LA LEGIÓN ANTE EL FUTURO: ¿QUÉ SIGNIFICA SER LEGIONARIO? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

De antemano les digo que no voy a dar respuesta alguna. Sería descubrir un misterio y eso por definición es imposible. Lo que podemos hacer entre todos es aproximarnos al significado y escuchar el latido del sentimiento legionario por lo que hemos visto, vivido y aprendido cerca de los que sin saber lo que es ser, lo son.

De entrada aprecio que uno de las grandes virtudes del legionario es su soberbia humildad. Un oxímoron que hace de la soledad altiva, del que sabe que no hay tiempo que perder, una reflexión que le sublima ante las puertas de lo grande que le va a suceder: la muerte si es que llega.

Hay que hablar del Credo. De los artículos para la guerra y los permanentes para cualquier situación. De guerra es el espíritu del legionario, el de marcha, sufrimiento y dureza, acudir al fuego, disciplina, combate, muerte y bravura. Siempre y en cualquier situación: la bandera y la Legión.

Estos que parecen los más duros y difíciles de hacer realidad, vida y presente, encuentran en la práctica un sencillo cumplimiento del que está llena de ejemplos la historia de la Legión.

Otros espíritus más sencillos y usuales a priori, que deberían ser de uso diario y constante, tienen un cumplimiento más dudoso y presentan mayores dificultades en la cotidiana vida dentro y fuera: Compañerismo, Amistad y Unión y Socorro.

El Espíritu de compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos.

El Espíritu de amistad: De juramento entre cada dos hombres.

El Espíritu de unión y socorro: A la voz de ¡A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.

Durante estos últimos años, próximos al Centenario, y ya en él sumergidos, oigo con una preocupante frecuencia, repetido como si de un mensaje se tratara, desde dentro, que la Legión se ha adaptado a la modernidad y al nuevo estilo que la sociedad demanda. Lo he oído tantas veces que me ha hecho reflexionar sobre nuestro pasado, presente y futuro.

Me ha sonado el mensaje como una renuncia a lo que fue la Legión, una excusa (¿pedir perdón?) de lo que fue en el pasado, un no querer ser aquello que fue y por tanto renuncia a su historia primigenia y sus fundamentos o principios. La historia de la Legión no puede explicarse en color, en tecnicolor, porque la guerra es en blanco y negro y solo reluce en roja sangre y dolor eterno. La Legión está hecha para la guerra y no hay más. Si es otra su misión que se llame de otra manera y que sirva de manera distinta. Busquen a otros.

Ser legionario significa combatir hasta morir. No otra cosa, que para otra cosa no es necesaria legión, ni la Legión.

El futuro de la Legión es dudoso, porque entendieron (es una vieja historia de uniformados) que puede sobrevivir con su folklore más o menos atractivo, incluso con su polémica existencia, siempre que, con cobarde habilidad, quede solo su representación. Bambalinas, una teatral escenificación.

Al valor se le engaña: «Cuán dulce el engaño,/ que encamina al fin imaginado y deseado…». Porque ya han pasado los tiempos aquellos en los que se podía, entonces, ser sabio y guerrero; y poeta. Hoy basta con ser malvado.

El general Millán-Astray, fundador de La Legión, lo dejó escrito: «¡Gorros y chambergos, capotes y sandalias, camisas descotadas, correajes, oficinas, motocicletas, calabozos y guantes de manopla! Sois el vestuario, las bambalinas, los telones; pero el escenario está en otros lugares y allí… ¡Es la tragedia la que se representa!».

La Legión es tragedia, belleza homérica para quien la siente, una comedia que no requiere escenarios ni actores deslucidos. Solo el campo de batalla.

Solo la realidad del combate, la tragedia que se representa cada día.

No les entrenéis para la escena; no para otra cosa que no sea el combate. No engañéis a los legionarios para que sean como los demás o, si así lo queréis, borrad su nombre; llamadlos de otra manera. ¿Quién sabe del duelo con la muerte sino los analfabetos de la vida?

Contad la verdad con la dureza y sin temor a las consecuencias. Pero jamás admitáis un sucedáneo de la historia con el peso que ello significa para su continuidad. Ser legionario es insoportable, para algunos inadmisible; por ello hay que mantener algo más que su imagen: su verdad.

Cien años de Legión no pueden tirarse por la borda de la historia ni contar cosa distinta a lo que fue, a lo que debe ser y seguir siendo.

Que cada uno ocupe su sitio en formación y todos cumplan con su deber. Será el mejor homenaje a un Centenario entre sombras.

Rafael Dávila Álvarez. General Jefe de la Legión entre 2001 y 2004.

Blog: generaldavila.com

15 noviembre 2020

 

HAN ECHADO AL REY DE ESPAÑA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

En este caso ha sido a Don Felipe. De Cataluña (Expaña). No dejarte ir es peor que echarte.

Es la primera vez que no asiste el Rey al acto de entrega de despachos de los nuevos jueces. Se le invitó, confirmó su asistencia y, después, dijo no. Moncloa, los del Palacio, dicen que la ausencia es por motivos de seguridad. ¡Mira por dónde! Pues ¡A mí la Legión!, que la ministra de Defensa dice ser de la familia legionaria.

La Zarzuela calla, luego otorga: seguridad. Si una nación no es capaz de <<asegurar la seguridad>> del Jefe del Estado, ¿cómo va a ser capaz de hacerlo con sus ciudadanos?

Dimitan los responsables y entréguense los culpables.

Están ocurriendo muchas cosas en España. Esta, hasta ahora, es la más grave sin ningún género de dudas. A poquitos; y con la última cucharada te tragas el sapo.

Ceuta y Melilla fueron también vetadas en los viajes del Rey por las Comunidades. El presidente del Gobierno fue el culpable.

Entre republicanos viscerales, pelotas indiferentes, e inútiles monárquicos, anda el juego. Pero lo peor es la mala gente. La que a juicio de Diego Saavedra Fajardo su actitud imita el curso de la culebra torciéndose a una parte y otra con tal incertidumbre, que aun su mismo cuerpo no sabe por dónde le ha de llevar la cabeza; señala el movimiento a una parte, y le hace a la contraria, sin que dejen huellas sus pasos ni se conozca la intención de su viaje.

