FELIZ NAVIDAD 2020. Rafael Dávila Álvarez

¡Qué momento más difícil! Quiero detenerme en él.

«Que cada cual examine sus pensamientos. Los hallará totalmente ocupados en el pasado o en el porvenir. No pensamos casi en el presente, y, si pensamos en él, lo hacemos solo para obtener de él la luz que nos permita disponer del porvenir. El presente no es jamás nuestro porvenir.

El pasado y el presente son nuestros medios; sólo el porvenir es nuestro fin. Así no vivimos jamás, sino que esperamos vivir. Y disponiéndonos siempre a ser felices, es inevitable que jamás lo seamos».

Permítanme que comparta con ustedes este momento presente recurriendo a Pensamientos,  de Blaise Pascal*. Aquí, ahora, Navidad año 2020, cuando no hay pasado ni futuro.

No nos perdamos en lo que nada es, porque todo en definitiva es nada. Cuando fue y cuando será de poco nos sirven en momentos de tribulación. Estos lo son. Muchas las necesidades que experimentamos y sufrimos, y porque no se da en el mundo poder ni talento ni bondad capaces de satisfacérnoslas.

Me pregunto hoy: ¿Tienen valor estos tiempos? ¿Qué hacer en estos tiempos? ¿Quién soy yo para responder?

Atisbo ahora, sin ayer ni mañana, que es tiempo de algo tan sencillo como un nacimiento. «Dios se enfrenta a los arrogantes, pero concede gracia a los humildes» (Ps 5,5).

En un mundo inhóspito y de codicia, entender que un nacimiento humilde puede cambiar el haz de la tierra es insoportable para la soberbia intelectual. Pero el paso de los tiempos ha visto derruir muchos tronos y cátedras, solo por una razón, que puede ser la razón que se nos escapa: «El que ama es el hombre justo. A este hombre le repugna la injusticia; los que aman y vibran más con la justicia que con el amor son, frecuentemente, injustos, cayendo en el pecado de “amar” a unos y despreciar o marginar a los otros. No saben conjugar en su corazón la justicia y la paz» (solo él sabe por qué y cuándo me lo dijo).

«Y la palabra se hizo hombre, acampó entre nosotros y contemplamos su gloria». Eso es todo, ahora.

Tanta inexplicable sencillez se muestra a diario diciéndonos a gritos: «Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas, y la verdad se busca con la humildad» (Unamuno); cuando llega un momento en el que la razón se muestra en rebeldía y abre el abismo de incomprensión —interrogante de los necios— a nuestros pies. Cuando la inteligencia de los sabios es dar la espalda o, al final, arrodillarse.

Son vanas las esperanzas. Dejar hacer y pasar; cada minuto presente vale más que todo lo pasado y que todo lo que vendrá.

Arrodillarse es una buena actitud, que la tengo por virtud. Si no quieren no recen. Arrodíllense.

La clave no la veo en el entendimiento, sino en el misterio que no puede tener más nombre que el de fe.

En el Libro del Éxodo se nos abre ligeramente la cortina del misterio:

«Déjame ver tu gloria» (Ex 33, 18). «Mi rostro no lo puedes ver» (33,20). A Moisés se le pone en un lugar cercano a Dios, en la hendidura de una roca, sobre la que pasará Dios con su gloria. Mientras pasa Dios le cubre con su mano y sólo al final la retira: «Podrás ver mi espalda, pero mi rostro no lo verás» (33, 23).

¿Tienen valor estos tiempos? ¿Qué hacer en estos tiempos? ¿Quién soy yo para responder?

No terminaba de encontrar el razonamiento exacto; no hay unos tiempos y otros tiempos, solo ahora; nada hay que hacer sino amar; delante de una cuna donde se inicia todo. Y ese amar, que es «mientras pasa», sólo se puede hacer de rodillas.

¡Cuánto tiempo hace que no nos arrodillamos ante lo único que el hombre debe doblar sus rodillas!

Feliz Navidad. Es un misterio. Vivámoslo hoy, ahora, sin tribulación.

*(Estudio Preliminar, edición, traducción y notas de Gabriel Albiac editado por Tecnos; pág. 87).

