GUERRA EN UCRANIA 6. DISTINTOS CRITERIOS SOBRE EL APOYO A UCRANIA. General Dávila (R.)

El momento actual de la invasión de Ucrania es complejo y de difícil análisis. ¿Qué va a ocurrir de aquí a medio plazo? La información mediática es una calamidad y poco fiable. A pesar de ello cada vez hay más informantes de uno y otro lado que crean un importante estado de desinformación y desinterés por el tema.

Hoy se reúne en la base militar de Ramstein, Alemania, el Secretario General de la OTAN con el Grupo de Contacto para la defensa de Ucrania que lidera Estados Unidos para analizar los próximos apoyos militares a Ucrania. El fondo de la cuestión son los carros de combate Leopard, aunque yo iría más lejos, más al fondo, donde nos encontramos con la postura dudosa de Alemania desde los comienzos de la guerra. Alemania sin duda va a dar el sí a los carros de combate Leopard, como se aprobarán otros apoyos que en cantidad y calidad, tantos que asustan y pueden llevar la guerra a una escalada impredecible.

Carros de combate Leopard, Challenger, AMX-10RC, incluso carros T-72; cohetes Brimstone, artillería autopropulsada de diversos calibres, vehículos blindados de transporte de tropas, baterías de defensa aérea Nasams y Patriot, vehículos de combate de Infantería, munición de todo tipo, radares y hasta helicópteros.

Después de Ramstein otra guerra dará comienzo.

El preludio ha sido Davos, foro económico y en el que de manera evidente se ha plasmado lo que llevo sosteniendo hace tiempo: la guerra ya no es política, la ha superado el poder de la economía (El nuevo arte de la guerra, editorial La esfera de los libros). Por cierto esa foto en Davos del presidente español rodeado de algunos de los egos del poder económico escenifica muy bien la guerra que hay tras las bambalinas.

Es ese poder el que decidirá cuándo y cómo se acabará la guerra.

Emmanuel Macron que es político, de la alta escuela francesa, pero poder económico, puesto por y para ese poder en Europa, lo tiene tan claro que lo expone con cierto nihilismo postural que queda muy bien: «Crisis del sistema capitalista financiero mundial» y se queda tan ancho. Lo dice en una entrevista en El País que le hace Javier Cercas donde pretenden analizar la guerra a base de teorizar sobre Europa y el mundo sin aportar ni una sola solución más allá de la conocida retórica que evita responder a la pregunta: ¿Por qué la Guerra?, en la que se analicen algo más que los hartamente conocidos puntos de la desigualdad, el clima y la transformación tecnológica.

Javier Cercas y Macron presentan a toda plana una extraña entrevista que no pasará a los anales de la historia periodística ni política. Mejor haber hablado de la unidad de Europa y las inciertas posturas de los cada vez más componentes de una Europa amenazada y donde Francia no parece que vaya a liderar nada de lo que pretende. Llega tarde, como siempre. De Portugal a Polonia hay una distancia que ahora debe medirse con la regla militar y los ángulos en milésimas artilleras.

Cierto es lo que dice el presidente francés: «La respuesta (a la guerra) es una Europa soberana económica, tecnológica y militarmente», pero nada y guarda la ropa porque esa postura debería haber empezado hace mucho tiempo sin zancadillas ni la proverbial soberbia que lo evitó.

En Davos y Ramstein se debaten los mismos intereses. Se están jugando mucho; los ataques con el dólar no han sido suficientes y hay que hacerlo con las armas de manera definitiva. Los cañones no contaminan ni calientan la Tierra, solo matan de lejos.

Macron entra al debate cuando recuerda aquello de «poner a Rusia de rodillas…» y, después de dejar claro que en su postura no hay ambigüedad alguna, pide «mantener la capacidad de dialogar».

Macron no ha estado en Davos; bastante tiene en París y en su interno y oscuro pensamiento.

En Suiza se reunían Jefes de Estado, de Gobierno, banqueros, ministros de finanzas, investigadores, ejecutivos, dueños de la información y de las armas; un poco de todo. Pero faltaban muchos. Las ausencias eran más notorias que las presencias. De la economía a la guerra. Lo que tenemos delante es la guerra, las armas, y un indescifrable mensaje del oráculo de Delfos. Será en Ramstein donde hable el oráculo, aunque su mensaje suele ser críptico.

Miren por donde: de Davos a Ramstein, del idioma económico al de las armas.

¿Qué va a ocurrir de aquí a medio plazo? Putin no lo sabe. Biden tampoco. Macron y Javier Cercas se quedan en la portada y poco más.

Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN, al menos da una pista a la que agarrarnos: «Lo que los ucranianos logren en la mesa de negociación dependerá de su fuerza en el campo de batalla. […] Las armas son, de hecho, el camino hacia la paz».

No habrá paz sin un fuerte apoyo militar detrás de los negociadores, pero eso será una paz amenazada y eso no es paz.

Nadie sabe nada, pero el final se pierde en este incierto horizonte donde nadie acuerda nada más allá de su ombligo.

Rafael Dávila Álvarez. General (R.)

Blog: generaldavila.com

20 enero 2023

 

 

 

«SI QUIEREN CHOCAR, ESTAMOS LISTOS. SI QUIEREN COOPERAR, ESTAREMOS ENCANTADOS» Rafael Dávila Álvarez

¿Dónde hay que firmar?

El noruego Jens Stoltenberg no es un general, no sé ni siquiera cómo le fue el Servicio Militar, que en Noruega es obligatorio entre los 19 y hasta los 44 años, con una duración mínima de 12 meses. Lo que sabemos es que el noruego desde hace ya unos cuantos años (2014) es Secretario General de la Alianza Atlántica (OTAN), la mayor y eficaz organización defensiva mundial hasta ahora conocida y experimentada. Su mandato ha pasado por momentos muy difíciles en los que el mismísimo presidente de los Estados Unidos de América le ha puesto alguna zancadilla. Él, impertérrito, ha seguido su camino orientado por las estrellas (militares) ya que no dispone del sol mediterráneo. Si algo le ha caracterizado, y aupado casi a ser un líder para las Fuerzas de la OTAN, ha sido su firmeza.

El pasado martes día 16 el diario El Mundo nos ofrecía una entrevista con Jens Stoltenberg en calidad de Secretario General de la OTAN que debe ser meditada y que, si fuésemos razonables, debería ocupar lugar preferente —y referente— en la actualidad. Breve, pero contundente. Clarificadora de algo tan simple como las amenazas a las que nos enfrentamos: «Ahora tenemos ciberamenazas, terrorismo, campañas híbridas, desinformación, poder chino y ruso y, además, pandemias».

Hecha la recomendación voy a prestarme a la pirueta literaria y aprovechar sus palabras frente a la amenaza, para lo que ha desplegado la OTAN sus tropas frente a Rusia. Un despliegue militar se efectúa ante una posible agresión y desde ese momento en el argot militar el amenazador es el enemigo. En ese periodo amenazante se puede hablar, dialogar y hasta llegar a acuerdos, aunque siempre sin bajar la guardia. La OTAN despliega frente a Rusia.

Eso es lo que Stoltenberg nos explica:

– El diálogo con Rusia tiene que basarse en la fuerza, en la firmeza. No podemos ser inocentes, nunca hay que ser naifs sobre las intenciones de Rusia. Pero, dicho eso, tenemos que hablar con Rusia.

Queda claro. Al menos en mi pirueta solo cambio Rusia por la amenaza a la unidad de España y le recomiendo al que es presidente del Gobierno, por imperativo legal, que tome nota y aprenda cómo hay que responder a los que intenten romper con la unidad de España, a los que amenacen a España: «Si quieren chocar, estamos listos. Si quieren cooperar, estaremos encantados».

No hay ninguna contradicción entre disuasión y diálogo. Creo en la necesidad de mandar un mensaje claro. […] Pero no debe haber el menor resquicio para el error, para los malentendidos, para las dudas, los errores de cálculo: estamos listos y con las capacidades, la voluntad, la fuerza para proteger y defender a España y su unidad. Esa es la mejor forma de mantener la paz. No podemos permitir el menor error, que se subestime. Y sobre esa base podemos hablar y con suerte mejorar nuestras relaciones. Ligeros cambios que introduzco, y ustedes entenderán, en las palabras de Stoltenberg.

Más claro no se puede ser. Es la ley y la fuerza. Debería tomar nota ese a quien le están traicionando y rompiendo la nación que preside. ¿O es que se ha dejado abierta la puerta sin querer queriendo?

No había más forma de combatir: con leyes o con la fuerza. El equilibrio entre ambas mantiene la armonía. Política y Milicia deben seguir el mismo camino, se necesitan, si se repelen se obligan a estar siempre vigilantes una de la otra.

¿Diálogo? Siempre; mucho; constructivo. Presidido por la Ley; y el centinela en la puerta.

El Secretario General de la OTAN da la clave del futuro: lo inesperado.

Cualquier cosa puede pasar, sobre todo la que menos esperas. Dentro de la OTAN, muy dentro, también.

Si quieren chocar, estamos listos. Si quieren cooperar, estaremos encantados.

