LA MONARQUÍA QUE VIENE O SE VA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

«Hay que aceptar la Monarquía como el mejor y más fácil puente hacia la democracia. Luego ya veremos». La frase llena de cinismo es propia de quién la pronunció; descubrirán al final del texto.

Pues en eso estamos: veremos.

Fue hace poco cuando hablábamos de la situación en la que está España, el mundo en general; acentuábamos lo nuestro con esa vulgaridad tan repetida: nunca antes habíamos visto cosa igual. La misma conclusión y los adjetivos ya conocidos del XIX son de ahora, idénticos, pero todo sigue peor.

La guerra civil es pasado, no sé si presente, desde luego futuro no tenemos como nación unida y abrazada. Sería posible si nos gobernasen otros, menos ideologizados y más sabios.

—Se me ocurrió una vez pensar-me dice Jenofonte, el amigo con el que hablo- que hoy la monarquía está más segura que nunca porque son los monárquicos los que más la atacan. La monarquía se ha hecho de izquierdas y esa es la razón por la que su futuro está asegurado.

En la conversación surge el tema de este proceso lento y silencioso en el que han ido cayendo las piezas con una sabiduría de la que solo es capaz la maldad. Obra tan perfecta en una España católica, monárquica, diversa, y que, a pesar de ello, se sostiene incluso después de luchar y enfrentarse por reyes distintos, por vitorear hoy un régimen autoritario y prenderle fuego mañana.

Pregunto a Jenofonte.

—¿Lo que decía Ortega y Gasset «La monarquía se ha hecho de pueblo», quiere decir hacerse de izquierdas?

—No; en absoluto. En España las grandes cosas las hace el pueblo. Ya que lo citas volvamos a Ortega: «Aquí lo ha hecho todo el “pueblo”, y lo que el “pueblo” no ha podido hacer se ha quedado sin hacer».

—Pues es cierto que aquí ese pueblo que dices, y dice Ortega, es el que conquista; y no los ejércitos. Lo que se hace bueno otros lo deshacen reunidos en grupos de poder que intentan enfundarse el guante real.

Un Rey, concordamos, no debe estar al lado de nadie, ni de izquierdas ni de derechas; de todos y de ninguno, pero debe hacerse querer y desear por todos y no desarticular la Corona.

España es tan compleja que fue capaz, por ello, de derrotar a Napoleón. Se hizo monárquico el pueblo cuando los reyes se embarcaban en Aranjuez sin amor y sin querer defender(se) con todo y todos.

—España es un pueblo de hombres, cosa que Napoléon no percibió; para él los españoles eran soldados, como los franceses que obedecían sin más. Hay que tenerlo en cuenta antes de medir las fuerzas.

—España tenía su rey por historia y porque les daba la gana a los españoles. No íbamos a dejar a los franceses, ni al mismísimo Emperador, cambiarnos ni a cambiar rey y religión. Si no se reza se penitencia, y en eso somos maestros, como en lo de los reyes, y no nos dejamos engañar con Estados ficticios que intenten cambiar alma española por nuevo Estado.

—Cierto es amigo Jenofonte que la sensatez o sabiduría son resultado de un aprendizaje, como para que ahora vengan maestros Ciruela a enseñar al pueblo la forma de Estado.

—De acuerdo estoy con eso, pero no olvides que la sensatez es la virtud que predomina y sin ella ninguna otra tiene utilidad y que el que fue sensato no puede ser que deje de serlo en poco tiempo.

Termina Jenofonte recordándome que él estaba junto a Ciro el Grande cuando estaba en el trance final y oyó lo que le decía a su hijo:

«En cuanto a ti, Cambises, tú sabes que no es este cetro de oro la salvaguarda del imperio, sino que los amigos fieles son para los reyes el cetro más verdadero y seguro. Pero no pienses que los hombres tiene una fidelidad innata: si así fuera, a todos parecerían fieles las mismas personas, lo mismo que las demás cualidades innatas a todos les parecen las mismas. Por el contrario, cada uno debe hacerse sus propios hombres de confianza…».

¡A cuantos intensos deseos del corazón debe renunciar los reyes y sin embargo disfrutan los hombres privados!

Dice mi amigo, como si sentenciase.

—Nuestra Constitución de 1978 estableció un sistema que se ha llamado de monarquía limitada, como último intento de basar la unidad estatal sobre el principio monárquico.

Es cierto. Nunca ha habido adoradores del nombre del rey ni de la persona, me refiero entre el pueblo, sino que los españoles se han sentido uno en la Corona, encarnados en ella y por eso aún resuena el juramento de algunos reinos cristianos. No encuentro frase más valedora y explicación de rotundidad de lo que es la Corona: «Nos, que somos y valemos tanto como vos, pero juntos más que vos, os hacemos Principal, Rey y Señor entre los iguales, con tal que guardéis nuestros fueros y libertades; y si no, no».

Esa es la garantía que desean suprimir de la Constitución española: la unidad, la encarnación de todo un pueblo. En su Rey.

—Sí, querido Jenofonte, estate atento y no olvidemos el anuncio apuntado por Tierno Galván: «Hay que aceptar la Monarquía como el mejor y más fácil puente hacia la democracia. Luego ya veremos».

¿Ha llegado el «ya veremos»?

Hubo un tiempo en el que se dijo: «La República la trajeron los monárquicos y, después, la perdieron los republicanos».

Es el pueblo, pero siempre incitado por alguien. Todo va y viene y ahora esto parece irse..

No sé si estamos a tiempo.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

15 septiembre 2022

EL CUMPLEAÑOS DEL REY DON JUAN CARLOS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Pues en nombre de los que deberían hacerlo y no lo hacen (España hoy se recrea en una mediocre cobardía), y en el mío propio, voy a felicitar al Rey Don Juan Carlos: 84 primaveras con plena fuerza y juventud.

A alguno entran ganas de contestarle cuando te preguntan. —¿Cómo estás?

—Muy bien, lo siento.

Pues eso.

Quien conoce a Don Juan Carlos sabe de su fortaleza física y mental, su valentía ante la adversidad; y su vitalidad. No es fácil derribar un pilar tan sólido como él. Pruebas ha dado y dará mientras algún cabestro siga con su intento de batir tan granítica columna. Esa que soportó el peso de una España en tránsito hacia una nueva era de prosperidad que nadie imaginaba.

Para los energúmenos eso era insoportable. ¿Que España progresaba? ¿Dónde está el culpable?

Una época en la que las relaciones políticas entre la Corona y el Parlamento llevaban el nombre de España al mundo de la economía, la cultura y la ética política. España era el ejemplo a seguir. Insoportable para un enemigo ansioso de poder. El de siempre.

La Corona era el símbolo de unidad y permanencia desde aquel momento en el que Franco adivinó el futuro de España en la figura de aquel infante que llegó a España con diez años. Insoportable e inaguantable para ese enemigo con ansias de poder, de poder acabar con España.

Hoy no se comprende lo que en España ocurre si no nos paramos a entender lo que en estos últimos años ha ocurrido, la semilla de la discordia, cizaña entre el fruto que crecía alegre y abundante para todos.

Dentro de poco se entenderá mejor lo que les planteo.

Prodita lege.

Impleta cerna.

Implenda collige.

«Lee las profecías/Discierne lo ocurrido/Deduce lo que debe ocurrir» (Pascal, 697).

No requiere más explicaciones.

Nada debo a nadie ni a nadie debo halagar. Allá cada cual y con su pan se lo coma. «Cada cual con su cada cual» decía el anónimo que todos firmaríamos.

No seguiré con la escandalosa visión que esta España nuestra ofrece como lodazal de la política.

Es el día del cumpleaños del Rey Don Juan Carlos, inexplicablemente sin celebración en familia, la suya, que es España. Algo anormal, ocurre. Los tribunales nada dicen, la población tampoco, los medios tocan a arrebato o callan por tantos favores.

En nombre de los que deberían hacerlo y no lo hacen (España hoy se recrea en una mediocre cobardía), y en el mío propio, voy a felicitar al Rey Don Juan Carlos: 84 primaveras con plena fuerza y juventud, con vitalidad y ganas de luchar por España.

Felicidades Señor, desde España, Vuestra España, de la que nunca debió salir y a la que jamás renunciará.

«A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos».

Es España.

