CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO DE LA CAMPAÑA DE MELILLA. ANNUAL 1921 Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El General de Ejército D. Amador Enseñat y Berea, recién nombrado JEME. ha querido que su primer acto de carácter militar sea el homenaje a los miles de soldados que lucharon y murieron dando su vida por España en la Campaña militar de Melilla en 1921 de la que se celebra el Centenario. Un Centenario que había pasado desapercibido institucionalmente y que ahora se recupera en una ceremonia celebrada en nuestra eterna ciudad de Melilla y que a pesar de la poca repercusión mediática queremos resaltar aquí porque: es la conmemoración de mayor relevancia militar de todo esta año 2021 que termina.

El pasado sábado día 17 el nuevo Jefe del Ejército de Tierra presidió en Melilla el homenaje para corroborar que la historia militar la componen y la estructuran nuestros soldados y por tanto seguimos fieles a nuestras Reales Ordenanzas: «Los miembros de las Fuerzas Armadas se sentirán herederos y depositarios de la tradición militar española. El homenaje a los héroes que la forjaron y a todos los que entregaron su vida por España es un deber de gratitud y un motivo de estímulo para la continuación de su obra».

Hace ahora cien años muchos de nuestros compatriotas regaron con su sangre la seca y correosa tierra rifeña donde el deber les exigía aguantar el silencio de aquella incomprendida misión que les llevó a un final aún inexplicado e inexplicable.

La conmemoración militar tiene algo que va más allá de la historia y de las opiniones. Significa que el recuerdo a los que cayeron en el campo de batalla permanece en los anales de su historia y en nuestros corazones a base de recordar los hechos y transmitirlos como enseñanza y ejemplo.

Hace unos meses escribía un artículo sobre el homenaje que un español, en solitario, en La Coruña, rendía honores a los héroes de Annual depositando una Corona de rosas blancas a los pies de la bandera de España que se iza en la antigua Capitanía General. Expresé mi admiración a aquel español al que luego tuve la oportunidad de conocer personalmente: Francisco Vázquez de la Iglesia; y escribí aquello también con un reproche dirigido al olvido, a aquellos que deberían recordar institucionalmente los hechos y no lo hicieron.

Hoy tengo que mostrar mi alegría, la de soldado, y con ello me llega el recuerdo de las primeras estrofas del Himno de Infantería

Ardor Guerrero vibre en nuestras voces

y de amor patrio henchido el corazón

entonemos el Himno Sacrosanto

del deber, de la Patria y del Honor.

¡Honor!

Por fin se ha rendido el debido homenaje institucional y restituido la memoria de aquellos que murieron cumpliendo su deber. Hay España por la que rezar y a la que defender. Solo con un gesto se puede hacer más que con mil campañas de desmemoria.

Permanezcan en nuestro recuerdo aquellos que en los confines de la tierra su último suspiro fue un Viva España para morir por España.

Elevemos nuestra oración por ellos.

 El toque de oración inicia el vuelo

y hay en las últimas luces del cielo

algo invisible que nos acompaña,

como si en la quietud de los soldados

estuvieran aquí formados

todos los que murieron por España”

(Coronel Luis López Anglada)

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

18 octubre 2021

 

 

¿CÓMO AFECTARÁ EL CORONAVIRUS AL CENTENARIO DE LA LEGIÓN? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La pregunta se la hacían recientemente al Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME) que además fue Jefe de la Legión.

La respuesta fue clara, concreta y concisa (demasiado):

–Sigue en pie. Vamos a seguir cancelando las actividades programadas para antes del verano y, si la situación vuelve a la calma, esperamos reanudar las actividades previstas en septiembre para celebrar el centenario de esta unidad.

Otra de las preguntas de interés recibió el laconismo de la incertidumbre.

–¿Recibirá La Legión la «Laureada de San Fernando», la mayor condecoración militar nacional?

–Pues la verdad es que no lo sé. El expediente se depositó en el Ministerio de Defensa hace cinco años y ya es un tema que está en el nivel de la decisión política. A mí no me corresponde opinar ni decidir sobre este aspecto.

