MUERTE DEL GENERAL MILLÁN-ASTRAY FUNDADOR DE LA LEGIÓN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

1 DE ENERO DE 1954. Muere el fundador de la Legión, general José Millán-Astray. Pide que en su tumba solo aparezca:

Caridad y Perdón

Millán Astray

Legionario

Se cumplen 65 años de la muerte del fundador del Tercio de Extranjeros, Legión española. Esta fecha no nos puede pasar desapercibida para la Legión, para el Ejército español. Este año 2019 empieza la cuenta atrás hasta alcanzar la fecha del Centenario de la fundación de la Legión: 28 de enero de 1920.

He repetido y vuelvo a hacerlo: Ha sido la obra más transcendental realizada en el Ejército español en los últimos cien años. Fue la recuperación del espíritu de aquel soldado de leyenda, el mejor del mundo, el español. Esa es la obra y hay que rendir homenaje a su creador: Teniente coronel Millán-Astray.

El testamento es su última lección legionaria:

<<Como ya tengo dicho, deseo que no haya ningún rito funerario, sino rito legionario. Que me envuelvan en una sábana blanca, con un pequeño crucifijo encima del pecho, y la bandera puede ser la del edificio>>.

<<Nada de túmulos. Nada de luces ni hachones. Encima de la tapa de la caja, que será muy sencilla y lo menos parecida a los vulgares ataúdes -pero que no sea de mucho valor-, se pondrá mi gorro legionario y un guante blanco>>.

<<No se pondrá encima ninguna clase de monumento, sino simplemente un recuadro de piedra de granito, con una pequeña lápida, en la cual esculpirán arriba: “Caridad y Perdón”. Más abajo: “Millán-Astray”, y debajo: “Legionario”>>.

Son palabras que definen a su fundador y a su obra. Los novios de la muerte se van de manera sencilla con el honor y el valor de ser únicamente legionarios. Él era el valiente y leal legionario, soldado fundador de la brava Legión. Pesa en su alma doliente calvario que en el fuego buscó redención. Herido por todas partes, cosido a balazos, siempre fue el ejemplo para sus legionarios. Hoy sigue siéndolo.

Rendimos nuestro homenaje de cariño y admiración mientras recordamos sus palabras y elevamos una oración al Cielo legionario que preside otro legionario: El Cristo de la Buena Muerte, nuestro Protector.

Con sus palabras.

<<Y con voz vibrante y con mi gorro (que jamás abandonaré) en alto en mi mano derecha, grito hoy con toda mi alma como grité en Nador, en el Ajmás, en el Fondak de Ain Yedida, y Kudia Tahar- ante mis nueve banderas, mi Escuadrón de Lanceros y mis Planas Mayores:

¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA LA LEGIÓN!

Recibid el corazón de vuestro Coronel para siempre

Ceuta 18 de Junio de 1927, MILLÁN-ASTRAY››.

¡General Caballero Legionario Millán-Astray! ¡Presente!

1 enero 2019

Blog: generaldavila.com

HASTA AQUÍ HA LLEGADO EL GRITO: ¡A MÍ LA LEGIÓN! General Dávila (R.) (General de la Legión entre 2001-2004)

El diario ABC de ayer, 17 de diciembre, publicaba en su Tribuna Abierta un artículo del que fue vicepresidente del Tribunal Constitucional, el Magistrado don Ramón Rodríguez Arribas. Su título, ¡A mí la Legión!, es suficiente para justificar mi intervención ya que forma parte de nuestro Credo, enunciado de uno de sus espíritus, que siempre, siempre, tiene respuesta por parte de la Legión y sus legionarios. Es el Espíritu de Unión y Socorro: <<A la voz de “A mí la Legión”, sea donde sea, acudirán todos, y con razón o sin ella defenderán al legionario que pide auxilio>>.

Por tanto, como un legionario más, acudo al grito, y seguro que otros muchos lo harán o se sumarán a mis palabras.

ABC de 17 diciembre 2018

Oído el grito, damos las gracias. ¡Aquí estuvimos, estamos y estaremos!, siempre con el Cristo de la Buena Muerte a nuestro lado. Gracias don Ramón por acordarse de los legionarios. Sus palabras tienen eco entre nosotros y de un gran valor: Es imprescindible para la vida de la Legión que se hable de ella, que la conozcan, que no se olvide, que hasta es aceptable la propaganda negativa; en una palabra, la que habla mal de la Legión o de los que la componen. Porque la Legión actúa de potente crisol que todo lo funde. Y apartando las escorias, al verter su contenido, el rojo de la fundición, al hablar de la Legión, reverbera sobre ella, convirtiéndola en propaganda positiva”. Así decía su fundador el teniente coronel Millán-Astray. Por ello le agradecemos que nos haya recordado.

El legionario es bravo, la Legión se construyó con los luchadores de la vida, los aventureros, los soñadores, los esperanzados y los desesperados. Sigue siendo así, por qué aquí aflora la complejidad humana con sus pasiones, necesidades y desarraigos. La República mejor y más política del mundo, en que nadie espere que ser preferido pueda, por la nobleza que hereda sino por la que él adquiere. El legionario necesita verse envuelto en una aureola romántica, en un poema de lucha entre la vida y la muerte, en la vida misma. La Legión trasciende en el tiempo y ser o haber sido legionario es pertenecer a una hermandad que te acompañará siempre, si tú quieres, sin imposiciones. Nos gusta que hablen de nosotros, y que nos canten al paso legionario, que nos aplaudan, que sepan que estamos, también, para cuando vienen mal dadas, como usted en sus palabras ha expuesto.

La historia de los legionarios, camino del Centenario, es una de las poesías épicas más bellas y duras de la historia de España. Poesía de la vida construida con la pobreza y la grandeza de una vida efímera en la mayoría de los casos, pero vivida con la intensidad del que sabe que puede  morir, que va a morir cuando entre en combate.

Bandera de la Legión «Millán-Astray»

Sí, don Ramón, la Bandera Millán-Astray sigue entre nosotros y seguirá dando lo mejor de cada uno de sus legionarios allí donde se requiera. Ha estado en todos los fregaos, como en argot legionario se dice.

Hubo un momento en que se puso en duda la necesidad de mantener la Legión. Hasta que los legionarios dieron de nuevo su vida, derramaron su sangre con valor y honor lejos de España. Por la paz.

Hoy, como usted bien dice, la Legión es la vanguardia de la defensa de Europa y entre sus unidades, la Bandera Millán-Astray está en primera línea, llevando el nombre de su fundador.

Gracias por sus palabras y con las mías respondo al grito de ¡A mí la Legión! Es la respuesta de quien les ha mandado y buena parte de él allí ha dejado. Para siempre.

Se lo merecen todo, pero ellos saben que a cambio no recibirán nada. Y a eso se le llama amar a España.

Le doy las gracias y le envío un fuerte abrazo legionario.

General Rafael Dávila  Álvarez (R.) (General de la Legión entre 2001-2004)

Blog: generaldavila.com

18 diciembre 2018