175 ANIVERSARIO DE LA ACADEMIA DE INFANTERÍA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

 

La Academia de Infantería de Toledo es casa y alma de cualquier infante, de soldado a general. No es lugar de privilegio ni de visita protocolaria, es un vaticano de la Infantería española donde se encuentran Pedro Calderón con Baltasar Queija en un abrazo que recuerda al del Tajo con la imperial Toledo.

Y éstos que en la Academia Toledana

sienten que se apodera de sus pechos

con la épica nobleza castellana

el ansia altiva de los grandes hechos

Lo demás son zarandajas momentáneas, actos protocolarios de hoy donde alguna infantería moderna se hace fotos, pero no reza ni sabe

besar la Cruz aquella

que forma con la enseña de la Patria

el arma con que habrán de defenderla.

La Infantería, la de a pie y sin dinero, pero siempre con su Virgen Inmaculada, que cumple, según nos anuncian, 175 años desde que abrió Escuela para que no se olvidasen las hazañas de una religión de hombres honrados que canta

Ardor guerrero vibre en nuestras voces

y de amor patrio henchido el corazón

Se ha celebrado el 175 Aniversario fundacional de la Academia de Infantería. Fue allá por 1850 cuando abrió el primer Centro de Enseñanza del Arma: el Colegio de Infantería, origen de la actual Academia de Infantería. Pasó por el Hospital de Santa Cruz, Hospital de Santiago y Casa o Fonda de Caridad, de la ciudad de Toledo, se cerró en 1869, volviéndose a abrir en 1875 en el Alcázar de Toledo. Más tarde el General Franco ordenó la construcción de la actual Academia de Infantería inaugurada en 1948.

El Alcázar ha quedado, o debería,  como imagen del heroísmo de la Infantería y del pueblo toledano. Sigue siendo espejo para cualquier infante. Eso creemos, aunque no lo aseguramos porque no hay peor enemigo que el olvido o la mala memoria.

De los actos conmemorativos de tantos años de Colegio, pocos infantes se han enterado. No se nos ha mandado una mínima reseña como recordatorio de los hechos. «Que somos muchos no es escusa», sino desidia, porque como dijo D. Camilo José Cela, la Infantería no es la masa sino la compañía. En el mundo de la Inteligencia, incluso artificial, hay sobrados métodos para llegar hasta el último de los infantes. Solo es querer y para eso hay que saber.

La Academia de Infantería celebro sus 175 años. A su manera y con la sociedad civil, con su Toledo y autoridades, que eso está muy bien siempre y cuando no se olviden de los que nos hemos formado como infantes para el combate, con ardor guerrero, los que quedan que no son tantos como para no hacer un toque de llamada

que aún te queda la fiel Infantería

que, por saber morir, sabe vencer.

Esa Academia es  nuestra y no del Director ni del Mando de Enseñanza ni del Jefe del Ejército ni de la ministra de Defensa. Es de los infantes que allí se han formado, subido por Cerro Cortado y sudado hasta el vértice Torrejones cantando entre olivares, crípticos como los alcaravanes de aquellas tierras solo para infantes curtidos en las cosas

del deber, de la Patria y del Honor. ¡Honor!

¿Habrá otra manera de ser infante? Porque creo saber que en esa Academia, de la Infantería, de todos los infantes…

‹No se ha visto en todo el mundo

tanta nobleza compuesta,

convocada tanta gente,

unida tanta nobleza… ››

¿Ya no es aquel soldado vago al frio y al calor? Claro que «quien no haya sido soldado de Infantería quizá ignore que cuando el hombre se cansa, aún le faltan muchas horas y muchas leguas para cansarse».

Las armas hacen ruido. Mucho ruido. Ser Infante ya no es ser del Arma de Infantería, ahora es una especialidad.

Silencio…

…el arma con que habrán de defenderla

¿Una especialidad? ¿Qué será eso? ¿Una parte? ¿Una limitación? Cuando ser infante es todo en la milicia. Lo son todas las Armas en su base principal. Especialidad es de serlo todo acabar siendo nada. La Academia de Infantería ¿es una especialidad?

