LOS HÉROES DE LA DIVISIÓN AZUL. Rafael Dávila Álvarez

CAPITAN TEODORO PALACIOS CUETO.jpg3El día 10 de febrero de 1943, se cumplen 80 años, era hecho prisionero en el frente de Leningrado el Capitán Palacios. Pocos recuerdan aquello y casi ninguno sabe sobre los héroes españoles de la División Azul. Un recuerdo que deberíamos tener como llama encendida al valor, el honor y la dignidad de aquellos valientes que allí murieron o combatieron. Nosotros así lo hicimos, lo hacemos y lo haremos. El capitán Palacios es uno más de aquellos héroes y en su figura, con su relato, el de su cautiverio y el de sus hombres rendimos homenaje a todos ellos. pag1

La historia del Capitán Teodoro Palacios Cueto, héroe de la Batalla de Krassnij Borg, y prisionero durante once años en Rusia (1943-1954) se hizo famosa gracias a la pluma de Torcuato Luca de Tena. En el mes de Mayo de 1955 se publicaba la primera edición del libro Embajador en el infierno en el que Torcuato Luca de Tena narraba las vicisitudes del Capitán Palacios durante sus once años de cautiverio en Rusia. Solo en un año se tiraron cinco ediciones, 27.500 ejemplares, un éxito de ventas no conocido antes. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura y el Premio Ejército. En 1956 siguiendo el guión del libro se estrenaba la película Embajadores en el infierno dirigida por José María Forqué.

Lo que hasta ahora no sabíamos es que el propio Capitán Palacios, sin interferencia de ningún tipo, y antes de iniciar la colaboración para escribir Embajador en el infierno, había cursado el relato de los hechos al mando militar en un documento obligado para cualquier militar.

Todo lo que escribió Luca de Tena estaba ya escrito. A la Laureada que ganó el capitán Palacios se podría haber sumado el premio Nacional de Literatura y el de Ejército que le concedieron a Luca de Tena. La síntesis y sintaxis de su Declaración jurada lo merecían. Realizada en lenguaje militar, difiere de la obra Embajador en el infierno en algunos aspectos que en aquél momento la prudencia obligaba a no desvelar.

Quizás sin la publicación de este libro por Torcuato Luca de Tena la historia del Capitán Palacios y sus hombres no hubiese sido conocida en toda su grandeza y, lo que hubiese sido más grave, la epopeya de la División de Voluntarios Españoles en Rusia, la popularmente conocida como División Azul, hubiese quedado pronto en el olvido. Ese es el mérito enorme de Torcuato Luca de Tena para la historia y para la literatura.

Dice el autor de Embajador en el infierno que la obra es la narración histórica de un militar transformada en reportaje por un periodista. Hoy después de más de 70 años del inicio de la campaña en Rusia descubrimos que el militar, el Capitán Palacios, ya había escrito su narración militar antes de que la conociese el periodista. La historia se encontraba  en manos del mando militar español a quien el Capitán Palacios la había remitido, como reglamentariamente le correspondía: Declaración Jurada que, de sus hechos…

Según el propio Luca de Tena la colaboración para escribir Embajador en el infierno se inició “estando en puertas el mes de Diciembre” (1954), es decir, seis meses después de que el Capitán Palacios ya hubiese dejado constancia escrita de sus hechos. Lo hizo de acuerdo con la redacción que obliga a un soldado, brevedad, claridad y precisión. En 21 folios, de los antiguos 215×315, resumía 11 años de cautiverio sin dar pie a la imaginación ni a la fantasía; tampoco a la retórica. Sólo habían pasado dos meses del regreso a España y remitió su informe sin dejarse nada en la conciencia, ni lo bueno ni lo malo. Ha pasado el tiempo suficiente para que se conozca y que la verdad reluzca, héroes, desertores y delatores ya pasaron su calvario, su infierno, y no es momento para juzgar a nadie sino para conocer los hechos tal y como los contó de primera mano su protagonista principal. Ocultaremos, por ahora, nombres.

La Declaración Jurada del capitán Palacios tiene el enorme valor de ser un documento oficial que obligaba a narrar los hechos acaecidos en combate y durante su cautiverio empeñando en ello su palabra bajo juramento. A él sólo le correspondía haber escrito su cautiverio, y así lo hizo y lo firmó el día 17 de mayo de 1954, después de once años de miseria convertidos en grandeza.

1.-LA ÚLTIMA BATALLA. RESISTIR HASTA MORIR.

Sin retórica el Capitán Palacios comienza la descripción del combate que se avecinaba. En un folio y medio describe lo sucedido desde la noche del día 9 de Febrero de 1943 hasta las 14:30 del día siguiente en que es hecho prisionero.2Ante el inminente ataque enemigo, el Capitán Palacios toma las pertinentes medidas de un Jefe de Compañía:

-Instruye a la Compañía en el combate que se avecinaba

-Redobló el servicio de noche para evitar infiltraciones y sorpresas.

El combate duraría desde las 07:00 de la mañana hasta las 14:30, hora en que son hechos prisioneros los pocos supervivientes que quedaban.

Los partes entre el Comandante Payeras y el Capitán Palacios durante el combate quedan fielmente reflejados en el libro de Torcuato Luca de Tena, pero hay una variación en uno de ellos que es necesario resaltar.

