DE PRESPUESTOS MILITARES Y UMEDIFICACIÓN DE LOS EJÉRCITOS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Diario La Razón. UME unidad militar de emergencias JOSÉ MALUENDA

De moral bien, gracias. No por sus atenciones No gracias a ustedes.

«Tenemos un alto porcentaje de materiales y sistemas inmovilizado por falta de recursos. La inversión en nuevos programas de modernización es necesaria, sí, pero siempre que no vaya en detrimento del mantenimiento del material en servicio».

No lo digo yo. Eran palabras del último JEMAD que recuerdo, general Alejandre, ante la Comisión de Defensa del Congreso. Olvidadas, por supuesto, como manda la santa madre política de los que ni creen en España ni en su Defensa, pero, ellos, viven de ambas cosas y otras también; muy bien. No a la Defensa.

Como decía el poeta Ángel González en sus glosas a Heráclito:

Interpretación del pesimista:
Nada es lo mismo, nada
permanece.
Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:
se hacen las dos con sangre, se repiten.

¿Interpretación del pesimista? Por supuesto que no. Lamento del poeta, que lo dice con la brusca verdad del verso.

Se repetirá. Para evitar tanta sangre que derrama la Historia es necesario verter muchas gotas de sudor en los afanes diarios y eso, bien lo saben los soldados cuando forman ante el monolito a los Caídos, tiene un precio: Presupuestos adecuados y responsables. No hacerlo supone aumentar en caso de conflicto (hoy varios con variados escenarios y actores) el número de bajas.

No disponer de dinero para instrucción, adiestramiento, sin el equipamiento necesario es una irresponsabilidad que se traduce en bajas de personal. Es sencillo de entender. ¿Quieren ejemplos recientes?

No se pueden dejar en el olvido las palabras del que fue máximo responsable operativo de las Fuerzas Armadas. Estamos mal y además hipotecados. Los programas envejecen y nosotros también, y siempre es más de lo mismo: nada. Nos engañan con los Programas Especiales de Modernización que se hacen viejos y nos endeudan tanto que nunca se cumplen y además cuando finaliza alguno, si es que lo hace, hay que seguir pagándolo, está ya caduco, y no es posible iniciar otro. Más tiempo, menos eficacia militar y prolongación de los contratos con la industria. Ese es el truco. Alargar y alargar, envejecer los proyectos.

Para colmo no hay dinero ni para su mantenimiento, cuyas necesidades en el conjunto de las FAS solo pueden ser atendidas en un 50%. Algo así como que en los últimos diez años ha disminuido el adiestramiento de la Fuerza Conjunta en su totalidad, por tanto una menor eficacia del conjunto, y hay un menor número de equipos y tripulaciones preparadas para desarrollar sus cometidos superando el umbral de seguridad.

«Tenemos un alto porcentaje de materiales y sistemas inmovilizado por falta de recursos. La inversión en nuevos programas de modernización es necesaria, sí, pero siempre que no vaya en detrimento del mantenimiento del material en servicio».

Comprendo que volver a plantear el tema es recurrente y cada vez me quedo más solo (en público, porque en privado son muchos los que piensan como yo) cuando mantengo mi postura crítica hacia la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Repito hasta la saciedad que no es contra la unidad actual y sus componentes, que como cualquier otra unidad militar es ejemplar y eficaz. Como lo sería la Unidad Militar contra la Corrupción (no se movería un euro). Rechazo la idea, el concepto de emergencias como misión común y diaria de lo militar, de los ejércitos, que entra dentro de otros organismos específicos para su atención. Claro que lo militar es más barato, los soldados entre ello, y sobre todo es un mundo disciplinado y obediente.

Lo militar en este campo de las emergencias naturales, como toda la vida se ha hecho, ha actuado cuando las capacidades de los organismos encargados de atenderlas se ven desbordados por su magnitud o trascendencia social.

La creación de la Unidad Militar de Emergencias es un capricho innecesario que cuesta mucho dinero y que en definitiva se resta del escaso presupuesto para las unidades de combate.

Lo peor, el gran engaño, es que hay ideología por medio.  El asunto de la Defensa es algo más serio que los vaivenes políticos y los iluminados del poder y el gran riesgo nace de que un individuo de escasas capacidades se meta a reorganizar los ejércitos a su modo y manera sin que sus asesores militares le indiquen sus graves errores y las consecuencias que a medio plazo puede ocasionar. Me refiero al señor Zapatero y a su brillante idea, como todas, de crear la UME, a costa del resto de unidades operativas. ¡Eso así, no, señor presidente!, debió alguien decirle y que todos nos enterásemos.

