GIBRALTAR, BASE DE REPARACIONES DE SUBMARINOS NUCLEARES. Ángel Liberal Fernández. Capitán de Navío (R.)

El pasado 25 de abril entró en Gibraltar el submarino nuclear (SSN) británico HMS Talent. El cuarto SSN de este año. Siempre atracan en uno de los dos muelles Z, parte del muelle Sur de la colonia militar.

Este muelle discurre de norte a sur y tiene 1.080m. Los 648m. del norte son zona militar; su mitad más cercana a la salida son los muelles Z. Dos atraques contiguos de 162m. preparados para recibir SSN en escalas de rutina y hacer reparaciones ajenas a lo nuclear. En el extremo norte del muelle están los sensores radiológicos y medioambientales.

Vista de la mitad sur del puerto de Gibraltar con el Muelle Sur en el centro de la imagen

Este muelle tiene unas limitaciones significativas. El combustible lo suministran con gabarras. La energía eléctrica, mediante generadores portátiles porque la que produce Gibraltar no ofrece la calidad necesaria; hasta fecha reciente eran de una empresa española; tenían que pasar por la verja y eso era un engorro así que en 2014 instalaron dos generadores Burtonwood fijos. Su resultado es dudoso; en los últimos meses han tenido que contratar generadores auxiliares provisionales, los últimos durante la reciente estancia del HMS Ambush.

El ancho de los muelles es de sólo 23m. Una parte importante de su longitud la ocupan, entre otros, almacenes de material general, locales administrativos, el cuartelillo de los buceadores, una cámara hiperbárica y un depósito de oleosas. Estas construcciones tienen unos 10m. de ancho y dejan poca superficie para la maniobra. No sería la primera vez que se va al agua un camión con su remolque. Es muy llamativa la cantidad de contenedores que hay por todos los rincones.

Parte central del Muelle Sur. El edificio blanco es el cuartelillo de los buceadores. A la derecha está el control de acceso a los muelles Z.

En los comunicados de la base naval se abusa de términos como «descanso de las dotaciones» o «escala programada»; en realidad son eufemismos que ocultan el motivo de las entradas que suelen ser para reparaciones. Ocasionalmente se incluye la carga/descarga de misiles Tomahawk y de torpedos Spearfish. Está claro que no tiene sentido que un SSN, construido para permanecer oculto bajo la superficie del mar, se pase varios días en un sitio tan vulnerable como esta «ratonera» en la bahía de Algeciras.

El 18.05.2000 entró en Gibraltar el HMS Tireless para reparar una avería en el circuito auxiliar de refrigeración del reactor. Hasta el 07.05.2001 estuvo en el muelle Z que fue preparado para la ocasión. El personal y el material necesario lo trajeron del RU.

Suelen ser reparaciones de casco y máquinas (ajenas al reactor), gobierno del buque (hélices y timones), equipos auxiliares, sensores y de comunicaciones. Los técnicos, equipos y materiales que necesitan para las reparaciones los traen desde el RU en aviones de la RAF. Incluso, lo que no se traen en aviones lo compran en España y lo pasan por la verja tranquilamente sin problema alguno.

También deben hacer calibraciones acústicas de la plataforma y de sus sensores.

Estos SSN operan en el Mediterráneo por lo que resulta más barato repararlos aquí que en el  RU. Algo similar podría decirse de los americanos. Algunos británicos son muy viejos pero también entran otros nuevos, demostrando la falta de calidad de sus equipos, averiados una y otra vez.

Con todo esto, dan algo de trabajo a la base naval, muy necesitada de actividad, y se ve su bandera por aquí. Que los SSN averiados reparen en Gibraltar también sirve al Almirantazgo para justificar ante su Parlamento su necesidad de la colonia; bien lejos de las bases en la metrópoli.

En el Peñón se entusiasman con estas escalas. Están tan ciegos que no ven ni el peligro ni la contradicción que suponen. Tanto más contentos están cuantos más SSN entran, aunque estén averiados y su inmovilidad suponga un riesgo añadido; no creo que la Royal Navy comparta su felicidad. Tampoco deben compartirla las más de 250.000 personas –la inmensa mayoría españoles- que viven en la bahía de Algeciras sometidas a unos riesgos que no les corresponden.

Sin contar el HMS Tireless, desde 2001 las entradas de SSN británicos y americanos han sido como se indican con el número de días entre paréntesis. Cuando la escala ha sido de seis días o más cabe suponer que han estado reparando.

Del 2009 al 2012 no entraron SSN británicos pero en 2013 cambió el criterio y desde entonces, las entradas, además de ser frecuentes, son para reparar averías convencionales de lo que parecen unas frágiles «bombas flotantes» británicas, aunque también han entrado americanos y no precisamente antiguos.

Aquí les dejo la relación de SSN que entraron en Gibraltar desde 2001 hasta fecha actual.

Para echarse a temblar.

Tabla entradas Submarinos nucleares SSN (Británicos HMS y americanos USS) en Gibraltar

2001 HMS Superb (4)
USS NR1 (5), Philadelphia (11 y 2) y Seawolf (5)
2002 Cero
2003 HMS Turbulent (6 y 7)
USS Hampton (5), Providence (5) y Springfield (5).
2004 HMS Trenchant (6), Sovereign (6) y Tireless (6)
USS Albany (5)
2005 HMS Sceptre (7), Trenchant (5) y Turbulent (6)
2006 HMS Superb (6)
USS Memphis (4)
2007 HMS Turbulent (6), Sceptre (7) y Superb (6)
USS Augusta (4) y San Juan (5)
2008 HMS Superb (7)
USS Florida (3), Dallas (8), Hartford (5) y Alexandria (7)
2009 Cero
2010 USS Philadelphia (8)
2011 USS Providence (5) y Florida (4)
2012 USS New Hampshire (8)
2013 HMS Talent (5), Trenchant (6), Talent (5), Tireless (8), Talent (1) y Triumph (8)
2014 HMS Tireless (5), Astute (8), Triumph (4) y Tireless (6)
USS Annapolis (5) y Helena (6).
2015 HMS Torbay (6), Ambush (6), Ambush (9), Ambush (8), Ambush (9) y Torbay (7)
2016 HMS Ambush (7), Ambush (7), Ambush (10) y Triumph (1)
USS Newport News (18) y Florida (1)
2017 HMS Torbay (9)
2018 HMS Talent (13), Talent (7) y Astute (5)
USS John Warner (12) y Newport News (5)
2019 HMS Ambush (15), Ambush (11), Ambush (14) y Talent (5)

 

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Blog: generaldavila.com

8 mayo 2019

 

Una nota a pie de página encoleriza a Gibraltar Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Parecía que en Gibraltar ya tenían bastante con las complicaciones derivadas de la decisión británica de salir de la Unión Europea (UE), arrastrando con ello a su colonia. Sin embargo, una nota a pie de página en un documento de la UE en la que se repite lo que Gibraltar es para la ONU ha provocado la cólera –e incluso la pérdida del auto-control- de las autoridades locales llegando a unos niveles de irritación como pocas veces se ha visto. Por algo será.