Feliz cumpleaños Señor.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

5 enero 2022

 

 

EL ESPÍA QUE SURGIÓ ¿DEL FRÍO? Rafael Dávila Álvarez

 

CNI Centro Nacional de Inteligencia

LOS ESPÍAS

Conocí a uno (puede que fuese huno) que al llegar fin de mes las cuentas no le salían porque pedía más dietas que días tenía el mes. Lo justificaba de esa original manera porque decía ser espía y por tanto tener dos trabajos, el de las dietas y el otro con el que las camuflaba. Nunca se supo si era sicofanta o valido que ambicionaba la riqueza. Suele pasar cuando juegas a los dos oficios, el de adulador y el otro. El viento les guía.

En un momento eres y en otro lo contrario, pero no se puede estar así toda la vida. El pagador cae en la cuenta de que no le salen las cuentas, va y lo cuenta.

PICAR ALTO

Con el rollito de los espías se han escrito muchos libros. El CESID levanta pasiones y el CNI recientemente las ha levantado y picado alto. Como Villamediana, pero sin el título que deseaba. Entonces no existían los papeles del Cesid, que es hacer un pan como unas tortas, como para creerse que aquí se investigara algo más allá que de cintura para abajo, que eso del cotilleo impera, pero allá cada cual, que con su pan se lo coma.

Poner una vela a uno y a otro es un juego muy de los espías, es el juego que dictan ahora, tiempos modernos y de cambios, y de espías, por lo que vemos, que decía mi admirado amigo Sunzi que «Entre los funcionarios hay hombres de mérito que han sido destituidos, hay otros que han sido castigados por haber cometido errores. […] Los hay que, injustamente, han sido relegados durante mucho tiempo a funciones modestas, los que jamás han accedido a puestos de responsabilidad y aquellos cuyo único deseo es aprovecharse de los periodos turbulentos para ampliar su poder personal. Los hay de doble faz, inconstantes y pérfidos, que siempre esperan ver de dónde sopla el viento».

Pues a lo mejor se le entiende y se me entiende.

AMIGO O ENEMIGO

Sopla el viento furibundo, que todo pertenece al viento, y provoca tempestades que hacen cambiar editoriales, con los huracanes que vuelven a las redacciones encharcadas del lodo de la modernidad y, ¡oye, que no se vende un ejemplar!, ¡a ver que hay por ahí que cause escándalo!; buscar un buen guion, que eso es lo que importa, escribir el que venda más y mejor; ¿qué dices de línea editorial?, ¡¿de qué me hablas?!

La Corona y Franco son los temas preferidos. Eso sí que mola, El Pardo, y la Zarzuela que es un género muy popular, como Doña Francisquita.

Al tratarse de vientos que soplan, me llega uno que dice que hay barra libre para que se dispare en todas las direcciones sea quien sea el que caiga, amigo o enemigo, que el IFR (Identification Friend or Foe) ya no es válido y las Reglas de Enfrenamiento están en los quioscos sin que nadie las compre.

En fin que ya uno no sabe si el espía que quería ser algo más, o el de ahora, o el anterior, o quién sea, y si todo es por el régimen o contra el régimen, pero los meses siguen teniendo los días que tienen y cobrar por ser una cosa y la otra a la vez ni siquiera en las eléctricas lo admiten ¿o ahí sí? Como les decía en el camarote de los hermanos Marx todavía hay sitio.

¡En las redacciones entra cada cosa!

Como en los Consejos de Administración. Del frío no. Ande yo caliente y ríase la gente.

P. S. Dedicado a mi amigo el espía. Pero vete tu a saber si es amigo o no, que siempre espera ver de dónde sopla el viento para inclinarse como el junco.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

25 octubre 2021

LA MATRIA Y LA PATRIA. LA MADRE PATRIA. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Menos mal que España se llama España y no Españo, que apañaos estábamos.

Algunas-algunos han oído campanas y no saben dónde.

Matria. Les suena la marcha musical, oyen sus rumores, pero aborrecen el razonamiento; quizá surja de Fedón o incluso se hayan visto entre la M de una y uno. O estén esperando abarcarlo todo en lo que entienden por El Aleph. No, no lo entienden, pero les suena, son meros adoradores del becerro de oro que les predica (?).

No está el problema entre patria y matria, que les importa un bledo. Están por acabar con una cultura basada en la religión, sí la Católica, algo que nadie se atreve a decir, ni siquiera los obispos, arzobispos o cardenales, y menos a defender. Quieren acabar con la enseñanza que los maestros no hacen, con la Historia que a los académicos enfrenta, con los ejércitos que los soldados se empeñan en mantener en su mística sin saber muy bien cual es su misión fundamental, con la Justicia que se ha perdido entre leyes incumplidas, con la pluralidad política que tanto incomoda, y con la Corona con la que convivimos años, más de mil, y nadie se ha enterado ni comprendido. ¿¡Ah!, que a ustedes no les importa? Pues allá cada cual.

Les aventuro a decir.

La Religión la defenderán los que no encuentran la fe. «Sancte Socrates, ora pro nobis».

Los Ejércitos, los héroes olvidados de las trincheras, que yacen bajo una piedra que no ostenta fecha ni nombre. No harán falta los generales.

La Historia quedará en alguna biblioteca custodiada por ascetas, mientras se queman libros tras discusiones bizantinas. Al fin no quedarán escritores. Libres.

La Justicia será de horca y cuchillo, y jamás será justa; es su sentencia a muerte. Condenados están los jueces por su injusticia.

La pluralidad política es una incómoda piedra en el zapato y será martillada por buen zapatero.

La maternidad no tiene futuro, a pesar de la matria, porque no habrá propiedad ni sobre los hijos, si es que los hay.

La patria estará prohibida como concepto peligroso y subversivo.

¿La Corona? ¿Y me lo preguntas tú?

No habrá cultura, sino que será llamada —ya lo es— progresismo, cambio climático, sostenible y conmovible.

«Arrasado el jardín, profanados los cálices y las aras, entraron a caballo los hunos en la biblioteca monástica y rompieron los libros incomprensibles y los vituperaron y los quemaron, acaso temerosos de que las letras encubrieran blasfemias contra su dios, que era una cimitarra de hierro» (El Aleph. Los teólogos. José Luis Borges).

Son coribantes al son de una doctrina que define con exactitud Borges en el absurdo de imaginar que hombres que no llegaron a la palabra lleguen a la escritura.

«Ardor Guerrero vibre en nuestras voces.

Y de amor patrio henchido el corazón.

Entonemos el Himno Sacrosanto.

Del deber, de la Patria y del Honor.

¡Honor!»

Esa Patria es con la que quieren acabar. Pero en algún lugar se dice: «…aún te queda la fiel Infantería».

Sí. España es madre, es la Madre Patria que no necesita que venga la incultura y la inquina a bautizarla.

Cada uno cuenta lo que le parece. Hasta la M entre una y uno lo hizo en uno de sus envites. «Cuenta el viejo Herodoto que, vituperados unos soldados egipcios por haber pasado a servir a otro pueblo, e invocándoles el nombre de la patria, contestaron señalando sus partes genitales: “Donde va esto, va la patria”».

¡Ah! ¿¡Que no lo entendéis!? Así os pasa

Miré los muros de la patria mía…

La inteligencia es lo que les falta ¿o será a nosotros? Es saber lo que fuimos. Esa es la cuestión. No es la patria ni la matria, sino la no patria y la no matria.

¿Aún no os habéis enterado de aquello?: «Ardieron palimpsestos y códices…»

No habrá nada. De aquello. Nada quedará en pie.

No sé si aún nos queda la fiel infantería.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

19 julio 2021

 

 

 

 

UN RECORRIDO POR LOS ÚLTIMOS AÑOS DE LA HISTORIA DE ESPAÑA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El capitán Juan Rodríguez Lozano (izquierda), junto a su nieto, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero – ABC / IGNACIO GIL

Se cumplen 85 años del 18 de julio de 1936, una fecha que debería servir para llevar a cabo un análisis serio y desapasionado de nuestra reciente historia, un paso más como el ya dado por los españoles en la Transición. No es momento para enfrentamientos, ni con la violencia dialéctica siquiera, sino para estudiar y analizar lo que ocurrió y quizá, dada la actualidad política, analizar lo que ocurre en los momentos actuales.

