EL REGRESO DEL REY JUAN CARLOS I Rafael Dávila Álvarez

La fiscalía, al fin, se ha pronunciado.

Llevo tiempo dándole vueltas al tema de la injusticia que se está cometiendo con nuestro Rey Don Juan Carlos, de manera impúdica, y cómo nadie sale en su defensa que es la de España y la historia de estos años tan brillantes para nuestra Patria.

Desde mi humilde persona procuro luchar y recabar apoyos para ello, por España y nuestra historia, con resultados, como es lógico, mínimos ya que aquí, en este humilde blog, no hay inversión ni diversión, aunque haya mucha intención.

No importa porque sé que muchos lo leen y mantengo la alerta de la infantería española, que son todos ustedes; pero es insuficiente a todas luces.

Como les digo le doy vueltas al tema y creo que sería necesaria una campaña bien dirigida para devolver a España la figura de su Rey y ensalzar su deteriorada imagen que ha sido manipulada (con mala intención) por gente cuyos nombres nos avergonzaría de darse a conocer, incluso el de algunos que dicen haber sido sus fieles amigos y hoy gozan de brillantes ingresos y posición, gracias a él. Son legión. Pero ese no es el tema, aunque me duele y calle.

El tema es que desconozco los pasos a dar y con quién contar para iniciar una campaña de recuperación de la imagen de nuestro Rey, en justicia y equidad. No hay derecho a este silencio mediático y generalizado que hace que nuestro Rey sufra, callado y con dolor, el mayor de los sacrificios que se le ha pedido (y no ha sido el único).

Han echado al Rey de España ¿dinero, mujeres…? ¡Venga Ya! ¡Traición! ¿Quién le ha echado? ¿El Gobierno, la Fiscalía, el CNI, los medios?, ¿o ha sido el algoritmo?

No es fácil transmitir la idea cuando el sentimiento puede más que el pensamiento, pero ustedes que son gente de «sentir y sufrir España» comprenden la inquietud que les transmito y este mi interrogante: ¿Podemos hacer algo?

No somos nada. No podemos dar más que cariño y la vida si necesario fuera.

Creo que puede hacerse incluso más que dar la vida. Y nadie lo hace por España.

Hay otros intereses por medio.

Esto es una reflexión sin más. De esas que en la soledad le preguntas al amigo: ¿Qué hago?

Sé la respuesta de los mediocres.

—¿¡Para qué te metes en estos líos!?

¿Tendrán razón?

La historia reciente de España, su plena inmersión democrática, tiene un nombre: Juan Carlos I. La internacional también. La económica, científica, cultural, militar y deportiva no se entiende sin la figura de un Rey que ha estado en todo y con todos.

Don Juan Carlos no necesita ni quiere un apoteósico recibimiento ni un regreso en olor de multitudes. El Rey, herido por el asno doméstico que mató al león de una coz, solo quiere un regreso a su patria, tranquilo y en paz, en armonía con su pueblo y con respetuosa majestad a la Corona que encarna su hijo.

Durante estos últimos años se le ha pedido el mayor de los sacrificios: abandonar su Patria. Ha sufrido el mayor dolor de un Rey: alejarse de su Patria. Lo ha hecho con estoicismo, en silencio por España, por la Corona y jamás ha hecho el más mínimo ademán de forzar la situación, ni siquiera buscar apoyos para crear un clima favorable, ni pedir nada ni rehusar. Tremendo sacrificio.

Pasa el tiempo y ese silencio se hace cada vez más sonoro e insoportable, nos llega el ruido del dolor.  Alguien debe escuchar e interpretar. Lo que tenga que ser sea. En España.

La Corona de España está teñida de sacrificios y esta monarquía constitucional iniciada en España con Don Juan Carlos tuvo el mérito de la reconciliación, de la estabilidad, de pasar la voz al pueblo español. Darle mayoría de edad mientras el Rey lo enseñaba al mundo: ahí está España. Esa es España. El Rey moderaba y su magistratura daba ejemplaridad sin tomar partido en la contienda política, por encima de ella. Incluso fue puesto a una durísima prueba cuando alguien quiso embestir a España, darle una cornada mortal en el corazón. Mantuvo el orden constitucional dentro de la legalidad vigente. A otros nos gustaría haberlos visto en su lugar.

No dejó por ello de empujar, de alentar y ser un estímulo moderador siempre. Símbolo y exponente de la nación.

¿Alguien lo duda? ¿Argumentos para rebatir lo dicho?

Sin duda en algún momento la nación no ha estado a la altura. Pero todos nos incluimos. No ha habido Poder del Estado que pueda tirar la primera piedra.

