ESPAÑA AL BORDE DE LA RUPTURA. ¿QUÉ DICEN LOS MILITARES? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Silencio: se rueda.

La situación requiere ir más allá de lo cotidiano porque no vivimos en la normalidad, sino en un Estado alarmado, al que el Gobierno de turno ha metido mano en todas las áreas, de lo que no se libra ni la mismísima Jefatura del Estado.

Todo lo tocan, llegan a lugares que no les corresponde, y allí, donde hay que andar con más cuidado, hacen uso y abuso de la autoridad del nombramiento, o dicho de otra manera del chantaje del ascenso o destino. Es una política del control de todo poder a base de la colocación después del análisis del candidato. Infiltración. A veces eligen entre lo más corrupto del sistema. Eso sí, sin querer queriendo.

El mayor ejemplo de esa política de colocación está en el Tribunal Constitucional, no solo por el nombramiento de su presidente y componentes, sino por convertirlo en jurisdiccional.

Las Fuerzas Armadas no escapan a este indecente juego de la política y ahora no solo tienes que ser bueno, sumiso y manejable para ser general, sino que además debes de tener formación de «Director» y olvidar la de «General». Se miran unos a otros y hay desconfianza. Lo siento. Que cada palo que aguante su vela.

Todo empezó cuando desde Túnez el extraño personaje entonces presidente del Gobierno de España por accidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se subió al púlpito de esa religión extraña que practica y arremetió contra todas las naciones de Occidente como si él fuese el gran enviado y que, como se ha visto, solo trajo desaprobación internacional y desprestigio para las Fuerzas Armadas a las que irresponsablemente convirtió en una oenegé no fiable más allá de nuestras fronteras. Su ministro de Defensa se encargó de manipular a los generales y hacer uso de las Fuerzas Armadas como un cortijo donde su doctrina de enseñanza y futuro tenía como primer objetivo desmilitarizar todo lo militar. Era el trabajo encargado a aquel ministro que cambiaba a su antojo los ritos y tradiciones militares, y que contó con el apoyo de algunos uniformados que incluso intentaron ocupar mesa y mantel en el lugar de honor de la OTAN. El rechazo internacional está a la vista cuando se nos vetó clamorosamente en lo militar; como no podía ser de otra manera. El equipo del señor Bono estaba al descubierto y no engañaba a nadie. Así nos ha ido; desde entonces las Fuerzas Armadas no levantan cabeza y cuando recobramos el prestigio perdido, cuando remontábamos, hubo la posibilidad de nombrar al General de Ejército Fernando Alejandre presidente del Comité Militar de la OTAN, pero todo se vino abajo al entrar los actuales dirigentes de Defensa. La gran oportunidad perdida. En todos los sentidos.

Si no es por el fervor a la nación, el respeto y la vocación de los jóvenes oficiales, suboficiales y tropa, a los que es imposible engañar, y saben muy bien lo que es el compromiso de servir a España sin tintes políticos y lo que significa el deber contraído al Jurar Bandera, la situación se habría precipitado. Seríamos una impecable oenegé con simbólica  representación militar.

Ni aquí ni allí, ni en Valencia ni en La Haya. ¡Qué desastre!

Unas Fuerzas Armadas tan manipuladas como el conjunto de las instituciones.

Las derivadas de toda esta situación no pasan desapercibidas para los profesionales, pero nadie habla alto y claro de todo lo que está ocurriendo en estos nefastos años.

Desde el punto de vista internacional es de tal gravedad que nos lleva a situaciones como la indefensión por el sur, allí donde tenemos el más valioso de nuestros poderes estratégicos en lo militar y por tanto en lo político y económico: el Estrecho de Gibraltar, en su angostura. Lo hemos perdido y está controlado, además de ocupado desde dentro (cuidado con este aspecto), por el Reino Unido, Estados Unidos y Marruecos. Esto es suficiente para que al hablar de los silencios militares debamos llamar la atención de la gravedad del reciente «acuerdo para el acuerdo» con Reino Unido sobre  Gibraltar que tan detalladamente ha sido explicado en este blog por el Capitán de Navío Ángel Liberal Fernández. Explicaciones que han llegado a altas magistraturas del Estado y que tiemblan al descubrir la mentira y traición que encierra el hipotético acuerdo.

Conscientes somos de que alguna de estas autoridades ni se imaginaba lo que esconde: vulnerar nuestra integridad territorial. Es decir, desde el mismo Gobierno se va contra la Constitución, se renuncia a restaurar la integridad territorial, se engaña a las Fuerzas Armadas y aquí no ha pasado nada porque nadie se ha enterado de nada. Mientras esto se acordaba, los submarinos nucleares británicos se proveían de misiles Tomahawk en la base militar de Gibraltar a la vista del todo el mundo. ¿Habrán participado en el ataque a Irán? ¿En el Parlamento español alguien ha preguntado sobre tan graves hechos? ¿España estaba informada?

No creo que diga ningún disparate si traigo a colación el artículo 8 de la Constitución que habla de quiénes son los responsables de mantener la integridad territorial de la nación, aunque suena a tomadura de pelo cuando resulta que el mismísimo Gobierno puede abandonar territorio así por las buenas, con o sin Parlamento, con o sin Fuerzas Armadas, con o sin Jefatura del Estado, con o sin Mando Supremo de las Fuerzas Armadas. Con o sin Schengen. Así que ¿para qué seguir? Vendrán detrás Ceuta, Melilla y Peñones. Tiempo al tiempo. Granada en peligro. Hasta Toledo. Como París.

