TRUMP General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La  guerra es inevitable. Perdonen la dureza del comienzo. Los signos son reveladores. Habrá guerra. Es tal el estado de cosas heredadas de la política emprendida por un presidente (Obama) que quiso entretenerse con  la política como si fuese el conocido juego de las canicas que metió  en un hoyo profundo a la cultura occidental. Desaparecida. Quizá sea mejor. Las vacas no comen si no las cambias de prado.

Obama, premio Nobel de la Paz 2009. El Presidente estadounidense con más tiempo de guerra en su haber. Afganistán, Irak y Siria. Ocho años en guerra. Libia, Pakistán, Somalia, Yemen, saben de sus ataques «contra el terrorismo», un «presidente de guerra» que la prefería encubierta, como si con él no fuese la cosa, con hipocresía, la que enciende las Grandes Guerras Un legado insoportable. Quizá haya sido el inventor de la guerra en negativo, la no guerra, la que no se libra de los cañones, aunque puede llevarse a cabo sin frentes ni despliegues de divisiones.

Obama se empeñó: «Rusia es solo una potencia regional». En 2014 los hombrecillos de verde no eran suficiente enemigo para el pacífico presidente americano.

Insultó, aprovechando su poder, a un Trump que asistía a la cena tradicional con los corresponsales que cubren la Casa Blanca. Trump escuchó y tomó nota de Obama, pero no hubo resentimiento como el gran público cree.

Hubo política. Distinta a la mentira que encabezó un presidente que reunía a las masas a la vez que bombardeaba. Trump apareció y Obama eclipsó.

America First. A trabajar. El mundo es un negocio y la guerra una compraventa. España incluida: no a la guerra y sí a las armas; la disuasión nos hace ricos. Fue un gran invento lo de disuadir al enemigo. El desarme es una ruina. ¿Cuántas Divisiones tiene el Papa?

Biden ya no se acuerda. Nunca fue, sino otros, el que dirigió la política de Defensa de los EEUU. Una política errática, descoordinada, bélica y hasta vergonzosa como la retirada de Afganistán.

La poderosa América de los Estados Unidos perdió su credibilidad y, por tanto, su poder. Comercio, industria, el dólar, hasta el idioma se venía abajo. El mundo se sacudía como un perro mojado al que le molesta la humedad. Era irreversible. Ya no llovía americanismo. Ni siquiera la OTAN era quién fue. Ni la disuasión funcionaba.

Dio comienzo algo parecido a la guerra del Peloponeso, pero sin el valor de aquellos generales. ¿Honor? Perdido entre la mugre europea.

«Creo, pues, que debemos elegir a un general… porque sea templado, comedido, vigilante, frugal, acostumbrado al trabajo duro, despierto, libre de avaricia, ni demasiado joven ni demasiado viejo, padre de hijos a ser posible, buen orador y hombre de buena reputación» (Onosandro. Estratégico).

Ya no hay generales así. Saben de ciencia, de organización y destrucción; no de los hombres. Ese fue el error de Napoleón: conocía a los soldados, no a los hombres. Ahora no hay ni unos ni otros. Solo consumidores. El arte del generalato que enseñaba Sócrates a Dionisodoro de Quíos desapareció

Llegó Trump y puso a prueba el sistema americano demostrando que estaba colapsado y lo hizo, perdió las elecciones y arriesgó todo hasta volverlas a ganar. Perdía para ganar como demostración del error de una América vacía de contenido que era vista como el fracaso que era. Ganó porque América se vio perdida.

La aparente locura de Trump va dando resultados en este manicomio que es el mundo. El más loco es el más valiente y decidido. Una nación endeudada hasta límites insoportables, humillada y vista sin el valor que fue como potencia militar y económica reaparece entre rayos y truenos.

No tiene miedo y se va al centro del huracán. Conforme se acerca amainan los vientos. No tiene mucho tiempo y algunos se empeñan en revolverse contra la unidad y su autoridad. Tiene que enseñar su poder: Restaurar la paz a través de la Fuerza.

Detrás está el petróleo, los aranceles, los dólares junto a los petrodólares y el yuan, que  equivalen a Oriente Medio, Ucrania, China y el Indopacífico en un mundo en el que ni el Pentágono sabe geografía. La geopolítica desvinculada de la geografía y de la antropología.

Busca la paz Trump y le acusan de belicista. Europa se arma. No parece lógico cuando fue Europa la que rechazó en 2022 la paz sin explicar ni explicarse lo que ocurría desde tiempo atrás en el Dombas, en el sureste de Ucrania. Europa y la OTAN de Biden querían la guerra. Ahora ya no se valora la decisión de Europa, que no la tiene, y se descubre la desorientación del mandato de Biden.

¿Qué hace Trump en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Catar? Negocios…, dicen. Como si la guerra no lo fuese. La Ilíada o la del Peloponeso. Solo gana quien mejor mueve la bolita y el que arriesga.