Leo en Carlos Seco Serrano: «Conmueve la magia de la realeza a aquellos que no la aman, cuando un buen día les sacude la presencia del hombre que la simboliza, de la bandera que lo precede o de la música que lo acompaña. Una escena dolorosa, la partida de Carlos X, hacía decir a Balzac: “Aun detestando a los reyes, debemos morir defendiéndolos, en el umbral de sus palacios, porque un rey somos todos nosotros, un rey es la patria encarnada…».

Definido en sus primeras palabras: «Quiero ser el Rey de todos los españoles». Todos. Un proyecto común y en comunidad. Como dice Jaime Mayor Oreja: «El Rey de los monárquicos y de los republicanos, el Rey de los vencedores y de los vencidos, el de los que permanecieron en España y el de los que salieron de ella, el de las derechas y el de las izquierdas, y también el Rey territorial de todos: los castellanos, los catalanes, los asturianos, los vascos o los canarios… El Rey de España y el Rey de las Españas, de las interiores y de las exteriores, de las pasadas y de las futuras. El Rey de la memoria y el Rey de la modernidad».

Ese ha sido el Rey Don Juan Carlos I. Continúa diciendo Mayor Oreja, «la monarquía de D. Juan Carlos ha transformado España que ha pasado de ser un elemento de discusión nacional a ser un factor determinante de integración nacional».

No hay mucho más que decir, aunque puede que en estas últimas palabras encierren la razón de tanta ingratitud a la Corona: su capacidad de integración.

Es difícil olvidar las palabras de Alejandro Magno: «La carga de un Rey es hacer bien y oír hablar mal de ti».

Esperamos que la normalidad vuelva. Lo hacemos desesperadamente.

El regreso del Rey Don Juan Carlos a su patria: España.

Por el bien de todos es mejor que no tengamos que repetir aquello: «La República la trajeron los monárquicos y, después, la perdieron los republicanos».

Mejor que sean los españoles sin adjetivar los que defiendan España. A su Rey, su himno y su bandera.

Lo que tenga que ser: sea. En España y contando con los españoles de a pie.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

7 marzo 2022

EL CUMPLEAÑOS DEL REY DON JUAN CARLOS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Pues en nombre de los que deberían hacerlo y no lo hacen (España hoy se recrea en una mediocre cobardía), y en el mío propio, voy a felicitar al Rey Don Juan Carlos: 84 primaveras con plena fuerza y juventud.

A alguno entran ganas de contestarle cuando te preguntan. —¿Cómo estás?

—Muy bien, lo siento.

Pues eso.

Quien conoce a Don Juan Carlos sabe de su fortaleza física y mental, su valentía ante la adversidad; y su vitalidad. No es fácil derribar un pilar tan sólido como él. Pruebas ha dado y dará mientras algún cabestro siga con su intento de batir tan granítica columna. Esa que soportó el peso de una España en tránsito hacia una nueva era de prosperidad que nadie imaginaba.

Para los energúmenos eso era insoportable. ¿Que España progresaba? ¿Dónde está el culpable?

Una época en la que las relaciones políticas entre la Corona y el Parlamento llevaban el nombre de España al mundo de la economía, la cultura y la ética política. España era el ejemplo a seguir. Insoportable para un enemigo ansioso de poder. El de siempre.

La Corona era el símbolo de unidad y permanencia desde aquel momento en el que Franco adivinó el futuro de España en la figura de aquel infante que llegó a España con diez años. Insoportable e inaguantable para ese enemigo con ansias de poder, de poder acabar con España.

Hoy no se comprende lo que en España ocurre si no nos paramos a entender lo que en estos últimos años ha ocurrido, la semilla de la discordia, cizaña entre el fruto que crecía alegre y abundante para todos.

Dentro de poco se entenderá mejor lo que les planteo.

Prodita lege.

Impleta cerna.

Implenda collige.

«Lee las profecías/Discierne lo ocurrido/Deduce lo que debe ocurrir» (Pascal, 697).

No requiere más explicaciones.

Nada debo a nadie ni a nadie debo halagar. Allá cada cual y con su pan se lo coma. «Cada cual con su cada cual» decía el anónimo que todos firmaríamos.

No seguiré con la escandalosa visión que esta España nuestra ofrece como lodazal de la política.

Es el día del cumpleaños del Rey Don Juan Carlos, inexplicablemente sin celebración en familia, la suya, que es España. Algo anormal, ocurre. Los tribunales nada dicen, la población tampoco, los medios tocan a arrebato o callan por tantos favores.

En nombre de los que deberían hacerlo y no lo hacen (España hoy se recrea en una mediocre cobardía), y en el mío propio, voy a felicitar al Rey Don Juan Carlos: 84 primaveras con plena fuerza y juventud, con vitalidad y ganas de luchar por España.

