ESPAÑA EN MANOS DE UNA BANDA CONSTITUCIONAL. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Es conocido el proverbio latino Inter arma enim silent leges (En las guerras las leyes callan). No hemos pensado un momento siquiera que en la paz supuesta que impone una democracia, cuando un parlamento es okupado por transformados representantes, las leyes son manipuladas y no callan sino que son sustituidas por una corrupción generalizada que abarca a todos los Poderes. Ninguna Institución se libra.

Dan miedo los representantes cuando lo son de ellos, única y exclusivamente, de su peor condición, y dividen entre los suyos y los otros. Porque eso ocurre cuando ya no hay Estado, solo unos que gobiernan con todo el Poder dejando detrás de ellos al Estado que solo aparece en días de fiesta, eso sí con soldados y banderas y un jefe al frente. Ni uno ni los otros van más allá de una teoría obligada de la Defensa cuando el supremo gobernador se ha hecho dueño del ataque y la defensa.

La mayoría de los señalados por encima del Estado son hombres que no poseen la más mínima dignidad personal con la que poder afrontar su papel político. Pero ahí están como fiel reflejo de lo que dice su mayoritaria voluntad. Dudo mucho de que la corrupción se exprese en esos términos.

Ahora, cuando creíamos que estaba España a punto de que el prodigio sucediese, es cuando están más fuertes porque ven muy cerca la amenaza. Es el momento peor. Se ven vencidos, han roto España y no tiene perdón. Saben que les han cercado. Nunca ataques a los desesperados. Morirán contigo. Dales una salida porque son más rebaño, más unidos y próximos a su mastín protector. «No fuerces hasta el límite a un enemigo que se encuentra en una situación apurada«. Ten cuidado con los cebos que te presenta. Nada une más que la corrupción, un vínculo más fuerte que el familiar. Máxime  cuando es moral.

Todo es un circo ambulante  compuesto por titiriteros que logran que las cabras suban a la silla mientras suena una música como los cánticos de la Odisea.

Leo los artículos 1 y 2 del Título Preliminar de la Constitución y no necesito más para saber donde estoy y con quién me las he de ver.

TÍTULO PRELIMINAR

Final del formulario

Artículo 1

  1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
  2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
  3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

Artículo 2

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

 

Nada es cierto. En el pueblo español no reside soberanía ninguna cuando los que gobiernan hacen su política, incluso en lo fundamental, sectorialmente,  para ellos y sus creencias. Es decir que gobiernan para la mitad, más o menos, mientras los otros son olvidados cuando no perseguidos. No hay Constitución, sino interpretación. Habrá normas jurídicas, insignes juristas, constitucionalistas, pero la cruda realidad es la ley de cada día, lo que se vive cada día. No hay más ley  que la imposición lo que está muy alejado de la división de Poderes y es así como  la dictadura se materializa con un Parlamento y un Tribunal Constitucional en mayoría sectaria. Todo dispuesto para el Golpe de Estado. Hasta la corrupción queda avalada por el manto constitucional en forma de amnistía.

En el Rey todo es discrecional. Culmina lo que otro decide dándole con su firma acto estatal, con la solemnidad propia. Más allá de los consejos y sugerencias regias hay poco, aunque sea una labor muy firme, decidida y trascendente. Muy limitada e incomprendida en periodos convulsos como el actual. Es difícil su labor de arbitraje y moderadora dado que su mayor función es la simbólica.

En la cotidianidad de la vida política no surgen interrogantes, hay ceguera constitucional y todo lo asumimos en aras a vivir entre el rebaño, aunque sea en un pasto distinto al que marca la Ley con tal de permanecer alimentado y esquilado. Lo malo es cuando viene el lobo y el mastín lleva bozal.

La forma política actual del Estado, la Monarquía, en su simbólica encarnación de todo un pueblo, ha sido intencionadamente puesto en duda y dividido entre regiones, incluso fomentado que no es el Rey de todos los españoles. Ello rompe la realidad interior y exterior de España y sobre todo acaba con la idea de España.

