A ESPAÑA SE LA SIRVE DE MUCHAS MANERAS. ALGUNA SIN PERDÓN NI OLVIDO. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

No parece que lo de «A España servir hasta morir» sea una lección aprendida. A aquel extraño, por decirlo de alguna manera, ministro de Defensa le dio un ataque de caspa cuando le llamó Artur(o) y le dijo aquello de «Oye ministro o quitas eso de los catalanes montes o te quito a ti en 24 horas». No hizo falta ni cinco minutos. El extraño ministro, el de la caspa, muy dado al móvil, a movilizar a cualquier hora del día o de la noche a sus vasallos, que eso pensaba de los uniformados, dio la orden del desorden y contra la patria, como si fuese el poeta de la despedida que quiso componer metiéndose donde nadie le esperaba. Se retiró no el lema, sino todos los montes de España, se retiró la idea de servicio y se hizo en el lugar más sensible para nosotros, la Academia de Suboficiales del Ejército, sólido paraje donde se forma el escalón clave y básico de todo el Ejército. Sin rechistar. La Cúpula temblaba y la tropa miraba sin saber cual era la dirección de ataque. Que ya no había ataque ninguno y mejor era morir que matar. Desde entonces, sin que nadie se haya dado cuenta, la desmilitarización se enseña en los colegios y guarderías. Lo peor: en las Academias Militares y en los Centros de Formación. Conviene no olvidar de donde venimos para sabe a donde vamos. Acabar con España suena a ¡Ala! ¡Qué dice este tío! Pues eso sobrino. Que a España no se la sirve, sino que uno se sirve de ella hasta dejarla seca, y para ello un botón de muestra. ¿Cual? Tremendo el trabajo que tiene el Supremo y, a la par, el de un poco más arriba para deshacer sin vía jurisdiccional lo que la jurisdicción sentencia. !Ah!

A España no se la sirve, se sirve al Gobierno de turno, socialista zapaterista o sanchista y sus ministros son ejemplo de esa entrega luchando en lugares insospechados para no dejar sospechas. Véanlo a diario en su taza de café.

Somos fruto, consecuencia, de aquellos tiempos del ministro que retiró el lema «A España servir hasta morir» y conviene no olvidar aquello ni a los uniformados que tragaron con la infamia y que después de sus acenso se colocaron o colaron por lugares donde el servicio se entiende en sentido inverso al que las Reales Ordenanzas exigen a quien besa la bandera en juramento de vida hasta la muerte. No los olvido por muchos lugares insospechados, sin sospecha, que hayan ocupado y, aunque sigan mamando de la vaca que les ha llevado a olvidarse de todo menos de ellos. Cualquier día hago una lista y la muestro. No con mala intención, sino con la se servir, cosa que ellos nunca supieron si no era en ese sentido inverso, ese  que les ha engordado su cuenta corriente mientras adelgazaba la de  la patria. Puedo dar nombres de los vasallos de aquella época, culpables no solo de retirar el mandato del servicio irrenunciable de morir por la patria, sino que desmilitarizaron la milicia a cambio de un plato de lentejas. Frio.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

5 noviembre 2025

A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Debería ser, lo fue, un día de celebración alrededor del acto de entrega de despachos a los nuevos suboficiales del Ejército de Tierra en la ceremonia presidida por el Rey de España al que acompañaba la Princesa de Asturias, alférez del Ejército de Tierra. Pero la alegría de tal celebración no debe ser motivo para olvidar unos hechos que forman parte y son semilla de alguno de los gravísimos males que amenazan la unidad de España, esa que figura dentro de las misiones que el artículo 8 de la Constitución otorga a las Fuerzas Armadas.

Nadie que haya seguido la política española de los últimos años podrá olvidar los gobiernos de Zapatero y Sánchez y su intromisión en los asuntos militares con ministros como aquel personaje que fue el peor ministro de Defensa que ha tenido la democracia: José Bono (El hacker de Pemán le llamaba mi inolvidable amigo Antonio Burgos). Nunca lo fue de defensa que no fuese la suya propia. Morir de vanidad. Rentables libros donde no da ni una a derechas, todas a diestro y siniestro. De aquellos polvos… Cesión, renuncia de España. Formó un equipo de clara ambición y desconocimiento del espíritu de la milicia, arrasando con la enseñanza militar y todo con un grupo de amiguetes a su alrededor de los que aún alguno perdura en puestos bien remunerados. El independentismo encontró su aliado perfecto. Patada a la Constitución. Por toda la escuadra.