La culebra ya ha mordido y el veneno está haciendo sus efectos. ¿Antídoto? Son ustedes, somos todos, los que vivimos en la placidez de dejarnos llevar por el dulce efecto adormecedor de la sustancia.

Si esto sirve de algo debería ser para que los españoles abran los ojos y se den cuenta de qué estamos en manos de carceleros: recortes a la libertad, comunismo y placet al blanqueo del terrorismo, pobreza que viene y expaña en fabricación. Indudablemente que ni la madre que la parió.

De nada servirá afanarse, nadie luchará en defensa de la identidad, porque lo peor de todo esto es que, parece, que los españoles estamos encantados con lo que tenemos y con lo que no vamos a tener: orden y trabajo.

Oposición: ¿Hay alguien más? Que oigan a Paloma San Basilio: Juntos. Cruzar en rojo lo semáforos.

El lejano 3 octubre de 2017 fue un día memorable, cuando el Rey dejó claro el futuro de España. Todos confiábamos en su mano firme, en la Ley y sus intérpretes. Por España, iba Todo por España. Es pasado.

Cada vez se amortiguan más las palabras, se pierden en horizontes de acontecimientos.

Llevo mucho tiempo sospechando que el enemigo está dentro. Muy dentro. Hasta en el ADN.

Al Rey Alfonso XIII le gritaban: <<No se ha marchao, que le hemos echao>>. Don Juan Carlos se ha ido. A Don Felipe le prohíben pisar Cataluña.

También Ceuta y Melilla.

Estado de Alarma. No termina ahí la cosa. La Constitución lo contempla, con paso firme y paso siguiente: Excepción y Sitio.

Excepcional y grave es que el Rey no pueda desplazarse por España y que su seguridad esté en peligro: ¿porque tenemos unos peligrosos políticos que la ponen en peligro?

El presidente del Gobierno es el culpable. Debe una explicación pública a los españoles. Es inadmisible. Es lo más parecido a una dictadura del tipo de las contempladas con admiración por algunos de los que con él gobiernan.

España condenada. Los condenados indultados.

«¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo… con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado?».

Guardar y hacer guardar (o alguien tendrá que hacértela guardar).

Cúmplase la Ley.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

24 septiembre 2020

 

ALFONSO USSÍA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Don Alfonso Ussía, mi amigo Alfonso, se va de La Razón y yo, que soy legionario, que he mandado a los legionarios de general, no tengo más remedio que poner remedio por medio recordando lo que dice el Credo de la Legión, que es Credo de vida para los que somos y sentimos el ser y el hacer legionario. Dicen tres de sus espíritus que son los de paz y guerra:

Espíritu de compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos.

Espíritu de amistad: De juramento entre cada dos hombres.

Espíritu de unión y socorro: A la voz de ¡A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.

Alfonso Ussía es Cabo Primero del glorioso Ejército de Tierra español y Legionario de Honor. ¡Ahí es na!

Además de todo eso, es General y Almirante de las Letras, de la sintaxis, que como dice nuestro común amigo Gabriel Albiac es «la orden de la tropa para entrar en el combate».

Ahí no queda la cosa, porque también apadrinó este blog cuando lo presentamos en el Centro Cultural de los Ejércitos con la plaza a reventar.

Alfonso no es un hombre fácil. Yo tampoco. Dios me libre de los hombres fáciles… con lo cual nos hemos facilitado mucho las cosas y lo hacemos, como en la Legión, a pecho descubierto y como nos sale de… muy dentro.

Como somos difíciles personalidades, hacemos lo que nos da la gana y a la hora de decir, decimos y no callamos, y será porque dice otro espíritu del Credo que todos los hombres legionarios son bravos. Muy bravos quiero a mis soldados. Bravo es este general de la sintaxis.

Así que aquí estamos, querido Alfonso sin abandonar a un amigo, con nuestro juramento entre dos hombres y con el ¡A mí la Legión! que resume en palabras, para muchos incomprensibles e inalcanzables: compañerismo, amistad, unión y socorro.

Claro que todos saben que ¡A mí la Legión! es con razón o sin ella. No voy a hacer el juego fácil de palabras, aunque por si acaso, como hay muchos que no son de letras, que la sintaxis se les queda como la luz verde (sí la de los taxis), lo recordaré.

Con La Razón o sin ella (en este caso sin La Razón, pero con razón), incluso sin que Alfonso pida auxilio, que no lo hará nunca, ni lo necesita, ahí estoy y estaré. A su lado.

Se dice y se repite en la Legión: ¡Siempre! ¡Siempre!

Porque además los dos sabemos, lo hemos mamado y refrendado en nuestro beso a la Bandera, que andamos por la vida sin pretender ser más que otros, pero tampoco menos que los demás.

Por eso nos pasa que ya en Flandes -lo recordarás- nos decían: «Nunca la sombra vil vieron del miedo/ y aunque soberbios son, son reportados/ Todo lo sufren en cualquier asalto;/solo no sufren que les hablen alto». Así seguimos y así seguiremos.

Querido Alfonso ¡siempre! tu general, y por encima de todo(s) tu amigo ¡siempre!

General de División (R.) Rafael Dávila  Álvarez

Blog: generaldavila.com

23 abril 2020

COTILLEOS DEL PALACIO… DE LA MONCLOA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

De fuentes bien informadas, como antes se decía, me entero de que en el Consejo de Ministros de la crisis se plantaron Calviño y Robles.

El comunista, en cuarentena, fue allí, por encima de todo, incluso del riesgo para sus compis, a sacar tajada. Dos ministras dijeron ¡basta!. Calviño vio la economía temblar y por un momento se le apareció Maduro sentado en el lugar de Sánchez. Robles vio al Ejército, en rojo, estrellado de rojas estrellas, repartiendo tiritas y con flores en los cañones, que de entrada quedaba muy bonito, pero pensó en aquello de ¡A mí la Legión! y le temblaron las canillas.

¡No. Hasta aquí hemos llegado!, Coletas, y no te arrimes tanto.

Sánchez confuso, miraba al ministro de Universidades que, como Unamuno y medio dormido, se entretenía en hacer pajaritas de papel, hasta que en una de esas gritó: ¡Viva la inteligencia! Soñaba un mal sueño. Se abrió la puerta y todos miraron hacia ella con cierto temor, por si acaso, pero no, era un ujier con una jofaina de agua para que el presidente se lavase las manos. Corría entre ministros el desinfectante.