Eso es lo que se ha materializado después de la palabra del símbolo aquel 3 de octubre ante el Golpe de Estado dado desde la Generalidad de Cataluña. Todo ha seguido igual, los pasos de la ruptura con España avalados por  el Tribunal Constitucional. La figura del Rey, simbólica, desde luego, queda dañada, porque el símbolo ha sido atacado. Una nación se simboliza en su idioma, la bandera, su himno, y España en su Rey. Allí nada de eso queda.

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de España.

Se atentó contra todo ello. Se delinquió desde dentro. Se juzgó para después borrar el delito. Se manipuló al Poder Judicial. No pasó nada. No hubo delito y si lo hubo queda borrado, olvidado, podemos ya dar el paso siguiente y volar la Constitución, su forma de Estado, sus Ejércitos, su Historia, su idioma y hasta su territorio. Lo ha dicho el Tribunal Constitucional. La Constitución es muda.

No hay fundamento, por lo tanto no hay Constitución, no hay Ley, sino interpretadores que avalan el delito y al delincuente, aunque este sea el Poder Ejecutivo.

Inter arma enim silent leges (En las guerras las leyes callan).

Lo que es rotundamente cierto es que en España las leyes se han silenciado, manipulado y adaptado a un Gobierno que puede estar inmerso en traición.

Desde luego camina entre el deshonor y la impunidad. Veremos hasta cuando, porque no todo está perdido ni todos dispuestos a perderlo.

Ya, al parecer, todo lo que diga la Constitución no es reconocible ni a tener en cuenta, pero es entretenido leer el artículo 102 del Título IV. Del Gobierno y de la Administración. Háganlo.

Las leyes callan.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

30 junio 2025

 

 

PASÓ A LA HISTORIA COMO EL DEMÓCRATA. NUNCA SUPIMOS QUIÉN ERA. Rafael Dávila Álvarez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, momentos antes de recibir en el Palacio de la Moncloa al presidente de Ucrania. (Reuters)

Cuando se habla de manera abusiva de democracia, todo envuelto en esa palabra incierta, conviene sospechar de las razones porque nadie hay que más oculte que el que exhibe los hechos contrarios a los que comete. Suele ser cosa de los que tiran, no la primera piedra, adoquines de cantero.

Se recurre a la Constitución con vehemencia. Se interpreta a la vez que se viola en cada interpretación. Para ocultar los hechos y seguir caminando se nombra un tribunal, que no lo es, y se reparten sus miembros por ideologías de manera que no hay una Constitución, sino varias y variopintas a gusto del que manda. Es una forma de esconder el próximo movimiento <<democrático>> que se nos avecina.

La calle se moviliza tras la bandera de juez y horca, se divide a los jueces, se  les convierte en influencer que van preparando el juego, se reparte a la sociedad entre buenos y malos, se predica la mala educación, la agresividad, rayana a la violencia, es la habitual forma de expresarse los ministros, el Parlamento se convierte en un lodazal de insultos y malos modos, esta es España, la democracia que nos divide y enfrenta al dictado de un atajo de groseros y maleducados que han encontrado el chollo de ser de un partido y hacer uso de la agresividad que llevaban contenida. No era vocación política, era la forma de poder faltar al de enfrente y devolverle sus desacuerdos con el único argumento de hablar más fuerte, más alto y confundiendo palabra con onomatopeya no precisamente de ruiseñor.

Todos saben (con perdón a todos) que esta situación no es nueva, es historia, pero pasada por el tamiz de la ley ya es otra historia. La oficial e impuesta.

El golpe de Estado, violento por cierto, lo dieron los socialistas en 1931, con Azaña, Largo Caballero y demás secuaces y ¡qué cosas! apoyados por el Director General de la Guardia Civil, general Sanjurjo. Inauguraba los golpes de Estado como modalidad única y cátedra española del engaño recubierto del paño de la democracia Typical Spanish.

