EL FINAL DEL VERANO EN LLANOS DEL CAUDILLO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Imagen histórica de Llanos del Caudillo

Consolación es una pedanía del municipio de Valdepeñas situado junto a la Autovía del Sur (A4). Debe su existencia al Generalísimo Franco que un día cazando por aquellas tierras comentó la escasez de poblaciones en la zona y como no podía ser de otra manera nació Villanueva de Franco. Hasta que se murió, adiós Caudillo, Villanueva ya no es tuya, y bautizaron de nuevo Villanueva, con ese nombre tan extraño: Consolación. Dicen que por sus Torres de Consolación, aunque hay quien opina que por desconsuelo.

Algo más adelante nos encontramos con Llanos del Caudillo, otro de los pueblos creados por el Instituto Nacional de Colonización y que en agradecimiento a Franco mantiene a capa y espada, con orgullo y decisión, su nombre, rotundo: Llanos del Caudillo. <<Este pueblo fue una oportunidad para muchas familias numerosas en aquella época>>, dicen sus vecinos que en votación democrática mantuvieron el nombre por mayoría absoluta.

Como les decía, estos pueblos están situados a orillas de la Autovía del Sur. No es necesario que les diga el tráfico que soporta la carretera a finales de agosto que suma al de españoles de regreso de vacaciones, el de norteafricanos que se incorporan después de las suyas, más los camiones que nunca están de vacaciones.

El caso es que desde Consolación hasta Llanos del Caudillo debe haber unos 30 kilómetros. He tardado aproximadamente una hora en recorrerlos: 30 kilómetros por autovía. Un atasco incomprensible, pero real, a finales de agosto provocado por la improvisación, la dejadez, y puede que hasta la mala uva de algunos (única forma de comprenderlo). Asfaltado, señalización y poco más para este absurdo guirigay de carretera.

En el lento avance, entre parón y parón, me pareció ver al ministro de Fomento. En el atasco veraniego un coche de gran porte, con conductor y muchos caballos percherones, había parado en el arcén. Un hombre de esbelta cintura y barba entrecana se había bajado y hablaba con unos operarios de la carretera. Bajé la ventanilla, apagué la radio y me dio tiempo a escuchar algo de la conversación.

-¿Quién ha mandado estas obras?

-¿Qué dice usté?

-¿Han visto la que están liando?

-¡A mí que me dice!

¿Dónde está el ingeniero?

¿Giniero? El capatás ha ido a comé a Llanos del Caudillo.

¿Llanos de qué?

Del Caudillo, ¡coño!, ¿estás sordo muchacho? Y tira palante que la vas a liar toavía más con el efecto mirón.

Es el ministro de Fomento, pensé yo. Coche con conductor, niquelao, de mucho porte y caballos; no pude ser otro. Improvisación, desastre, descuido, fastidiar por fastidiar, hacer que hacen; no puede ser otro.

Encorbatado, en mangas de camisa, sentado en el coche, detrás, a la derecha. Tiene que ser él.

Tengo que arrancar. No oigo nada más, pero veo el gesto de desaprobación del personaje, veo agitarse su móvil y los gestos iracundos.

Pongo la radio y escucho no sé qué del ministro de Fomento, que está no sé dónde, que se marca un rollito con las autovías, el peaje y los cuentos de verano. Que está en cualquier sitio menos fomentando el ministerio de Fomento.

No, no era el ministro. Era un tío muy cabreado, como todos, quizá el giniero de las obras, canales y puertos de Fomento, que se encontraba pillado por no tener la obra terminada a tiempo, a su tiempo, cuando no hay tráfico denso, cuando se molesta lo mínimo, cuando se licita con sensatez y a tiempo, sin molestar al pagano, al veraneante, al turista…, al personal.

Detrás de mí venía una furgoneta de surferos con chavalada sueca. Después de tantas horas en caravana, pues casi amigos. Veo por el retrovisor que el conductor me hace señas. Saca la mano por la ventanilla con una raja de melón; se ríe, me ofrece, parece una gamba roja cocida.

Han comprado el melón al de la fragoneta de meloneros que había en una gasolinera. Por un momento pienso en el Brexit, en Europa, en la Unión Europea, en el ministro, en el verano, en el atasco, en el sin gobierno.

Y pienso que el de la fragoneta de melones está más cerca de mí que el sueco de la furgoneta llena de tablas de surf.

Por un momento pensé que volvía del fin del mundo, pero el parón en la carretera me abrió los sentidos. Al final en esta España nuestra, de usted y mía, si no te encuentras un atasco, una chapuza, un timo, una falsificación, pues que parece que no estás a gusto.

Al final del verano debo estarle agradecido al ministro que ni ministra ni fomenta, al presidente que no preside, al parlamento que no parla, al engaño de cada día. Sobre todo al atasco del final de las vacaciones. Esto sigue siendo España, la europea.