Es decir que lo del coronavirus se ha contagiado al Centenario, que nadie sabe como ha sido ni será.

Vamos a ver mi querido general. La decisión política mucho tendrá que ver, porque sin duda lo tiene en todo. Aún recuerdo como fue la concesión de la Laureada al Regimiento de Caballería Alcántara porque lo viví muy de cerca. Seré lacónico yo también.

Estaba encima de la mesa, en discusión, la Laureada Colectiva al Regimiento de Caballería Alcántara por su acción heroica en la retirada de Annual (1921). Estaba el parecer positivo de tu homólogo de entonces; estaba el informe preceptivo y positivo de la Real y Militar Asamblea de la Orden de San Fernando y de su Soberano Su Majestad el Rey. Se mandó la propuesta al ministerio de Defensa, a la ministra, del Partido Socialista, y dijo: ¡No! Con rotundidad. Había un Asesor Jurídico General en Defensa cuyo informe era el alegato para el no, por una ley que prohibía abrir expedientes de laureadas, que nada tenía que ver con el caso, y que él mismo opinó lo contrario cuando se concedió.

Entonces se buscó el procedimiento de la espera. Tuvo que cambiar el Gobierno y el titular de Defensa para que se dijese: ¡Sí!

Fue una de las primeras propuestas que se hizo al ministro de Defensa del Partido Popular. El impulso Real fue decisivo. Se concedió.

Meter a los héroes en rencores y luchas ideológicas está muy feo. Y al final todo se sabe.

Por eso, mi querido general, estoy de acuerdo, y mi lacónica historia lo corrobora, que la Laureada a la Legión ya es un tema que está en el nivel de la decisión política. Tienes razón. En lo que no estoy en absoluto de acuerdo es en que no te <<corresponde opinar ni decidir sobre este aspecto>>. Opinar es evidente que te corresponde ya que de ti ha salido la propuesta y debes impulsarla con tu opinión; decidir no te corresponderá, pero insistir y saber por dónde van los tiros creo que es un deber. ¿Qué no los quieres contar? Quiero pensar que lo sabes, pero la natural prudencia te hace mantener silencio. Estoy seguro que está concedida y que será una sorpresa. Más bien diría un obligado reconocimiento a cien años de historia al servicio de España regando con su sangre la Bandera: la más gloriosa.

Nada de favores, sino cumplimiento de un deber años olvidado. Estas cosas no deberían ser una decisión política partidista sino consensuada.

¿Del Centenario? Pues nos quedamos como estábamos. Sin saber nada, algo normal en una España en la que nadie sabe nada. Casi nadie.

¿Por qué tantos silencios? ¿Un exceso de prudencia no es la mayor de las imprudencias? Ni la menor duda.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

24 mayo 2020

DIVIDE ET IMPERA COSAS DE LA LIBERTAD General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Un periódico de tirada nacional…

Hace unos años un periódico de tirada nacional mantuvo una permanente guerra abierta contra el Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME) y contra el mismísimo Ejército de Tierra. Toda la información era para desprestigiar la persona del Jefe del Ejército o dar noticias negativas sobre la Fuerza. La mayor parte de las informaciones eran falsas o, peor, medias verdades. Para orientarles y situarles en el tiempo les daré un ejemplo.

El diario en cuestión se empeñó en difundir que la Unidad de la Legión que fue a Perejil perteneciente al Tercio Duque de Alba de guarnición en Ceuta tuvo problemas con los legionarios de religión musulmana al negarse estos  a ir a cumplir esa misión. Absolutamente falso y sin base alguna. Esa noticia que el diario basaba en informaciones del ministerio de Defensa la habían sacado de un periódico marroquí muy ligado al Partido Istiqlal. Es solo un pequeño ejemplo, pero hay muchos más. Los ataques contra el JEME eran de tipo personal y con mala intención.

Ante tales hechos incomprensibles el Jefe del Gabinete de Comunicación del Ejército, con la debida autorización, invitó al periodista que habitualmente daba las noticias militares a un almuerzo.

