¿GENERALES? MEJOR DIRECTORES GENERALES. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

Ser general no es lo que parece. Puede que sea muy importante en ciertos lugares, no en el Ejército. Aquí, donde la más principal hazaña sigue siendo obedecer, sin límites, surge la ironía en eso de que sea la principal hazaña obedecer. No faltan razones. Cuando Calderón escribía esos versos bien sabe la historia que las cosas eran muy distintas. Hoy es mucho más difícil sobre todo cuando se ordena lo que no se cumple y así se desordena lo mandado.

El mérito de obedecer es el resultado de una eficiente y dura formación. Nada peor que ese mérito se haya transformado en sumisión que conlleve el incumplimiento de las razones del espíritu militar, una religión de hombres honrados. Y pobres en su mayoría.

En su libro Arte del buen mandar español el general Bermúdez de Castro cuenta la anécdota del General Castaños que fue a cumplir al rey Fernando VII vestido con pantalón de dril, chupa blanca y sin abrigo en un día muy frío del mes de marzo. El rey le preguntó cómo iba vestido de verano con aquel tiempo tan infernal y el Duque de Bailén le contestó: «Señor, la última paga que cobré es la de junio; así es que yo estoy viviendo en verano».

¿Cobra mucho un general? Pues como todo y todo, depende. ¿De qué depende? Del ministro, del presidente, del general, de la OTAN… yo que sé. Puede que sea cosa de Trump o del 2% o de la guerra o de la paz.

Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?».

«Contentaos con vuestra paga», dice San Lucas que así respondió San Juan Bautista. (Lucas 6,10). Pues a callar. Pobres y silenciosos.

Me pregunto si alguno de los versos de Calderón deberían de ser cambiados.

…honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido

Éramos pobres, pero con dignidad. Se nos pedía y dábamos lo que no teníamos. Nada tuvimos, más que España, muchos hijos, cambios constantes de colegios, inadaptación y rechazos en ciertos lugares (de España, ¡Ay si yo les contase!), de un lado para otro; abre casa, cierra casa, curso de esto, curso de lo otro. Para vivir lo justo, a veces ni eso.

Claro que cuando se dan cuenta del cuento los que de él viven, se echan cuentas y estas no salen. A ellos, a los que fijan la norma, les sale barato. No se libra ninguno del constante mal hacer y deshacer las cosas de la milicia. Desde el del piano hasta nuestros días, unos con más notoriedad que otros, pero iguales al fin y al cabo.

Leo en un periódico de ámbito nacional el titular que encabeza un artículo: «El Gobierno permite las puertas giratorias a decenas de jefes militares«. No sigo leyendo.

Como nos ilustra el general Bermúdez de Castro en su obra Arte del buen mandar español la palabra general aparece en el siglo XVI, pero su significado, sus atribuciones y deberes, son tan antiguos como la guerra. <<Lo mismo que se llama estratego entre los griegos, cónsul con los romanos, duque en los godos, cabdiello en el primer periodo de la Edad Media, condestable en el resto de la Edad Media y capitán al finalizar esta>>.

El capitán y el cabo eran los mandos principales que agrupaban desde las mesnadas a las compañías y posteriormente a las colunelas transformadas en coronelía de donde surgió el coronel.

La coronelía en Italia se dividía en compañías mandadas por capitanes. Fue Gonzalo Fernández de Córdoba el capitán de estos capitanes por lo que para distinguirlo de ellos le llamaron general porque los abarcaba a todos.

Puertas giratorias fue un invento de un ministro de Defensa que quiso que todo girase a su alrededor y se rodeó para tal hazaña de fieles generales que alcanzaron la gloria. En las empresas o instituciones cercanas. Inteligencia le llaman. Todos sabemos de quienes hablamos. Lo institucionalizó el pesoe que agradece los clamorosos silencios y es muy de la energía eléctrica que fluye por los enchufes.