El estudio científico de aquellos hechos se ve mediatizado por la gran pasión que todavía conlleva y le cuesta a la ciencia entrar de lleno para dar paso a la historia.

A partir de determinado momento se instauró en España la política de la venganza para lograr la victoria, incluso más allá de la política, incluso en lo militar, para invertir los resultados de las páginas escritas en los campos de batalla.

¿Por qué? No es difícil la contestación: el Poder. Lo es todo. Sobre la mente de los otros.

Digo todo, pero sobre todo se trata del dominio de la voluntad de cada uno puesta a disposición del poderoso totalitarismo. Creíamos que eso solo era posible hacerlo al dictado, en las dictaduras, y resulta que ahora estamos sometidos a una muy sutil: la imposición de las ideas, las suyas, las de los que quieren volver a la lucha en nombre del progresismo y ello para implantar sus ideas difusas que esconden doctrinas totalitarias. Para ello previamente han de renovar el enfrentamiento. Se ha dado un giro histórico sorprendente y la convivencia en paz y armonía se cambia por la idea más progresista que España ha conocido desde los Reyes Católicos: la destrucción de la unidad de España a base de reinterpretar la historia y hacer un manual de campaña contrario a la verdad.

Se preguntarán: ¿Qué tiene que ver esto con los 85 años del comienzo de la guerra civil? Trataré de explicarlo.

El enorme paso dado en España en el periodo conocido como Transición pudo hacerse gracias a una generosa contribución de muchos de los protagonistas de aquel conflicto; gente enfrentada, incluso violentamente, que recapacitaron alrededor de una idea de unidad, convivencia y futuro en paz, con las lógicas diferencias de pensamiento y proyecto para su patria España. Pero eso unía a todos: España. La Corona en necesaria y generosa actitud asumió ese concepto intangible y superior del símbolo de la unidad que proyectaba un futuro en común junto a las naciones del mundo en una lucha casi única y en cierto sentido épico por la igualdad y la unión de los pueblos. La soberanía popular simbolizada en la Corona, escrita en la Constitución.

Esa era la voluntad de España, ese era el futuro para los españoles, esa era el proyecto de los que años atrás habían estado enfrentados y peleados hasta el extremo. Se acabaron las trincheras y las pugnas violentas por las ideas. Que cada cual defienda la suya sin volver la vista atrás nada más que para recoger a los rezagados y animarles a sumarse al proyecto.

Todo iba viento en popa, España crecía, era respetada en el ámbito internacional, casi envidiada, no había nación donde no se hablase de España. Se vivía en continuo progreso camino de la igualdad completa. Solo la sombra mortal del terrorismo de la ETA perturbaba el paso firme de España. Los asesinos rondaban las madrugadas junto a las ratas de las alcantarillas esperando el amanecer para matar y embriagarse de sangre inocente. Otro peligro latente se cernía sobre España y que no todos percibían en aquellos momentos. Mientras allí se recogían las nueces, los separatistas catalanes, agazapados, esperaban su tiempo y manera para recoger las suyas. ¡Que pocos se dieron cuenta!

Caminaba España, despacio, segura, con héroes anónimos y muchos sacrificios, pero firmes y conocedores de por dónde y a dónde debíamos llegar.

Un fatal día, 11 de marzo de 2004, una tragedia asoló la capital de España, enmudeció a España, nubló el futuro de España. ¿Qué pasó en aquellos trenes? ¿Por y para qué? ¿Quién? No lo sabemos ni lo sabremos nunca.

Sí sabemos que aquel día era el último de la Transición. Fin de la paz. De nuevo volvía el enfrentamiento.

La conversación lo dice todo. Recuerden.

Febrero del 2006. Zapatero, presidente del Gobierno de España después de aquel trágico e inexplicable 11M, no asiste al III Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo celebrado en Valencia. No es baladí.

Al poco tiempo se reúne con algunas de las víctimas. El detalle de la conversación con María Jesús González, la madre de Irene Villa, descubre el proyecto de Zapatero.

—Mi hija me sigue haciendo la misma pregunta que cuando era una niña: «Mamá, ¿por qué nos ha pasado esto?». Póngase en mi lugar.

—Estoy ya en tu lugar porque a mí me mataron a mi abuelo —respondió el presidente.

Zapatero abría la caja de los horrores. Adiós a la Transición. Empezaba de nuevo la guerra civil. La de los abuelos, que tenía continuación en sus nietos.

Después empezaron a formarse los bandos, y las bandas. Después siguió la cuenta de los muertos, a la cara, a recordar las cunetas. Después los terroristas de la ETA pasaron a ser hombres de paz, respetados senadores y congresistas, a cobrar sus crímenes en subvenciones, coche y sueldo oficial: el triunfo de las pistolas. Amparados bajo la ley.

Se hizo ley, una nueva ley para el enfrentamiento. Adiós a la Transición.

La ley de la vuelta atrás, la mirada atrás, la ley de las trincheras, de nuevo Madrid, el Norte, el cinturón de Hierro, Belchite, Brunete, Teruel, el Ebro. Ochenta años de retroceso, disparos cargados de emociones para volver al enfrentamiento.

Tenían que volver a la guerra.

La del terrorismo también: sus franquicias al poder.

La del separatismo: sus burgueses dirigentes al poder.

La del socialismo caballerista: sus alumnos desventajados al poder.

España se detuvo. Arruinada económicamente, llegó un registrador de la propiedad a firmar su defunción y vender en saldos la herencia. Nos quitó lo poco que teníamos, la calderilla de la esperanza.

La Transición fue juzgada y condenada para siempre. Los culpables señalados por el dedo inquisidor; entre ellos el símbolo: la Corona.

Temblaron las estructuras de la forma de Estado.

Ni el paro, ni la desestructuración de España, ni vaciarnos los bolsillos, ni el autoritarismo de los dirigentes, ni el sectarismo, ni la corrupción, nada pudo con ellos.

Vacunados por el registrador y su equipo, llegó de nuevo el despliegue de las fuerzas de aquel recuerdo: «Estoy ya en tu lugar porque a mí me han matado a mi abuelo».

Mejor desplegadas, más fuertes y seguras.

Un equipo engrasado, con una organización que despliega en segundo escalón una estructura muy bien configurada, apoyos internacionales de dudoso origen, elabora una orden de operaciones a la que nadie es capaz de plantarle cara. Enfrente no queda nada ni nadie. Divididas las fuerzas, la derecha no llega a un acuerdo, mientras la izquierda cada vez se reafirma más en sus postulados. Las Instituciones desaparecen en una espesa niebla de leyes, decretos y dictámenes. El Poder lo puede todo.

Trabajan en una nueva cultura después de haber renunciado a España. Tardará. Será un proceso lento y costoso, habrá retrocesos y baldías esperanzas nuestras, pero está sentenciado.

Ese es el resumen y el futuro que nos traen después de 85 años y una Transición. Una España rota, resquebrajada por el separatismo que no ha perdido el tiempo. En la española Cataluña se recoge cosecha de muchos años de

Para echarse a temblar.

Un recorrido de 85 años demasiado costoso y que en ningún caso nos merecemos cuando hicimos una limpia y esperanzadora Transición.

¿Por qué nos ha pasado esto? Nos lo preguntamos todos.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

5 julio 2021

 

 

 

 

 

 

HABRÁ REFERÉNDUM E INDEPENDENCIA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Me propuse no escribir sobre las elecciones catalanas.

Razón (es): con la situación a causa de la pandemia esto es un escándalo. Que se despachen a gusto Bárcenas y Villarejo días antes de las elecciones otro. Que Illa se presente… pónganle ustedes nombre. Que se den estos resultados por decisivos y se tomen como un plebiscito para la independencia es una burla. Como en el 31. En definitiva: hablamos de una estafa del 50% (¿o del 3%).

Todo encaja en lo que me parece una ofensa a la razón y por tanto al bienestar individual.

Incumplo y me pido perdón; hablaré de ello. Lo haré con brevedad.

Que nadie dé saltos de alegría, que nadie se crea ganador a excepción de los que quieren la ruina de España. Ellos sí han ganado. Todos los demás han sufrido una derrota clamorosa digna de su expulsión inmediata de la política y ponerse a rehacer los llamados partidos que nunca han dejado de ser un lugar para la colocación y el tejemaneje. Ahora que no se llamen a engaños. Seriedad es lo que pedimos.

¿Qué oscuros intereses hay detrás de cada cual?

