«SI QUIEREN CHOCAR, ESTAMOS LISTOS. SI QUIEREN COOPERAR, ESTAREMOS ENCANTADOS» Rafael Dávila Álvarez

¿Dónde hay que firmar?

El noruego Jens Stoltenberg no es un general, no sé ni siquiera cómo le fue el Servicio Militar, que en Noruega es obligatorio entre los 19 y hasta los 44 años, con una duración mínima de 12 meses. Lo que sabemos es que el noruego desde hace ya unos cuantos años (2014) es Secretario General de la Alianza Atlántica (OTAN), la mayor y eficaz organización defensiva mundial hasta ahora conocida y experimentada. Su mandato ha pasado por momentos muy difíciles en los que el mismísimo presidente de los Estados Unidos de América le ha puesto alguna zancadilla. Él, impertérrito, ha seguido su camino orientado por las estrellas (militares) ya que no dispone del sol mediterráneo. Si algo le ha caracterizado, y aupado casi a ser un líder para las Fuerzas de la OTAN, ha sido su firmeza.

El pasado martes día 16 el diario El Mundo nos ofrecía una entrevista con Jens Stoltenberg en calidad de Secretario General de la OTAN que debe ser meditada y que, si fuésemos razonables, debería ocupar lugar preferente —y referente— en la actualidad. Breve, pero contundente. Clarificadora de algo tan simple como las amenazas a las que nos enfrentamos: «Ahora tenemos ciberamenazas, terrorismo, campañas híbridas, desinformación, poder chino y ruso y, además, pandemias».

Hecha la recomendación voy a prestarme a la pirueta literaria y aprovechar sus palabras frente a la amenaza, para lo que ha desplegado la OTAN sus tropas frente a Rusia. Un despliegue militar se efectúa ante una posible agresión y desde ese momento en el argot militar el amenazador es el enemigo. En ese periodo amenazante se puede hablar, dialogar y hasta llegar a acuerdos, aunque siempre sin bajar la guardia. La OTAN despliega frente a Rusia.

Eso es lo que Stoltenberg nos explica:

– El diálogo con Rusia tiene que basarse en la fuerza, en la firmeza. No podemos ser inocentes, nunca hay que ser naifs sobre las intenciones de Rusia. Pero, dicho eso, tenemos que hablar con Rusia.

Queda claro. Al menos en mi pirueta solo cambio Rusia por la amenaza a la unidad de España y le recomiendo al que es presidente del Gobierno, por imperativo legal, que tome nota y aprenda cómo hay que responder a los que intenten romper con la unidad de España, a los que amenacen a España: «Si quieren chocar, estamos listos. Si quieren cooperar, estaremos encantados».

No hay ninguna contradicción entre disuasión y diálogo. Creo en la necesidad de mandar un mensaje claro. […] Pero no debe haber el menor resquicio para el error, para los malentendidos, para las dudas, los errores de cálculo: estamos listos y con las capacidades, la voluntad, la fuerza para proteger y defender a España y su unidad. Esa es la mejor forma de mantener la paz. No podemos permitir el menor error, que se subestime. Y sobre esa base podemos hablar y con suerte mejorar nuestras relaciones. Ligeros cambios que introduzco, y ustedes entenderán, en las palabras de Stoltenberg.

Más claro no se puede ser. Es la ley y la fuerza. Debería tomar nota ese a quien le están traicionando y rompiendo la nación que preside. ¿O es que se ha dejado abierta la puerta sin querer queriendo?

No había más forma de combatir: con leyes o con la fuerza. El equilibrio entre ambas mantiene la armonía. Política y Milicia deben seguir el mismo camino, se necesitan, si se repelen se obligan a estar siempre vigilantes una de la otra.

¿Diálogo? Siempre; mucho; constructivo. Presidido por la Ley; y el centinela en la puerta.

El Secretario General de la OTAN da la clave del futuro: lo inesperado.

Cualquier cosa puede pasar, sobre todo la que menos esperas. Dentro de la OTAN, muy dentro, también.

Si quieren chocar, estamos listos. Si quieren cooperar, estaremos encantados.