Tengo previsto que la próxima vez -que la habrá- me voy a cenar y dormir a Llanos del Caudillo. Puede que me tope con algún ministro y si no siempre habrá un buen melón como consolación.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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30 agosto 2019

«Freno a la globalización» Melitón Cardona (Embajador de España)

La globalización

La apertura de fronteras de los años noventa auguraba grandes promesas en materia de bienestar, movilidad y libertad. Ya existían mercados interiores que superaban las fronteras tanto en Norteamérica (Nafta) como en Europa (Unión europea) y Sudamérica (Mercosur). Finalizó la Ronda Uruguay y se creó la Organización mundial del comercio a la que China se preparó desde un primer momento para ingresar. Hoy, el panorama es irreconocible. Un presidente abiertamente proteccionista en Estados Unidos amenaza a sus principales socios comerciales con barreras arancelarias y tanto la UE como China anuncian represalias. En la Unión europea, su segunda potencia económica está en trámites de abandonarla en virtud del llamado Brexit mientras en Italia han obtenido resultados notables algunas fuerzas políticas antieuropeístas. La OMC (organización mundial del comercio) es sombra de lo que fue desde el fracaso de la Ronda de Doha y los significativos tratados económicos en el Pacífico (TPP) y el Atlántico (TTIP) sólo funcionan sin los Estados Unidos. El juego de sanciones y contrasanciones con la Federación rusa sigue su marchaalocada ymuy poco racional. El mundo parece contraerse, con la diferencia de que no es como resultado de una crisis como la de los años treinta, sino en mitad de una coyuntura mundial que va viento en popa.

A la vista de lo anterior, cabe preguntarse por qué, precisamente ahora, ha resurgido el riego proteccionista. Hay varias razones, algunas provocadas por la globalización y otras no; me basaré en las que ha expuesto Henrik Müller, profesor de periodismo económico en la universidad técnica de Dortmund, en un reciente artículo en la prensa alemana.

 En primer lugar, el comercio internacional intensivo obliga a la especialización: los países concentran sus actividades económicas en aquellos sectores que mejor desempeñan mientras otros se contraen por el efecto de las importaciones, lo que significa que, a nivel interno, surgen ganadores pero también perdedores; es cierto que, en conjunto, aumentan los ingresos de la población, pero no de manera homogénea, algo que los países con sistemas de protección social pueden paliar mientras que en otros marcos institucionales menos avanzados, como el de los Estados Unidos, los ciudadanos se muestran contrarios a la globalización, creando un caldo de cultivo al populismo. En segundo lugar, existe un factor demográfico: la apertura de los noventa favoreció a los nacidos en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado ya que las oportunidades que ofrecía conllevaban riesgos que los jóvenes estaban dispuestos a asumir. Las envejecidas sociedades de Europa y China han percibido más peligros que oportunidades en la globalización. En tercer lugar, la cadena de crisis financieras (Méjico en 1994, Asia en 1997, países emergentes en 1997, la explosión de la burbuja de las punto com en 2000, la quiebra de Lehman Brothers, la de Europa a partir del 2010 y la tal vez la que está por venir en China), todas ellas crean incertidumbre, generan pocos ganadores, muchos perdedores y no parecen disiparse del todo; otro factor de generación de populismo. En cuarto lugar, gestionar la globalización exige instituciones internacionales eficaces y los Estados Unidos, que en los años cuarenta promovieron su creación, se muestran hoy reticentes ante las mismas. También los cambios en el equilibrio de poderes mundial han debilitado las instituciones internacionales.

Lo peor es que la globalización en sentido amplio proseguirá en sus aspectos más negativos: flujo internacional de informaciones no siempre fiables, movimientos migratorios descontrolados, problemas medioambientales y riegos terroristas, mientras los más favorables se irán diluyendo al calor de populismos más o menos intensos.

Melitón Cardona (Embajador de España)

Blog: generaldavila.com

21 marzo 2017

GIBRALTAR NO ES UNA BASE DE LA OTAN Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R)

Gibraltar no es una Base de la OTAN

Las autoridades británicas están desarrollando grandes esfuerzos para reducir los efectos del Brexit en Gibraltar y sus consecuencias para la base militar. Les resultará difícil conseguir apoyos en la Unión Europea pero lo tienen más fácil en el seno de la Alianza Atlántica, incluso entre los países que pertenecen a las dos organizaciones.

El argumento que repiten con insistencia es que Gibraltar es una base muy importante de la OTAN. Lo hacen hasta el punto de que en la prensa local de Gibraltar se atribuye a Donald Trump una expresión que dice: «La relación especial entre el Reino Unido y los EEUU permanece intacta. El hecho es que todo el mundo está de acuerdo, incluyendo España, que en el momento actual hay asuntos más importantes que el de Gibraltar, que es un centro de la OTAN» (NATO hub).

Gibraltar: Base Militar

Por desgracia, el presidente Trump no ha señalado cuáles son –según él- los asuntos más importantes para España que el de Gibraltar, esa colonia retenida por los británicos en nuestro territorio y en contra incluso de las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

No estamos de acuerdo en su afirmación de que Gibraltar es un «NATO hub». Parece que confunde el todo con la parte, es decir, lo que son unas instalaciones británicas (aprovechadas también por los americanos) con unas hipotéticas instalaciones de la OTAN.

LA OTAN NO TIENE BASES MILITARES

La OTAN no tiene bases militares; lo que si existen son innumerables bases militares de sus países miembros como son las de Faslane en Escocia, la de Norfolk en los EEUU o la de Cartagena en España. Gibraltar, todavía, es una de ellas.

