PEDRO SÁNCHEZ SE ENFRENTA A LA OTAN. ¿DORMIRÁ DE UNIFORME? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

España está en ruina. En lo que afecta a la Defensa solo cabe hablar de indefensión armada; la Defensa no existe. Dos ejemplos: nuestros soldados están mal pagados, mal valorados y nunca escuchados. A nadie le preocupan. Segundo: llevamos años, más de diez, incapaces de tener un vehículo de transporte para el combate de nuestra infantería que sigue desprotegida y usando el inadecuado y peligroso BMR, un ataúd andante.

No continúo enumerando las más graves deficiencias cara al futuro para que no me tilden de pesado ya que lo escribo a diario y suelo denunciarlo siempre que me lo permiten. Ahí queda para que sume entre la lista de desvergüenzas y que al menos sepamos de esta  irresponsabilidad y quienes son sus culpables. Sin olvidar lo que siempre anotamos: el futuro de nuestros soldados está sin resolver y conduce al paro.

La ruina española además de moral es económica. Vivimos con una deuda insoportable que ha arruinado además de las infraestructuras vitales y la sanidad algo en lo que debe sustentarse todo futuro y bienestar: la Defensa. Nuestra situación de desamparo, además de lo visto en las inundaciones de Valencia, en el vergonzoso apagón o en el caos ferroviario, (¿cuál será la próxima?), nos lleva a temer lo peor ante el más mínimo arreón armado por el sur.

Nadie debe llevarse las manos a la cabeza si digo que estamos  gobernados (presididos) por unos antimilitaristas entre los que hay de todo. Los que mienten, los que no saben de lo que hablan, los que saben demasiado del enemigo, los que adoptan una postura anti (España), incluso los hay que de armas y su uso saben un rato.

Tenemos una ministra de las armas que de ella dice su jefe que es una pájara y además le afea dormir con uniforme como  hipérbole de su militarismo (?). Nuestra ministra a las armas ahora las llama instrumentos o dice que a Israel no se le compran armas sino para protección de vidas. Nadie le preguntó si son desfibriladores lo que compramos por más de mil millones.

Una cosa cierta dijo dirigiéndose a la oposición cuando le achacó que «tuvieron a las Fuerzas Armadas sin munición, sin instrumentos, sin nada…». No le falta razón, pero entre medias queda claro el lenguaje y su sentido de la Defensa. Ni mencionar las armas, el armamento, palabras prohibidas entre «hombres de paz» aquellos de Zapatero, y que ella sortea llamándolas «instrumentos».

Instrumento son para ellos los soldados. Por eso nada de armas sino un Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa presentado como artimaña para salvar su Gobierno ante la que se le viene encima con el 5% que habrá que sortear en este mes de junio ante la OTAN. Un plan que es una falacia que incumplirá, como todas, no habrá tal plan, sino un arreglo cuando solucionen el lío que tienen organizado en el interior de Indra. Todo quedará en casa si los de la misma y antigua casa se lo permiten. Prisa hay, sí, mucha Prisa, y ellos me entienden.

En junio habrá que dar la cara ante la OTAN y el 5% exigido. Esto no es una broma y tendrán que descubrir las cartas. Ya no sirve esconderse tras la palabrería ni con las burdas maniobras de despiste para mantenerse en el poder. Llega la hora de hablar claro y explicar los juegos de ese PIB del que presume el presidente del Gobierno y que acertadamente le ha dicho la oposición que «el PIB no se come«. Tiene razón porque ahora puede ser que se lo coma a él. Los ministros de Defensa de la OTAN pretenden anunciar antes de la Cumbre prevista en La Haya el 24 y  25 de junio que los países miembros de la Alianza se comprometen a llegar a un gasto del 5% de su PIB de aquí al 2032. España hace agua y no está por la labor. El fondo de la negativa no está en una España solidaria, comprometida, fiable y con rigor en sus compromisos, sino en un Gobierno impropio que solo piensa en su permanencia a base de usar el tipo de armas menos permitido en una alianza: el engaño. Recurrirá a todo tipo de artimañas y por ahora se limita a pronunciar una palabra repetida por sus generales y que pronuncia sin saber lo que dice: capacidades. No al 5%, sino un compromiso valorado en función de las capacidades. Si es así desde luego España es la número uno porque esconde sus deficiencias a base de enviar soldados sin saber a donde ni para qué, sin razones justificadas y sin dar explicación alguna. Y lo más grave: sin capacidades.