En la Academia General Básica de Suboficiales del Ejército de Tierra en Talarn (Lérida) brillaba sobre la falda del Monte Constampla el lema de que nuestros suboficiales eligieron como norma de vida:

A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR

Era su Oración cada amanecer y anochecer. Era su Constitución y juramento, su bandera. Un político nacionalista catalán, de cuyo nombre no quiero acordarme, presionó al ministro de Defensa, José Bono Martínez, impropio ministro para tan buenos soldados, para que retirase aquel lema que le molestaba ver desde el cielo cuando su avión pasaba por encima de aquellos montes catalanes. Se cedió. El ministro ordenó retirar el lema y los militares cumplieron. Bajaron del monte el lema, agacharon la cabeza, se borró de los cielos de España para colocarse, modesto y sumiso, en la Plaza de Armas de la Academia. Aunque parezca mentira esto ha ocurrido en España con el Gobierno del señor Zapatero y su ministro de Defensa; de nefasto recuerdo. De aquellos, y otros más cercanos, polvos… ¿Nos extraña que ocurra lo que ahora ocurre? Los militares tragamos aquel sapo con esa sumisión que es mala disciplina.

Estos día de julio se celebra en todas las Academias Militares el acto de entrega de despachos a todos los oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas españolas después de una formación dura, agresiva, moderna y esperemos que completa en cuerpo y alma militar. Un nuevo mundo da comienzo para nuestros nuevos mandos entre los que destaca el de la Alférez Doña Leonor de Borbón y Ortiz, Princesa de Asturias, cuya responsabilidad será ni más ni menos que mantener la unidad de España, difícil empresa tal y como se divisa el panorama.

Servir hasta morir requiere un buen mandar y no engañar. Lo que exiges hay que cumplirlo de manera ejemplar, si no estás incapacitado para el mando. En la milicia arrastra el ejemplo que no las leyes. La Ley marca el camino, pero es la moral, la virtud, la que señala la meta final, el comportamiento del mando.

Mandar es de una belleza inigualable cuando se manda bien, es un arte tan severo e irrenunciable que hay que estar en permanente vigilancia y cumplimiento como ejemplo a tus hombres. Cumplir, exigir el cumplimiento y dar ejemplo: el resto no es mandar.

Me permito con la humildad del ya retirado, aún sin serlo del todo ni de todo, dar unas breves pinceladas de ese arte de mandar.

EL ARTE DE MANDAR

 Este es un intento vano de acercarme con palabras el arte más complejo del mundo y que más satisfacciones produce: a unos hace grandes y a otros deja al descubierto su infamia, pero nunca pasa desapercibido.

Todo el mando encierra un secreto que se resume en una vieja historia que dice: «Saliendo los de Numancia a pelear con la osadía, y confianza que solían, fueron forzados a retirarse, y volver las espaldas, y reprendiéndoles su capitán, que por qué huían de los Romanos que tantas veces habían vencido, le respondieron, que los soldados eran los mismos, pero que el Capitán era otro, y de más valor y mejor gobierno que los pasados».

Mandar queda resumido en pocas palabras a pesar de ser una compleja actividad.

Estas son algunas de sus máximas:

Tus órdenes han de ser claras, que se entiendan, que se cumplan, que cada uno sepa lo que se le pide, y si es posible, por qué se le pide.

Debes mantener la idea elegida sin vacilaciones ya que no hay nada más amargo que verse sometido a las oscilaciones de un jefe vacilante en sus decisiones. Más útil es el entendimiento que la espada. Claro, preciso y respetar la iniciativa de otros. Esa idea permanente que debe presidir y transmitir con sus órdenes, incluso con sus gestos y presencia, es la de vencer.

Debes de estar atento a conocer nuevas ideas y aceptar propuestas ajenas. Entre todos los consejos nunca admitas los que proceden del odio y del temor, los peores consejeros en la guerra. Y recuerda que el que está a tus órdenes no está a tu servicio personal.

Da lo mismo el escalón de mando que se tenga o el puesto asignado. Siempre en la guerra surge la soledad, el momento más difícil al que acompaña el miedo, la inseguridad, incertidumbre, dudas y el peso de la responsabilidad. Estos son algunos de los sentimientos y sensaciones que embargan a cualquier soldado y que aumentan en función del número de los que están bajo tu mando. Aunque sea el acontecer diario. Sobreponerse a esos sentimientos marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso. Hay que confiar en uno mismo, en los conocimientos y formación ya que frecuentemente se sabe más de lo que se cree y ello aflorará en el momento necesario.

Ante un problema difícil, cuando no puedas consultar, confía en tu intuición, pues cuando se conoce el oficio y se está identificado con él, la intuición te marcará el camino a seguir. No hay nada peor que el pánico o la inacción. Ni te escondas ni huyas ante los problemas de la guerra que suelen atacar en primer lugar al ánimo del que manda. Que los métodos y procedimientos aprendidos en las largas horas de estudio, aplicados con sentido común y serenidad, les ayudarán a adoptar las decisiones más convenientes aún en soledad. Deberemos confiar en su profesionalidad y buen hacer y darles la flexibilidad y libertad de acción que para nosotros pedimos. Muchas veces un líder no lo es solo por el empleo que ostenta o por la edad que tiene, lo es por que reúne un conjunto de cualidades que harán que sus hombres lo sigan sin condiciones.