Todo quedó meridianamente claro.

La publicidad en los medios

El ataque estaba dirigido por el director del periódico cuyo apodo no voy a dar para evitar pistas. He decidido contar los hechos sin nombrar a los protagonistas mientras no sea necesario.

Resulta que el Jefe del Ejército había tomado la decisión de retirar las esquelas de militares fallecidos de ese periódico y por lo visto aquello era un quebranto para el diario. Así que ni corto ni perezoso, sin previo aviso, declaró unilateralmente la guerra mediática al Ejército y a su Jefe.

¡Pero hombre! ¡Haberlo dicho antes! Convertir las defunciones en un combate tan sucio no merece la pena. Así que, arreglado el asunto. Se vuelven a poner las esquelas y el muerto al hoyo y el vivo (en este caso el director del periódico) al bollo.

En fin, simple anécdota ¿o no?

Era una época en la que empezaba la guerra mediática por el poder. Divide et Impera. Larga ha sido hasta conseguir el objetivo. Se concentra el poder después de derrotar por inanición (publicidad) a los pequeños y todo queda en manos de los poderosos. Pastel repartido. Si nos ponemos a analizar de qué vivimos y de qué nos informan, la cosa se ve meridianamente clara. 1 y 2 prácticamente no cuentan, aunque una de ellas nos reconforta después de comer. 3 y sexta luchan amistosamente con 5 y cuatro. Detrás se sitúa la información en  papel que queda relegado al deporte y a números repartidos por los centros oficiales.

Así se resume el nuevo poder, el de siempre, pero bajo el severo control de muy pocos que mantienen entre ellos un equilibrio vigilante. Detrás viene un interminable ejército de digitales que se pierden en la división y en cortos titulares sin el apoyo de la artillería ni aviación.

Estamos bajo la dictadura de lo que nos quieren contar y como contarlo. Pactan, aprueban, facturan, dialogan, mientras el infante, el de a pie, se somete a sus decisiones con el único valor de una esquela en blanco pendiente de rellenar. Incluso dan a conocer e impulsan a ciertos personajes. A la vista está.

Las televisiones concentradas en dos poderosos ocupan todo el espectro de gustos e ideologías mediante canales extremos.

Las televisiones concentradas y abarcando espectros extremos

La información es poder. Sin duda. Lo vemos a diario. Concentración de las televisiones en dos. Ocupan todo el espectro de gustos e ideologías mediante canales extremos. El dinero les apoya, es el suyo, el que guardan y protegen como esqueleto de su sistema. Crean y destruyen en función de sus intereses ¿solo económicos? Los intelectuales no ‹‹molan›› porque su jerga no se entiende. Un diario deportivo sigue siendo el más vendido, aunque poco, como todos, pero es el índice de nuestras preferencias.

¿Qué nos queda? Les invitaría a apagar el televisor y volver a los clásicos.

Sigo apostando por lo que siempre nos decía mi abuela: ‹‹niños leed que los libros son pan››.

Para unos el pan son los libros mientras que para el poder somos simples esquelas… de las que se alimenta. Despachos ocultos, oscuras programaciones, poderosas conversaciones. Desde sus púlpitos predican el valor moral y material. Lo mismo venden una hipoteca que te dan un mensaje sobre cómo enfocar vida y sentimientos. Buscan uniformidad, un único pensamiento.

Apaguen el televisor… y lean

Divide et Impera se resume en 3, cuatro, cinco y sexta. Mangueras de la información.

¿Qué pensarán ese 20-30% de la España silenciosa que no vota y cada día está más rebotada?

Solo sé que cada día somos más y la calidad aumenta en silencio.

Todo, dicen, está en los libros. Yo añadiría que es bueno que cada uno elija los suyos y no siempre dejarse guiar por lo que lo que desde los púlpitos del poder te recomiendan. Esto pasa con los libros y con la vida en general.

Son cosas de la libertad.

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

28 junio 2017