PASCUA MILITAR ANTE LA TRAICIÓN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Recurrir a Spinoza se hace cada vez más imprescindible. Empecemos:

<<Cuál sea la mejor constitución de un Estado cualquiera se deduce fácilmente del fin del estado político, que no es otro que la paz y la seguridad de la vida. Aquel Estado en que los hombres viven en concordia y en el que los derechos comunes se mantienen ilesos es, por tanto, el mejor. Ya que no cabe duda de que las sediciones, las guerras y el desprecio e infracción de las leyes no deben ser imputados tanto a la malicia de los súbditos cuanto a la mala constitución del Estado>>.

Traición: Delito cometido por civil o militar que atenta contra la seguridad de la patria. Alta traición es la cometida contra la soberanía o contra el honor la seguridad y la independencia del Estado. Es quizá, junto a cobardía, el término más penado en un militar. Peor, sin duda, que la cobardía. No solo en un militar.

Ayer día de la Pascua Militar era un día grande para los ejércitos. Escribo desde la honda tristeza que da ver a una España dividida y en manos de los que quieren destrozarla. En estas condiciones, cuando existe todavía el artículo 8 que los militares sabemos y conocemos muy bien, ha sido difícil la papeleta del Rey ante sus soldados. Difícil explicación. Llevará  días pensando ¿Qué les digo? No puede haber soldado que esté contento con lo que ha ocurrido, está ocurriendo, en el Congreso de los diputados. Ver como los herederos de la ETA insultan al Rey o ver como el presidente del Gobierno se traga el sapo (a gusto, lo digiere y saborea)  y la presidenta del Congreso dice que eso es democracia y no lo de antes (los muertos asesinados por la ETA se revuelven en sus tumbas aún abiertas), es triste para cualquier soldado, para cualquier ciudadano -infantería somos todos-  que tienen como principal misión la integridad territorial y el respeto y cumplimiento de la Constitución.

Pues ni lo uno ni lo otro. Los terroristas están representados, los separatistas mandan y el presidente del Gobierno sonríe y entrega España. Para eso no hacen falta alforjas llenas de Ley ni de leyes.

Hoy celebramos la Pascua Militar cuando ayer democráticamente insultaban al Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas con el visto bueno de presidente, presidenta, y ministra de Defensa. Nadie se movió de su escaño. Es un insulto a todos los que visten o hemos vestido el uniforme militar, que recibimos como regalo en el día de la Pascua Militar. En silencio, pero con un severo malestar entre nosotros, entre casi todos.

En la Cámara de los representantes  de la soberanía nacional insultaron gravemente al Rey, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, y la presidenta, socialista, de la Cámara, ante las protesta de algunos partidos, dijo que eso es la democracia y no lo que hasta ahora había. Lo que quiere decir que hasta las normas dentro de la Cámara se han perdido.

Hubo una época, en la que el señor José Calvo Sotelo fue asesinado por un tal Luis Cuenca guardaespaldas del entonces líder del partido socialista Indalecio Prieto. Es de suponer que no se refería a esos tiempos la señora Batet y sí a los que pistola en mano decían hacer política y ahora han dejado a sus herederos soplando el humo que salió de sus pistolas.

Difícil es así celebrar una Pascua Militar con la preocupación de la unidad de la Patria, de su integridad territorial y el respeto al ordenamiento constitucional en grave riesgo.

Silencio por parte de la señora ministra de Defensa sobre los insultos al Rey vertidos en el Congreso de los Diputados. ¿Le habrá pedido disculpas en privado?

Por terminar; con algo distinto. Ante el insulso, insuficiente y vacío discurso de la ministra de Defensa, nos queda la duda de la cacareada modernización de las Fuerzas Armadas que pasa por una desastrosa gestión de aquellos submarinos que no eran tales o de aquellos vehículos de urgente necesidad, los 8×8, para el Ejército de Tierra que se demoran de nuevo en un indefinido tiempo. Claro que se desprende de esto, y de aquello, que los ejércitos de España quedan constituidos para incendios o emergencias, y para la guerra solo fuera de nuestras fronteras. Aquí no hay peligro ni enemigos.

<<La paz, en efecto, no es la privación de la guerra, sino una virtud que brota de la fortaleza del alma, ya que la obediencia es la voluntad constante de ejecutar aquello que, por decreto general de la sociedad, es obligatorio hacer.  Por los demás, aquella sociedad cuya paz depende de la inercia de unos súbditos que se comportan como ganado, porque solo saben actuar como esclavos, merece más bien el nombre de soledad que de sociedad>> (Spinoza. Tratado político).

Poco más puedo decir de esta Pascua Militar: soledad.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

7 enero 2020

Blog: generaldavila.com