6 DE DICIEMBRE. DÍA DE LA CONSTITUCIÓN: ¡QUÉ NO ME LA CAMBIEN! General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El Rey y la Constitución

Día de la Constitución. Cercana ya a su 40 cumpleaños y según dicen los políticos ya vieja, muy vieja. ¡Vamos que hay que cambiarla!

Es evidente que tiene algunas cosas que no nos gustan. Por acción y omisión. Entre las primeras destacaría sin duda el artículo 2 en el que expresa con rotundidad la indisoluble unidad de la Nación española para luego meterse de lleno en un grave problema que ellos mismos, los redactores, preveían. Perdónenme la expresión, pero nos la metieron doblada. Lo sabían que iba a suceder. La prueba palpable son las palabras finales del artículo.

Empiezan rotundos: “Indisoluble unidad de la Nación…”

Siguen contemporizando: “Derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones…”

Para terminar, sabiendo que aquí cada una va a ir a lo suyo, predicando: “La solidaridad entre ellas”.

Pues bien, cuando estamos llegando a los cuarenta años de su aprobación vemos que lo de indisoluble está en tela de juicio, las nacionalidades se rebelan y quieren ser naciones y la solidaridad se convierte en una lucha despiadada por el dinero sin importar lo más mínimo el reparto equitativo y solidario. Pero sin duda lo peor de todo es marcar de entrada las diferencias: nacionalidades y regiones. Ahora que nos expliquen lo de nacionalidad sin nación, pero regionalidad con región. Hasta el Diccionario de la lengua española tuvo que modificar la definición y surgieron polémicas que intencionadamente buscaban dejar claro que lo de nacionalidades era porque ellos (catalanes, vascos…, por ahora) eran nación. Y todo el mundo en primer tiempo del saludo.

Lo de solidaridad no hace falta comentarlo. Todos ustedes sufren las injustas diferencias que existen entre comunidades; hasta para curarse o morirse.

Hace unos días el Embajador Melitón Cardona escribía en este blog un artículo espléndido que tuvo muchos lectores y comentarios: ¿Reforma de la Constitución? Con acierto e ironía repasaba los necesarios cambios que creo están en la mente de una gran mayoría. Pero como el mundo de los políticos es distinto al del conjunto de los mortales nadie le hará -ni nos hará-  caso, por lo que es mejor volver al dicho virgencita, virgencita, que me quede como estaba. Que no la toquen. Que la cumplan. Que la hagan cumplir. Y mientras todo eso llega: ¡Que no la cambien! Solo pedimos eso que, visto lo visto, no es poco.

Termino con un ruego que llevo tiempo haciendo. Todavía alguien puede hacerme caso y conseguirlo para el próximo año. La Medalla de Oro del Senado y la del Congreso español debería ser entregada por méritos propios a las Fuerzas Armadas. Creo que la petición no requiere ninguna explicación ya que en estos casi 40 años de Constitución nadie ha defendido con tanta fuerza y respeto las libertades, incluso a costa de la vida, que las Fuerzas Armadas españolas.

El Rey y la Constitución

Tienen un año para pensárselo señores senadores y diputados del Reino de España.

Feliz Día de la Constitución a todos y que dure muchos años.

La Constitución se fundamente en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles.

¿O vamos camino de cambiarlo por la puerta trasera?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com6 diciembre 2017

EL COMENTARIO DEL DÍA «LA PLURINACIONALIDAD» General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Llega la «plurinacionalidad» (?)

No saben lo que eso significa. El Diccionario de la RAE no lo define. Sí plurinacional: De múltiples naciones. El artículo 2 de la Constitución introdujo perversamente el enfrentamiento: ‹‹La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas››. Nacionalidades equivale a confusión. Incluso el mencionado diccionario la introdujo al definir, en su tercer significado, como nacionalidad: ‹‹Comunidad autónoma a la que, en su Estatuto, se le reconoce una especial identidad histórica y cultural››. Ya está el lío organizado. La gran mayoría, en nuestros limitadísimos conocimientos, entendemos lo de Nación con mayúscula y lo de Autonomías,  pero ir más allá es jugar con fuego. Si a eso le sumamos intereses y partidos el resultado es preocupante. ¿Quiénes realmente defienden la unidad de España sin fisuras y sin extraños vocablos que permiten lo uno y lo otro dependiendo del interés del momento? Hagan la suma por partidos políticos y se encontrarán que vamos camino de perder a España por goleada. Solo es cuestión de intereses y falta de responsabilidad. Podemos encontrarnos en un espacio muy breve de tiempo con la desaparición de la Nación española. En menos tiempo del que nos creemos. Luego volverá aquel famoso: ‹‹No era eso, no era eso››y la soledad como ‹‹la velada de Benicarló››. Peo ya será tarde.

Las bases están puestas. Los movimientos ya se han dado. Hoy se ha culminado el que faltaba y ahora solo queda ampliar y cerrar el pacto. ‹‹España, nación de naciones›› ha ganado; ya está aprobado por el Congreso del PSOE el reconocimiento del carácter plurinacional de España, ‹‹la plurinacionalidad›› (?). ¿Después que viene? Federalismo, autonomismo, autogobierno, nacionalidades, cualquier cosa menos España. Nunca pude imaginar, ¡qué tiempos aquellos!, que aquel que nos anunciaba que a España no la iba a conocer ni la madre que la parió fuese un profeta de tal magnitud y que esto que ahora ocurre es a lo que se refería.

Pues sí señores coincidimos con Alfonso Guerra y lo hemos dicho antes que él. Aplicación del 155. Nos congratulamos de no estar solos en nuestro pensamiento. No éramos rancios soldados. Los hechos cantan. El que fue vicepresidente de España pide aplicar el artículo 155 de la Constitución y que se expliquen las razones por las que no se hace. Luego lanza la pregunta al secretario general de su Partido, Pedro Sánchez: ‹‹España nación de naciones… ¿de cuantas naciones?…una solemne bobería››. Constitución española. Art. 155

Esto se complica y es cada vez más necesario que aparezcan los hombres de Estado y pongan orden y concierto. España se nos va, se les va, de las manos y todos somos responsables.

Todo empezó con aquel artículo 2 y ahora sigue con su interpretación al libre albedrío. Luego vendrá el resto del articulado, el 1, el 2…

Antes de lo que nos esperamos. Tiempo al tiempo. ¡Ah! ¿Que no era eso?

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

18 junio 2017