EL GENERAL DE EJÉRCITO AMADOR ENSEÑAT Y BEREA NUEVO JEFE DEL EJÉRCITO Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Nuevo JEME General de Ejército Amador Enseñat y Berea

La ministra de Defensa acaba de dar un paso más hacia adelante con el nombramiento del nuevo Jefe del Ejército de Tierra: General de Ejército Amador Enseñat y Berea.

Escribía hace unos días un artículo La Cúpula Militar que anticipaba el cambio del que hoy doy cuenta desde la satisfacción y gran esperanza. El nuevo JEME es un excelente nombramiento. Nadie puede presumir de objetividad, pero como soy conocido por los lectores y saben que con nadie me caso, permítanme que diga que el general Enseñat responde a los criterios que en mi anterior artículo exponía desde la filosofía y sin querer desmerecer a nadie.

La ministra se ha decantado por «No escogería al hombre que está dispuesto a enfrentarse a un tigre o a precipitarse en un río sin preocuparse de salvar la vida o morir. Elegiría, sin duda, a un hombre que considerase el obstáculo con la prudencia requerida y que prefiriese triunfar por la estrategia».

Muchos son los problemas que afectan al Ejército. No solo de material, que también, sino más bien de alma, corazón y vida. Viejos problemas heredados de una antigua mala intención que parece ya superada.

El Ejército de Tierra

El Ejército de Tierra tiene ante sí un reto grande. Los que siguen este blog conocen mi opinión y la de otros compañeros, sin que eso signifique que estamos en lo correcto. Es una opinión, aunque lo que no es opinable, y en eso tenemos razón, moral y legal, es en la ineludible misión de la defensa de la unidad e integridad territorial de España y de la Constitución. Eso no es opinable y está en el artículo 8 de la Constitución.

No es este el momento de dar consejos a quien conoce muy hondo su Ejército y el conjunto de las Fuerzas Armadas y que con sabiduría y serenidad se enfrentará a todo de manera acertada. De ello estamos seguros y cuenta con nuestro leal y sincero apoyo.

Escuché con mucha atención las palabras del general Enseñat en su toma de mando.

«El Ejército de Tierra de hoy ha de mirar al futuro, preservando y poniendo de manifiesto nuestros valores tradicionales que, sin ser exclusivo patrimonio militar, son imprescindibles en nuestra profesión».

Otra clave, el siempre necesario asunto, prioritario en un ejército: el personal, al que hay que cuidar y preservar como el más alto valor y base firme de la institución.

Pero el general Enseñat introdujo un novedoso matiz en sus palabras al que doy enorme valor y espero que otros sean capaces de intuirlo: las sinergias. Una asignatura pendiente en muchos aspectos de la vida en España. Lo es sin duda en el conjunto de las distintas fuerzas, ¿Qué fuerzas? Las Fuerzas Armadas. Es una de las claves del futuro. Un acierto señalarlo.

Los efectos individuales no son nada sin la acción conjunta y esa acción es solo una: España. El concurso activo y concertado de Tierra, Armada y Aire solo tiene esa función. En eso estamos de acuerdo y no hay fisura alguna.

El nuevo Jefe del Ejército, a mi entender, se refería al necesario concurso activo y concertado de los ejércitos y Armada en todos los campos y que muchas veces egoísmos corporativistas interrumpen el camino o lo hacen más cuesta arriba. No siempre se camina de manera conjunta. Gran novedad en esas palabras y clave esencial hacia el futuro.

Bienvenido mi general y desde aquí nos ponemos a tus órdenes.

Debo decirles que la emoción pudo conmigo esa tarde del pasado viernes cuando el otoño madrileño nos brindaba su habitual juego de luces en esos atardeceres que asombran y emiten el silencio de su misterioso atractivo. Los tambores y cornetas despertaban la curiosidad de la diosa Cibeles, inmóvil, viéndolo todo sin mirar nada, mientras mucha gente escrudiñaba entre los frondosos árboles del Cuartel General del Ejército en un vano intento de ver las tropas formadas. ¿De dónde viene el ruido de esos tambores?

Palacio Buenavista

El patio de Armas del Palacio de Buenavista, Cuartel General del Ejército de Tierra, es un escenario que sobrecoge. Un recinto reducido y grandioso a la vez, donde las paredes parecen juntarse para abrazar a la formación militar y alistar en ella al que emocionado presencia el acto. La sonoridad te envuelve y aprieta hasta formar un conjunto que explota cuando suena el Himno Nacional. Ya está todo hecho y dicho. El que no haya oído cómo suena España en ese recinto aún no conoce lo que es temblarle el corazón.

Madrid es militar cuando le dejan serlo. Madrid es de todos, de todo el que viene a visitarla, y es de sus soldados; le gusta la tropa por sus calles, no solo el día 12 de octubre, no solo por la Balmis, no solo apagando incendios o en las inundaciones.