Tan difícil es decidir, porque eres responsable de ello, como obedecer.

Para dirigir, organizar, investigar, enseñar, mandar u obedecer hay que estar preparado y eso se logra solo con aprendizaje y disciplina.

Tenemos que tomar decisiones a menudo, todos. Hay una frase en el Ejército un tanto dura, pero muy real:

‹‹El sudor de hoy evitará la sangre de mañana››. Creo que tiene su traducción en la vida civil y que sirve para todos: el esfuerzo y el estudio de ahora te servirá para no cometer errores mañana.

En tu función intelectual necesaria para decidir debes contar con la ayuda de tus auxiliares, es una labor de equipo, en la que tendrás que asignar trabajos a cada uno de ellos, pero la decisión final, la expresión de tu voluntad, te corresponde solo a ti y es tu mayor responsabilidad. En ella quedará reflejado el espíritu del Jefe y servirá como guía y eje de aquellas iniciativas que tus subordinados tomen en los momentos en los que se encuentren aislados o lejos de ti. Elige entre los que sabes que con una sola directriz actúan de acuerdo con tu criterio y huye de aquellos que necesitan exceso de explicaciones y vigilancia permanente para comprobar el cumplimiento de tus órdenes. La tibieza en el mando provoca graves indecisiones, es el mayor pecado que puede cometer el que asume la responsabilidad.

Debes de ser constante en el esfuerzo, evitar prisas y desorden.

Ser cortés, pues la cortesía es inseparable de la disciplina. Cortés en la precisión y limpieza de la palabra, en la actitud, en el gesto, en la voz y en los modales.

Cuenta siempre con el apoyo de tus colaboradores y el consejo de los más cercanos y busca en ellos la lealtad para nunca sentirte defraudado.

Nunca pienses en ti, hazlo primero en la misión que te han confiado y en los hombres que tienes para cumplirla.

Suerte, fácil recurso al que suele acudirse. No te engañes con la suerte, los buenos generales no confían en ella, sino en sus tropas, en su Estado Mayor y en su preparación para adoptar decisiones: a eso se debe la suerte. En la mayoría de los casos estudiados en los que se señala a la victoria como fruto de la suerte se deduce que sólo los capaces son afortunados.

Mandar es demasiado habitual, pero cada vez son más los que mandan mal y legión los que padecen sus consecuencias. No pretendas ser importante por el mando que te asignen, sino lucha por ser humilde que se traduce en ser útil.

El Mando es una montaña muy dura de escalar. Hay que recorrer despacio el camino, con humildad y paciencia. A la cumbre no se vuela, súbese poco a poco y con discurso de tiempo. En la guerra o en su preparación el esfuerzo y dedicación nunca están de vacaciones.

«La negligencia individual provoca un prejuicio colectivo, y la diligencia propia produce un triunfo colectivo» (Alejandro Magno).

La tropa debe ganar batallas; el Mando está para ganar la guerra. La suma de las batallas no da como resultado ganar la guerra, sólo la decisión y claridad en determinar a dónde, por dónde, cómo y cuándo conduce al éxito final al ir consolidando con la táctica la estrategia final. Entiéndase que en la táctica participan diversos mandos, pero la estrategia de la victoria debe ser cosa de uno.

No olvides que la inacción en la batalla es incompatible con el ejercicio del mando.

Por último sigue la máxima moral que todos llevamos dentro: «Que nadie tenga nada que esperar del favor ni temer de la arbitrariedad».

«El contenido de la sabiduría es el mando. Saber y mandar no es otra cosa sino saber ser obedecido. Sólo sabe mandar el que manda por razón de proporción, es decir, por razón de justicia. Sólo sabe mandar el que midiendo sus cualidades y las que tienen los llamados a obedecer halla entre ambos la proporción geométrica que justifica el mando y le hace efectivo».

Ese orden de la milicia establecido por el mando, «esa figura perfecta, capaz de andar en todas las direcciones; hacia delante, hacia detrás, a derecha e izquierda, hacia arriba o hacia abajo, sin que jamás se turbe el orden», algo así como la disciplina que no es sino «una habituación interna y externa del hombre a estar siempre en orden» va a servir en el futuro para construir la esencia misma de la política: el orden y la disciplina. En definitiva el mando, cuando no se convierte en una burda copia del Mando.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

8 julio 2024

 

LA ESTATURA DEL SOLDADO ESPAÑOL Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Hasta ahora se exigía una estatura mínima para ser soldado español. Los bajitos no daban la talla. ¡Que cosas! Siempre me pareció un grave error además de ofensivo y discriminatorio.