Calviño amenazó con Europa. Voy y me chivo. Te vas a enterar, Coletas.

El Coletas miraba a Robles: Tú a mí no me tocas… mis soldados. Contestó iracunda la magistrada.

Ella a Sánchez: Mi jemad ya está preparado y me ha dicho que solo espera órdenes. Los soldados uniformados, sin armas claro, los aviones vuelan y los barcos navegan. De milagro, decía el anterior jemad, pero este me dice que no, que le sobran barcos, aviones y soldados. Para dietas no sabe si le va a llegar, pero con las de la instrucción y adiestramiento suspendido nos apañamos. Ya aprenderán y se adiestrarán más adelante. Si es necesario nos traemos a los del Líbano, Irak, Turquía, Letonia…

Sánchez respira. Robles no sabe que le han dicho lo que los soldados pueden hacer, pero nadie le ha informado de lo que no deben hacer. Ese es un problema. Siempre la confusión del poder con el deber.

El comunista veía que perdía y creía que la fiebre le subía. ¡Ía-ía-ía, Illa maravilla! Impertérrito el de Sanidad, consultaba los últimos datos del día, y todo subía y abajo se venía. Habla del INSALUD y alguien le dice que eso ya no existe. Claro él no es médico sino dialogador. ¡Anda! por eso ahora con lo de las Autonomías si a uno de Pamplona le da un jamacuco en Madrid y va a urgencias nadie conoce sus antecedentes clínicos, no hay cruce de datos.

Al comunista se le ocurrió otra vía: la Corona. Se la puso por montera y salió de la reunión muy enfadado, bueno, mejor dicho cabreado, estos no saben de enfados, sino de lo que implícito lleva lo otro. Pensaba entre moquetas: Tengo la sexta y la cuatro y hasta la cinco y la del 3, creo que la 1 y la 2; tengo, tengo, solo necesito dominar. Desde la Sierra Madrileña, nido de águilas, dominaré Madrid y sus palacios.

Lo intenta por otro camino y seguirá con su proyecto a través de las falsas noticias y medias verdades, táctica de agitación y propaganda de los bolcheviques. Le importa un bledo el virus ya que el comunismo es afecto a toda clase de virus.

No sé quién -¿el ocupador de salas VIP?-, preguntó: ¿Hasta cuándo aguantarán los españoles encerrados en sus casas¿ ¿Por qué los británicos no toman medidas? ¿Será esto imparable y no tengamos otra solución que esperar al calor de agosto? Nadie sabe nada.

Termina la reunión como el rosario de la aurora.

Saliendo el Coletas de la reunión entró Ivan, ya saben.

¿Tienes la solución? Preguntó el presidente Sánchez (a partir de ahora hay que poner el nombre porque, según veíamos ayer en el show televisivo, el de interior no dirige sino preside).

No, presidente. Llaman Pablo, Santi, Inés, que se ofrecen para un Gobierno de Concentración. ¿Y eso qué es? ¿Pero yo sigo aquí en mi colchón? ¿Y cuando esto pase sigo siendo el rey?

Pues eso tenéis que hablarlo.

Celaaaá que ha puesto el oído pregunta ¿Qué hay una concentración?

El de Interior, el que preside, mira a Robles: ¿Concentración? ¿Tú o yo? ¿Tuya o mía?

Presi, el colchón no hay quien te lo quite mientras yo esté a tu lado. Termina Iván tranquilizando a Sánchez, que con mal gesto y peor cara se dirige a los españoles, sus súbditos: ¡Españoles!: Solo mil palabras para deciros que nada. Nada y nada. Más nada que nada y hasta mañana nada, y después de mañana nada; y que nada, que esto lo vamos a ganar, porque nada, así que nada… Durante cerca de una hora. Pues nada: tranquinada.

El CNI, este y el otro, el del otro, no sé si el de Villarejo también, lo grabó todo.

Lo guardan porque aquí, tarde o temprano, todo se sabe.

Una recomendación: estén atentos, porque entre falsas noticias (fakes) se cuelan algunas verdades.

«En este mundo traidor nada hay verdad ni mentira; todo es según del color del cristal con que se mira» (Ramón de Campoamor y Campoosorio.1817-1901). A este Consejo de Ministros acudieron con gafas oscuras y el resultado es, como anunció el presidente, Sánchez, que nada, quédate en casa, que no hay nada que hacer. Nada es nada, como sí es sí y no es no. Sino todo lo contrario.

Nota aclaratoria: Las Fuerzas Armadas poseen infinidad de capacidades, pero no son un «todo a cien«. Es delicado hacer un uso inadecuado de medios y capacidades. Por ejemplo usarlas, como veo y escucho, para anunciar por megafonía que nos quedemos en casa. Esto no es un toque de queda. Eso lo pueden y deben hacer otros. El mando militar debe asesorar y explicar la diferencia entre lo que se puede hacer y lo que se debe hacer. Sobre todo no engañar al personal para dar imagen y desperdiciar sus verdaderas capacidades. El mal o inadecuado empleo de los medios es preocupante. Luego se oye lo que se oye: Los militares toman las calles. Sí; de pregoneros.

Claro que aquí todo vale con tal de aparentar. Nada, pues, nada, nada que hacer.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

16 marzo 2020

LA LEGIÓN CAMINO DEL CENTENARIO (34). LOS VERSOS DEL CORONEL. Félix Torres Murillo. Coronel de Infantería (DEM) EL CREDO DE LA LEGIÓN

4.El Espíritu de unión y socorro

A la voz de ¡A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.

BASTA

(Soneto)

“Con razón o sin ella”, a toda prisa

acude La Legión, ninguna duda

albergarán sus mentes, si la ayuda

de alguno de los suyos es precisa.

 

Y asientan, previamente la premisa,

pues que basta una voz; y así, desnuda

la consigna se muestra, testaruda,

tal como ellos la entienden, llana y lisa.

 

A la llamada irán de un compañero,

y en su auxilio actuarán; ¿cómo?, no importa:

tampoco la razón o el escenario.

