PÁNICO MUNDIAL. ¿LA BOLSA O LA VIDA? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Siento romper la relativa tranquilidad veraniega y hacer un alto en la parada técnica en la que el blog descansaba, pero el mundo puede encontrarse en vísperas de algo desconocido y mejor es que nos pille a todos confesados como suele decirse.

Podía empezar con la noticia de la caída de las bolsas y cómo el índice del miedo se arrastra de manera alarmante. ¿Recesión? Es la economía compleja que pocos entendemos más allá del fin de mes, pero que sabemos de lo que hablamos porque son índices que mezclados con otros datos a la vista nos avisan de los preludios de guerra.

Nunca, hoy menos, se puede merodear por los Cuarteles Generales de la guerra con las estrellas de general al mando sin estar atento al discurrir de los datos económicos y sobre todo a ese índice bursátil fiel reflejo del miedo ante los acontecimientos.

Si quieren ustedes saber de la guerra no pregunten a un general, sino a un alto mandatario de Nvidia, Alphabet, Microsoft, Apple Meta, Amazon o Tesla. Ellos saben y deciden si Biden, Trump o será Irán la que ataque. Así nos va porque a ello se une que todos nos creemos saber más que ellos y que los generales; en cada uno de nosotros hay una  postura de desdén y aceptación, de soberbia e incompetencia. Nunca ha habido tantos “listos” al mando.

Lean los signos de los tiempos. Aprovechen las vacaciones para observar el panorama que les rodea, comparen y sobre todo piensen.

Por ahora hago un alto para avisar de este preludio bursátil que tendrá consecuencias si antes no hay una portada más agresiva en todos los medios: La guerra. Ya la hay, pero no nos hemos enterado. Necesitamos el titular ¡ESTALLA LA GUERRA!

El movimiento de los portaviones estadounidenses es un inevitable signo:

-USS Geral Ford (CVN-78)

-USS Abraham Lincoln (CVN-72)

-USS Theodorre Roosevelt (CVN-71)

-USS Dwigth D. Eisenhower-69)

Es la mayor concentración de portaviones estadounidenses en una región en la historia. A ello se unen varios destructores y cruceros con capacidad de defensa contra misiles balísticos y un escuadrón de caza. junto al buque de asalto anfibio que transporta a la 24ª  Unidad Expedicionaria de Marines.

El esperado ataque de Irán a Israel complica la situación hasta límites que nos dejan en una incertidumbre muy peligrosa. Irán tiene las de perder, pero antes morirá matando porque se ve derrotada antes de la batalla. Irán no quisiera entrar en un conflicto del que nada obtendría, pero parece obligada a ello y abocada al enfrentamiento cara a cara. Sabe que están provocando su intervención para dejarla fuera de competición y que Hamás ya es insuficiente, Hizbulá tampoco es definitivo, los hutíes de  Yemen no son nadie y los países  árabes de su entorno no cierran filas junto a su postura. Ya solo le queda ir perdiendo terreno día a día. Esperar hasta noviembre y ver por donde respira el Pentágono si es que hay cambio es su mejor alternativa mientras prosigue con su programa nuclear.

Irán es un lobo acorralado que puede saltar sobre su víctima en cualquier momento, aunque muera en el intento no hincará la rodilla por un golpe en el mentón. Puede que lo reciba.

El panorama junto a Ucrania, que es más de lo mismo, no es tranquilizador, Venezuela queda unida a  la situación y Europa se pierde una vez más en un ritual alejado de sus orígenes y dando entrada al virus de su autodestrucción. París junto a Londres son todo un símbolo de la misma moneda que quiere mostrar la cara cuando  ha olvidado la cruz que la sustenta.

Más de 12.000 cabezas nucleares dan sombra al mundo y de ellas más de 2000 están en alerta operativa para ser utilizadas en cualquier momento. Preparadas en misiles balísticos, en submarinos y aviones; también las nucleares tácticas proliferan y hay candidatos a poner fin a la disuasión dando el primer golpe porque saben que no tendrá en principio respuesta.

Aunque sean Rusia y Estados Unidos los que poseen el 90% de todas las armas nucleares, los que las esconden son los más peligrosos y los más dados a que por esas cosas del azar, que es quien mueve la guerra, hagan uso de ellas. Hay ojivas desplegadas y apuntando, listas, para que cualquiera encienda una cerilla y prenda la mecha. Corea del Norte está entre los candidatos con sus cerca de 50 ojivas preparadas. Irán ha roto todos los acuerdos y para nosotros es un misterio el avance logrado en su afán de poseer el arma nuclear. Hasta ahora, que se posean datos ciertos, son potencias nucleares: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte, e Israel.

Es inaudito que cuando se supone que el mundo progresa en convivencia y solidaridad, en derechos humanos, en paz y armonía, resulta que el lenguaje nuclear salta a ser el idioma más hablado. Amenazante.