Felicidades Señor, desde España, Vuestra España, de la que nunca debió salir y a la que jamás renunciará.

«A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos».

Es España.

Feliz cumpleaños Señor.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

5 enero 2022

 

 

DON JUAN CARLOS I REY DE ESPAÑA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

He servido a España, en su máxima proximidad, 13 años de mi vida militar junto al Rey Don Juan Carlos I. Desde el empleo de Comandante en la Guardia Real, teniente coronel Ayudante de Campo después;  y de coronel fui Jefe de su Guardia Real.

Por allí han pasado, y he visto pasar, la historia de España de estos últimos años. De todo. Lo divino y lo humano, lo mejor y lo peor, que de todo está hecha y gobernada España. Hombres. Intereses. He visto todo y a casi todos. Nadie, ninguno, puede tirar ni la primera ni la última piedra. ¡Si lo sabré yo!

No les voy a contar -que morirá conmigo-, la normalidad de una familia, la Real, que ¡cuántas hubiesen querido ser parecidas! De lo que cuentan, de lo que inventan, a la vida auténtica diaria y normal, nada de nada. A lo mediático, subvencionado, le gusta la caricatura. Para eso le pagan. Y muy bien. ¡Cuántas mentiras sin desmentir! Cuanto mentiroso diciendo que vale más por lo que calla… Nunca dicen que es lo que callan porque no existe.

No veía diferencias destacables entre aquella entrañable familia y la de cualquiera de los españoles de la época. No les hablo de memoria. Sino del día a día, del permanente contacto, de cierta intimidad,  y de viajar por todo el mundo en la más cercana proximidad.

Ahora resulta que muchos, tantos, de los que jamás en su vida han puesto un pie en la Zarzuela, saben más que nadie de lo que allí se cuece; y lo que dicen es ley. Por otro lado los que saben, conocen y lo han vivido, callan, como si con ellos no fuese la cosa. Así se escribe la historia. Muchos están encumbrados -y muy bien colocados- en todos los lugares y agujeros, desde lo más santo a lo más profano, todos (se) aprovecharon el tirón.

Somos muchos los que sufrimos la injusticia del trato que se está dando al Rey Don Juan Carlos y el desconocimiento del interior de su talante y forma de ser. El Rey Don Juan Carlos representa toda una historia de progreso de España, muy difícil, complicada, y que pocos hubiesen sido capaces de sacar adelante. Lo hizo y no se lo perdonan. Cuando logró una España grande, respetada, rica en proyectos y peso internacional, el único,-hay que repetirlo- el único que ha sabido manejar el problema de Cataluña y enderezarlo, un Rey de y para todos los españoles, vieron que Don Juan Carlos era el objetivo a batir. Por eso, por su amor a España, por su sentido de la unidad de España, por ser Rey de todos los españoles, pon aunar esfuerzos, por proclamar por el mundo quién es España, por recordar nuestras raíces americanas, que aquello es España, por hablar, sentir, y engrandecer España. No se lo han  perdonado.

España ha cambiado mucho y muy deprisa. Es muy fácil hablar difamando, sin el más mínimo conocimiento, ni argumento, y revolver las intimidades, aquellos que tanto tienen que esconder.

Ahora parece que entra el miedo y es el momento del silencio acusatorio, y tantos que han (hemos) estado a su lado callan. Yo no me callo.

No tengo el más mínimo interés en una parte u otra. Vivo exclusivamente de mi pensión… y con hipoteca. Mi mujer me dio seis hijos y no tuvimos tiempo para otra cosa. Es decir que no hay más cera que la que arde.

Y no digo que no me gustaría ser un Consejero de Enagás como Pepiño, que algún mérito uno ha hecho, o Consejero de Santa Bárbara. Aquí el que no corre vuela, pero todos callan en su ínsula agradecida.

No me voy a callar, ya que puedo y conozco. España navega a la deriva, pero ustedes los españoles son muy libres de arrojar por la borda al mejor timonel que hasta ahora hemos tenido y poner al pirata de turno en su lugar, y conducir por la mentira y la traición nuestro futuro.

Si España en estos últimos 45 años de su historia ha salido adelante, ha sabido incardinarse en el mundo, se ha convertido en una gran nación, ha sido gracias a la intuición y realeza de un Rey que otros quisieran para ellos: Don Juan Carlos I de España.

La Corona está en peligro, porque está en peligro España, su unidad y su peso internacional. Pretenden cobrarse la primera pieza, la monarquía. No van a poder con el Rey Don Juan Carlos, porque nada tienen probatorio (¡qué más quisieran!), y seguirán (perseguirán) con Don Felipe; tras sus huellas.