 

Que indeleble, su espíritu de acero

-y es así La Legión y se comporta-

el que juzgan primero y prioritario.

Coronel de Infantería (DEM) Félix Torres Murillo

Artículo perteneciente a los “testimonios legionarios” publicados en el Blog: generaldavila.com con motivo del Centenario de la Legión.

25 mayo 2019

 

HASTA AQUÍ HA LLEGADO EL GRITO: ¡A MÍ LA LEGIÓN! General Dávila (R.) (General de la Legión entre 2001-2004)

El diario ABC de ayer, 17 de diciembre, publicaba en su Tribuna Abierta un artículo del que fue vicepresidente del Tribunal Constitucional, el Magistrado don Ramón Rodríguez Arribas. Su título, ¡A mí la Legión!, es suficiente para justificar mi intervención ya que forma parte de nuestro Credo, enunciado de uno de sus espíritus, que siempre, siempre, tiene respuesta por parte de la Legión y sus legionarios. Es el Espíritu de Unión y Socorro: <<A la voz de “A mí la Legión”, sea donde sea, acudirán todos, y con razón o sin ella defenderán al legionario que pide auxilio>>.

Por tanto, como un legionario más, acudo al grito, y seguro que otros muchos lo harán o se sumarán a mis palabras.

ABC de 17 diciembre 2018

Oído el grito, damos las gracias. ¡Aquí estuvimos, estamos y estaremos!, siempre con el Cristo de la Buena Muerte a nuestro lado. Gracias don Ramón por acordarse de los legionarios. Sus palabras tienen eco entre nosotros y de un gran valor: Es imprescindible para la vida de la Legión que se hable de ella, que la conozcan, que no se olvide, que hasta es aceptable la propaganda negativa; en una palabra, la que habla mal de la Legión o de los que la componen. Porque la Legión actúa de potente crisol que todo lo funde. Y apartando las escorias, al verter su contenido, el rojo de la fundición, al hablar de la Legión, reverbera sobre ella, convirtiéndola en propaganda positiva”. Así decía su fundador el teniente coronel Millán-Astray. Por ello le agradecemos que nos haya recordado.

El legionario es bravo, la Legión se construyó con los luchadores de la vida, los aventureros, los soñadores, los esperanzados y los desesperados. Sigue siendo así, por qué aquí aflora la complejidad humana con sus pasiones, necesidades y desarraigos. La República mejor y más política del mundo, en que nadie espere que ser preferido pueda, por la nobleza que hereda sino por la que él adquiere. El legionario necesita verse envuelto en una aureola romántica, en un poema de lucha entre la vida y la muerte, en la vida misma. La Legión trasciende en el tiempo y ser o haber sido legionario es pertenecer a una hermandad que te acompañará siempre, si tú quieres, sin imposiciones. Nos gusta que hablen de nosotros, y que nos canten al paso legionario, que nos aplaudan, que sepan que estamos, también, para cuando vienen mal dadas, como usted en sus palabras ha expuesto.

La historia de los legionarios, camino del Centenario, es una de las poesías épicas más bellas y duras de la historia de España. Poesía de la vida construida con la pobreza y la grandeza de una vida efímera en la mayoría de los casos, pero vivida con la intensidad del que sabe que puede  morir, que va a morir cuando entre en combate.

Bandera de la Legión «Millán-Astray»

Sí, don Ramón, la Bandera Millán-Astray sigue entre nosotros y seguirá dando lo mejor de cada uno de sus legionarios allí donde se requiera. Ha estado en todos los fregaos, como en argot legionario se dice.

Hubo un momento en que se puso en duda la necesidad de mantener la Legión. Hasta que los legionarios dieron de nuevo su vida, derramaron su sangre con valor y honor lejos de España. Por la paz.

Hoy, como usted bien dice, la Legión es la vanguardia de la defensa de Europa y entre sus unidades, la Bandera Millán-Astray está en primera línea, llevando el nombre de su fundador.

Gracias por sus palabras y con las mías respondo al grito de ¡A mí la Legión! Es la respuesta de quien les ha mandado y buena parte de él allí ha dejado. Para siempre.

Se lo merecen todo, pero ellos saben que a cambio no recibirán nada. Y a eso se le llama amar a España.

Le doy las gracias y le envío un fuerte abrazo legionario.

General Rafael Dávila  Álvarez (R.) (General de la Legión entre 2001-2004)

Blog: generaldavila.com

18 diciembre 2018

MUERTE DEL TENIENTE CORONEL VALENZUELA JEFE DE LA LEGIÓN. 1923-2018 (LA LEGIÓN CAMINO DEL CENTENARIO) General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

No todos los jefes de la Legión han tenido el honor de morir al frente de sus legionarios. Solo uno: Rafael Valenzuela y Urzaiz.

<<A vuestro frente ha caído uno de mis mejores soldados. Guardad siempre su gloriosa memoria>>. (Alfonso, Rey)

Tizzi Azza fue ocupada en octubre de 1922. Posición inútil para aumentar o reforzar una línea, pero inmejorable para avanzar, siendo peligroso mantenerla si no se avanzaba. Era la opinión militar que insistía: <<Mientras no se castigue a los moros por su salvajismo del año 21 no podrá haber paz en Marruecos, pese a todas las ilusiones que se quieran forjar los pacifistas, la realidad se impondrá>>.

Se impuso. El dinero del rescate de los prisioneros de Monte Arruit, mucho mayor que el acordado, les sirvió a los rifeños de Abd el Krim para rearmarse y seguir con mayor ferocidad su lucha contra España. Estuvo a punto de ocurrir otro desastre como el de Annual. La sangre de los Regulares y legionarios lo evitó. Un acto de heroísmo que nunca debemos olvidar. Hoy podríamos estar contando otra trágica historia que evitaron hombres como Valenzuela.

Tizi Azza

Tizzi Azza era la línea avanzada de las posiciones alcanzadas durante la reconquista del territorio perdido en 1921. La detención de las operaciones amenazaba el territorio, no había retirada, pero tampoco movimiento ni claridad en los avances a realizar. Una parálisis que animó al enemigo; era su momento. La calma predecesora de la tempestad.

Millán-Astray había dejado la Legión y solicitado el retiro, por << el divorcio existente  entre los que pelean y los que politiquean>>, como dijo refiriéndose a las Juntas de Defensa que se oponían a los ascensos por méritos de guerra, algo inasumible para una fuerza como la Legión.