Allí está todo: China, Rusia, Irán, y Ucrania con permiso de Zelenski que va y viene, vuelve y revuelve.

Turquía desde el principio. Un hub. Asia, Europa y África. Está todo firmado. Puro trámite en la negociación. Ucrania es parte de un plan mucho más amplio del que ya se ha hablado, pactado. Turquía.

La luna en el mar riela,
En la lona gime el viento,
Y alza en blando movimiento
Olas de plata y azul;
Y ve el capitán pirata,
Cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, a otro Europa,
Y allá a su frente Estambul.

 Europa ha quedado atrás, ya nadie sigue su estela, simplemente consume mientras se extingue. Europa vive cercana y alejada, pero Trump le exige prepararse para la guerra.

Restaurar la paz a través de la Fuerza. No entienden el significado.

¡Sentenciado estoy a muerte!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

16 mayo 2025

ATENTADO CONTRA ESPAÑA Rafael Dávila Álvarez

¿Pretende usted atentar contra la vida del presidente de los Estados Unidos de América? Algo parecido te preguntan en ese simple, pero eficaz cuestionario, que te hacen firmar antes de pisar suelo americano.

No buscan proteger al presidente, como todos entendemos, sino a su nación. La vida del presidente es la vida de los Estados Unidos de América y en ella está depositada la confianza del pueblo americano, les caiga mejor o peor, le hayan votado o no. Porque nadie va a permitir que atenten contra su vida que es la de la nación, que son ellos mismos. Unas veces será republicano, demócrata otras, pero siempre americano, será América.

America first no es un eslogan inventado temporalmente en una campaña, sino que la idea de Trump está no solo en el alma americana, sino en la de los miembros  de todas las naciones, y digo todas menos una: España.

Amar a tu nación no va contra nadie, ni significa excluir a otros de tu nacionalidad o amistad, es luchar por hacerla cada día más grande y participativa, más admirada y querida.

En el mundo militar se consagra el soldado al servicio mediante el juramento a la bandera; hasta que no juras no eres soldado, algo que no ocurre con los que asumen la enorme responsabilidad de formar parte de las instituciones del Estado: Judicial, Ejecutivo y Legislativo.

Juran o prometen su cargo para después reírse en nuestra cara, cambiar la ley a su gusto, salir indultados, manipular datos, muerto arriba muerto abajo, utilizar a la Institución del honor, la Guardia Civil, para vigilar(nos) con el descaro de decirlo públicamente (general Santiago), hundir Madrid y sembrar el odio entre españoles resucitando la Guerra Civil y profanando tumbas.

¿Se dan cuenta  de que han echado (ya) al Rey de España? ¿Emérito). Esperen y verán. Lo han echado sin más, lo pinten como lo pinten.

¿Pretende usted atentar contra la vida del presidente de los Estados Unidos de América? No es mala la pregunta.

En España debería preguntarse antes de coger el acta de Diputado. Aunque a «estos» ningún juramento o promesa los ata.

El presidente del Congreso, con solemnidad: ¿Pretende usted con su actuación atentar contra la vida de España y la convivencia de los españoles? No hace falta que contesten.

Porque eso es lo que están haciendo.

Eso, al menos, mientras no se ilegalice a los que, acuciados por el Partido Socialista del señor Zapatero, miembros del Tribunal Constitucional, legalizaron, en contra de la sentencia del Supremo, a partidos afines a la ETA. Gracias a esas franquicias del terrorismo hoy gobierna quien lo hace. Desde luego no lo hace desde «primero España, después España y siempre España». Le importa un pimiento España.

La Moncloa convertida en una casa de intrigas.

«Miré los muros de la Patria mía…».

Al mirar ya no me cabe duda: alguien pretende atentar contra España. ¿O el atentado ya está hecho?

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

1 diciembre 2020

 

EL ESTRECHO DE ORMUZ. LA GUERRA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Como siempre ocurre hay opiniones para todos los gustos. Especialistas o no, militares o no, estrategos o no, y esos think tank que no suelen dar una, pero hacen de la retórica su mejor arma, en fin, todos opinan y nadie sabe ni quien ha sido ni quién será. Forma parte del juego. Estrategos y expertos hablan y escriben; cuando uno lo ha leído y oído casi todo, piensa en si mañana caerá el Muro de Berlín. Cuando menos se lo esperaban.

Lo que no me cabe duda es que EUA, Irán, Arabia Saudí, Rusia, Israel, y las petroleras, saben muy bien quien ha sido, su porqué y hasta donde piensan llegar. Quien sigue en la inopia es Europa. Como ustedes y yo, como los que nos informan.

A pesar de ello el análisis para los que de esto entendemos más bien poco se hace difícil.