Al fin la altura física deja de ser una limitación para servir a la Patria con las armas. Se ha corregido lo que debío reglamentar alguno que militaba en la escuadra de gastadores. Sin altura de miras.

La estatura no hace al soldado. Podemos recurrir a Homero y más a Vegecio, a Napoleón o a cualquier tratadista militar que nos dirán que nunca fue la estatura lo que hizo al héroe sino la altura moral y el tamaño de alma y corazón. Aquí no se mide la estética física sino la entrega total del alma; el combate, la guerra, no es una competición deportiva donde se busque batir un récord, sino que una unidad militar es un conjunto equilibrado de capacidades medias que compone un grupo donde se complementan los mejores soldados del mundo, altos y bajos, guapos y feos, que todo es válido para servir a la Patria y morir por ella.

El capítulo V del libro primero de las Instituciones militares de Flavio Vegecio dice: «Pero si la necesidad lo pidiese, no os deberéis parar tanto en la estatura cuanto en la robustez; pues, según Homero, Tideo, aunque pequeño de cuerpo, fue de un espíritu más valeroso que otros que le aventajaban en la estatura».

Más vale tener soldados fuertes que grandes dice el romano y al fin se hace justicia sin que sea la vara de medir la que discrimine las vocaciones cuando

Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.

Mirar como procede. Esa es la vara  de medir.

Un paso firme y noble que sin duda era necesario para lograr la justicia y que nadie tenga nada que esperar del favor ni temer de la arbitrariedad.

No vendamos imagen, sino contemos como debe ser un soldado por fuera y por dentro. Se arregla un renglón importante en lo externo lo que siendo bueno no es suficiente para el diseño de los mejores Ejércitos. Hay que  penetrar.

Desde hace unos años, desde que llegó un ministro de Defensa -cuyo nombre no debemos olvidar- que retiró de nuestro paisaje aquello de «A España servir hasta morir» hemos construido unas Fuerzas Armadas alejadas de su cometido fundamental: la guerra. Todo lo demás son mensajes melifluos irresponsables y en muchas ocasiones cargados de ideología política alejada del sentido de las Ordenanzas militares y del cometido que la Constitución les asigna. Un soldado no es un asalariado y por ello este oficio require una formación en valores que se corresponden más con los asuntos internos que con la altura física, asuntos del alma, esos que hoy están olvidados.

A quienes hay que examinar por su estatura no es a los soldados sino a los que se suben al pódium porque su estatura moral no alcanza la excelencia y son incapaces de formar unos ejércitos como la nación demanda a pesar de tener a los mejores soldados con una talla de gigantes que asombra al resto de los ejércitos del mundo.

«En los lances más sirve el valor que la muchedumbre». Y que la estatura física.

«Dios, que buen vasallo si oviesse buen señor».

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

17 abril 2023

 

A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR. Aurelio Fernández Diz Capitán de Navío (R.)

Este lema está grabado en una ladera de la colina que rodea la Academia General Básica de Suboficiales de El Talarn, en Lérida, como todo el mundo sabe. Hubo un ministro de defensa cuyo nombre, como Cervantes en su Quijote, prefiero no recordar, que ordenó su demolición, pues el citado lema está escrito con piedras pintadas de blanco. No sé si esta orden fue dada por presiones políticas o por capricho y vanidad del mencionado ministro, que también llegó a declarar en pública confesión que él prefería morir que matar, algo totalmente en contra de la economía de la inteligencia, de la lógica y de la razón que debe de ostentar un ministro de defensa. No tuvo éxito el ministro porque, no sabemos si como sucedió con los dibujos de Nazca, en Perú, que, dañados por un camión irresponsable, se reconstruyeron solos, según afirman testigos de la zona o fueron reconstruidos por la mano del hombre, como parece más lógico y natural, por lo menos  en el caso de nuestro lema en El Talarn.

El tema tiene mas calado del que parece porque, según hemos podido leer en este mismo  blog, el propio Órgano Central del Ministerio de Defensa ha tomado cartas en el asunto convocando, u obligando a convocar a nuestro Ejército de Tierra, un concurso para encontrar un lema que sustituya o se adapte mejor a los nuevos tiempos, a los nuevos tiempos que le están dando a muchos de nuestros políticos una lección que, aun en esta grave situación que estamos atravesando, nunca sabremos si serán capaces de comprender.

Me apresuro a decir que estoy escribiendo desde la pena que hoy me produjo conocer  la triste noticia del fallecimiento de  una joven enfermera, porque a los 52 años aún se es muy joven, que ha entregado su vida, en acto de servicio, en una clínica de nuestro País Vasco. No conozco el nombre de esta enfermera, para mencionarlo, como se merece por su heroico comportamiento.

