¿POR QUÉ FUERZAS ARMADAS A LO QUE SIEMPRE SE LLAMÓ EJÉRCITOS Y MARINA? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Se ha generalizado, además de oficializarse, de acuerdo con la Constitución, el término Fuerzas Armadas. ¿Por qué y desde cuando ese nombre? Seguramente si hacemos la pregunta todos contestarán que siempre se llamaron así: Fuerzas Armadas.  Pues no. Conviene aclararlo porque la cuestión no es caprichosa ni baladí. No suele darse puntada sin hilo.

Ya saben que el término guerra está casi prohibido en nuestra Ley de leyes, limitándose a utilizar esa palabra (maldita) tres veces y no para su definición, sino como de paso, en los artículos 15, 63.3 y 169: <<pena de muerte en tiempo de guerra>> -asunto ya zanjado-; <<que al Rey le corresponde declarar la guerra>> (?); y por último, <<no poder iniciarse la reforma constitucional en tiempo de guerra>>. Eso es todo.

Me viene a la memoria lo acertadísimo que estuvo mi querido Coronel José María Grande Urquijo, colaborador de este blog, cuando en una conferencia dijo: <<Las Fuerzas Armadas no son una ONG con pistolas>>, una cruda realidad que nuestra clase política hipócritamente rehúye mientras azuza los rescoldos de la hoguera.

Vamos camino de la emergencia, de sitio (de sitiar, claro), Fuerzas de Sitio, o de Emergencia, más acorde con el lenguaje de nuestra Constitución que contempla los estados de alarma, excepción y sitio, pero no el de guerra. Es curioso contemplar que la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio (Art. 32, uno) dice: <<Cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o acto de fuerza contra la soberanía o independencia de España, su integridad territorial o el ordenamiento constitucional, que no pueda resolverse por otros medios, el Gobierno, de conformidad con lo dispuesto en el apartado cuatro del artículo ciento dieciséis de la Constitución, podrá proponer al Congreso de los Diputados la declaración de estado de sitio>>. Algo parecido hablando en román paladino, a la guerra (sin citarla, no vaya a ser…) ¿no les parece? Estado de sitio: <<cuando se produzca o amenace producirse una insurrección (que significa: levantamiento, sublevación o rebelión de un pueblo, de una nación), o acto de fuerza contra la soberanía o independencia de España…>>.  Es difícil ponerlo más claro. Suena cercano eso de <<o amenace producirse>>.

¿Más aclaraciones?

Leo en el Diccionario de la RAE:

<<estado de sitio

  1. m. estado que, ante una agresión a la integridad del Estado, se decreta otorgando poderes excepcionales a la autoridad militar>>.

Los que acaban provocando el enfrentamiento (es histórico) suelen presentarse como pacifistas, pero no son pacíficos.

El que fue (es un decir) ministro de Defensa, Bono, en su día ya propuso eliminar los artículos de la Constitución Española que contienen la palabra guerra por innecesarios. Claro. Para guerra, la que él dio.

Me he ido, intencionadamente, del tema que inicialmente planteaba.

Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Fuerzas Armadas o Ejércitos? ¿Fuerzas de sitio, de emergencias? Respuesta constitucional: <<Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire…>>.

La primera referencia al término Fuerzas Armadas que encontramos podría ser la Ley Orgánica del Estado de 10 de enero de 1967 cuyo título VI en su artículo 37 dice:<<Las Fuerzas Armadas de la Nación, constituidas por los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y las Fuerzas de Orden Público, garantizan la unidad e independencia de la Patria, la integridad de sus territorios, la seguridad nacional y la defensa del orden institucional>>.

Sin embargo en el maremágnun semántico el artículo siguiente de aquella misma ley hablaba de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire y para nada citaba a las Fuerzas de Orden Público.

Es sin duda la creación del ministerio de Defensa la que consagra el término <<Fuerzas Armadas>>, con visión conjunta de los Ejércitos, con el importante detalle de que desaparecen del concepto las de Orden Público.

También comprobamos que el término ejército en la acepción del Diccionario de la Real Academia Española es referido únicamente al conjunto de fuerzas aéreas o terrestres  de una nación, definiendo la Armada (en su acepción núm. 7) como el conjunto de fuerzas navales de un Estado. Es decir que la Armada es Fuerza Armada, pero no ejército. ¿O es el brazo naval de las Fuerzas Armadas como decía la II República? Aquello de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire, en conjunto, ya no está dentro del lenguaje al uso.

En fin podíamos seguir perdidos en la semántica y terminología distinta para decir lo mismo, o no. Ejército, Armada, Fuerzas de Tierra y de Mar, Marina de Guerra, Fuerzas Nacionales de Tierra, Mar y Aire; o Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, como se denominaban bajo el primer ministerio de Defensa creado en 1938 de quien dependían los ministerios de Tierra, Marina y Aire.