El documento resulta aparentemente inocuo, incluso beneficioso para Gibraltar porque trata de la exención mutua de visados entre los ciudadanos de la UE y los del Reino Unido (RU) en el caso de un Brexit sin acuerdo. Se relacionan los distintos tipos de ciudadanía británica que existen y, entre otros, la perteneciente a los «ciudadanos de los Territorios Británicos de Ultramar», que incluye a Gibraltar.

La lista incluye quince territorios. La mención a Gibraltar figura con una nota a pie de página que dice: «Gibraltar es una colonia de la Corona Británica. Existe una controversia entre España y el RU relativa a la soberanía sobre Gibraltar, un territorio sobre el cual la solución debe alcanzarse a la luz de las resoluciones y decisiones relevantes de la Asamblea General de Naciones Unidas» (AGNU).

El caso es que en 1830, lo que entonces era para los británicos «La Ciudad y Guarnición de Gibraltar en el Reino de España», pasó a ser «la Colonia de Gibraltar, propiedad de la Corona», por decisión exclusiva del gobierno de Londres.  Esto es muy llamativo porque un conocido representante diplomático del RU dijo no hace mucho en España que Gibraltar nunca ha sido una colonia; y se quedó tan tranquilo.

La denominación que el RU da a los restos de su Imperio ha cambiado con el tiempo y ahora los consideran «Territorios Británicos de Ultramar».

En 1946, el RU, por su propia iniciativa,  registró a Gibraltar en la ONU como «territorio no autónomo».  En 1963, a instancias de Bulgaria y Camboya, Gibraltar fue incluido en la lista de «territorios pendientes de descolonización», de NNUU; y ahí sigue, como colonia. Tan es así que todos los años, el RU, como Potencia Administradora,  envía a NNUU el informe preceptivo sobre la situación en su colonia y, representantes del RU junto con los «peticionarios» del territorio intervienen en las reuniones que tratan de la descolonización.

En 1973 se incorporó el RU (incluyendo a Gibraltar) en la Comunidad Europea. En 1986 se incorporó España.

El punto 3 del artículo 355 del Tratado de Lisboa (2007) dice «Las disposiciones de los Tratados se aplicarán a los territorios europeos cuyas relaciones exteriores asuma un Estado miembro». En las declaraciones anejas al acta final de la Conferencia Intergubernamental que ha adoptado el Tratado de Lisboa figura la nº 55 que dice «Declaración del Reino de España y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte: Los Tratados se aplicarán a Gibraltar como territorio europeo cuyas relaciones exteriores asume un Estado miembro. Ello no supone modificación alguna de las respectivas posiciones de los Estados miembros de que se trata.»

Como vemos, para el mismo territorio tenemos varias denominaciones: Para la ONU es un «territorio no autónomo pendiente de descolonización». Para la UE, un «territorio europeo cuyas relaciones exteriores asume un Estado miembro» mientras que para el RU es un «Territorio Británico de Ultramar». Todo un ejemplo de la habilidad de la diplomacia británica para confundir con la utilización del término más adecuado en cada momento.

Lo cierto es que, con la complacencia del RU y la incapacidad de España para evitarlo, lo dispuesto en la Declaración nº 55 no ha impedido a Gibraltar desarrollar sus propias relaciones externas en el ámbito de la UE en diversos campos como el financiero, en el que ha llegado a firmar acuerdos bilaterales con países de la UE como si se tratase de otro Estado miembro. Asuntos financieros o los que convengan para ir arañando poco a poco responsabilidades hasta que lleguen a un nivel que convierta la situación en irreversible superando con los hechos tanto el artículo 355 como la Declaración nº 55.

En eso llega el brexit y Gibraltar se queda sin Estado miembro que le sirva de referencia en la UE. Necesitan otra expresión como cobertura y para ello se multiplica el argumento de que Gibraltar pertenece a la «familia británica», algo que tratan de mejorar las autoridades de la colonia diciendo que pertenece a la «familia británica de naciones». O sea, como las islas Pitcairn (la de la «Bounty»), Montserrat, Anguilla y demás restos de lo que fue un Imperio. Pero estas expresiones –sin valor jurídico alguno- no convencen a la UE y Gibraltar pasa a ser para la UE lo que desde hace más de 60 años es para la AGNU: una colonia.

Como es habitual cuando algo no se ajusta a sus intereses, los británicos (y los llanitos) dicen que el documento aprobado por la UE es «anacrónico, irrelevante, etc. etc.». Puede que el de los visados no llegue a entrar en vigor pero lo que está claro es que la UE, en un documento aprobado, ya ha cambiado la designación de Gibraltar. Ahora, el Parlamento Europeo, el Consejo Europeo y la Comisión Europea asumen la doctrina de la ONU respecto a Gibraltar y ligan su estatus futuro a la consideración de colonia establecida en la AGNU en la que prevalece la idea de la descolonización mediante negociaciones entre el RU y España. Hace años que también el Tribunal de Justicia Europeo se refirió a Gibraltar como «colonia».

Espero que, al menos los Estados miembros de la UE no firmen nuevos acuerdos con las autoridades locales de Gibraltar dada su condición de colonia.

Dicen en Gibraltar que no hay más que darse un paseo por el Peñón para comprobar que no es una colonia. Es un paseo recomendable para que el visitante se dé cuenta de que efectivamente no es una colonia a secas sino una «colonia militar», desde la verja hasta punta Europa, en la costa de levante y en la de poniente, en lo alto del monte y en los túneles, con instalaciones militares en todos estos puntos. Quizá hasta tenga la suerte de ver en el puerto a uno de los submarinos nucleares averiados que con tanta frecuencia entran allí a reparar.