No está de más que algunos den la cara y defiendan lo que en estos momentos, quizá lo único sin más interés que el general, defiende a España y al conjunto de los españoles, sientan lo que sientan y piensen lo que piensen: la Corona. Sin avergonzarse ni achantarse.

Defender a España, su unidad y su peso internacional tiene un coste.

Don Juan Carlos logró sacarnos de la pobreza y de la insignificancia internacional.

Está todo programado y lo que no perdono es a los cobardes enriquecidos que se mueven al compás de los aires que soplan.

Es el primer intento serio, y con toda contundencia, aprovechando la pandemia, que ha anestesiado a los españoles, para acabar con la Corona.

Hagan ustedes lo que quieran y decidan lo que les venga en gana. Pero si algo ha habido que nos ha mantenido unidos y con fuerte proyección internacional ha sido la Corona, en concreto y durante muchos años, Don Juan Carlos I. Lo define una palabra: entrega a España. Esa ha sido su vida, por mucho que ahora, otros, quieran inventar otra.

A partir de eso, ustedes verán. A ver quién es el que tira la primera piedra.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

15 junio 2020

LA LIBERTAD EN JUEGO. EN RECUERDO DE SOLZHENITSYN. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Recordarán, muy pocos, la estancia en España del premio Nobel de literatura Alexander Solzhenitsyn y la entrevista que en la televisión le realizó el siempre recordado periodista José María Íñigo. Era el año 1976.

La inconformista izquierda intelectual (?) española de entonces puso el grito en el cielo. Al denunciar Solzhenitsyn lo que denunciaba y opinar sobre nuestra situación todos los esquemas de esa izquierda se vinieron abajo:

<<Vuestros círculos progresistas se complacen en llamar al régimen existente “dictadura”. Yo en cambio, llevo diez días viajando por España, desplazándome de riguroso incógnito. Observo cómo vive la gente, lo miro con mis propios ojos asombrados y pregunto: ¿saben ustedes lo que quiere decir esta palabra, conocen ustedes lo que se esconde tras ese término>>.

<<No, vuestros progresistas pueden usar la palabra que quieran, pero “dictadura” no. ¡Si nosotros tuviéramos las libertades que tiene ustedes, nos quedaríamos boquiabiertos, exclamaríamos que es algo nunca visto. Desde hace setenta años, no tenemos ninguna libertad>>.

Se le echó encima la democrática izquierda, cuando con rigurosidad criticaba lo de allí sin olvidar lo de aquí, un occidente colapsado moral y culturalmente. Hubo quien llegó a decir  -creo que fue un tal Juan Benet– que  mientras existiesen gentes como Alexander Solzhenitsyn: <<perdurarán y deben perdurar los campos de concentración. Tal vez deberían estar un poco mejor custodiados a fin de que personas como Alexander Solzhenitsyn, en tanto no adquieran un poco de educación, no puedan salir a la calle>>.

Solzhenitsyn nació en 1918 en Kislovodsk, Ucrania. Luchó como soldado soviético durante la II GM. Arrestado por criticar a Stalin, vivió, sufrió y describió, en una obra magistral, el terror humano representado y ejecutado a la perfección en los campos de concentración bolcheviques. El libro Archipiélago Gulag le costó la libertad y su expulsión de Rusia.

En su momento les conté una exclusiva que hoy repito porque la memoria se hace muy perezosa cuando interesa. En un momento de su estancia en Madrid, aquel mes de marzo de 1976, se le mandó un aviso para que fuese al Palacio de la Zarzuela ya que el Rey Don Juan Carlos tenía mucho interés en hablar con él. Aquello se gestó con gran prudencia evitando en lo posible que la noticia saltase a la prensa. No sabemos nada de los detalles, aunque no es muy aventurado suponerlos dada la contestación del escritor y la forma de hacerla llegar al Palacio de la Zarzuela; de eso sí que existe documentación que entonces les mostré en exclusiva en el blog.

La contestación del escritor se realizó a través de una nota manuscrita del premio Nobel depositada en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Es curioso porque en ella da su dirección y la matrícula de su vehículo.

La nota manuscrita dice textualmente:

¡MUY CONFIDENCIAL!

<<Aprecio (sigue una tachadura) muchísimo y agradezco profundamente la invitación de SM, y hubiera tenido sumo gusto en acudir. Sin embargo insisto en todas partes, y en particular en la conferencia de prensa que siguió a mi intervención en TV. que no soy en absoluto una figura política, sino tan solo un artista, un escritor. Vine a España precisamente a consecuencia de la campaña que se desató contra ella el otoño pasado. Espero que con mi intervención haya contribuido a reforzar la firmeza de los que aman a España. Sin embargo, me temo que mi encuentro personal con SM el Rey tendría una excesiva resonancia y solo debilitaría el efecto de mi intervención pública.