Claro; así se entiende que el significado de «general» en el Diccionario de la Real Academia Española en su primera acepción sea tan claro: «Común a todos los individuos que constituyen un todo, o a muchos objetos, aunque sean de naturaleza diferente». «Común, frecuente, usual». En definitiva lo que nos viene a decir es que «General» es lo más común. Por tanto no está de más girar en torno a ese torno que una vez fuera te introduce en un mundo nuevo con una pasta gansa donde el correaje se cambia por chaqueta hortera y corbata llamativa, más hortera si cabe.

Siempre me sorprendió una encuesta que nos hicieron siendo alumnos en la Escuela de Estado Mayor. El grueso de la encuesta era que explicásemos las razones de haber elegido la carrera de las armas como forma de vida. Éramos oficiales de todos los países, incluso no pertenecientes a la OTAN, como Corea del Sur o Venezuela. Los españoles, todos, unían sus respuestas, por encima de cualquier otra, a la vocación de servicio a la Patria. Los oficiales del resto de naciones también, pero no como primera razón, sino detrás de un puesto de trabajo, de un sueldo o de labrarse el futuro. Nos estamos europeizando. Por eso Calderón no estuvo en la OTAN y le sobra algún que otro verso.

En el Ejército español la vocación ha impulsado el oficio de las armas, pero las armas no siempre han sabido corresponder al sacrificio de sus soldados. Se ha manipulado la información con una vida regalada de prebendas, de economatos y del casi todo gratis, cuando ha sido una profesión mal tratada siempre; repito: siempre.

Este periódico nacional que publica eso de los militares y las puertas giratorias, cita a algunos, pero se olvida de otro(s) ya que no es cosa nueva, de ahora. Es antiguo como el paso dado por aquel que  dijo lo de  «morir antes que matar» con tal perversidad que hundió el oficio.

Llevamos tiempo oyendo hablar de equiparación salarial entre las Fuerzas de Seguridad del Estado, de las Policías Autonómicas, pero nadie habla de la equiparación salarial de las Fuerzas Armadas.

Nadie habla de los sueldos militares fuera del ámbito castrense, no interesa, no hay sindicatos, pero la ministra conoce de primera mano el problema. Eso es seguro. Que le importe es otra cosa. No hacen ruido.

¿Equiparar?, ¡claro!, todos somos iguales, desde la ministra al cabo de guardia, aunque no son equivalentes sus trabajos.

En el tema de los soldados la equiparación empieza porque al cumplir los 45 años ya no me sirves. Te quedará el paro y, si acaso, tendrás una medalla (no pensionada).

Resulta, siguiendo el escalafón, que el Sargento de la Guardia Civil Jefe del puesto de Torrejón cobrará  más que el Capitán del Ejército del Aire que está de Alerta en la pista de la Base Aérea, a escasa distancia del anterior, pero con una responsabilidad ¿equiparable?

Resulta, que hay suboficiales que se apuntan a las pruebas de acceso a la Guardia Civil por una entendible y sencilla razón: 700 euros (más) mensuales.

Resulta, que hay capitanes, jefes de compañías, con experiencia de combate, idiomas, vocacionales, curtidos en unidades especiales, valor reconocido, que han sido captados por grandes empresas, esas que todos ustedes pueden imaginarse, las mejores, con carácter internacional, y a las que no accede cualquiera. Les contratan como directivos y les pagan lo que valen, que es mucho. No son las empresas de las puertas giratorias de nuestros políticos sin mérito.

Todo esto va a suponer la pérdida de un activo de profesionales, los mejores, que buscarán alivio a su situación hartos de agradecidos masajes y penurias en casa.

La Ministra actual y la anterior conocen el problema, al detalle, con datos, explicado hasta la saciedad.

Está entendido. ¿Olvidado? Soldados, suboficiales, oficiales, hartos de palabrería, y aburridos de ver como la política se mete en sus entrañas buscan su porvenir justo y equitativo; no equiparable. La ministra de Defensa, mientras, pasea sus elogios a los soldados, hace demostraciones de su moderación y equilibrio; mientras traga con los insultos de su presidente y hace como que no oye.  A los soldados menos. No son industria rentable.  La realidad es dura e incuestionable.

