EL BREXIT, DONALD TRUMP Y OTRAS DISQUISICIONES ESTRATEGICAS. Capitán de Navío (R.) Aurelio Fernández Diz

Desde mi última colaboración en este blog, hace pocos meses, en la que consideraba lo importante que sería para Europa, y para el mundo entero, la incorporación de Rusia al concierto europeo, se ha producido la coincidencia de la salida aprobada por referéndum, pero aún no cumplida, del Reino Unido (RU) de la Unión Europea (EU) y la elección del nuevo presidente de los EEUU  Donald Trump. La importancia de esta coincidencia reside en que ambos acontecimientos vienen a propiciar algo en la misma dirección: la necesidad urgente  de una política exterior común que sea el  sustento de una verdadera defensa compartida. Es decir, que la UE, ya sin el RU, se responsabilice de una vez por todas de su propia defensa.

Nadie puede dudar de  que el Reino Unido forma parte de Europa y es, además, una de sus  partes más importantes y trascendentes. La geografía y la Historia así lo demuestran. Sucede en cambio que los británicos, al menos en su mayoría, sus gobiernos y hasta  sus diplomáticos se comportan como si no lo fuera. Es como si  la  configuración insular del territorio en el que habita el  pueblo británico  hubiera contribuido a darle  una mentalidad, una seguridad en sí mismos que, a lo mejor, no se corresponde con una realidad bien  fundamentada. El pueblo británico es un pueblo europeo que, después de aprobado el Brexit, parece demostrar  que no desea serlo porque las obligaciones que impone la UE representan una carga, una limitación a su soberanía que considera  inadmisible.

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Sin tener motivo alguno para descalificar todos los intentos de organizar una defensa y una seguridad netamente europeas la realidad es que la falta de una verdadera unión política entre todos los  países que hoy forman la UE  hace languidecer todos los esfuerzos e iniciativas para alcanzar una efectiva defensa. Tanto es así que cualquier observador pudiera pensar que ya que existe la OTAN, que  se adorna de una envidiable  eficacia operativa y de  una envidiable también capacidad de adaptación a la cambiante situación internacional, ¿para qué crear una nueva organización defensiva, limitada a Europa, como en su día se intentó con la UEO, si ya existe la OTAN?  La defensa europea podría concebirse como  simple pilar oriental de la organización. El único problema sería que el proceso de la toma de decisiones nunca podría ser exclusivamente europeo y que, además, gran parte de los países de la UE no son miembros de la OTAN situación que, por otro lado, podría tener una solución no muy difícil. Pero una defensa europea obligada a desarrollarse dentro de la OTAN es indudable que carecería de una capacidad de actuación  independiente, impensable sin tener en cuenta la voluntad y los intereses de Canadá y de los EEUU, al otro lado del Atlántico y ahora también , después del Brexit, del RU en este lado del océano.

 En la época de la guerra fría esta situación  de dependencia de la UE de la OTAN era aceptada de buen grado porque la mayoría de los países europeos vivían en paz protegidos por la sombrilla nuclear norteamericana. Ahora, en otra situación internacional, Europa está pudiendo comprobar como sus criterios en cuestiones  defensa y seguridad no son tan coincidentes con los norteamericanos, como antes lo eran. Dos visiones estratégicas que cada día parecen más divergentes, la de Alemania y la del Reino Unido, ya no coinciden ahora mismo como pudieron haber coincidido en el pasado. La primera, representada  por el pensamiento  de Ángela Merkel que, por su trayectoria vital, no puede dejar de mirar tanto al Este como hacia el Oeste y la segunda, más atlántica y centrada en considerar que puede defender mejor  sus  intereses alineándose incondicionalmente con  la visión estratégica   de los EEUU. La elección de Donald Trump no ha hecho más que resaltar una predisposición política del RU que no es nada reciente.

En la misma línea, llama la atención, lo que podría  confirmar todo lo expuesto con anterioridad, que las recientes conversaciones  entre el presidente ruso Putin, la canciller alemana Merkel y el presidente francés Hollande sobre los bombardeos indiscriminados en Alepo se haya celebrado con  la ausencia de la primera ministra británica Theresa May que, ahora mismo, parece dedicar todo su tiempo a preparar el Brexit en las mejores condiciones posibles. El Reino Unido está dando evidentes señales de  intentar abandonar el camino, el destino europeo, en la parte de sus cargas, de sus obligaciones  pero no en la parte de sus ventajas como puede ser la participación en un mercado único para sus exportaciones, en todo lo posible,  cautivo.  En realidad es la misma enfermedad que afecta a los políticos españoles que se califican de nacionalistas: esperanza de quedarse, insolidariamente, con la mayor parte de la tarta.

