LA ACADEMIA DE LAS CIENCIAS Y LAS ARTES MILITARES General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Me entero de soslayo de la puesta en marcha de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares. Una gran noticia en el ámbito militar y civil que inicia su andadura algo desapercibida, reducida al área de algunos interesados, y de la que esperamos mayor difusión en todas las escalas y graduaciones y no ceñirse a un sector en concreto. Para ello lo primero es darse a conocer, no solo en el mundo civil, y a ello queremos contribuir con sumo gusto. Es una iniciativa que merece apoyo.

Scire, Cognoscere, Invenire es el lema elegido y de entrada me despista ya que no veo la razón de empezar con un latinajo cuando nuestra actual lengua dice tanto o más sin tener que recurrir ni siquiera al griego —puede que hubiese sido más atinado empezar con un hexámetro de la Ilíada que es una entera biblioteca en palabras de Borges —.

Cualquier Academia debe ser un centro de participación y difusión, no una mera tertulia literaria ni una reunión más o menos amplia de amigos, sino, en este caso, constituirse como clave para la Cultura de Defensa tan manipulada y mal difundida. Un instrumento de «utilidad colectiva» que tenga el apoyo de todos y mantenga la prudente distancia de lo oficial, necesario para la libertad, y más si esta oficialidad es partidista como desgraciadamente tan acostumbrados estamos. Veo con alegría que por ahí parece ser que va a caminar la Academia de la Ciencias y las Artes Militares; lo compruebo en su página Web (un tanto recargada) donde rebosa Ciencia y quizá falte algo de Arte (militar por supuesto).

Nuestra historia militar es la historia de la Nación, muy rica en hallazgos culturales más allá incluso de las teorías de las armas y del desarrollo de las batallas. Nuestros grandes poetas del Siglo de Oro fueron en su mayoría soldados en los Tercios de Flandes. No todas las naciones tiene semejantes antepasados.

Al militar no se le ha permitido en los últimos años teorizar en demasía ya que una negra sombra amenazaba vigilante cualquier declaración suya y, sabiendo que el arte y la ciencia se usan a menudo para enmascarar pensamientos demasiados libres y directos, solo entendibles para algunos, como flechas de Apolo, se les ha tenido observados y señalados hasta parecer, malintencionadamente, que son analfabetos de la ciencia y del arte.

Ojalá esa tendencia se rompa y esta Academia sea un paso adelante en el pensamiento militar, en el conocimiento y el descubrimiento de quienes su saber y conocer esconden, permanecen mudos, incluso impávidos ante ello.

Echo de menos una puesta de largo que reúna todas estas condiciones, presentación pública y sonora, cual cañonazo artillero.

No vean en mis palabras acerada espada, sino alegría y felicitación por tan buena iniciativa y mi disposición permanente para entrar en la lucha intelectual.

Hay que hacer el camino entre todos porque es evidente que a nadie basta nunca aquello que domina de un modo absoluto.

Vida y guerra son lo mismo, ciencia y arte que se combinan en la milicia para hacer posible, con la geometría del combate y la aritmética de la moral, el delicado arte de saber conducir la paz y la guerra.

Nuevos tiempos nos esperan. Hagámosle frente desde la perspectiva del que está atento al fuego y a la maniobra, de los que siguen vigilantes para adivinar lo que hay al otro lado de la colina.

Habrá controversia de si el arte de la guerra es una ciencia o es sólo un arte primitivo. No nos equivocaremos si de todo ello hablamos, que buena falta hace, y  dejamos, pues, a «la guerra como: arte para vencer con la ciencia». Sin olvidar que el lenguaje militar del que manda no debe deslumbrar al que obedece, sino que lo nuestro ahora y siempre es la arenga con su poder de atracción y arrojo.

El estilo militar es sobrio, elegante y decisivo; esa palabra militar oportuna y breve que logra lo que otros para ello requieren de un discurso.

Ciencia o Arte. Villamartín dijo: «No basta el conocimiento de la ciencia de la guerra para ser gran general, como no bastan las reglas de la versificación para ser gran poeta».