En el libro dice: Envié un nuevo parte al Comandante: Un fuerte contingente enemigo ha penetrado por el flanco izquierdo y me efectúa un cerco a larga distancia, fuera del alcance de mis armas. La primera y la segunda sección se han replegado. Continúo defendiendo la posición  con mi Plana Mayor y la tercera sección. Mis bajas son numerosas. La única ametralladora de que disponía, destruida por la artillería. ¡Viva siempre España!-Capitán Palacios.

En su Declaración Jurada hay un pequeño pero importante matiz diferenciador:

‹‹La primera y segunda sección, sin orden mía, se han replegado…››”

Es algo que en su libro evita comentar pero lo resalta en su declaración jurada de hechos.

A continuación relata cómo son hechos prisioneros:

Expone las razones de carácter táctico por las que no se replegó ante el ataque enemigo y que no relata en el libro de Torcuato Luca de Tena.Y destaca el comportamiento heroico de sus hombres.

2.-EL CALVARIO:

Kolpino, Leningrado, Cheropoviest, Moscú, Suzdal, Oranke, Potma, Jarkov, Ors, Leningrado, Borovichi, La Mina, Rewda, Chervakov, Vorochilograd, fueron los lugares que recorrió el Capitán Palacios durante sus once años de calvario.

-KOLPINO:

Allí fue interrogado por la “Línea del ISHORA” de la que él había dicho era la verdadera línea de resistencia y que ellos sólo habían sorprendido la línea de vigilancia. Se le invitó a dirigirse por radio al General Esteban Infantes y al sector de la División invitándoles a rendirse. Ante su resistencia se le dijo que las siete mil bajas  del ejército rojo tenidas ayer, serían vengadas.

-LENINGRADO:

Trasladados a Leningrado se recrudecieron los interrogatorios invitándosele de nuevo a dirigirse a la División para que se rindiera. A su regreso de uno de los interrogatorios se encuentra con una desagradable sorpresa6

El Capitán Palacios en el libro Embajador en el Infierno habla de quienes se abandonaron a la ignominia.  Oculta la mayoría de los nombres de los débiles, dice de ellos que fueron muchos, y de los traidores, pocos.

“Sólo ocultaremos, cuando sea posible, por discreción, los nombres de los débiles o los traidores, pues no son estas páginas alegato de fiscal, sino testimonio de Historia”.

En su Declaración Jurada el Capitán Palacios no oculta ningún nombre y narra los hechos de todos y cada uno así como su comportamiento.

-CHEROPOVIAR

Hemos respetado el nombre tal y como lo escribió el Capitán Palacios en su Declaración Jurada…CHEROPOVIAR, en la región de MAKARINO, aunque su nombre es CHEROPOVIEST, tal y como lo transcribe en “Embajador en el Infierno”.

Allí a los soldados, desnutridos y mal equipados, se les encuadró en Brigadas de trabajo, un trabajo agotador para después someterles a una intensa acción política. Se pretendió que los soldados por medio de cartas se dirigieran a sus compañeros de la División invitándoles a pasarse a la filas rojas diciéndoles que el país del comunismo era el verdadero Paraíso…Se logró que las cartas fueran rotas no saliendo ninguna (una de ellas llevaba la firma de 160 soldados). En esta difícil misión cooperaron eficazmente, el Teniente ROSALENY JIMÉNEZ, el Alférez José del Castillo Montoto, los Sargentos Ángel Salamanca Salamanca, Moreno y Quintela, con el soldado José Jiménez, que, como enlace, tan buenos servicios prestó en esta ocasión.

-MOSCÚ. Campo nº 27.

A primeros de Junio, llegó al Campo el General jefe de E.M. del VII Ejército alemán, que cercó Stalingrado, Don Arturo Schmidt, con el que se entrevistó. Al poco tiempo los rusos prohibieron estas conversaciones.

-SUZDAL

El Coronel ruso, Jefe del Campo, Krasti, que luego fue General y Comandante Militar de Lituania, formó a los prisioneros concentrando delante de ellos una fuerte guarnición armada de fusiles, ametralladoras y profirió toda clase de amenazas para obligarles a trabajar. Todo el Campo se puso en marcha atemorizado por las amenazas excepto los oficiales españoles (excluidos Honorio Martín y José Navarro).

Fueron encarcelados en condiciones pésimas y en el interrogatorio en tono despectivo se le dijo al Capitán Palacios que ni sabía porque había ido a luchar contra la Unión Soviética, a lo que este respondió: “Efectivamente cuando vine no sabía porque venía a luchar, ahora… ya lo sé”.

A principios del 1.946 fueron repatriados los prisioneros de guerra italianos, y por el Coronel de Bersaglieri Luigi Longo, envió la siguiente nota al Gobierno español: “Que todo cuanto habíamos visto en Rusia, justificaba la presencia de la División Azul en el frente ruso, que no se creyera en la propaganda que Radio Moscú hacía con nuestros soldados, consecuencia del terror desplegado, que no se preocupen por nosotros y, que por nosotros, no se hiciese ninguna concesión a los rusos”.

-ORANKE

Son trasladados en Julio de 1946 a ORANKE, región de Gorti. Allí de nuevo surge la cuestión del trabajo sin que haya unanimidad de criterio.

En Embajador en el infierno relata la situación que se plantea con el trabajo y hace una crítica fundamentalmente dirigida a uno de los oficiales que argumentaba que la postura de los que se negaban a trabajar equivalía a presumir de reaccionario. Oculta el nombre de dicho oficial cosa que no hace en su Declaración Jurada.