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El Reino Unido no quiere una defensa europea. Por no querer parece que tampoco ve con buenos ojos una Europa unida y fuerte que pueda representar en el futuro un serio competidor económico y no digamos militar. Todo parece indicar que tenía razón el General De Gaulle cuando ni quería oír hablar de una posible entrada del Reino Unido en el entonces  Mercado Común. Nunca sabremos con exactitud si los problemas de falta de identidad y comportamiento europeo de algunos países miembros de la actual UE son el reflejo, el  resultado de la  política exterior británica  que tiende a ser copiada por otros como ejemplo de cómo se pueden defender  a ultranza los intereses particulares en perjuicio de los intereses del conjunto.

El próximo presidente de los EEUU  Donald Trump, con sus declaraciones, viene a rematar el cuadro que el RU empezó a pintar, hace solo unos meses, con su anunciado Brexit. Trump ha llegado a manifestar que él no quiere una OTAN como la actual en la que, a pesar de los años transcurridos desde su creación, los EEUU aún no han  obtenido cumplida respuesta a su  tan anhelada aspiración: el  necesario reparto de cargas o  “burden saharing.”  Es decir, en la “conjunción “ anglo americana , la defensa europea tiene que llevarse a cabo dentro de una  OTAN, dirigida principalmente por los EEUU y Reino Unido y…pagar más por ello. La verdad es que en las actuales circunstancias de la situación internacional la propuesta no parece muy apetecible para el conjunto de los europeos. Sin embargo, Trump también ha declarado que quiere ser amigo de Putin y en eso puede encontrar un fuerte apoyo de los políticos europeos continentales que aspiran, sin renunciar a  las posibilidades virtuales de la OTAN,  a una política de seguridad y defensa verdaderamente propia y que pueda equilibrar los inconvenientes  de  la excesivamente polarizada visión anglo americana,  en una relación de igual a igual, como tantas veces se dice ahora.

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¿Cómo afecta todo esto a España? Pues todo parece indicar que le afecta muy directamente y para bien. Los gobiernos de España tendrán que enfrentarse a la necesidad de definir una estrategia de defensa, una estrategia militar propia, y no limitarse a una estrategia de seguridad nacional, como la definida en el año 2013, que se puede resolver práctica y únicamente con recursos civiles, pero que no da cumplida respuesta a nuestras  necesidades estratégicas.

En los últimos años hemos podido comprobar como los distintos gobiernos que se han relevado en el poder, socialistas y populares,  resolvieron sus preocupaciones estratégicas con la simple promulgación al principio de las distintas legislaturas de directivas de defensa, que  luego dormían el sueño de los justos en los cajones de alguna  mesa. Hubo, sin embargo, alguna honrosa excepción: la Revisión Estratégica de la Defensa (RED)  firmada en el año 2003 por el presidente Aznar. Fue la primera vez que se redactaba, siguiendo probablemente la estela británica, un documento de esta naturaleza, un buen documento que, con el paso de los años y de los gobiernos, se fue descafeinando, especialmente durante las dos  legislaturas bajo la  presidencia de Rodríguez Zapatero que terminó elevando a los altares al  llamado documento Solana que el gobierno socialista estableció como referencia única, como marco  para la redacción de cualquier estrategia de seguridad. El documento Solana estaba basado en la experiencia del propio ex Secretario General de la OTAN y en  los conceptos que se manejaban entonces, en el ámbito de la propia organización,  referidos principalmente a cuestiones y problemas  de  seguridad. Y fue aquí, y así, donde se produjo el desvío, la bifurcación en el pensamiento estratégico que ha permitido, y lamentablemente parece que  está todavía permitiendo,  tratar cuestiones solo  de seguridad como si  de defensa se tratasen. En la OTAN siempre se sostuvo que  las cuestiones relacionadas con las estrategias de  defensa eran, y son, de consideración y competencia exclusiva del ámbito nacional.

