UN EJÉRCITO EUROPEO General de División (R.) Rafael Dávilla Álvarez

El maestro Sun dijo: «Quien conduce un ejército con poca inteligencia, es pretencioso. Quien conduce un ejército con poco valor, es egocéntico. Quien conduce un ejército sin conocer el camino y traba sucesivas batallas sin darse por satisfecho, si sobrevive es solo por cuestión de suerte».

Inteligencia, valor y preparación nos señala Sun Bin a la hora de dirigir un ejército.

El tiempo permanece con su implacable repetición en el espacio terrestre sin que la fuerza deje de ser el actor principal para que la vida se desarrolle. No es discutible. Es necesaria la fuerza para sostener a la justicia y por tanto ser libres.

El maestro Quijano dijo: «…responden las armas que las leyes no se podrán sustentar sin ellas, porque con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos, se despejan los mares de cosarios, y, finalmente, si por ellas no fuese, las repúblicas, los reinos, las monarquías, las ciudades, los caminos de mar y tierra estarían sujetos al rigor y a la confusión que trae consigo la guerra el tiempo que dura y tiene licencia de usar de sus privilegios y de sus fuerzas. Y es razón averiguada que aquello que más cuesta se estima y debe de estimar en más».

Desde que tengo uso de razón militar recuerdo que nos ponían delante de un mapa para desarrollar siempre el mismo ejercicio defensivo que consistía en un despliegue fantasioso desde los Pirineos hasta un arroyo del río Tajo en Toledo. Era una maniobra retardadora de desgaste que lograba detener al Ejército Ruso, que había invadido Europa, en el arroyo del Guajaraz (Toledo). De allí no pasaban; creo que seguimos esperándolos. Desde entonces el único ataque real que hemos tenido ha sido por el sur, una marchita coloreada y una ocupación; no había rusos.

¿Ustedes creen que nos va a invadir Rusia?

Ahora que echamos a los yanquis, nuestro Estado Mayor de la Defensa debería recuperar aquellos planes defensivos del arroyo toledano y ofrecérselos a Kaja Kallas. Están convencidos, por mayoría absoluta, que Putin llegará a Granada, amenazando Gibraltar, Marruecos y Canarias.

Organizar un Ejército por parte de la Unión Europa para la amenaza rusa es extravagante, imposible y, lo más importante, no viene al caso. La OTAN es suficiente (pendiente de profundos cambios de estrategia) y lo único que hay que hacer es pagar y asumir una industria de Defensa propia sin que cada uno tenga su avioncito, su carro de combate y su vehículo (chino en el caso de España). Más importante que inventarse un Ejército Europeo, por ahora, es tener una retaguardia que lo sostenga, material e ideológicamente. Además de pagar a los soldados lo que en justicia se merecen y no dejarlos abandonados por edad. De todo ello carecemos y cada vez de manera más acusada.

Las Fuerzas Armadas no son el brazo político de ningún partido ni ideología, sino que deberían estar al servicio de todos y eso, que nadie duda, es incompleto y falso cuando su estructura, presupuestos, incluso misiones y capacidades, no son consecuencia de un acuerdo común sino partidista. Lo cual lleva a los vaivenes de los que somos víctimas y a los desajustes de todo tipo en unas Fuerzas Armadas, en este caso las españolas, que no acaban de alcanzar su meta porque no saben muy bien cual es esta. Empezando por su misión, que se duda entre la principal y las que no lo son. Sin un acuerdo en materia de Defensa entre todos los partidos políticos la organización militar carece de lo más elemental: a dónde, por dónde cómo y cuándo. Gasto inútil de recursos, exposición gratuita a graves riesgos. Uso inadecuado y sin consenso de la Fuerza.

Algo así no se puede despachar en veinte minutos y dejar fuera a parte de los españoles. Estamos dispuestos a crear un Ejército para luchar contra el cambio climático.

Pues si esto es y será, y de ello somos conscientes, sin ponernos de acuerdo dentro de nuestra propia nación, ya me dirán cómo hacerlo entre 27 que forman la Unión Europea; por cierto, entre ellas no está el Reino Unido.

Bueno será que se hable de la Defensa de Europa, que se saquen conclusiones de su necesidad o no, de los cambios a introducir,  pero a ningún lugar conducirá hacer mudanza en tiempo de crisis y, por tanto, en estos momentos, mejor sería llegar a un acuerdo inmediato con los Estados Unidos antes que ponerse a discutir si son galgos o podencos.