Se trataba de un oficial de Aviación, pero vamos a omitir su nombre. El capitán Palacios le replicó: “Presumir de reaccionario es muy fácil en una terraza de Alcalá ante un doble de cerveza, pero aquí a dos pasos de Siberia y con minas de carbón a una profundidad de 2000 metros no es tan fácil, y esa presunción no cabe duda, está animada por fines muchos más nobles”11

En su Declaración Jurada narra la llegada al Campo de un grupo de españoles con los que intentan ponerse en contacto rechazando estos el diálogo al saber que pertenecían a la División Azul…”Con ustedes no queremos nada”. Componían el grupo recién llegado rojos exiliados en Francia, entre ellos el Teniente Coronel Jefe de Estado Mayor de las Brigadas de Madrid, Capitán Sauri procedente de la Escuela Aeronaval de Cartagena, una mujer Amparo Fernández de Santander, con su hijo José Luis, de doce o catorce años… todos ellos cogidos en la evacuada Embajada española de Berlín, creyendo los rusos que apresaban al Embajador y su señora. Los encerraron en los Campos de Concentración pese a sus ardientes protestas y afirmación marxista de que todos ellos hacían gala.

Los prisioneros de la División Azul organizaron un socorro azul para las mujeres y niños. El inicial recibimiento hostil se convirtió pronto en amistad.12

-POTMA

En Noviembre de 1.946 fueron trasladados a un Campo de Repatriación. No cita el nombre del campo pero sí lo hace en el libro Embajador en el Infierno. Era el Campo de Potma.

Allí se suceden los enfrentamientos con los llamados Grupos Antifascistas.Allí se les ordenó quitarse el emblema de España que llevaban como pertenecientes a la División Azul.

14

-JÁRKOV

A finales de Enero o principios de de Febrero de 1.947 fueron trasladados al Campo nº 2 de Járkov. Campo de triste recuerdo para todos los que por allí pasaron por los métodos de exterminio que en él se practicaban. Las amenazas al Capitán Palacios eran constantes.

Se trabajaba en el Campo 12 y hasta 14 horas para ganarse una pestilente sopa. Alguno trabajaba dos horas más para ganarse la comida. El Capitán Palacios les hacía ver la barbaridad que cometían.

Ocurrió con el soldado José Jiménez que después de la jornada agotadora del día estaba a las dos de la mañana paseando por la barraca y sin dormir. Palacios le ordenó acostarse respondiendo Jiménez que no podía dormir pensando en el desayuno. El hambre hacía mella en todos los prisioneros.

Poco después describe la muerte del Teniente Molero.

Fue trasladado a un Campo de recuperación a unos 5 Kms. de Jarkow, regresando al mismo a principios de Marzo de 1.948. Allí se le empezó a instruir el primero de sus procesos junto al Teniente Rosaleny, Alférez Castillo y Soldado Victoriano Rodríguez.

Los transportes de repatriación continuaban efectuándose pero de los españoles ni se hablaba. Un soldado, Francisco Sanz, de Alicante acusó al Capitán Palacios de ser el responsable de que los españoles siguieran en Rusia. El Capitán le contestó: “Eso no es cierto, puesto que aquí hay prisioneros de otras nacionalidades que no tienen al Capitán Palacios, de todos modos acepto la responsabilidad que me corresponda, pero si algún día regresáis conmigo, entrareis en España por la puerta grande, por la misma que salisteis.”

En el juicio al que se le sometió actuaron de testigos de cargo, César Astor, Segovia, Montes, Alférez Navarro y tres alemanes.

La sentencia fue de veinticinco años de cárcel en sustitución de la pena de muerte. Cuatro meses antes fueron colgados en la plaza de Járkov cuatro alemanes.

Se les abrió un nuevo proceso por agitación política y sabotaje.

-ORS-LENINGRADO-BOROVICHI

En Noviembre con otros presos rusos fueron trasladados a la cárcel de Ors, región de Mins, donde estuvieron cinco o seis días. De ahí a Leningrado donde estuvieron otros tantos hasta ser trasladados a la cárcel de Borovichi en la que comparecieron por tercera vez ante un Tribunal Militar. Era el día 10 de Diciembre de 1.949. Fue intérprete en este tribunal el sargento del ejército rojo Felipe Pulgar.

El Tribunal volvió a condenarles a veinticinco años de cárcel en sustitución de la pena de muerte.

-CAMPO DE LA MINA

El 24 de Diciembre fueron trasladados al Campo de La Mina. El resto de españoles se encontraba en un Campo a 5 km,s.16

Llegaron al Campo los cuatro condenados a diez años de reclusión en el Tribunal de Smolensko, José María González, Enrique Maroto, Emilio Rodríguez y Mena, y en diciembre, otro grupo entre los que se incorporaba el Teniente Rosaleny procedente de un hospital en donde había sido tratado mediocremente de una tuberculosis pulmonar, que adquirió durante la permanencia en la cárcel de Járkov.

En la segunda quincena de Julio de 1.951, todo el Campo fue trasladado a los Urales, Región de Svarlof.

En Febrero o Marzo del 52, llegó a los Urales una gran parte del contingente español que habían dejado sin condenar en Borovichi y fueron distribuidos en pequeños grupos, por los diferentes campos de Svarlof.

