ellos entienda porqué hay una avenida y rotonda con monumento incluido dedicados al Ché Guevara. Yo tampoco ¿Sería el Ché pescador de salmones en Oleiros? La cercanía al Pazo de Meirás hace que todo sea posible, incluso me atrevo a adivinar que este magnífico y singular alcalde en otros tiempos hubiese sido gobernador civil de Lugo.

¿Qué razones históricas habrá para enlazar la historia de Oleiros con el Ché?

¡Ay, si yo fuera rico!… haría escaleras que no llevasen a ningún lado. Presumir de originalidad.

En este caso puede ser que el insolvente intelectual sea yo al no entender las razones de un alcalde tan querido por sus votantes de derechas.

En fin, que ustedes lo voten bien y no olviden aquello: «Vístanme -dijo Sancho- como quisieren, que de cualquier manera que vaya vestido seré Sancho Panza».

Rafael Dávila Álvarez

21 abril 2021

Blog: generaldavila.com