Entregar la vida en el ejercicio de su trabajo no es privativo de los militares. Son muchos los españoles que a diario se juegan la vida cumpliendo con sus obligaciones, yo creo que de todas las profesiones. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado en su permanente lucha contra el delito y el crimen organizado, los bomberos enfrentándose siempre a terribles incendios, muchos veces  provocados, en zonas urbanas o rurales,  personal técnico que tiene que instalar, construir  y mantener grandes estructuras metálicas, antenas, puentes, tendidos eléctricos, edificios de todas las alturas, dotaciones de pesqueros que tienen que faenar muchas veces muy lejos de la costa haciendo frente a grandes temporales con mar arbolada, en condiciones  que ponen en grave peligro la seguridad de sus barcos y, consecuentemente, sus propias vidas, las dotaciones de los aviones comerciales, las personas que trabajan en industrias que emplean  materiales y sustancias que terminan siendo peligrosas para su salud, el personal de mantenimiento de instalaciones nucleares y tantas y tantas profesiones entre las cuales hoy debemos de destacar a los  médicos, enfermeros y personal auxiliar de nuestros hospitales, en la especial y  grave situación de emergencia nacional, como las que estamos sufriendo.

A todos ellos nuestra admiración y respeto. Ellos hacen hoy realidad, le dan sentido y justificación, al lema de El Talarn: “A España servir hasta morir” que es sinónimo de otro que también debemos de respetar como es: “Todo por la Patria” que podemos leer en los acuartelamientos de la Guardia Civil. Estos lemas no son solo de aplicación a los militares, sino que están en el alma de los españoles de ayer, de hoy y de siempre. Porque hay momentos, como los actuales, en los que España, la Patria de todos, necesita nuestro esfuerzo, nuestra abnegada dedicación. Es verdad que esto está en el ADN de nuestros soldados, en paz o en guerra, pero hoy corresponde destacar que también está en el ADN del trabajo abnegado y hasta heroico de nuestros civiles en el ejercicio de su trabajo, como lo ha demostrado nuestra anónima y joven enfermera, fallecida en acto de servicio, en tan solo cinco días, en nuestro País Vasco. Para ella y para toda su familia nuestro infinito agradecimiento y eterna admiración y respeto. “A España servir hasta morir”. Como España somos todos nosotros, y desde el emocionado recuerdo y en honor de esta noble enfermera, por favor, ruego a quien corresponda que se respete el lema que inspira y preside las actividades de la  Academia General Básica de Suboficiales de El Talarn, allí, como a propósito perdida en el noble campo de nuestra querida Lérida.

Aurelio Fernández Diz. CN (R.)

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22 marzo 2020

ACTO DE DESAGRAVIO A LA BANDERA. ¿QUIÉN SE ATREVE? A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

¿No había un español para defenderla con su vida si necesario fuere?

¿Habremos llegado a tal grado de indiferencia, pasotismo – el Diccionario de la lengua española recoge el término pasota: indiferente ante las cuestiones que importan o se debaten en la vida social- que nos haga permanecer mudos e impávidos ante el ultraje perpetrado en Gerona a la Bandera de España? En un edificio público, con vigilancia y seguridad, con obligación moral y material de su defensa, la Bandera fue arrancada de su mástil, lanzada por la ventana, pisoteada y abandonada en la calle. Nadie la recogió y la besó con su juramento y vida. Nadie. ¿No había un español en aquel lugar de Gerona? La Bandera de España fue sustituida por un trapo negro símbolo del grupo terrorista Bandera Negra, aquel  que intentó asesinar a Alfonso XIII, y al que han añadido caracteres independentistas.

El ultraje visto por toda España, por el mundo entero, tiene un simbolismo mayor que cualquier otro de los vividos el 1 de octubre en Cataluña. Es el símbolo de su lucha, una acción marca de la casa independentista. Es la revolución independentista, su bandera de combate. Un gesto que no puede ni debe pasar desapercibido. Los símbolos traen consecuencias porque unen o enfrentan, ganan y pierden batallas, pero siempre arrastran con su significado.

Bandera negra originaria del grupo terrorista que atentó contra Alfonso XIII

Nos enseñaron que: <<La Bandera de España y el Himno Nacional merecen el máximo respeto y veneración. La Institución Militar es la encargada de la custodia, honores y defensa de la Bandera, como símbolo de la Patria y su unidad>> (artículo 18 de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas). Ahora han cambiado la letra, incluso el estilo de nuestras Reales Ordenanzas, pero el espíritu nunca podrá ser otro que ese. Por eso atacan a la Bandera: símbolo de la Patria y su unidad. Atacan al símbolo que nos une y que nos hace fuertes.