La creación de un Ejército propio en Europa abre numerosos interrogantes y a día de hoy parece un imposible sin apoyarse en la organización  de la OTAN que de una u otra manera dispone de los elementos esenciales para dirigir una estructura militar. Suponemos que ese sería el comienzo si es que lo hay. Ir sustituyendo lo anglosajón (¿Reino Unido?) por mandos de los ejércitos de la UE. Revisar las estructuras, los objetivos estratégicos y la industria de Defensa. Un Ejército cuya única misión sea defendernos de la invasión rusa (y del cambio climático) es absolutamente absurdo, ineficaz y fuera de lugar cuando los peligros del futuro están en otros lugares más al sur. Un ejército tan previsible es un ejército derrotado.

La disuasión nuclear, únicamente en manos francesas, es una auténtica sinrazón; nunca será de Europa. El Reino Unido es una incógnita, fiel a los EEUU. Y esa es otra derivada ¿aliados o no de los Estados Unidos? ¿Nos quedamos desnudos ante el poder nuclear? ¿Qué disuasión ofrecemos?

Todo lo que vivimos es una locura y una vez más se demuestra que «La paz no es la ausencia de la guerra, es una virtud, un estado de la mente, una disposición a la benevolencia, la confianza y la justicia» (Baruch Spinoza).

Se ha hablado de paz y Europa se va a la guerra. Con todas  sus consecuencias. Sin preguntarnos. Europa nunca lo hace. Apaga incendios donde no los hay.

Un Ejército es propio de un Estado y la Unión Europea a día de hoy no va más allá de una Alianza de normas y dineros, no es un Estado, por lo que habría que pensar en una ley muy compleja y difícil de acordar ya que el poder de la Fuerza es mucho poder cuando no hay de manera clara uno que mande. ¿Quién manda en Europa? ¿Uno, dos o veintisiete?

Para empezar es necesaria una firme voluntad: voluntad de defenderse con las armas, para lo que hay que fabricarlas sin dependencia de otros, y disposición a utilizarlas más allá de ser solo un instrumento de disuasión que deja de serlo cuando descubres el temor a su empleo. Quedaríamos en una situación de grave riesgo nuclear.

Europa ha vivido de espaldas a la guerra y abandonó su defensa entregándose a la exigencia de la norma sin la fuerza. Ahora que las circunstancias exigen la Fuerza parece que llegamos tarde. ¿O se equivoca de enemigo? Siempre quedará el interrogante de si este enemigo que ahora descubre Europa lo es o no lo es. Está por descubrir la voluntad y la unidad ¿contra quién?

Bueno será un Ejército, pero de nada servirá si no sabemos para qué ni contra quién. Todo ello sin tener la base de una Cultura de Defensa Europea que muchas naciones desconocen y otras que intencionadamente están desmilitarizadas en su concepto fundamental, entre ellas España.

No es fácil diseñar un Ejército para la guerra que viene. Sin esta claridad de ideas todo lo que se invierta será tirar el dinero. Las guerras no se ganan con los cañones, sino con la inteligencia, la una y la otra, pero sobre todo la que nos dice donde ejercer el esfuerzo principal, que no tiene porqué ser en cañones; la ideología mata más y mejor.

En Europa hemos estado años, demasiados, sin saber lo que necesitábamos en materia de Defensa porque dudábamos de su necesidad creyendo que la guerra era cosa de otros. Aquello del esfuerzo del 2% del PIB fue una trampa que nunca llegó a ponerse en marcha. Hubo dos razones que aún se mantienen: la ideología y la falta de un criterio único. Esto es un gran impedimento y presenta un negro futuro, mucho mayor que el riesgo a un posible ataque armado, ya que la ideología y falta de acuerdo lanza a diario su ataque contra Europa de manera invisible, programada, bien encauzada y dirigida por todas las direcciones, sin que la invasión sea vista como un ataque sino como una cultura. Europa quiere armarse por un lado cuando ya ha arriado la bandera en sus fronteras y ha perdido la identidad. El ataque está triunfando y nosotros en retirada, otros ocupan nuestras antiguas posiciones. Más que defenderse habría que atacar para recuperar lo perdido.

El escenario que se vislumbra requiere tomar medidas, eso es indudable, pero nunca suele coincidir lo necesario con lo posible. Confundir esto a la hora de ponerse a hacer planes militares es ir derecho al fracaso al no tener claro, ni poder materializarlo caso de tenerlo, el concepto de empleo de las Fuerzas Armadas. Ahora no se trata de hablar de lo que nos gustaría tener, ya es tarde, sino hacer frente a la situación de debilidad que tenemos y maniobrar con inteligencia para mediante las alianzas, el esfuerzo común bien definido, y los propios ejércitos bien diseñados y atendidos, alcanzar la situación deseada.

En cuestiones de Defensa programar como si ya tuviésemos el dinero es fracasar incluso a corto plazo. España lleva años con los Programas Especiales de Armamento y solo ha logrado mucha deuda y pocas armas y municiones. Jamás hemos aceptado ni acordado una ley de programación y financiación de la Defensa que hemos dejado en manos de ideologías, distintas, incluso enfrentadas, que es quedar en manos del adversario.

