ALFONSO USSÍA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Don Alfonso Ussía, mi amigo Alfonso, se va de La Razón y yo, que soy legionario, que he mandado a los legionarios de general, no tengo más remedio que poner remedio por medio recordando lo que dice el Credo de la Legión, que es Credo de vida para los que somos y sentimos el ser y el hacer legionario. Dicen tres de sus espíritus que son los de paz y guerra:

Espíritu de compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos.

Espíritu de amistad: De juramento entre cada dos hombres.

Espíritu de unión y socorro: A la voz de ¡A mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.

Alfonso Ussía es Cabo Primero del glorioso Ejército de Tierra español y Legionario de Honor. ¡Ahí es na!

Además de todo eso, es General y Almirante de las Letras, de la sintaxis, que como dice nuestro común amigo Gabriel Albiac es «la orden de la tropa para entrar en el combate».

Ahí no queda la cosa, porque también apadrinó este blog cuando lo presentamos en el Centro Cultural de los Ejércitos con la plaza a reventar.

Alfonso no es un hombre fácil. Yo tampoco. Dios me libre de los hombres fáciles… con lo cual nos hemos facilitado mucho las cosas y lo hacemos, como en la Legión, a pecho descubierto y como nos sale de… muy dentro.

Como somos difíciles personalidades, hacemos lo que nos da la gana y a la hora de decir, decimos y no callamos, y será porque dice otro espíritu del Credo que todos los hombres legionarios son bravos. Muy bravos quiero a mis soldados. Bravo es este general de la sintaxis.

Así que aquí estamos, querido Alfonso sin abandonar a un amigo, con nuestro juramento entre dos hombres y con el ¡A mí la Legión! que resume en palabras, para muchos incomprensibles e inalcanzables: compañerismo, amistad, unión y socorro.

Claro que todos saben que ¡A mí la Legión! es con razón o sin ella. No voy a hacer el juego fácil de palabras, aunque por si acaso, como hay muchos que no son de letras, que la sintaxis se les queda como la luz verde (sí la de los taxis), lo recordaré.

Con La Razón o sin ella (en este caso sin La Razón, pero con razón), incluso sin que Alfonso pida auxilio, que no lo hará nunca, ni lo necesita, ahí estoy y estaré. A su lado.

Se dice y se repite en la Legión: ¡Siempre! ¡Siempre!

Porque además los dos sabemos, lo hemos mamado y refrendado en nuestro beso a la Bandera, que andamos por la vida sin pretender ser más que otros, pero tampoco menos que los demás.

Por eso nos pasa que ya en Flandes -lo recordarás- nos decían: «Nunca la sombra vil vieron del miedo/ y aunque soberbios son, son reportados/ Todo lo sufren en cualquier asalto;/solo no sufren que les hablen alto». Así seguimos y así seguiremos.

Querido Alfonso ¡siempre! tu general, y por encima de todo(s) tu amigo ¡siempre!

General de División (R.) Rafael Dávila  Álvarez

Blog: generaldavila.com

23 abril 2020

COMENTARIO DEL DÍA: “LA ETA FUE, ES Y SERÁ UNA BANDA DE ASESINOS” General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Un claro y contundente titular: Demoledor. Parece olvidarse

¿De qué se alegran? Los asesinos dejan de matar y entregan sus armas. Dicen. Muchos cayeron en la trampa otras veces. No hay alegría hasta que estén todos en la cárcel y desaparezca la ideología que los sustentó y sustenta.

Hemos vivido la lamentable resolución de permitir que ellos o sus franquicias, en una extraña (?) decisión del Tribunal Constitucional, hayan llegado a las instituciones. El Tribunal Supremo condenó y el Tribunal Constitucional enmendó y aprobó. Bildu, Sortu; los mismos magistrados sentenciaron y decidieron dar el primer paso. ¿Qué había detrás? Sucedieron cosas muy raras como la doctrina Parot, el Faisán

‹‹La justicia no está para favorecer procesos políticos, pero tampoco está para obstaculizarlos››.

‹‹El vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino››. Podíamos seguir con sentencias para la historia, pero nos hemos tragado estos y otros sapos.

Más de trescientos asesinatos sin resolver. Los asesinos campean a sus anchas. No podemos ni debemos olvidar el daño hecho a las víctimas que somos todos.