¿El Alcázar de Toledo es una especial historia prohibida?

Pues miren, soldado o general, es lo mismo porque a ningún infante de a pie nos han invitado, que no cabemos, somos muchos, pero ni siquiera el recuerdo, unas líneas en los medios. Nada; silencio de nuestra Academia, a nadie se lo han dicho y con su pan y sal se lo coman. En cualquier caso esa es la buena noticia: Somos muchos, somos Legión.

Fueron los Tercios. Pasó algo parecido en el Centenario de la Legión. En silencio. Cien años de historia sin que a nadie se le haya ocurrido recuperar aquellos cien años. Era infantería.

A lo mejor en estos 175 años alguien habrá tenido un recuerdo para el Alcázar de Toledo, tan vinculado a nuestra historia de infantes.

Somos muchos y no hay sitio para todos. No se puede invitar a todos. ¿Somos masa o compañía? Desviemos el disparo y bajemos la distancia de tiro. Menos infantes y más silencios, que pasen desapercibidos. Al fin y al cabo es una especialidad.

175 años en silencio. Muchos infantes en España, la mayoría, y pocos se han  enterado. Mucha autoridad civil, muchos juramentos, pero los infantes huérfanos de la autoridad que da ser infante: «Quien no haya sido soldado de Infantería quizá ignore que cuando el hombre se lanza, cuando el hombre se calienta la sangre, lo más difícil es pararlo y enfriarlo. Porque el otro secreto de la Infantería es el de calentar el aire con la mirada y darse cuenta de repente que la batalla terminó cuando el soldado creía que estaba empezando. Que nunca mejores temples se conocieron ni en más gallardo menester se emplearon».

Han asistido los Coroneles de todos los Regimientos de Infantería de España. ¿Todos o los de los escasos Regimientos que quedan ? Hemos estado quizá en ellos representados.

Queda un mes para celebrar la Patrona del Arma. Recuerdo.

«Resuenan pífanos marciales y aún nupciales en la última y más profunda revuelta de nuestros oídos, y aún se estremece, gracias a Dios, ese último nervio que en los cuerpos de los bien nacidos se guarda, como oro en paño, para que vibre en las ocasiones solemnes. En el día de la Patrona, por ejemplo».

O en el Aniversario de sus 175 años de historia.

¡Viva la Infantería!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

10 noviembre 2025

NO A LA LAUREADA A LA LEGIÓN ESPAÑOLA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Pues ya lo saben ustedes. Ni 20, 30… ni 100 años. Ni Centenario ni nada. Que no habrá Laureada para la Legión. Que lo dice la ministra de Defensa y todos firmes. El comunicado oficial lo hace en una entrevista, para los que se suscriben, pagando. España se ha hecho de pago, o de partido.

Le preguntan a la ministra sobre la Laureada a la Legión por su Campaña del Rif.

—Pregunta: Este año se celebra el centenario de La Legión. ¿Le concederá el Consejo de Ministros la mayor distinción militar con la concesión de la Laureada de San Fernando colectiva por los hechos de la Guerra del Rif (1921-1927)?
—Responde: «Creo que cada cosa tiene su momento. Ahora estamos con un enemigo: la Covid. Este es el enemigo al que tenemos que hacer frente. Me habla de unos hechos de 1921 a 1927, ya han pasado cien años y me pregunto por qué durante estos cien años no se ha dado la Laureada. Lo que se tenga que hacer se hará en su momento. Lo he dicho muchas veces: nos sentimos muy orgullosos del presente de La Legión y, sobre todo, de su futuro. Quiero hablar del futuro. Y, quizá, los que no han dado durante cien años la Laureada de San Fernando a La Legión son los que tienen que contestar por qué no la dieron.
Quizá se buscaba la fecha redonda del centenario de su fundación…
Hombre, ha habido los 20, los 30, los 40, los 50 años… ¿qué casualidad que se esperara al centenario, no?».

Ya está. No habíamos caído: Franco, era el general Franco el que le tenía que haber dado la Laureada. Estos socialistas son expertos en el «y tú más».