San Juan Bautista, cuya festividad celebramos pronto, hoy cambiaría su discurso: Dad a cada uno lo que se merece.

Nadie habla de los sueldos militares fuera del ámbito castrense, no interesa, no hay sindicatos, pero la ministra conoce de primera mano el problema. Eso es seguro. Que le importe es otra cosa. No hacen ruido.

Desde general hacia arriba todos lo hemos hecho unas veces bien otras mal. Resultado: regular.

Esperemos que la llamada cúpula militar, JEMAD y JEME,s. sigan en la exposición e insistencia de este grave problema ya que, -utilizando ese idioma tan ajeno al nuestro-, son los únicos <<representantes sindicales>> que tenemos.

Pues eso dice el periódico de ámbito nacional: «El Gobierno permite las puertas giratorias a decenas de jefes militares».

¡Es que  somos tan pobres! que comparamos entre ser general o Director General. Lo segundo.

Rafael Dávila Álvarez General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

19 mayo 2025

 

 

 

 

 

CUANDO NO HAY ÓRDENES SURGE EL DESORDEN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Documento de trabajo hecho sobre la marcha según la información recibida

Las órdenes son la columna vertebral de un Ejército. No ordenar es desordenar y hacerlo tarde o mal es perder la batalla, incluso la guerra.

En la catástrofe de Valencia nunca hubo posibilidad de victoria, aunque es hora de preguntarnos si esta lucha contra la naturaleza pudo afrontarse en mejores condiciones. Va siendo momento del análisis aunque todavía no se haya resuelto la mayor parte de las tragedias personales. La Administración es lenta y desmemoriada y por ello creo necesario antes de que pase demasiado tiempo pensar en voz alta y enumerar aquello que desde el frío análisis pueda servir para próximas, que las habrá, tragedias. Nunca hablaremos de victorias porque después de una batalla perdida nada hay más triste que una ganada. Aquí siempre se pierde. ¿Pero se pudo y puede hacerse algo más y mejor?

La actuación de las Fuerzas Armadas ha sido impecable, dando un ejemplo de lo que significa «cumplirá su deber, obedecerá hasta morir» y «no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos». Ese espíritu del Credo de la Legión, hoy base de la formación y actuación de nuestros soldados, resume el sentir de todos y cada uno de ellos.

Todo funciona bajo un estricto control que se estructura con los mimbres de la obediencia y disciplina bajo una entrega absoluta confiada a la preparación para cumplir con el deber, sea este cual sea, dentro de una cadena jerárquica que funciona con pocas alteraciones bajo las órdenes del mando, órdenes que han de ser claras, que se entiendan, que se cumplan, que cada uno sepa lo que se le pide, y si es posible, por qué se le pide.

Así de sencillo: solo hay que ponerla en funcionamiento con una orden. Esa es la clave. El resto funciona con un rigor y eficacia sorprendente. Incluso ante un problema difícil, cuando no puedes consultar, se confía en la intuición, pues cuando se conoce el oficio y se está identificado con él, la intuición te marca el camino a seguir. No hay nada peor que el pánico o la inacción.

El día 29 de octubre a las 15.59 horas la Comunidad Valenciana solicitaba el despliegue de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Esta unidad, actualmente, no depende operativamente de la cadena de mando militar , sino que lo hace directamente del titular de Defensa, es decir que está fuera de la estructura de las Fuerzas Armadas, actúa como mando independiente, un cuarto mando desmarcado de la estructura de mando: Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) como Mando operativo, y los jefes de Estado Mayor de los ejércitos y Armada, JEME, AJEMA y JEMA.

A esa hora de ese día un elemento de reconocimiento de esta Unidad de Emergencias se trasladó en minutos a la zona solicitada, Utiel-Requena, y dada la situación la jefatura de la UME decidió enviar 100 soldados que al llegar comunicaron situación de alto riesgo.

