COSAS DE LA GUERRA CIVIL. JOSÉ MARÍA PEMÁN RECHAZA EL CARGO DE PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE CULTURA Y ENSEÑANZA DE LA JUNTA DE DEFENSA NACIONAL Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Muchas cosas se han escrito sobre la guerra civil española; alguna jamás saldrá a la luz. En ese afán de reunir el mayor número de datos de fuentes primarias de vez en cuando publicamos documentos que llegan a nuestras manos desde los más desconocidos lugares. Hoy les ofrecemos la carta que José María Pemán dirige al general Dávila, en la que rechaza la presidencia de la Comisión de Cultura de la Junta de Defensa Nacional que presidía el general Cabanellas.

Atención especial se dedicó a la Comisión de Cultura y Enseñanza con la que se pretendía mostrar al mundo la normalidad de la vida nacional en las regiones ocupadas por el Ejército español.

El 18 de septiembre don José María Pemán había dirigido carta a su buen amigo, el general Dávila: «Hace unas horas que hablé con Vd. por teléfono. Poco después recibí noticias del general Varela que me urgían la marcha al frente de Madrid, donde quedé de acuerdo con él para ser testigo y cronista de las últimas operaciones y entrar cuanto antes en la capital para gritarle a España, por la radio, la gran noticia.

Por esto le pongo esta carta: por si en ella, dada la premura de tiempo evito el tener que desviar mi viaje hasta Burgos, lo cual retrasaría mi llegada al frente de Madrid, sin perjuicio, naturalmente, de que si a pesar de estas letras, Vd. quisiere hablar conmigo, no tiene más que ponerme un telegrama que, dado que tardaré aun en salir unos cuatro días, llegaría a tiempo de que yo obedezca y pase por Burgos antes de mi ida al frente… ». El señor Pemán había sido nombrado Presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza y en esta carta se excusaba de aceptarlo:

«Ante todo me preocupa que pueda Vd. creer cuanto le dije por teléfono -y ya había adelantado en Salamanca a Nicolás Franco– era producto de una falsa modestia o mero deseo de esquivar trabajo. Esto último no creo lo pensara Vd. pues entre viajes, conferencias, discursos y artículos de prensa, difícilmente tengo ahora un minuto que no sea empleado en trabajar para esta gloriosa Causa. Mi suplica de ser eliminado del cargo oficial que, haciéndome tanto honor se me ofrece, nace de un honrado deseo de trabajar en lo que verdaderamente me siento útil y eficaz. Creo sinceramente que la adscripción a un cargo oficial y a una tarea burocrática, anularía casi por completo mi labor de propaganda y exaltación de entusiasmo y formación de espíritu patriótico, sin ventaja para nadie; pues yo, detrás de una mesa en funciones de burocracia y detalles, soy una absoluta nulidad. Creo que en esa labor de propaganda, prensa, oratoria, etc., en la que empleo los dones que Dios se ha servido concederme, no puedo ser sustituido por otro. En cambio en la Presidencia de la Junta de Cultura, sí puedo ser sustituido por muchos con grandísima ventaja. Y esto no es solo por la absorción material de tiempo que lleva en sí un cargo de esta especie, quitándolo para toda otra labor, sino por otras muchas cosas que conozco perfectamente por mi ya larga experiencia de hombre dedicado a estas tareas de creación literaria. Primero, un cargo de esta especie engendra, para el que pretende ejercerlo con responsabilidad y escrúpulo, una serie de preocupaciones que anula el reposo necesario para la creación literaria y artística. Yo estoy como todo español ahora  a la orden. Pero sé positivamente que si me llevan a ese cargo, donde otro puede sustituirme, se me quedan por hacer muchos libros y artículos, obras y discursos que me bullen en el alma que creo serán para bien de España y que ningún otro hará. En segundo lugar, yo sé por experiencia todo lo que me cargo así y más cuando su labor de momento ha de ser la de dura cirugía depuradora merma de libertad, independencia y simpatía, para esa función que, como la mía, exige para su eficacia ser escuchado sin recelos, por la mayor extensión posible de personas. Yo he logrado -y en ello cifro la mayor eficacia de mis actuaciones por España- ser oído y leído, sin recelo ni distingo, por unos y otros en mis propagandas nacionales. ¿No le parece a usted que a un cargo como ese debe de ir los que vayan a seguir con todas sus consecuencias ese camino, en la brecha de la actuación pública, y no yo, que por vocación y eficacia, he de seguir otro camino en la vida, al que solo ha de servir de entorpecimiento el breve tiempo que, provisionalmente, me resignare a estar en el cargo? Le escribo a Vd. con el corazón en la mano y sin otro deseo que el de ser sinceramente útil a España en este y en todos los momentos. Yo creo que mis razones le convencerán, y de todos modos le repito que, si alguna aclaración más desease, un telegrama suyo me haría subir a Burgos antes de ir al frente de Madrid. Mi saludo cordial y mi gratitud de todos modos por la honra inmerecida. Suyo afmo. Buen amigo q.e.s.m. José María Pemán».