Europa debe empezar no marcando un 2% o más, sino creando un escenario económico estable para financiar la Defensa. La cifra será en función de la necesidad y no ajustar la necesidad a la cifra que ahora sin sabe porqué se ha dado: 800.000 millones ¿A qué responde?

Se hace imprescindible además de las partidas presupuestarias por nación, tener en cuenta la posición estratégica de cada una y por tanto la misión que le corresponde dentro del conjunto. Una Europa influyente no puede tener un Ejército que sea un tapón absurdo contra Rusia olvidándose de otras responsabilidades quizá más graves y de mayor peligro. Desplegar toda una estrategia contra alguien no deja de ser una atrevida provocación cuando no un desconocimiento total de la historia y su futuro. Hay mucho de esto entre los dirigentes europeos. No ven más allá del paisaje de su ciudad. Es necesario definir los esfuerzos de cada uno, asignar medios y misiones. Lo defensivo, de entrada, nunca debe ser expansivo ni provocador, solo disuasivo.

Nos queda la duda. No la resolverán porque no lo saben. Vaguedades, incumplimientos, abstracciones, normas y más normas. Ni una Estrategia de Seguridad. ¿Con la OTAN o sin ella? ¿Desaparece la OTAN? ¿Acaso los Estados Unidos han denunciado el Tratado de Washington? ¿Si la Unión Europea puede ser una alternativa por qué Finlandia y Suecia han entrado por la vía de urgencia en la OTAN y Ucrania busca su salvación en ello? ¿Y si aparece una nueva, o se expande por el sur, con Marruecos, Reino Unido (Gibraltar), (SATO)?

Tropas, Mando y control, armas, inteligencia, ciberdefensa, ciberespacio, tecnología… Eso no es un Ejército.

Un Ejército requiere permanencia, soldados motivados, con voluntad de vencer, virtudes, territorialidad y valores por los que dar su vida.

Un abanderado y una bandera a seguir.

Todo ello contando con una retaguardia que los apoye.

Pregunten. Imposible. No existe, no es posible un Ejército de 27. Ni siquiera de dos.

«Para ganar hay que tener voluntad de vencer, sin olvidar conocer la medida de las posibilidades y siempre prefiriendo concretar lo bueno, pero posible, antes de emprender la consecución de algo mejor, pero imposible».

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

10 marzo 2025

 

GUERRA EN UCRANIA. PUNTO DE SITUACIÓN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

«No hay actividad humana alguna que esté en tan constante y general contacto con el azar como la guerra. Con el azar tiene un importante puesto en la guerra lo contingente y con ello la fortuna» (Clausewitz).

Nada de lo que digamos tiene mayor valor. La guerra es imprevisible, aunque la táctica convencional sigue unos métodos y procedimientos ajustados a la misión y situación: terreno, medios, enemigo y ambiente.

Este último factor, clave, del que tan poco se habla, lo definía la Doctrina militar como: «El conjunto de circunstancias de carácter físico y humano, distintas del terreno y de los medios, que influyen en el desarrollo de las operaciones». Es decir casi todo: el azar.

EL PLAN MILITAR DEL EJÉRCITO RUSO EN UCRANIA

En estos momentos Rusia, cuyos fines político-estratégicos serían motivo de otro análisis, ha puesto en marcha un Plan Militar con su propio objetivo estratégico y táctico.

La acción táctica ofensiva sobre el enemigo la desarrolla para afectar a su capacidad de combate e imponer la voluntad propia; todas y cada una, conjuntadas, constituyen acciones decisivas para lograr la victoria.

Muchos analistas se empeñan en decir que Rusia está perdiendo esta guerra y no hay duda que así lo es en el plano del relato, de la ilegal acción emprendida, pero eso nada tiene que ver con el resultado táctico. Podrá en un futuro perder y tener que retroceder, nadie lo sabe, pero desde el punto de vista militar la guerra se desarrolla tal y como parecen haberla planteado sus generales, que nos son tan inútiles como nos quieren enseñar. Mejor es conocer al enemigo y conocerse a uno mismo que manejar mensajes inútiles que socavan la credibilidad y dan falsas expectativas. Conviene saber a qué nos enfrentamos.

Rusia ha lanzado su ofensiva desde su privilegiada posición geográfica, de gran valor y en la que se apoya su planeamiento  táctico. Cualquier Cadete de primer curso de Academia Militar ve cuales son y la importancia de sus ciudades-objetivo junto a  la clara línea del histórico río Dniéper como lugares de decisión a alcanzar. Eso junto a la orilla norte del mar de Azov y mar Negro. Y no retroceder ni un palmo.