La culpa es de ¿Alfonso XIII-Primo de Rivera-Alcalá Zamora-Azaña-Lerroux-… Largo Caballero o Negrín. Franco o Suárez. Felipe González o Aznar?, ¿o sería Rajoy? Pedro Sánchez nunca mancharía de esa manera su hoja de servicios.

Poco empeño ha puesto la ministra en leerse los antecedentes, y sus asesores en asesorar, muy alejados del sentimiento legionario.

Simple recordatorio señora ministra: 9.722 muertos; 35.200 heridos; más de 1.000 desaparecidos. Total: 46.000 bajas.
   7 Laureadas de San Fernando Colectivas.
   22 Medallas Militares.
   23 Laureadas de San Fernando Individuales.
   211 Medallas Militares.
Ese es el historial de la Legión. Su hoja de servicios.

Se equivoca la ministra y así nos va. Dice que ahora a lo que están es al virus. Para el ministerio de Defensa el enemigo no es la Covid. Si pretende enmascarar una mala gestión utilizando a las Fuerzas Armadas eso es otra cosa. Ya se lo he comentado en mi anterior artículo.

Voy a recordarles como se llevó a cabo la concesión de la Laureada al Regimiento de Caballería Alcántara por los méritos contraídos en la retirada de Annual (1921). Un expediente de características similares al de la Legión.

Se recuperó y rehízo estando de ministra la señora Chacón a la que se elevó el expediente con el visto bueno de la Real y Militar Orden de San Fernando. El Asesor Jurídico General de la Defensa, bien aleccionado, emitió informe negativo y la ministra negó la concesión. Se esperó al cambio de Gobierno, y por tanto de ministro de Defensa, y el mismo Asesor informaba positivamente, concediendo el Gobierno del Partido Popular la Laureada Colectiva al Regimiento de Caballería Alcántara. Depende, todo depende de la ideología al uso.

No entro en más detalles, que los hay. Fue una cuestión ideológica por decirlo de alguna manera.

Ahora me temo, como entonces, que no quieren resucitar épocas anteriores ni los méritos de una Unidad al frente de la que estaban el teniente coronel Millán-Astray y el comandante Franco.

La Legión se queda sin Laureada, sin Centenario, sin historia de su fundación y no sabemos si con razones para seguir existiendo.

EL EXPEDIENTE DE CONCESIÓN DICE ASÍ EN UNO DE SUS PÁRRAFOS:

« Por todo lo expuesto me permito manifestar que la laureada que se pide para este Cuerpo por el general don José Sanjurjo, Jefe Superior, seguramente se inspira, no tan solo en los hechos asilados en los que se encuentran muchos y fundados motivos para conceder tan altísima recompensa, sino también en su conducta gloriosa de heroísmo y alto espíritu de sacrificio durante toda la guerra, por haber empleado en los casos de mayores riesgos y fatigas y haber tenido la suerte y el galardón de no haber sufrido derrota alguna y, porque desde el 7 de enero de 1921 (primer hecho de armas) hasta el día 5 de julio de 1927 (último combate con bajas), asistió la Legión, a 505 operaciones de guerra, 85 convoyes y 309 agresiones, o sea, en total 845 hechos de armas y que las bajas en acción de guerra fueron: 116 jefes y oficiales muertos, 319 jefes y oficiales heridos, 1871 clases y legionarios muertos y 5.775 clases y legionarios heridos, o sea, un total de 8.081 bajas, y teniendo en cuenta que el número de orden de alistados en la Legión desde septiembre de 1920 al 10 de julio de 1927 ha sido de 19.379 hombres, de los cuales 10.255 sufrieron bajas por distintos conceptos y 2.040 son destinos que no empuñan el fusil en el combate, nos dan un cálculo aproximado que el número de hombres que durante la campaña combatieron en las filas de la Legión, sufrieron bajas, puede estimarse 12.000 a 14.000, y como estos 12.000 ó 14.000 han sufrido 8.171 bajas, el tanto por ciento de las sufridas por los contingentes combatientes de la Legión durante la campaña, es bastante más del cincuenta por ciento».