Un soldado no puede quedar impasible ante la gravedad de la situación y ver la Bandera que ha jurado arrastrada por el suelo y ofendida sin que nadie tenga el valor de dar un paso en su defensa. Con el sentimiento y la sensibilidad a flor de piel ante hechos que tocan lo más sagrado, hay que saber mantener la calma, la moderación y el comportamiento. Los momentos de crisis y de tensión ponen a prueba la sensatez y el equilibrio del soldado preparado, eficaz y de ejemplar comportamiento por su disciplina y fortaleza de espíritu. Eso no significa pasar con indiferencia ante hechos tan ofensivos y menos permitir el silencio cobarde. Sería muy grave para un soldado. Debe mantener silencio, aunque todos saben cómo está su corazón ante lo inadmisible. Pero en nombre de todos los soldados, en su representación, alguien debe recoger el dolor de la afrenta y asumir la necesidad de organizar y encabezar el desagravio. Una afrenta que ha dolido a los soldados de ayer, a los de hoy, a los españoles de bien y no digamos a los millones de españoles que año tras año han dejado su beso de vida entregado en los pliegues de su Bandera. La Bandera de España merece el máximo respeto y veneración. Hay que recordárselo a todos los españoles. También a los que legislan, porque este respeto y veneración no debe ser exclusivo de los soldados que en definitiva están al servicio de la sociedad. Debe ser deber de todos.

Monte Constampla: A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR

 El Talarn es un pueblo español en la provincia de Lérida, catalán hasta la médula, donde se encuentra la Academia General Básica de Suboficiales. Desde el año 1974 en aquel hermoso paraje se forman los suboficiales del Ejército de Tierra. En las laderas del monte que allí domina el paisaje, Monte Constampla, se podía leer: A ESPAÑA, SERVIR HASTA MORIR. Es el lema de la Academia, con el que amanecían aquellos jóvenes soldados y era su Oración al anochecer. Un político nacionalista catalán, de cuyo nombre no quiero acordarme, presionó al ministro de Defensa, inmerecido ministro para tan buenos soldados, para que retirase aquel lema que le molestaba ver desde el cielo cuando su avión pasaba por encima de aquellos montes catalanes. Se cedió. El ministro ordenó retirar el lema y los militares cumplieron. Bajaron del monte el lema, se borró de los cielos de España para colocarse, modesto y sumiso, en la Plaza de Armas de la Academia. Aunque parezca mentira esto ha ocurrido en España con el Gobierno del señor Zapatero y su ministro de Defensa; de nefasto recuerdo. De aquellos, y otros más cercanos, polvos… ¿Nos extraña que ocurra lo que ahora ocurre?: A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR. ¿Quiénes? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde?…

Triunfarán porque nosotros nada hacemos por evitarlo. Nos robarán España cuando los españoles nos dejemos robar.

¿Ni un solo español para defender la Bandera? No quisiéramos tener que bajarla del monte más alto de nuestra patria para guardarla, esconderla, en las Plazas de Armas. No queremos nuestra Bandera empequeñecida en ningún rincón de España, ni borrar de sus laderas los colores rojo y gualda. Una vez ya basta.

Por ello en esta ocasión pedimos un acto de desagravio. Que alguien encabece el acto. En Gerona, en su plaza, con los honores reglamentarios, tres secciones de soldados, una compañía con una sección de cada uno de nuestros ejércitos y Armada, que icen la Bandera de España, bien alto, mientras suena el himno y España despierta de su letargo al oír el grito de ¡Viva España! ¿Quién se atreve a encabezar el desagravio?

En homenaje merecido. Es el Santo de nuestra Bandera. El próximo día 13 de octubre cumple 175 años, fecha en la que por Real Decreto se reconoció como Nacional la bandera de colores rojo amarillo y rojo y se ordenó que todas las unidades la utilizaran.

La Bandera de España.

¿Quién se atreve a encabezar el desagravio?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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3 octubre 2018

DIMITE EL CONCEJAL DE LA ESCALA (GERONA). EL LENGUAJE DE LOS TRUENOS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Asalto por mar en La Escala

La situación es de especial gravedad. Al menos a mí me lo parece. El rechazo de ciertos personajes en Cataluña a las Fuerzas Armadas lo sabemos y hemos denunciado en este blog siempre que se ha producido. Muy frecuente. Un rechazo que nada tiene que ver con la sociedad catalana que profesa un profundo respeto y cariño a las FAS del que he sido testigo en numerosas ocasiones. La campaña no es contra las Fuerzas Armadas sino contra España. No responde a los sentimientos de la población sino a la campaña independentista que ciertos personajes con ruido mediático y odio en las entrañas llevan a cabo inútilmente, pero sembrando una semilla difícil de anular cuando se les permite.