Es un documento del que se desprenden no solo la renuncia sino que contiene muchos datos sobre el desarrollo de la contienda y aclara la situación general de la guerra tal y como se veía desde el bando nacional.

Les dejo el documento sin comentar para que sean ustedes los que saquen conclusiones. Hay mucho que concluir.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

7 octubre 2021

 

EL TRASLADO DE LOS RESTOS DE LOS HÉROES DE MONTE ARRUIT General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

En agosto de 1949 el general Varela, General Jefe del Ejército de Marruecos y Alto Comisario de España en Marruecos, escribe al ministro del Ejército, General Fidel Dávila Arrondo, comunicándole tener todo preparado y previsto para iniciar el traslado de los restos de los héroes de Monte Arruit, una vez finalizados los trabajos previos para la exhumación de los restos y demolición del monumento que les ha cobijado hasta esa fecha.

El 24 de agosto vuelve a remitir carta el general Varela al ministro en la que le da cuenta de haberse realizado sin novedad el traslado al Panteón de los héroes de las campañas existente en el Cementerio de Melilla.

En su carta el general Varela de puño y letra dice: <<Considero que este cometido ha sido muy beneficiosos pues era un verdadero espectáculo “aquel cementerio de Monte Arruit” que siempre representaba un recuerdo triste de un ataque desafortunado>>.

El traslado se llevó a cabo mediante un estricto <<protocolo>> del que hoy les damos en exclusiva noticias, aportando el documento del mismo.

Elaborado por la 4ª Sección del Estado Mayor del Ejército de Marruecos:

DE LOS ACTOS QUE HAN DE CELEBRARSE CON MOTIVO DEL TRASLADO E INHUMACIÓN DE LOS RESTOS DE LOS HÉROES DE MONTE ARRUIT.

El traslado se llevó a cabo el 20 de agosto de 1949 después de realizadas las gestiones de carácter oficial con las Autoridades Civiles, Militares y de Justicia.

El enterramiento tuvo lugar en el piso de la cripta del panteón dedicado a los muertos en campañas anteriores. En el centro de la cripta figuraba una losa de mármol con la inscripción: <<Aquí yacen los restos de los heroicos defensores de Monte Arruit -1921- Fueron trasladados a este sagrado recinto en agosto de 1949>>.

Los restos fueron conducidos en camiones por la carretera general de Tetuán, recibidos por el Clero Parroquial del Barrio del Real, rezándole un responso, trasladándose después a la Playa de San Lorenzo donde se organizará la comitiva para acompañarlos al cementerio.

La comitiva se organizó: En la Playa de San Lorenzo se transbordó los féretros, en número de doce, a otros tantos armones de artillería engalanados sus tiros con gualdrapas negras. Los féretro irán envueltos en la bandera de España y sobre cada uno irán tres cascos y una corona de laurel.

Abrirá marcha la escuadra de batidores, la banda de música del Tercio Gran Capitán I de la Legión, una sección al mando de un oficial, por cada una de las Armas y Cuerpos: Infantería, Regulares, Tercio, Caballería, Artillería, Ingenieros, Intendencia, Sanidad, Compañía de Mar y Tropas de Aviación, para rendir honores.

A continuación de determinan las comisiones asistentes.

El itinerario seguido: Playa de San Lorenzo-calle del Actor Tallaví-Plaza de España (calzada del Casino Militar)-Avenida del Generalísimo-Plaza del Comandante Benítez-calle del Padre Lerchundi hasta la explanada de acceso al cementerio de la Purísima Concepción.

A la llegada de la comitiva a la explanada de acceso, las Secciones de Honores desfilarán ante los restos de los héroes, y seguidamente los féretros serán trasladados al interior del cementerio por los portadores de las cintas, hasta el Panteón de Héroes, en cuyo lugar, y ante el altar levantado al efecto, se rezará un responso, procediéndose a continuación a dar sepultura a los restos, en cuyo momento, y por la Compañía del Regimiento de Infantería nombrada al efecto, se hará una salva en el lugar de costumbre.