Le sustituye Valenzuela, un caballero en el que la aristocracia era su comportamiento, ejemplo de vida como poco tardaría en demostrar en la Legión frente a sus legionarios en combate. No había un jefe como él para el mando de la Legión en aquellos momentos convulsos.

En mayo de 1923 las harkas rifeñas empiezan a hostigar la línea avanzada de las tropas españolas. Las posiciones se encuentran en enclaves aptos como decíamos para el avance, como bases de partida, pero eran de difícil apoyo y suministro en situación defensiva y prolongada. Cada convoy de apoyo se convertía en una auténtica batalla a vida o muerte. La sombra del Igueriben, de Annual, empezaba a recorrer el pensamiento del mando que no admite ya echar marcha atrás en un repliegue que podría traer las mismas trágicas consecuencias que Annual.

La tumba donde reposan los restos del TCOL.. Valenzuela, Jefe de la Legión

Valenzuela está en Madrid organizando la entrega de la Bandera a la Legión. Una unidad de la Legión se encuentra ya en Algeciras para asistir al acto. Todos regresan urgentemente al grito de ¡A mí la Legión! La situación lo requiere. El día 4 de junio de 1923 el teniente coronel Valenzuela está ya al frente de sus banderas, deseoso de entrar en combate. <<Mañana entrará el convoy en Tizzi Azza o moriremos todos, porque nuestra raza no ha muerto aún>>. Los legionarios no necesitan más arengas. Su Jefe en cabeza, con ellos, cuando saben que van a morir todos. Se inicia el combate. De los más duros en los que la Legión ha participado. Nadie da un paso atrás. Llueve plomo en el ataque. El coronel de la columna, Gómez Morato, ordena al cornetín toque de paso de ataque general. Cuando más rudo era el fuego y la pelea más brava, el teniente coronel Valenzuela da orden de ataque a su cornetín: ¡Paso de ataque para La Legión! Es la llamada a la muerte, suena la contraseña que invita al abrazo mortal, ¡Legionarios a luchar! ¡Legionarios a morir! Nunca ha sonado tan clara. Es el momento legionario que este Cuerpo recién fundado necesita: la confirmación. Cae el jefe de la Legión, muere todo el que se acerca a recoger su cuerpo, mueren sus escoltas, la muerte recorre el barranco de Iguermisen, con la victoria se lleva el alma de los más bravos legionarios: Valenzuela, Casaux, Sanz Perea, Sendra, Suvirán, González, setenta legionarios encabezados por su jefe. Han vencido. Una lista de revista para el cielo inmortal de los hombres que salvaron el honor de España mientras en la retaguardia discutían que si esto o lo otro. Todavía sin bandera con la que cubrirlos, hubo que esperar en la frialdad del barranco, entre los sonidos imperceptibles del dolor de la noche, a que las luces del alba reflejasen en el cielo de España la imagen de aquellos hombres que se mantuvieron, con feroz dolor y amor a España, en aquel lejano barranco donde seguramente nada hacían ni nada ganaban que no fuese mantener el honor de la Legión y el de España. Habían vencido, la victoria ha costado mucha sangre legionaria. Lo sabían. Otros dudaban. Los de siempre. Ya no hay la más mínima duda de que la Legión combate como pregona su Credo, que morir en el combate es el mayor honor. Gritan ya por su Bandera que a este ritmo se teñirá de rojo hasta el asta. Rojo de sangre derramada por sus dorados soldados, los que más brillan en las calcinadas tierras africanas.

La Bandera de la Legión

Vuela desde Tizzi Azza hasta los más lejanos rincones de España el nombre: los legionarios, Valenzuela, la Legión. Nunca ya podrán retroceder, es la inconfundible voz que marcará la forma de ser de un Cuerpo que se ha hecho entre pólvora y muerte, entre honor y valor, y que solo responde a su contraseña: ¡Legionarios a luchar! ¡Legionarios a morir!

Pero no tenían Bandera. Lejos de su Patria. Solo sabían que obedecer era morir, que estaban para cumplir, sin hacer preguntas que no tienen respuesta. Nunca la tendrán. La grandeza del deber cumplido tiene estas cosas, para el que cumple, junto a la tragedia del que debe dar respuesta que no tiene. Cada uno muere con lo que le corresponde, no hay reproches en los que se han batido con honor y valor. En la retaguardia cada cual verá y analizará su responsabilidad. La Legión solo pide responsabilidad ante el enemigo.

Han pasado 95 años. Camino del Centenario la grandeza de la Legión no sería la misma sin el mando y ejemplo de un jefe como el teniente coronel Valenzuela.

<<Colocándose a la cabeza de sus legionarios les arengó y dando vivas a España, al Rey y a la Legión y con la pistola en la mano se lanzó el primero al asalto, siguiéndole sus fuerzas, alcanzando así heroica y gloriosa muerte ante las filas enemigas de cinco balazos>>.

Legionarios: Quien esto no lo entienda y vibre como si en el barranco de Iguermisen estuviera, quien no entienda que ese lugar sagrado para la Legión es el ejemplo de lo que proclama su Credo, quien hoy no eleve su mirada al cielo legionario, lleno de héroes auténticos, de carne y hueso, almas de su Credo, quien no sueñe con ser parte de ellos, quien hoy no rece, y los recuerde, no es legionario. Cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior, pero formar bandera, el más alto honor, solo se cumple teniendo el heroísmo como meta, que es el cumplimiento diario, sencillo, desinteresado y sublime. Cuesta casi más que morir, pero ahí está grabado a sangre y fuego: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir. Vivir y morir por España y la Legión. Como lo hizo Valenzuela y sus legionarios hace hoy 95 años.

<<A vuestro frente ha caído uno de mis mejores soldados. Guardad siempre su gloriosa memoria>>.

Al fin llegó la añorada Bandera que hoy cubre sus heroicos cuerpos.

La Legión ya tiene Bandera teñida con la sangre de sus legionarios. El último trazo de sus colores, el tono más vistoso, el que la distingue del resto, tiene nombre: color Valenzuela, nobleza legionaria.