Dejémonos de acuerdos y mentiras. Este Gobierno renuncia de hecho a reintegrar Gibraltar a España y está dando los primeros pasos. Nadie se opone, los españoles lo desconocen y la oposición está a otras cosas. Pero los militares deberían decir algo. Aunque solo sea porque se les nombra en el Título Preliminar de la Constitución y allí se les marca su misión principal. Que por nosotros no quede. Podría ser tan grave como no haberse enterado que pretenden que nos olvidemos de una parte de nuestro territorio, el que nos pidan, a las buenas o a las malas, por ejemplo Gibraltar. Asumamos que España empieza a ser carcomida por el sur desde Gibraltar, por el istmo penetran hasta Sotogrande y Málaga; por ahora.

Simple ejemplo de la ruptura del artículo 8 de la Constitución española. Olvidado. Dinamitado desde dentro.

Pero la cosa no queda ahí. Hemos sido derrotados por el Golpe de Estado dado por los independentistas catalanes en 2017, indultados y amnistiados. Admitimos a los terroristas en las instituciones por ordeno y mando de un Tribunal Constitucional que se atrevió a enmendar al más alto Tribunal Jurisdiccional.

Los Ejércitos y la Armada son unos grandes desconocidos que se mueven al orden cerrado que les marca un Gobierno antimilitarista que les acaba de dejar en ridículo frente a la OTAN y para más inri nos quedamos sin armas y municiones al romper los recientes contratos con Israel y no existir nadie que los sustituya en capacidades. Desarmados.

Me veo en la obligación de preguntar si entre los Ejércitos y la Armada, allá por las alturas de la llamada Cúpula Militar, alguien se ha hecho las preguntas pertinentes ante tales desmanes, si es que se han dado cuenta de ello. ¿O forma parte de la Política de Defensa que dirige el ministerio desde su Dirección General? Porque bien está que nada sepamos y que estas cosas se hablen, si es que se hablan, en voz baja en los despachos, pero no vemos consecuencias. Ni dimisiones. Solo tragaderas.

Tenemos el mejor Ejército desde los Reyes Católicos. Dicen. Podría ser. Sobre todo ahora que nos hemos quedado sin armas, sin munición y nos enfrentamos a un enemigo fantasmal, interno y externo, sin armas ni municiones. Desarmados materialmente. La oenegé está sin pistolas.

¿Moralmente?

Déjenme que les cuente. No se engañen. No es oro todo lo que reluce. Lo nuestro no es un problema del 5% ni del 2%. No. Es un problema ideológico de rechazo absoluto de los Ejércitos. Repito: rechazo absoluto. El 2% y el no al 5% responde únicamente a un problema de corrupción moral, como es la pretensión de dominar desde el partido la industria del armamento fusionando desde la tecnológica, ya en su poder, la industria de armamento en una empresa concreta que ahora se posiciona como líder del mercado español,  con todos los apoyos institucionales y cuyo presidente se autocompra su empresa. No miren en otra dirección. Por cierto hay que revisar a fondo las puertas giratorias y los puestos de honor que ocupan nuestros retirados soldados de alto rango. ¡Premio!

Además de la corrupción ahora se debilitan cuando les está fallando la pata que sostiene su guerra ideológica, la cognitiva, a través de lo mediático, y en ello están por un quítame unas acciones de un socio francés que habla de libertad de información. ¿Eso qué es para ellos?  Humo.

Al final todo esto nos conduce a organizar esas Fuerzas Armadas prefabricadas por estos gobiernos socialistas que tan alérgicos son a las Fuerzas Armadas organizadas y estructuradas bajo la virtud. Prefieren y recuerdan las dirigidas por sus comisarios políticos con mono azul y pistolón al cinto, eso si, siempre desde la retaguardia. A día de hoy las pintan y desfiguran alejándolas de su misión principal, la que el Gobierno incumple sistemáticamente, y las entretienen con misiones secundarias lejos de nuestros intereses como nación.

En fin queríamos saber lo que piensan los militares y seguimos con la duda, aunque me permito sugerirles que se asomen al libro que acabamos de publicar con la colaboración de mis compañeros de Armas: DE SOLDADO A GENERAL. Descubrirán algunas opiniones.

Puede que sean solo las de unos pocos, pero sin duda muy consolidadas y rigurosas.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 julio 2025

 

GIBRALTAR: TRAICIÓN General de División Rafael Dávila Álvarez

¿De qué se ríen? Engaño, traición… tomadura de pelo.

El sol se hundía tímidamente y cruzaba sin control alguno el Estrecho de Gibraltar. Iba parecido a la noche en esas horas del incómodo paseo, justo en la angostura, que es un robo de luz de quienes no la tienen y fueron a piratearla a las puertas del Mediterráneo. Aquel lugar, desde hace ya demasiados años, es un escenario de traición y el Sol lo alumbra para señalarlo cada atardecer. Nadie conoce ni nombra Schengen en territorio pirata. Quizá por eso cada día Gibraltar se ocupa más y más de armarse hasta las entrañas, militarmente, enterrando su poder que vigila desde una garita de centinela en terreno que no le corresponde, convirtiéndolo en territorio de guerra.