Decía el general Alejandre, Jefe de Estado Mayor de la Defensa entre 2017 y 2020: <<España no invierte en la seguridad global la parte que le corresponde y lo compensa parcialmente tratando de participar en diversas operaciones de mantenimiento de la paz a costa de un gran esfuerzo de sus militares y en cierto modo también a costa de la operatividad global de las Fuerzas Armadas>>. Soldados para tapar agujeros.

Nadie puede ni debe dudar de que pertenecer a la Alianza hace que España sea más fuerte y esté más segura. También es cierto que no hemos sabido vender nuestra situación geoestratégica y el potencial valor de nuestra situación en el sur de Europa y el control del Estrecho, junto al valor de nuestras tropas, aunque la política ha jugado con ellas y nos ha dejado muy mal en ocasiones de gran riesgo para nuestros  aliados. Donde las dan, las toman. Nuestro prestigio es escaso y nuestra relevancia nula.

Ya nos conocen. Somos un manso que recurre a la espantá cuando el peligro acecha.

Llega la hora de pasar por caja. Europa está en un mal momento. No es Putin, no es Xi Jinping, no es el cambio climático: es la economía. De normas y a base de funcionarios exageradamente pagados, de políticos enfrascados en el lujo y la hipocresía, de ideologías exigidas como una religión, del mal uso del dinero para el control de las libertades, nos han conducido a la ruina. Ahora ven un momento perfecto para hacer caja: una industria de Defensa que les proporcione pingües beneficios. No es Rusia el temor, son ellos mismos.

Una nación debería ser soberana para que nadie le diga cuanto ni en qué debe gastar para su Defensa, pero cuando se forma parte de una Alianza no se puede vivir de espaldas a ella, tampoco dejarse ningunear, pero sí poner encima de la mesa el sentido común y abrir el verdadero debate que exige saber qué queremos, de quién tenemos que defendernos y con qué. Calidad y cantidad de fuerzas apoyadas en una logística común. No se hará. El debate ahora se centra en el negocio iniciado y en el que España sueña con incluirse sin pagar, cuando su peligro está por el sur donde nadie mira ni a nadie en Europa le interesa. Es propiedad de EEUU y Reino Unido, y a España la han expulsado, abandonado.

El Ejército español es quizá el mejor Ejército del mundo, sin exageraciones, por sí mismo, sin contar armas y municiones. Somos un ejemplo en virtudes y eficacia en lo que es difícil que otro pueda competir. Eso ocurre desde hace tantos años como ejércitos tenemos, y ya nuestros tratadistas militares siempre se fijaron más en la virtud, algo que no ha ocurrido con los de otras naciones, que en los medios y organización, por otro lado históricamente lamentable.

¿Capacidades? Es decir, resumiendo, ahora mismo nuestra Defensa depende de una OTAN a  la que no pagamos y de una nación como Israel de la que nos alejamos después de ofenderla.

Y eso que la ministra duerme con el uniforme.

Un Ejército profesional es muy caro. Las armas lo son. Las coaliciones defensivas son exigentes e interesadas. Las relaciones internacionales marcan el devenir económico y militar de una nación: el futuro y el progreso. Los Ejércitos son cuestión de Estado y no caprichos de partido. La disciplina no lo puede todo.

El capítulo de «Personal» es de una gravedad cada vez más alarmante.. Cada vez se hace menos caso a ello y surgen situaciones que hacen peligrar la principal virtud militar. Los sueldos militares se congelan y olvidan, mientras hay diferencias entre unidades, precisamente entre las de combate y las que no lo son. Una clara brecha abierta en la mayor de nuestras sensibilidades.

Tenemos el mejor Ejército del mundo. No así la mano que mece la Defensa. Grandes dudas entre lo que somos y lo que deberíamos ser. Lo pagaremos todos por no pagar lo que la Defensa exige.

Así no se construye el futuro ni el progreso. Puede que así sea en Venezuela o en Cuba.

Llega la hora de la verdad. O pagas o adiós Europa.

