TRAS LAS HUELLAS DE ZAPATERO, RAJOY Y SÁNCHEZ. ELECCIONES. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La batalla decisiva será el 10N.

Se equivocan si piensan en otra cosa.

No es la independencia de Cataluña; ni la víbora, aún viva, de la ETA; ni la nueva, la de los CDR (lo hemos avisado muchas veces: ¡qué viene el lobo!); tampoco la corrupción (vale solo para los hunos y no para los hotros). No es Franco (¡qué más quisiera(mos) que le dejasen en paz!). Ni siquiera la economía que se vuelve a mostrar cansada. No es la Constitución, ni tampoco los partidos políticos. No; nada de esto es.

Son muchos los problemas que el futuro nos anuncia. Ninguno con el que no podamos.

El problema son ustedes.

Esta España crispada que no acaba de construir un futuro estable y despejado se la viene jugando hace tiempo simplemente porque los españoles no nos ponemos de acuerdo. Nos gusta vivir en el desacuerdo, rozamos el enfrentamiento constante.

Desde la Transición mucho se ha luchado por construir una España en convivencia, en armonía (que no significa que todos pensemos igual, sino todo lo contrario), en progreso y también en la unidad de nuestras diferencias.

Estábamos en ello. Habíamos logrado superar el pensamiento único y se respetaban las diferencias, muy acusadas, pero nobles; muy acusadas, pero dentro de un marco acordado y aceptado, sin que la justicia, que al final tiene la última palabra, decidiese por el color político del momento. Ni se creyesen los salvadores de la patria. A todos nos parecía bien.

Pero todo se fue y nadie sabe a dónde ni porqué.

Desde un tiempo a esta parte nos hemos instalado en la crispación. La única política existente se resume en <<tú más>>. Hemos iniciado el camino del retroceso.

Se inició un día en el que, en Moncloa, lugar de todos los españoles, sea cual sea su ideología, un personaje que no asumía lo que significa ser presidente del Gobierno de España, sacó a relucir la Guerra Civil y se alistó a su ejército de reproches, de vencedores y vencidos, de odios y falsas historias, de alcahuetas.

No pondré yo el titular de aquello. Recuerdo el del diario ABC del 21 de febrero de 2006: <<Zapatero compara a los niños víctimas de ETA con su abuelo muerto en la guerra>>.

«Entiendo lo que sientes perfectamente. A mi abuelo lo asesinaron en la guerra». Se lo decía a la madre de Irene Villa, se lo decía a las víctimas del terrorismo de la ETA. ¡Qué espanto! No es lo malo la maldad sino la estupidez.

Aquel día empezó de nuevo todo. Aquel personaje nefasto para la convivencia acabó con la Transición. Se inició la imparable marcha atrás. Hundió a España, moral y materialmente.

Sucedió que después vino Rajoy y le pareció que todo estaba bien hecho. Y dijo: “Arreglaré lo de los dineros sacándole a los españoles el dinero del bolsillo”. Y con la mentira de los impuestos se creyó salvador de España. Al séptimo día descansó. Y tragó; se rindió. Arruinó a los españoles; material y moralmente. La derecha española no ha vuelto a ver el amanecer.

Lo que después vino ya lo viven ustedes. Alambradas para unos; para otros trincheras.

Se ahondó en el guerracivilismo y, cuando en esas estábamos, apareció Sánchez. A rematar la faena y terminar de poner a España patas arriba. No vino solo, ni apareció por generación espóntanea. Es la consecuencia de todo lo anterior. De nosotros todos.

Un Tribunal declaró legales a las consecuencias de la ETA. Lo escribía hace unos días. Por ello, los herederos de los incomparables asesinos llegaron a las instituciones. Otro Tribunal abre las fosas del enfrentamiento y desentierra la historia. Para leerla a gusto de los hunos y enfrentarlos a los hotros.

Las consecuencias aún no las sabemos. Lo que sí deberíamos saber es que hay cosas incomparables. Entre ellas la España de hace unos años y esta de ahora. Por sus líderes la conoceréis. Pero también por sus votantes. Una cosa lleva a la otra. Los hunos contra los otros. Y no cambiamos.

El 10N se lo volveré a recordar. Por sus consecuencias lo veréis.

El voto manda. Cautivo o no.

Claro que Mientras dure la Guerra, mientras peor mejor, algunos se forran.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

30 septiembre 2019

COMITÉS DEMOCRÁTICOS DE LA REPÚBLICA (Última hora: Puigdemont libre) General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Ponen en peligro la paz pública y el orden constitucional. Lo dice la fiscalía y lo vemos y sufrimos todos. Comités del odio, facciosos. ¿Quién está detrás? No es difícil saberlo -sí para nosotros-, aunque el que tiene esa responsabilidad es de suponer que está en ello y señalará en la buena dirección para su desarticulación y puesta en manos de la justicia. Otra cosa es que no se quiera hacer o convenga hacerlo de manera distinta. Deberíamos saberlo. Una democracia madura no se mueve entre el permanente secretismo y la información modulada. Las pruebas no parece que sea muy difícil conseguirlas.

