¡YO SOY ESPAÑOL, ESPAÑOL…! General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

«Han intentado romper el país, pero la paradoja es que han conseguido unirlo. No tenemos que pedir perdón por usar el español. Ningún español va a tener que pedir perdón por usar su bandera, su lengua o sentirse partícipe de un proyecto común».

Son palabras del líder del partido político español de moda.

Marta Sánchez

Con la música de fondo, del corazón, todos al grito de: « ¡Yo soy español, español…!», « ¡Viva España!» y « ¡España, España!», se presentaba la llamada Plataforma España Ciudadana, en Madrid, encabezada por el líder del partido de moda, Ciudadanos. ¿Oportunismo? Ante miles de personas unidas alrededor de los símbolos de España: Bandera e Himno Nacional. Ponía letra y color, sentimiento y pasión, Marta Sánchez.

Me sorprendí. Algo muy grave debe estar pasando para que de repente la calle grite ¡España!, para que se movilice a los votantes alrededor de la Patria, para que un oportunista y hábil político levante su voz joven y se una a la de los tildados de rancios personajes de la caverna. De nuevo se reclama la Bandera, en los balcones, se apoderan de Marta Sánchez, Soldados del Amor, una proclama que quiere conquista, recuperación, motivación. Los rancios que llevamos hablando de España años, reclamando el nombre de España, pidiendo unidad y sentido de Nación, resulta que ya no debemos ser tan rancios y trasnochados como decían.

Hace unos días escribía un artículo: ¿Qué podemos hacer por España nuestra Nación? Y les hablaba de la necesidad de ir más allá, de encontrar la idea que una, que ilusione, que tenga la fuerza imparable de la verdad, la virtud, la rectitud y el buen obrar, por ella y para ella. Solo hay una: España, la Nación. Una idea que arrastre y se enfrente con éxito al mayor problema que hoy tenemos, la quiebra de la unidad de España.

El líder de Ciudadanos presenta España Ciudadana

¿Qué cómo se hace eso?, les preguntaba. Sin teorías ni complicadas lecciones. Ahí lo tienen. Alguien se ha dado cuenta de que lo que decíamos no es mala idea. Volvamos a la unidad de la Patria, a la Bandera, al Himno y al sentimiento, sintiendo que esto se nos va de las manos.

Hasta el diario ABC se apunta, ahora, al fervor patrio, vendiendo pulseras con la bandera de España. A tres euros, desde este mes de junio.

Todos patriotas después de abandonar a España durante los años más decisivos. Después de permitir lentamente que la política acabe en enfrentamiento por lo esencial, el sentido de nación, que las cañas se conviertan en lanzas, ahora salta la alarma, tarde y mal, con la justicia en lucha ingrata, sola y abandonada ante la fractura, con Europa de espaldas y nuestros políticos llamándose andanas.

Nos señalaban como trasnochados, rancios, por defender la unidad de España, lo hemos hecho sin retóricas, sin retrocesos, sin nostalgias ni intereses de ningún tipo que no sean el amor a España que se traduce en progreso, en unidad, soberanía, libertad y futuro.

Por España. Todo por España. Todos juntos por España

Lo que unos abandonan otros recogen y utilizan. Y España está abandonada. Los partidos políticos han iniciado su carrera a las elecciones y toman postura, ¿o postureo? Nadie debería hacerse dueño de la idea de España, de sus símbolos, de su unidad. No hay ni debería haber una Plataforma España, única, de un partido, sino un compromiso firme de todos los partidos políticos serios, con idea de gobernar, para hacerlo desde la unidad, desde el respeto a la Constitución, a la soberanía e integridad territorial. Podemos confiar, no lo sé, pero no hay más alternativa, que en las tres fuerzas (juntos en lo fundamental son fuerza) constitucionales, Partido Popular, Partido Socialista y Ciudadanos. O parten juntos de la misma idea de España o esto se va al garete. Si seguimos con la nación de naciones, la tibieza en la defensa de la unidad de España, las cainitas traiciones, los dosieres bajo la mesa, la corrupción moral y la otra, el resultado del futuro electoral va camino de ser, una vez más, las dañinas taifas que nos llevan camino de la desaparición. ¿Tan complicado es un pacto de Estado, tan complicado es ponerse de acuerdo en lo fundamental frente a los graves ataques que sufrimos?  No es momento de experimentos. En tiempos de crisis no hacer mudanza. Dejemos los quizá necesarios cambios para otro momento. Ahora es el de hablar de unidad. El joven, oportunista e inteligente político, que se ve cerca de Moncloa, aprovecha la oportunidad de la dejación de España por otros y se pone a gritar: ¡Que Viva España! ¡Yo soy español, español! Sabe lo que hace y ocupa el hueco que otros dejan vacío. España vende, España mola, los españoles quieren recuperar España. Hay sed de España.