Llega el final de su cautiverio cuando a fines de Mayo de 1.953 es trasladado a Chervacov en el que permanecieron ocho meses hasta su traslado a un Campo de la región de Vorochilogrado en el que se reunieron con todos los demás españoles concentrados para su repatriación.

Termina su Declaración Jurada el Capitán Palacios pidiendo a sus compañeros que a todos perdonen y acepten.

20

El recuerdo no debe teñirse de inmoralidades impuestas por quienes no respetan la historia y el valor de unos hombres que desde su humildad y grandeza deben ser reconocidos por su patria por el sacrificio que realizaron.

 

Y la Patria, al que su vida
 le entregó,
en la frente dolorida
le devuelve agradecida
el beso que recibió.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
9 febrero 2023

SOLO MUERE EL OLVIDADO Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Solo muere el soldado olvidado. El batallón II/62 en la Campaña de Rusia. 1942-1943

Es el libro del Coronel de Infantería de Marina José M. Estévez Payeras y que hoy traigo al blog porque debe ser conocido y más que leído: estudiado. Una joya de la historia y que con una prosa fácil y atractiva se desliza a través de uno de los muchos acontecimientos desconocidos de la historia militar reciente de España: la División Azul.

Este es un libro fundamental que habla de los soldados españoles que formando parte de aquella unidad, en concreto los del batallón II/62, combatieron en Rusia. Pero eso no es lo más importante. El autor del libro ha ido más lejos y en la riqueza de su relato se puede ver lo que fue y es un soldado español luchando fuera de su patria. La mejor infantería del mundo. La descripción nominal de los protagonistas, incrustada en el contexto general del relato, del porqué de su presencia allí, nos lleva a escenarios que parecen sacados de cualquier relato histórico donde un español convertido en soldado muestra su carácter y personalidad. Cada uno de los protagonistas podría ser un antepasado nuestro extraído de uno de tantos episodios bélicos donde hemos participado

No es un libro fácil porque mezcla dolor y valor, casi son lo mismo, y en ocasiones te pierdes en la creencia de estar ante una novela, relatos inverosímiles, imposibles, hasta que los nombres y los hechos te devuelven a una cruda realidad, la de esta historia de España que como tantas parecen una novela sin final.

Esta es la vida en combate de un hombre valiente, de un jefe, de unos soldados de honor, pero también es una historia familiar, como la de miles de españoles que viven con ella sin darse cuenta, sin haber percibido que entre sus antepasados hubo un soldado que luchó y murió por España. Solo muere el olvidado. Es más que un título. Es un mensaje a todos los que tienen estas historia y que solo las intuyen sin que nadie se las haya narrado. Este libro incita a todos a resucitarlas y con ello a no permitir que nuestros antepasados, en mil batallas perdidos, sean olvidados. Leed, contad, preguntad. Que nadie muera en el olvido de los suyos.

Tengo entre mis manos los papeles de un héroe de aquellos días de Krasny Bor: el capitán Teodoro Palacios Cueto, uno de los protagonistas del libro.

Su relato de los hechos, que en su día narraré al completo, empieza así:

«El 9 de febrero recibió un escrito del Comandante Jefe de su Bon. Segundo del Rgto., 262, Don JOSÉ PAYERAS ALCINA, que virtualmente decía así: El Servicio de Información me dice que, en la madrugada del día de mañana, el enemigo efectuará un ataque en el sector defendido por este Bón., con unos efectivos de una División en primera línea y dos de reserva.- Ruégole tome todas las medidas oportunas y me informe por todos los medios de comunicación de que dispone, teléfono, radio y soldadograma, de todas las incidencias del combate.- En todo caso espero de su Compañía, sabrá cumplir con su deber.-».

Era el 9 de febrero de 1943. Iba a dar comienzo una batalla que no terminaría hasta el año 1954 cuando en el mes de marzo volverían del cautiverio, a bordo del buque Semíramis, los últimos soldados que lucharon en Rusia, en la batalla de Krasny Bor.

El capitán Palacios pregunta por quien era su jefe inmediato aquel día tan lejano.

—Mi coronel, ¿qué sabes de Payeras?

—Muerto.

—¡Dios mío!

El coronel José Manuel Estévez Payeras, cumplido su deber, nos da un aldabonazo histórico con su libro: Solo muere el olvidado.

Ese es el mensaje y la historia.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

8 octubre 2021

 

DIVISIÓN AZUL. EL HÉROE: CAPITÁN PALACIOS, EMBAJADOR EN EL INFIERNO

CAPITAN TEODORO PALACIOS CUETO.jpg3El día 10 de febrero de 1943 era hecho prisionero en el frente de Leningrado el Capitán Palacios. Pocos recuerdan aquellos hechos  y olvidados quedan, una vez más, los héroes españoles de la División Azul. Un recuerdo que deberíamos tener como llama encendida al valor, honor y dignidad que ofrecieron aquellos valientes.

El capitán Palacios es uno de ellos y su figura se eleva cada día más frente a la mediocridad con la que asistimos a la destrucción de la historia de España. Desde el cautiverio él y sus hombres hablaron de España, de como los españoles responden a la adversidad y saben sacrificarse y a la vez perdonar a sus verdugos.pag1

La historia del Capitán Teodoro Palacios Cueto, héroe de la Batalla de Krassnij Borg, y prisionero durante once años en Rusia (1943-1954) se hizo famosa gracias a la pluma de Torcuato Luca de Tena. En el mes de Mayo de 1955 se publicaba la primera edición del libro Embajador en el infierno en el que Torcuato Luca de Tena narraba las vicisitudes del Capitán Palacios durante sus once años de cautiverio en Rusia. Solo en un año se tiraron cinco ediciones, 27.500 ejemplares, un éxito de ventas no conocido antes. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura y el Premio Ejército. En 1956 siguiendo el guion del libro se estrenaba la película Embajadores en el infierno dirigida por José María Forqué.