El general de la UME hizo uso de sus herramientas como son la Alerta Temprana y el Despliegue Adelantado que le permiten alertar a sus unidades desplegadas en Valencia, Sevilla, León y Madrid. Al atardecer, ya cercanas las 21.00 horas la Comunidad Valenciana solicitó la intervención de la UME en toda la provincia de Valencia. La noche del día 29 de octubre no hubo más presencia militar en la zona y fue cuando se activaron elementos exclusivamente de la UME, no otras unidades militares, para trasladarse a la zona de la catástrofe. Próximo al amanecer del día 30 se enviaron las instrucciones de coordinación para que las unidades de la UME desplegasen sobre puntos concretos del terreno. Lo hicieron cerca de 1200 soldados de Emergencias con su material específico y 2 de sus helicópteros.

La Directora General de Emergencias y Protección Civil se encontraba volando hacia Brasil.

A estas horas y dada la magnitud de la catástrofe desde la jefatura de la UME se empieza a solicitar ayuda a los ejércitos que según el jefe de la UME directamente él lo solicita al JEMAD y JEME,s. Esta ayuda en principio se limitó a varios helicópteros que se incorporaron a las labores de búsqueda, rescate y transporte además de un equipo de coordinación aérea.

El día 30 de octubre es la Unidad Militar de Emergencias la que sigue actuando y llevando el peso de la actuación militar sin que todavía se haya producido intervención de unidades pertenecientes a la estructura de los ejércitos, salvo los mencionados helicópteros. Están trabajando en la zona alrededor de 1200 soldados de la UME con sus medios más el apoyo de los helicópteros.

Así llegamos al día 31 de octubre sin variaciones al margen de las que suponemos que con toda seguridad tomaron los jefes de los ejércitos alertando a sus unidades por si se ordenaba su intervención. La situación no era para menos.

En ese momento muchos no damos crédito a lo que veíamos y escuchábamos. Era evidente que la situación se había desbordado y los servicios civiles de emergencia e incluso la UME eran insuficientes para controlar aquel escenario caótico. Solo había una solución que había que tomar con urgencia:  la intervención de los ejércitos. Era cuestión de vida o muerte.

Ante la urgencia ese día 31 a las 18.30 horas publico en este blog  un llamamiento por si alguien lee: «No hace falta ser muy listo para darse cuenta de la necesidad de desplegar unidades militares en ayuda de la población y su infraestructura en las comunidades afectadas por la tormenta llamada DANA. Hace falta alguien que mande y ponga tranquilidad y eficacia en tanto desastre.

Desde un principio, como toda la vida se hizo, las unidades convencionales de los ejércitos, por número y organización, son las que pueden mantener calma en la tragedia, llegar a los recónditos lugares, retirar, desescombrar, organizar una situación caótica. No sé a qué esperan cuando tanta prisa se dan  para enviarnos fuera, al extranjero.

Esto se hizo siempre, pero de un tiempo a esta parte parece que lo militar es mejor desmilitarizarlo. No es momento de discusiones políticas, tiempo habrá, pero suenan demasiadas voces irresponsables ofreciendo lo innecesario ahora y que en lugar de dar tranquilidad exacerban a la gente que sufre. Siento no tener edad para ponerme al frente de un pelotón, pero les aseguro que los únicos que pueden acelerar los tiempos y aliviar los sufrimientos son las unidades militares que cuentan con el personal idóneo, los medios, el talante, las ganas y la eficacia.

Den las órdenes y desplieguen las unidades militares necesarias si quieren llevar alivio y tranquilidad a la zona. Siempre se hizo así y la historia habla del alivio y el sosiego que produce la presencia de un soldado.

¿Por qué no se hace? ¿A qué esperan?

Esto es una guerra con graves consecuencias. Mientras más tarden peor. No digan que no se les avisó».

De inmediato me llegan noticias: 500 militares más se sumarán mañana (ya día 1) a los 1200 desplegados en la zona. Son las 19.15 horas del día 31.

Más de 48 horas desde el comienzo de la tragedia.