Entre las capacidades militares que el Peñón ofrece a los británicos se encuentran los muelles de atraque para barcos de guerra, incluyendo submarinos nucleares; el aeródromo militar y las instalaciones para la obtención de Inteligencia.

Para entrar en ese puerto es necesario atravesar el Estrecho y la bahía de Algeciras, siempre muy concurridos, lo que no deja de ser un riesgo para los barcos de guerra, especialmente ante la amenaza terrorista de la que tanto hablan. Dicho sea esto sin valorar la exposición en la que se encuentran los muelles de atraque.

El aeródromo tiene una pista vulnerable, no sólo por su corta longitud sino por estar expuesta a unas condiciones geográficas y meteorológicas que, con frecuencia, hacen imposible las operaciones de vuelo.

Por último nos quedan las instalaciones de Inteligencia. Las usan principalmente para obtener datos del tráfico marítimo por el Estrecho, incluyendo los submarinos y, para interceptar comunicaciones ajenas sean civiles o militares, comerciales o familiares, todo lo que pueda caer dentro de su radio de acción. No distinguen de banderas; todo puede ser útil. A su explotación se dedican los miembros de los Regimientos de Señales británicos que rotan por Gibraltar, Chipre y otras instalaciones.

Parece que las autoridades norteamericanas, y por supuesto las británicas, se han olvidado de que España también es miembro de la OTAN y como tal, si Gibraltar fuese un «NATO hub» tendría pleno derecho a participar en la explotación de esos recursos militares.

A nadie se le ocurre que España pueda tener interés en los muelles de Gibraltar pues cuenta con puertos mucho más amplios y seguros, no sólo en sus proximidades como Algeciras y Ceuta, sino también en Málaga y en la bahía de Cádiz.

En cuanto al aeródromo, no hay más que examinar los riesgos que supone su utilización para desecharlo y pensar en los grandes aeropuertos españoles que se encuentran a escasos minutos de vuelo como son los de Málaga, Jerez, Rota, Morón o Sevilla.

Nos queda la Inteligencia. Resulta que esta actividad es prerrogativa de los países miembros y son los que la obtienen quienes entregan a la OTAN lo que consideran conveniente. Algo así como un mercado en el que se intercambian informaciones de interés, por su justo precio.

LA S INFORMACIONES RELATIVAS A ESPAÑA QUE OBTIENEN LOS INGLESES

Con España dentro de la OTAN y con un Gibraltar en los términos descritos –supuestamente- por el presidente Trump, tendríamos derecho a conocer las informaciones relativas a España que obtienen los ingleses (y los americanos) desde Gibraltar.  Puede ser no sólo la relativa a nuestros despliegues en el sur de la Península y norte de África sino también información de interés comercial como las intenciones de nuestros empresarios e incluso, las inquietudes personales de nuestras autoridades y de nuestros políticos.

La verdad. No me imagino a nuestro personal de Inteligencia obteniendo información sobre nosotros mismos desde las instalaciones –supuestamente de la OTAN- del Gibraltar inglés. Mucho menos me imagino a un inglés o a un norteamericano entregando esa información a los españoles.

Esperemos que, en pocos meses, los consejeros del presidente Trump le ilustren algo más y, por su parte, los británicos empiecen a darse cuenta de que los tiempos del Imperio ya han quedado atrás. El Brexit les ayudará bastante a conseguirlo.

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R.)

Blog: generaldavila.com

11 mayo 2017

EL BREXIT, DONALD TRUMP Y OTRAS DISQUISICIONES ESTRATEGICAS. Capitán de Navío (R.) Aurelio Fernández Diz

Desde mi última colaboración en este blog, hace pocos meses, en la que consideraba lo importante que sería para Europa, y para el mundo entero, la incorporación de Rusia al concierto europeo, se ha producido la coincidencia de la salida aprobada por referéndum, pero aún no cumplida, del Reino Unido (RU) de la Unión Europea (EU) y la elección del nuevo presidente de los EEUU  Donald Trump. La importancia de esta coincidencia reside en que ambos acontecimientos vienen a propiciar algo en la misma dirección: la necesidad urgente  de una política exterior común que sea el  sustento de una verdadera defensa compartida. Es decir, que la UE, ya sin el RU, se responsabilice de una vez por todas de su propia defensa.

Nadie puede dudar de  que el Reino Unido forma parte de Europa y es, además, una de sus  partes más importantes y trascendentes. La geografía y la Historia así lo demuestran. Sucede en cambio que los británicos, al menos en su mayoría, sus gobiernos y hasta  sus diplomáticos se comportan como si no lo fuera. Es como si  la  configuración insular del territorio en el que habita el  pueblo británico  hubiera contribuido a darle  una mentalidad, una seguridad en sí mismos que, a lo mejor, no se corresponde con una realidad bien  fundamentada. El pueblo británico es un pueblo europeo que, después de aprobado el Brexit, parece demostrar  que no desea serlo porque las obligaciones que impone la UE representan una carga, una limitación a su soberanía que considera  inadmisible.