La situación en la que queda Cataluña es muy peligrosa. Nada nuevo ni inesperado. Como ahora se denomina, han  construido un relato perfecto, con la inestimable ayuda de Zapatero-Sánchez-Iglesias-Rajoy y, ¡cómo no!, de esa Europa meliflua y a la vez traidora a ella misma, que demoniza a la democracia española y deteriora la imagen exterior de España (con el huido Puigdemont incluido). Ningún partido del otro lado, los que defienden (?) la unidad de España (no incluyo al actual pesoe), ha sabido combatir y dar explicaciones convincentes ni a propios ni a extraños, sino que han convertido España en su campo de batalla particular para ver quien la defiende mejor, quien es el más fuerte y más valiente, es decir la han hundido para ensalzarse ellos.

Este es el resultado: la desaparición de España como Nación. El Estado ya no existe.

El siguiente paso está claro. Las elecciones son un paso más de este camino que va despacio, firme y seguro. Saben a dónde van, por dónde y cómo recorrerlo.

Al equilibrio y a la moderación le acaban de dar una patada en el culo.  Ha nacido —hace tiempo— la mediocridad dirigida por imbéciles y aplaudida por los mismos que se enzarzan en cuanto tienen las manos libres después de pelearse en las gradas. La única solución que veo es hacernos todos imbéciles y participar desde la grada: en la pelea.

«Los Estados —ya sean nuevos, ya sean viejos o mixtos—consisten en las buenas leyes y las buenas armas». Leyes, armas y religión; decía el prudente Maquiavelo. Leyes que cumplir, armas que obliguen a cumplirlas y creer en la Nación. Si no es así, pues eso: imbéciles e independencia.

De España, de lo que queda, se pueden dar datos: crispada, indignada, pero sin moverse de casa.

Os lo merecéis me dijo el británico de Benidorm. Vosotros más, le contesté. No digo lo que a continuación me soltó. No era alemán, ni francés, ni belga, ni polaco, ni… Era de Gales.

Habrá referéndum. Lo preparó Zapatero, lo secundó y firmó Sánchez. No conocemos a los cultos que les han lanzado al ruedo. ¿O sí?

Ni leyes, ni armas. Ni rezar vale. Esto se acabó.

¿La Corona? Camino del Centenario: 1931.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

16 febrero 2021

 

 

DESPUÉS DE FRANCO LAS INSTITUCIONES O LA PRUDENCIA DEL PRÍNCIPE Rafael Dávila Álvarez

«Después de Franco, las Instituciones». La frase la pronunció Jesús Fueyo y el análisis del tiempo pasado denota que la única Institución que ha estado a la altura ha sido la Corona.

El resto de Instituciones han dejado pasar el tiempo o el tiempo ha pasado por ellas dejándolas lisas y moldeables.

Decía Alejandro Magno que la carga de un rey es hacer bien y oír hablar mal de sí.

Como nos demuestra en El Príncipe, Maquiavelo conocía la vida de Alejandro al que admiraba y del que, con asombro, se pregunta cómo «llegara a ser dueño de Egipto y del Asia Menor en pocos años y , muerto apenas había conquistado tales territorios, cuando parecía razonable que se alzaran en rebelión, los sucesores de Alejandro los conservaron sin hallar otra dificultad que la derivada de su ambición personal».

En la obra de Maquiavelo hay mucho de la vida y comportamiento de Alejandro, uno de los personajes de la historia que más misterio encierra, lleno de modernidad, y ejemplo vivo que perdura a través de los tiempos.

En su gravedad de muerte da muestras de lo que significa para él ser el rey: «En la situación en la que me encuentro, nada valen los remedios lentos ni los médicos indecisos. Me es preferible morir con arrojo a tardar en curarme. Así pues, si los médicos tienen algún recurso o alguna destreza, han de saber que, más que un remedio a la muerte, lo que busco es un remedio a la guerra».

El Príncipe de Maquiavelo, está plagado de referencia, mudas o no, a la vida y mando del rey Alejandro, de su sabiduría.  Antes de terminar avisa al Príncipe de las distintas clase de inteligencia y le alerta contra los ministros que le rodean y los peligros de su inteligencia: «Unos entienden las cosas por sí mismos, los segundos evalúan correctamente lo que entienden otros y, por último, los terceros no entienden ni por sí mismos ni por los demás» […]. Pero ¿cómo puede un príncipe conocer al ministro?». Maquiavelo señala lo que a lo largo de los siglos es «un procedimiento que no falla nunca»: «Cuando ves que un ministro piensa más en sí mismo que en ti y busca en todas sus acciones el provecho propio deduce que ese individuo ni será nunca un buen ministro ni podrás nunca fiarte de él porque aquel a quien se ha confiado el gobierno no debe pensar nunca en sí mismo sino siempre en el príncipe».

De manera que desde Alejandro Magno, antes Homero, después la época florentina y el renacimiento de un nuevo mundo, nada cambió.

Sé que ustedes entienden las cosas por sí mismos, por lo que este artículo, de manera clara y rotunda, solo va dirigido a aquellos que no entienden ni por sí mismos ni por los demás. No es necesario dar nombres.

Queda claro y más explicaciones sería perder el tiempo, que no se puede decir como lo hace Maquiavelo.

Es por lo que termino como él en El Príncipe: «…porque los hombres son siempre malos de no ser que la necesidad los torne buenos. Ha de concluirse por eso que los buenos consejos, vengan de quien vengan, conviene nazcan de la prudencia del príncipe y no la prudencia del príncipe de los buenos consejos».

Sin duda los buenos consejos son, hoy por hoy, interesados y partidistas, las Instituciones están a la vista, aunque se distorsione la visión.

Nos queda la prudencia del Príncipe. Solo.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

11 enero 2021

 

DE NUEVO EL DISCURSO DEL REY Rafael Dávila Álvarez

Que de todo hay en la viña del Señor… Los hay contentos, medio contentos, frustrados y muy enfadados. Incluso los hay que no hay, que ni leen ni dejan leer.

Hay una frase del discurso del Rey que encierra la clave del momento: «Rey de todos los españoles». La pronunció Don Juan Carlos el día de su coronación y la repite ahora, con frecuencia, Don Felipe.

Deberíamos detenernos para analizar su significado. ¿Por qué insiste el Rey en ello? ¿Por qué especialmente ahora?

Cobra su verdadero sentido cuando existen mayores diferencias entre nosotros, los españoles. Es decir: siempre. Por ello hay que repetirla.

De todos, de unos y otros (incluso de hunos y hotros) y eso exige que unos y otros (o hunos y hotros) hagan un ejercicio de reflexión y acepten que todos somos españoles, incluso los que no quieren serlo o lo son a su manera sin admitir a los que son de otra. Comprendo la dificultad, pero es la Ley. No habla el Rey para cortesanos (su tiempo se fue), ni para ideologías o partidos (a lo suyo); no son sus palabras un capricho Real, ni una postura de cara al público, tampoco una cesión para quedar bien y ser aplaudido. El Rey habla de la Ley, como manda la Ley y en respeto a la Ley: la Constitución. Eso es conocido como cumplimiento del deber.

Rey de todos los españoles. Encierra un mensaje que no solo compromete a él. Nos compromete a todos. De respeto a las ideas de todos. Todos somos españoles y no querer serlo es como dudar de tu maternidad o paternidad; renunciar puedes, pero legalmente exige un proceso; mientras, deberás ajustarte a la Ley que te obliga, por orden y convivencia.

El Rey es tu rey y en su frase recuerda que hay una exigencia por su parte y por la nuestra: con la Ley, con todos y de respeto al conjunto. Porque no todo vale; hay una norma que hay que cumplir y exigir su cumplimiento.

Los roedores de la Nación, de la Constitución, del Estado, van a por la Corona, y desde su madriguera, otros (también roedores) hacen que les sujetan mientras les animan y empujan a ello «Unos (hunos) tiene la fama, y otros (hotros) cardan la lana».

Amenazan, los de Podemos con mal ánimo—porque lo suyo no es construir, sino destruir— con una Ley de la Corona; y los otros roedores, en la puerta del agujero: «No, que no es necesario, que con el Título II es suficiente, que ya está regulada, que dice Simancas, que no dice…», todos ratones que roen y roen. De ellos es también rey Don Felipe. Del gato y de los ratones, y de los que se disfrazan.