Un lector de este blog, catedrático de la Universidad de Granada, me decía hace unos días: «Cuando se exige tanto, entregarlo todo, la enseñanza culmina con el ejemplo«.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez. Jefe de la Legión de 2001 a 2004

4 junio 2018

Blog: generaldavila.com

 

¿POR QUÉ VA A SER MALO QUE SE EDUQUE EN VALORES DE LAS FUERZAS ARMADAS? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Hay que decirlo: ¡Bien ministra! Se nota cuando se dice para la galería y cuando se dice desde el corazón.

La ministra de Defensa María Dolores de Cospedal ha estado valiente, sincera y mandando. Con autoridad; <<Capitán mande firmes>>, ha sonado en el Senado español en la sesión de control al Gobierno. Desde la plaza de la Marina española llegaba al hemiciclo el apagado ruido del taconazo.

España se españolizaba ante los atónitos ojos y oídos de aquellos senadores habituales a visitar el salón de Pasos Perdidos. Desorientados.

En la puerta de Bailén ondeaba la bandera movida por una brisa limpia y nueva que sonaba a cantos de infancia jugando a soldaditos de plomo… impávido con su fusil al hombro.

Una ráfaga en forma de senadora acusaba a la ministra de querer españolizar a los alumnos porque el ministerio ha firmado recientemente un convenio con la asociación de centros de enseñanza privados para llevar la cultura de defensa a las aulas y facilitar que profesores y alumnos conozcan la labor y los valores de las Fuerzas Armadas. Los valores de los soldados van a penetrar en las aulas de los niños, El intrépido soldadito de plomo de Andersen vuelve a nuestra infancia, sea bienvenido, y Unidos Podemos se pone nervioso pensando que eso a la larga le dejará en el banquillo, el de los ausentes del juego democrático, cuando el juego sea la educación en valores, el valor de los valores. Quedarán al descubierto en cuanto la formación, en valores, se imponga.

¡¡¡Quieren españolizar a los alumnos!!! Ha sonado en el Senado como ventisca y metralla… Confusión. Dice la senadora, de no sé qué partido,  que las Fuerzas Armadas son <<un espacio opaco, cerrado, con una justicia paralela y sin derecho a sindicarse ni libertad de expresión>>. ¿Lo sabían ustedes? Yo no me he enterado hasta ahora.

La ministra con esa fuerza que le da su ministerio, el del valor y el honor, el de la verdad y la entrega sin límites de los que en vanguardia tiene, ha contestado con su mejor ironía y acierto:  <<¿Por qué va a ser malo que se eduque en valores de las Fuerzas Armadas? ¿Les parece mal eso que hacen las Fuerzas Armadas de defender de manera incondicional España y que España se contagie y se pueda defender?>>.

¡Qué pena que solo lo malo se contagie! ¡Qué pena que no nos invada una epidemia de españolidad! Sin vacuna posible.

<<Enseñar a nuestros jóvenes cómo son sus Fuerzas Armadas y cómo les protegen es una buena manera de reivindicar nuestra nación, inculcar los valores de solidaridad, pertenencia a la nación y defensa de nuestro modelo de convivencia, derechos y libertades y nuestro reconocimiento como españoles>>. Terminó diciendo la ministra.

No acabó ahí la cosa. Le tocó el turno al ministro de Educación. El ataque estaba preparado y la munición era abundante. La descarga no se hizo esperar: ¡Han cantado el novio de la muerte! ¡Cuatro ministros en Málaga cantando con la Legión!

No podía faltar el recuerdo a la Legión en el Senado español. ¡¡¡Han cantado ustedes el Novio de la Muerte!!!

Alguien llegó a pensar que de un momento a otro iba a sonar el ¡A mí la Legión! Pero se interpuso Manolo Escobar con ¡Viva España! A partir de ahí aquello se convirtió en una verbena veraniega; estropeada por el mal gusto en la decoración.

La ráfaga en forma de senadora volvió al ataque sin la fuerza de las convicciones, con la metralla de lo inútil, desechado y zafio. La tarde lluviosa y fría no impedía que la contaminación intentase sentarse en el despacho de Honor del Senado. Suele estar vacío.

Un guirigay insoportable inundaba lo que se supone un lugar de respeto, convivencia, solidaridad, defensa de la nación, trabajo en equipo, responsabilidad, libertad y defensa de los valores constitucionales. Como hacen los soldados. Como quieren enseñarle a los niños. Se oyó de todo. Aquello era una grosera boutade, una orgía de sandeces.

Poco más dio de sí…, poco más se puede esperar.

Hubo que romper filas y abrir las ventanas del hemiciclo para ventilar la defensa.

La tarde declinaba por el Campo del Moro cuando, al fin, se cerraba la sesión de control al Gobierno después de que la ministra de Defensa defendiese lo que parecía olvidado: España y sus Fuerzas Armadas, los valores que día a día practican sus soldados y que ahora pueden conocer los niños españoles, como los de cualquier nación de nuestro entorno, en su educación.

No nos los cuenta nadie y nadie tiene en cuenta estas tardes senatoriales.

Nosotros sí y seguiremos contándoselo.

La ráfaga de españolidad no contagió a los senadores que se despedían en el salón de Pasos Perdidos. Algunos están vacunados contra la, para ellos, enfermedad llamada España.

Los niños podrán conocer su Bandera, su Himno nacional, su Escudo, y a sus Fuerzas Armadas. Puede que hasta una epidemia de españolidad inunde España. Esperamos y deseamos que sea muy contagiosa y sin vacuna posible.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

12 abril 2017

 

 

 

EL BRINDIS LEGIONARIO. ¡ESTAMOS TODOS! ¡CUAL LEGIONARIOS! CAMINO DEL CENTENARIO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Brindis legionario

El brindis legionario no forma parte de las más antiguas tradiciones legionarias ni de ninguno de sus ritos.

Creo que nadie sabe quien fue el primero en introducir este brindis en la Legión. Yo al menos lo desconozco a pesar de haber investigado su origen. Quedamos a la espera de que alguien documente y resuelva la duda si fuese posible y existen antecedentes.