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Blog: generaldavila.com

10 abril 2019

Gibraltar y la financiación del terrorismo. Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R)

El pasado 30 de noviembre se anunció que los gobiernos de España y del Reino Unido (RU) habían llegado a un acuerdo para firmar varios Memorandos de Entendimiento (MdE) sobre diversas materias. Con ellos se trata de garantizar una salida ordenada de Gibraltar de la Unión Europea (UE). Entre los memorandos se incluye uno sobre cooperación policial que comprenderá, entre otros, los delitos de terrorismo y el blanqueo de capitales. Asimismo se prevé llegar a un acuerdo internacional sobre fiscalidad y protección de intereses financieros, que requerirá aprobación parlamentaria.

Parece una buena cosa que las autoridades británicas se avengan a ofrecer un poco de luz sobre el centro financiero de Gibraltar y sobre todo, facilitar la lucha contra el terrorismo. Esta es una cuestión que les afecta de forma notable pues si hay un objetivo goloso en la bahía de Algeciras éste no es otro que la base naval, especialmente cuando se encuentran en ella submarinos nucleares averiados, inmovilizados durante su reparación en esa «ratonera».

Incluso se ha informado de que los MdE pueden ser renegociados para el supuesto de que el RU salga de la UE sin que llegue a aprobarse el Tratado de Retirada. Sería preciso adaptarlos a una situación que no es exactamente la misma para la que se redactaron.

Todo esto teóricamente está muy bien porque debe reducirse la influencia negativa que irradia el Peñón sobre la Comarca del Campo de Gibraltar en un buen número de ámbitos y, aunque parezca increíble, mucho más al norte de Despeñaperros.

Sin embargo, hay una cuestión que no encaja.

En efecto, el 09.12.1999, en el ámbito de Naciones Unidas, se aprobó en Nueva York el Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo. Fue firmado por el RU el 10.01.2000 y ratificado el 07.05.2001. Como «responsable de sus relaciones exteriores», el RU lo ha hecho extensivo a las islas de Man, Guernsey y Jersey (el 25.09.2008) así como a las caribeñas Islas Vírgenes Británicas (16.06.2012), Bermuda (03.10.2014) y Anguilla (20.04.2015). No se incluye a Gibraltar ni al resto de los Territorios Británicos de Ultramar.  Todo esto según información de Naciones Unidas actualizada el 27.01.2019.

El artículo 18.1.i) del Convenio citado obliga a los Estados Parte (en este caso, RU) a «Adoptar reglamentaciones que prohíban la apertura de cuentas cuyos titulares o beneficiarios no estén ni puedan ser identificados, así como medidas para velar por que esas instituciones verifiquen la identidad de los titulares reales de esas transacciones».

Según la legislación interna del RU, el Gobierno británico hace extensivos a sus territorios de ultramar los tratados internacionales cuando el territorio en cuestión así lo pide y existen suficientes instrumentos legales en el territorio para poner en vigor y cumplir las obligaciones que entraña la firma del tratado.

No se ha informado de las razones por las que el RU no ha hecho extensivo este Convenio a Gibraltar. Quizá consideren que no es de interés para esta colonia aunque sí lo sea para el propio RU y para las islas mencionadas, próximas a las costas de los EE.UU.

También puede ser que las autoridades locales de Gibraltar no tengan la capacidad requerida para que este Convenio se aplique en la colonia militar británica.

Como ejemplo de interés y capacidad podemos señalar que el Acuerdo Internacional para la Protección de los Murciélagos en Europa (de 20.07.1995) fue hecho extensivo a Gibraltar el 20.02.1998.

A saber qué artificios están tramando para firmar papeles de forma que todo siga igual, eso sí, con la mejor buena fe y voluntad, como esa con la que redactaron y a la que hace referencia el artículo184 del proyecto de Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la UE.

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

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29 enero 2019

Nubarrones en el horizonte de la colonia militar de Gibraltar. Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Hace unos quince años, las entradas en Gibraltar de las fragatas y destructores de la Royal Navy (RN) se contaban por docenas; aprovechaban los tránsitos hacia o desde las zonas de operaciones en el Mediterráneo o en Oriente para hacer escala en Gibraltar; otras veces, se pasaban largas temporadas en las zonas de ejercicios del mar de Alborán que consideraban suyas. Su lista oficial de buques tenía entonces 31 unidades de este tipo. En 2018 se redujo a 19 unidades y sólo hubo 8 entradas.

Ahora, además de sufrir las consecuencias de la disminución de buques de la RN, tanto ésta como  Gibraltar van a verse afectados por las decisiones que tomó el gobierno británico hace ya unos años, agravadas por el Brexit.

En 2007, el ministerio de Defensa (MoD) británico sufrió una reducción presupuestaria que llevó a los militares a replantearse su presencia en el Peñón, lo que causó gran preocupación en la colonia. Uno de los puntos del acuerdo al que llegaron para evitar la retirada fue que el gobierno local se haría cargo de varios centenares de trabajadores que hasta entonces dependían del MoD y también, que se haría la transferencia a las autoridades del territorio de las instalaciones logísticas que no fuesen puramente militares como la central térmica, la red de distribución eléctrica, las potabilizadoras de agua del mar y su red de distribución, el almacenamiento y distribución del combustible, talleres etc. Incluso los gastos del aeródromo de la RAF serían compartidos entre el gobierno local y los militares. La permanencia del Reino Unido (RU) y de España en la Unión Europea(UE) permitía el enriquecimiento de Gibraltar.Actualmente los británicos pagan  los consumos pero no las instalaciones industriales, lo que supone para el MoD el ahorro de un gasto importante, a pagar por Gibraltar. El coste anual de la base es de unos 70 millones de libras, salarios incluidos.

En 2018 los buques de la RN ya no hacen tantas escalas como antes. Se ha reducido su presencia en los mares y ya apenas se les ve por el de Alborán: alguna fragata y submarinos de propulsión nuclear averiados o haciendo ejercicios, alguno catastrófico.