En La Haya, los días 24 y 25 de junio se va a celebrar la próxima Cumbre de la OTAN. Antes, a primeros de junio, se celebrará una reunión de ministros de Defensa de todos los miembros de la OTAN en la que está previsto anunciar ese 5% de aquí al 2032.

El único que no está por la labor es el Gobierno de España. Se enfrenta a la OTAN, a Europa y sobre todo a sus socios de Gobierno. Ese es su temor.

¿Mira que si esto de la OTAN le cuesta el Gobierno al señor Sánchez? ¿O aceptará dormir de uniforme?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

26 mayo 2025

Blog: generaldavila.com  

LA RESACA DE LA CONSTITUCIÓN. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Este artículo fue escrito el pasado mes de febrero. He cambiado el título. No cambio ni una coma más del contenido. Es actualidad y cada día se van cumpliendo sus negros presagios. La sociedad civil asiste a la defunción de la nación española con la misma inoperancia de un rebaño de mansos corderos. El lobo es el pastor y el hedonismo la religión.

A punto de bajarme en la próxima estación doy un aviso: el tren les dejará en un lugar inhóspito y querrán volver a su patria. Será ya tarde cuando amanezcan en la frialdad de los hielos y la incertidumbre de un lugar donde todos serán sospechosos. Solo lucirán las hogueras donde se queman los libros abrazados a la libertad. Los culpables seremos todos por no haber escrito lo suficiente a la vez que abríamos nuestra inteligencia para percibir el daño. Entre imbéciles todos son sospechosos.

Pablo dijo a los de Éfeso

que había que soportar a los imbéciles,

mas Pablo vivió en el mundo antiguo;

no había best-sellers, televisión, periódicos;

no era entonces su consejo

impracticable

(Antiqua imbecilitas. José Jiménez Lozano).

 


Convencidos ­­de que el gran problema del futuro de España eran las autonomías, conocedores de los antecedentes históricos que arrastrábamos, nuestra transición quedó tambaleante cuando unos cuantos sabios elaboraron una Constitución a sabiendas de que tarde o temprano iba a estallar y saltar por los aires llevándose a España por delante. Lo sabían; y si no, es que no eran los más adecuados para semejante labor.

La Constitución de 1978 fue un intento de armonizar sensibilidades opuestas, que traía un mensaje de paz a los hombres de buena voluntad. Pronto se vio que eso, en España, es imposible.

El fanatismo se armó de pistolas que asesinaron a cerca de mil personas para después entrar en la fase del infame olvido una vez que los asesinos han conquistado las instituciones y son apoyados desde el poder establecido con el honroso título de hombres de paz.

Siguiente paso: romper la unidad de España a través del separatismo burgués, agresivo y amenazador, con el apoyo internacional de sectores harto conocidos.

Superada la fase de la violencia física, la de matar (suponemos y deseamos), hemos entrado en ello: consiste en poner cara de buenos y reclamar unos  derechos (¿derecho a decidir?) inexistentes cuya única finalidad es desunir España y acabar con la convivencia. Para ello se abrazan a los que apoyaron -y apoyan- la primera fase y los invitan a su casa a comer en la misma pocilga.

Todo ello, primera y segunda fase auspiciada desde el poder, el que da manejar las instituciones y apoya el silencio de la tibieza cobarde de muchos, por no decir de casi todos. Pocos se salvan de la mediocridad, o traición, con resultados que veremos en muy poco tiempo, menos del que pensamos.

El proceso pronto entrará en su tercera fase: controlar los medios (ya están acabando el ciclo), modificar la Ley (están en ello), legalizar el delito, eliminar esta Constitución que consagra la forma política de la nación como Monarquía parlamentaria. Ni nación, ni monarquía, ni religión; que son los tres grandes retos que afrontan los nuevos estalinianos: Largo Caballero transformado en Zapatero y convertidos ambos en el transformer Sánchez, aderezado, al fin, con dosis de todo pelaje del extremismo comunista. Malas hierbas.

El gran error de la democracia fue: <<Pan para hoy, hambre para mañana>>. Echaron migas a los gorriones que ahora se han convertido en buitres leonados.

El gran error fue de inocencia estudiantil, de desconocimiento de la historia de este pueblo al que el comunismo se le coló de rondón y anda detrás de él como la hiena tras la carroña.