Es una sugerencia que le hago al nuevo Jefe de Estado Mayor. Que vuelvan los soldados a las calles, a desfilar en sus fiestas mayores, la música a los templetes de los parques, y a las procesiones. Que España toque a sus soldados no en tragedias o lejanos lugares. Siempre.

España es tropa, es cuarteles, es música militar, es el Himno Nacional y su Bandera y hay que sacarlos, con sus soldados, pasearlos y que cada día sean más, no solo reconocidos, sino amados.

Mi general todo el Ejército de Tierra queda a tus órdenes, en tus manos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

11 octubre 2021

COMUNIDADES EN ALERTA. MIEDO EN LA MONCLOA Rafael Dávila Álvarez

Me llegan noticias del augur, que es la nevada, (año de nieves…) de los problemas que el Gobierno está teniendo con sus aliados y que puede llevarle a situación extrema. Por si acaso han cerrado las puertas de la Moncloa y se han blindado tras el parapeto de las promesas del inquilino; que se hacen insuficientes.

Preparan la estrategia que básicamente se centra en un ataque a Madrid. Una batalla, desde fuera, para reconquistarla y repartírsela.

En España hemos dejado de ser españoles para ser andaluces, aragoneses, asturianos, baleáricos, canarios, cántabros, castellanomanchegos, castellanoleoneses, catalanes, extremeños, gallegos, riojanos, madrileños, murcianos, navarros, vascos o valencianos, ceutíes o melillenses. Menos españoles, de todo. Hemos perdido nuestra identidad. Cuando vienen mal dadas, como ahora, la descarnada realidad se convierte en terror. Miles, incluso millones de personas deberían estar ya vacunadas contra el virus, pero algo ha fallado. Era de esperar. ¿La razón?: Aquí mandan todos, lo que equivale a decir que no manda nadie. El mando único es necesario; diecinueve mandos es un caos. Eso es España: confusión, desorden. El de Andalucía, el de Aragón, el de Asturias… mientras el de Moncloa se encierra en su inutilidad y pregunta por las encuestas y su imagen.

El concepto militar de Logística dice que «es el conjunto de previsiones, cálculos y actividades de los Servicios para proporcionar a las Fuerzas Armadas los medios de combate y de vida necesarios para el cumplimiento de su misión, en los lugares adecuados y en los momentos oportunos» Ni previsión, ni cálculo; ni cumplimiento ni lugar ni momento. Esto se parece a Moncloa.

Una máxima de la logística es que en época de escasez hay que centralizar los medios disponibles. En manos de quien debe saber, organizar y repartir con la diligencia y capacidad que exige el mando, es decir la responsabilidad. Está claro: no saben.

Cuando se está entre aficionados, incluso de la política, pasa lo que estamos sufriendo. Pero cuando esas manos pasan de lo inútil a lo malo perdemos el control de quien nos controla.

Me escribe una lectora del blog: Más de 70 años, diabética tipo 1, hipertensa. Tiene que cuidar a sus nietos y recogerlos en el colegio. No hay ERTE para su hija, ni teletrabajo. Limpiar casas es presencial. Ella, casada con funcionario, se acoge a la Sanidad privada, una compañía con la que lleva toda su vida junto a su marido. Ha llamado a esta compañía de salud privada (muy conocida) para ver como se gestiona esto de la vacuna contra el virus. Nadie sabe nada; no hay vacunas ni nadie les ha dado noticias del proceso. Nada de nada.

Hablo con un médico amigo que atiende en un servicio de urgencias público, de esos que están día y noche salvando vidas y en contacto con miles de casos en la calle. No sabe nada. Ni les han vacunado ni se espera.

Diecinueve mandos con el remedio en sus manos, pero sus soldados se mueren y los hospitales se colapsan. Al final será el Ejército de todos el que tenga que acudir allí donde no quieren estar con todos, sino mandados por lo inútil. No hay ningún problema con la tropa ni con el armamento, sino con el que la manda. No es hacerse obedecer, sino mandar. Como siempre.

Es hora de que alguien se ponga al frente de la situación. Retirar a los aficionados, asumir la responsabilidad, sin compartirla con nadie. Para ello es necesario: confianza en sí mismo, amor a la responsabilidad, firmeza de carácter, elevado espíritu de sacrificio y serenidad ante el peligro. Todo ello antes de que haya más muertos.

En Moncloa, nadie sabe si se vacunan o no. Su única preocupación es el malestar que reina entre sus socios de Gobierno y salvar el trasero que se sienta en esa poltrona.

Hay miedo en el palacio. Una imagen borrosa. Me alegro; sin olvidar lo peligroso que es, como bien saben los pastores, tener al lobo acorralado.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

10 enero 2021