Tantos años como «base imprescindible para la defensa de Occidente» y ahora se ven dedicados principalmente a la Inteligencia acústica submarina y al espionaje telefónico y radio. Se comprende la desazón que se cierne sobre Gibraltar cuando ven pasar de largo a los barcos de guerra frente a punta Europa, incluso británicos que entran en Málaga en vez de hacerlo en el Peñón; ya conocemos el desorbitado nivel de irritación al que llegan si se trata de barcos rusos que entran en Ceuta.

El caso es que en 2007, el MoD decidió poner el futuro de la base en manos de la economía local y ahora, por la muy democrática decisión del pueblo británico, el RU está a punto de abandonar la UE, arrastrando a Gibraltar.

No parece que el futuro de la economía británica se presente muy brillante por las consecuencias del Brexit. Si llega a ocurrir, tendrán que «reajustar» sus gastos, incluidos los de Defensa. Pero es que peor le va a ir a su colonia, por mucho que los dirigentes políticos locales traten de animar a la población, aterrorizada por su dependencia de España y de la fluidez del tránsito por la verja para las personas, los bienes y los servicios.

Hoy por hoy, la economía de Gibraltar se basa en lo que denominan «centro financiero», el turismo, las apuestas on-line, el tabaco y el aprovisionamiento de buques. Todos ellos están subordinados a las condiciones impuestas por la UE pero además, tanto la subsistencia de la población local como los cuatro primeros citados dependen en gran medida del tránsito por la verja, especialmente en lo que se refiere al personal que trabaja en esos pilares de la economía. El abastecimiento local de víveres, medicinas, material de construcción etc., podrán hacerlo por barco pero a un coste mayor. Su almacenamiento posterior será otro problema muy serio.

Así pues, lo que hizo el MoD en 2007 fue poner la supervivencia de la base en manos de las autoridades españolas y su capacidad para controlar adecuadamente el tránsito por la verja.

Como es habitual, ya están los colaboradores españoles de Gibraltar clamando por el mantenimiento del paso por la verja en sus condiciones actuales, pase lo que pase con el Brexit. Si le va mal a la economía local, y todo apunta a ello, no tardarán en adelgazar las «nóminas» de esos colaboradores por lo que es de esperar que sus protestas irán decayendo. Incluso es posible que el proceso se acelere una vez perdidos los apoyos con que Gibraltar contaba en Sevilla.

Para proteger sus intereses militares en el Peñón, los británicos incrementan sus contactos bilaterales con los militares españoles y refuerzan su presencia hasta niveles llamativos en los encuentros políticos.

No parece probable que este o cualquier otro gobierno español vaya a esforzarse por asegurar la supervivencia de la base militar dando balones de oxígeno a la economía local, ni siquiera facilitando el libre tránsito por la verja sin control alguno de los sedicentes 8.000 trabajadores españoles convertidos en rehenes por Gibraltar. El tránsito por la verja, lo quieran o no, tendrá que ser de acuerdo con los tratados firmados por España con la UE.

Cuando la economía de Gibraltar esté en los niveles previos a la entrada de España en la UE será el momento de preguntarse hasta qué punto el contribuyente británico está dispuesto a sufragar esta base militar para tan poca presencia naval. Y subvencionar a la población, que los fines de semana sale «huyendo» a Sotogrande etc., y que sirve como excusa para justificar la presencia británica como Potencia Administradora. Todo ello por mucha Inteligencia que se obtenga desde el Peñón y mucho control del tránsito de submarinos por el Estrecho que, no lo olvidemos, hacen con la ayuda de los norteamericanos.

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Blog: generaldavila.com

17 enero 2019

Gibraltar y el Brexit: informaciones tendenciosas con intenciones confusas Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Hace dos semanas, las aguas alrededor del Brexit y Gibraltar rugían como la mar confusa. Parece que está amainando por lo que puede ser oportuno plantear unas  reflexiones.

En este Blog hemos explicado que al Reino Unido lo que le importa de su colonia militar de Gibraltar es la base con sus muelles para atraque de submarinos nucleares, sus instalaciones logísticas con túneles para misiles y munición, su aeródromo y sus instalaciones para la obtención de Inteligencia acústica submarina, de comunicaciones y electrónica; todo ello relacionado con el control del Estrecho que comparte con los EE.UU.

Su población actual es la excusa de los británicos para justificar su presencia en el Peñón y, el recurso utilizado para que la base militar les salga casi gratis.

Para mantener esta situación es imprescindible contar con los trabajadores que sustentan  la economía local (centro financiero, contrabando de tabaco, apuestas, turismo y bunkering). Dicen que 14.441 viven al norte de la verja y de ellos, 9.016 son españoles (31.08.2018).  Con gran habilidad los han convertido en rehenes de forma que la preocupación por mantener sus puestos de trabajo es la primera prioridad española.

En estos días se han visto los intereses de unos y otros, cierta ligereza y ese afán de tirar piedras sobre nuestro tejado sin atrevernos a tirarlas sobre el tejado del inglés, quizá porque se enfadaría.

No ha aparecido en la prensa la más mínima referencia a la base que, repito, es lo que interesa a los británicos y por lo tanto, lo que tratan de proteger. A la población pueden protegerla como a los habitantes de Hong-Kong o de Diego García, pero la base en el Estrecho es otra cosa. Por eso el tránsito por la verja es vital para los británicos; el resto son distracciones.

Creer que en el Brexit se discutiría la soberanía de Gibraltar ha sido una confusión general; de lo que se trata es de hacer la salida del R.U. lo menos traumática posible. Si fuesen negociaciones de soberanía supongo que la república de Irlanda habría exigido la devolución de los seis condados del nordeste de la isla que les arrebataron los británicos en 1921. También, la república de Chipre habría exigido la devolución de las bases de Acrotiri y Dhekelia que les arrebataron en 1960.

Otra  cosa es que se quisiera aprovechar la ocasión para ofrecer al R.U. que Gibraltar continúe en la Unión Europea, pero a cambio de una cosoberanía del territorio (¿istmo ilegalmente ocupado también?). Al no ser aceptada la propuesta no sé cómo puede forzarse al R.U. a que lo haga cuando los británicos confían más en sus posibilidades que nosotros en las nuestras; deben confiar en que conseguirán más y mejores condiciones para Gibraltar que lo que pueda ofrecer España. Además de usar a los trabajadores como rehenes, ya han demostrado su habilidad para estimular a su favor a la Comarca del Campo de Gibraltar. Sorprende el número creciente de colaboradores entusiastas y complacientes.