En resumen y de acuerdo con nuestra Constitución <<Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire…>>.

Queda claro. Y de guerra nada, sino Estado de sitio.

Como Alejandro Magno: el sitio de Tiro. No es mala la idea.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

PASCUA MILITAR ANTE LA TRAICIÓN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Recurrir a Spinoza se hace cada vez más imprescindible. Empecemos:

<<Cuál sea la mejor constitución de un Estado cualquiera se deduce fácilmente del fin del estado político, que no es otro que la paz y la seguridad de la vida. Aquel Estado en que los hombres viven en concordia y en el que los derechos comunes se mantienen ilesos es, por tanto, el mejor. Ya que no cabe duda de que las sediciones, las guerras y el desprecio e infracción de las leyes no deben ser imputados tanto a la malicia de los súbditos cuanto a la mala constitución del Estado>>.

Traición: Delito cometido por civil o militar que atenta contra la seguridad de la patria. Alta traición es la cometida contra la soberanía o contra el honor la seguridad y la independencia del Estado. Es quizá, junto a cobardía, el término más penado en un militar. Peor, sin duda, que la cobardía. No solo en un militar.

Ayer día de la Pascua Militar era un día grande para los ejércitos. Escribo desde la honda tristeza que da ver a una España dividida y en manos de los que quieren destrozarla. En estas condiciones, cuando existe todavía el artículo 8 que los militares sabemos y conocemos muy bien, ha sido difícil la papeleta del Rey ante sus soldados. Difícil explicación. Llevará  días pensando ¿Qué les digo? No puede haber soldado que esté contento con lo que ha ocurrido, está ocurriendo, en el Congreso de los diputados. Ver como los herederos de la ETA insultan al Rey o ver como el presidente del Gobierno se traga el sapo (a gusto, lo digiere y saborea)  y la presidenta del Congreso dice que eso es democracia y no lo de antes (los muertos asesinados por la ETA se revuelven en sus tumbas aún abiertas), es triste para cualquier soldado, para cualquier ciudadano -infantería somos todos-  que tienen como principal misión la integridad territorial y el respeto y cumplimiento de la Constitución.

Pues ni lo uno ni lo otro. Los terroristas están representados, los separatistas mandan y el presidente del Gobierno sonríe y entrega España. Para eso no hacen falta alforjas llenas de Ley ni de leyes.

Hoy celebramos la Pascua Militar cuando ayer democráticamente insultaban al Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas con el visto bueno de presidente, presidenta, y ministra de Defensa. Nadie se movió de su escaño. Es un insulto a todos los que visten o hemos vestido el uniforme militar, que recibimos como regalo en el día de la Pascua Militar. En silencio, pero con un severo malestar entre nosotros, entre casi todos.

En la Cámara de los representantes  de la soberanía nacional insultaron gravemente al Rey, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, y la presidenta, socialista, de la Cámara, ante las protesta de algunos partidos, dijo que eso es la democracia y no lo que hasta ahora había. Lo que quiere decir que hasta las normas dentro de la Cámara se han perdido.

Hubo una época, en la que el señor José Calvo Sotelo fue asesinado por un tal Luis Cuenca guardaespaldas del entonces líder del partido socialista Indalecio Prieto. Es de suponer que no se refería a esos tiempos la señora Batet y sí a los que pistola en mano decían hacer política y ahora han dejado a sus herederos soplando el humo que salió de sus pistolas.

Difícil es así celebrar una Pascua Militar con la preocupación de la unidad de la Patria, de su integridad territorial y el respeto al ordenamiento constitucional en grave riesgo.

Silencio por parte de la señora ministra de Defensa sobre los insultos al Rey vertidos en el Congreso de los Diputados. ¿Le habrá pedido disculpas en privado?

Por terminar; con algo distinto. Ante el insulso, insuficiente y vacío discurso de la ministra de Defensa, nos queda la duda de la cacareada modernización de las Fuerzas Armadas que pasa por una desastrosa gestión de aquellos submarinos que no eran tales o de aquellos vehículos de urgente necesidad, los 8×8, para el Ejército de Tierra que se demoran de nuevo en un indefinido tiempo. Claro que se desprende de esto, y de aquello, que los ejércitos de España quedan constituidos para incendios o emergencias, y para la guerra solo fuera de nuestras fronteras. Aquí no hay peligro ni enemigos.

<<La paz, en efecto, no es la privación de la guerra, sino una virtud que brota de la fortaleza del alma, ya que la obediencia es la voluntad constante de ejecutar aquello que, por decreto general de la sociedad, es obligatorio hacer.  Por los demás, aquella sociedad cuya paz depende de la inercia de unos súbditos que se comportan como ganado, porque solo saben actuar como esclavos, merece más bien el nombre de soledad que de sociedad>> (Spinoza. Tratado político).

Poco más puedo decir de esta Pascua Militar: soledad.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

7 enero 2020

Blog: generaldavila.com