A ESPAÑA SE LA SIRVE DE MUCHAS MANERAS. ALGUNA SIN PERDÓN NI OLVIDO. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

No parece que lo de «A España servir hasta morir» sea una lección aprendida. A aquel extraño, por decirlo de alguna manera, ministro de Defensa le dio un ataque de caspa cuando le llamó Artur(o) y le dijo aquello de «Oye ministro o quitas eso de los catalanes montes o te quito a ti en 24 horas». No hizo falta ni cinco minutos. El extraño ministro, el de la caspa, muy dado al móvil, a movilizar a cualquier hora del día o de la noche a sus vasallos, que eso pensaba de los uniformados, dio la orden del desorden y contra la patria, como si fuese el poeta de la despedida que quiso componer metiéndose donde nadie le esperaba. Se retiró no el lema, sino todos los montes de España, se retiró la idea de servicio y se hizo en el lugar más sensible para nosotros, la Academia de Suboficiales del Ejército, sólido paraje donde se forma el escalón clave y básico de todo el Ejército. Sin rechistar. La Cúpula temblaba y la tropa miraba sin saber cual era la dirección de ataque. Que ya no había ataque ninguno y mejor era morir que matar. Desde entonces, sin que nadie se haya dado cuenta, la desmilitarización se enseña en los colegios y guarderías. Lo peor: en las Academias Militares y en los Centros de Formación. Conviene no olvidar de donde venimos para sabe a donde vamos. Acabar con España suena a ¡Ala! ¡Qué dice este tío! Pues eso sobrino. Que a España no se la sirve, sino que uno se sirve de ella hasta dejarla seca, y para ello un botón de muestra. ¿Cual? Tremendo el trabajo que tiene el Supremo y, a la par, el de un poco más arriba para deshacer sin vía jurisdiccional lo que la jurisdicción sentencia. !Ah!

A España no se la sirve, se sirve al Gobierno de turno, socialista zapaterista o sanchista y sus ministros son ejemplo de esa entrega luchando en lugares insospechados para no dejar sospechas. Véanlo a diario en su taza de café.

Somos fruto, consecuencia, de aquellos tiempos del ministro que retiró el lema «A España servir hasta morir» y conviene no olvidar aquello ni a los uniformados que tragaron con la infamia y que después de sus acenso se colocaron o colaron por lugares donde el servicio se entiende en sentido inverso al que las Reales Ordenanzas exigen a quien besa la bandera en juramento de vida hasta la muerte. No los olvido por muchos lugares insospechados, sin sospecha, que hayan ocupado y, aunque sigan mamando de la vaca que les ha llevado a olvidarse de todo menos de ellos. Cualquier día hago una lista y la muestro. No con mala intención, sino con la se servir, cosa que ellos nunca supieron si no era en ese sentido inverso, ese  que les ha engordado su cuenta corriente mientras adelgazaba la de  la patria. Puedo dar nombres de los vasallos de aquella época, culpables no solo de retirar el mandato del servicio irrenunciable de morir por la patria, sino que desmilitarizaron la milicia a cambio de un plato de lentejas. Frio.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

5 noviembre 2025

INVESTIDURA EN CATALUÑA: TRAICIÓN SOCIALISTA A ESPAÑA CON GOLPE DE ESTADO INCLUIDO. Rafael Dávila Álvarez (General de División. R.)

 

¡Traición!

«La bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución».

Sentencia del Tribunal Supremo del 24 de julio de 2007: «La bandera debe ondear diariamente con carácter de permanencia, no de coyuntura, no de excepcionalidad sino de generalidad y en todo momento».

Olvídense de Puigdemont. Aquí la traición está consensuada y además existe el grave problema de que no sabemos hasta donde alcanza la metástasis y a cuantas instituciones y partidos ha infectado.

No creo que una imagen valga más que mil palabras, pero en este caso la traición queda grabada en la foto de la toma de posesión del socialista de turno, el viejo conocido, por insoportable, señor Illa, de la presidencia de la Generalidad de Cataluña.  En cualquier nación democrática la ceremonia debería ser anulada por marginar al Estado español, a la nación española simbolizada en su bandera. El acto fue una escenificación de independencia  presidida por un claro representante del que dice ser  presidente de la nación española, socialista, obrero, español. Indignante. Nada peor que acostumbrarse y como ya dije hace tiempo nos están acostumbrando a no ser españoles.