Lo que hasta ahora no sabíamos es que el propio Capitán Palacios, sin interferencia de ningún tipo, y antes de iniciar la colaboración para escribir Embajador en el infierno, había cursado el relato de los hechos al mando militar en un documento obligado para cualquier militar.

En su día tuve en mis manos la Declaración jurada del Capitán Palacios sobre los hechos ocurridos en Rusia, ahora ya definitivamente en mi poder.

Espero poder ofrecérsela a todos en breve plazo de tiempo. Merece la pena.

Mientras les ofrezco un adelanto del documento. De la mano del Capitán Palacios, narrado por él, sin intermediarios, nos adentramos en aquellos interminables once años. Es un documento único. Todo lo que escribió Luca de Tena estaba ya escrito. A la Laureada que ganó el capitán Palacios se podría haber sumado el premio Nacional de Literatura y el de Ejército que le concedieron a Luca de Tena. La síntesis y sintaxis de su Declaración jurada lo merecían. Realizada en lenguaje militar, difiere de la obra Embajador en el infierno en algunos aspectos que en aquél momento la prudencia obligaba a no desvelar.

Quizás sin la publicación de este libro por Torcuato Luca de Tena la historia del Capitán Palacios y sus hombres no hubiese sido conocida en toda su grandeza y, lo que hubiese sido más grave, la epopeya de la División de Voluntarios Españoles en Rusia, la popularmente conocida como División Azul, hubiese quedado pronto en el olvido. Ese es el mérito enorme de Torcuato Luca de Tena para la historia y para la literatura.

Dice el autor de Embajador en el infierno que la obra es la narración histórica de un militar transformada en reportaje por un periodista. Hoy después de más de 70 años del inicio de la campaña en Rusia descubrimos que el militar, el Capitán Palacios, ya había escrito su narración militar antes de que la conociese el periodista. La historia se encontraba  en manos del mando militar español a quien el Capitán Palacios la había remitido, como reglamentariamente le correspondía: Declaración Jurada que, de sus hechos…

Según el propio Luca de Tena la colaboración para escribir Embajador en el infierno se inició “estando en puertas el mes de Diciembre” (1954), es decir, seis meses después de que el Capitán Palacios ya hubiese dejado constancia escrita de sus hechos. Lo hizo de acuerdo con la redacción que obliga a un soldado: brevedad, claridad y precisión. En 21 folios, de los antiguos 215×315, resumía 11 años de cautiverio sin dar pie a la imaginación ni a la fantasía; tampoco a la retórica. Sólo habían pasado dos meses del regreso a España y remitió su informe sin dejarse nada en la conciencia, ni lo bueno ni lo malo. Ha pasado el tiempo suficiente para que se conozca y que la verdad reluzca, héroes, desertores y delatores ya pasaron su calvario, su infierno, y no es momento para juzgar a nadie sino para conocer los hechos tal y como los contó de primera mano su protagonista principal. Ocultaremos, por ahora, nombres.

La Declaración Jurada del capitán Palacios tiene el enorme valor de ser un documento oficial que obligaba a narrar los hechos acaecidos en combate y durante su cautiverio empeñando en ello su palabra bajo juramento. A él sólo le correspondía haber escrito su cautiverio, y así lo hizo y lo firmó el día 17 de mayo de 1954, después de once años de miseria convertidos en grandeza.

1.-LA ÚLTIMA BATALLA. RESISTIR HASTA MORIR.

Sin retórica el Capitán Palacios comienza la descripción del combate que se avecinaba. En un folio y medio describe lo sucedido desde la noche del día 9 de Febrero de 1943 hasta las 14:30 del día siguiente en que es hecho prisionero:

Ante el inminente ataque enemigo, el Capitán Palacios toma las pertinentes medidas de un Jefe de Compañía:

-Instruye a la Compañía en el combate que se avecinaba

-Redobló el servicio de noche para evitar infiltraciones y sorpresas.

El combate duraría desde las 07:00 de la mañana hasta las 14:30, hora en que son hechos prisioneros los pocos supervivientes que quedaban.

Los partes entre el Comandante Payeras y el Capitán Palacios durante el combate quedan fielmente reflejados en el libro de Torcuato Luca de Tena, pero hay una variación en uno de ellos que es necesario resaltar.

En el libro Embajador en el infierno dice: «Envié un nuevo parte al Comandante: Un fuerte contingente enemigo ha penetrado por el flanco izquierdo y me efectúa un cerco a larga distancia, fuera del alcance de mis armas. La primera y la segunda sección se han replegado. Continúo defendiendo la posición  con mi Plana Mayor y la tercera sección. Mis bajas son numerosas. La única ametralladora de que disponía, destruida por la artillería. ¡Viva siempre España!-Capitán Palacios».

En su Declaración Jurada hay un pequeño pero importante matiz diferenciador:

‹‹La primera y segunda sección, sin orden mía, se han replegado…››”4Es algo que evita comentar pero lo resalta en su declaración jurada de hechos.