El submarino nuclear HMS Anson había cargado durante cuatro días misiles Tomahawk traspasados con suma elegancia desde la panza de su hermano el  Astute. Hace pocos días entró en Gibraltar remolcado por el VB Responder perteneciente a la filial local de la empresa española «Boluda Towage«, un peldaño más en lo inaudito de la traición. La flota de remolcadores de Gibraltar es de la naviera española en cuyo Consejo de Administración se sienta un expresidente del Gobierno de España, en ese impecable juego de intereses espurios que sabe diferenciar la integridad territorial con el negocio. Servidores. Mientras, Albares dice que negociaba -rey don Sancho…-.

En Gibraltar todo se mueve alrededor de las armas. Son rentables y necesarias para controlar uno de los lugares de su mayor tránsito junto a las energías alternativas y otras extrañas mercancías.

Lo nuclear es un misterio en esa angostura objeto del deseo militar de muchos sin que sepamos muy bien lo que esconden las tripas de la colonia inglesa. ¿Hay armas nucleares? Mejor no preguntar.

En cualquier caso, armas como los submarinos, son de propulsión nuclear y entran allí con frecuencia sin que sepamos si también cuentan con armamento nuclear a bordo.

Todo sigue con la normalidad de una anormal situación que cada día parece más asumida por los que juegan con la integridad territorial de su nación.

Al ministro de Exteriores de España, de espino albar, le entra prisa y de Moncloa llevan días exigiendo un acuerdo, aunque no sea acuerdo, algo que al menos ocupe el titular de todos los medios.

¡Gibraltar, Albares, Gibraltar! le gritan desde la Moncloa. Hay que desviar la atención de la profunda inmoralidad que rodea al Consejo de Ministros y a su Presidente.

El problema de Gibraltar tiene muchas vertientes, la económica, la política y la incómoda situación desde el brexit, que para todos es una china en el zapato. Pero el fondo de la cuestión de Gibraltar para el Reino Unido es solo una: la militar. Parece mentira que seamos aliados; dicen que lo somos.

Si no fuese por lo militar el Reino Unido hubiese renunciado a la colonia; les resulta un estorbo. Solo hay un verdadero interés para el Reino Unido: lo militar, el concepto de base militar.

Presionaron a Albares y puede que ni hiciese falta.

-Eso ni tocarlo. Contestó Albares. -Ese es un tema que no nos interesa y nada discutiremos sobre ello. Nuestros militares ya están enterados y asumen la situación. Por nosotros podéis seguir nuclearizando la zona. Nadie sabe ni sabrá nada. Es más ya sabéis que está Málaga y cualquier otra alternativa que propongáis será bien recibida. Hasta la cocina.

Alfombra roja a los submarinos nucleares y ¡cómo no! a su dotación incluso más allá

¡Larga vida a vuestra presencia en el sur!, queridos ingleses.

En 2002 estuvimos cerca de un acuerdo definitivo de cosoberanía de Gibraltar. El mayor avance dado en la historia. Aznar no se atrevió y a última hora no se firmó. Le costó el puesto al ministro Piqué y lo malo es que el vecino del sur nos invadió: Perejil.

Llegó el brexit y con él el problema del Gibraltar ocupado por quien al no pertenecer a la Unión Europa que debería cumplir los acuerdos fronterizos con la misma rigidez y exigencias que cualquier otro país no perteneciente la UE.

Llevan unos y otros mucho tiempo mareando la perdiz, engañando, engañándonos y engañándose. Que si sí que si no, que si paso de la verja que si no paso. Del mar y el aire no hablan, es ocupación militar y eso no entra en juego.

Después de la palabrería y de la cobarde entrega española llegaron a un “Principio de Acuerdo entre España y Reino Unido sobre Gibraltar y el Brexit, de 31.12.2020”  conocido como el «Acuerdo de Nochevieja» que sigue vigente como marco para las negociaciones sobre Gibraltar. Nada ha logrado cambiar la situación colonial ni la vergonzosa ocupación de Gibraltar. En esta situación de interinidad, la población local de la colonia se ve favorecida por el mantenimiento del statu quo que, en la práctica, les supone seguir con “la tostada untada por los dos lados”. En cuanto a los trabajadores españoles que desde La Línea se desplazan a Gibraltar, siguen con su condición de “mano de obra barata” al servicio de la colonia. Lo hacen solo por una razón: los gobiernos españoles sistemáticamente los han abandonado sin ofrecerles alternativa.

Después de la palabrería y de la cobarde entrega española llegaron a a un acuerdo en 2020, «Acuerdo de Nochevieja» que sigue vigente y que en nada ha logrado cambiar la situación colonial ni la vergonzosa ocupación de Gibraltar. No ha favorecido a la famosa colonia ni a los trabajadores que a ella se desplazan desde La Línea. Lo hacen solo por una razón: los gobiernos españoles sistemáticamente los ha abandonado sin ofrecerles alternativa.

Ahora, junio 2025, los ministros de Exteriores español y del Reino Unido junto al ministro principal de Gibraltar y el vicepresidente ejecutivo de la CE nos anuncian un acuerdo. No hay tal ni cual. Todo sigue igual.

Nada ha cambiado, una nueva traición del Gobierno de España que da un paso más para quitarse el problema con una teórica entrega, un acto de voluntad política, partidista, sin consulta al Parlamento y el abandono, en versión política,  de la defensa de la integridad territorial. Póngale nombre.