Ya saben el aforismo jurídico latino empleado en cualquier investigación policial: quid prodest, ¿a quién beneficia? En este caso a muchos y de distinto signo. De ahí la complicación de señalar con el dedo. La lista de beneficiarios del ataque a los petroleros en el Estrecho de Ormuz es larga y peligrosa, tanto como la de los afectados por ello. En la primera no estamos ni usted ni yo; en la segunda sí. En breve notaremos que la explosión ha afectado al depósito de gasolina de su vehículo, a la factura del gas, de la luz, hasta la barra de pan subirá culpándoselo al ataque en Ormuz.

Del Estrecho dependen las estrecheces o no de millones de ciudadanos del mundo. Nadie desea inseguridad en esa zona. Nadie es nadie, aunque a algunos les beneficie. Hay muchas cosas que no encajan en este complicado ajedrez.

El vídeo mostrado por EUA señalando a Irán, por ahora no aclara mucho por no decir que todo sigue igual. Lo único que queda claro es que el ataque a los petroleros no lo han hecho aficionados.Ataque en el Estrecho de Ormuz

Otra más: Situaciones como esta en la que se pone en riesgo la paz mundial no es la primera que vivimos en estos últimos tiempos. El riesgo es evidente. Ahora lo que nos queda por ver es si es una más o esto va en serio. Si ha sido Irán, o parecido, átense los machos. Esta es la clave que hay que analizar en serio. Porque de ello puede salir algo cuyo nombre no queremos ni mencionar: la guerra.

Trump no es el loco que muchos piensan. Sabe lo que gana y lo que puede perder en una abierta confrontación, en una guerra abierta. Tomará una decisión únicamente cuando tenga todos los datos y sobre todo pensando primero en su nación, en los Estados Unidos de América. Algo que le distingue de otros políticos de por aquí. <<America First>>.

Esperemos que sea así y no pase a ser la última.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

14 junio 2019

OTAN SÍ, PERO NO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Cumple 70 años. No todo ha sido paz. ¿Quiere decir que no ha sido rentable? Suponemos que sí. Desde luego los europeos nos hemos ahorrado unos cuantos millones, pero también hemos descuidado nuestra Defensa. Seguimos sin tenerla. Somos dependientes (mucho) lo cual no creo que sea bueno. Ese aspecto es el que deberíamos resaltar de estos 70 años.

Es indudable que mal que bien la OTAN ha cumplido; y no ha sido fácil. Otra cosa es lo que el futuro le depare. Trump no es tan tonto como nos lo quieren presentar. Su política <<America First>> no es arbitraria ni el presidente ha perdido la cabeza. Cuidado con sus enemigos porque la reelección puede llegar. Hablo de Trump porque hablo de la NATO, o si lo prefieren en francés de la OTAN; el español no es idioma oficial, y no toda España entra en los planes defensivos de la OTAN. A Ceuta y Melilla, por mucho que digan o dejen de decir, a la OTAN no le interesan. Tampoco Gibraltar español.

La Organización es, hasta ahora, los Estados Unidos de América y sus ejércitos. Guste o no guste, en esta organización hay, cada vez más, mucho convidado de piedra. <<OTAN, de entrada no>>, bien podría aplicársele ahora lo de <<OTAN, de pagar no>>. Si no pagas te echan del club, o te desahucian y otro se queda con tu casa. Quedan muchas cosas pendientes. Políticas y militares. No han ido juntas, nunca, en esto de la Organización. Mientras los militares estadounidenses abogaban por la entrada de España en la NATO, las autoridades políticas se negaban. Mientras los militares españoles querían formar parte de la Alianza aquí teníamos que contentarnos con el Off y el On. Una vez que somos miembros de hecho y derecho, aunque no paguemos, deberíamos ser más exigentes.

Exigentes ¿con qué? Ceuta y Melilla son la frontera sur de Europa. Europa y la Alianza no se dan por aludidos. Gibraltar es una ofensa a España como socio. Estados Unidos lo consiente y ¿los prefiere a nosotros? (prefiero no contestar).

En cualquier caso solo hay dos apuntes necesarios para conmemorar estos 70 años de Alianza defensiva:

1.-Hay que pagar el coste de la Defensa. Cada uno el que le corresponde.

2.-Europa debe despertar y pensar que sin un Ejército propio y poderoso puede que alguien vuelva a preguntar ¿Cuántas divisiones tiene el Papa?

Por ahora estamos desplegados en la frontera con Rusia, los aviones españoles patrullan las aguas del Báltico y los misiles de nuestros artilleros apuntan ¿a dónde?, desde Turquía. Vaya panorama.

Donald Trump no juega a los soldaditos y toma decisiones: la embajada de los Estados Unidos a Jerusalén y los Altos del Golán son soberanos, de Israel.

Cumplir cumple, así que Europa o espabila o habrá que revisar el concepto de NATO.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 abril 2019