A continuación relata cómo son hechos prisioneros:

Expone las razones de carácter táctico por las que no se replegó ante el ataque enemigo y que no relata en el libro de Torcuato Luca de Tena. Y destaca el comportamiento heroico de sus hombres.

2.-EL CALVARIO: Kolpino, Leningrado, Cheropoviest, Moscú, Suzdal, Oranke, Potma, Jarkov, Ors, Leningrado, Borovichi, La Mina, Rewda, Chervakov, Vorochilograd, fueron los lugares que recorrió el Capitán Palacios durante sus once años de calvario.

-KOLPINO:

Allí fue interrogado por la “Línea del ISHORA” de la que él había dicho era la verdadera línea de resistencia y que ellos sólo habían sorprendido la línea de vigilancia. Se le invitó a dirigirse por radio al General Esteban Infantes y al sector de la División invitándoles a rendirse. Ante su resistencia se le dijo que las siete mil bajas  del ejército rojo tenidas ayer, serían vengadas.

-LENINGRADO:

Trasladados a Leningrado se recrudecieron los interrogatorios invitándosele de nuevo a dirigirse a la División para que se rindiera. A su regreso de uno de los interrogatorios se encuentra con una desagradable sorpresa6

El Capitán Palacios en el libro Embajador en el Infierno habla de quienes se abandonaron a la ignominia.  Oculta la mayoría de los nombres de los débiles, dice de ellos que fueron muchos, y de los traidores, pocos.

“Sólo ocultaremos, cuando sea posible, por discreción, los nombres de los débiles o los traidores, pues no son estas páginas alegato de fiscal, sino testimonio de Historia”.

En su Declaración Jurada el Capitán Palacios no oculta ningún nombre y narra los hechos de todos y cada uno así como su comportamiento.

-CHEROPOVIAR

Hemos respetado el nombre tal y como lo escribió el Capitán Palacios en su Declaración Jurada…CHEROPOVIAR, en la región de MAKARINO, aunque su nombre es CHEROPOVIEST, tal y como lo transcribe en “Embajador en el Infierno”.

Allí a los soldados, desnutridos y mal equipados, se les encuadró en Brigadas de trabajo, un trabajo agotador para después someterles a una intensa acción política. Se pretendió que los soldados por medio de cartas se dirigieran a sus compañeros de la División invitándoles a pasarse a la filas rojas diciéndoles que el país del comunismo era el verdadero Paraíso…Se logró que las cartas fueran rotas no saliendo ninguna (una de ellas llevaba la firma de 160 soldados). En esta difícil misión cooperaron eficazmente, el Teniente ROSALENY JIMÉNEZ, el Alférez José del Castillo Montoto, los Sargentos Ángel Salamanca Salamanca, Moreno y Quintela, con el soldado José Jiménez, que, como enlace, tan buenos servicios prestó en esta ocasión.

-MOSCÚ. Campo nº 27.

A primeros de Junio, llegó al Campo el General jefe de E.M. del VII Ejército alemán, que cercó Stalingrado, Don Arturo Schmidt, con el que se entrevistó. Al poco tiempo los rusos prohibieron estas conversaciones.

-SUZDAL

El Coronel ruso, Jefe del Campo, Krasti, que luego fue General y Comandante Militar de Lituania, formó a los prisioneros concentrando delante de ellos una fuerte guarnición armada de fusiles, ametralladoras y profirió toda clase de amenazas para obligarles a trabajar. Todo el Campo se puso en marcha atemorizado por las amenazas excepto los oficiales españoles (excluidos Honorio Martín y José Navarro).

Fueron encarcelados en condiciones pésimas y en el interrogatorio en tono despectivo se le dijo al Capitán Palacios que ni sabía porque había ido a luchar contra la Unión Soviética, a lo que este respondió: “Efectivamente cuando vine no sabía porque venía a luchar, ahora… ya lo sé”.

A principios del 1.946 fueron repatriados los prisioneros de guerra italianos, y por el Coronel de Bersaglieri Luigi Longo, envió la siguiente nota al Gobierno español: “Que todo cuanto habíamos visto en Rusia, justificaba la presencia de la División Azul en el frente ruso, que no se creyera en la propaganda que Radio Moscú hacía con nuestros soldados, consecuencia del terror desplegado, que no se preocupen por nosotros y, que por nosotros, no se hiciese ninguna concesión a los rusos”.

-ORANKE

Son trasladados en Julio de 1946 a ORANKE, región de Gorti. Allí de nuevo surge la cuestión del trabajo sin que haya unanimidad de criterio.

En Embajador en el infierno relata la situación que se plantea con el trabajo y hace una crítica fundamentalmente dirigida a uno de los oficiales que argumentaba que la postura de los que se negaban a trabajar equivalía a presumir de reaccionario. Oculta el nombre de dicho oficial cosa que no hace en su Declaración Jurada.

Se trataba de un oficial de Aviación, pero vamos a omitir su nombre. El capitán Palacios le replicó: “Presumir de reaccionario es muy fácil en una terraza de Alcalá ante un doble de cerveza, pero aquí a dos pasos de Siberia y con minas de carbón a una profundidad de 2000 metros no es tan fácil, y esa presunción no cabe duda, está animada por fines muchos más nobles”11

En su Declaración Jurada narra la llegada al Campo de un grupo de españoles con los que intentan ponerse en contacto rechazando estos el diálogo al saber que pertenecían a la División Azul…”Con ustedes no queremos nada”. Componían el grupo recién llegado rojos exiliados en Francia, entre ellos el Teniente Coronel Jefe de Estado Mayor de las Brigadas de Madrid, Capitán Sauri procedente de la Escuela Aeronaval de Cartagena, una mujer Amparo Fernández de Santander, con su hijo José Luis, de doce o catorce años… todos ellos cogidos en la evacuada Embajada española de Berlín, creyendo los rusos que apresaban al Embajador y su señora. Los encerraron en los Campos de Concentración pese a sus ardientes protestas y afirmación marxista de que todos ellos hacían gala.