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Sin tener motivo alguno para descalificar todos los intentos de organizar una defensa y una seguridad netamente europeas la realidad es que la falta de una verdadera unión política entre todos los  países que hoy forman la UE  hace languidecer todos los esfuerzos e iniciativas para alcanzar una efectiva defensa. Tanto es así que cualquier observador pudiera pensar que ya que existe la OTAN, que  se adorna de una envidiable  eficacia operativa y de  una envidiable también capacidad de adaptación a la cambiante situación internacional, ¿para qué crear una nueva organización defensiva, limitada a Europa, como en su día se intentó con la UEO, si ya existe la OTAN?  La defensa europea podría concebirse como  simple pilar oriental de la organización. El único problema sería que el proceso de la toma de decisiones nunca podría ser exclusivamente europeo y que, además, gran parte de los países de la UE no son miembros de la OTAN situación que, por otro lado, podría tener una solución no muy difícil. Pero una defensa europea obligada a desarrollarse dentro de la OTAN es indudable que carecería de una capacidad de actuación  independiente, impensable sin tener en cuenta la voluntad y los intereses de Canadá y de los EEUU, al otro lado del Atlántico y ahora también , después del Brexit, del RU en este lado del océano.

 En la época de la guerra fría esta situación  de dependencia de la UE de la OTAN era aceptada de buen grado porque la mayoría de los países europeos vivían en paz protegidos por la sombrilla nuclear norteamericana. Ahora, en otra situación internacional, Europa está pudiendo comprobar como sus criterios en cuestiones  defensa y seguridad no son tan coincidentes con los norteamericanos, como antes lo eran. Dos visiones estratégicas que cada día parecen más divergentes, la de Alemania y la del Reino Unido, ya no coinciden ahora mismo como pudieron haber coincidido en el pasado. La primera, representada  por el pensamiento  de Ángela Merkel que, por su trayectoria vital, no puede dejar de mirar tanto al Este como hacia el Oeste y la segunda, más atlántica y centrada en considerar que puede defender mejor  sus  intereses alineándose incondicionalmente con  la visión estratégica   de los EEUU. La elección de Donald Trump no ha hecho más que resaltar una predisposición política del RU que no es nada reciente.

En la misma línea, llama la atención, lo que podría  confirmar todo lo expuesto con anterioridad, que las recientes conversaciones  entre el presidente ruso Putin, la canciller alemana Merkel y el presidente francés Hollande sobre los bombardeos indiscriminados en Alepo se haya celebrado con  la ausencia de la primera ministra británica Theresa May que, ahora mismo, parece dedicar todo su tiempo a preparar el Brexit en las mejores condiciones posibles. El Reino Unido está dando evidentes señales de  intentar abandonar el camino, el destino europeo, en la parte de sus cargas, de sus obligaciones  pero no en la parte de sus ventajas como puede ser la participación en un mercado único para sus exportaciones, en todo lo posible,  cautivo.  En realidad es la misma enfermedad que afecta a los políticos españoles que se califican de nacionalistas: esperanza de quedarse, insolidariamente, con la mayor parte de la tarta.

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El Reino Unido no quiere una defensa europea. Por no querer parece que tampoco ve con buenos ojos una Europa unida y fuerte que pueda representar en el futuro un serio competidor económico y no digamos militar. Todo parece indicar que tenía razón el General De Gaulle cuando ni quería oír hablar de una posible entrada del Reino Unido en el entonces  Mercado Común. Nunca sabremos con exactitud si los problemas de falta de identidad y comportamiento europeo de algunos países miembros de la actual UE son el reflejo, el  resultado de la  política exterior británica  que tiende a ser copiada por otros como ejemplo de cómo se pueden defender  a ultranza los intereses particulares en perjuicio de los intereses del conjunto.

El próximo presidente de los EEUU  Donald Trump, con sus declaraciones, viene a rematar el cuadro que el RU empezó a pintar, hace solo unos meses, con su anunciado Brexit. Trump ha llegado a manifestar que él no quiere una OTAN como la actual en la que, a pesar de los años transcurridos desde su creación, los EEUU aún no han  obtenido cumplida respuesta a su  tan anhelada aspiración: el  necesario reparto de cargas o  “burden saharing.”  Es decir, en la “conjunción “ anglo americana , la defensa europea tiene que llevarse a cabo dentro de una  OTAN, dirigida principalmente por los EEUU y Reino Unido y…pagar más por ello. La verdad es que en las actuales circunstancias de la situación internacional la propuesta no parece muy apetecible para el conjunto de los europeos. Sin embargo, Trump también ha declarado que quiere ser amigo de Putin y en eso puede encontrar un fuerte apoyo de los políticos europeos continentales que aspiran, sin renunciar a  las posibilidades virtuales de la OTAN,  a una política de seguridad y defensa verdaderamente propia y que pueda equilibrar los inconvenientes  de  la excesivamente polarizada visión anglo americana,  en una relación de igual a igual, como tantas veces se dice ahora.

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¿Cómo afecta todo esto a España? Pues todo parece indicar que le afecta muy directamente y para bien. Los gobiernos de España tendrán que enfrentarse a la necesidad de definir una estrategia de defensa, una estrategia militar propia, y no limitarse a una estrategia de seguridad nacional, como la definida en el año 2013, que se puede resolver práctica y únicamente con recursos civiles, pero que no da cumplida respuesta a nuestras  necesidades estratégicas.