No requiere el tema de muchas explicaciones. Un acto independentista ilegal en su simbología para que un socialista encabece el proceso de independencia de Cataluña dirigido desde La Moncloa por Pedro Sánchez. ¿Necesitan alguna prueba más? ¿Por qué hablan y les extraña el sainete o  la comedia menor de Puigdemont si el traidor está en otro lugar y de cara al público?

Desenmascaremos de una vez por todas el proceso. Lo encabezan desde  La Moncloa y el que no quiera verlo es porque está de acuerdo. No son cosas de un día para otro sino que tiene todo un planeamiento en el que a cada elemento se le ha asignado el momento de entrar en escena.

Si yo estoy indignado con lo visto y lo que veremos es por dos razones: una por español y la otra por militar español. Como español no necesita explicación y como militar tampoco, pero haré alguna matización para que se me entienda.

Empezaremos con la Constitución que si no me equivoco se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles y que en su artículo 8, Título Preliminar, señala de manera rotunda: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional».

¿Qué soberanía? ¿Qué independencia: española o catalana?, ¿quizá la vasca? ¿Qué integridad territorial: catalana, vasca, Gibraltar, quizá Ceuta y Melilla? Suena a broma cuando el mismo presidente del Gobierno habla del primer paso para el federalismo desintegrador. ¿Qué ordenamiento constitucional?: ¿el del golpe de Estado, la amnistía?, ¿el amañado desde el poder político para manipular la Constitución? ¿el asalto al Poder Judicial?

El juramento a la bandera: «¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?»

¿Qué bandera? ¿Qué Constitución? ¿Conciencia, honor? ¿Norma fundamental de qué Estado? ¿A qué obligaciones militares se refiere? ¿Rey, jefes, quién abandona a quién? ¿Defensa de España, de qué España, donde está su bandera? Claro que son simples preguntas que te haces, se hacen o te hacen los soldados.  Mejor suprimir todo el articulado y decir otras cosas que respondan a la verdad  que se nos ofrece y escenifica. No merecemos que se nos mienta y menos por escrito en forma de ley.

El que ordena miente y no cumple lo que ordena.

Las Reales Ordenanzas, la Directiva de Defensa Nacional, leyes y reglamentos repiten lo mismo por activa y por pasiva, pero mi bandera, nuestra bandera es ultrajada y no hay mayor ultraje que abandonarla o hacer como si no existiese en territorio español, cambiarla por otra que es ofenderla con el desprecio. Eso en lenguaje militar y español es traicionar a España y hacerlo de la manera más indigna: abandonar la bandera. Todos los que estaban en esa toma de posesión lo hicieron con su simple presencia y por no denunciar con su ausencia inmediata de  aquel lugar donde se despreciaba a la bandera de España.

No hablo nada más que por mi, pero estoy seguro que como yo hay miles de militares y españoles indignados por algo tan simple como es haber despreciado a nuestra bandera con el mayor de los desprecios: ignorarla.

Fue un acto independentista en toda regla la toma de posesión del señor Illa que da inicio con ello a la desintegración territorial de España desde el mismo Estado español, eso que está tan atado y bien atado en la Constitución, tanto que ordena a las Fuerzas Armadas que sean ellas las que velen por esa integridad territorial

Así que termino con un ruego: no nos engañen si no quieren llamarse a engaño. Cambien la Ley y no manipulen a los soldados, desde el primero al último, que todo lo aguantan menos que les hablen alto. Que les mientan.

No nos hagan responsables de lo que no somos ni nos señalen misiones que incumple el que las ordena. Casi diría que ordena el mismo que legisla, ejecuta y juzga. Y manda. Con traición.

A la vista está. La toma de posesión del señor Illa, del partido socialista, ha sido un acto independentista en toda regla apadrinado por el presidente del Gobierno español. El problema de España no es el independentismo catalán ni vasco, es la desintegración territorial que lleva a cabo el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de la mano de los señores Zapatero y ahora Pedro Sánchez.

Algo habría que hacer, pero resulta que hay mil acciones todas distintas y dispersas porque todos nos creemos tener la solución y ser la nuestra la única válida. La derecha  desunida da un espectáculo lamentable, como el de esta España dividida. Hemos (ellos han) puesto las bases de la desunión de manera que ya no sabemos cual es la bandera, ni el rey, ni la forma de Estado. Aquí lo único que sabemos es que la delincuencia política gana posiciones y España está cada día más cerca de desaparecer y, parece, que con la bendición de una Europa que está acompañando en su vuelo a los buitres. Una España rota abrirá otras rutas, quizá por Gibraltar o Marruecos.