La recesión en las unidades de combate no se hizo esperar. Ahora para ser militar es necesario estudiar la carrera militar, la de ingeniero y la de técnico en emergencias. Napoleones ni uno, y de historia con saber la del socialismo es suficiente. En definitiva ahora la enseñanza consiste en saber de dónde viene el aire y donde está el sol que más calienta. La política se está convirtiendo en un buen refugio para desanimados y desmotivados intelectuales, incluso uniformados.

No, esto no es Defensa ni este el empleo de los recursos que la Defensa de una nación requiere.

«Todo para la UME», no es el lema.

La Umedificación de los ejércitos lleva a convertir las misiones de combate en oenegés con mangueras, picos y palas, en una pirueta de transformismo militar inédita en occidente.

Occidente empieza a ver que este asunto de la guerra va en serio, aumenta sus presupuestos militares, implanta el servicio militar obligatorio, se especializa y se forma para la guerra del futuro e introduce una nueva visión doctrinal con la «Hipótesis de enfrentamiento mayor». Nosotros, a cambio, bajamos el presupuesto puro y duro para el combate y nos armamos de pico y pala para cavar nuestra fosa (¿defensiva?).

No insistiré más en el tema. Solo conviene saber, estar informado, que para el año 2021 la Unidad Militar de Emergencias será, de nuevo, la niña bonita de los presupuestos de Defensa contando con más militares y más dinero. Lo que se llama «Fuego amigo». Legionarios en retroceso, que cien años no es nada.  En 2021 habrá un aumento del número de militares en la UME y subida de su actual presupuesto. No es baladí y sin duda cuestión más ideológica que de eficacia en la gestión de la Defensa.

Las cifras hablan solas. El presupuesto 2021, sin contar capítulo 1 (personal), es decir referidos a capítulo 2 (gastos corrientes) y capítulo 6 (inversiones) para la UME es de algo más de 40 millones de euros. Para el Ejército de Tierra es de 327 millones de euros; para la Armada 143 millones de euros; y 152 millones para el Ejército del Aire. Si lo comparamos veremos que supone un 12% del presupuesto de Tierra y un 28 y 26 por ciento respectivamente de la Armada y Aire. No es poca cosa, sino un Ejército más a lo que hay que añadir su dependencia que ni siquiera es del JEMAD, por tanto no inserta en la cadena de mando operativo.

Esto se junta con un problema poco analizado: el reparto a lo largo del tiempo del dinero presupuestado, que no llega o llega tarde a los ejércitos o cuando ya no hay tiempo para invertirlo. Un desasosiego constante para los órganos logísticos de los Cuarteles Generales.

De ahí la desconfianza de nuestros aliados en la defensa del sur de Europa por lo que recurren a otros más fiables, no socios otanistas, pero mejor armados. Qué decir de Gibraltar, el ojo del gran hermano británico-americano, con todas las garantías y nula presencia española. O el número «0» que son las veces que un mando militar español ha sido Chairman del Comité Militar de la Alianza Atlántica. Confianza se llama.

La nueva idea de la Defensa en España lleva el camino de ser umedificada en el tiempo y en el espacio. Pura retórica.

Más valdría no olvidar que «La imaginación gobierna el mundo, pero los cañones son el instrumento utilizado por la imaginación para llevar a cabo sus propósitos». ¡Cuánto nos cuesta reconocer los cañones y su munición!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

5 abril 2021

 

 

LA VIDA DE NUESTROS SOLDADOS General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Soldados españoles saltan del BMR

Dos soldados han muerto en Fuerteventura durante unas maniobras al volcar el vehículo blindado medio sobre ruedas BMR que les transportaba: el cabo José Luis León Socorro y el soldado Eynar Esau Mina Lozano, del Batallón de Zapadores XVI con base en las Palmas. Aún resuenan las notas de La Muerte no es el Final tras la muerte del legionario Eduardo García Molinero en Alicante y la del Infante de Marina Antonio Carrero Jiménez en Malí. Demasiadas muertes, ¡tan frecuentes”, ¡tan dolorosas! Adiós compañeros. Las familias rotas y algunos olvidos muy señalados. Fugacidad en el recuerdo y la eterna pregunta: ¿Por qué?

Dicen que es su trabajo -morir no es un trabajo-; nadie dispone de su vida,  pero sí, sí lo es, de él forma parte, el riesgo, la proximidad a la muerte, siempre tan cercana; eso es así, aunque nadie se expone sin motivos. En nuestros ejércitos se acepta sin darle más vueltas, es una vocación de entrega, amparado en una instrucción y adiestramiento excelente y con el material y presupuesto que tu nación dispone, algo que, alegre y callado, tienes que aceptar cuando no resignarte. El alto precio que supone este oficio de soldado queda compensado por una forma de vida plena alrededor de valores como el compañerismo, la lealtad, la honradez, saber que estás en una familia pobre y honrada, con sus defectos y virtudes, pero en tu familia al fin y al cabo, la militar. Por eso cuando entre nosotros se rompe una vida el dolor es inmenso…por un hermano perdido, con el adiós dolorido.