Somos muy amigos de darnos normas para luego interpretarlas. Abres un libro de leyes y lo que dice es lo contrario a lo que se hace o sentencia. La excelencia no es conocer la Ley sino saber interpretarla. En esas estábamos y estamos.

<<Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano>> y entre el 11 y el 13 de mayo de 1931 ardía el dogma. Las Cortes declaraban culpable de alta traición al Rey Alfonso XIII, por eso, por ser rey sin más ideología que la unidad de España: un traidor.

Lo que traían aquellos engañapatrias no era república ni nada parecido, ni normas ni leyes, era un robo del Estado y hacerse con la llave de las prisiones para abrirlas y cambiar de inquilinos: los delincuentes a partir de aquello eran la Iglesia, los militares, los jueces, la Ley, las normas, la educación, el dinero de los otros, en definitiva el gran enemigo era la prosperidad de una España unida y trabajadora. Esos a la cárcel y ellos con las llaves.

Aquella historia ha sido borrada por la ley, para continuarla en cuanto hubiese la más mínima oportunidad, y los escribanos anotan en tablillas de lodo el nuevo nombre de este lugar antes llamado España donde un atajo de nombres sin ley han sentado sus reales.

Por ahora el camino está sin terminar, pero en ello están. Nadie sabe el nombre de quien por la espalda mete la mano al títere que predica desde el púlpito de la mala palabra que ensombrece el siempre soleado solar patrio y que vende las parcelas a precio de traición.

Su dinastía es joven, napoleónica no, camaleónica, y aún nos esperan disgustos armados de pólvora que dispararán amparados en el inolvidable: <<No pasarán>>.

La Moncloa es solo el nido. El socialismo auténtico quita y pone según el IBEX 35 que siempre se ha apoyado en tres pilares, hoy los mismos que ayer: una tecnológica, la conocida mediática y ahora se incorpora otro gran negocio, una conocida empresa de armamento. Los nombres de ellos y de las empresas los ponen ustedes ya que son harto conocidos (incluso lo del armamento). De inocencia también se muere.

Habrá que ver en los próximos años en qué queda esta dinastía del demócrata. Nunca sabremos quien está detrás. Si no hay nadie es que el resto no nos merecemos otra cosa. Por eso es que estamos como estamos.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

13 mayo 2024

MANIFIESTO MILITAR. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Resulta que desde que está en marcha el golpe de Estado, lento y novedoso, que ha pillado sin armas al conjunto de los españoles, hay muchos que nos señalan, a los soldados (de soldado a general) retirados y en la reserva con dedo acusador. La mayoría son esos que prefieren empujar y esconderse: ¡yo no he sido!

Me han llamado varios periodistas interrogándome sobre un «Manifiesto» que se estaría redactando entre generales y coroneles retirados o en la reserva. Contra la amnistía, como si ese fuese el problema y no el engaño detrás del que está la espada de matar.  Dicen que ya está circulando para su firma. Como es mi costumbre les diré todo cuanto sé, todo cuanto puedo contar y no inventaré nada más que lo imprescindible para que el relato sea ameno y ustedes con su inteligencia adivinen.

Así que de entrada de «Manifiesto» nada de nada, al menos en cuanto a este humilde general se refiere. Nada me ha llegado y tengan por seguro que nada me ha de llegar. Fake interesada que hace más daño que beneficio. Beneficio a los golpistas que con su dedo pretenden señalar en la dirección equivocada. En aquella de los que más cumplen, respetan y asumen la democracia. A la vista está.

En primer lugar saben que en mis pensamientos voy solo y no me gusta firmar nada en conjunto. Cada uno es muy libre de expresarse como y con quien le dé la gana.