Hemos asistido a la ceremonia inaugural de independencia en el Parlamento de  Cataluña. Atado y bien atado. Acaba de romperse España y los españoles sin enterarnos.

No más engaños: cambien la Constitución, cambien la Jura de Bandera, rompan España sin engaños, devuélvanme lo que es mío y bórrenme de su listado. Yo me voy ante esta traición porque ya solo me queda la pluma.

Enfundaré la espada para no formar parte de su traición.  No la pluma que tanto les molesta.  Antes  permítanme que repita una y mil veces: ¡Traidores!, que seguiré escribiendo.

Rafael Dávila Álvarez (General de División. R.)

Blog: generaldavila.com

12 agosto 2024

 

TODO POR LA PATRIA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Todo por la Patria. ¿Recuerdan el lema? Todavía puede verse en algún acuartelamiento de las Fuerzas Armadas o Casa Cuartel de la Guardia Civil. No sé cuánto durará, ya ha habido intentos desde dentro para retirarlo. Para un militar el concepto de patria no es complicado. Incluso al margen del sentimiento, que es profundo, legalmente no hay mucho que opinar y sí mucho que cumplir. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles. Está claro. No hay para un soldado más patria que España, como no hay para la Constitución española otra patria que no sea la Nación española.

Como decíamos, legalmente hay poco que hablar; la Constitución, la ley orgánica de la Defensa Nacional, la de carrera militar, la ley orgánica de derechos y deberes junto a las Reales Ordenanzas son tan claras como contundentes en la misión asignada a las Fuerzas Armadas. “Garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional… Su disposición permanente para defender España… Guardar y hacer guardar la Constitución… Cumplimiento de los preceptos contenidos en la misma”. No lo han escrito los militares y lo aprobaron los españoles. No caben opiniones ni interpretaciones, ni tampoco alarmismos fuera de lugar que sólo pretenden desviar la  atención y ocultar las malas intenciones con la tinta de la insidia. Aquí nadie actúa con su individual criterio sino con el estricto cumplimiento de la ley. Se mueven los soldados en una ejemplar neutralidad política y pública. Mientras otros viven anclados a un pasado de rencores, ellos han realizado un ejemplar trabajo por España y la democracia. Dentro y fuera, con su trabajo silencioso e incluso con su vida, y no es justo que nadie ponga en duda su neutralidad, disciplina, honradez, sacrificio y amor a la patria, es decir a España. El cumplimiento estricto de la ley no significa que no haya preocupación entre los militares. La hay, pero no es otra que la que tienen millones de españoles que no quieren que se rompan siglos de historia, de sentimientos y trabajo en común que han logrado una gran Nación, la española. Parece intencionado aprovechar los momentos de crisis de valores y debilidad económica para crear tensión interna y debilitar nuestras fuerzas.

Sí, “Todo por la Patria”, la común e indivisible de todos los españoles y no “todo por la tapia” como pretenden los caprichos de unos y permite la dejadez de otros. La ley es igual para todos y está para cumplirla y hacerla cumplir. La ley y la igualdad, la justicia es el fundamento primero de la cohesión nacional. Para un soldado está claro el concepto de patria, España, desde el sentimiento y desde la ley.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

4 octubre 2020

«TODO POR LA PATRIA» General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

¿Recuerdan el lema? Todavía puede verse en algún acuertelamiento de las Fuerzas Armadas o casa cuartel de la Guardia Civil. No sé cuanto durará, ya ha habido intentos desde dentro para retirarlo. Para un militar el concepto de patria no es complicado. Incluso al margen del sentimiento, que es profundo, legalmente no hay mucho que opinar y sí mucho que cumplir. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles. Está claro. No hay para un soldado más patria que España, como no hay para la Constitución española otra patria que no sea la Nación española.DGC-121012-Fiesta-Nacional-07-G