Con la gravedad que ni la oposición ni nadie ha respondido a ese abandono en forma de acuerdo de la integridad territorial de España.

No perdamos la esperanza porque como verán más adelante con la comparativa de acuerdos -este de ahora y el de hace casi cinco años- que les ofreceremos, concluirán que esto es solo otro acuerdo para firmar un acuerdo posterior que termine en un tratado.

Es decir una declaración política de cobardía que no tiene en la práctica nada nuevo respecto del Acuerdo de Nochevieja de 2020, una  cobardía gubernamental, unilateral de partido político, sin consultar a los españoles representados en el Parlamento y una renuncia a la soberanía e integridad territorial.

Tengamos  mucho cuidado cuando estos irresponsables juegan con Gibraltar y el sur está indefenso. Poseedores nuestros vecinos de mucha información sensible y capaces de cualquier cosa. Por ahora guardan tranquilidad con eso de los mundiales de fútbol, pero no conviene olvidar Perejil y su porqué. Ellos también quieren dar el paso y si nos aprietan ¿les entregaremos Ceuta o Melilla ? ¿O un Peñón de aperitivo?
Todo esto continuará.

Políticamente este Gobierno de España cuela a Gibraltar por el espacio Schengen, como si de Europa parte fuese, pero para eso antes debe ser español. No va a ser tan fácil como dicen o creen.

En definitiva un acto de cobardía política y seguramente de traición. Si es que eso de integridad y soberanía lo dice la Constitución.

El Reino Unido no es de la Unión Europea, pero como militarmente manda, nos cuela la base militar en Europa y los españoles nos tragamos sus submarinos nucleares y toda su basura. Nuestros militares a lo suyo. En el frente este de Europa por si hay un arreón y atraviesan los Pirineos. Los rusos.

No olviden la corrupción esa que ha saltado, penal, y la otra de la que no se habla: la moral e histórica.

Son como la noche. Sin sol ni brillo alguno. Hágase la luz.

General de División Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

16 junio 2025

MARRUECOS. Rafael Dávila Álvarez

Foros, laboratorios de ideas, palabra de politólogo, expertos e inexpertos, pero la retórica no va a solucionar un problema que cada vez es más complejo: Marruecos.

La visita del presidente, en funciones, del Reino de España al Reino de Marruecos no ha sido, no puede serlo, de vacaciones ni privada. Hay temas de política exterior que nunca pueden pasar de lo político a lo privado para un presidente de una nación. Lo privado es otra cosa y por eso un presidente vive donde vive, viaja como viaja y se le pagan los gastos como se le pagan. El Estado pone a su disposición una serie de privilegios merecidos porque representa al Gobierno de su nación y dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Eso realmente hace que su vida privada se limite a serlo de puertas adentro, pero no más  allá. Desde que sale por la puerta de su domicilio hasta que vuelve a entrar deja de existir su vida privada.

Marruecos es un problema porque insiste en que Ceuta, Melilla y Peñones no son España, lo que es una gravísima postura y un ataque a nuestra soberanía e integridad territorial. Marruecos es un grave problema y la visita veraniega del presidente una frivolidad.

Por muchas vueltas y bajadas al moro que demos solo hay una palpable y cruda realidad con nuestro vecino del sur. El litigio se llama Estrecho de Gibraltar, dominado por las Columnas de Hércules, el peñón de Gibraltar y el monte Hacho, el dominio de la navegación y puente europeo-africano.

Ni Ceuta ni Melilla ni peñones: lo que cuenta es el control del paso marítimo y los pilares del puente que une las orillas, uno anclado en España y robado a España, el polvorín anglosajón, y el otro, el monte Hacho, en una ciudad española, Ceuta.

En definitiva España no cuenta: Estados Unidos, Marruecos y el Reino Unido nos han echado de su control, se han apoderado de aquellas aguas y van a por sus orillas. Más valdría que en lugar de quejarnos y dedicarnos a las retóricas de estrategas de salón trabajásemos en la solución que exige firmeza y postura clara y común, disuasión política y militar con instrucciones adecuadas a nuestra embajada. Habría que preguntar al hermético embajador de España en Marruecos…

El Mediterráneo es una de las claves de la estrategia mundial, el camino a todas partes, a cualquier lugar, donde se ganan o se pierden las guerras y algo aún más importante, donde se consolida la victoria o la derrota. Solo hay que leer la historia de los acontecimientos. Puede que el Pacífico sea la modernidad de los actuales estrategas económicos y gurús del nuevo hombre, pero el catálogo de las naves, las 1186 naves, se reunirán de nuevo en el Mediterráneo, navegarán hacia el Helesponto y Agamenón llevará el mando al ser el de numerosas naves.

Y no hay más foro de expertos ni laboratorio de ideas para perder el tiempo y crear una retórica vacía alrededor de un problema cuya solución está en americanos y británicos. Que por cierto ellos saben muy bien que gracias a España durante la Segunda Guerra Mundial pudieron dominar el Estrecho, tener las llaves del Mediterráneo sin mayores problemas, y ganar la guerra; que pudo no ser así.

Una acción militar sobre Ceuta y Melilla hoy es impensable, pero no sé mañana; hoy las guerras tienen mucho que ver con la economía, tanto que son la continuación de ella. Lo vivimos tan cerca que no lo vemos y nada hacemos por evitarlo. Mientras más se acerque Marruecos a Europa más lejos de España estarán Ceuta y Melilla. Mientras sigamos sin invertir económicamente en Ceuta y Melilla más nos darán la espalda. Tampoco olvidemos que Perejil no era solo Perejil, sino que la acción iba más allá pero fue el americano quien dijo ¡basta ya!; es quien manda.