De lo que no hay duda alguna es de la popularidad alcanzada por tal brindis; no hay celebración legionaria que no termine con la leche de pantera y el tradicional ¡Estamos todos!…

He podido comprobar que existen brindis muy parecidos usados por las tunas de estudiantes. Incluso hay una referencia de 1948 en la hemeroteca del diario ABC de Sevilla en la que, refiriéndose a la tuna de Granada, dice que adoptaron el brindis legionario.

Teniendo en cuenta que, según las fuentes más fidedignas, el origen de la leche de pantera, bebida con la que se hace el brindis, surgió en la boda de Celia Gámez por petición del fundador de la Legión a Perico Chicote, es muy probable que fuera a partir de esas fechas cuando se inicia el uso del actual brindis legionario. Celia Gámez se caso el 1 de julio de 1944 siendo su padrino el general Millán-Astray.

Se puede comprobar que el brindis, tal y como se hace en la actualidad, es parte de algo parecido a un poema, largo y poco ingenioso, que nada tiene que ver con el espíritu de la Legión. Por ello solo hablo del brindis tal y como lo conocemos, en su forma abreviada, que es lo adecuado y correcto para no perder el verdadero sentido que lo acompaña.

Leche de pantera

Ahí es donde me ha surgido la duda. ¿Realmente somos conscientes del significado del brindis? ¿Qué queremos decir al pronunciar esas frases con tanto fervor y emoción?

Un brindis tiene varios significados, desde manifestar el bien que se desea a alguien o la satisfacción por algo, hasta dedicar una victoria o triunfo. También entraña el verbo brindar el ofrecimiento voluntario a ejecutar o hacer algo. Todos son significados aceptables y aceptados por el sentimiento legionario. La satisfacción de ser, servir, como Dama o Caballero Legionario, sentirse legionario y compartirlo; honrar y recordar las hazañas legionarias dedicándoselas a España, los triunfos en combate, en la vida y en la muerte. Y por último ser voluntario para cualquier servicio, mostrar que aquí estamos, paso al frente, cual legionario. Ese es el sentido del brindis que se manifiesta en las conocidas frases que pronunciamos:

¡Estamos todos!

Grito que une, reúne, en unidad legionaria, de acuerdo con nuestro Credo fundacional. Estamos todos es el grito de ¡A mí la Legión! No abandonar jamás a un hombre, de juramento entre cada dos hombres, unión y socorro. Desde el hombre solo hasta la Legión entera. Llamada al honor. ¡Estamos todos!

¡Estamos! Respondemos con grito seco y duro; con una sola voz.

¡Cual legionarios!

Con disciplina. De nuevo el Credo: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir. Sin quejarse de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño. Hará todos los trabajos…, hasta caer reventado. Cual legionarios. ¡Cumplimos!

¡A las mujeres! Siempre y hasta siempre. La legión ama a su Patria simbolizada en la Bandera. Síntesis final del Credo. Mi Patria mi Bandera. Será la más gloriosa. Y en el pecho una carta de una divina mujer.

España, mi bandera,  que envuelve a todos los míos, a mi familia, a la familia legionaria, a todos por los que dispuesto estoy al sacrifico de mi vida. La Legión. Ese es el sentido profundo y la razón por la que

¡Amamos! Sí. España, la Bandera, la Legión, son los amores de las Damas y Caballeros legionarios.

¡Pero ante todo!

Seca la voz, el deseo ardiente, atento al cornetín, ¡Legionarios a luchar! ¡Legionarios a morir! Sed de combate, de acudir al fuego, sentir que no es tan horrible como parece. Beber del espíritu de la Legión hasta vaciar la copa; con todas sus consecuencias. No es tan horrible como parece.

¡Bebamos!

El brindis legionario

¡Estamos todos!

¡Estamos!

¡Cual legionarios…!

¡Cumplimos!

¡A las mujeres!

¡Amamos!

¡Pero ante todo…!

¡Bebamos!

Ese es para mí el significado y sentimiento de un brindis que va más allá de una rutina. Camino de convertirse en un ritual hay que darle el sentido profundo que cualquier acto legionario debe tener y hacerlo con la habitual alegría legionaria.

Así termino sin olvidar lo más sagrado. Al finalizar el brindis es preceptivo dar los gritos legionarios que forman parte de la más profunda tradición legionaria. Los enunciaba nuestro fundador teniente coronel Millán-Astray:

“Los vivas se repiten pertinaces y los gritos de ¡Viva España! ¡Viva el Rey! y ¡Viva la Legión! suenan en todos los actos y en todos los lugares. Es la consagración de su Credo, es el nudo gordiano de su existencia legionaria. No se puede ser soldado sin tener los vivas grabados en el alma. Ellos serán los que los empujen, son los motores de la voluntad, el ánimo, el enardecimiento, el grito de guerra, el de salvas, el de muerte, el de alegría, el de adiós y el de pena. Los vivas son el alma que se muestra en forma material; sin vivas no hay soldados, no hay guerreros en las filas… hay tan sólo hombres formados”.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog generaldavila.com

19 marzo 2018

 

 

«TATUAJES EN LAS FUERZAS ARMADAS» GENERAL DE DIVISIÓN RAFAEL DÁVILA ÁLVAREZ (R.)

Legionarios con tatuajes

En las recientes convocatorias que regulan el proceso de selección para ser soldado o marinero se han introducido, entre las condiciones para los solicitantes, una serie de limitaciones sobre los tatuajes corporales. Al margen de la polémica y la confusión generada, lo peor de esta nueva normativa ha sido la imposibilidad de reacción por lo que muchos jóvenes no podrán presentarse a las convocatorias. Me cuentan que no es fácil borrar un tatuaje además de ser costoso en tiempo y dinero. La norma se ha hecho con precipitación y sin pensar en las frustradas aspiraciones que en muchos jóvenes origina.

Aunque la resolución no prohíbe el tatuaje sino que lo regula en función de su ubicación y contenido, algo que está ocurriendo en la mayoría de los ejércitos occidentales, introduce muchas limitaciones. Por su contenido se prohíben todos aquellos que contengan expresiones o imágenes contrarias a los valores constitucionales, autoridades, virtudes militares, que supongan desdoro para el uniforme, que puedan atentar contra la disciplina o la imagen de las Fuerzas Armadas en cualquiera de sus formas, que reflejen motivos obscenos o inciten a discriminaciones de tipo sexual, racial, étnico o religioso. Razones todas ellas que comprendemos pero que no sería necesario regular ya que su significado da motivos suficientes para prohibirlas sin necesidad de norma alguna.