Los prisioneros de la División Azul organizaron un socorro azul para las mujeres y niños. El inicial recibimiento hostil se convirtió pronto en amistad.

-POTMA

En Noviembre de 1.946 fueron trasladados a un Campo de Repatriación. No cita el nombre del campo pero sí lo hace en el libro Embajador en el Infierno. Era el Campo de Potma.

Allí se suceden los enfrentamientos con los llamados Grupos Antifascistas. Allí se les ordenó quitarse el emblema de España que llevaban como pertenecientes a la División Azul.

-JARKOW

A finales de Enero o principios de de Febrero de 1.947 fueron trasladados al Campo nº 2 de Jarkow. Campo de triste recuerdo para todos los que por allí pasaron por los métodos de exterminio que en él se practicaban. Las amenazas al Capitán Palacios eran constantes.

Se trabajaba en el Campo 12 y hasta 14 horas para ganarse una pestilente sopa. Alguno trabajaba dos horas más para ganarse la comida. El Capitán Palacios les hacía ver la barbaridad que cometían.

Ocurrió con el soldado José Jiménez que después de la jornada agotadora del día estaba a las dos de la mañana paseando por la barraca y sin dormir. Palacios le ordenó acostarse respondiendo Jiménez que no podía dormir pensando en el desayuno. El hambre hacía mella en todos los prisioneros.

Poco después describe la muerte del Teniente Molero.

Fue trasladado a un Campo de recuperación a unos 5 Kms. de Jarkow, regresando al mismo a principios de Marzo de 1.948. Allí se le empezó a instruir el primero de sus procesos junto al Teniente Rosaleny, Alférez Castillo y Soldado Victoriano Rodríguez.

Los transportes de repatriación continuaban efectuándose pero de los españoles ni se hablaba. Un soldado, Francisco Sanz, de Alicante acusó al Capitán Palacios de ser el responsable de que los españoles siguieran en Rusia. El Capitán le contestó: “Eso no es cierto, puesto que aquí hay prisioneros de otras nacionalidades que no tienen al Capitán Palacios, de todos modos acepto la responsabilidad que me corresponda, pero si algún día regresáis conmigo, entrareis en España por la puerta grande, por la misma que salisteis.”

En el juicio al que se le sometió actuaron de testigos de cargo, César Astor, Segovia, Montes, Alférez Navarro y tres alemanes.

La sentencia fue de veinticinco años de cárcel en sustitución de la pena de muerte. Cuatro meses antes fueron colgados en la plaza de Jarkow cuatro alemanes.

Se les abrió un nuevo proceso por agitación política y sabotaje.

-ORS-LENINGRADO-BOROVICHI

En Noviembre con otros presos rusos fueron trasladados a la cárcel de Ors, región de Mins, donde estuvieron cinco o seis días. De ahí a Leningrado donde estuvieron otros tantos hasta ser trasladados a la cárcel de Borovichi en la que comparecieron por tercera vez ante un Tribunal Militar. Era el día 10 de Diciembre de 1.949. Fue intérprete en este tribunal el sargento del ejército rojo Felipe Pulgar.

El Tribunal volvió a condenarles a veinticinco años de cárcel en sustitución de la pena de muerte.

-CAMPO DE LA MINA

El 24 de Diciembre fueron trasladados al Campo de La Mina. El resto de españoles se encontraba en un Campo a 5 km,s.16

Llegaron al Campo los cuatro condenados a diez años de reclusión en el Tribunal de Smolensko, José María González, Enrique Maroto, Emilio Rodríguez y Mena, y en diciembre, otro grupo entre los que se incorporaba el Teniente Rosaleny procedente de un hospital en donde había sido tratado mediocremente de una tuberculosis pulmonar, que adquirió durante la permanencia en la cárcel de Jarkow.

En la segunda quincena de Julio de 1.951, todo el Campo fue trasladado a los Urales, Región de Svarlof.

En Febrero o Marzo del 52, llegó a los Urales una gran parte del contingente español que habían dejado sin condenar en Borovichi y fueron distribuidos en pequeños grupos, por los diferentes campos de Svarlof.

Llega el final de su cautiverio cuando a fines de Mayo de 1.953 es trasladado a Chervacov en el que permanecieron ocho meses hasta su traslado a un Campo de la región de Vorochilogrado en el que se reunieron con todos los demás españoles concentrados para su repatriación.

Termina su Declaración Jurada el Capitán Palacios pidiendo a sus compañeros que a todos perdonen y acepten.

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Rindo homenaje de admiración a todos los que lucharon enmarcados en la División Azul, lejos de España, por España.