Informan que ha sido muy doloroso ver que pese a que lo han ofrecido la Generalitat Valenciana «les relegó a Utiel. Ahora quieren al Ejército».

Todo queda dicho. ¿Después de 48 horas? Cuesta creerlo y la impresión que recorre las unidades es de que llegan tarde. Es una Emergencia nacional, es necesario un mando único, una coordinación que no hay. Lo que se encuentran no es una emergencia, sino una catástrofe comparable a una guerra que ha desolado población e infraestructura. Ya no hay enemigo a quien batir, sino destrucción y muerte, solo queda ayudar en lo que se pueda y levantar el ánimo en medio de la desolación que a cada minuto se transforma en indignación.

La tragedia sigue. Ahora hace falta comprobar minuto a minuto lo ocurrido y asumir responsabilidades, pero sobre todo poner soluciones que no sean culpar al cambio climático cuando los muertos ya no pueden preguntar ¿por qué?

Nivel 3, Emergencia nacional, mando único, coordinación al más alto nivel. Cuantas preguntas a las que responder. ¿Política o ayuda?

Desde el punto de vista militar es necesario un juicio crítico y extraer las lecciones aprendidas: se ha llegado tarde. Otro porqué. Grave.

Sin ánimo de reproches es evidente que la situación estuvo en manos políticas y la Administración no hizo uso de las capacidades disponibles. Es de esperar que fuese error u omisión sin mala  intención porque desde un principio se vio la gravedad de los hechos y la misma emergencia civil o militar se vio desbordada y sin capacidades para enfrentarse a aquel monstruo.

Lo militar estaba expectante y dispuesto. Seguro que avisaba y alertaba.

Hay que revisar los protocolos de actuación de la Unidad Militar de Emergencias, su dependencia y mando que debe integrarse urgentemente en la cadena de mando militar. Hay un mando operativo militar que todo lo coordina y esta es la ocasión. No estaría de más revisar los planes y métodos en emergencias y traer a colación los que durante toda la vida se llevaban  a cabo desde los mandos regionales antes de crear la UME.

Cerca de 8000 soldados en la zona de la catástrofe más los apoyos obligados que deben prestar a sus tropas los Cuarteles Generales de los ejércitos requieren un esfuerzo operativo y logístico que habrá que analizar y que desde luego no se mandan desde la estructura de una unidad de emergencias. No es la vía telefónica la solución, sino la previsión de los apoyos y el mando único y coordinado de toda la estructura militar bajo su cadena de Mando operativo. La coordinación de algo tan grave se escapa no solo a una unidad de emergencias  sino también a su mando y Estado Mayor. Esto no es una emergencia, sino una devastación como en la guerra.

Se ha puesto en tela de juicio la coordinación de las administraciones, que muestran su agotamiento y colapso, la mala intencionalidad política, pero también es manifiesto que hay fallos en la actuación militar y no precisamente por los ejércitos, su Mando y sus unidades, que han demostrado sus capacidades y entrega absoluta más allá de su deber, sino por la injerencia de la política en el mando militar.

Es hora de asumir responsabilidades políticas con la honradez que requiere aceptar haber sido incapaz de dirigir y coordinar  la reacción a una tragedia para la que en teoría estábamos preparados. Sumidos en el caos.

«La negligencia individual provoca un perjuicio colectivo, y la diligencia propia produce un triunfo colectivo» (Alejandro Magno).

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

18 noviembre 2024

Blog: generaldavila.com

 

 

¡GIBRALTAR ESPAÑOL! ¿LA MONCLOA? Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Vuelve el grito: ¡Gibraltar español! A los de por allí les ha sentado peor que perder la Eurocopa: con España. Andan los ministros británicos y el albar español en negociaciones de escasas blancuras y transparencias. En el Palacio de La Moncloa tampoco ha gustado mucho el gran mensaje porque sonaba como algo así: ¡La Moncloa española!