Durante el  siguiente gobierno, del partido popular, el  presidente Rajoy  promulgó la Directiva de Defensa Nacional 1/2012 en cuyo punto 4.1 se anunciaba una Revisión Estratégica de la Defensa (RED) que , hasta donde hemos podido constatar, todavía no se ha redactado. Posiblemente afectada  por el desvío conceptual antes mencionado,  aquella RED, aún no nacida, parece que se ha transformado, según todos los indicios, en  la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) 2013 que implica directamente  a casi todos los agentes civiles y  menos directamente a los responsables de la defensa  como pueden ser los ejércitos cuyas necesidades de definición estratégica  han quedado, una vez más,  postergadas. Es muy posible que una nueva directiva de la defensa nacional que  promulgue el nuevo gobierno del partido popular pueda incluir el anuncio de una RED, como se  hizo en la directiva del año 2012, y como ahora  sería muy deseable. Se dice que la defensa no debe de estar circunscrita al ámbito militar, que es, o debe ser, una responsabilidad de todos, algo en lo que podemos estar de completo acuerdo. Pero resulta que la ESN 2013 no es algo que pueda ser compartido por todos porque en ella prácticamente se  excluyen los temas propiamente de la defensa y a sus tradicionales ejecutores: las fuerzas armadas cuyos jefes de estado mayor no tienen silla en el Consejo de la Seguridad Nacional, ni siquiera, en este caso, detrás de su ministro de defensa, como antes la tenían de pleno derecho en el Consejo de la Defensa Nacional. Lo que a nuestro juicio confirma  todo lo que aquí se viene afirmando: la ESN es una estrategia de solo eso, de seguridad, pero no es una RED, no es una  estrategia propiamente de defensa que pueda justificar las a veces considerables, pero necesarias,   inversiones militares

Si la RED estuviese redactada como aquí se propone, a lo mejor el Ministerio de Asuntos Exteriores hubiera tenido razones suficientes para no negociar la suspensión de una escala de  reabastecimiento en Ceuta de la flota rusa, camino del Mediterráneo oriental, que, como en otras muchas ocasiones, estuvo previamente autorizada. Esta escala hubiera supuesto un claro beneficio para los intereses económicos de la ciudad. Atender a la petición del Consejo Atlántico que, por la realidad de lo acontecido vino a defender con gran urgencia y determinación los intereses británicos antes que  los españoles, no deja en una posición muy airosa a nuestros ministerios de Exteriores y Defensa. Todo ello agravado por una odiosa discriminación en virtud de la cual la OTAN considera a Gibraltar como territorio a defender y no así a los territorios españoles en el Norte de África. Por otra lado, contrasta mucho cómo el  Reino Unido  no se muestra nada  diligente con la defensa de los intereses españoles en Gibraltar cuando se refieren a la  entrada  en puerto de submarinos nucleares averiados, a la instalación de gasolineras flotantes, a entorpecer los trabajos de la Guardia Civil en su lucha contra del tráfico ilegal de tabaco y estupefacientes, o cuando se efectúan rellenos para ganar terreno al mar en una zona definida por la UE de protección medio ambiental, por poner solo simples  ejemplos de cómo se comporta nuestro aliado en una colonia que, además, no le pertenece. Y, para rematar los despropósitos, parece ser que Trump comparte con sus más cercanos asesores de la Heritage Foundation la idea de  que,  para los intereses de los EEUU,  es mejor que  Gibraltar se conserve en manos británicas en lugar de un eventual traspaso de la colonia   a manos españolas. Y, si este es el trato que recibimos de nuestro principal aliado en la OTAN,  podrá comprenderse con facilidad la desolación, el desánimo y la tristeza que consideraciones  como ésta producen en el alma de la mayoría de  los españoles que no solo desean recuperar cuanto antes su integridad territorial si no que hubieran deseado, además, que esta se produjese como resultado de  una plena  coincidencia de los intereses de España y de los EEUU  en el seno de la Alianza Atlántica a la que ambas naciones pertenecen.

Por tanto, y  para finalizar, solo decir que España debe de tener personalidad estratégica suficiente para poder defender sus propios intereses,  incluso ante sus propios aliados,  para no verse obligada  a defender con innecesario seguidismo los intereses de otros. Esa sería sin duda la mejor contribución a una defensa europea verdaderamente común y compartida.

Aurelio Fernández Diz

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Foro de Pensamiento Naval.

¿QUÉ HACEN NUESTROS SOLDADOS EN TURQUÍA? General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

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Soldados españoles en Turquía ¿Hasta cuándo?

No sé si recuerdan que en julio hubo un golpe de Estado en Turquía. Un país de la OTAN. Democrático, dicen. Desde hace catorce años lo preside Erdogan. La democracia turca quiere ser miembro de la Unión Europea, pero la UE se reduce cada vez más a Francia, Alemania e Italia. Los otros están pero no son… lo mismo. A Turquía no le faltan razones para estar, aunque no lo sea, en Europa y en la Unión Europea, sobre todo cuando recuerda su pertenencia a la OTAN. Erdogan se muestra como líder ejemplar por haber hecho frente con tanta eficacia a un golpe de Estado. A continuación saca pecho por sus medidas contra militares, jueces, periodistas y cualquier cosa que se menee.