En los últimos años hemos podido comprobar como los distintos gobiernos que se han relevado en el poder, socialistas y populares,  resolvieron sus preocupaciones estratégicas con la simple promulgación al principio de las distintas legislaturas de directivas de defensa, que  luego dormían el sueño de los justos en los cajones de alguna  mesa. Hubo, sin embargo, alguna honrosa excepción: la Revisión Estratégica de la Defensa (RED)  firmada en el año 2003 por el presidente Aznar. Fue la primera vez que se redactaba, siguiendo probablemente la estela británica, un documento de esta naturaleza, un buen documento que, con el paso de los años y de los gobiernos, se fue descafeinando, especialmente durante las dos  legislaturas bajo la  presidencia de Rodríguez Zapatero que terminó elevando a los altares al  llamado documento Solana que el gobierno socialista estableció como referencia única, como marco  para la redacción de cualquier estrategia de seguridad. El documento Solana estaba basado en la experiencia del propio ex Secretario General de la OTAN y en  los conceptos que se manejaban entonces, en el ámbito de la propia organización,  referidos principalmente a cuestiones y problemas  de  seguridad. Y fue aquí, y así, donde se produjo el desvío, la bifurcación en el pensamiento estratégico que ha permitido, y lamentablemente parece que  está todavía permitiendo,  tratar cuestiones solo  de seguridad como si  de defensa se tratasen. En la OTAN siempre se sostuvo que  las cuestiones relacionadas con las estrategias de  defensa eran, y son, de consideración y competencia exclusiva del ámbito nacional.

Durante el  siguiente gobierno, del partido popular, el  presidente Rajoy  promulgó la Directiva de Defensa Nacional 1/2012 en cuyo punto 4.1 se anunciaba una Revisión Estratégica de la Defensa (RED) que , hasta donde hemos podido constatar, todavía no se ha redactado. Posiblemente afectada  por el desvío conceptual antes mencionado,  aquella RED, aún no nacida, parece que se ha transformado, según todos los indicios, en  la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) 2013 que implica directamente  a casi todos los agentes civiles y  menos directamente a los responsables de la defensa  como pueden ser los ejércitos cuyas necesidades de definición estratégica  han quedado, una vez más,  postergadas. Es muy posible que una nueva directiva de la defensa nacional que  promulgue el nuevo gobierno del partido popular pueda incluir el anuncio de una RED, como se  hizo en la directiva del año 2012, y como ahora  sería muy deseable. Se dice que la defensa no debe de estar circunscrita al ámbito militar, que es, o debe ser, una responsabilidad de todos, algo en lo que podemos estar de completo acuerdo. Pero resulta que la ESN 2013 no es algo que pueda ser compartido por todos porque en ella prácticamente se  excluyen los temas propiamente de la defensa y a sus tradicionales ejecutores: las fuerzas armadas cuyos jefes de estado mayor no tienen silla en el Consejo de la Seguridad Nacional, ni siquiera, en este caso, detrás de su ministro de defensa, como antes la tenían de pleno derecho en el Consejo de la Defensa Nacional. Lo que a nuestro juicio confirma  todo lo que aquí se viene afirmando: la ESN es una estrategia de solo eso, de seguridad, pero no es una RED, no es una  estrategia propiamente de defensa que pueda justificar las a veces considerables, pero necesarias,   inversiones militares

Si la RED estuviese redactada como aquí se propone, a lo mejor el Ministerio de Asuntos Exteriores hubiera tenido razones suficientes para no negociar la suspensión de una escala de  reabastecimiento en Ceuta de la flota rusa, camino del Mediterráneo oriental, que, como en otras muchas ocasiones, estuvo previamente autorizada. Esta escala hubiera supuesto un claro beneficio para los intereses económicos de la ciudad. Atender a la petición del Consejo Atlántico que, por la realidad de lo acontecido vino a defender con gran urgencia y determinación los intereses británicos antes que  los españoles, no deja en una posición muy airosa a nuestros ministerios de Exteriores y Defensa. Todo ello agravado por una odiosa discriminación en virtud de la cual la OTAN considera a Gibraltar como territorio a defender y no así a los territorios españoles en el Norte de África. Por otra lado, contrasta mucho cómo el  Reino Unido  no se muestra nada  diligente con la defensa de los intereses españoles en Gibraltar cuando se refieren a la  entrada  en puerto de submarinos nucleares averiados, a la instalación de gasolineras flotantes, a entorpecer los trabajos de la Guardia Civil en su lucha contra del tráfico ilegal de tabaco y estupefacientes, o cuando se efectúan rellenos para ganar terreno al mar en una zona definida por la UE de protección medio ambiental, por poner solo simples  ejemplos de cómo se comporta nuestro aliado en una colonia que, además, no le pertenece. Y, para rematar los despropósitos, parece ser que Trump comparte con sus más cercanos asesores de la Heritage Foundation la idea de  que,  para los intereses de los EEUU,  es mejor que  Gibraltar se conserve en manos británicas en lugar de un eventual traspaso de la colonia   a manos españolas. Y, si este es el trato que recibimos de nuestro principal aliado en la OTAN,  podrá comprenderse con facilidad la desolación, el desánimo y la tristeza que consideraciones  como ésta producen en el alma de la mayoría de  los españoles que no solo desean recuperar cuanto antes su integridad territorial si no que hubieran deseado, además, que esta se produjese como resultado de  una plena  coincidencia de los intereses de España y de los EEUU  en el seno de la Alianza Atlántica a la que ambas naciones pertenecen.