Deseo de todo corazón a SM el Rey tenga el valor de no ceder a la presión de los círculos de izquierdas españoles y europeos y vulnerar el curso gradual de las reformas.

Que Dios guarde a España>>.

Finaliza el texto con la dirección en Suiza y la matrícula del vehículo que utiliza; ZH…

Lleno de tachaduras y correcciones, debido a la traducción de su intérprete, les aseguro que el documento es  auténtico.

Creo que su interés histórico es evidente además de tener vigencia en los tiempos que corren vaticinados proféticamente por Alexander Solzhenitsyn.

Creo también que esta aportación que hoy les ofrezco merece mucho la pena y forma parte de ese mundo de secretos oficiales que morirán sin que hayamos tenido acceso a ellos dejando la historia con alguna que otra muleta.

Les recomiendo por último que lean las páginas 515 a 517 del libro de Federico Jiménez Losantos Memoria del Comunismo para recordar lo que realmente dijo Solzhenitsyn en su visita a España… y que alguno quiere olvidar.

Hoy 29 de abril de 2020 las palabras de Alexander Solzhenitsyn cobran enrome actualidad porque en España está en peligro la libertad. Así de manera tan sencilla se pierde un bien tan escaso.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

29 abril 2020

¡FELICIDADES MAJESTAD! General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Hoy es el santo de SM. El Rey Don Juan Carlos: San Juan Bautista. El que durante muchos años fue nuestro soberano, mando supremo de las Fuerzas Armadas, y como él repetía en sus discursos de la Pascua Militar, nuestro compañero, celebra su onomástica desde ese puesto en la reserva que administra con la sabiduría del que ha vivido desde el servicio, para el servicio, por España y para España. Desde momentos muy difíciles, casi todos, hasta la gloria infinita de pasear por el mundo el ser español.

Esta España que ahora se nos va de las manos, se les va, no es como para desentenderse de todo ni del todo del oscuro devenir que nos ofrece. La sabiduría del que ha navegado por tormentas indescriptibles, todavía, no puede quedar en la reserva que muchos conocemos como el olvido.

Como decía don Leopoldo Calvo Sotelo, la presencia de la Corona, la presencia del Rey Don Juan Carlos, ordenaba y configuraba todo el espacio político en los albores de la transición. Hasta nuestros días la seguridad institucional de la Corona a él se lo debemos y con ello, por ahora, la unidad de España junto a nuestro prestigio y reconocimiento internacional.

Conviene recordar sus palabras en el discurso inaugural de su reinado:

<<El Rey quiere serlo de todos a un tiempo y de cada uno en su cultura, en su historia y en su tradición… La institución que personifico integra a todos los españoles, y hoy, en esta hora tan trascendental, os convoco porque a todos nos incumbe por igual el deber de servir a España. Que todos entiendan con generosidad y alteza de miras que nuestro futuro se basará en un efectivo consenso de concordia nacional…>>.

Parece que están dichas para el actual momento.

No debe quedar en la reserva su habilidad, su tacto, su consejo. No podemos prescindir de la sabiduría. Estoy seguro que así es.

Gracias Majestad por tanto. Muchas Felicidades y siempre a Vuestras órdenes.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

24 junio 2018

Blog: generaldavila.com

 

«80-50-80-40-18- HISTORIA RECIENTE DE ESPAÑA» General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Reyes y Reinas

No les extrañe el título del artículo. Son cifras históricas que conviene tener en la memoria este año 2018 que comienza.  Algo tiene del Libro de los Números, el relato de una peregrinación: En el desierto. Un camino hacia la esperanza en el que dos generaciones se suceden camino de la tierra prometida.

Don Juan Carlos y Don Felipe

El Rey Don Juan Carlos cumple hoy 5 de enero ochenta (80) años. SM. El Rey Felipe VI cumplirá cincuenta (50) el 30 de enero.

La Reina Doña Sofía cumplirá ochenta (80) años el 2 de noviembre.

En diciembre celebraremos el cuarenta (40) aniversario de la Constitución.

El siglo XXI cumple este año su mayoría de edad, dieciocho (18) años.

La Reina Doña Sofía

80-50-80-40-18. Creo que ahora se entiende. Más que números. Edades de la historia reciente que en ciertos momentos cobran especial relevancia. Reyes, Constitución, tiempo: historia.