Legionarios

Además se prohíben todos aquellos que sean visibles vistiendo las diferentes modalidades de los uniformes.

Nunca me han gustado los tatuajes pero tampoco tengo nada contra ellos siempre que sean respetuosos y limpios de intención. Durante los años que mandé la Legión fueron numerosos y variados los que pude ver en los brazos y pecho de los legionarios. Reconozco que alguno había perdido su sentido de vieja y guerrera tradición y nada tenía que ver con ese testimonio y orgullo de ser legionario. Hubo una época en que los tatuajes formaban parte de ese vínculo guerrero que nace de compartir dificultades, peligros y alegrías. Una demostración de honor y valor por pertenecer a la Legión, un rasgo identificador para los que tenían el privilegio de ser los primeros en entrar en combate.  Recuerdo una ocasión en la que de uniforme asistí a una boda en Madrid. A la salida dos de los hombres que pedían limosna en la puerta se me presentaron como legionarios. No tenían ninguna prueba que les identificara como tales, al margen de la pobreza, pero enseguida me mostraron sus brazos tatuados como documento de identidad, “Tercio Gran Capitán”, “A mi la Legión” “Melilla…” eran alguna de las inscripciones que lucían junto al emblema legionario.

Pero las cosas cambian o nos las cambian por el mal uso o el desuso; no hay que darle más vueltas. Los cambios que se introducen en las Fuerzas Armadas hay que admitirlos aunque algunas veces no sean tan inocentes como parecen; no es este el caso. Modas pasajeras y efímeras. Lo importante es saber a lo que se viene cuando se viene a ser soldado, marinero o legionario…y llevarlo tatuado en el corazón.

General de División (R)

Blog: generaldavila.com

Este artículo fue publicado en este blog el día 17-09-2014

 

AVENIDA DE LA INTELIGENCIA (En defensa del General Millán-Astray, fundador de La Legión) (General de División Rafael Dávila Álvarez)

descarga

Calle del General Millán-Astray en Madrid

En un artículo anterior dejé claro mi escaso interés por el tema de los nombres de las calles. Es más, comenté que esperaba con alegría el día que quitasen del callejero de Madrid el nombre de mi abuelo: ‹‹Calle del General Dávila››. Parece que ese día de júbilo está ya cercano. ¡Dejen en paz a mi abuelo! Este ayuntamiento debería dedicarse a lo suyo que no es el despilfarro y el sectarismo sino servir y vivir en democracia.

¡Cómo se desprecia la espada en la diestra del cobarde!

Ni una palabra más voy a dedicar al tema, aunque hoy al ver los cambios en las calles tengo necesariamente que entrar de nuevo en el debate. He sido general Jefe de la Brigada de la Legión “Rey Alfonso XIII” y Mando Institucional de la Legión. No voy a callarme ante la felonía y el sarcasmo de la comisión de memoria histórica (minúscula actuación) de Madrid que propone cambiar el nombre del fundador de la Legión, general Millán-Astray por el de Avenida de la Inteligencia (?). No estamos para sarcasmos y veleidades. Es toda una provocación.

credo

El Credo de la Legión

No necesita el general defensa ni más explicaciones. Su obra, la Legión, es suficiente. La creación y fundación de la Legión es la obra más necesaria e importante llevada a cabo en el Ejército español en los últimos cien años. Después de Annual quedaron muchas cosas en entredicho. Hoy el Ejército español lleva en su ADN el valor y el honor de siglos de historia de la que forma parte una de las obras cumbres del espíritu militar español, el espíritu de la Legión plasmado en su Credo a base de valor y heroísmo de sus legionarios. Es la guía del comportamiento militar. Su ‹‹Espíritu de compañerismo›› sería suficiente para justificar la trascendencia de su obra: ‹‹Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos››. Como decía no necesita el general Millán-Astray explicaciones ni defensa alguna. Sigue teniendo el máximo respeto y admiración de todos los legionarios, de los de ayer y de los de hoy. Ha sido objeto de las más injustas críticas que en no pocas ocasiones llevaban oculta una intención más sibilina: atacar su obra, atacar a la Legión. De eso se trata. Eso defendemos y de eso hablamos. Y lo hacemos ante la callada por respuesta del mando y responsables del ministerio de defensa encabezado por el ministro. Ministro, Secretario de Estado, JEMAD, JEME… y algunos más, Cofradías, Hermandades… ¿No tiene nada que decir y defender? Es parte de la historia del Ejército español, una unidad querida por los españoles y también querida y admirada por todos y en todos los rincones del mundo. Allí donde ha estado ha dejado sangre, sudor y también lágrimas.

Hay que decirlo y proclamarlo. Ya está bien de cobardes silencios; de esa gente que te dice una cosa en privado y luego defiende lo contrario. No utilicéis el silencio cómplice, no volváis a hablarme de lo que no cumplís.

Borrad el nombre del fundador, no estáis a su altura, pero no ofendáis a la Legión y a sus legionarios. No utilicéis el sarcasmo contra la Legión. Y los que tenéis esa obligación, defended a la Legión.

Calle general Millán-Astray

¿No os gusta el nombre de general Millán-Astray? Yo os doy la solución. Cambiadlo por ‹‹Calle de La Legión española››. Por si tampoco os gusta os doy una última idea: ‹‹Calle del Espíritu de compañerismo››.3091262_640px

¡Ay!, si viviese Unamuno. De él mismo dijo: ‹‹Soy una M entre una uno, una-M-uno. No me extrañaría que os mandase a ese lugar entre una y uno. Ya saben: ‹‹Dios me libre de los tontos que de los inteligentes ya me libro yo››. Con perdón.

‹‹Cuando tengas en tu mano a quien te ha dañado,

sé generoso con él y olvida lo que ya pasó.

Al recompensar siempre el mal con el bien,

pones en evidencia su mal proceder.

El perdón, es lo más hermoso que puedes dar al ofensor,

pues le humilla y hace ver que obró injustamente›› (Anónimo siglo XIII).

Pues eso, con perdón y con razón. ¡A mí la Legión!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez (General de la Legión entre 2001-2004)

Blog: generaldavila.com

22 julio 2016