Por tanto, y  para finalizar, solo decir que España debe de tener personalidad estratégica suficiente para poder defender sus propios intereses,  incluso ante sus propios aliados,  para no verse obligada  a defender con innecesario seguidismo los intereses de otros. Esa sería sin duda la mejor contribución a una defensa europea verdaderamente común y compartida.

Aurelio Fernández Diz

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Foro de Pensamiento Naval.

¿QUÉ HACEN NUESTROS SOLDADOS EN TURQUÍA? General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

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Soldados españoles en Turquía ¿Hasta cuándo?

No sé si recuerdan que en julio hubo un golpe de Estado en Turquía. Un país de la OTAN. Democrático, dicen. Desde hace catorce años lo preside Erdogan. La democracia turca quiere ser miembro de la Unión Europea, pero la UE se reduce cada vez más a Francia, Alemania e Italia. Los otros están pero no son… lo mismo. A Turquía no le faltan razones para estar, aunque no lo sea, en Europa y en la Unión Europea, sobre todo cuando recuerda su pertenencia a la OTAN. Erdogan se muestra como líder ejemplar por haber hecho frente con tanta eficacia a un golpe de Estado. A continuación saca pecho por sus medidas contra militares, jueces, periodistas y cualquier cosa que se menee.

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Mustafá Kemal Atatürk

El vulgo no sabe quien era Mustafá Kemal Atatürk. Para el ejército turco es una figura de permanente recuerdo y ejemplo. Erdogan prefiere olvidarlo y que se olviden. Kemal Atatürk fue un oficial del ejército turco. Un glorioso general, vencedor en la batalla de Galípoli y primer Presidente de la República Turca. Creador de la Turquía moderna, democrática y laica. Un referente militar y social. Erdogan está a otra cosa. . . Los Dardanelos, Galípoli, Mustafá Kemal Atatürk, recobran actualidad. Sin Winston Churchill. Siempre puede ser peor.

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Europa embarca en el portaviones Garibaldi

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Erdogan después del Golpe de Estado

También Europa, es decir Francia, Alemania, Italia… están a sus cosas. En el portaviones Garibaldi, junto a la histórica isla de Ventotene, se acaban de reunir sus mandatarios. Es decir Francia, Italia y Alemania. El portaviones es un símbolo, dicen. Ventotene también. El Brexit es algo más práctico y entendible. ¿O será también un símbolo? En el portaviones hablarán de todo un poco: Ucrania, Brexit, terrorismo yihadista, economía…Yo creo que hablarán de algo más. Detrás de la pantalla del Garibaldi se esconde una fecha: martes 8 de noviembre 2016. Pueden cambiar muchas cosas. También hablarán de Turquía. Y es que las elecciones norteamericanas también se juegan en Europa y en Turquía. A Hollande le preocupa la seguridad, a Renzi la economía y a Merkel la cooperación en materia de emigración (Turquía). Ese es el escaparate. La Unión Europea ahora se compone de 28-1, pero en el Garibaldi solo hablan 3, o si lo prefieren 3+1(el 1 lo conoceremos el próximo 8 de noviembre). La preocupación es la Seguridad y Defensa. Turquía es OTAN, pero no UE.  Turquía es un interrogante: ¿Un nuevo régimen en marcha? Los sucedáneos dan mal resultado. Democracia, dictadura, islamismo… Todavía resuenan las palabras del ministro de Asuntos Exteriores francés. Hace un mes. Ponía en tela de juicio la credibilidad de Turquía como aliado estable en la lucha antiterrorista en Siria. Los kurdos son un aliado clave de los Estados Unidos en la lucha contra el DAESH. El Ejército alemán entrena a los peshmergas kurdos. Hoy más que nunca se hace realidad aquello de que no hay amigos ni enemigos permanentes; solo intereses permanentes. Bien lo sabe Erdogan y lo pone en práctica a cada paso que da, a un lado y a otro.

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Gasto Militar 2015 OTAN. España en cola.

¿Qué hacen nuestros soldados en Turquía? Nadie lo sabe

España, con un 0´9% del PIB es el farolillo rojo en gasto militar de las naciones integrantes de la OTAN. Turquía con un 1´7% está próximo al objetivo marcado por la Alianza (2%).

Alemania habla de reforzar su ejército, incluso de volver al Servicio Militar obligatorio. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar echa las tuyas a remojar. Ya hubo aviso. Estados Unidos exige. Rusia sonríe.

Alemania aumentará un 15% su presupuesto de defensa el año que viene. Una inversión de 130.000 millones está ya en marcha. Por algo será. Alemania se da cuenta del peligro que viene.

De todo esto eso se habrá hablado en el portaviones Garibaldi porque además de ser un símbolo humanitario al encabezar las operaciones de salvamento de refugiados, simboliza la necesidad de estar preparados militarmente para la defensa de Europa. Un claro aviso desde la atalaya de un portaviones que deberíamos interpretar como lo que es.