En segundo lugar no estamos para «Manifiestos», sino para hechos, no militares ni policiales, por ahora, sino políticos y judiciales, y para reunir el sentimiento de unidad y lucha política en uno común y no en cientos de batallitas perdidas. Así que cuando se pierda todo, del todo, y triunfe el golpe de Estado, revisen, por un lado a todos los protagonistas de esos reinos de taifas que dicen representar a la unidad de España para luego dividirse entre partidos, más de lo mismo, pero a cada cual más significativo, y, por otro, a los que se amparan en sustanciosos regionalismos. Entre todos son incapaces de presentar un proyecto sólido y común, uno solo y fuerte, para una España herida al borde de la derrota y de su muerte por falta de valientes defensores.

Partidos varios, asociaciones, fundaciones y otros conjuntos de defensores florecen como jaramagos en primavera. Todos quieren mucho a España y dicen representar lo mismo, pero desde su privilegiada autonomía o desde su rentable partidito, asociación, fundación…, nunca unidos, escenificando a ver quién es el que más defiende a España. El momento es, debería ser, de unidad en lo importante, contra el golpe de Estado y no en protagonizar una defensa personal y fraccionada.

¿Manifiesto militar? No se puede azuzar a los militares cuando la política se deja politizar, cuando ha conseguido enfrentar, cuando la justicia se divide en bandos políticos y queda solo para los consumidores de a pie, cuando se convierten en el pin pan pun de los políticos, no se puede azuzar a los militares cuando la oposición es incapaz de hacer frente a un golpe de Estado, cuando desde el poder se ha destrozado la unidad a base de privilegios políticos que en definitiva se traducen en económicos. No se puede azuzar a los militares cuando las instituciones más representativas del conjunto nacional callan, otorgan y se someten. No se puede azuzar y pedir a los militares que defiendan lo que otros en su cobardía o dejadez, o bien vivir, están perdiendo día a día.

Porque los militares tienen un deber constitucional que no manejan ellos sino el poder político y su misión que dice «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional», ha sido ya modulada, vendida y desenmascarada con el beneplácito y el consenso de los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo. Que son los que dicen representar al conjunto de la soberanía nacional.

Así que muerto el perro se acabó la rabia.

Los Ejércitos de España están sometidos al poder político y si a los españoles no les gusta el que tienen que lo cambien, pero no con las bayonetas, sino con el juego político. Si este entra dentro de lo ilegal para eso está la Ley. ¿Que no se cumple, que el poder Judicial no cumple y hace cumplir la Ley? Hay mecanismos suficientes para evitarlo. Lo que desde luego desconozco es si estos mecanismos (suelen pasar desapercibidos y quedar ocultos) se han puesto en marcha.

Porque los pasos hasta llegar al golpe de Estado no son de un día para otro. Se van dando y aprobando. ¿Nadie hasta ahora se había dado cuenta?

Manifestémonos pero de manera conjunta y con una sola idea. Esta no es la España de los privilegios, ni en el norte ni en el sur. Esto es España donde todos los españoles somos iguales ante la Ley. ¿O lo era?

Mucho político constitucionalista y mucha historia democrática para terminar con un personaje, o todo un partido, que pasa del GAL al GOL…pe de Estado.

Olvídense de los militares. ¿No es esto la democracia? Asumámosla y que cada palo aguante su vela.

Ni he recibido ni recibiré ningún «Manifiesto». Me manifiesto casi a diario, de manera individual, sin que nadie piense por mí, desde mi mejor arma, ahora que ya dejé las otras: la palabra.

¿Artículo 8 de la Constitución? Entre todos, y gracias a todos, no existe nada de lo que dice la Ley.

No usen a los militares como defensa de sus intereses ante el claro fracaso de sus políticas en un momento en el que se requiere que haya un único interés: la unidad de España, la defensa de su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Ese es el único Manifiesto pendiente de firma. Es el momento de España. No el de cada uno por su lado.

Está todo dicho y manifestado.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

7 noviembre 2023

Blog: generaldavila.com

EL GOLPE DE ESTADO A LA ESPAÑOLA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

En España, por razones obvias, vinculamos el golpe de Estado a la fuerza armada que participa en una involución autoritaria, una conquista ilegal del poder por la amenaza de las armas.