Confunde el olvido de que, según la doctrina de la ONU, Gibraltar es un territorio pendiente de descolonización mediante negociaciones entre España y el R.U; para la U.E. es un «territorio europeo cuyas relaciones externas asume un Estado miembro» por ser para el R.U. un «Territorio Británico de Ultramar». Si eso fue así para entrar, deberá serlo para salir y lo será para la relación futura, ¿quién si no?¿Chipre, Malta, Tanganika?

El día 14 de noviembre se distribuyó entre los Estados miembros de la U.E. el texto de 585 páginas del Acuerdo del Brexit que sería aprobado el 25. Para sorpresa de nuestras autoridades, los negociadores habían colado, «con nocturnidad y alevosía»,el artículo 184 que perjudicaba seriamente nuestros intereses. Por suerte para España alguien se dio cuenta de lo perverso de ese artículo en relación con el 3 (alcance territorial) y dio la voz de alarma. Gracias a ello, nuestro Gobierno reaccionó a tiempo y evitó una catástrofe por la enésima puñalada trapera a la que, con cierta frecuencia, recurre la diplomacia británica.

La reacción española supuso la aprobación de tres documentos. Se ha hablado mucho de su valor jurídico vinculante por no estar incluidos en el texto del Acuerdo, algo innecesario pues bastaba, como exigió España, una declaración interpretativa vinculante para la U.E. y para el R.U. Lo consiguió pues la carta firmada el 24.11.2018 por el embajador británico en la U.E, que desactiva la amenaza potencial del 184,  tiene «valor jurídico interpretativo auténtico» de acuerdo con el artículo 31.2.b del «Convenio de Viena sobre el derecho de los tratados», como explicó en primicia el digital «noticiasgibraltar.es» el 26 por la tarde y ratificó el ministro Josep Borrell al día siguiente añadiendo que, aunque menosprecie el valor del documento, Theresa May«sabe lo que firmó». El Comunicado 171 de la OID (27.11.2018) ofrece más detalles.

Los otros dos documentos son internos de la U.E., ajenos al R.U. Suponen el compromiso por parte de la U.E. de no hacer acuerdos con el R.U. que afecten a Gibraltar sin la previa conformidad de España.

Hay quien duda de la eficacia de estos compromisos. Veremos lo que ocurre en el futuro pero no debe olvidarse el bloqueo de Gibraltar y el Cielo Único Europeo precisamente por las diferencias entre España y el R.U. respecto a ese aeródromo, y eso con el R.U. en la U.E.En pocos meses cambiarán las reglas del juego; lo que consiga España dependerá de nuestra capacidad negociadora y de alerta.

Creo que España ha dado muestras sobradas de flexibilidad y buena voluntad con la población de Gibraltar. La fluidez actual del tránsito por la verja es un ejemplo. Puede comprobarse que el cumplimiento por España de los compromisos adquiridos en Schengen tiene un amplísimo margen de aplicación.

A todo esto, muchos políticos españoles hacen el juego a los británicos. Parece que España no importa; creo que es la más perjudicada con estas confusiones quizá intencionadas. Unos insisten exclusivamente en la presencia de los trabajadores y así refuerzan la capacidad de la base militar para sobrevivir, otros confunden los términos del Brexit con la soberanía, lo que tiene gran repercusión mediática, y otros más parece que siguen las directrices del denominado ministro principal de Gibraltar que llega a calificar de «franquista» al presidente Pedro Sánchez por la forma en que ha defendido en Bruselas nuestros intereses, como si los intentos de recuperar Gibraltar no se hubiesen sucedido desde la usurpación en 1704.

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

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28 de noviembre de 2018

La escala de buques de guerra rusos en Ceuta irrita a los británicos. Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Entre el 9 y el 12 de noviembre estuvieron en Ceuta el crucero ruso Marshal Ustinov, el petrolero Dubna y el remolcador SB 406. Como una muestra de la nostalgia que, según parece, algunos sienten por las glorias pasadas del Imperio británico surgió en la prensa y redes sociales de ámbito anglosajón una campaña contra España con la que se trató de frustrar esa escala y, quizá, evitar que pueda repetirse.

En octubre de 2016, con una campaña similar, consiguieron que la embajada rusa en Madrid retirase la petición de escala en Ceuta prevista para algunos de los buques que acompañaban al portaaviones Admiral Kuznetsov hacia el teatro de operaciones de Siria.  Parece que esta vez la presión contra España no ha sido suficiente para que los rusos retirasen su petición.

Este Blog del General Dávila publicó el 03.05.2016 un artículo en el que se explicaba cómo el gobierno del General Franco, el 11.02.1969, llegó a un acuerdo con el de la URSS por el cual los barcos soviéticos dejaban de entrar en Gibraltar y pasaban a hacerlo en las Canarias. Por aquel entonces, España no pertenecía a la OTAN mientras que en Gibraltar existía un Mando de zona de la Alianza. Eran los tiempos de la Guerra Fría y ni la OTAN ni ese Mando impidieron que los buques de Estado soviéticos entrasen en el puerto del Peñón; de esto ya se han olvidado. En virtud de ese acuerdo hispano-soviético (ahora hispano-ruso), buques de guerra rusos han estado entrando en Ceuta sin problemas hasta 2016. Llama la atención que entre 2016 y 2018, cuando los rusos no entraban en Ceuta, lo hacían en puertos griegos o portugueses y nadie decía nada.

El abanderado de la campaña antiespañola es Luke Coffey, ciudadano americano que trabajó para el ministerio de Defensa británico y ahora es director de un centro dedicado al análisis de la política exterior en la Heritage Foundation, con sede en Washington. Esta fundación es un Think Tank conservador que tuvo cierto liderazgo en tiempos de Ronald Reagan; se inclina hacia una política exterior intervencionista. A partir de lo que firma Luke Coffey relacionado con España, los rusos y Ceuta, empieza la serie de argumentos y, ocasionalmente, algún exabrupto contra España a cuenta de las ciudades españolas del norte de África, además de otras ocurrencias. Entre ellas, la de recomendar al Congreso, Casa Blanca, Pentágono y OTAN lo que deben hacer contra España. ¡Y hace sólo unos días estuvo Putin en París con Trump, May, Macron, Merkel, etc.!