La OTAN calla y la Unión Europea dice, pero nunca hace.

La situación en el sur se complica y puede ir a peor si el presidente en funciones deja de serlo (en funciones) y vuelve a (des)funcionar con su actual política de rendición (de cuentas).

El Mediterráneo se calienta y España sigue tomando el sol mientras le quitan las llaves los mismos con los que acude a la reunión de las naves bien armadas para defender no sabemos muy bien el qué olvidándose de defender lo suyo.

¿Dónde estará Agamenón?

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 agosto 2023

 

«EL MEJOR BARCO ES LA AMISTAD». EXHIBICIÓN MILITAR FRENTE A LAS COSTAS ESPAÑOLAS General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El portaaviones ‘Harry S. Truman’ a su paso por el Estrecho. Foto U.S. Naval Forces Europe-Africa/U.S. Sixth Fleet

Estados Unidos y Marruecos acaban de hacer una exhibición militar frente a las costas españolas. Cada uno puede interpretarlo como quiera, sin alarmismos, ya que se trata de dos países amigos, uno de ellos aliado de la OTAN y el otro nuestro eterno vecino del sur. No es un simple paseo de acompañamiento, sino un mensaje claro y rotundo. ¿Cuál es el mensaje?

La frasecita con la que la VI Flota lo ha anunciado tiene su enjundia y conviene descifrarla. Como aquí hay lectores inteligentes no hace falta traducirlo, aunque el Gabinete Criptográfico de Moncloa no para de trabajar y conectar por tierra, mar y aire con sus satélites de seguimiento que no entienden nada.

¡El mejor barco es la amistad! Era el mensaje que lanzaba la Sexta Flota de EE.UU. al cruzar el Estrecho de Gibraltar el Grupo de Combate  portaaviones Harry S. Truman escoltado por la fragata marroquí Allal Ben Abdallah.

Para enmarcar la frase y su hondo sentir. ¿Lo entienden?

La errática política militar española, que tantas veces aquí hemos expuesto, y algunas retiradas a destiempo que han dejado en comprometida situación a nuestros aliados, son detalles que no pasan desapercibidos cuando lo que está en juego es la Defensa, algo que no admite componendas políticas. Con los Estados Unidos nuestras relaciones son cada vez peores desde hace años. Cualquier día saldrán de Rota y entonces vendrán los lamentos.

En el verano del 2019 abandonábamos sin explicaciones al Grupo de Combate estadounidense Abraham Lincoln: «Hemos disfrutado de una relación productiva y profesional con la Méndez Núñez, pero estamos decepcionados con la decisión de España de retirar permanentemente la fragata del grupo de combate del portaaviones Abraham Lincoln», decía el portavoz del Pentágono. Su memoria es de elefante y con habilidad mandan sus mensajes como misiles.

¿Pretendemos que ahora les acompañen nuestras fragatas? Donde las dan las toman y España no está en condiciones de andar con juegos infantiles en materia de Defensa.

El general Félix Sanz Roldán fue candidato (Gobierno de Zapatero) a presidente del Comité Militar de la Alianza Atlántica. Había, insistían, muchas posibilidades, casi todas, tantas que no pasó ni la primera votación. Fue en el año 2007 y estaban muy recientes cosas como la retirada de Irak, de difícil olvido. Aquí no se andan con bromas ni abandonos.

En la escala que hacen Bernardino León y Félix Sanz en las Azores les llega la noticia de que la ministra de Defensa Carme Chacón acaba de anunciar, durante su visita a las tropas allí desplegadas, la retirada de Kosovo, algo de lo que nadie había sido avisado. El desaguisado es monumental. Las graves consecuencias de la declaración de la ministra de Defensa no se hacen esperar. El lenguaje más suave de los dirigentes americanos es: «profundamente decepcionados».

Sin duda el mensaje («El mejor barco es la amistad») es tan claro -tan duro- que el gobernante de la Moncloa no lo entiende y lo recibe como un piropo a la amistad mundial desde la hermandad de los hombres de paz que le acompañan en el Gobierno. Como para fiarse y darle la llave de los misiles.

¡Ay! Cuánto siento tener que que hablar de estas cosas mientras la flota del independentismo catalán pretende tomar el Mediterráneo. No sé si cabrán todos en el buque insignia.

No inspiramos confianza en ninguna nación occidental y lo que más siento es la repercusión que todo esto tiene en nuestras Fuerzas Armadas que se ven desasistidas en su parte más importante: el impulso moral y material para adoptar la Defensa que España requiere y necesita.

Detalles como el que nos ha ofrecido ese mensaje con la navegación pareja de Estados Unidos y Marruecos en las costas de una nación aliada, perteneciente a la OTAN, ni puede ni debe pasar desapercibido.

Nuestros Ejércitos y Armada no se merecen esto.

¡El mejor barco es la amistad!

No es cosa de enfados, ni soberbias que a nada conducen, ni de cambiar de aliado, sino de cambiar de política de Defensa. Claro que el que dice eso dice cambiar de política y de políticos.

No parece que el Gabinete Criptográfico haga esta traducción.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

19 diciembre 2021

 

 

ESPAÑA, LA OTAN Y NEUTRALIDAD General de División Juan Chicharro Ortega (R.)