El caso es peligroso. Tenemos un presidente con el síndrome de Eróstrato, aquel que quemó el templo de Artemisa con tal de adquirir la celebridad que nunca debió alcanzar. Ahí está el riesgo. Una antorcha en sus manos.

Nació ese día Alejandro Magno: «… el seis del mes de Hecatombeón […] el mismo día precisamente en que se quemó el templo de Ártemis de Éfeso (Plutarco. Vidas Paralelas. Alejandro).

Dejémoslo para otro día; sin perderlo de vista. Es tiempo de desolación hasta otro magno.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

28 diciembre 2020

LA CARTA DE LOS MILITARES. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

De entrada: no hay manifiesto como algunos, con mala intención y ánimo de confundir, pretenden calificar. Es una carta al Rey de España, Mando Supremo de las Fuerzas Armadas, la que han enviado un grupo de militares retirados. Claro que el hecho de que El País se haya hecho eco, da pie al titular: «Manifiesto de los militares…» y así, con el titular bajo el brazo, se va a la tertulia sin haber leído más.

Antes de seguir conviene que los profanos en la materia militar, tan desconocida, y silenciosos sus componentes, (aunque hay un dicho: no hay nada más reservado que un militar en activo, ni nada más activo que un militar en la reserva), sepan algo más, que sirva de antecedente al tema tratado.

Los firmantes de la carta al Rey forman parte de la XXIII promoción de la Academia General Militar. Eso significa que ingresaron al mismo tiempo en la Academia para ser oficiales y juntos pasaron dos años en la General de Zaragoza y posteriormente se separaron para acudir a las Academias Especiales (Infantería, Caballería, Artillería, Ingenieros, Intendencia y Guardia Civil) y pasar allí otros dos años de formación en su Arma específica. La Academia General Militar tiene como misión fundamental crear espíritu, ese que entre los militares se conoce como  «El espíritu de la General» que no es otro que el valor del compañerismo entre Armas y Cuerpos, la unidad y cohesión tan necesaria en el combate, y una identificación plena entre sus miembros de lo que el juramento a la Bandera significa.

«Armas y Cuerpos funden nuestro emblema…» dice el himno de la General. Mismo espíritu, misma doctrina, mismo ideal.

Conviene saber esto porque ese vínculo que se crea entre los miembros de cada promoción de la General perdura hasta el final de nuestros días. Podrás coincidir o no posteriormente en los destinos, pero la pertenencia a una promoción determinada te mantiene unido siempre, con frecuentes reuniones, seguimiento de los acontecimientos de cada uno, ayudas entre sus miembros, intercambios y relaciones no solo profesionales, sino incluso familiares. El que se lleve con mayor o menor grado esta relación depende en cada promoción de que haya alguno con especial habilidad para incentivar a sus compañeros. Suelen ser los números uno de la promoción de la General y los de las Especiales los que lleven la dirección del grupo.

Este antecedente es importante para comprender que la carta no surge de repente, sino que hay una relación e intercambio de pareceres constante, y que en ella la situación actual de España sea un motivo de gran preocupación.

No sé cómo ha sido el proceso hasta llegar al momento de dar por redactada la carta y hacérsela llegar al Rey, pero me lo figuro.

Es evidente que se escribe para que se convierta en un documento de cara al público, lo que introduce un especial matiz en la misiva. Algo que por otro lado es lógico.

No es la primera carta o manifiesto, que de todo ha habido, ni será la última. Desde que este Gobierno puso en peligro la unidad de España y se ha dispuesto a romper la nación, empezando por la Corona, se han sucedido cartas colectivas o individuales, videos corporativos, declaraciones de todo tipo de personas del arte, la ciencia, la literatura, el derecho, la política; en definitiva la sociedad civil preocupada con la situación por la que este Gobierno conduce a España.

Cualquier manifestación a favor de la unidad de la patria, España,  y de la concordia,  es buena, aunque solo sea una chinita en el camino.

Lo vivido últimamente en España es muy difícil de digerir para quienes llevan más de cincuenta años de servicio bajo el mandato de un juramento. Como le ocurre —esperemos— a la mayoría de españoles,

Camino de la desaparición de España, atados de pies y manos por un estado de alarma abusivo, que atenta contra la libertad, vigilados en nuestras expresiones y declaraciones, o cierras la boca o te la cierran, cuando el comunismo vuelve de la mano de los terroristas a recordar viejos tiempos, ¿es que nadie va a decir nada?, ¿es que con echar una papeleta en la urna cada cuatro años es suficiente?

Al menos permitan que cada uno se exprese, individual o colectivamente, como le venga en gana dentro del escrupuloso cumplimiento de la Ley; cosa que este Gobierno se salta cuando y como quiere.

Así que no le den más vueltas. Los militares retirados de la XXIII promoción de la Academia General Militar (por cierto la que cerró Azaña, por eso de la unidad y cohesión) han dicho lo que piensan, como otros muchos: ya son legión.

¿Pasa algo? Si alguno se pone nervioso, Ley y tila.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

2 diciembre 2020

 

SITUACIÓN DE EXTREMA GRAVEDAD Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Fueron las palabras del Rey el día 3 de octubre de 2017.

Poco hay que explicar. Únicamente recordar al paso de tres años. ¿Qué ha cambiado? Nada. Todo ha empeorado y ahora es la Corona directamente atacada, es decir la unidad de España.

A la gravísima situación se suma un Gobierno que llegó y se mantiene gracias a los atacantes de vanguardia, donde se junta lo peor de cada casa ofreciendo una imagen dantesca y, lo peor, de una ineficacia tal que está en riesgo nuestro futuro individual y colectivo, como personas libres y como nación independiente, soberana y unida. A ello se ha sumado este Gobierno que acoge en sus filas, nada menos que en su vicepresidencia y ministerios, a personajes que atacan directamente la forma del Estado que nos hemos dado los españoles en una Constitución aprobada por una mayoría aplastante (el 88´54% votó sí). Está en peligro todo lo que recoge la Constitución: La soberanía e independencia de España, su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Es decir: En España todo está en peligro.

Mecanismos hay para evitarlo; también para azuzar el fuego, que es lo que desde el Gobierno parecen haber elegido. Si desde el mismísimo Gobierno, su vicepresidente y ministros, abogan por la República con ataques diarios a la Corona, con ostentosa falta de decoro a lo que representa, sin aceptar las reglas del juego democrático, al menos el respeto no solo al Rey sino a lo votado por el 88´54% de los españoles es que el enemigo está dentro. Todo es posible, pero lo que exige el juramento o promesa a los que están en el ejecutivo es cumplir y hacer cumplir la Constitución. Si no les gusta ya saben el camino: dejen el Gobierno y hagan campaña por sus ideas, pero no desde dentro del Gobierno.

Está en grave riesgo la integridad territorial. Y, decía el Rey, que son momentos muy difíciles que superaremos. Ahí está la duda. Los hechos después de tres años demuestran lo contrario.

Las palabras del Rey fueron y son la única esperanza que nos acompaña. No las olvidemos y os pedimos, Majestad, que de vez en cuando nos vuelva a hablar para recuperar la fe en nuestras Instituciones. En el único horizonte de salvación posible. Al menos para vivir con una esperanza.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

 

PALABRAS DEL REY 3 OCTUBRE 2017

<<Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada −ilegalmente−la independencia de Cataluña.

Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno.

Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña.

Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando ─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada.

Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España.

En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común.

Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía.

Hoy quiero, además, transmitir varios mensajes a todos los españoles, particularmente a los catalanes.

A los ciudadanos de Cataluña –a todos− quiero reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos.

Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos.

Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza.

Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará también Cataluña.

Termino ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España>>.

2 octubre 2020

Blog: generaldavila.com

ME SOMETO A REFERÉNDUM Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

¿Siguiente paso? Ya se oyen los gritos de la justicia callejera que tanto nos gusta practicar.

—<<No se ha marchao; que le hemos echao>>.

Gritan ahora:

<<¡No se ha ido,
que le hemos barrido!
¡No se ha marchado,
que le hemos echado!>>

Punto de partida: 1931. Acabemos con la farsa del paréntesis abierto que pretenden cerrar. Eso es todo. Una nueva España que no sea España. La ilegal victoria les duró pocos años; y no lo perdonan. Lo volvieron a intentar —1934—, cuando vieron que perdían el poder,  pero como ni ellos mismos se ponían de acuerdo, hicieron lo de siempre: robar y perder.