¿Han leído el expediente en el Ministerio de Defensa? No son los únicos culpables.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

2 noviembre 2020

 

 

 

 

 

 

 

CENTENARIO DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA FUNDADA POR EL TENIENTE CORONEL JOSÉ MILLÁN-ASTRAY

1 de enero de 1954. Muere el fundador de la Legión, Caballero Legionario José Millán-Astray como quiso que se pusiese sobre su tumba.

1 de enero de 2020. La Legión española se hace Centenaria.

Este es el año de la Legión. Lo iniciamos con el recuerdo respetuoso y de admiración a su fundador en la fecha de su muerte. hoy se cumplen 66 años.

Pide que en su tumba solo aparezca:

Caridad y Perdón

Millán Astray

Legionario

Desde este blog hemos dedicado una Sección exclusiva «LA LEGIÓN CAMINO DEL CENTENARIO» preparatoria del mismo. El próximo día 28 de este mes finaliza el camino. Llegamos a la meta: «EL CENTENARIO DE LA LEGIÓN».

Las colaboraciones que hemos recibido rozan la cifra de 70. Todas de un valor incalculable y que harán historia. Testimonios auténticos y veraces, legionarios, sin poder destacar unos más que otros porque son expresiones del corazón legionario arrancadas desde su Credo. ¡Gracias!

Han faltado muchos testimonios. Promesas no han faltado (incumplidas por ahora). Legionarios hay miles, pero no todos han oído el grito de ¡A mi la Legión!, lo cual es hasta lógico entre tanto ruido en el que vivimos inmersos. Algo de: yo a lo mío…, y no meterme en líos.

El próximo día 28 da comienzo el Centenario. Ese día de 1920 se publicó el Real Decreto fundacional, aunque la fecha elegida por el fundador para celebrar el Aniversario de la Legión fue el 20 de septiembre; cuando se alistó el primer legionario.

Nuestra labor no ha terminado. Empieza. Seguiremos publicando sus testimonios. Solo variará el título: «EL CENTENARIO DE LA LEGIÓN». Esperamos que sigan animándose; hablemos de la Legión y que sus palabras nos llenen de alegría y sean un reconocimiento a todos los que han servido, sirven o aman a la Legión.

Hoy día 1 de enero de 2020, cien años desde que en 1920 se fundó la Legión, recordamos con una oración al Cielo legionario a nuestro fundador: General don José Millán-Astray. ¡Presente!

EL ESPÍRITU DE LA MUERTE

El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.

¡Damas y Caballeros Legionarios! Con el gorrillo en la mano izquierda y el brazo en alto gritad conmigo:

¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!

Terminaba de escribir mi recuerdo y oración en el aniversario de la muerte de nuestro fundador general Millán-Astray cuando me llega la noticia de la muerte del Cabo Caballero Legionario don José Ortega. Fue el escolta del fundador, general Millán-Astray, hasta su muerte, su sombra, su hermano legionario en la hermandad del compañerismo, unión y socorro y amistad. Nunca dejó a su general, ni el general a su Cabo. José ha muerto con 95 años; eso para la Legión no importa; siempre Caballero legionario.

He estado a despedirle y allí estaba su mujer Ángeles y sus hijas, sus familiares, amigos y la Hermandad Nacional de Antiguos Caballeros legionarios. Sobre su féretro el gorrillo, la bandera de su España con el emblema de la Legión y su foto, la del Cabo Caballero legionario José Ortega. Servidor de España desde la Legión.

Ni una lágrima. Por un legionario no se llora, solo se reza y se le pide que, ahora que se va al Cielo de los legionarios, reclame allí un puesto para nosotros, los legionarios.

Él acaba de encontrase con su Jefe, el fundador, y allí en el Cielo seguirá la escolta y la amistad de dos hombres buenos. Descansa en Paz, mi Cabo. Descansa en Paz, mi General.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

1 de enero de 2020 Centenario de la Legión 

LA QUINTA HERIDA DE MILLÁN-ASTRAY FUNDADOR DE LA LEGIÓN. CAMINO DEL CENTENARIO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Millán-Astray por Zuloaga

Sí. Ya sé que fueron cuatro.