España cada vez invierte y gasta menos en Defensa. Estamos prácticamente paralizados y al borde de la ineficacia. España no estaba en el Garibaldi, pero lo peor es que a este ritmo tampoco se la espera. Eso sí, estamos en Turquía cuando los demás se van. Desde noviembre de 2014 una batería Patriot española despliega en Turquía para su protección ante posibles ataques desde Siria. Ciento cincuenta soldados españoles allí siguen. Estados Unidos y Alemania decidieron retirar las cuatro baterías que tenían desplegadas. ¿Por qué?

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Despliegue español en Turquía ¿Qué hacemos allí?

Estados Unidos, Alemania, la OTAN, deberían explicar con claridad porqué sus soldados abandonaron Turquía. A continuación, el gobierno español debería explicarnos qué hacemos nosotros allí y cuál es la urgente necesidad aliada cuando unos se van y otros se quedan. Siempre vamos en dirección contraria. Como en Irak

No sabemos qué hacemos en Turquía (nada) ni nadie lo explica. El 0´9% del PIB da para eso y para mucho más, según opinión de nuestros estrategas de Defensa. Uniformados o no.

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

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RUSIA SÍ ES EUROPA (Capitán de Navío Aurelio Fernández Diz) (R.)

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«Rusia sí es Europa»

El Foro Económico Internacional de San Petersburgo 2016 celebrado recientemente demuestra el interés común de Rusia y de la Unión Europea (UE) en superar la situación actual de mutuas sanciones económicas que tanto daño están haciendo a ambas partes.

Como todos podemos recordar las sanciones fueron impuestas por la Unión Europea para dar a Rusia una fuerte señal de desacuerdo con la política de hechos consumados llevada a cabo por el Presidente Putin, primero con la invasión e inmediata anexión  de Crimea y después con la practica invasión de la franja, al parecer pro rusa, de Ucrania.

Las sanciones europeas y la bajada  del precio del petróleo están produciendo un daño considerable a la economía rusa pero también a  las economías occidentales que están sufriendo lo suyo por la suspensión de las importaciones rusas de productos agropecuarios europeos, suspensión de la que, a su vez, se están aprovechando productores rusos. En resumen, se ha producido un efecto  acción – reacción perjudicial para todos y del que todos quieren salir como se deduce de las declaraciones de los principales participantes en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo.

En primer lugar, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, invitado especial de Putin en el mencionado Foro Económico Internacional  animó al  presidente ruso, a “dar pasos” para reanudar el diálogo perdido por la crisis de Ucrania. De igual modo,  el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, habló a favor de  tender puentes entre Moscú y Bruselas en defensa de los «valores comunes» y  para favorecer la economía tanto occidental como rusa.

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«Rusia sí es Europa»

Esta visión de Renzi y Juncker seguramente coincide con la visión de Ángela Merkel y  de otros socios de la UE en lo que parece una apreciable divergencia con la política exterior de los EEUU  sobre  cómo hacer frente a un serio problema  político y de seguridad común. La visión norteamericana, representada por el Secretario de Estado Kerry, y al menos el  80% de la  opinión pública americana, encontraría lícito armar a Ucrania para que pudiese defenderse de la  invasión de las  fuerzas especiales rusas. Esta posible solución del problema parece muy desacertada y difícil de entender si la comparamos con la solución que propicia Alemania y la UE en su conjunto. Estaríamos por tanto, y parece que  por primera vez, ante un principio de política exterior europea propia e  independiente de la norteamericana, germen de  una política exterior común que tanta falta le hace a la UE para alcanzar la verdadera integración política que al menos la mayoría de sus miembros desean.

La respuesta de Putin a las invitaciones de Renzi y Juncker  fue la siguiente: «La actual tensión geopolítica está vinculada en buena medida a la incertidumbre económica y al agotamiento de las antiguas fuentes de crecimiento» y, admitió, que “esta tensión puede incrementarse e incluso ser promovida de manera artificial”. Putin  advirtió de que el mundo puede caer en una nueva «guerra fría» si la OTAN continúa aumentando su presencia militar junto a las fronteras de Rusia y  se mostró convencido de que nadie quiere volver a los tiempo de la confrontación. Lo que significa que Putin tiene una fuerte percepción de amenaza que podría ser la causa, o estar en el origen, de sus intervenciones militares  en países que antes de la caída de la unión  soviética podía considerar como un cinturón de seguridad que protegía a Rusia y que ahora ha perdido  en beneficio de la Alianza Atlántica. Si a ello añadimos el escudo de misiles en principio diseñado para proteger al territorio europeo de la amenaza iraní, pero que también es eficaz contra posibles misiles lanzados desde territorio ruso, podremos afirmar que la percepción de amenaza rusa tiene un fundamento cierto que debemos de reconocer.

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«Russia sí es Europa»

¿Qué puede hacer la UE en relación con Rusia en un mundo cada día más interdependiente y globalizado?  Parece  que de un modo primordial y urgente se deben de dar a este inmenso país, tan vital para la seguridad y la economía europea,  señales claras y nítidas sobre el interés de la UE y  de la OTAN  de eliminar cualquier forma de amenaza, confrontación o disputa territorial que pueda poner en peligro la seguridad de Rusia. Pero, ¿cómo hacerlo?