We are nato

Que el devenir de una nación está definido, entre otros factores, por la geografía es algo tan obvio que no es necesario insistir en ello.

España, ubicada en la península Ibérica, se encuentra geográficamente entre Europa y África e históricamente siempre ha sido freno y paso de civilizaciones entre ambos continentes. Por otra parte es centro de comunicaciones entre el Atlántico y el Mediterráneo – más de 200000 buques cruzan anualmente el estrecho de Gibraltar – y la influencia de la tierra sobre la mar dio origen de forma destacada a un impulso colonizador que se trasladó al  nuevo mundo marcando nuestra historia.

Esta situación geoestratégica de primer orden hace que nuestra nación haya ocupado siempre un lugar de privilegio en la política mundial algo que hoy en el mundo globalizado en el que nos encontramos adquiere si cabe una mayor importancia.

Y entre las diferentes facetas a considerar de esta situación está la de la Defensa.

La seguridad es imprescindible para el ejercicio de todas las actividades de una nación, sean políticas, económicas o cualquiera otra y es el cimiento en el que se basa el  desarrollo y prosperidad. Una seguridad afectada por una serie de riesgos y amenazas a las que la defensa de la nación debe ser capaz de responder permanentemente adaptándose a la vez a  lo constantes cambios en el entorno estratégico.

Ahora bien,  ¿cuáles son estos riesgos o amenazas?

La Estrategia de Seguridad Nacional, promulgada por el Gobierno español el 31 de mayo de 2013 presenta el pormenorizado estudio de cuales son esos  posibles riesgos y amenazas, si bien es cierto que algunos de ellos no tienen respuesta intrínsecamente militar, como pudieran ser el crimen organizado o los flujos migratorios pero otros como la amenaza yihaddista, la proliferación de armas de destrucción masiva, la vulnerabilidad del espacio marítimo o las ciberamenazas son claros riesgos que entran de lleno en el campo de la defensa militar por afectar a los intereses vitales y estratégicos de España.

La complejidad de estos riesgos traspasan la dimensión puramente nacional y son los mismos que acechan la seguridad de occidente en un mundo como el actual, en el que países con intereses diversos, opuestos en ocasiones, buscan su prevalencia regional o global; un mundo multipolar, en el que en definitiva, España debe preservar su seguridad nacional, quiera o no, en un entorno multinacional.

Family photo of Allied and Partner Heads of State and Government and Head of International Organizations

Hoy, la seguridad de España es un asunto que no es privativo de nuestra nación por afectar a la de otros y viceversa y por lo tanto la defensa de los intereses de España están mejor garantizados en una comunidad internacional donde la cooperación, la toma colectiva de decisiones y la acción multilateral son principios básicos de organización. Los retos y amenazas globales sólo pueden tener soluciones globales. Amenazas tan importantes como las citadas antes: el yihaddismo radical, la guerra cibernética o la posible proliferación nuclear, son de tal envergadura que ni España ni ningún país europeo puede garantizar por sí solo su propia seguridad y defensa. Es imprescindible buscar cooperación y sinergias con otros para enfrentar los múltiples riesgos con ciertas garantías y contribuir a la seguridad global.

Asombra que exista de nuevo una corriente de opinión que piense que se pueden afrontar los riesgos antes citados desde otra perspectiva que no sea la de la cooperación internacional de la que es paradigma la OTAN.

Flota de países de la OTAN

Cierto es que el Tratado del Atlántico Norte fue firmado hace 65 años, en un contexto de guerra fría muy diferente del actual, y con una organización orientada exclusivamente a la defensa contra un hipotético ataque de la Unión Soviética, si bien, a partir de la caída de esta, la OTAN se ha ido adaptando a las situaciones cambiantes y a las actuaciones fuera de área hasta liderar una operación tan importante, por ejemplo, como la de Afganistán,  aunque su estructura política y militar consagra todavía esencialmente la hegemonía de Estados Unidos que ostenta siempre la jefatura militar además de reservarse en la práctica la última decisión. Pero, claro, ¿cómo no va a ser así si sólo desde un aspecto presupuestario vemos que los EEUU emplean en su defensa 700000 millones de dólares y España, por ejemplo, apenas 7000 millones?

No veo yo realmente otra alternativa a esta organización pues aquella que sería posible tal como la que podría significar la de la Unión Europea no acaba de materializarse. Cierto es que la vocación de unión política de la UE debe incluir necesariamente, en el futuro, la capacidad de garantizar su propia defensa pero, hoy por hoy,  no existe soberanía real ni posibilidad de actuación internacional autónoma por parte de la UE sin la cooperación de los EEUU. Y esto es así hasta el punto de que incluso  el propio  Tratado de la UE en su artículo 42, apartado 7, incluye una cláusula de asistencia mutua, entre sus países miembros, si bien condicionada a los compromisos con la OTAN de los Estados miembros que pertenecen a ella.

No, no veo yo que sea  buena idea abandonar la OTAN unilateralmente, sin tener una alternativa – y esta no la veo – pues esto dejaría a España fuera de la cobertura de nuestros aliados y aumentaría los riesgos, sin comportar ninguna ventaja para los ciudadanos españoles.