En otros lugares próximos se preguntaban, nos preguntábamos, nos preguntaban, preguntábamos: ¿Qué está pasando en La Moncloa?, porque anda todo revuelto y ha habido comparecencias silenciosas y paseíllos ante la justicia sin la liturgia debida. No todos somos iguales en las formas que en ocasiones tienen mayor valor que el fondo. No hay acusaciones que progresen ni juzgado capaz de dictar sentencia contra los ciudadanos de La Moncloa. Todo depende de lo que diga el Constitucional convertido en consultorio particular de la democracia española: “Lo dice el Constitucional”, una sucursal de Palacio, del Consejo de Ministros, un ordeno y mando, una interpretación (y puesta en escena) que cualquier día nos obligará a conducir por la izquierda de acuerdo, según ellos, con lo que dice el texto Constitucional.

Han interpretado en su escenario mediático: “no hay causa”, ERE,s. no, y ya veremos cuando le llegue lo de Gibraltar, que le llegará.

Todo ello cuando desde la magistratura del Alto Tribunal (?) alguien dice: “Dan cobertura legal a una trama criminal”. ¿Se ha vuelto loco o los peligrosos son los que dicen lo contrario y no ven el delito cometido? Peor es lo de los españoles que seguimos tan veraniegos y vacacionales ante tal escándalo, el ataque a la Justicia, a sus sentencias, y aquí no pasa nada.

La indignación recorre el camino que va desde Moncloa a Gibraltar, pasando por Despeñaperros donde ya están haciéndose fortificaciones ante la inevitable invasión.

El gran problema es Gibraltar, pero ahora se le une otro peor: La Moncloa no es territorio español porque ha sido ocupado después de la firma de un tratado algo así como Putrech, donde no se trata de un aeropuerto ni de un istmo sino de toda España. Podrida, putrefacta, Puigdemont, Pedro, Pumpido… Putrech.

¡Gibraltar español! no era por haber ganado la Eurocopa. El drive de algunos jugadores ha sido más bien “España”, porque ella lo es todo, somos todos, la unidad de España no se negocia, representamos a España, a su bandera, su himno y su Rey, su unidad sin concesiones, desde Canarias pasando por Ceuta, Melilla, Peñones; Gibraltar, Baleares, Cataluña, País Vasco y ya sabe la lista entera de españoles, millones, llámense Dani Carvajal o Lamine Yamal. Ese era el gesto en La Moncloa, todos gritábamos con la educación del silencio ante la mala educación de los hechos que desde allí se consuman. El pueblo es sensible, mira y señala.  porque razones hay para ello: ¿La Moncloa española?

Claro que el grito sonó en cada rincón y hasta la UEFA, que aún recuerdo aquello de Unión de Especuladores de Fútbol Asociación, investiga lo de ¡Gibraltar español! Les ha dolido y más: preocupado a los infiltrados especuladores.

Lo de Gibraltar es un escándalo, pero lo es tanto o más convertir el centro de la política española en otro lugar parecido donde se hace de todo menos unir a la nación bajo una única bandera. La selección es un símbolo más de la unidad de España, popular, de este pueblo que grita ¡España, España, España!, tres y treinta tres veces tres y que con la sabiduría que le da la Historia ve los desvaríos y el peligro que existe y allí donde lo percibe muestra su gesto y sin palabras lo dice: ¡La Moncloa española!

Por supuesto ¡Gibraltar español!, aunque eso suponga el fin del negocio de muchos de los golfos que se unen  al grito. A cualquier grito que desvíe la mirada sobre ellos.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

22 julio 2024

Blog: generaldavila.com  

 

GUERRA EN UCRANIA 11. ARMAMENTO PARA UCRANIA: SEAMOS SERIOS. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

En Ucrania hay una guerra muy seria en la que Europa (el mundo) está jugándose su futuro. Es una guerra donde se combinan las más avanzadas tecnologías para matar de lejos más y mejor, donde se miden ideologías y orden mundial, y donde se enfrentan voluntades de signo tan distinto como la libertad y la opresión. Nos jugamos mucho. Todo.