Profundo agradecimiento y felicitación, muy próxima, a Don Juan Carlos en su 80 cumpleaños. Desde aquel  5 de enero de 1938 han pasado muchas cosas en su vida, la de España. En noviembre de 1948 (hace 70 años) pisa por primera vez el suelo de su patria. El 22 de noviembre de 1975 es el Rey de España.   

En su recorrido vital solo una palabra ha sido referencia y dedicación: España. No hablo de oídas. El argumento de autoridad me acompaña después de años de servicio de mi familia y el mío propio, a su lado, muy cerca. Muchos hablan del Rey Don Juan Carlos y pocas biografías se acercan a la auténtica dimensión humana de su figura. Lo que ha hecho por España ha sido una labor que si hoy echamos la vista atrás parece un milagro, una imposible realización. Un camino minado que gracias a su paciencia, visión de Estado, trabajo y amor a España ha sacado adelante en momentos difíciles y, también hay que decirlo, en muchos de ellos en absoluta soledad.

Los Reyes siendo Príncipes de España

Nunca, Señor, tampoco yo entenderé algunas cosas que sé os han entristecido, a pesar de estar cerca de ellas, pero son ya historia.

El Rey con el coronel de la Guardia Real en una visita a la misma.

Incomprensiones y dificultades que jamás le hicieron perder la rectitud del camino que conduce a lo mejor para España.

He visto pasar por su despacho a los hombres más, y a los menos, importantes del mundo, de España. De todas las ideologías, religiones, educación y cultura. Nunca he visto a nadie como Don Juan Carlos con tal capacidad de afecto, humilde inteligencia, comprensión, elegancia en las formas y el fondo. Los más profundos republicanos que entraban a ver al ciudadano Juan Carlos salían de ver al Rey Juan Carlos.

¡Felicidades Majestad! Vuestros ochenta años solo tienen  un nombre: España. Es la vida de Vuestra Majestad  la de España, la del amor a la Patria por encima de todo. Este próximo Día de Reyes, Día de la Pascua Militar, 6 de enero, Vuestros soldados os mirarán como el ejemplo que habéis sido, como el soldado que hay que ser, y recordaremos vuestras palabras que año tras año nos repetíais:

<<Para mantener la unidad de España, el respeto a sus símbolos y la observancia de la Constitución contaremos siempre todos, contará España, con el Rey, que se honra en estar al frente de los ejércitos>>.

<<El valor consiste en buscar la verdad y decirla y que la independencia permanente de la Jefatura del Estado es la que le permite  ejercer el arbitraje y la moderación, y también garantizar la unidad de la patria y la consolidación del sistema>>.

<<Los ejércitos constituyen el brazo armado de la soberanía nacional, no hay España sin libertad y no hay libertad sin ejércitos>>.

Y nos dijo el Rey, que como Rey, como Jefe del Estado y mando supremo de las Fuerzas Armadas se honra profundamente en compartir con nosotros y con la nación en su conjunto, una misión que atañe a garantizar la soberanía e independencia de España, a la defensa de su integridad territorial y del ordenamiento constitucional.

Así ha hablado el Rey a sus soldados durante estos años, con palabra de Rey, apelando a la Unidad de España y su sentimiento de proximidad a los soldados de los que él es el primero de todos.

Recuerdo especialmente aquellas palabras:  <<Así, cuando os veo alegres, yo me alegro. Cuando os siento tristes, yo me entristezco. Y todas, absolutamente todas vuestras inquietudes; todos, absolutamente todos vuestros problemas gravitan sobre vuestro Rey y Capitán General-sobre vuestro compañero- con la misma intensidad por vosotros sentida>>.

En Vuestro cumpleaños, Señor, la Bandera, Vuestra Bandera, España, os devuelve agradecida el beso que siempre de Vuestra Majestad recibió.

Gracias Majestad y siempre a Vuestras órdenes.

SM. el Rey Felipe VI siendo Príncipe de Asturias firma el Libro de Honor de la Legión ante el General Jefe de la Brigada de la Legión «Rey Alfonso XIII»

Pocos días después SM. El Rey Felipe VI cumple 50 años: ¡Felicidades Majestad!

Tenemos un gran Rey. Sereno, claro, y contundente cuando hay que serlo. Con él y en momentos muy difíciles para nuestra Patria hemos vuelto a sentir el orgullo de ser españoles. Son esos momentos cuando más necesitamos el apoyo, la determinación y la firmeza Real, la de nuestro Rey que encarna el sentimiento de España y su unidad. En las dificultades, en la incertidumbre, en el riesgo que sufrimos ante el peor ataque que España ha tenido contra su unidad, contra su sentido histórico, nuestro Rey es la esperanza y futuro, como nos demostró con sus palabras el pasado mes de octubre. Como soldados sentimos  una especial emoción esperando la Pascua Militar, Vuestras palabras, y este año junto a Vuestro padre el Rey Juan Carlos. Gracias Señor por este regalo. Felicidades y siempre a Vuestras órdenes.