Hago mías sus palabras.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

18 febrero 2021

GUERRA FRÍA EN EL ÁRTICO General de División de Infantería de Marina (R.) Juan Chicharro Ortega

Ártico

El pasado mes de noviembre en un Foro de Seguridad habido en Halifax (Canadá) el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha abogado por la creación de un Mando de la Alianza con responsabilidades en el Océano Glacial Ártico con la finalidad de vigilar y monitorizar las acciones militares de inteligencia rusas así como contrarrestar las acciones de control de las líneas marítimas y comunicaciones por parte de Rusia. La administración Trump ha acogido esta iniciativa con agrado e incluso prevé aportar al efecto barcos, aviones y submarinos así como la ubicación del cuartel general de este Mando en suelo norteamericano.

La razón de este interés radica en el sentir norteamericano de que Putin va más allá de lo deseable en el control estratégico del Ártico que a modo de ver de los EEUU utiliza  fundamentalmente como santuario de sus submarinos nucleares y a tal efecto está creando una importante estructura militar de apoyo; cierto es que en el 2015 Rusia creó un Mando Ártico al que ha dotado de medios como campos de aviación e infraestructuras consecuentes. En definitiva, a los EEUU no les gusta nada esta aparente hegemonía de Rusia en el control de una zona considerada de interés estratégico que se acrecienta con la disminución real de la capa de hielo.

Reivindicaciones en el Ártico

Lo que está pasando es que como consecuencia del calentamiento global el deshielo se está produciendo a mayor velocidad de la inicialmente prevista. Así es, la superficie actual helada abarca unos 4,2 millones de kilómetros cuadrados lo que supone nada menos que el 50% de la que había en 1972. Tremendo. Si se mantiene este ritmo de deshielo los científicos calculan que en el año 2100 ya no habrá hielo. Esta situación pone sobre el tapete problemas relacionados con la libertad de navegación pero sobre todo por los recursos naturales que allí hay. En efecto, sucede que, conforme a datos existentes, bajo las aguas del Océano Ártico se encuentran el 22% de las reservas de hidrocarburos mundiales. Ahí es nada.

El océano glacial Ártico es el más pequeño y más septentrional de los océanos del planeta. Rodea al Polo Norte y se extiende al norte de Europa, Asia y América. En la actualidad está considerado territorio neutral y puesto bajo el control de la ONU desde 1996. Para ejercer ese control existe un Consejo Ártico cuyos miembros son Rusia, Canadá, Estados Unidos, Dinamarca y Noruega que tienen costas limítrofes con dichas aguas. Islandia, Suecia y Finlandia, pese a no tener costas implicadas, forman también parte de ese Consejo dado que son países árticos. Así mismo en calidad de Observador junto con Francia, Reino Unido, Alemania y Polonia está también España.

La Estrategia para el Ártico del Departamento de Defensa norteamericano establece en sus conclusiones que colaborará estrechamente con aliados y socios para mantener la zona estable y segura; claro que siempre desde la perspectiva de su seguridad nacional y preservando sus intereses. Especial atención merece la dedicada al mantenimiento de la libertad del entorno marítimo y aeroespacial en la zona recalcando que los EEUU preservarán la capacidad de movilidad global de sus fuerzas militares y civiles frente a las incipientes retos de otros protagonistas. Una cita subliminal respecto a Rusia.

Y es que sucede, para la desgracia o mala suerte de los EEUU, que la mayoría de las reservas de hidrocarburos antes citadas se encuentran en el sector ruso del océano. Incluso el servicio geológico de los EEUU reconoce que el 20% de las reservas mundiales de crudo y gas natural no descubiertos se encuentran en la plataforma continental rusa del Ártico. Se calcula que ese potencial de recursos asciende a 100.000 millones de toneladas de gas y de crudo lo que supondría mantener el nivel actual de extracción durante 100 años. Nada menos.

Interese en el ÁRTICO

Putin ha sido claro y vehemente manifestando que no aceptará cualquier acción que suponga poner bajo control internacional la parte rusa del océano. Y aún más, considera que la cordillera submarina Lomonosov que cruza el Ártico forma parte de la plataforma continental rusa; lo tiene tan claro que hasta ha pedido al Consejo Ártico que dictamine claramente a su favor sobre este hecho.

Y es en este contexto cuando nos encontramos con las intenciones de la OTAN citadas al principio de estas líneas.

Nos encontramos, por lo tanto, ante un serio problema. Analistas especializados prevén un posible conflicto global. Lo mejor que podría suceder, y sería lo deseable, es que se frenara el deshielo y se postergara el conflicto.

General de División de Infantería de Marina (R.) Juan Chicharro Ortega

Blog: generaldavila.com

16 enero 2018