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Mustafá Kemal Atatürk

El vulgo no sabe quien era Mustafá Kemal Atatürk. Para el ejército turco es una figura de permanente recuerdo y ejemplo. Erdogan prefiere olvidarlo y que se olviden. Kemal Atatürk fue un oficial del ejército turco. Un glorioso general, vencedor en la batalla de Galípoli y primer Presidente de la República Turca. Creador de la Turquía moderna, democrática y laica. Un referente militar y social. Erdogan está a otra cosa. . . Los Dardanelos, Galípoli, Mustafá Kemal Atatürk, recobran actualidad. Sin Winston Churchill. Siempre puede ser peor.

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Europa embarca en el portaviones Garibaldi

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Erdogan después del Golpe de Estado

También Europa, es decir Francia, Alemania, Italia… están a sus cosas. En el portaviones Garibaldi, junto a la histórica isla de Ventotene, se acaban de reunir sus mandatarios. Es decir Francia, Italia y Alemania. El portaviones es un símbolo, dicen. Ventotene también. El Brexit es algo más práctico y entendible. ¿O será también un símbolo? En el portaviones hablarán de todo un poco: Ucrania, Brexit, terrorismo yihadista, economía…Yo creo que hablarán de algo más. Detrás de la pantalla del Garibaldi se esconde una fecha: martes 8 de noviembre 2016. Pueden cambiar muchas cosas. También hablarán de Turquía. Y es que las elecciones norteamericanas también se juegan en Europa y en Turquía. A Hollande le preocupa la seguridad, a Renzi la economía y a Merkel la cooperación en materia de emigración (Turquía). Ese es el escaparate. La Unión Europea ahora se compone de 28-1, pero en el Garibaldi solo hablan 3, o si lo prefieren 3+1(el 1 lo conoceremos el próximo 8 de noviembre). La preocupación es la Seguridad y Defensa. Turquía es OTAN, pero no UE.  Turquía es un interrogante: ¿Un nuevo régimen en marcha? Los sucedáneos dan mal resultado. Democracia, dictadura, islamismo… Todavía resuenan las palabras del ministro de Asuntos Exteriores francés. Hace un mes. Ponía en tela de juicio la credibilidad de Turquía como aliado estable en la lucha antiterrorista en Siria. Los kurdos son un aliado clave de los Estados Unidos en la lucha contra el DAESH. El Ejército alemán entrena a los peshmergas kurdos. Hoy más que nunca se hace realidad aquello de que no hay amigos ni enemigos permanentes; solo intereses permanentes. Bien lo sabe Erdogan y lo pone en práctica a cada paso que da, a un lado y a otro.

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Gasto Militar 2015 OTAN. España en cola.

¿Qué hacen nuestros soldados en Turquía? Nadie lo sabe

España, con un 0´9% del PIB es el farolillo rojo en gasto militar de las naciones integrantes de la OTAN. Turquía con un 1´7% está próximo al objetivo marcado por la Alianza (2%).

Alemania habla de reforzar su ejército, incluso de volver al Servicio Militar obligatorio. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar echa las tuyas a remojar. Ya hubo aviso. Estados Unidos exige. Rusia sonríe.

Alemania aumentará un 15% su presupuesto de defensa el año que viene. Una inversión de 130.000 millones está ya en marcha. Por algo será. Alemania se da cuenta del peligro que viene.

De todo esto eso se habrá hablado en el portaviones Garibaldi porque además de ser un símbolo humanitario al encabezar las operaciones de salvamento de refugiados, simboliza la necesidad de estar preparados militarmente para la defensa de Europa. Un claro aviso desde la atalaya de un portaviones que deberíamos interpretar como lo que es.

España cada vez invierte y gasta menos en Defensa. Estamos prácticamente paralizados y al borde de la ineficacia. España no estaba en el Garibaldi, pero lo peor es que a este ritmo tampoco se la espera. Eso sí, estamos en Turquía cuando los demás se van. Desde noviembre de 2014 una batería Patriot española despliega en Turquía para su protección ante posibles ataques desde Siria. Ciento cincuenta soldados españoles allí siguen. Estados Unidos y Alemania decidieron retirar las cuatro baterías que tenían desplegadas. ¿Por qué?

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Despliegue español en Turquía ¿Qué hacemos allí?

Estados Unidos, Alemania, la OTAN, deberían explicar con claridad porqué sus soldados abandonaron Turquía. A continuación, el gobierno español debería explicarnos qué hacemos nosotros allí y cuál es la urgente necesidad aliada cuando unos se van y otros se quedan. Siempre vamos en dirección contraria. Como en Irak

No sabemos qué hacemos en Turquía (nada) ni nadie lo explica. El 0´9% del PIB da para eso y para mucho más, según opinión de nuestros estrategas de Defensa. Uniformados o no.

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog generaldavila.com