En primer lugar parece primordial reconocer  la condición europea de Rusia. ¿Quién la puede negar hoy? Es verdad que hay muchas circunstancias, todas de carácter histórico, que han separado a Rusia de Europa, circunstancias que la evolución de los acontecimientos está obligando a superar.  La conocida globalización está jugando a favor de un acercamiento de carácter inexorable entre Rusia y el resto de los países europeos. Este proceso de aproximación mutua es ahora mucho más fácil que en el pasado. El proceso de unión europea tampoco fue fácil especialmente para nosotros los españoles que tuvimos que pagar una  importante factura, apertura de la verja de Gibraltar incluida, y que  pagamos de muy buen grado, porque, en su conjunto, los españoles percibíamos que es precisamente dentro una Europa fuerte y  unida donde España puede encontrar la solución a sus propias contradicciones internas, tantas veces creadas artificialmente. Y, naturalmente,  Rusia tendrá que pagar también su factura y creo que lo hará de buen grado dadas las inmensas ventajas que puede lograr a cambio. El pueblo ruso, como otros pueblos, también está ansioso de vivir en plena libertad.

En segundo lugar tendremos que aceptar que un factor determinante para el ingreso de   Rusia en  Europa es su condición cristiana por lo menos desde hace más de mil años. Hasta el presidente Putin reclamó la condición ortodoxa de su país ante la presión islamista que invade todo el continente europeo. Rusia es  mucho más Europa que lo puede  ser  una Turquía al borde del islamismo gracias a  un político de personalidad incierta como es Erdogán. La Turquía de Ataturk, en su concepto organizada como un estado laico, parece  que podría haber sido una candidata  de  integración más fácil en la UE porque la actual islamizada Estambul se aleja cada vez mas de su personalidad  cristiana que tuvo  cuando se la conocía  como  Bizancio o Constantinopla.

La noticia que se acaba de publicar sobre la prolongación por parte de la UE  de  las sanciones económicas a Rusia  por un periodo de seis meses demuestra que aún  hay mucho camino que  recorrer para alcanzar la meta que se propone en este escrito y que se apoya en hechos incuestionables:

– Los grandes  representantes de la cultura  rusa también son  considerados representantes de nuestra propia cultura. ¿Quién no admira como propios en la UE a  maestros de la música o de la literatura  como  Tolstoy,  Chekhov, Tchaikovsky, Dostoevsky,  Stravinsky, Rimsky-Korsakov, Prokofiev, Pasternak, o  Sajarov, por poner solo un  ejemplo? A pesar de ello, el caso es que, quizá por el cierto aislamiento en el que vivió el pueblo ruso en épocas pasadas, en la Rusia de hoy aún  hay sectores sociales que  dudan de su identidad europea. Pero ese es un sentimiento normal después de siglos de recelos y desconfianzas. Hasta  en la propia UE, como todos bien sabemos, también hay detractores del proyecto europeo. Pero todo parece indicar que nuestro proceso de integración europeo  no tiene marcha atrás  por obligadas  razones de economía y de seguridad.

-Desde la ampliación de la UE  a 27 miembros, Rusia es su mayor vecino con  2.200 kilómetros de frontera. Rusia conserva uno de los mayores arsenales de armas nucleares cuyo control es clave para la seguridad de Europa.

– Debemos de tener en cuenta que, aprovechando los recursos provenientes de la exportación de petróleo, el Presidente Putin ha podido caer en la tentación  de  reconstituir el poder militar de Rusia y  promover así la consolidación de las industrias relacionadas con la defensa y aumentar nuestra percepción de amenaza. La caída de los precios del petróleo y las sanciones europeas han puesto al Presidente ruso en una situación muy difícil que le obliga al dialogo y a la negociación con sus imprescindibles interlocutores europeos.

– Rusia es el primer suministrador  de la UE. Cerca del 70% de las exportaciones rusas de productos derivados de combustibles fósiles  van dirigidas  a Europa y constituyen su principal fuente de ingresos. Esto hace que para Rusia la UE sea el principal mercado para sus exportaciones  y, a su vez,  para la UE  Rusia es el tercer socio comercial después de los EEUU y China. Rusia es además un destino de creciente importancia para la inversión europea (el 70% de la inversión extranjera en Rusia en los últimos años procede de la UE). Así pues, los intereses de ambos bloques son coincidentes y propician una unión cada vez mayor.

Con Rusia dentro de la UE esta podría convertirse en  una potencia mundial. Desaparecerían multitud de conflictos como los de Siria, Irak y muy probablemente Afganistán. China, que tiene su propio concepto de la Historia, se vería más obligada que nunca a conceder a su pueblo libertades que hoy le niega. Los EEUU tendrían las espaldas cubiertas por el Este. Y el océano Atlántico sería un nuevo Mare Nostrum.

En un ambiente de generalizada estabilidad y seguridad el problema de los refugiados, y hasta de la inmigración legal, se iría resolviendo de una manera progresiva, en beneficio de todos, porque una Europa de tal naturaleza sería vista no solo como  un oasis de paz y libertad, referencia para el mundo entero, sino también como una fortaleza difícil de amenazar.image001

Todo parece indicar que en  nuestra flamante Estrategia de Seguridad Nacional debería de  incluirse una línea de acción estratégica a cumplir por nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación: propiciar que Rusia y la UE inicien un proceso de negociación que pueda finalizar en la integración  de Rusia, como miembro de pleno derecho, dentro de la UE.

Aurelio Fernández Diz

CN (R)

Foro de Pensamiento Naval.