Robar siempre roban. Oro o sentimientos; pero roban.

Dos incapaces no pueden llevar solos el peso de lo sucedido ahora. Hay algo que no encaja a ojos humanos, sí a los de halcón, en este drama que hoy se representa en España. Un drama que han puesto en escena, un policía corrupto, con mucho poder otorgado, y del que muchos se esconden porque temen. Una señora de dudosa ejecutoria en trabajos de cintura para abajo y experta en traiciones mercantiles. Y la dudosa intervención —sin aclarar por su parte— del Jefe de los Servicios de Inteligencia españoles que deberá devolver, hasta sus últimas consecuencias, la confianza en él puesta (¡qué grave error!). Una mezcla explosiva que alguien ha sabido manejar con acierto moviendo los hilos de un incapaz presidente del Gobierno adulado por los peores políticos de la historia de España (¡mira que los ha habido malos!) y un vicepresidente que será listillo, más bien oportunista, pero con escasa capacidad para poner en escena esta tragedia.

Echar a un Rey de su casa no es baladí. Sin imputación, sin acusación formal, sin sentencia. Escuchen: Un vicepresidente se atreve a decir que le prohíban salir de España y el presidente, en plan juez y parte, amo de España, se muestra, como si él fuese la Ley, benevolente con la Corona. ¿Quién se ha creído ser y qué poderes se arroga? Son presuntos, muy presuntos, cuando para ellos no existe la presunción de inocencia en los otros.

El mundo entero se asombra. Algunos españoles, más de lo que se piensa, desolados y dispuestos a presentar resistencia. Esto no puede quedar así y de hecho no ha hecho sino empezar.

¿Dónde está el origen? ¿El autor (es) intelectual (es)?

Me llaman de todas partes, asustados, preocupados, indignados, extrañados, curiosos, como si yo supiese más que ellos, ¿qué hacer?

Recurro a la memoria. Les avisé hace tiempo: <<La República la trajeron los monárquicos y, después, la perdieron los republicanos>>.

Pero lo que dijo Ortega se lo dijo así mismo y tampoco se hizo caso: <<Un Estado federal es un conjunto de pueblos que caminan hacia su unidad. Un Estado unitario que se federaliza es un organismo de pueblos que retrograda y camina hacia su dispersión>>.

La dispersión está de moda entre los posibles salvadores. ¿Qué les importa a ellos sino su estatus? ¡Vosotros dispersos tenéis mucha culpa! ¡Sí, vosotros!

En Gobernación ondeaba ya la bandera republicana. Habló el nuevo presidente del Comité Revolucionario, ya convertido en gobierno provisional de la República: <<El gobierno provisional de la República ha tomado el Poder sin tramitación y sin resistencia ni oposición protocolaria alguna…>>. Nos lo han regalado; le faltó apostillar.

A un paso: la violencia.

<<No es esto, no es esto>>. Pero ya era tarde.

Grita el rebaño: <<No se ha marchao; que le hemos echao>>.

<<Delenda est Monarchía>>. Ortega y Gasset, que se dice hombre de la calle, anima.

Se saltaron —una vez más— la legalidad. Ahora volverán a hacerlo.

Si yo fuese el Rey, antes de que sea tarde, diría:

—Me someto a referéndum.

Lo gana de calle.

Falta saber cuál será el siguiente paso del autor (es) intelectual (es) de esta tragedia. Hay muchos personajes ocultos que ya están barajando y repartiéndose las cartas.

Saben que la Corona no es uno, sino una; y por tanto continuidad. Ahora rota. Tocada. Falta hundirla. Eso buscan. Cerrar el paréntesis abierto por ellos mismos en el 31. Entonces les salió mal. Puede que a la tercera vaya la vencida. Incluso bendecida llegue la III: <<bajo palio>>.

Hay que adelantarse porque han ganado por la mano y siguen siendo mano.

Un amigo al que suelo consultar mis inquietudes me recuerda que en España desde 1812 hasta 1978 se sitúan siete Constituciones (la más duradera la de la Restauración -1876- que perduró 47 años) y ninguna ha seguido los pasos legales para su modificación o cambio. Todo ha sucedido de manera abrupta. Malos antecedentes; como para fiarse. El mal ya está iniciado. Tarde o temprano se saltarán la legalidad. Si no lo han hecho ya. Cuidado con la Constitución de 1978. No es necesario renovarla. Se la saltarán como acostumbrados están.

¿Quiénes? Nunca ha estado tan claro: un Gobierno que ha demostrado claramente sus intenciones y que se sostiene gracias a separatistas, comunistas, amparo de terroristas, y medios de comunicación afines, refugio de peligrosos autores intelectuales cuyo fin último es el poder mientras en más sitios mejor, y donde nunca se mida el comportamiento por reglas morales y legales, sino por  las suyas.

Hay que adelantarse. Es la hora de dar un democrático puñetazo encima de la mesa. Si es que en España queda algo de dignidad política, popular, incluso, como decían antaño, judicial y eclesiástica.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

6 agosto 2020

ASESINA QUE ALGO QUEDA. Rafael Dávila Álvarez

No conozco ninguna nación del mundo democrático que admita a sus más recientes asesinos entrar en la gobernación o administración de las instituciones del Estado. Que admita que formen un partido blanqueado de nombres y apellidos para acceder a ellas a través de unas elecciones. En el cumplimiento de la ley no hay perdón, ni se intercambian favores, sino ley. Una sentencia es justa o injusta, nunca perdonable ni moldeable; se cumple y tiene consecuencias.

Tampoco es conocido que lo sentenciado por el máximo Tribunal judicial sea corregido por un Tribunal Constitucional en recurso de amparo.

Todo esto ocurre aquí: 6-5 en la prórroga, arbitrando Pascual Sala y de presidente de la federación el inolvidable -por desgracia- señor Zapatero. Bildu y Sortu, modus operandi intelectual (con perdón), fueron introducidas en la destrucción de España por los señores mencionados, acabando con la ley de Partidos Políticos que impedía presentarse en citas electorales a formaciones relacionadas con bandas terroristas y estar presentes en la vida política.

Ninguna de esas herencias ha condenado los cerca de mil asesinatos de la ETA ni por asomo han pedido perdón. El señor Zapatero y el señor Sala tampoco han dicho esta boca es mía sobre su actuación, única en el mundo mundial.

Un TC. se limita a comprobar que se han respetado los principios constitucionales, no es su misión reconsiderar las pruebas, por cierto aplastantes, de la policía y guardia civil. El Tribunal Constitucional sentenció al Tribunal Supremo, lo condenó, excediéndose en su razón de ser. Lo nunca visto.

En mi opinión este hecho, que parece olvidado, fue la maniobra más hábil y peligrosa contra la unidad de España y contra la mismísima democracia.

Un barreno colocado en el corazón del sistema.

Todo lo que ahora vemos y vivimos viene de aquella sentencia que, además de colocar al modus operandi intelectual de Batasuna en la toma de decisiones sobre España, acabó con Montesquieu y dejó el camino libre para la destrucción de España vía la legalidad, su legalidad, como demuestran los votos particulares de los magistrados sobre aquella sentencia del Constitucional, dejando a las claras, por escrito, que no es el Constitucional una instancia judicial que pueda juzgar a la mayor de ellas: el Supremo. Y lo fue. Se hundió la justicia hasta convertir al TC. en un instrumento en manos del Gobierno. Pasito a pasito, nombramiento tras nombramiento, Fiscal General que juega con las togas y el polvo del camino, o con la información vaginal que te lleva al ministerio y de vuelta a mandar sobre los fiscales, hasta conseguir su objetivo.

Hablaremos de esto y de aquello, pero es lo que les cuento. Todo viene de esta iniciación de la que Sánchez es continuador junto a otros iniciáticos que construyen metódicamente el nuevo edificio. Maestros de la construcción sobre escombros.

Ley de Memoria Histórica, iniciada y a punto. La Corona, iniciada y a punto. Les queda el Partido Popular, única fuerza capaz de doblarles el pulso, que tenían ya a mano con Rajoy. Se les ha escapado la presa, por lo que unieron fuerzas con Podemos.

Abramos los ojos. Tres fuerzas a la derecha es dispersión. Es su meta, la de Sánchez. Todos contra el Partido Popular. Que por cierto no es Rajoy.