Felicitaciones y sea todo por España y sus ejércitos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

25 marzo 2021

CON LAS ARMAS SE DEFIENDEN LAS REPÚBLICAS… General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

2012071027afganista_intMandar soldados, mandar sobre los que tienen como primer y fundamental deber defender a España incluso con la entrega de la vida, no admite experimentos gaseosos sobre la formación y preparación de los que mandan. Mandar no es dar órdenes ni aplicar leyes y reglamentos sino liderar desde el ejemplo. No es servirse sino servir desde el espíritu de entrega a un objetivo y un ideal, España y los españoles

Mandar es también decir siempre la verdad, a los de arriba y a los de abajo.

Si la preparación técnica es importante más lo es la formación moral. El espíritu de un soldado no se forja con leyes y reglamentos sino fomentando las virtudes históricas y permanentes como el amor a la Patria, el honor, la disciplina y el valor.

Un soldado no vive exclusivamente por un salario, que gana con sangre, sudor y lágrimas, sino por el sustento moral que le lleva al sacrificio y que recibe de la sociedad a la que sirve y de las Instituciones que la gobiernan y dirigen. Ellos deben ser su ejemplo, apoyo y respaldo moral. Sí no, es preferible cambiar su primer y fundamental deber por otro y así no engañar a nadie.Cartel_p

Alguien debe preocuparse y ocuparse de atender las necesidades de nuestros soldados y darles forma con leyes y reglamentos. En el plazo de 20 años la política de personal de las Fuerzas Armadas ha estado regulada por tres leyes (1989-1999-2007), a las que hay que añadir la regulación de  nuevas Reales Ordenanzas y la Ley de Derechos y Deberes. Para tan corto tiempo es mucho cambio, sobre todo cuando este no es de procedimiento, sino que afecta  a la esencia de la vocación, a su motivación y a las expectativas de futuro de todos y cada uno de los que visten el uniforme; y lo más grave, a sus familias, base y sustento de esta profesión de las Armas.

Siempre la polémica ha rodeado las distintas legislaciones. La última, la Ley de la Carrera Militar, trajo el desencanto entre los que ejercen el oficio de las armas. La polémica y los recursos envejecen en los tribunales mientras se sufren las consecuencias del tiempo perdido entre comisiones y  falsas promesas.

El sistema de ascensos y escalas cercenó las expectativas de carrera, enrarecido el tradicional compañerismo y dañado la esencia de cualquier cambio, la motivación.

PORTADA Ley carrera militarEl nuevo modelo de enseñanza para los oficiales abre interrogantes y dudas de su eficacia. Poco de historia militar, de humanidades y tradiciones, claves de la formación  militar, mientras se crea algo indefinido entre soldado e ingeniero. Ingeniería del alma es la necesaria para cumplir su primer deber de soldado.

Los suboficiales siguen sin tener un tratamiento acorde con sus capacidades y prestigio, y se les priva de la merecida promoción y  de sus legítimas expectativas. Hay una enorme deuda con ellos y no se les reconoce su valía y preparación. Son la clave, la infraestructura de nuestros ejércitos.

La tropa sigue con su permanente temporalidad y escasas perspectivas de dignificar su profesión y facilitar su reinserción en la vida civil. Su temporalidad debe ser resuelta asegurando, sin la menor incertidumbre, su futuro estable.

Hay cosas que no exigen comisiones ni sindicatos o juntas de gorriones. Cumplir con su deber y 4ac2106a482cef3d60707b537abb0869_extras_albumes_0obedecer hasta morir debe tener una obligada respuesta, una exigencia y responsable compromiso,  entre los que mandan desde ese Ministerio de Defensa, y hacerlo antes de que se suprima, o veamos materializada alguna otra brillante idea de las que, como consecuencia de la falta de liderazgo, ahora circulan por los medios.

Porque lo que se percibe es desamparo y poca valoración de unos profesionales, que amén de jugarse la vida, han renunciado a sus derechos ciudadanos en beneficio de España.

“…con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos, se despejan los mares de corsarios…”, amigo Sancho.VELAZQUEZ---LA-RENDICION-DE-BREDA-O-LAS-LANZAS

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

19 octubre 2018