Dos soldados han muerto en Fuerteventura durante unas maniobras al volcar el vehículo blindado medio sobre ruedas BMR que les transportaba: el cabo José Luis León Socorro y el soldado Eynar Esau Mina Lozano, del Batallón de Zapadores XVI con base en las Palmas. Aún resuenan las notas de La Muerte no es el Final tras la muerte del legionario Eduardo García Molinero en Alicante y la del Infante de Marina Antonio Carrero Jiménez en Malí. Demasiadas muertes, ¡tan frecuentes”, ¡tan dolorosas! Adiós compañeros. Las familias rotas y algunos olvidos muy señalados. Fugacidad en el recuerdo y la eterna pregunta: ¿Por qué?
Dicen que es su trabajo -morir no es un trabajo-; nadie dispone de su vida, pero sí, sí lo es, de él forma parte, el riesgo, la proximidad a la muerte, siempre tan cercana; eso es así, aunque nadie se expone sin motivos. En nuestros ejércitos se acepta sin darle más vueltas, es una vocación de entrega, amparado en una instrucción y adiestramiento excelente y con el material y presupuesto que tu nación dispone, algo que, alegre y callado, tienes que aceptar cuando no resignarte. El alto precio que supone este oficio de soldado queda compensado por una forma de vida plena alrededor de valores como el compañerismo, la lealtad, la honradez, saber que estás en una familia pobre y honrada, con sus defectos y virtudes, pero en tu familia al fin y al cabo, la militar. Por eso cuando entre nosotros se rompe una vida el dolor es inmenso…por un hermano perdido, con el adiós dolorido.
Sobre el accidente de Fuerteventura decía en este blog el general Coloma, hace muy pocos días, en el visus del pasado domingo: <<Un vuelco de un vehículo es siempre accidental. Las investigaciones en curso determinarán las causas, pero nada hace olvidar que, con un presupuesto adecuado, el blindado que los transportaba ya se habría renovado>>.
En mi artículo dedicado a las palabras del JEMAD cuando recientemente se dirigió a la Comisión de Defensa del Congreso les recordaba la gravedad de las mismas: <<España no invierte en la seguridad global la parte que le corresponde y lo compensa parcialmente tratando de participar en diversas operaciones de mantenimiento de la paz a costa de un gran esfuerzo de sus militares y en cierto modo también a costa de la operatividad global de las Fuerzas Armadas>>. <<Llevamos diez años sin invertir lo que ha creado una situación crítica en las Fuerzas Armadas>>. <<A día de hoy para alistar una unidad o un sistema de armas para un despliegue o una operación determinada hay que canibalizar otras unidades o sistemas de armas que quedan fuera de servicio. Estamos al límite>>.
Y les decía que las recientes y preocupantes palabras del JEMAD reclamando lo que a las Fuerzas Armadas les corresponde para cumplir su arriesgadas misiones, tanto en zona de combate como en España, van a ser portada durante mucho tiempo. Dios quiera que no tengamos que recordarlas cuando ya no haya remedio. Pues hay que hacerlo.
El BMR es un vehículo viejo, muy viejo, casi 40 años le contemplan, ha dado su servicio después de múltiples reformas, haciendo lo que buenamente se puede, pero hay que pensar en otra cosa. Un vehículo que tiene en su historial demasiados accidentes y que ha costado la vida a muchos de nuestros soldados. El retraso en la adquisición de nuevos materiales, entre ellos el 8×8 (VCR 8×8), sustituto del BMR, solo se explica por la falta de interés – creo que no solo presupuestario-, de adaptar el presupuesto a las misiones actuales, a la realidad actual, a las necesidades operativas y de seguridad elementales, a la modernidad de nuestros ejércitos. No se puede andar elogiando a las Fuerzas Armadas, sacando pecho en desfiles y subiéndose al pódium de los honores y no asumir con responsabilidad lo que tu cargo te exige. Se lleva un retraso en renovaciones y adquisición de nuevos materiales como mínimo irresponsable y el futuro no es esperanzador. Ante la incertidumbre y escasez el Ejército de Tierra transformará 187 vehículos de la familia BMR durante el periodo 2016-2024.
Sabemos lo que nos espera con el presupuesto de Defensa y habrá que empezar a poner las cosas en su sitio y hablar alto y claro. Está en juego la misión y la vida de nuestros soldados.
Ya en 2008 el jefe de la Brigada Multinacional Este de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano, general jefe de la Brigada de la Legión española, le exponía a la ministra de Defensa durante la visita a la Base Miguel de Cervantes, que sus militares necesitan un vehículo blindado nuevo porque el modelo actual (BMR) «tiene muchos años».
Ni pedir ni rehusar. Lo llevamos grabado en el alma de soldado. Pero pedir es la misión más importante que algunos tienen. Diría que incluso exigir. Desde los puestos de responsabilidad hay que exponer la gravedad de la situación, como ha hecho el JEMAD, y tener muy claro hasta donde podemos llegar, decir con rigurosidad y firmeza lo que se puede y lo que no se debe hacer. Tenemos muchas capacidades, pero jamás debemos olvidar nuestras limitaciones y las razones de ellas. Con el presupuesto de Defensa no se juega ni se debe actuar con demagogia ni frivolidad. A ningún jefe se le ocurrirá jamás mandar a combatir a sus soldados desnudos de moral, pero es importante también que no vayan descalzos.
Y decía el Jefe de Estado Mayor de la Defensa JEMAD: <<Me parece temerario mantener vivo el debate de si hay que invertir en Defensa o en gasto social, me parece temerario hablar de cañones o mantequilla. A mi juicio es un debate injusto e imprudente, probablemente demagógico y algo populista. Hay que invertir en mantequilla, pero también en cañones, porque sin ellos no hay libertad, porque sin ellos no hay seguridad>>.
A ustedes señorías, que escuchan siempre la misma canción, porque no hay otra, es a los que corresponde enfrentarse de una vez por todas a los graves problemas presupuestarios que existen en los ejércitos de España.
En ello va nuestra libertad, la seguridad, la de todos, y también, no lo olviden nunca, y menos en estos momentos, la de nuestros soldados, la vida de nuestros soldados.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
7 junio 2018