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

23 diciembre 2020

 

EUTANASIA. EL SOBERANO DE LOS MUERTOS LEGISLA. Rafael Dávila Álvarez

Culpables o no, desde lo oculto nada queda claro y es posible pensar en cualquier cosa. Pandemia, sin horizonte, cada vez más, y aumentan las dudas ¿Fracaso de la ciencia? ¿De la política? ¿Del ser humano? Que de todo hay en la viña.

El caso es que la muerte acecha en el momento que se anuncia la vida.

Este año la estrella se llama duda y a ella miramos. La pregunta no es sobre la duración de la pandemia, ni siquiera sobre el futuro que nos espera. Tampoco es una petición para ir a mejor. Sabemos que todo eso no dará resultado. Seguirá como está, y con la realidad de que las cosas serán como son y no como nosotros quisiéramos que fuesen.

Solo hay una fórmula para salir adelante, individualmente (colectivamente es más difícil, pero posible): esfuerzo y constancia. Esta es una prueba de esfuerzo, de largo recorrido.

¿Qué le preguntaría a la estrella que acompaña a la duda? Llevo años pensando en ello y he tenido la oportunidad de constatar lo que me planteo.

Todo, o casi, lo que nos rodea, nos informan, y aparece en los medios más conocidos, los que crean opinión, está bajo el poder. ¿Quién es el poder?

Lo acabamos de ver hace muy poco. Uno de los grandes medios de opinión ha estado sometido a fuertes presiones económico-mediáticas y han triunfado, como es lógico, las mediáticas, el poder que se esconde y que también es capaz de convertirse por otras vías en económico. Son lo mismo. Es cosa de irse adentrando en los misterios de las cloacas, sus reinos, donde no hay más república que la imposición y el trueque.

El caso es que tengo la certeza de que somos un pueblo mal informado o, lo que es peor, teleinformado, teletrabajado y teleatontado…, en definitiva mediatizado, al que solo falta asentir: ¡como debe ser!

Sin personalidad ni criterio, que queda para los sabios y libres; se cuentan con los dedos de la mano. Oculto está casi todo y lo que se cocina en ciertos lugares es desconocido por la mayoría.

Tan listos y tan bien dirigidos e informados, que hasta somos capaces de legislar la muerte. Por Navidad. Eutanasia. ¿Le ha preguntado alguien sobre un tema de tanta gravedad? Oigo los lamentos de los santos inocentes a los que alguna Institución venerable debería proteger y consolar. O cuidar. Al menos enfrentarse a la muerte y a los que quieren legislarla. Con dignidad, pero con dureza y sobre todo crudeza. No solo de pan vive el hombre. ¿Hay alternativa? Me llega el rumor de los peces en el río. Desde el Canto Once de la Odisea también me llegan voces pavorosas. Sé que son «aladas palabras», pero Homero sigue siendo la primera palabra: cólera, Hades;  y será la última: «Así ellos las exequias celebraban…».

Alguno se ha sentido el Soberano de los muertos.

Cuando acabe la partida rey y peón vuelven a la misma caja. Mientras, que corra el champán.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

22 diciembre 2020

 

VISUS MILITIS 25 de diciembre (General de División Juan Chicharro Ortega) NAVIDAD

Hoy es Navidad y el veterano soldado que pertenece a la estirpe de los que luchaban y morían al grito de “Viva Cristo Rey” conmemora el  nacimiento del niño Jesús y lo hace acordándose siempre de los que menos tienen, de los que sufren, de los menos afortunados.

El veterano soldado sufre viendo la paulatina y subliminal descristianización de nuestra Patria: se derriban cruces, se atacan símbolos, se ofrecen al pueblo conmemoraciones paganas ….etc.

Y desde luego el viejo soldado que sabe de los efectos de la guerra no puede por menos que llenarse de rabia y tristeza cuando ve lo que está sucediendo en Alepo (Siria) donde los grandes perdedores son los millones de ciudadanos sirios que han perdido sus vidas, sus familias, sus trabajos y sus casas. Otros deambulan como zombis en los campos de refugiados de Turquía  o  yacen en el fondo del Mediterráneo y todos luchan desesperadamente por salir de las zonas ruinosas aún en guerra donde son utilizados como escudos humanos bajo los tremendos bombardeos de las potencias implicadas en el conflicto.