Pero no queremos al flautista de Hamelín sino a los tres mosqueteros y que no sea uno sino dos, tres, hasta setenta veces siete los que pronuncien el nombre de España.

No es rancio ni trasnochado el que como Eduardo Marquina, En Flandes se ha puesto el sol, recuerda:

« ¡Por España!
y el que quiera defenderla,
honrado muera.
Y el traidor que la abandone,
no tenga quien le perdone,
ni en Tierra Santa cobijo,
ni una cruz en sus despojos,
ni las manos de un buen hijo
para cerrarle los ojos».

Sé que es un sueño lo que escribo. A casi nadie desde el poder le importa España. ¿Por qué? Porque el poder es la puerta de la vanidad y la soberbia. Es el «mal de poder», incurable, que te hace creer en ti, exclusivamente. No están dispuestos a ceder sino a seguir echándose a la cara los jirones de la Patria que han deshecho

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

28 mayo 2018

UN COCIDO DE HERMANDAD EN LA HERMANDAD-General de brigada Adolfo Coloma Contreras (R.) LOS VERSOS DEL CORONEL (Félix Torres Murillo)

Hoy, queridos lectores, quisiera tener el verbo, el ritmo y el gracejo de Eduardo Marquina para compartir con Vds. la memorable reunión que hemos tenido, en torno a un sabroso cocido madrileño,  los viejos soldados componentes del blog General Dávila, con la mayor parte de los colaboradores que nos han prestado altruistamente su ingenio, su pluma y su prestigio para unirse a nosotros en un grito unánime, por la Unidad de España.

Jornada tórrida en la capital del reino, casi impropia de lo que los modernos calificarían de “posverano”. Uno de esos días en los que cualquiera quisiera estar lejos, muy lejos del foro. Mañana de viernes, con cortes de tráfico debido a la instalación de las tribunas para el desfile del Día Nacional, aderezadas con manifestaciones de los policías nacionales que reivindicaban su dignidad y sus mejoras retributivas. También por la acumulación  medios audiovisuales de prensa y televisión ante la Audiencia Nacional por la comparecencia de Josep Lluís Trapero, mayor de los Mosos de Escuadra y los presidentes de Ómnium Cultural, Jordi Cruixat, y de la ANC, Jordi Sánchez. Y finalmente, por otra manifestación ante la sede del PP, en la calle Génova, para manifestar la disconformidad con el sesteo  de su presidente e inquilino de la Moncloa. En pocas palabras, un caos circulatorio en la ciudad de Madrid, en un día convulso y crispado por la situación que estamos viviendo y padeciendo en esa querida tierra catalana.

Y ahora en medio de ese caos de un día tórrido, acompáñenme a la Hermandad Nacional de Antiguos Legionarios, ubicada en el callejón que une la castiza Calle Mayor, en el Madrid de los Austrias, con la Plaza Ramales y los espléndidos Jardines de Sabatini, en el Madrid de los Borbones. Justo pues, en  el eje urbanístico de las monarquías que han articulado la Unidad de España a lo largo de los últimos cinco siglos. Un sobrio edificio, antiguo cuartel de guardias corps, de recios muros a los que apenas castiga el sol ¿Me siguen?