Como decíamos, legalmente hay poco que hablar; la Constitución, la ley orgánica de la Defensa Nacional, la de carrera militar, la ley orgánica de derechos y deberes junto a las Reales Ordenanzas son tan claras como contundentes en la misión asignada a las Fuerzas Armadas.Garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional… Su disposición permanente para defender España… Guardar y hacer guardar la Constitución…Cumplimiento de los preceptos contenidos en la misma”. No lo han escrito los militares y lo aprobaron los españoles. No caben opiniones ni interpretaciones, ni tampoco alarmismos fuera de lugar que sólo pretenden desviar la  atención y ocultar las malas intenciones con la tinta de la insidia. Aquí nadie actúa con su individual criterio sino con el estricto cumplimiento de la ley. Se mueven los soldados en una ejemplar neutralidad política y pública. Mientras otros viven anclados a un pasado de rencores, ellos han realizado un ejemplar trabajo por España y la democracia. Dentro y fuera, con su trabajo silencioso e incluso con su vida, y no es justo que nadie ponga en duda su neutralidad, disciplina, honradez, sacrificio y amor a la patria, es decir a España. El cumplimiento estricto de la ley no significa que no haya preocupación entre los militares. La hay, pero no es otra que la que tienen millones de españoles que no quieren que se rompan siglos de historia, de sentimientos y trabajo en común que han logrado una gran Nación, la española. Parece intencionado aprovechar los momentos de crisis de valores y debilidad económica para crear tensión interna y debilitar nuestras fuerzas.Todo Por la Patria

Sí, “Todo por la Patria”, la común e indivisible de todos los españoles y no “todo por la tapia” como pretenden los caprichos de unos y permite la dejadez de otros. La ley es igual para todos y está para cumplirla y hacerla cumplir. La ley y la igualdad, la justicia es el fundamento primero de la cohesión nacional. Para un soldado está claro el concepto de patria, España, desde el sentimiento y desde la ley.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

EN VÍSPERAS DE LA PASCUA MILITAR General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Salón del Trono. Habla el Rey en la Pascua Militar

Próxima la Pascua Militar es indudable que se espera con expectación las palabras de SM. El Rey.

Sobre el ambiente gravita la pesadez del momento al que los ejércitos no son ajenos: Cataluña.

Miren hacia donde miren, lean lo que lean, y donde lo lean, hay algo de lo que las Fuerzas Armadas no pueden ni deben desentenderse: su misión principal. Está muy clara. La  Constitución, la Ley Orgánica de Defensa Nacional, las Reales Ordenanzas, hacen hincapíe en ello de manera rotunda:

Garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

Si no hay unidad el resto sobra. El resto de las misiones deben ser complementarias de la principal. Si no, sobran.

La unidad de España está en un momento de extrema gravedad  y los soldados seguro que estarán muy atentos a las palabras del Rey, el primero de los soldados y mando Supremo de las Fuerzas Armadas.

Con esa esperanza en la palabra del Rey la Pascua Militar servirá también para conocer, y refrendar, la enorme necesidad presupuestaria de unos ejércitos empobrecidos y al límite de sus capacidades operativas. No es oro todo lo que reluce. Se sufre la escasez de recursos tanto como la de una legislación errática y caprichosa que nos ha llevado a una situación difícil y poco conocida en profundidad.

El compromiso con nuestros aliados es sin duda necesario y clave para el desarrollo de la nación española y no solo en el aspecto de Defensa y Seguridad sino en el del prestigio y económico. No podemos seguir siendo una de las naciones europeas que lideran la cola de las que menos aportan económicamente a la Defensa de Europa y sin embargo estamos en primera línea para acudir allí donde se solicita nuestra presencia. Una incongruencia que puede ser irresponsable y crear riesgos innecesarios. Y la tendencia como comprobamos es ir a más participación en el exterior.

El Gobierno español parece que se ha hecho cargo de la situación y ha remitido una carta al secretario general de la OTAN en la que se compromete a aumentar el gasto de Defensa en un 8% de aquí al año 2024. Aunque esa cantidad no alcanzaría el 2% del PIB fijado por la OTAN en la cumbre de Gales, no cabe duda que sería un salto cualitativo que nos haría ver el futuro con optimismo.

Esperemos. La ministra se ha comprometido y debemos darle un margen de confianza.

La confianza hay que forjarla y ganársela día a día.

A día de hoy la amenaza contra la unidad de España es un hecho contrastado. La pobreza de nuestros ejércitos también.

Esperemos, aunque sea desesperadamente.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

3 enero 2018