Entre los argumentos que repiten está el que mientras España permite la entrada en Ceuta de los rusos, no permite la entrada en nuestros puertos de los buques de cualquier Estado (aunque sea de la OTAN) si justo antes o después han entrado o van a entrar en Gibraltar. Esto les irrita profundamente porque es una restricción evidente al libre uso de la colonia militar. Se olvidan de que España es un país soberano y como tal, el Gobierno español puede aceptar o rechazar la entrada en nuestros puertos de quien estime conveniente.

No seré yo quien diga que a los militares británicos les da miedo lo que puedan hacer los rusos desde Ceuta (a 14,5 millas de Gibraltar) en las 72 horas de su escala y sus efectos sobre la base naval. Pese a las protestas, bien que debe aprovecharse la Inteligencia británica con estas escalas porque, como se informó en mayo de 2014 en la prensa del Reino Unido, cuando entran barcos rusos en Ceuta se aumenta el número de soldados del Regimiento de Señales nº 10 destacados en Gibraltar. Cubren los equipos dedicados al espionaje de comunicaciones y, como es lógico, en estas ocasiones aumenta el trabajo.

También tratan de confundir con los títulos que avalan la españolidad de Ceuta, Melilla y los peñones y, comparan su estatus con el de Gibraltar. David Lidington, actual miembro del gobierno británico, dijo en su Parlamento el 03.12.2013: «El estatus de los territorios españoles de Ceuta y Melilla es, como el estatus de Gibraltar como un Territorio Británico de Ultramar, el resultado de un conjunto diferente de circunstancias históricas».  Se olvidan de que Melilla es española desde  1497, el peñón de Vélez de la Gomera desde 1564, el de Alhucemas desde 1560, Ceuta lo es desde 1580 y las islas Chafarinas desde 1848. Ni siquiera mencionan que Irlanda del Norte surgió de la partición de la isla que hizo el gobierno británico en 1921 para quedarse con los seis condados del nordeste; que las bases de soberanía británica de Acrotiri y Dhekelia en Chipre se las quedaron los británicos en 1960 cuando dieron la independencia a los chipriotas; y no me olvido de Diego García, ejemplo vergonzoso del colonialismo británico a mediados del siglo XX, plenamente vigente.

Si llegasen a interferir en la capacidad soberana de España y echar a los rusos de Ceuta, quizá Gibraltar recuperaría la primacía en el control del Estrecho, algo que perdió hace años frente a España y a Marruecos. Esto favorecería a la base militar y a las autoridades locales pues aumentaría el valor estratégico del Peñón, ahora menor que el que tenía hace unos 40 años.

En esta campaña contra España también llama la atención el que los datos que se publican con la firma de Luke Coffey ofrecen muchos detalles, son extensos y reiterativos. Da la impresión de que su origen es una fuente militar británica, quizá de su servicio de Inteligencia en el Peñón, pero lo más llamativo es que, ocasionalmente, los discursos y entrevistas del denominado ministro principal de Gibraltar presentan muchas coincidencias con los textos publicados en Washington. Este grado de coincidencia genera la sospecha de quién inspira a quién, quién se deja dirigir y quién hace el trabajo sucio de forma que los militares británicos no tengan que mancharse las manos enredando en los asuntos internos de España; no sería extraño.

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

14 de noviembre de 2018

Blog: generaldavila.com

Gibraltar y el Brexit: La Royal Navy envía dos Avisos para Navegantes. Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

El HMS Talent, averiado, atracado en el muelle Z de Gibraltar

En estos tiempos de tribulación que padecemos, con tantos mensajes confusos como recibimos, parece que los únicos que envían señales claras son los militares británicos en lo relativo a Gibraltar y el Brexit.

Mientras nosotros no conseguimos ponernos de acuerdo con el objetivo de reintegrar Gibraltar a España, la Royal Navy nos ofrece dos muestras claras de las razones por las que no está dispuesta a moverse de Gibraltar.

La vieja torre de control de Windy en primer plano con la nueva en construcción justo detrás de ella.

El primer ejemplo palpable de su interés lo ofrece la nueva torre de control que están construyendo en la meseta de punta Europa, al sur del Peñón, en el lugar conocido como Windy. Es una gran estructura en la que están invirtiendo más de dos millones de libras, tanto en el edificio como en sus equipos. Como puede verse en la fotografía parece que está destinada a sustituir a la otra torre (anexa por su fachada sur), que tiene más de 25 años de antigüedad. Su misión será la de conocer en todo momento el tráfico de superficie por el Estrecho de Gibraltar y, muy importante, obtener Inteligencia visual, optrónica, radar y electrónica de toda cuanta plataforma, civil o militar, entre en su radio de acción, sin olvidar las comunicaciones a cuya interceptación dedican muchos de sus afanes. Los trabajos en la nueva torre están muy avanzados y puede suponerse que su aspecto será espectacular mostrando un decidido afán de permanencia.

El siguiente ejemplo, también visible este mes de septiembre, lo constituye la presencia del submarino nuclear HMS Talent (con un amplio historial de averías) de la misma clase que el infortunado HMS Tireless y bastante más antiguo que el HMS Ambush, también de triste recuerdo en el Estrecho.

El HMS Talent, averiado, atracado en el muelle Z de Gibraltar

El caso es que las autoridades de la Royal Navy, en lo que pareció todo un detalle de aprecio hacia la población de Gibraltar, decidieron que el HMS Talent entrase en ese puerto el día 8 de septiembre para –según dijeron- estar presente en los actos conmemorativos del denominado día nacional de Gibraltar que se celebra el día 10. Así fue, y muy celebrado y agradecido en la localidad. Lo malo es que once días después, el submarino seguía en puerto, junto con un movimiento inusual de grandes aviones de la RAF que han transportado personal y material. En realidad, el «detalle» de la Royal Navy fue colarle a la población local el enésimo submarino nuclear averiado. Por lo que se ve, los británicos necesitan esta base –lejos de la metrópoli- para poder hacer reparaciones de emergencia a sus submarinos nucleares porque se averían más de lo que sería prudente.