SM. la Reina Doña Sofía en una visita a la Guardia Real

Este año cumple también 80 años la Reina Doña Sofía. Será en el mes de noviembre. Le dedicaremos entonces nuestro cariñoso recuerdo. La Reina. Inolvidable para los que hemos tenido el honor de servirla muy cerca. Ejemplo de tantas cosas que se hace indefinible. Perdone Señora por mi atrevimiento, pero la veo como Señora, madre, esposa, mujer española de virtudes y tradiciones. Como se dice en castizo: una Señora. Además de Reina. Gracias Majestad.

Cuarenta (40) años, aniversario de la Constitución. ¿Se cumplirá algún día, por lo menos ese día? Hemos hablado tanto del tema, de la Constitución y el flagrante golpe anticonstitucional dado en Cataluña que todo lo que digamos será reiterativo y, peor aún, aburrido. Solo hay que recordar una cosa por encima de todas las demás: La indisoluble unidad de la Nación española. Por encima de todo, sin negociación ninguna ni posible acuerdo distinto, llámese como se llame, a lo que significa la unidad, indisoluble. Si la Constitución hay que cambiarla después de cuarenta años es por desidia y no cumpliremos ni esta ni ninguna otra.

Y llega la mayoría de edad del siglo XXI. A los que ya estamos a mitad de la cuesta abajo nos llama la atención la llegada de este año 2018 con el que el siglo XXI entra en su mayoría de edad: 18 años. ¡Pensar que los que los cumplen no vivieron la anterior centuria! El tiempo histórico no se ajusta al tiempo calendario, pero es la forma de entendernos y seguir caminando.

Es un siglo del que se espera mucho después de haber dejado atrás el siglo XX, el más sangriento de la historia de la humanidad. Guerras, revoluciones, genocidios, violencia… que ha dejado más de 200 millones de seres humanos muertos.  Mucho se espera de la gran adquisición de la conciencia humana como contrapeso de la violencia. Mucho se espera, pero muchos son los problemas que esperan. El enunciado de los problemas está planteado. Las soluciones pasan por la buena voluntad de los hombres, por incidir en los valores eternos de una moral perdida que habrá que recuperar.

SM. el Rey Jura la Constitución

No todo vale. Creo que está llegando el tiempo en el que los más jóvenes, los que caminan con el siglo y los hijos de esos caminantes se den cuenta de que ese relativismo que les hemos mostrado era un erróneo camino que no les conducirá a ninguna parte. Ellos variarán el rumbo.  Dios lo quiera.

80-50-80-40-18. Mucha historia que repasar y aún por contar. Los números de nuestra reciente historia que se abre al futuro. Hoy todavía incierto. En el desierto. No me cabe duda de que la inteligencia se define como la interpretación del cambio. Ver lo lejos. Interpretemos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

5 enero 2018

 

 

 

EL REY Y LA BANDERA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El Rey y la Bandera

En las páginas de este blog pueden encontrar varios artículos dedicados a la bandera. Con devoción y fervor tratamos el tema de los símbolos de la Nación y cualquier pretexto es bueno para volver a hablar, recordar y enarbolar nuestra bandera roja y gualda.

Enarbolar: Levantar en alto un estandarte, una bandera… para que se vea bien. Una expresión acertada y querida por mí porque me recuerda una entrañable anécdota que paso a contarles esperando no descubrir un alma sino un sentimiento; que es muy parecido.

La bandera ondea en Zarzuela

El Rey y la Bandera

Era un mes de enero cuando como ayudante de servicio acompañaba al Rey Don Juan Carlos de regreso de unas audiencias militares en el Palacio Real de Madrid. El día intentaba despejarse de las pesadas y persistentes nieblas posadas en los encinares del Palacio de la Zarzuela. Al cruzar el último cinturón de acceso ya se podía distinguir la bandera sobre su mástil presidiendo aquel lugar, quizá el más simbólico de la Nación. Abrazada al mástil como formando parte de él parecía sin vida y apagada; casi ni los colores se distinguían. El día espeso y húmedo no la permitía desplegarse y ondear con prestancia.

Don Juan Carlos tenía la costumbre, siempre, de dirigir su mirada a la bandera al entrar o salir de Zarzuela. Siempre. Para mí que muchos pensamientos iban y venían por su mente en aquellos breves segundos de significativas miradas. Un gesto involuntario que retrata sentimientos y quereres más que extensas biografías. La proximidad advierte los semblantes cuando emiten ciertas frecuencias del alma y que solo los receptores que están en sintonía llegan a captar.