Sí tienen razón quienes en apoyo de sus tesis de desligarse de la OTAN aducen que las ciudades españolas del norte de África no están bajo el paraguas de protección de aquella y que en nada ha contribuido nuestra pertenencia a la organización para solucionar el ominoso conflicto de Gibraltar. Cierto. Ahora bien, me pregunto yo si esta lamentable situación no es más que la derivada de la mala gestión por parte de España de estos asuntos consecuencia muchas veces de nuestra debilidad negociadora y ¿por qué no decirlo? de la pobre conciencia de nuestros políticos respecto a la españolidad de Ceuta y Melilla y desde luego de Gibraltar. Estos son asuntos que nuestro Gobierno tiene que  plantear con dureza y voluntad pues se trata de nuestra soberanía pero en mi opinión es algo que debe hacerse desde dentro de la propia organización.

Plantear una posible salida de la OTAN y acogerse a una utópica neutralidad como consecuencia de esto no parece una opción sensata pues insisto en que creer posible  una soberanía absoluta de España en solitario está muy lejos de la realidad en estos momentos y lo será más en el futuro. Es necesario compartir la defensa con nuestros socios europeos, con los que ya compartimos economía y política, en igualdad de condiciones, a través de una defensa común.  Hoy por hoy la OTAN es la mejor y la única opción posible.

Sí, nuestra pertenencia a la OTAN constituye hoy uno de los pilares desde los que España articula su acción exterior y fundamenta muchas veces su presencia en foros internacionales.

La opción de la neutralidad es muy respetable pero hay que poner los pies en la tierra, saber donde nos encontramos y echar un vistazo al mundo de hoy para no divagar.

Recientemente la Sociedad Geográfica Española premió con uno de sus prestigiosos galardones nada menos que a Robert Kaplan, un erudito en geopolítica y geoestrategia. Tuve la inmensa suerte de poder compartir con él siquiera unos minutos, los suficientes para que coincidiéramos en que la sociedad globalizada y conectada de hoy tiene un gravísimo problema derivado de la proliferación de  “amateurs” en casi todos los ámbitos.

Así, por ejemplo, nos encontramos con políticos que tras realizar apenas un curso de varias semanas en el Centro de Estudios de la Defensa Nacional se convierten de la noche a la mañana en verdaderos “expertos en Defensa” y llenan las comisiones de defensa en el Parlamento.

Me decía Kaplan, y se quejaba, de la cantidad de veces que se ve envuelto en polémicas sobre la influencia de la geopolítica en las relaciones internacionales con políticos, periodistas o historiadores a quienes el nombre de Mahan, Mc Kinder o Spykman les sonaban a chino.

Pues eso: esto es muy serio y no apto para “amateurs”.

JUAN CHICHARRO ORTEGA

GENERAL DE DIVISIÓN DE IM (R) DIPLOMADO DE ESTADO MAYOR.

Blog: generaldavila.com

6 junio 2017

A VUELTAS CON EL ESTRECHO DE GIBRALTAR Salvador Fontenla Ballesta, general de brigada (retirado)

Gibraltar español

Mando a la dicha Princesa mi hija e al dicho Príncipe su marido, e a los Reyes que después de ella subçedan en estos mis reynos, que siempre tengan la dicha çibdad de Gibraltar, con todo lo que le pertenece, e no la den nin enagenen nin consientan dar nin enagenen nin cosa alguna della.

Testamento de la Reina Isabel la Católica

La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, conocida como BREXIT, ha puesto otra vez sobre el tapete de la política internacional y de la opinión pública española, siempre hábilmente adormecida sobre el particular, el asunto de la usurpación británica del Peñón de Gibraltar y las posibilidades de su devolución, para completar la integridad de nacional. Ya era altamente contradictorio que un supuesto aliado en la OTAN y en la UE, hasta la fecha, se empecinara en mantener una agresión consumada contra su aliado. ¿Para aliados como estos, para qué necesitamos enemigos?

Es innecesario, por obvio, resaltar la importancia estratégica y geopolítica de todo estrecho marino, en particular el de Gibraltar y éste especialmente para España. Solo catástrofes ha sufrido la Península Ibérica cuando ha perdido el control del Estrecho de Gibraltar:

  • La primera invasión histórica africana de España fue en el siglo III a. J.C, por los cartagineses capitaneados por la familia Barca, con la intención de colonizar la Península para explotar sus recursos y emplearla como base de operaciones en sus guerras contra Roma.
  • La distracción del rey D. Rodrigo, en un frente secundario del norte peninsular, que no supo valorar debidamente la amenaza que tan rápida y agresivamente avanzaba por África hacia occidente. Tampoco supo valorar que el Estrecho como obstáculo, en realidad un simple foso, necesita ser defendido activamente para que sea eficaz. Fue la mayor catástrofe sufrida por España en su Historia, comenzó con el dominio de Ceuta y con la ocupación de Gibraltar en el año 711. Trajo consigo, entre otras cosas, la ruptura política de la Península Ibérica, no recuperada hasta la fecha.
  • La pérdida del Peñón de Gibraltar en 1704 supuso la ruptura de la integridad nacional, tampoco recuperada todavía.