Pánico mundial entre los que manejan el dinero. Peligro.  No vaya a ser que manejen también las ojivas nucleares, porque antes, no hace muchos años, se podía vaticinar algo sobre las guerras, hasta que llegó un día que alguien, entre los vencedores, que ya tenía la guerra ganada, dio la orden: “6 de agosto de 1945 a las 8:15 horas, un bombardero B-29 llamado Enola Gay lanzó sobre la ciudad de Hiroshima la primera bomba atómica, bautizada como Little Boy. Tres días más tarde, el 9 de agosto a las 11:02 horas, el bombardero Bockscar dejó caer la segunda bomba, llamada Fat Man, sobre la ciudad de Nagasaki”.

¡Qué mala memoria tenemos! ¿O realmente somos malos?

Aquí lo único que importa es la bolsa. No la vida.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

6 agosto 2024

 

 

 

NO ME TOQUES LA BANDERA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

«Cuando los alféreces las llevasen, deben de rato en rato levantarlas, y jamás arrastrarlas, ni dejar que toquen en tierra, porque representan poder real, son instrumentos para dar órdenes visibles. Son señales de la unión y la hermandad que ha de haber entre los que la siguen» (Don Sancho de Londoño. El discurso sobre la forma de reducir la disciplina militar a mejor y antiguo estado).

«Uno no sabe bien lo que es la bandera hasta que la ha visto trepar monte arriba entre tiros, humos, voces, vítores y reniegos, aplastándose, irguiéndose, acezando; entonces ha sentido a la Patria rescatando su propio ser y ha podido explicar lo que la bandera es…» (Jorge Vigón. El espíritu militar español).

Macron asume la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Le han dado un mal consejo o no conoce el espíritu de su pueblo. Su primer guiño europeo ha sido jugar con las banderas. Algo peligroso.

Izar la bandera europea en el Arco del Triunfo sustituyendo a la francesa es una «provocación insoportable».

«¡Presidir Europa sí, borrar la identidad francesa no!» dicen los otros partidos que se hacen eco del pensamiento del pueblo francés. Tan es así que ha tenido que corregir su error y retirar el símbolo europeo por el de siempre, el de la patria francesa, su bandera: «se lo debemos a nuestros soldados que derramaron su sangre por ella». Europa sí, pero Francia delante.

Da la impresión de que mientras más se acentúa ese vendaval antipatriótico, esa imposición globalista que pretende acabar con los símbolos y tradiciones de los pueblos para crear mentes de electroencefalograma plano, manipulables, alimentadas y alienadas al consumo impuesto, más se rebelan los pueblos y aflora su personalidad.

El hombre vive de su historia, su familia, sus símbolos y tradiciones, de sus paisajes y esperanzas, poco amigo de aceptar lo que puede ser el caballo de Troya; delante de sus narices.

Macron está en elecciones y cualquier paso en falso por muy europeo que sea puede costarle la presidencia. Por eso se ha apresurado a rectificar.

El ejemplo de Macron sacudirá a las naciones europeas más afectadas por la presión ideológica, bélica también, y la Unión Europea tiene un grave problema que surge de lo más hondo de su historia. Será difícil construir ese relato impuesto mientras no haya una historia común que la hubo, sí, entre guerras. En frentes tan distintos como el occidental y el oriental.

El Reino Unido da la espalda. Su bandera se iza y envía señales al horizonte: occidental atlántico.

Francia quiere asumir el liderazgo, pero los franceses le dicen a Macron que con su bandera y no otra.

Europa es multicolor y no de pensamiento único, cada nación tiene el suyo.

La bandera no es algo de la extrema derecha (alguien debería explicarme el término en su actual versión), sino más bien algo que tiene tanta fuerza que solo el enemigo de la unidad y la tradición, de la hermandad, puede atacarla, quitarle su simbolismo de unidad y tradición.

La soberanía nacional la ven en riesgo muchos ciudadanos de la Unión Europea cuando unos mandatarios que se creen todopoderosos arrastran a Europa por su ciclo moral más deleznable de la historia.

Poner la bandera de la UE en el Arco del Triunfo y tener que retirarla al momento no es un fracaso de Europa, sino de unos líderes que una vez más nos muestran su incompetencia para la paz y que nos pueden arrastrar, de nuevo, al siglo XX. Todo un acontecimiento político que los define y retrata.

No todas las naciones de la UE están sometidas a idénticos riesgos o amenazas. El enemigo está con el llamador en las manos. Unos lo tienen a la puerta y oyen el toc, toc; a otros le ha entrado hasta la cocina.

Es hora de enarbolar la bandera. Luchar juntos está muy bien y debe ser el presente y el futuro, pero no tiene por qué ser bajo la misma enseña.

No hay símbolos temporales. Los pactos políticos o económicos no sellan identidades nacionales.