Y a todo esto tenemos a los políticos españoles de la Comarca – a diestra y siniestra- compitiendo a ver quién es el que consigue – a cuenta del Brexit- mayores favores para Gibraltar y para esa cifra incógnita tan importante como es la de los que se dicen trabajadores españoles en Gibraltar. Su cifra real probablemente nuestras autoridades la desconocen pues no se ha publicado ni se sabe que exista un censo oficial español que ofrezca un mínimo de garantía, sólo se manejan las cifras que proporciona Gibraltar.

Así tenemos a nuestras autoridades otorgando la máxima prioridad al bienestar de una cifra desconocida de trabajadores españoles que, casualmente, son los que hacen posible la supervivencia de la economía de Gibraltar y por ende, la de la base militar con sus submarinos nucleares y demás recursos como los de Inteligencia.

El bienestar de los nuestros es tan importante que incluso las autoridades de Gibraltar y las británicas (algo asombroso) no dejan de repetir su interés por ellos, naturalmente junto con el bienestar  -suponemos que bastante más alto- de los habitantes del Peñón.

Habilidad que tienen para manejar  a los españoles como rehenes con los que conseguir garantías sobre la fluidez del tránsito por la verja, absolutamente vital para la supervivencia de la colonia e incluso, de la industria turística local. En su trabajo cuentan con la valiosa colaboración de unos periodistas y significados políticos de la izquierda parlamentaria española reconvertidos, algunos de ellos, en algo así como asesores del denominado ministro principal.

Si la situación está evolucionando como se ha publicado, no nos extraña lo exultante que están las autoridades llanitas pues, según parece, los cuidados con que –durante años- han tratado a sus asesores finalmente dan sus frutos.

Los españoles que trabajan en Gibraltar los cifran en unas 8.000 personas. Todas ellas serán muy importantes –sobre todo los asesores- pero no creo que sean menos importantes que las más de 200.000 personas que viven en el arco de la bahía de Algeciras y que, debido a la colonia británica, se ven obligadas a asumir unos riesgos que no les corresponden. Dicho sea esto sin entrar en el resto de las importantes consecuencias negativas que tiene para España la presencia de este como de cualquier parásito, como apuntó una de nuestras autoridades.

Paradojas de una política –principalmente de izquierdas pero también de derechas- interesada en mantener la presencia de una base militar colonial extranjera en nuestro territorio y que –aparentemente- se queda tan tranquila como si no hubiese alternativas que ofrecer a quienes atraviesan la verja a diario. Mucho «bienestar» deben recibir unos y otros. Hasta es posible que alguno de estos políticos españoles no sepa que Gibraltar es una base militar desde la verja hasta punta Europa, de la costa de levante a la de poniente, en la superficie y en el interior del Peñón así como en las aguas españolas que lo rodean.

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Blog: generaldavila.com

22 septiembre 2018

 

«Smokey Joe» y la «guerra química» contra la Royal Navy Ángel Liberal Fernández, Capitán de navío (R.)

El Dragaminas «Tambre»

En estos últimos años, de vez en cuando, el editor de un  periódico de Gibraltar se refiere a los tiempos en que un buque de guerra español, al que jocosamente denomina «Smokey Joe», navegaba por las aguas de la bahía de Algeciras a finales de los 60 y comienzos de los 70 del siglo pasado.

Casi siempre era el dragaminas Tambre, de la clase Bidasoa. Estos buques se basaban en el proyecto alemán Minensuchboot 1940. Tenían unas 700 toneladas de desplazamiento, un cañón de 88 mm y una dotación de 78 hombres. Su propulsión era mediante dos calderas que quemaban carbón como combustible.

El Tambre patrullaba las aguas de esta bahía para reafirmar nuestros derechos. Sus comandantes en esas fechas fueron los tenientes de navío Santiago Liaño, Luis Carrero y Alejandro Artal, entre otros. De una u otra forma todos ellos hicieron lo mismo que vamos a relatar.

El caso es que, en repetidas ocasiones, cuando «Smokey Joe» estaba cumpliendo su misión cerca del espigón de San Felipe, se presentaba una fragata de la todopoderosa marina británica conminándole a que se marchase.

Seguramente se intercambiaban los textos de rigor reafirmando los derechos de cada uno, según su propia interpretación, aunque es posible que no siempre. Lo cierto es que normalmente el dragaminas español acababa por moverse.

Pues sí, se movía a barlovento y cuando su comandante consideraba que ya estaba en el punto adecuado, daba la orden de soplar las calderas.

En pocos minutos, la fragata británica –sometida a un inesperado «ataque» más propio de la guerra química, con su dotación cubierta de hollín hasta las cejas, sus uniformes hechos un asco y el buque pintado de negro por efecto del hollín- no tenía más remedio que marcharse y dejar a «Smokey Joe» sólo en las aguas en disputa.

En el Tambre se jugaba una porra sobre si la nube de hollín daba o no en el puente de la fragata. Además, cuando acertaban de lleno en el británico, la dotación rompía en una salva de aplausos dedicada al jefe de máquinas.

Todo esto, el «ataque químico» y la salva de aplausos, causaba un profundo malestar en la Royal Navy. El malestar trascendió a la OTAN, de la cual España no formaba parte.

Mandando el Tambre –con base en Rota-  uno de los citados, el teniente de navío Alejandro Artal, visitó Rota una agrupación naval holandesa al mando de un almirante. Éste había oído en la OTAN estas informaciones sobre los españoles y la curiosidad le pudo. Preguntó si era cierto eso que se contaba del fondeadero de La Línea de la Concepción y que se usaban buques con propulsión a carbón para llenar de humo a los ingleses y echarlos de las aguas en disputa. Le dijeron que si y que además allí mismo estaba uno. Llamaron al comandante y el almirante holandés le preguntó si podía hacerle una demostración. El comandante español respondió que si pero que necesitaba un barco contra el que hacer la demostración. El holandés le señaló uno que estaba fuera de la base y le dijo: «Ese, que es de los míos». El teniente de navío Artal hizo la demostración dando de lleno en el blanco, para jolgorio de españoles y holandeses, siendo muy celebrado por todos los espectadores.

Ese fue el «Smokey Joe» del que alguno en Gibraltar se ríe; un buque que miren por dónde puso de manifiesto una vez más que: En las situaciones de crisis las respuestas asimétricas pueden ser las más eficaces.