 

El dominio de los lados del Estrecho de Gibraltar

El Estrecho de Gibraltar en manos de varias potencias

La teoría interesada que ninguna potencia permitiría que ambos lados del estrecho estuviera ocupada por una sola nación, es una falacia impuesta ladinamente por los británicos desde que ocuparon el Peñón de Gibraltar, y su aceptación releva impotencia, al menos intelectual, del que la asume como dogma de fe. La gran mayoría de los estrechos están ocupados por un solo estado: Turquía, Suez, Panamá, etc., lo que proporciona seguridad y estabilidad a estos puntos neurálgicos. Por lo contrario, es un axioma que en un estrecho marítimo la inseguridad es directamente proporcional al número de potencias que estén presentes en el citado estrecho, y una evidencia de la debilidad de las naciones ribereñas.

Es un argumento tramposo porque, desde hace tiempo, hay dos naciones soberanas (Marruecos y España) en el Estrecho, y las presencias que sobran son precisamente Gran Bretaña, y posiblemente también EEUU en Rota, como un nuevo y  Guantánamo. Ejercer la soberanía y el control que nos corresponde del Estrecho es cuestión de dignidad nacional y de voluntad política, porque la inacción nunca ha conseguido nada positivo. Los que no se atreven a tomar decisiones alegan siempre que el futuro es incierto y difícil de predecir, cuando el futuro no se tiene que adivinar sino conformar. El futuro como nación se configura con la señalización de objetivos estratégicos, el planeamiento para conseguirlos en los plazos predeterminados y la ejecución de acciones para alcanzar los fines previstos, y determinadas en los planes correspondientes.

Estamos convencidos que mediante una acción política y económica firmes se hubiera recuperado el Peñón, durante las negociaciones para entrar en la CEE, OTAN, UE, etc. Oportunidad que vuelve a presentarse con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, y que por propicia e inmejorable, sería de una indolencia imperdonable no saber aprovecharla, con excusas inexcusables e intereses bastardos.

 

El Estrecho de Gibraltar geopolíticamente

El Estrecho de Gibraltar se comporta geopolíticamente como una válvula que une cuatro globos de presión, afrontados de dos en dos: Europa al norte y África al sur, y el Mediterráneo al este y el Atlántico al oeste. La presión, política y militar, empuja en un sentido o en otro, en función del desequilibrio de fuerzas entre los respectivos globos afrontados. Es manifiesto que actualmente la presión va de sur a norte y de oeste a este.

España no puede permanecer como mera espectadora de lo que ocurre en el Estrecho, debe ser parte fundamental de la válvula que comunica las esferas de presión entre Europa y África, y entre el Mediterráneo y el Atlántico.

El Estrecho de Gibraltar es un objetivo estratégico de primer nivel en cualquier manual, por elemental que éste sea, y solo se puede abordar desde una perspectiva prioritaria a nivel nacional. Es decir España tiene que tener presencia primordial y activa sobre esta zona vital. Presencia política, económica y militar.

¿Qué fue del El eje estratégico Canarias-Estrecho de Gibraltar?

¿Dónde quedó el Eje estratégico Canarias – Estrecho de Gibraltar – Canarias? ¿Por qué y para qué se renunció a él? La postura de debilidad siempre ha sido contraproducente, y España tiene que estar en el Estrecho con el peso que le otorga su posición geopolítica, su historia, su economía y sus compromisos nacionales e internacionales. Está muy bien ir de comparsas de nuestros aliados en aventuras extraterritoriales, como herramientas útiles del gobierno, pero no podemos ir de salvadores de casas ajenas, cuando no tenemos la propia en orden, y lo prioritario institucionalmente de las Fuerzas Armadas, según la Constitución, es ser garantes de la soberanía, independencia, integridad territorial y orden constitucional.

La presencia y capacidades militares deben ser la necesaria y suficiente, como mínimo al mimo nivel que las potencias extrañas al Estrecho. Esto solo se puede alcanzar con un mando militar conjunto, y con unos presupuestos de defensa acordes con las necesidades, y no según las posibilidades, porque la experiencia demuestra que siempre estará en las últimas prioridades, ante la desmadejada voracidad depredadora de administraciones estatales, autonómicas y locales, sin contar con el agujero negro de la corrupción.

Este mando debe de ser de nivel cuerpo de ejército para que tenga capacidades para la integración de las diversas y complejas organizaciones operativas que deben integrar un mando conjunto, tendría la ventaja añadida de ser un órgano esencial para la creación de una doctrina táctica propia, porque, no nos engañemos, todas estas capacidades están actualmente en cuarteles generales supranacionales, en los que los españoles somos meros auxiliares.

Es incompresible como se suprimió el nivel táctico de división, con lo que cuesta en tiempo, dinero y esfuerzos hacer y mantener operativos sus cuarteles generales. No solo se destruyó este escalón táctico, sino que se dejaron huérfanas a las brigadas, y por ende su adiestramiento incompleto. Rectificado el grave error, por reconocido, se han vuelto a organizar divisiones tácticas, pero por las mismas razones anteriores sus adiestramientos quedarán cojos sin el escalón cuerpo de ejército.

Los inconvenientes más importantes para la creación de un mando conjunto operativo, que no quede en papel mojados como pasó con el Mando Conjunto de Canarias (MUNICAN) y los posteriores de las comandancias militares de Ceuta y Melilla, porque creadas sobre el papel, se tuvo bien cuidado de vaciarlas de capacidades, no dándoles competencias ni recursos. Porque además de constituir un esfuerzo importante, romper estructurales mentales a nivel político y militar, es la cicatería de las instituciones a ceder y compartir competencias y capacidades.

Salvador Fontenla Ballesta, general de brigada (retirado)

Blog: generaldavila.com

25 abril 2017