Se trata de un local con sabor a viejo mesón, amplia barra ¡que no falte! Atendida por Félix y su entrañable familia, y cuajada de cuadros, fotos, metopas y un sinfín de recuerdos legionarios. La Hermandad de Legionarios, la casa de los legionarios en Madrid, nuestra casa.

Y a ella hemos acudido para reunir a los colaboradores de la campaña “ESPAÑA UNA E INDIVISIBLE” que hemos venido desarrollando en el blog durante todo el mes de septiembre, para ofrecerles un cocido como una muestra del agradecimiento que en nuestra modestia nos hemos podido permitir a su impagable contribución. Como diría aquel inefable poeta sevillano Rafael de León

“que limosna tan chiquita

Y qué recompensa tan grande”

Pasen y acomódense junto a todos nosotros, queridos lectores. Aunque no sea capaz materializarles el sabor de ese cocidito madrileño (“pesadumbre y alegría, porque tú eres gloria pura”) permítanme al menos compartir con vds. lo que vivimos en torno a tan frugal menú. El sentir  de un grupo variopinto de comensales: escritores, periodistas, profesores, historiadores, empresarios, junto a viejos soldados. Y hasta “ha venío un menistro” me dijo un parroquiano al vuelo.

Allí se brindó, por España y por el Rey ¡cómo no! Y al final con la tradicional leche de pantera, también se brindó por la Legión, pero entre uno y otro brindis, déjenme que les cuente lo que aconteció.

Pues que tomó la palabra con toda espontaneidad el más significado por edad, porque todos éramos iguales en dignidad en aquel ambiente de hermandad y nos propuso que entre bocado y sorbo de vino habláramos de lo que nos había traído hasta allí. Fue sin duda emocionante oir hablar de la soledad del soldado, del ambiente de preocupación que les embarga a ellos y a todos, de la España que disfrutamos gracias a la constitución pero que es  mucho más antigua que ella. Se habló de nuestra cercanía y de la preocupación que sentimos por los catalanes, sufridores en primer término de esta tragedia. Se habló de sentimientos de afecto y agradecimiento a la Guardia Civil y a la Policía Nacional. Y se habló de historia, y se habló de empresas, de educación, relaciones internacionales y se habló de futuro. Se habló, sin duda de preocupaciones y de frustración, de traiciones y deslealtades. Pero se habló sobre todo de solidaridad con los catalanes y de confianza en un futuro en el que hayamos sido capaces de aprender de los errores y entender esta crisis como una oportunidad para afianzar nuestra convivencia en el futuro. Se habló pues, de lo que ha dicho a todos los españoles sin exclusión SM el Rey.

Y esto es, a vuelapluma, lo que sucedió en esta agradable y fraternal reunión en la que un grupo de viejos soldados hemos tenido la suerte y el acierto – permítanme este punto de vanidad-  de aglutinar a personas de tan diferente visión de la sociedad, desde tan diversos puntos de vista profesionales y hasta ideológicos, en torno a una enorme preocupación y una única idea: la unidad de España. Hemos hablado, con distinta música de fondo pero de la misma canción:

“Mi querida España,

esta España mía

esta España nuestra”

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

LOS VERSOS DEL CORONEL (IV- 4)

            Félix Torres Murillo. Coronel de Infantería DEM (r)

MOMENTOS

(Soneto)

 Soberbio el humildísimo cocido,

de sentires cargado el escenario;

veinte almas diversas, y en su almario,

la lealtad de un patriótico sentido.

 

Veinte los corazones, y un latido;

de los temas, copioso el inventario

que aboca en entusiasta corolario

de a la Patria servir, allí vivido.

 

Anécdotas, reseñas, pensamientos,

recuerdos que, aún lozanos, emergieron:

especial y admirable la compaña.

 

Y en tales, singulares, los momentos,

brindando por aquellos que cumplieron,

lo hicimos ¡por el Rey, y por España!

Coronel Félix Torres Murillo (R.)

6 oct. 17

Blog: generaldavila.com