‹‹Yo no he asesinado a nadie, yo solo he ejecutado. No me arrepiento››. Esas son sus palabras. Esa es su tónica, su pasado, su presente y su futuro. Almas emponzoñadas por el tiro en la nuca y la bomba asesina. No busquen otra cosa, no hay nada más; la condena debería ser eterna, para siempre. Entregarán las armas, pero su ideología sigue incluso sustentada desde alguna institución. El que tiene armas debe entregarlas, ser detenido y juzgado. ‹‹No se debe favorecer ningún proceso político…››. Lo que se debe hacer es justicia y aplicar la ley  a quien delinque.

Hoy por hoy y a la vista del panorama que tenemos no se puede decir que la ETA ha sido derrotada. La derrota llegará el día que se esclarezcan todos los asesinatos, se les juzgue, desaparezca su ideología y se nos hable claro.

Somos herederos de la injusticia del asesinato y de la insoportable soledad del dolor que no da tregua para el reposo y el descanso.

Hay un largo recorrido de traiciones quebrantando la fidelidad y lealtad a las víctimas y a nuestros muertos. ¿No era la justicia la constante y permanente voluntad de darle a cada quien lo que le corresponde?

No es justo que se escenifique un final que signifique entregar las armas llenas de sangre con las que han asesinado a cerca de mil inocentes. Solo hay un final para esos que guardan las armas y la ideología de muerte: la unánime condena social y penal.

ETA gana. España pierde. Era el titular del diario La Razón ante la sentencia en 2011 del T. Constitucional. Seguimos igual. Demasiadas reuniones secretas.

La ETA fue, es y seguirá siendo una banda de asesinos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

20 marzo 2017

«EL COMENTARIO DEL DÍA»: (EN LOS EJÉRCITOS LA ANTIGÜEDAD ES UN GRADO) General Emilio Pérez Alamán

image_content_6121171_20170219041529Este último domingo el periódico más próximo al Partido Popular, La Razón, entrevista a la Secretaria General del Partido, Presidenta del mismo en Castilla-La Mancha y desde hace cien días Ministra del Defensa. Aunque el comentario no trata de su acumulación de funciones, no puedo pasar por alto la extrañeza generalizada de que teniendo España un censo de políticos con sueldos del Presupuesto mayor que Alemania, se repartan los cometidos de forma tan desequilibrada.

Centrándonos en el comentario del día, éste no puede ser otro que el contenido de la entrevista por sí, sobresaliente en sus magníficas ilustraciones desde la primera página al punto final. Pero falta de sustancia en preguntas y respuestas relacionadas con la última y nueva responsabilidad de la entrevistada, es decir, como Ministra de Defensa. De hecho, de las 41 cuestiones que consta el trabajo periodístico, tan solo 10 están relacionadas con temas de Defensa y de estas 10, nada más que 4 tratan de los problemas y necesidades a resolver en asuntos de la Política Militar dentro de casa.

 Dos de las 4 preguntas se refieren a los Presupuestos y a la Política de Personal. Doy por hecho que de ambos la habrán puesto al día nada más llegar y espero que haya sido con la crudeza de la realidad y no con la intención de no molestar Procedimiento este último que ha conducido al preocupante deterioro de estos dos pilares fundamentales para la buena marcha de la Defensa Militar, ineludible para todos los Gobiernos como auténtica responsabilidad de Estado.

 Del asunto del Yak-42, ya se escribió en este blog, por lo que solo cabe añadir que lo políticamente correcto no siempre es realmente correcto, si los que deben hacerlo no asumen sus responsabilidades con todas sus consecuencias, “Aún hay una resolución administrativa en la que estamos trabajando…”, dice en su respuesta. Estoy seguro que sabe perfectamente que no solo con pan se conforta al soldado, cuyas necesidades espirituales y morales son mayores que las materiales.

 Por último, sobre el cambio en la cúpula militar, responde: “en estas cosas lo mejor es, antes de tomar la decisión, conocer a la gente para intentar acertar…”.

Si en algo vale mi opinión, de muy veterano, este trámite no debería ser problemático, dado que lo importante es la capacidad y preparación de los Mandos y no otros factores. Si aceptamos que la evaluación y selección de quienes han alcanzado la máxima graduación en su Ejército ha sido la correcta, cualquiera de ellos puede desarrollar eficazmente su cometido y por lo tanto se acertará aplicando el tradicional axioma castrense: “La Antigüedad es un Grado”, sin necesidad de utilizar otros argumentos políticos que no siempre benefician al Servicio, a la vez que la Ministra dispondrá de muy valiosos asesores para la mejor marcha de los Ejércitos.

   Emilio Pérez Alamán Teniente General (R.)

Blog: generaldavila.com

21 febrero 2017