No es necesario recordar la importancia de un gesto en el momento indicado. España gestual, lugar donde lo perdido se puede ganar, o todo lo contrario, con un simple gesto.
No sé por qué he recordado aquello de «tener más orgullo que don Rodrigo en la horca». Seguimos sometidos a lo teatral en la plaza pública, autos de fe en los que algo se quemaba por motivos ideológicos. De manera solemne y pública. «Sí se puede» saltarse la norma y la forma.
Don Rodrigo Calderón, marqués de las Siete Iglesias (ahora caigo y espero que me acompañen en la caída), empezó como paje en casa del duque de Lerma y acabó como hombre poderoso de Felipe III. Se forró en el cargo, amasando riquezas y enemigos. Fue condenado al cadalso por sus trapicheos de todo tipo y de él se dijo que «Viviendo pareció digno de muerte, / muriendo pareció digno de vida». Vamos, uno más de la larga lista de los que han vivido del cuento del gesto y con él les ha llegado el final. El marqués de las Siete Iglesias pasó de político corrupto a héroe popular cuando se negó a entrar a la plaza Mayor camino del cadalso por la calle de la Amargura porque su orgullo no le permitía ser cualquiera. Cuando abrazó y besó al verdugo fue aclamado por las masas enfervorizadas que veían el espectáculo. Lo popular, como el gesto, es de rápido efecto y más rápido olvido.
La política en España se parece cada vez más al Oeste americano. Se trata de ser el más rápido y certero y batirse en duelo cuando llegan al estrecho callejón por donde solo cabe uno: ¡No pasarán! es algo que no olvidan. Pasaron y ni perdonan ni admiten. Madrid es mucho Madrid para el comunismo, Caracas y la Habana juntos, pero Ayuso es un bastión nada fácil y como ella misma dice «España me debe una: hemos sacado a Pablo Iglesias de la Moncloa». ¡Ojo! La guerra acaba de empezar. Sus armas son tan sucias como desconocidas y un personaje obligado a dar este paso (puede que no me equivoque y que ciertas circunstancias le hayan obligado) es un peligroso contrincante que pasa de siete iglesias a una, capaz de rezar en todas sin creer en ninguna.
Es el momento de la unidad, no de ser el más rápido, sino el más creíble, el más honrado y el más equipado. Durante la pandemia Madrid ha sido un milagro en manos de una eficaz presidenta —hay que decirlo— ayudada por un magnífico equipo político y de gestión. Eso duele a alguno, que viene con la guadaña a segar la hierba fresca que ya crece en la Comunidad de Madrid.
Camino de la sierra volaba de mañana una golondrina recién llegada a Madrid. Siete Picos, Montón de Trigo, Peña del Oso, la Maliciosa, la Bola del Mundo, la Barranca, el Valle de Cuelgamuros y el Puerto y el Embalse de Navacerrada, su primer recorrido hasta el cerro de la Golondrina donde inauguraba un nuevo amanecer para Madrid. Era la tierra y la poesía de Luis Rosales («sentí en tu mano un desfile de golondrinas que vuelven»). Un trueno se oye por la sierra, el nublado con piedra amenaza Madrid y rompe el verso de esperanza.
No quiere ganar las elecciones. Sabe que es imposible. ¿Ha sido respuesta a la petición?, ¿y entrega en bandeja de plata?
No es para estar preocupado; sí lo es para atender a los movimientos inmediatos. Los peones de brega ya han ocupado sus lugares y esto solo es el paseíllo. No den la plaza por ganada. Va a ser una dura pelea.
Seguro que el comunista no conoce, ni quiere conocer el poema del cubano Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, Placa en la puerta del partido y que le ofrezco entero para que no se corte ni recorte.
¿A qué viene el señor Iglesias? No vale un gesto; Madrid exige esto. ¡Anda valiente y atrévete con ello!:
Si no vienes a dar,
a dar el tiempo, el corazón, la vida
no desesperes por entrar
que en la entrada comienza tu salida.
Si vienes a buscar
el privilegio, la ocasión mullida,
no desesperes por estar
donde la flor más bella es una herida.
Este lugar es un lugar propicio
para el amor al sacrificio.
Aquí tienes que ser
el último en comer
el último en dormir
el último en tener
y el primero en morir.
Entrará en Madrid y saldrá de Madrid por donde entró: la calle de la Amargura.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
16 marzo 2021