El concejal de La Escala (Gerona), un lugar muy conocido por las FAS desde hace tiempo se ha visto obligado a dimitir después de haber invitado  a un grupo de soldados de la base de San Clemente y al Grupo de Actividades Acuáticas de la Guardia Civil (23 hombres en total) a realizar unas prácticas de asalto por mar en una zona costera (un camping) propiedad de dicho concejal. Los alojados en el establecimiento y todo el que quiso disfrutó de la exhibición que había sido previamente anunciada.

¡La que se ha montado!

‹‹He sido víctima de la situación política y habría que hacer una reflexión porque no es la primera vez››, ha declarado el concejal.

Si esto no es grave es que hemos perdido el sentido de la realidad y vivimos en el mundo de yupi. El fondo de la cuestión, por lo que han presionado al concejal para que dimita,  es su falta de compromiso con el independentismo. Así se las gastan por estas tierras sus ‹‹amos››. Aquí o eres de la cuerda o te marginan. Es su democracia, la del ordeno y mando, la intransigencia, el sectarismo y la dictadura.

Mientras en Talarn (Lérida), donde se encuentra la Academia General Básica de Suboficiales, aquella cuyo lema A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR ordenó retirar un ministro de Defensa llamado Bono, que nunca supo lo que son las FAS y a las que ninguneó, Su Majestad el Rey Felipe VI entregaba los despachos de sargento a la XLII promoción de la Escala de Suboficiales. Nadie se salió de su papel. Todo fue cordialidad. Talarn vive de la Academia. La pela es la pela.

El Rey Felipe VI en la Academia General Básica de Suboficiales

Al final del acto una tormenta descargó sobre la formación, pero no deslució la ceremonia. He recordado el libro de un viejo profesor que tuve en la Academia de Infantería de Toledo. Le llamábamos el Sabio. Lo era. Su libro lleva por título: El lenguaje de los truenos. Muy apropiado. Algún significado tendrá.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

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11 julio 2017

COMENTARIO DEL DÍA: «Golpe al Estado». Andrés Manrique. Teniente (R.)

A España servir hasta morir

El anuncio de la comisión de un delito es un delito en sí mismo, no sé si en grado de tentativa u otra figura contemplada en nuestro ordenamiento, juristas tenemos y a ellos les corresponde tipificarlo.

Como ya se dijo en estas páginas, todos tenemos una idea de lo justo o lo injusto y para ello no es necesario tener conocimientos jurídicos. Cuando se saltan determinados barreras, hasta el español menos docto tiene esa sensación de alarma ante determinados hechos y sobre los que exige cierto grado de actuación. Algún tipo de actuación. De no ser así se hunde en el desamparo y ello no puede tener buen desenlace.

Situémonos  a principios de 1981 e imaginemos que se anunciara meses antes la realización del quebrantamiento del orden constitucional que no se produjo finalmente el 23 de febrero. ¿Qué hubiera ocurrido? Es sencillo, hubiese sido detenido y encarcelado quien liderara tal acto. Pero no solo él, sino que tirando de escalafón se hubiese llegado hasta lo más alto del mismo en aras de la restitución del orden constitucional. Solo el haberlo pregonado.

En España se está pregonando desde hace años la separación de una parte de la misma. No solo se pregona, no solo queda en la palabra, no. Se publican todo tipo de normativas, actuaciones y quebrantamientos de la ley. Desde todas las ópticas, culturales, mediáticas, empresariales, sindicales etc. etc. se clama contra ello….y nada.

La moderación de la que ha hecho gala siempre Juan Soldado no le impide en ocasiones expresarse con la contundencia que el momento actual exige.

Juan Soldado juró “guardar y hacer guardar la Constitución”, nadie podrá recriminarle que así lo haga.

Juan Soldado escucha día tras día eso de “Esto no pasaría en las naciones de nuestro entorno, se cortaría el mal de raíz”. Y no puede dejar de preguntarse por qué aquí se consiente, ya ni siquiera le convence la templanza a la hora de la toma de decisiones a este respecto.

Juan Soldado lleva años asistiendo al anuncio de la violación de nuestra Ley Máxima y no ocurre lo que la mayoría de los ciudadanos espera que ocurra, la aplicación de la Ley. Se veía ello desde la distancia y se calificaba como otra más de las “rabietas periféricas”. Daba la impresión de que nadie se lo tomaba en serio. Ahora se dan hasta las fechas del latrocinio, de la traición.

Juan Soldado ignora las consecuencias de la aplicación de la normativa más dura contra el separatismo pero sí sabe del resultado de la consecución de sus objetivos, la escisión de una parte de España. Esta cautela en la toma de decisiones le está llevando a la radicalización de sus posiciones –y no solo a él-. De seguir las cosas así optará por posicionamientos viscerales, atrincherándose con quienes, normativa en mano, defiendan hasta la última coma el juramento con el que en su día se comprometió de por vida.