Hago mías sus palabras.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

18 febrero 2021

GUERRA FRÍA EN EL ÁRTICO General de División de Infantería de Marina (R.) Juan Chicharro Ortega

Ártico

El pasado mes de noviembre en un Foro de Seguridad habido en Halifax (Canadá) el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha abogado por la creación de un Mando de la Alianza con responsabilidades en el Océano Glacial Ártico con la finalidad de vigilar y monitorizar las acciones militares de inteligencia rusas así como contrarrestar las acciones de control de las líneas marítimas y comunicaciones por parte de Rusia. La administración Trump ha acogido esta iniciativa con agrado e incluso prevé aportar al efecto barcos, aviones y submarinos así como la ubicación del cuartel general de este Mando en suelo norteamericano.

La razón de este interés radica en el sentir norteamericano de que Putin va más allá de lo deseable en el control estratégico del Ártico que a modo de ver de los EEUU utiliza  fundamentalmente como santuario de sus submarinos nucleares y a tal efecto está creando una importante estructura militar de apoyo; cierto es que en el 2015 Rusia creó un Mando Ártico al que ha dotado de medios como campos de aviación e infraestructuras consecuentes. En definitiva, a los EEUU no les gusta nada esta aparente hegemonía de Rusia en el control de una zona considerada de interés estratégico que se acrecienta con la disminución real de la capa de hielo.

Reivindicaciones en el Ártico

Lo que está pasando es que como consecuencia del calentamiento global el deshielo se está produciendo a mayor velocidad de la inicialmente prevista. Así es, la superficie actual helada abarca unos 4,2 millones de kilómetros cuadrados lo que supone nada menos que el 50% de la que había en 1972. Tremendo. Si se mantiene este ritmo de deshielo los científicos calculan que en el año 2100 ya no habrá hielo. Esta situación pone sobre el tapete problemas relacionados con la libertad de navegación pero sobre todo por los recursos naturales que allí hay. En efecto, sucede que, conforme a datos existentes, bajo las aguas del Océano Ártico se encuentran el 22% de las reservas de hidrocarburos mundiales. Ahí es nada.

El océano glacial Ártico es el más pequeño y más septentrional de los océanos del planeta. Rodea al Polo Norte y se extiende al norte de Europa, Asia y América. En la actualidad está considerado territorio neutral y puesto bajo el control de la ONU desde 1996. Para ejercer ese control existe un Consejo Ártico cuyos miembros son Rusia, Canadá, Estados Unidos, Dinamarca y Noruega que tienen costas limítrofes con dichas aguas. Islandia, Suecia y Finlandia, pese a no tener costas implicadas, forman también parte de ese Consejo dado que son países árticos. Así mismo en calidad de Observador junto con Francia, Reino Unido, Alemania y Polonia está también España.

La Estrategia para el Ártico del Departamento de Defensa norteamericano establece en sus conclusiones que colaborará estrechamente con aliados y socios para mantener la zona estable y segura; claro que siempre desde la perspectiva de su seguridad nacional y preservando sus intereses. Especial atención merece la dedicada al mantenimiento de la libertad del entorno marítimo y aeroespacial en la zona recalcando que los EEUU preservarán la capacidad de movilidad global de sus fuerzas militares y civiles frente a las incipientes retos de otros protagonistas. Una cita subliminal respecto a Rusia.

Y es que sucede, para la desgracia o mala suerte de los EEUU, que la mayoría de las reservas de hidrocarburos antes citadas se encuentran en el sector ruso del océano. Incluso el servicio geológico de los EEUU reconoce que el 20% de las reservas mundiales de crudo y gas natural no descubiertos se encuentran en la plataforma continental rusa del Ártico. Se calcula que ese potencial de recursos asciende a 100.000 millones de toneladas de gas y de crudo lo que supondría mantener el nivel actual de extracción durante 100 años. Nada menos.

Interese en el ÁRTICO

Putin ha sido claro y vehemente manifestando que no aceptará cualquier acción que suponga poner bajo control internacional la parte rusa del océano. Y aún más, considera que la cordillera submarina Lomonosov que cruza el Ártico forma parte de la plataforma continental rusa; lo tiene tan claro que hasta ha pedido al Consejo Ártico que dictamine claramente a su favor sobre este hecho.

Y es en este contexto cuando nos encontramos con las intenciones de la OTAN citadas al principio de estas líneas.

Nos encontramos, por lo tanto, ante un serio problema. Analistas especializados prevén un posible conflicto global. Lo mejor que podría suceder, y sería lo deseable, es que se frenara el deshielo y se postergara el conflicto.

General de División de Infantería de Marina (R.) Juan Chicharro Ortega

Blog: generaldavila.com

16 enero 2018