 Ángel Liberal Fernández, Capitán de navío (R.)

9 marzo 2018

Blog generaldavila.com

La manipulación con los trabajadores españoles en Gibraltar Ángel Liberal Fernández, capitán de navío (R)

El HMS Queen Elizabeth entra en Gibraltar

La reciente visita del portaaviones HMS Queen Elizabeth a Gibraltar ha servido para recordar que el interés del Reino Unido por el Peñón radica, principalmente, en la base militar.

La mantienen con un coste irrisorio, unos 60 millones de libras al año, porque las infraestructuras necesarias las transfirieron en 2007 a las autoridades locales. Ahora, el Ministerio de Defensa británico sólo paga los consumos. Incluso comparten los gastos del aeródromo de la RAF.

Así pues, la supervivencia de esta base militar de bajo coste depende de la economía local, lo mismo que las condiciones de vida de los 32.194 (2012) habitantes de Gibraltar que sirven al Reino Unido como excusa para justificar su presencia colonial.

Esa economía se sustenta en cinco pilares: el turismo, el centro financiero, el aprovisionamiento de buques, las apuestas on-line y, la «importación/exportación» de tabaco. Como es lógico, esos pilares dependen de la mano de obra. Gran parte de los trabajadores son extranjeros que viven al norte de la verja y se desplazan al Peñón diariamente. En Gibraltar no hay sitio para alojar a semejante número con sus familias. En una medida variable, estos pilares se subordinan a la fluidez del tránsito por la verja.

Gibraltar publica periódicamente la relación numérica de los transfronterizos. De un total de 13.251 (31.01.2018), son españoles 8.164. El pase especial para evitar la cola en la verja que se concede a los «trabajadores autorizados» lo pidieron 120 hasta mayo de 2015, en junio de 2017 quedaban unos 50; el resto, por razones no declaradas, no quiere identificarse como tales ante nuestras autoridades.

Esa cifra varía de mes en mes. En los últimos años, Gibraltar vive un auténtico boom con la construcción que se terminará en cuanto este «Kowloon mediterráneo» haya llegado a la saturación, lo que parece próximo. Es lógico pensar que se reducirán los puestos de trabajo en cuanto disminuya la actividad como consecuencia del Brexit y las empresas se marchen; por ejemplo, algunas de apuestas, industria que ocupa a unos 3.200 trabajadores. Otras podrán ir cerrando y en consecuencia, despidiendo a sus trabajadores.

El denominado ministro principal dijo el 17.10.2017 que, en caso de crisis, los trabajadores extranjeros suponen un “elemento de flexibilidad” (eufemismo de despido). Con razón insiste en que no pondrá dificultades para el tránsito, pues sería como un suicidio, pero nadie puede obligar al gobierno local de Gibraltar o a sus empresarios a mantener los puestos de trabajo.

La fluidez en la verja también es imprescindible para mantener las condiciones de vida de que disfruta su población desde que se abrió el paso en 1985. Gibraltar ha llegado a convertirse -a costa de España- en el territorio con la tercera renta per cápita más alta del mundo; algo difícil de mantener si tiene dificultades.

Ante la amenaza del Brexit, el gobierno local ha movilizado a todos sus colaboradores españoles necesarios (conscientes o inconscientes) y estos repiten sus consignas. La más  importante destaca que si hay problemas en la verja, los trabajadores españoles -utilizados como rehenes- perderán sus puestos de trabajo.

La pregunta obvia es: ¿cuántos trabajadores españoles hay en Gibraltar, según los datos oficiales de España? La respuesta pertenece al más profundo de los arcanos.

En la página web del Ayuntamiento de La Línea, en donde se insiste en la dependencia de la ciudad respecto a la colonia británica, los datos que figuran sobre trabajadores españoles están tomados de las estadísticas del gobierno de Gibraltar. La Línea no debe disponer de datos propios.

A raíz de la reciente visita del ministro principal a Sevilla, las autoridades autonómicas hicieron varias declaraciones sobre la prioridad para las personas, la defensa de los derechos de los transfronterizos y la necesidad de mantener la fluidez en la verja.  Las cifras publicadas son las mismas que ofreció el gobierno de Gibraltar. Parece que en Sevilla tampoco tienen estos datos de fuentes propias.

En esos días, un miembro de uno de los grupos más significativos entre los colaboradores necesarios de Gibraltar declaró que «La cifra de 8.000 que cruzan la verja a diario es incorrecta porque no incluye a los trabajadores de empresas españolas contratadas en Gibraltar ni a otros que pueden no estar registrados. La cifra real podría ser el doble».

Podría plantearse una reunión en Bruselas en la que se tratase del problema de los transfronterizos. Si los comunitarios preguntan de qué volumen de trabajadores están hablando, podría ocurrir que el representante español carezca de datos propios.

Podemos encontrarnos con nuestras propias autoridades asegurando la fluidez del tránsito por la verja para defender los derechos de nuestros trabajadores  y evitar los inconvenientes que podrían producirse a un número supuesto de ellos que, muy probablemente, tendría que ser el que digan las autoridades de la colonia. Al mismo tiempo se estaría profundizando en la dependencia que tiene La Línea respecto a Gibraltar.

La defensa de la fluidez en la verja, objetivo prioritario del gobierno local de Gibraltar para asegurar su economía y sus condiciones de vida actuales, es algo imprescindible para los intereses militares británicos por su dependencia de la economía local. Para ellos, una buena opción podría ser la de lograr un compromiso permanente español -supervisado por la UE- de no poner trabas en la verja para no perjudicar a los trabajadores, aunque su número disminuya en varios miles en cuanto el Brexit entre en vigor.

Con independencia del número de trabajadores, serían nuestras propias autoridades y sobre todo los partidos de la izquierda parlamentaria española y los sindicatos, quienes estarían defendiendo la supervivencia de la colonia y la de la base militar británica, a pesar de los riesgos que impone a la seguridad de las 236.770 (2016) personas que habitan en los municipios de la bahía de Algeciras.

Picardo ante los diputados británicos

Ángel Liberal Fernández, capitán de navío (R.)

Discurso Del Ministro Principal A Los Diputados Británicos Que Visitan Gibraltar En Un Viaje Organizado Por El Programa Para Diputados De Las Fuerzas Armadas

Blog generaldavila.com

26 febrero 2018