-Rafa ¿No se puede hacer algo para que la Bandera esté siempre ondeando?

El interrogante dejó paso al silencio y aquel deseo fue asumido con la seguridad de que cuando se quiere se puede.

-Lo miraré Señor, y seguro que encontramos alguna solución.

Canto a la Bandera (Sinesio Delgado)

Que ondee la Bandera

La buscamos y no sin dificultad encontramos parte de la solución. Hubo propuestas de todo tipo y anécdotas sabrosas que demostraban el ingenio español. Pero de todas ellas sobresale la que pude comprobar en algún lugar donde las nieblas son frecuentes y el viento escasea. Ya les diré en otra ocasión donde pude observar tanta diligencia para que su bandera luciese en movimiento en cualquier circunstancia. Era un día de calma chicha y la bandera ondeaba majestuosa y rítmica como si con el viento se hubiese puesto de acuerdo para soplar solo en sus inmediaciones de manera suave y cadenciosa. ¿Cuál era la magia para que aquello sucediese sin aparente mecanismo que provocase el movimiento de la bandera? No daba crédito a lo que me explicaron. En la parte superior del mástil habían hecho unos agujeros  por donde salía el aire que lanzaba un ventilador allí situado y unido mediante unos cables a un pequeño motor colocado en la base del mástil. De manera sencilla e ingeniosa hacían flamear la bandera sin preocuparse del viento. Quedé sorprendido y seriamente pensé en aquella solución como la más práctica de todas.

Al final no fue necesario acudir al curioso artilugio, sino que encontramos un astillero español donde fabricaban las banderas para los barcos con un material especial tan sensible que con un simple soplo la bandera flameaba con la elegancia necesaria. Además los materiales con los que estaban fabricadas aquellas telas ofrecían una gran resistencia al deterioro por las inclemencias y paso del tiempo. La Bandera de España que preside el Palacio de la Zarzuela dejó de presentar un aspecto cansino y lacio para flamear con la debida elegancia.

¡Salve bandera de mi patria, salve!

No hay nada tan bello como la majestuosa danza del viento y la bandera. Se hace necesario enarbolar la bandera, que ondee allí en lo alto y desafíe al viento…

‹‹ ¡Salve Bandera de mi Patria, salve!

y en alto siempre desafía al viento››

Enarbolar la Bandera

Así empieza el Canto a la Bandera, composición de Sinesio Delgado que siendo ganadora de un concurso para poner letra a la Marcha Real se adoptó en 1907 como himno para ser cantado en los centros de enseñanza primaria. A Sinesio Delgado se debe también la Canción del Soldado. ¡¿Quién no la ha cantado alguna vez?!

‹‹Soldado soy de España

y estoy en el cuartel,

contento y orgulloso

de haber entrado en él››

O quién no recuerda sus estrofas recitadas:

‹‹ ¡Soldados!, la Patria entera

para nosotros sagrada

palpita en esa Bandera

que os entrega la Nación.

Traidor es quien la abandona

o la vuelve mancillada

y la Patria no perdona

el crimen de traición››

España somos tú y yo…

Hace unos días tomaba posesión de su cargo el Jefe de Estado Mayor de la Defensa. En sus esperanzadoras palabras recordaba unos versos del poeta José Luis Santiago de Meras. Merece la pena meditar despacio el poema completo. Es como enarbolar la bandera y que ondee allá en lo alto.

 

‹‹España somos tú y yo

y el hogar que nos ampara,

la tumba de nuestros padres

y el jardín de nuestra casa.

España es el cielo azul

que amanece en tu ventana,

y las montañas agrestes

que te velan y te guardan.

 

España es el limpio orgullo,

de la historia de la raza,

es el incierto futuro

donde pones tu esperanza,

y es tu voluntad de ser

español, cada mañana.

 

España son tus costumbres

y el idioma en el que hablas,

y el pan de trigo que comes

también es un poco España.

 

España es el padrenuestro

que rezas por la mañana,

y el rojo y gualda que pone

ese nudo en tu garganta.

 

España es el pulso alegre

de tu sangre alborotada,

porque el futuro que es tuyo,

también lo será de España.

 

España es la fe que tienes

en tus padres y en tu casa,

y cuando todos te falten

¡porque te juro, hijo mío, que la Bandera es España!

estará contigo España››.

 

También es España esa majestuosa danza del viento y la bandera. Es España la mirada de un pueblo y la de su Rey. Mirada a la bandera. ¡Siempre!

‹‹¡Porque te juro hijo mío, que la bandera es España!››.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

12 mayo 2017