Aquella Constitución se elaboró con un gran error, y no fue el de las nacionalidades del artículo 2, que también, sino el no haber legislado  para evitar que el separatismo renaciese fuerte y seguro en sus aspiraciones. Sabían y sabíamos que esto ocurriría, pero se miró para otro lado para salvar aquel momento. Nadie tuvo el valor y la fuerza de decir y legislar que España es soberana, independiente, que su integridad territorial está por encima de cualquier capricho separatista; así como el ordenamiento constitucional. Decirlo no era suficiente. Había que llevarlo al Código Penal.

Para cubrirse se inventaron el artículo 8. Calmaban, en principio, el arreón que se temía. Creyeron que le daban fortaleza a la unidad de España, a su integridad territorial: <<Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional>>. ¿Y qué?, ¿para qué? De nada sirve. Papel mojado. Una burla constituida tras un juramento: ¡Soldados! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor…! Cumplir y hacer cumplir la Constitución (?). ¿Un brindis al sol? No hay artículo 8 si la voluntad política negocia con la integridad territorial y la unidad de España. Porque como todos sabemos de aquellos tiempos: <<El poder tiene recursos para todo… ofrece muchas posibilidades. Todo el secreto está en saber manejar los dispositivos legales>>. España en manos de los separatistas. La zorra en el gallinero. El dueño de las gallinas tiene escopeta, pero sin munición.

Fue el gran error: no blindar la unidad de España, su integridad territorial, con la Ley, de manera que cualquiera que plantease su ruptura fuese reo de delito. De grave delito. No debería existir un grupo político que desde dentro, cual caballo de Troya, se convierta en destructor de España, que su planteamiento sea la independencia desde el separatismo. Legislar así, penar a todo el que se constituya contra la unidad e integridad territorial, era, es, y debe ser, constituirse en defensa de la unidad de España y su integridad territorial. Se les olvidó a los padres de la Constitución. ¿O no?

Creo que ya es tarde. Vemos que ni el artículo 116, ni el 155; mucho menos el 8, sirven para evitar que la locura separatista-independentista se produzca. De nada nos vale la Constitución si la voluntad política es contraria. Cuestión de tiempo.

Parece que el dicho popular: <<el que hace la Ley hace la trampa>>, en este caso, y en otros muchos, se cumple. De entrada ya están moldeando la ley a su antojo. Sedición, rebelión, como recuerdo de la ley de defensa de la República, al margen de los tribunales. Toda una pieza de legalidad.

De aquellos polvos estos lodos. La casa patas arriba. Menos mal que aún queda algo de casa.

Pronto habrá mudanza. Vayan embalando. Todo consentido, dialogado, aprobado y legalizado.

¡Vaya error! ¿O no? Dijeron y escribieron: España , su unidad como única Nación, independiente, soberana, íntegra territorialmente, respetuosa con el orden constitucional. Se lo dieron como  misión a las Fuerzas Armadas. ¿Para qué? Se olvidaron de la Ley y cualquiera puede predicar, legislar y, desde dentro, hacer lo contrario. Hasta conseguirlo ante la asombrada mirada de los que nos creíamos que la Ley protegía la unidad de España y su integridad territorial.

Ni la Ley, ni los cañones.

«El golpe de estado es el rayo que fulmina antes de que el trueno pueda ser escuchado» (Gabriel Naudé).

¿Oyen algo? Silencio. Sigan esperando. Esto se acaba.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

24 febrero 2020. Hoy peor: 10 diciembre 2020

¡PERROS! CON DISTINTOS COLLARES Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Eran aquellos años de mediados de los setenta.

Después de muchos días, pirineo arriba pirineo abajo, en dura instrucción, y más, nos refugiamos del agua y viento en una borda ocupada por la ferocidad de las pulgas. Hay remedios, grandes remedios para grandes ocasiones, pero no los hay para las pequeñas; como el ataque de las pulgas. Superado a ratos, vi entre los restos del interior un periódico que podía ser de la Guerra del 14. Empecé a leerlo sin mirar, de manera intencionada, la fecha de su edición. Después de cerca de quince días sin oír más allá del Código Q, sus noticias me recordaban El Día de la Marmota. Siempre lo mismo.