Todo empezó allá por el 31. Les está costando, pero insistirán.

La ETA, ¿se acuerdan? Era una banda de asesinos. ¿Lo recuerdan? Asesina que algo queda.

No conozco ninguna nación del mundo democrático que admita a sus más recientes asesinos entrar en la gobernación o administración de las instituciones del Estado. Que admita que formen un partido blanqueado de nombres y apellidos para acceder a ellas a través de unas elecciones. En España, sí. Nadie ha vuelto a recordarlo. Todo está pactado.

Su oscuro origen es todavía un amenazante misterio que, en ocasiones, da señales de su existencia como hace unos días en la Plaza de Armas del Palacio Real de Madrid.

Ahora vayamos en todas las direcciones menos en la adecuada; y olvidemos.

¡Dispersión! ¡Dispersión! ¡Que nos atacan!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

20 julio 2020

Blog: generaldavila.com

¡SE SIENTEN COÑO! General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

¡Se sienten coño! Retumbaron en el hemiciclo, como una ráfaga, las palabras del ministro de Justicia: <<España se encuentra en una crisis constituyente>>.

Estamos al límite. Todos lo saben y nadie reacciona. Se han cometido atropellos en casi todas las instituciones. No debemos bajar la guardia porque se acercan tiempos de preocupación -sin ocupación- y deterioro generalizado. <<Mientras peor, mejor>> será el lema de millones dispuestos a todo. En cuanto vean que pueden perder esta opción única que ahora tienen, arderá la calle.

Si el Partido Socialista, o esto que el señor Sánchez preside, les ha querido engañar con lo de <<el enemigo al ombligo>> para mantenerse en su inútil vanidad, el resultado es poner al lobo a pastorear el rebaño. Quizá ya no queden ovejas, sino un rebaño de lobos. Eso significa comerse al pastor, que se lo han comido después de matar (anular/domesticar es más exacto) al perro guardián.

Lo acaba de proclamar el ministro de Justicia: <<Crisis constituyente- Debate Constituyente>>. El mensaje ¿iba para Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC)? No; iba para todos.  Pocos se han enterado. Tranquilizador.

Pasado el trueno, la tormenta ya no volverá a anunciarse. Como si nada hubiese ocurrido. No lo olviden: Crisis Constituyente. Caerá como un rayo, sin avisar.

Hay dos cosas que esta proclama encierra: qué quiere decir y qué ha querido decir el ministro de la Justicia. Estamos ante ¿qué? No es difícil el acertijo. Por sus obras los conoceréis. Sabemos ante quién. De lo que se deduce la maniobra probable y peligrosa.

En román paladino: nos la están colando, si no nos la han colado ya. Creo que es la declaración más grave oída en el Congreso de los Diputados en la democracia. Suena como aquel: ¡Se sienten coño!, pero sin tricornio, sino con la Justicia del ministro del Gobierno, juez y parte.

No…, que no quiso decir eso, sino lo otro. ¡Ya! Sin ráfaga. Las ideologías tienen mayor capacidad de penetración que las balas.

Está claro. A por la Corona. El caso es que caiga la Monarquía. ¡Viva la III! A por la Guardia Civil, que esperemos hayan mordido en hueso. A por la Justicia, Constitucional, Fiscalía General, Supremo, palo y tentetieso a quien se menee fuera de la raya que yo marque. Los míos a un lado, los otros al otro lado. A por Ciudadanos que está flaquita y necesita un reconstituyente. Y, por supuesto, a por los Consejos de Administración. Que no se escriba una letra, se dé una noticia, se use una red social sin que sea censurada por el ministerio de la Presidencia (que los vigile el CNI ).

La nación de naciones. En definitiva: a por la Constitución. A por España, al federalismo, al separatismo, ahora que viene la pandemia del hambre y la desesperación.

La gravedad de este ¡se sienten coño! es que no venía de ninguno de los activistas de barrio que pueblan el Congreso, alguno ministro, sino de un jurista importante ahora metido a político. Es decir un leído y entendido que sabe lo que dice y por qué lo dice. Autor intelectual.

De una gravedad extrema. Las posteriores explicaciones son baldías. Por sus obras los conoceréis.

Las obras que vemos son las que son. Todo está en revisión y hay un ataque encubierto a España. Empezando por el modelo de Estado y por su Constitución. Para terminar (de acabar) con España.

Juan Carlos Campo Moreno. Ministro de Justicia. Magistrado. Fue y lo soltó.: <<Un debate constituyente abierto>>. Sonó como aquel ¡Se sienten coño!

Porque -y esta es la clave- en el Parlamento español han entrado los que tienen a España como enemigo. Arderá la calle.

¡Al suelo todo el mundo!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

15 junio 2020

Blog: generaldavila.com

DON JUAN CARLOS I REY DE ESPAÑA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

He servido a España, en su máxima proximidad, 13 años de mi vida militar junto al Rey Don Juan Carlos I. Desde el empleo de Comandante en la Guardia Real, teniente coronel Ayudante de Campo después;  y de coronel fui Jefe de su Guardia Real.

Por allí han pasado, y he visto pasar, la historia de España de estos últimos años. De todo. Lo divino y lo humano, lo mejor y lo peor, que de todo está hecha y gobernada España. Hombres. Intereses. He visto todo y a casi todos. Nadie, ninguno, puede tirar ni la primera ni la última piedra. ¡Si lo sabré yo!

No les voy a contar -que morirá conmigo-, la normalidad de una familia, la Real, que ¡cuántas hubiesen querido ser parecidas! De lo que cuentan, de lo que inventan, a la vida auténtica diaria y normal, nada de nada. A lo mediático, subvencionado, le gusta la caricatura. Para eso le pagan. Y muy bien. ¡Cuántas mentiras sin desmentir! Cuanto mentiroso diciendo que vale más por lo que calla… Nunca dicen que es lo que callan porque no existe.

No veía diferencias destacables entre aquella entrañable familia y la de cualquiera de los españoles de la época. No les hablo de memoria. Sino del día a día, del permanente contacto, de cierta intimidad,  y de viajar por todo el mundo en la más cercana proximidad.

Ahora resulta que muchos, tantos, de los que jamás en su vida han puesto un pie en la Zarzuela, saben más que nadie de lo que allí se cuece; y lo que dicen es ley. Por otro lado los que saben, conocen y lo han vivido, callan, como si con ellos no fuese la cosa. Así se escribe la historia. Muchos están encumbrados -y muy bien colocados- en todos los lugares y agujeros, desde lo más santo a lo más profano, todos (se) aprovecharon el tirón.

Somos muchos los que sufrimos la injusticia del trato que se está dando al Rey Don Juan Carlos y el desconocimiento del interior de su talante y forma de ser. El Rey Don Juan Carlos representa toda una historia de progreso de España, muy difícil, complicada, y que pocos hubiesen sido capaces de sacar adelante. Lo hizo y no se lo perdonan. Cuando logró una España grande, respetada, rica en proyectos y peso internacional, el único,-hay que repetirlo- el único que ha sabido manejar el problema de Cataluña y enderezarlo, un Rey de y para todos los españoles, vieron que Don Juan Carlos era el objetivo a batir. Por eso, por su amor a España, por su sentido de la unidad de España, por ser Rey de todos los españoles, pon aunar esfuerzos, por proclamar por el mundo quién es España, por recordar nuestras raíces americanas, que aquello es España, por hablar, sentir, y engrandecer España. No se lo han  perdonado.

España ha cambiado mucho y muy deprisa. Es muy fácil hablar difamando, sin el más mínimo conocimiento, ni argumento, y revolver las intimidades, aquellos que tanto tienen que esconder.

Ahora parece que entra el miedo y es el momento del silencio acusatorio, y tantos que han (hemos) estado a su lado callan. Yo no me callo.

No tengo el más mínimo interés en una parte u otra. Vivo exclusivamente de mi pensión… y con hipoteca. Mi mujer me dio seis hijos y no tuvimos tiempo para otra cosa. Es decir que no hay más cera que la que arde.

Y no digo que no me gustaría ser un Consejero de Enagás como Pepiño, que algún mérito uno ha hecho, o Consejero de Santa Bárbara. Aquí el que no corre vuela, pero todos callan en su ínsula agradecida.