Cuatro heridas graves, de guerra, frente al enemigo:

17 de septiembre de 1921. Barranco de Amadí, toma de las tetas de Nador. Herido en el pecho.

10 de enero de 1922. Combate de Draa el-Asef. Herido en una pierna.

26 de octubre de 1924. Fondak de Ain Yedida. Arengando a los soldados del Batallón “Burgos”. Herido en el brazo izquierdo que tuvo que ser apuntado.

4 de marzo de 1926. Loma Redonda. Revisando las fortificaciones de vanguardia. Herido en el ojo derecho. Desgarros en el maxilar y mejilla izquierda. Como consecuencia de la herida pierde el ojo derecho.

Pero hay más.

Eran sus auténticas condecoraciones. Un ángulo dorado bordado en la manga del uniforme por cada herida. Era un ejemplo, el estandarte de lo que era la Legión. Las palabras que les dirigía a sus legionarios no eran retórica vacía, ni teatral actitud. En la Legión no se miente, a nadie se le engaña.

Habéis venido aquí a morir”. Aquellas palabras las llevaba bordadas el fundador de la Legión no solo en el uniforme sino en su acribillado cuerpo como si fuese el mismísimo Tercio que se erguía entre las balas para escándalo de los mediocres.

En la Legión, las heridas siempre han sido la hoja de servicios de los valientes.

El joven oficial Ríos Capapé allá por el año 1926 cuando Millán-Astray recibe la cuarta herida de guerra le envió el siguiente telegrama:

<<Felicítole por cuarta, gloriosa herida Stop Espero impaciente la quinta>>.

El joven oficial Ríos Capapé enviaba un telegrama al héroe herido, sin pensar muy bien la redacción del texto, en el que venía a desearle otra nueva herida. Decía lo que no quería decir, expresando mal lo que quería decir, aunque todos interpretaban con meridiana claridad lo que quería expresar. Lucir las cicatrices en dorados ángulos era el preciado premio a los duros combates, era la gloria y la buena estrella ante el enemigo.

Lo que no sabía aquel joven oficial es que su metafórico deseo se iba a cumplir. El fundador de la Legión puede haber sido herido por quinta vez, una herida reciente que la cobardía ha esperado a la oscuridad del momento, a la mediocridad de algunos elementos y a la traición y deslealtad, incluso de algunos allegados, para disparar con su vulgar paqueo.

La Legión sigue siendo lo que fue. Lo que era su fundador y lo que quiso su fundador que fuese. Si alguien pretende separar al creador de su obra pierde el tiempo. Mejor será, si se atreve, que destruya la obra; renacerá antes de caer.

La quinta herida de Millán-Astray no está causada por quitar su nombre a una calle, ni por redactar panfletos injuriosos llenos de odio y envidia contra su labor y persona. No hiere quien quiere. Hay que ser inteligente, caballero y noble para enfrentarse a un soldado en combate. No es el caso.

La quinta herida recibida por el fundador de la Legión es, será, sería, podrá ser, ha sido -la bala puede estar haciendo ya su recorrido-…, que separen al fundador de su obra, que escondan el nombre del teniente coronel Millán-Astray cada vez que se hable de la Legión.

La Legión camina a su Centenario de la mano de su fundador. Si no es así no habrá Centenario de la Legión. Será otra cosa.

Camino del Centenario en nada ha cambiado la Legión. Solo hay una cosa que la distinga y la haya hecho grande en su centenaria historia: su espíritu. Adaptarse a los tiempos no es renunciar a otros tiempos. Es recordar y divulgar, es sentirse orgullosos de los hombres que quedaron en el camino. Es el recuerdo a todos los que humildemente sirvieron y todo lo dieron; con su camisa verde abierta a las balas, las de plomo y las que con insidia lanza la retaguardia. No abrocharemos el botón de nuestra camisa verde, a nadie le cerraremos el paso, pero el que se atreva que venga a cerrárnoslo.

El centenario de la Legión, para unos y para otros, para todos, debe estar unido a la figura de su fundador: teniente coronel José Millán-Astray.

El combate está en marcha. El paqueo suena ya muy cerca.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog generaldavila.com

04 mayo 2018