Su acción terrestre se desarrolla en varias direcciones de progresión o Ejes de ataque. De norte a sur una es Kiev, ciudad clave para lograr su objetivo estratégico y obtener una posición de dominio a la hora de las negociaciones. Militarmente asediará hasta ver que es lo que más le conviene antes de someterse a una lucha de población, casa a casa, incierta y de enorme desgate moral y físico. Otra dirección está dirigida por el centro, cuyo eje lo marca Járkov, que intenta enlazar con el llamado Eje Azov desde la línea del mar, de sur a norte.  El Eje sobre Donbás apoyará al de Azov y Járkov y, por fin, el Eje de Odesa donde se podría producir un desembarco marítimo.

El Plan hasta ahora se está cumpliendo metódicamente y solo la reorganización, el apoyo logístico y la llegada de las reservas puede retrasar su avance.

EL SUEÑO RUSO: EL MEDITERRÁNEO

Su objetivo es ganar toda la costa del mar Negro (en su búsqueda rotunda: ¡Yallah!) y el este de Ucrania. La ocupación de Kiev será la carta de negociación, donde podría ceder ya que es consciente de la situación que crearía a sus tropas el avispero del oeste de Ucrania, a lo que no estaría dispuesto a enfrentarse, una lucha de guerrillas o permanentes ataques de la insurgencia.

Dominará el mar Mediterráneo, y no habrá Troya que se le resista ni por el norte (el Báltico) ni por el sur (salida al Mediterráneo). Europa atenazada. Es muy sencillo. Del primer curso de Cabo. El Cabo está al mando. Como antaño.

Rusia tiene en contra el flujo logístico necesario para alimentar a sus tropas hasta la estabilización de la ofensiva y consolidación de sus objetivos. Por ello intentará también involucrar sin cortapisas a Bielorrusia. No debemos olvidar así mismo, que en Moldavia mantiene de manera permanente desde hace tiempo un Regimiento paracaidista de tres batallones.

El punto final que se prevé es que Rusia, una vez conquistados sus objetivos terrestres y consolidado su avance, detenga su ofensiva y acepte una negociación en la que impondrá una rigurosa neutralidad de la Ucrania que quede sin ocupar y que Finlandia y Suecia sigan neutrales. Todo ello es muy difícil de conceder, pero peores cosas se han visto a lo largo de la historia.  Eso es todo. Rusia no irá más allá, siempre y cuando le dejen una salida digna para ellos.

Habrá que negociar después; sin olvidar algo tan importante como el Nord Stream 2, declarado en quiebra estos días.

¿PUTIN DERROTADO?

No se monta una acción como la que ha emprendido Putin para ser derrotado y dar marcha atrás. No lo consentirá. Está dispuesto a todo. Es por ello que habrá que darle una salida, una tabla de salvación. «No fuerces a un enemigo que se encuentre en una situación apurada», que podría encontrársela Rusia. Esa es una de sus vulnerabilidades. La tristeza de la batalla ganada.

El relato internacional en su contra, las medidas económicas (son la base de toda la victoria), la pobreza en el interior de Rusia con posibles protestas internas y un Ejército ruso, cansado y con su voluntad de vencer en duda dada la firme oposición internacional y la situación interna de su país, que les afectará, será el enemigo invisible del Putin en guerra. Habrá que dejar una salida al enemigo cercado.

Rusia tendrá que permitir en un primer acuerdo la llegada de ayuda humanitaria, a la reconstrucción y dar garantías de bienestar de los ciudadanos, algo que va a ser muy difícil de conseguir sin someterse a una lucha total por parte de Ucrania.

Sería un precedente muy peligroso permitir que Putin se salga con la suya y no se retire de los territorios ocupados. Nunca lo hará por propia voluntad. ¿Hasta dónde estarán dispuestos a llegar unos y otros? Esa es la cuestión ahora.

Si esto no se detiene a tiempo el coste puede ser tan terrible que mejor no se lo cuento.

El ambiente del que les hablaba es muy tenso y cualquier cosa puede ocurrir.

Desde el punto de vista militar la guerra le va muy bien a Putin. Ucrania sufre las consecuencias de un mundo occidental que habla demasiado, hoy dice una cosa, mañana la contraria. Pero no hace nada.

El instrumento militar no puede estar solo. Falta la acción decidida y fuerte del instrumento social, diplomático, informativo y sobre todo el económico. Son armas que pueden hacer tanto o más que los misiles.

La situación es de enorme gravedad. No debemos permitir que el azar intervenga.

LA AMENAZA DE PUTIN

Amenaza con poner a las fuerzas de disuasión nuclear rusas en «régimen especial de servicio». No debe echarse en saco roto.  Nadie emprende una guerra para ser derrotado.

«La victoria es el principal objetivo de la guerra. Si tarda demasiado en llegar, las armas se embotan y la moral decae. Cuando las tropas ataquen a las ciudades estarán en el límite de sus fuerzas» (Sunzi. El Arte de la Guerra).

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

3 marzo 2022