No me voy a callar, ya que puedo y conozco. España navega a la deriva, pero ustedes los españoles son muy libres de arrojar por la borda al mejor timonel que hasta ahora hemos tenido y poner al pirata de turno en su lugar, y conducir por la mentira y la traición nuestro futuro.

Si España en estos últimos 45 años de su historia ha salido adelante, ha sabido incardinarse en el mundo, se ha convertido en una gran nación, ha sido gracias a la intuición y realeza de un Rey que otros quisieran para ellos: Don Juan Carlos I de España.

La Corona está en peligro, porque está en peligro España, su unidad y su peso internacional. Pretenden cobrarse la primera pieza, la monarquía. No van a poder con el Rey Don Juan Carlos, porque nada tienen probatorio (¡qué más quisieran!), y seguirán (perseguirán) con Don Felipe; tras sus huellas.

No está de más que algunos den la cara y defiendan lo que en estos momentos, quizá lo único sin más interés que el general, defiende a España y al conjunto de los españoles, sientan lo que sientan y piensen lo que piensen: la Corona. Sin avergonzarse ni achantarse.

Defender a España, su unidad y su peso internacional tiene un coste.

Don Juan Carlos logró sacarnos de la pobreza y de la insignificancia internacional.

Está todo programado y lo que no perdono es a los cobardes enriquecidos que se mueven al compás de los aires que soplan.

Es el primer intento serio, y con toda contundencia, aprovechando la pandemia, que ha anestesiado a los españoles, para acabar con la Corona.

Hagan ustedes lo que quieran y decidan lo que les venga en gana. Pero si algo ha habido que nos ha mantenido unidos y con fuerte proyección internacional ha sido la Corona, en concreto y durante muchos años, Don Juan Carlos I. Lo define una palabra: entrega a España. Esa ha sido su vida, por mucho que ahora, otros, quieran inventar otra.

A partir de eso, ustedes verán. A ver quién es el que tira la primera piedra.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

15 junio 2020

COTILLEOS DEL PALACIO… DE LA MONCLOA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

De fuentes bien informadas, como antes se decía, me entero de que en el Consejo de Ministros de la crisis se plantaron Calviño y Robles.

El comunista, en cuarentena, fue allí, por encima de todo, incluso del riesgo para sus compis, a sacar tajada. Dos ministras dijeron ¡basta!. Calviño vio la economía temblar y por un momento se le apareció Maduro sentado en el lugar de Sánchez. Robles vio al Ejército, en rojo, estrellado de rojas estrellas, repartiendo tiritas y con flores en los cañones, que de entrada quedaba muy bonito, pero pensó en aquello de ¡A mí la Legión! y le temblaron las canillas.

¡No. Hasta aquí hemos llegado!, Coletas, y no te arrimes tanto.

Sánchez confuso, miraba al ministro de Universidades que, como Unamuno y medio dormido, se entretenía en hacer pajaritas de papel, hasta que en una de esas gritó: ¡Viva la inteligencia! Soñaba un mal sueño. Se abrió la puerta y todos miraron hacia ella con cierto temor, por si acaso, pero no, era un ujier con una jofaina de agua para que el presidente se lavase las manos. Corría entre ministros el desinfectante.

Calviño amenazó con Europa. Voy y me chivo. Te vas a enterar, Coletas.

El Coletas miraba a Robles: Tú a mí no me tocas… mis soldados. Contestó iracunda la magistrada.

Ella a Sánchez: Mi jemad ya está preparado y me ha dicho que solo espera órdenes. Los soldados uniformados, sin armas claro, los aviones vuelan y los barcos navegan. De milagro, decía el anterior jemad, pero este me dice que no, que le sobran barcos, aviones y soldados. Para dietas no sabe si le va a llegar, pero con las de la instrucción y adiestramiento suspendido nos apañamos. Ya aprenderán y se adiestrarán más adelante. Si es necesario nos traemos a los del Líbano, Irak, Turquía, Letonia…

Sánchez respira. Robles no sabe que le han dicho lo que los soldados pueden hacer, pero nadie le ha informado de lo que no deben hacer. Ese es un problema. Siempre la confusión del poder con el deber.

El comunista veía que perdía y creía que la fiebre le subía. ¡Ía-ía-ía, Illa maravilla! Impertérrito el de Sanidad, consultaba los últimos datos del día, y todo subía y abajo se venía. Habla del INSALUD y alguien le dice que eso ya no existe. Claro él no es médico sino dialogador. ¡Anda! por eso ahora con lo de las Autonomías si a uno de Pamplona le da un jamacuco en Madrid y va a urgencias nadie conoce sus antecedentes clínicos, no hay cruce de datos.

Al comunista se le ocurrió otra vía: la Corona. Se la puso por montera y salió de la reunión muy enfadado, bueno, mejor dicho cabreado, estos no saben de enfados, sino de lo que implícito lleva lo otro. Pensaba entre moquetas: Tengo la sexta y la cuatro y hasta la cinco y la del 3, creo que la 1 y la 2; tengo, tengo, solo necesito dominar. Desde la Sierra Madrileña, nido de águilas, dominaré Madrid y sus palacios.

Lo intenta por otro camino y seguirá con su proyecto a través de las falsas noticias y medias verdades, táctica de agitación y propaganda de los bolcheviques. Le importa un bledo el virus ya que el comunismo es afecto a toda clase de virus.

No sé quién -¿el ocupador de salas VIP?-, preguntó: ¿Hasta cuándo aguantarán los españoles encerrados en sus casas¿ ¿Por qué los británicos no toman medidas? ¿Será esto imparable y no tengamos otra solución que esperar al calor de agosto? Nadie sabe nada.

Termina la reunión como el rosario de la aurora.

Saliendo el Coletas de la reunión entró Ivan, ya saben.

¿Tienes la solución? Preguntó el presidente Sánchez (a partir de ahora hay que poner el nombre porque, según veíamos ayer en el show televisivo, el de interior no dirige sino preside).

No, presidente. Llaman Pablo, Santi, Inés, que se ofrecen para un Gobierno de Concentración. ¿Y eso qué es? ¿Pero yo sigo aquí en mi colchón? ¿Y cuando esto pase sigo siendo el rey?

Pues eso tenéis que hablarlo.

Celaaaá que ha puesto el oído pregunta ¿Qué hay una concentración?

El de Interior, el que preside, mira a Robles: ¿Concentración? ¿Tú o yo? ¿Tuya o mía?

Presi, el colchón no hay quien te lo quite mientras yo esté a tu lado. Termina Iván tranquilizando a Sánchez, que con mal gesto y peor cara se dirige a los españoles, sus súbditos: ¡Españoles!: Solo mil palabras para deciros que nada. Nada y nada. Más nada que nada y hasta mañana nada, y después de mañana nada; y que nada, que esto lo vamos a ganar, porque nada, así que nada… Durante cerca de una hora. Pues nada: tranquinada.

El CNI, este y el otro, el del otro, no sé si el de Villarejo también, lo grabó todo.

Lo guardan porque aquí, tarde o temprano, todo se sabe.

Una recomendación: estén atentos, porque entre falsas noticias (fakes) se cuelan algunas verdades.

«En este mundo traidor nada hay verdad ni mentira; todo es según del color del cristal con que se mira» (Ramón de Campoamor y Campoosorio.1817-1901). A este Consejo de Ministros acudieron con gafas oscuras y el resultado es, como anunció el presidente, Sánchez, que nada, quédate en casa, que no hay nada que hacer. Nada es nada, como sí es sí y no es no. Sino todo lo contrario.

Nota aclaratoria: Las Fuerzas Armadas poseen infinidad de capacidades, pero no son un «todo a cien«. Es delicado hacer un uso inadecuado de medios y capacidades. Por ejemplo usarlas, como veo y escucho, para anunciar por megafonía que nos quedemos en casa. Esto no es un toque de queda. Eso lo pueden y deben hacer otros. El mando militar debe asesorar y explicar la diferencia entre lo que se puede hacer y lo que se debe hacer. Sobre todo no engañar al personal para dar imagen y desperdiciar sus verdaderas capacidades. El mal o inadecuado empleo de los medios es preocupante. Luego se oye lo que se oye: Los militares toman las calles. Sí; de pregoneros.

Claro que aquí todo vale con tal de aparentar. Nada, pues, nada, nada que hacer.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

16 marzo 2020