Soldados españoles en afganistán

Sobre el accidente de Fuerteventura decía en este blog el general Coloma, hace muy pocos días, en el visus del pasado domingo: <<Un vuelco de un vehículo es siempre accidental. Las investigaciones en curso determinarán las causas, pero nada hace olvidar que, con un presupuesto adecuado, el blindado que los transportaba ya se habría renovado>>.

En mi artículo dedicado a las palabras del JEMAD cuando recientemente se dirigió a la Comisión de Defensa del Congreso les recordaba la gravedad de las mismas: <<España no invierte en la seguridad global la parte que le corresponde y lo compensa parcialmente tratando de participar en diversas operaciones de mantenimiento de la paz a costa de un gran esfuerzo de sus militares y en cierto modo también a costa de la operatividad global de las Fuerzas Armadas>>. <<Llevamos diez años sin invertir lo que ha creado una situación crítica en las Fuerzas Armadas>>. <<A día de hoy para alistar una unidad o un sistema de armas para un despliegue o una operación determinada hay que canibalizar otras unidades o sistemas de armas que quedan fuera de servicio. Estamos al límite>>.

Y les decía que las recientes y preocupantes palabras del JEMAD reclamando lo que a las Fuerzas Armadas les corresponde para cumplir su arriesgadas misiones, tanto en zona de combate como en España, van a ser portada durante mucho tiempo. Dios quiera que no tengamos que recordarlas cuando ya no haya remedio. Pues hay que hacerlo.

Vehículo Blindado Ruedas-BMR

El BMR es un vehículo viejo, muy viejo, casi 40 años le contemplan, ha dado su servicio después de múltiples reformas, haciendo lo que buenamente se puede, pero hay que pensar en otra cosa. Un vehículo que tiene en su historial demasiados accidentes y que ha costado la vida a muchos de nuestros soldados. El retraso en la adquisición de nuevos materiales, entre ellos el 8×8 (VCR 8×8), sustituto del BMR, solo se explica por la falta de interés – creo que no solo presupuestario-, de adaptar el presupuesto a las misiones actuales, a la realidad actual, a las necesidades operativas y de seguridad elementales, a la modernidad de nuestros ejércitos. No se puede andar elogiando a las Fuerzas Armadas, sacando pecho en desfiles y subiéndose al pódium de los honores y no asumir con responsabilidad lo que tu cargo te exige. Se lleva un retraso en renovaciones y adquisición de nuevos materiales como mínimo irresponsable y el futuro no es esperanzador. Ante la incertidumbre y escasez el Ejército de Tierra transformará 187 vehículos de la familia BMR durante el periodo 2016-2024.

Sabemos lo que nos espera con el presupuesto de Defensa y habrá que empezar a poner las cosas en su sitio y hablar alto y claro. Está en juego la misión y la vida de nuestros soldados.

Ya en 2008 el jefe de la Brigada Multinacional Este de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano, general jefe de la Brigada de la Legión española, le exponía a la ministra de Defensa durante la visita a la Base Miguel de Cervantes, que sus militares necesitan un vehículo blindado nuevo porque el modelo actual (BMR) «tiene muchos años».

Ni pedir ni rehusar. Lo llevamos grabado en el alma de soldado. Pero pedir es la misión más importante que algunos tienen. Diría que incluso exigir. Desde los puestos de responsabilidad hay que exponer la gravedad de la situación, como ha hecho el JEMAD, y tener muy claro hasta donde podemos llegar, decir con rigurosidad y firmeza lo que se puede y lo que no se debe hacer. Tenemos muchas capacidades, pero jamás debemos olvidar nuestras limitaciones y las razones de ellas. Con el presupuesto de Defensa no se juega ni se debe actuar con demagogia ni frivolidad. A ningún jefe se le ocurrirá jamás mandar a combatir a sus soldados desnudos de moral, pero es importante también que no vayan descalzos.

Y decía el Jefe de Estado Mayor de la Defensa JEMAD:  <<Me parece temerario mantener vivo el debate de si hay que invertir en Defensa o en gasto social, me parece temerario hablar de cañones o mantequilla. A mi juicio es un debate injusto e imprudente, probablemente demagógico y algo populista. Hay que invertir en mantequilla, pero también en cañones, porque sin ellos no hay libertad, porque sin ellos no hay seguridad>>.

A ustedes señorías, que escuchan siempre la misma canción, porque no hay otra, es a los que corresponde enfrentarse de una vez por todas a  los graves problemas presupuestarios que existen en los ejércitos de España.

En ello va nuestra libertad, la seguridad, la de todos, y también, no lo olviden nunca, y menos en estos momentos, la de nuestros soldados, la vida de nuestros soldados.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 junio 2018