Es la hora de las decisiones antes de que esto, la violencia, vaya a más. Desgraciadamente tenemos malas experiencias de lo que supone que se apodere de la calle. Peor que las barricadas. El paso siguiente, el de la clandestinidad, es aún más peligroso. Llegará.

A unos les parece muy bien cómo actúa la policía autonómica; a otros no tan bien. El caso es que surgen dudas de todo y de todos. En esa situación, con el Parlamento catalán inexistente, la justicia actuando, pero amenazada, el Gobierno de la Nación indeciso, o al menos mostrándose indeciso, los españoles desorientados y Cataluña arruinada, surgen los Comités Democráticos de la República, que nada tienen de democráticos ni de republicanos; más bien dictadores y facciosos.

Todavía resuenan en nuestros asustados recuerdos aquellas palabras proféticas del intelectual: <<Por encima de la Constitución, la República; y por encima la Revolución>>. Así que todos a revolucionarse. No me cabe la menor duda de que España es un lugar de hombres de acción. Los ha habido en todas las épocas de su historia. Como han escaseado los políticos. Ortega y Gasset distinguía entre cabezas claras y cabezas rutinarias. Habría que añadir las cabezas malvadas y redondas.

En este blog hemos explicado en numerosos artículos como el modelo de las alteraciones del orden en Cataluña responden a los más conocidos manuales de subversión.

Uno de ellos es el enfrentamiento de los alborotadores con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad con dos fines: que la masa vea, compruebe y tome conciencia de la fuerza que tiene al ver reunidos a todos sus miembros, dispuestos y firmes. Les sirve para tomar conciencia de su violenta fuerza y acostumbrarse a usarla. Y ¡cómo no!, crear mártires, achacar la violencia al Gobierno, sus métodos represivos, y responsabilizarle de heridos, sangre, destrozos…, televisar, difundir la agresividad y mostrarse como víctimas de un Estado que ataca con crueldad la libertad del pueblo.

Cada algarada es un entrenamiento, una formación de grupo, un ejercicio que se dirige desde un puesto de mando con sus instrucciones y medios de todo tipo.

La peor de las situaciones llega cuando todos esos movimientos están dirigidos desde el poder.  Dirigidos desde unas instituciones que te permiten acceder a medios económicos, mediáticos y de influencia en todos los sectores, entre ellos las empresas. Es decir cuando se dirigen prácticamente desde el poder autonómico contra el poder central. Cuando se hace en un momento tardío para evitarlo, porque se ha permitido que el movimiento subversivo haya alcanzado objetivos intermedios y gran notoriedad. Cuando un error por mínimo que sea puede desunir y destrozar una histórica nación. No hace falta dirigir la mirada muy lejos en el tiempo para comprender lo que digo. El desequilibro a favor de una parte puede cambiar en un instante.

Por último; no olvidemos que hay un tipo de violencia difícil de evaluar, cuantificar y detectar. Se llama violencia moral, intimidación. Tiene matices tan finos que son casi imperceptibles. Pero es una crueldad, quizá el más abominable ataque contar las personas y su libertad. En esa disciplina son los dirigentes de los CDR,s. maestros muy peligrosos. Y están ganando a base de contagiar esa temible infección que recorre Cataluña y se extiende por el resto de España. Se llama independentismo, aunque en el fondo solo pretenden que mientras peor, mejor.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

Ya programado este artículo llega la noticia de la puesta en libertad del señor Puigdemont por la justicia alemana. El sistema judicial español en entredicho. Es preocupante y una prueba más del trato que dispensa Europa a la justicia y leyes españolas. Cómo para fiarse. Repito: este es un varapalo tremendo a la justicia española que queda desamparada en esta Europa que empieza a pensar y a certificar que la independencia de Cataluña tiene hueco y razones que esgrimir. No hay rebelión; no puede aplicarse «porque no se cumple el requisito de la «violencia»»… ¡Ojo! Es el primer paso… a más violencia.

Lo sucedido no hace sino refrendar el juicio que en este artículo emito: Lo peor llega cuando se hace en un momento tardío para evitarlo, porque se ha permitido que el movimiento subversivo haya alcanzado objetivos intermedios y gran notoriedad. Cuando un error por mínimo que sea puede desunir y destrozar una histórica nación. No hace falta dirigir la mirada muy lejos en el tiempo para comprender lo que digo. El desequilibro a favor de una parte puede cambiar en un instante.

Para muestra un botón:

El error ya se ha cometido. La desunión está consumada. España hecha jirones, destrozada. La violencia no hará sino aumentar. 

Entre las cabezas rutinarias ¿Queda alguna cabeza clara? ¿Y responsable de lo sucedido? 

La Corona ha cumplido con su labor, la justicia también, el pueblo español ejemplar sin duda y con gran esfuerzo. ¿Quien entonces  es el que ha cometido los errores?

Seamos justos y responsabilicemos a los culpables de este desaguisado que sufre España.

6 abril 2018