Desde la escasez y la soledad, desde la responsabilidad que contraes cuando de tu decisión dependen aquellas miradas que escudriñan el siguiente paso que vas a ordenar, la información varía en importancia y te afecta en mayor o menor medida.

El mundo no es el mismo desde el puesto de vigilancia en primera línea que el que lo analiza traspasada la Casa que vigilan los cañones, ahora leones, de Tetuán.

Aquel viejo periódico hablaba de asesinatos, de la ETA, del terror, y de alguna cosa más para rellenar, porque la información que se repetía era la de la sangre derramada de aquellos inocentes dejados de la mano de todo el mundo. Para mí, entonces, ahora menos, era incomprensible como, con la cantidad de información, datos y señas, que proporcionábamos y que obtenían nuestros compañeros infiltrados, jugándose la vida, aquellos asesinos se paseaban impunemente por España y asesinaban, asesinaban y asesinaban, sin que nadie contuviese aquella matanza.

Llegaron a hacerlo impunemente hasta del Presidente del Gobierno, Carrero Blanco. Luego vinieron las historias: que si Kissinger, los americanos, que si desde dentro o desde fuera, cuando la realidad cada día se afianza más alrededor de unos errores inauditos y de unos desalmados mal (?) vigilados.

Aquel periódico viejo y sucio me hizo durante unos momentos dudar de todo, de lo que hacíamos o no hacíamos, de las órdenes y de las medias órdenes, de la irresponsabilidad que siempre alcanza y mata a los que menos arte y parte tienen. De todos y cada uno de nosotros, porque mientras allí estábamos, otros más importantes, los más, no recibían a los familiares de los asesinados. Todo era una farsa de la que desconocíamos los actores y directores. Aquello nos afectaba directamente a los que estábamos en el monte.

Hoy hasta el periódico ha cambiado. En algo sustancial. Aquellos que asesinaban siguen con el odio en sus entrañas, dicen que no matan, hasta dicen que son hombres de paz, y se les acoge en las instituciones, y dialogan desde el odio y con el arma escondida. Ha cambiado el titular mediático, mientras cambia el titular de España por el de otra cosa. Al final se han salido con la suya. Matando y sin matar. Les da igual. Los mismos perros; distintos collares. Son los que mandan.

Yo, como otros muchos, luché contra la ETA. A otros les han asesinado o arrancado de sus vidas lo que más querían. La ETA sigue en pie. ¿De qué ha servido?

¡Canallas criminales!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

6 septiembre 2020

FUERZAS ARMADAS Y EL ARTÍCULO 8 DE LA CONSTITUCIÓN. UN GRAN ERROR. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Convencidos ­­de que el gran problema del futuro de España eran las autonomías, conocedores de los antecedentes históricos que arrastrábamos, nuestra transición quedó tambaleante cuando unos cuantos sabios elaboraron una Constitución a sabiendas de que tarde o temprano iba a estallar y saltar por los aires llevándose a España por delante. Lo sabían; y si no, es que no eran los más adecuados para semejante labor.

La Constitución de 1978 fue un intento de armonizar sensibilidades opuestas, que traía un mensaje de paz a los hombres de buena voluntad. Pronto se vio que eso, en España, es imposible.

El fanatismo se armó de pistolas que asesinaros a cerca de mil personas para después entrar en la fase del infame olvido una vez que los asesinos han conquistado las instituciones y son apoyados desde el poder establecido con el honroso título de hombres de paz.

Siguiente paso: romper la unidad de España a través del separatismo burgués, agresivo y amenazador, con el apoyo internacional de sectores harto conocidos.

Superada la fase de la violencia física, la de matar (suponemos y deseamos), hemos entrado en ello: consiste en poner cara de buenos y reclamar unos  derechos (¿derecho a decidir?) inexistentes cuya única finalidad es desunir España y acabar con la convivencia. Para ello se abrazan a los que apoyaron -y apoyan- la primera fase y los invitan a su casa a comer en la misma pocilga.

Todo ello, primera y segunda fase, auspiciado desde el poder, el que da manejar las instituciones y apoya el silencio de la tibieza cobarde de muchos, por no decir de casi todos. Pocos se salvan de la mediocridad, o traición, con resultados que veremos en muy poco tiempo, menos del que pensamos.