Con este recuerdo elevamos nuestra oración al Cielo en comunión con aquellos que cumplieron con su deber derramando hasta la última gota de su sangre.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

29 julio 2020

EL CNI (CENTRO NACIONAL DE INTELIGENCIA) Y EL REY CATÓLICO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Las claves del Rey y el CNI

Pocos saben lo que el CNI hace y otros, muchos, solo imaginan. Nada sabemos; suponemos. Unas veces bien, otras mal.

Más servicio que secreto, dice su Director. Es indudable lo primero. Lo otro es y no es. Un titular sin más. Lo que interesa es la inteligencia y el servicio. El secreto será el que debe ser; no más.

Por fin hoy se desvela algo de lo que se hace en la Cuesta de las Perdices. Debe ser conocido y elogiado. Nos lo ha mostrado el diario ABC.

El diario ABC nos lo ha dado a conocer

No entendemos por qué se ha utilizado este medio para dar a conocer el descubrimiento. Es tan sobresaliente y destacable lo conseguido por el CNI que bien se merecía una rueda de prensa de su Director para transmitirnos a todos, públicamente, tan magnífica noticia: descifrar el código secreto del Imperio español. La correspondencia entre Fernando el Católico y el Gran Capitán, cifrada a través de un código secreto, ha sido desvelada. Los técnicos en Inteligencia de Señales del Centro lo han logrado. Un reto que les planteó el Museo del Ejército en 2015 poniendo a su disposición unas cartas cifradas entre el Rey Católico y el Gran Capitán. Meritorio esfuerzo que  ahora tiene sus frutos.

Una tabla secreta de sustitución de letras era utilizada entre el Rey Católico y su Capitán para evitar que se conociesen sus mensajes. Hasta ahora seguía siendo un misterio sin desvelar. Descifrarla suponía conocer  algo más que los secretos de la historia del Imperio. Las relaciones personales entre el Rey y Gonzalo Fernández de Córdoba nos acercan al conocimiento y  carácter de dos personajes claves en aquellos momentos de la historia de Europa. Lo han logrado los técnicos del CNI. El desconocido CNI, misterioso, para muchos oscuro y alejado, de repente ha ventilado sus cerradas estancias y el aire de la Sierra del Guadarrama se ha colado por sus blindados laberintos. Hay algo de lírica en el descubrimiento, en la intimidad rota ahora del Rey Católico con su Capitán. También en el gesto de la inteligencia.

No hay nada oculto que no llegue a conocerse. Pero emociona dejar al descubierto un yacimiento histórico y ver correrse una cortina que nos descubre la sensibilidad y poesía de unos hombres que trabajan en la oscuridad y el silencio.

Carta del Gran Capitán (detalle)

Llega el hallazgo en buen momento, se notan los primeros brotes de una primavera de esperanza. Descubrimos que en las catacumbas donde trabaja la inteligencia española además de secretos y servicios hay sensibilidad. Mucha sensibilidad unida a la alegría que han debido sentir cuando han logrado tener en sus manos el secreto de momentos claves de la historia de España, lo que se escribían El Rey Fernando el Católico y su capitán, El Gran Capitán.

Antes del ataque a Madrid en noviembre de 1936 el capitán del ejército nacional Guillermo Vidal-Quadras muere en su carro de combate, un CV-33,  encontrando los rojos en su interior  la orden de operaciones del general Varela, lo que permitió al teniente coronel Vicente Rojo modificar su defensa y hacer frente a los planes de la ocupación de Madrid. Frustración y un cambio radical en la marcha de los acontecimientos.

El secreto es clave en el ataque y en la defensa. Pude hacer variar  el curso de los acontecimientos. El Rey Católico y su Jefe militar lo sabían y practicaban. Hoy con cierto pudor y recato queda al descubierto su relación epistolar. Una magnífica noticia que nos permite estar orgullosos de esos hombres que manejan las secretas informaciones.

Les propongo un juego, un entretenimiento. Entre tanto aburrimiento mediático les mando un mensaje en clave, dicen que esa clave fue usada durante la II GM. Espero que la descifren. Pasarán un buen rato; hagan el esfuerzo y no descubran la solución hasta el final. Tendrán su compensación. Como la ha tenido el CNI, aunque nos lo haya comunicado mediante un medio privado y con poca repercusión mediática.

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Si ustedes lo logran hágannoslo saber a través de los comentarios en el blog. Llegará a mucha gente y será divertido para todos.

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General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 febrero 2018

LA SOLUCIÓN OTRO DÍA