Ahora más que nunca “A España servir hasta morir”. ”Por España, todo por España

Por España. Todo por España

Juan Soldado acata y cumple, como la milicia.

Andrés Manrique

Teniente (R.)

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24 mayo 2017

BARCELONA EMBANDERADA General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Barcelona embanderada

Envuelta en la bandera. Miles de banderas lanzando su mensaje. Si no quieres taza vas a tener taza y media

De nuevo enarbolamos la bandera, a banderas desplegadas, aunque sin libertad, en las calles de Barcelona, Hospitalet, Sant Cugat y Cornellá de Llobregat… Gran parte de Cataluña embanderada. Es bandera de inteligencia aquella que sirve para indicar que se han entendido las comunicaciones recibidas. Eso ha sido: bandera de inteligencia para los que nada entienden. Es muy arduo para sus entendederas.

Resulta que unos chavales han embanderado Barcelona, Hospitalet, San Cugat…

Parece que a alguno le han dado donde más duele. ¡Infamia!, era el grito mientras movilizaban con urgencia a los servicios de limpieza.

¡Ay mi Bandera! La que enarbolan los buques de la Armada y se prohibió  que el buque insignia la izara en Barcelona. Y se consintió.

A España servir hasta morir, bajo los pliegues de su Bandera, bajo sus colores rojo y gualda. Limpiaron el monte de cualquier resto de España.

Ofensa tras ofensa consentida. A la bandera, a los soldados, a los españoles, a los catalanes, a la Constitución, a la ley, a España.

Ordenanzas municipales, sanciones por embanderar Barcelona de España. Provocación y sanción.

Infracción municipal que tendrá mayores consecuencias para esos chavales que el delito de romper España, de incumplir la Ley.

Es más grave el incumplimiento de las ordenanzas que acabar con España incitando y adoctrinando a su rechazo, contra la Constitución y la historia.

Unos incumplen la Ley y son invitados al Parlamento español. Otros ponen unas pegatinas con la Bandera de España y ¡al cuartelillo! Como te pillen. Estarás fichado y sin explicaciones.

La vicepresidenta del Gobierno ha invitado al Presidente de la Generalidad a que explique todas estas cosas en el Parlamento. Sí, en el español. El de los Pasos Perdidos.

Mientras tanto, unos chavales van a ser empapelados. Su delito ha sido embanderar Barcelona. Con la bandera de España. Luego dicen que todos somos iguales…

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

20 mayo 2017

DON ERRE QUE ERRE General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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A España servir hasta morir

No son independentistas. Son incultos, pero tiene su culto y liturgia. No les gusta el Ejército. No les gusta España. No representan a nadie. La culpa es compartida, ellos y los que tragan. Van a decir ustedes que me repito escribiendo lo mismo casi a diario. No es así. Los que se repiten son ellos (como la morcilla) y mientras sigan seguiremos. Y lo vamos a hacer para evitar caer en la complacencia. Otros han caído no asumiendo su responsabilidad en defensa de los ejércitos como su puesto requería, aunque no los quieran. Es el caso del ministro que tragó con la retirada del sagrado lema: ‹‹A España servir hasta morir››. Cedió a las presiones del independentismo catalán en la Academia de Suboficiales del Talarn. Se llamaba me parece recordar Bono.

Era el año 2013 cuando se hablaba de cerrar la Academia del Talar (Lérida). Los independentistas pusieron el grito en el cielo. ¡La pela…! Hubo que rectificar.

Luego vino lo del alcalde Trias negándose a que la Reina entregase la Bandera de Combate al buque insignia de la Armada, el rechazo de la alcaldesa Colau, el invento, que ni ellos se creen, del ejército catalán… como les decía: la morcilla.

Ahora el ataque, la víscera se repite, mira por donde,  en la Feria de Lérida donde el señor Puigdemont -el que se reúne, pero no se reúne, el que es, pero dejará de ser, el presidente-  pretende evitar que los ejércitos dispongan allí de un estand informativo. Entonces ¿qué?, ¿mantenemos la Academia de Suboficiales en Lérida o no? En fin, que no saben lo que quieren, pero sí lo saben. Los que lo saben son los sufridos catalanes que como el resto de españoles tenemos que sufrir y aguantar a estos solitarios representantes de la nada. El problema es que aguantamos mucho, protestamos poco y no nos repetimos. ¿Estamos ya aburridos, complacientes, entregados? Nosotros desde luego que no. No vamos a tragar.

Mientras ellos sigan erre que erre, nosotros dale que dale. Y es que como decía, y sigue diciendo, en la Academia de Suboficiales del Talarn en Lérida:

‹‹A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR››. Y lo vamos a cumplir.

Porque la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.

General de División (R.)  Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

25 febrero 2017