El proceso pronto entrará en su tercera fase: controlar los medios (ya están acabando el ciclo), modificar la Ley (están en ello), legalizar el delito, eliminar esta Constitución que consagra la forma política de la nación como Monarquía parlamentaria. Ni nación, ni monarquía, ni religión; que son los tres grandes retos que afrontan los nuevos estalinianos: Largo Caballero transformado en Zapatero y convertidos ambos en el transformer Sánchez, aderezado, al fin, con dosis de todo pelaje del extremismo comunista. Malas hierbas.

El gran error de la democracia fue: <<Pan para hoy, hambre para mañana>>. Echaron migas a los gorriones que ahora se han convertido en buitres leonados.

El gran error fue de inocencia estudiantil, de desconocimiento de la historia de este pueblo al que el comunismo se le coló de rondón y anda detrás de él como la hiena tras la carroña.

Aquella Constitución se elaboró con un gran error, y no fue el de las nacionalidades del artículo 2, que también, sino el no haber legislado  para evitar que el separatismo renaciese fuerte y seguro en sus aspiraciones. Sabían y sabíamos que esto ocurriría, pero se miró para otro lado para salvar aquel momento. Nadie tuvo el valor y la fuerza de decir y legislar que España es soberana, independiente, que su integridad territorial está por encima de cualquier capricho separatista; así como el ordenamiento constitucional. Decirlo no era suficiente. Había que llevarlo al Código Penal.

Para cubrirse se inventaron el artículo 8. Calmaban, en principio, el arreón que se temía. Creyeron que le daban fortaleza a la unidad de España, a su integridad territorial: <<Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional>>. ¿Y qué?, ¿para qué? De nada sirve. Papel mojado. Una burla constituida tras un juramento: ¡Soldados! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor…! Cumplir y hacer cumplir la Constitución (?). ¿Un brindis al sol? No hay artículo 8 si la voluntad política negocia con la integridad territorial y la unidad de España. Porque como todos sabemos de aquellos tiempos: <<El poder tiene recursos para todo… ofrece muchas posibilidades. Todo el secreto está en saber manejar los dispositivos legales>>. España en manos de los separatistas. La zorra en el gallinero. El dueño de las gallinas tiene escopeta, pero sin munición.

Fue el gran error: no blindar la unidad de España, su integridad territorial, con la Ley, de manera que cualquiera que plantease su ruptura fuese reo de delito. De grave delito. No debería existir un grupo político que desde dentro, cual caballo de Troya, se convierta en destructor de España, que su planteamiento sea la independencia desde el separatismo. Legislar así, penar a todo el que se constituya contra la unidad e integridad territorial, era, es, y debe ser, constituirse en defensa de la unidad de España y su integridad territorial. Se les olvidó a los padres de la Constitución. ¿O no?

Creo que ya es tarde. Vemos que ni el artículo 116, ni el 155; mucho menos el 8, sirven para evitar que la locura separatista-independentista se produzca. De nada nos vale la Constitución si la voluntad política es contraria. Cuestión de tiempo.

Parece que el dicho popular: <<el que hace la Ley hace la trampa>>, en este caso, y en otros muchos, se cumple. De entrada ya están moldeando la ley a su antojo. Sedición, rebelión, como recuerdo de la ley de defensa de la República, al margen de los tribunales. Toda una pieza de legalidad.

De aquellos polvos estos lodos. La casa patas arriba. Menos mal que aún queda algo de casa.

Pronto habrá mudanza. Vayan embalando. Todo consentido, dialogado, aprobado y legalizado.

¡Vaya error! ¿O no? Dijeron y escribieron: España , su unidad como única Nación, independiente, soberana, íntegra territorialmente, respetuosa con el orden constitucional. Se lo dieron como  misión a las Fuerzas Armadas. ¿Para qué? Se olvidaron de la Ley y cualquiera puede predicar, legislar y, desde dentro, hacer lo contrario. Hasta conseguirlo ante la asombrada mirada de los que nos creíamos que la Ley protegía la unidad de España y su integridad territorial.

Ni la Ley, ni los cañones.

“El golpe de estado es el rayo que fulmina antes de que el trueno pueda ser escuchado” (Gabriel Naudé).

¿Oyen algo? Silencio. Sigan esperando.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

24 febrero 2020