¿Y qué hacen las grandes potencias, la ONU y la conferencia de paz sobre Siria ante esta masacre? No se sabe, pero todo apunta a que solo se dedican a discutir y a culparse del caos los unos a los otros.

Hoy es Navidad y momento de acordarse de los desesperados.

General de División (R.) Juan Chicharro Ortega

SIN NAVIDAD EN EL FRENTE. ¡FELIZ NAVIDAD!

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Es Navidad

Esta vez el  frente no es la primera línea de combate, allí donde vigilan nuestros soldados. Esta vez vamos a dar media vuelta para quedarnos mirando a la retaguardia. En el frente no hay duda del tipo de Navidad que se celebra. En la retaguardia las cosas no están tan claras. Se libra una incierta batalla que pone en peligro el sentido profundo de la Navidad.

En aquellos combates corres el riesgo de perder la vida.

En los que aquí se libran tienes el riesgo de perder el sentido de la vida. Todo tiene su origen en una misión cumplida y otra por cumplir. En un riesgo asumido y otro que nadie asume. Allí, aún no hemos perdido ni una batalla, siempre vencedora la dignidad, pero aquí está por ver cuando ganaremos una.

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La Navidad (Velázquez)

Allí te acogen, te esperan y sienten tu protección. Quisieran tenerte siempre con ellos. Aquí, de algún lugar nos han expulsado, con desprecio incluido.

El verdadero sentido de la Navidad significa entrega o disposición permanente, incluso a dar la vida. No caprichosamente, ni con desprecio a la existencia, sino con la trascendencia que implica ir más allá de los límites temporales. La vida por los demás; sin importar qué piensan los demás, quienes son o como viven. Eso es Navidad. Más allá de luces y quimeras. Más allá del corto horizonte que se abre entre las balas y las bombas. Abrirse paso en esos escenarios es en ocasiones más fácil que hacerlo entre la mentira y la venganza, entre el sectarismo ideológico, entre la imposición, entre las balas silenciosas y las bombas que estallan en los conductos que se dirigen al corazón del alma. Bien lo saben los soldados. Cuesta vigilar, cuesta la soledad; sufre la mirada que vigila y sufre el incierto paisaje. Pero hay calor de hogar entre compañeros de armas y sentimientos, entre los mismos pensamientos coincidentes en la profunda Navidad. Nunca hay un soldado solo; no sería un soldado; siempre al menos dos, que son binomio, pelotón, compañía en definitiva.

Irak, Afganistán, Líbano, Malí, Somalia, Senegal, el Mediterráneo, Índico, Turquía, República Centroafricana… ¡Feliz Navidad! Servicio y entrega. Sacrificio, entrega. Una vocación. El Belén les acompañará. La tradición.

Mirar a retaguardia es peligroso y descorazonador. Estos días navideños quisiéramos sustraernos a esa inquietud permanente. No es fácil. Cualquier debilidad es aprovechada. El centinela no descansa y tiene permanente relevo, veinticuatro horas, un año, toda la vida. Centinela alerta que espera la aurora. ¡Gracias soldados!

Desde este blog de veteranos -no estamos retirados del todo ni de todo-,  nos relevamos en la vigía.

A ustedes queridos lectores que en esa vigilancia nos acompañan, cortas se nos quedan las palabras para agradecerles su apoyo con el que esperamos seguir contando desde la humilde sinceridad y el arrogante amor a España.

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¡Vigilantes!

Estemos todos vigilantes desde la atalaya o la cofa.

A todos, soldados y lectores, amigos y adversarios, incluso al que se cree enemigo, desde el corazón y la razón:

¡Feliz Navidad!

Blog: generaldavila.com

(TG. Emilio Pérez Alamán/GD. Rafael Dávila Álvarez/GD.Juan Chicharro Ortega/GB.Adolfo Coloma Contreras).