A pesar del olvido de España y de los españoles volverían a hacerlo y por ello, y con ellos, nos sentimos identificados con su obra de honor y valor. Como pidió el capitán Palacios: «Que a todos perdonen y acepten». Es muy transcendente saber que todos los héroes terminan su obra con el perdón en su labios.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

10 febrero 2021

TÉCNICAS DE SUPERVIVENCIA DURANTE EL CONFINAMIENTO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Por ahora no es necesario aprender a hacer fuego o sembrar tomates en la ventana de su casa. En un futuro quien sabe.

Les contaré una anécdota. En el Paleolítico, cuando yo era un joven teniente de Operaciones  Especiales, hacíamos prácticas de supervivencia invernal en un pueblecito de la provincia de Burgos. Dormíamos en iglús construidos por nosotros mismos, estancias confortables cuando no hay otra cosa a mano. El caso es que un día recibimos el aviso a través de la Guardia Civil de que el alcalde de un pueblo cercano quería hablar con el máximo responsable de la unidad. Bajamos a verle y mayúscula fue nuestra sorpresa cuando nos dijo que habían desaparecido todos los perros de pueblo y que si nosotros sabíamos algo de aquello. Era evidente. Las noches en los iglús no dejan de ser bajo hielo y el calorcito de un perro junto a tu saco de dormir es una estufa natural inigualable. Los perros por algo de comida habían seguido a los soldados hasta sus elegantes, pero frías estancias y el que no les había seguido fue convencido. De estos últimos, pocos, porque desde tiempos históricos los perros han seguido a las tropas fielmente.

Supervivencia es sin duda buscarse la vida. Unos son más aptos que otros, pero tiene sus reglas que todos deben compartir.

Todas, reglas, normas, y procedimientos se resumen en uno: disciplina.

La disciplina es doctrina, instrucción de una persona y de un grupo, especialmente en lo moral. Y sin duda la observancia de unas normas de comportamiento tanto interno, individual, como en nuestra relación con los demás. Instruir, aprender, entrenar, ejercitar y asumir. No es fácil cuando todo está a tu alcance, pero sin práctica habitual, cuando vienen mal dadas, es difícil asumir los comportamientos.

Comer sapos o culebras, hacer fuego en la nieve, pescar con las manos, hacerse una choza, comer hierbas del monte o ratas de cloaca es una simple anécdota. La vida te pone en peores trances y La vida del Buscón llamado don Pablos es un retrato diario que cada vez más se repite. Lo importante para supervivir es vivir en continuidad de comportamiento, en saber sufrir y aprovechar cada ocasión, mala o buena, que todas traen algo para alimentarse. El que se queja o lloriquea se queda en el camino.

Disciplina. Conocí en aquella época del Paleolítico al máximo exponente de la supervivencia: el Capitán don Teodoro Palacios Cueto, héroe de la División Azul y Laureado de San Fernando. Once años, tras la durísima batalla de Krasny Bor (10 febrero 1943), estuvo prisionero en distintos gulags, al cual más cruel, pasando por celdas de castigo y siempre al mando de sus hombres con una  dignidad ejemplar y que asombró al mundo. Su historia fue relatada por Torcuato Luca de Tena en Embajador en el infierno. Regresó a España en 1954 y allá por los años setenta tuve la oportunidad de establecer amistad con él mientras practicábamos escalada en los alrededores de Potes, lugar donde vivía.  Un día me atreví a entrar en su intimidad.

-¿Mi general como pudieron aguantar tanto tiempo en aquellas condiciones?

No lo dudó un instante: disciplina, mi teniente. Desde que amanecía hasta que llegaba el sueño se mantuvo una férrea disciplina individual y de grupo. Nos apoyamos y vigilamos los unos a los otros. En cuanto veíamos que uno decaía no le dejamos ni un minuto. Pensábamos con él, vivíamos con él y por él. Cuando empezaba a llamarnos pesados es que ya estaba salvado.

Me enseñó algo más importante: adivinar el primer síntoma de derrota. Cuando veíamos que uno de nuestros hombres dejaba el aseo personal cada mañana, no se lavaba ni afeitaba, no se cambiaba, daba el aspecto de dejadez, ese era el síntoma más claro de que empezaba a venirse abajo. La férrea disciplina se llevaba en todas las actividades, aseo personal, trabajos, reuniones (cuando nos dejaban), triquiñuelas e invenciones, juegos, hasta creamos una revista; el ingenio personal de cada uno era aprovechado por el conjunto. Nunca permitimos a nadie estar solo. En definitiva una vida nueva, dura y repugnante, dolorosa, pero era una vida, no podíamos elegir otra y lo que hicimos fue rellenarla de disciplina, entre todos, como una compañía que éramos.

Todos aguantamos, todos resistimos con la esperanza del día a día, sin planteamientos a largos plazos, sin permitir que nadie contagiase la enfermedad que provoca la soledad y el abandono. La vida se ralentizaba, teníamos tiempo para vivir, mal, pero despacio y entonces salió de cada uno de nosotros lo mejor que teníamos.

Mi teniente, acabó diciéndome, tú sabes que esas cosas del honor y del valor, del amor a tu patria, del ejemplo y la virtud, no son palabras hueras sino una realidad que se muestra en toda su crudeza y realismo en situaciones extremas. Así somos los españoles.

Estábamos sentados en una pequeña taberna de Potes. Nevaba y por la ventana se veían solo gruesos copos de nieve.

-Podría odiar esta nieve y el frío, pero me reconforta y recuerda, lo sé, que cuando el hombre saca las ganas de vivir no hay fuerza de la naturaleza que pueda con él.

-Sí; mi general.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com