Cada nación guarda bajo los pliegues de la bandera su historia y honor.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

4 enero 2021

El retorno a la neutralidad. Salvador Fontenla Ballesta General de Brigada de Infantería (R).

325px-batalladealmansaLa Guerra de Sucesión (1700 – 1713) supuso el final de la política internacional propia e independiente de España. La firma del Tratado de Utrech trajo el advenimiento de la dinastía de los borbones (Felipe V), y con ella la corona española quedó ligada y supeditada a la francesa (Luis XIV) con los Pactos de Familia.

España se metió en una serie de conflicto a causa los citados pactos, y siempre pagó los platos rotos, porque delegó las negociaciones internacionales en el Rey de Francia, que ejerció de cabeza de familia. Las cesiones que tuvieron que hacer los reyes franceses, como consecuencia de los diferentes conflictos en los que intervinieron ambos reinos, de forma astuta y taimada siempre fueron a costa de su aliada y subalterna España. La intromisión de Napoleón en la política interna española, no fue más que una continuidad de esa tradición borbónica. Durante el resto del siglo XIX, fuimos de la mano de Francia y, para sus exclusivos intereses, y participamos como comparsas de los franceses en las campañas de Italia, Conchinchina y Méjico, de las que no sacamos ningún beneficio y sin elevados gastos. La inercia de esta política llegó hasta principios del siglo XX, cuando la nación gala tuvo que ceder territorios a Alemania, para que ésta le dejara las manos libres en Marruecos, a cambio de cederle tierras para colonizar, en el Centro de África, pero Francia compensó parcialmente ésta pérdida de territorios aumentándolos en su Protectorado marroquí, a costa de España.

Esta tendencia se rompió cuando España se mantuvo neutral en las dos guerras mundiales que asolaron Europa, y de cuya política internacional autónoma solo recibió beneficios. Independientemente de algunas peregrinas teorías de historia ficción.

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OTAN

El fin de la Segunda Guerra Mundial trajo un mundo bipolar, que enfrentó a comunistas y anticomunistas. El terror europeo al comunismo impulsó la creación de la OTAN, por la que de hecho Europa se convirtió en un protectorado de USA, en el que delegó su defensa, pilar esencial de toda soberanía. España después de derrotar al comunismo en la Guerra de Liberación (1936 – 1939) y quedar fuera del Telón de Acero, se alineó con las naciones anticomunistas, pero manteniendo un grado elevado de autonomía en la política internacional, como lo demostró en diversas ocasiones.

El ingreso tardío de España en la OTAN, de forma precipitada y sin contraprestaciones, fue anulando de forma progresiva la política internacional de España, y poner los intereses internacionales españoles en manos espurias, como ocurrió en los siglos XVIII y XIX. Así es inconcebible que seamos aliados de Gran Bretaña, que tiene usurpada la colonia del Peñón de Gibraltar, que incumple de forma reiterada el Tratado de Utrech, y niega su devolución, a pesar de las reiteradas resoluciones de la ONU. Y no conformes con tener esa base extranjera, en un lugar tan estratégico y sensible, como es el Estrecho de Gibraltar, sino que de forma gratuita hemos cedido la base de Rota a Usa ¿a perpetuidad? Sin embargo, Ceuta y Melilla han quedado, incomprensiblemente, fuera del paraguas otánico.

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Muro de Berlín

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Submarino ruso en Ceuta

Rusia y España, a lo largo de la historia, han sido naciones amigas y aliadas, porque el paréntesis entre 1939 y la caída del Muro de Berlín en 1989,  es solo una anécdota desde la perspectiva histórica. Ejemplo de lo anterior fue las guerras contra Napoleón, que las dos naciones, cada una desde un extremo del continente, tanto contribuyeron a la salvación de Europa. Ambas naciones no tienen intereses contrapuestos, ni puntos de fricción, lo que favorecen sus relaciones amistosas y de colaboración, y que recuerde España y Rusia nunca han estado en guerra, ni nos ha usurpado ningún territorio, cosa que no se puede decir igual de nuestros vecinos o actuales aliados. Es incomprensible que nuestras relaciones con Rusia estén mediatizadas por las políticas internacionales de Usa y de la UE, como si hubiéramos regresado a los Pactos de Familia y al mundo bipolar, cuando es evidente que, y cada vez más, estamos en uno multipolar. Esta política internacional de España que se elabora en alejados despachos, con intereses espurios y poco claros, perjudica seriamente a nuestros intereses económicos y geopolíticos, como son las restricciones al comercio bilateral, o la imposición de que los buques de la flota rusa no atraquen en Ceuta y Melilla, y mientras tanto los submarinos nucleares de la usurpadora Gran Bretaña, incluso los peligrosamente averiados, lo hacen libremente en el Peñón, que recordemos es además un paraíso fiscal parasitario del Campo de Gibraltar y un centro de interceptación de las comunicaciones, incluidas las nuestras.

Salvador Fontenla Ballesta General de Brigada de Infantería (R).