Es también una guerra de armamento, de todo tipo de armas, algunas hasta ahora desconocidas y que convierten el territorio bélico en un laboratorio para la industria armamentística y para los ejércitos. Tan importantes son los generales como esa industria.

Ucrania no es una chatarrería que es con lo que parece que alguno la está confundiendo. Si has de dar algo debes seguir la máxima de no dar a los demás lo que para ti no quieres; a no ser que sea al enemigo al que le surtas de tirachinas.

Es una incalificable postura hacerse ver como apoyo al sufrido ejército ucraniano, a su pueblo, en guerra y abrir la chatarrería en un acto de grave irresponsabilidad.

Los que algo sabemos de estas cosas no dábamos crédito al ver en imágenes televisivas a los camiones transportando los arrumbados M113 (TOA,s.) españoles camino de Ucrania para combatir en la guerra. No. No es el material adecuado —como no lo es el BMR para nosotros y que seguimos utilizando…— ni lo son las ametralladoras (AMELI) que hemos enviado ni los supuestos Leopard que están ahora bajo cuidado intensivos.

Todo ello es fruto de algo denunciado por los mismos que ahora alzan los brazos en demanda de seriedad para las Fuerzas Armadas y que jamás se preocuparon de equipar al ejército español adecuadamente. Por ejemplo el Señor Borrell que ahora clama contra Europa: «Confiamos nuestra seguridad a los Estados Unidos y nuestra comodidad y bienestar a Rusia y China, y ese mundo ya no existe». Pues claro y no había que ser ministro ni PESC para darse cuenta. Solo haber hecho caso a los que saben del asunto.

En la guerra la única voluntad que tiene valor es la de vencer para lo que hay que demostrar disposición y firme postura sin engaños para la galería.

La política ensucia aún más la guerra. «Sí se puede». Han tenido el descaro de proclamar y actuar contra toda norma de convivencia y apoyo al necesitado.

Cuando no se puede, nobleza y dignidad obligan a decir «no se puede; hasta aquí puedo llegar, porque no voy a buscar en los cubos de la basura para darte alimentos caducados».

Arreglar el desaguisado de la escasez, antigüedad y poca eficacia de nuestros materiales de guerra no es tarea fácil y por mucho que se haya subido el presupuesto de Defensa no cubre los mínimos necesarios para dar y tomar.

La política enreda la guerra, la hace «sostenible», la prolonga, y las batallas suelen perderlas, en esta moderna forma de guerrear, los políticos y las económicas posturas que están vaciando los depósitos de materiales inservibles y convirtiendo los campos antes de trigo en una gran chatarrería que hará las delicias de los que se dedican a la rapiña del material de guerra.

Lo malo es que hay negocios más macabros, tanto o más que el de chatarrero, que se alimentan a diario: buitres. La Ilíada es terrible antecedente:

«…mientras que, numerosos, los corceles

de cerviz estirada arrastraban

los carros con estruendo crepitantes

vacíos, por los puentes de la guerra,

a la vez que echando iban de menos

a sus aurigas limpios de reproche;

ellos, empero, en tierra yacían,

mucho más agradables a los buitres

que a sus propias mujeres»

(Ilíada. Canto XI. 160)

Aquellos campos antes de trigo y maíz ahora sangran heridos por las chatarra bélica.

No es necesario explicar por qué esas imágenes que hoy protagonizaban las portadas (los TOA,s. españoles camino de Ucrania) no eran las más edificantes para una nación que quiere ayudar a un pueblo en guerra. Cualquier información en la red les explicará que ese material ya no circula por donde la guerra se extiende, no resiste la prueba de pasar por los túneles de Cantabria. La RENFE se ha equivocado; como nuestro Gobierno con el «Sí se puede» y el engaño de una «guerra sostenible». No caben en un conflicto como este. ¿Las quejas al maestro armero?

Si no se puede al menos se tiene la dignidad de decirlo y avergonzarse. Los que antes desvistieron a nuestro Ejército y los que lo ahora lo desvisten. Todos culpables. Por ese gálibo no pasa tanta desmesura.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 febrero 2023