Puede que sea así y puede que asistamos a un no ser así, a una nueva era de golpes de Estado sin vinculación con la fuerza armada y sí con la manipulación política para lograr el poder mediante el engaño con el uso de la dialéctica entre vencedores y vencidos. La toma del «Poder» mediante la amenaza o violencia, esta mínima o en ocasiones nula, ha dejado de ser el procedimiento en uso, pero los golpes de Estado siguen vigentes.

Hay muchas maneras de iniciar el proceso y aquí en España se eligió la dulce penetración en los centros de manipulación de masas de tan fácil acceso cuando se manejan desde distintos poderes ideológicos que fomentan élites económicas. Para asentar las bases de esa incursión nada más elemental que iniciar un proceso de desconcierto político en las candidaturas al gobierno dando entrada a todas las posibles; mientras más radicales mejor.

La dificultad de este primer paso, el más costoso y de mayor peligro, se lleva a cabo con la construcción y fomento, infiltración en sus cimientos y apoyo económico, a variados partidos que parecen querer lo mismo, hijos de la misma ideología, pero que se expresan de manera distinta, dirigidos por líderes mediáticos que atienden intereses partidistas y por tanto económicos distintos (iguales en su superficie).

Una vez creada la división, la puesta en marcha es cuestión de unas elecciones celebradas en crisis de escisión y enfrentamiento. Dispersión del voto. Solo hay que esperar ese momento que en España se inició un mes de octubre de 2017 con la rebelión catalana alentada desde el poder, indultada por el poder; o quizá habría que decir poderes. Hasta la Corona alarmada tuvo que salir a poner orden y cumplir su deber constitucional como «Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones…».

La Constitución española de 1978, redactada con miedo, por azuzados constituyentes, y una pretendida exhibición de aperturismo democrático, más que convencimiento, dio el primer paso para iniciar la dispersión y dividir peligrosamente a la nación. Una Constitución parida (literalmente) con dolor, presión y fórceps, que ahora da señales de alarma, de su final, anunciado por unos hechos tan evidentes como inesperados (malos constituyentes en la previsión). Acabará con un golpe definitivo. De Estado. Los nacionalismos. Una bomba sumergida a la altura de la línea de flotación constitucional y a la que nadie ni los Tribunales decisorios sobre la Nación/Estado saben sentenciar.

«La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas». Las nacionalidades.

Consummatum est.

 

GOLPE DE ESTADO DESDE EL PROPIO GOBIERNO

Un golpe de Estado no es un hecho concreto llevado a cabo en un momento determinado, aunque siempre requiere un acto decisivo y mediático como ocurrió el 1-O en Cataluña, fecha de salida de la definitiva puesta en escena del activismo golpista con visos de democrático. Se desarrolla a lo largo del tiempo con acciones conducentes a su final sin que sea necesario el recurso a la fuerza armada. Con el desorden controlado, unos votos, y un «canto democrático» e internacional a la libertad de elección, es suficiente. No es necesaria la participación militar, ni la fuerza militar lo detendrá, algo que entre la clase política actual no se contempla por muy constitucional que sea, ni siquiera la aplicación del artículo 116 de la Constitución. Algo inconcebible como los hechos demuestran con la participación de los golpistas en el mismo gobierno al que golpean fuerte y duro y de los que depende la nación.

Podemos concluir que el Golpe de Estado «pacífico», pero mortal para la Nación, ha sido un éxito en España. Incluso con tristeza profunda añadir un párrafo macabro: a ello ha contribuido en un largo proceso el terrorismo de la ETA. Demócratas golpistas de tiro en la nuca recibidos como héroes, hombres de paz con el resultado y fruto de sus logros.

¿Podemos hablar de decadencia constitucional? Es el momento.

Los golpes de Estado también los dan las mayorías como la historia nos demuestra con tristeza y dolor. Es tan fácil como saber dividir y manipular.

La explicación actual de todo lo anterior, la mayor prueba de lo que acabo de escribir, está en las palabras que el Rey de España pronunció el 3 de octubre de 2017, fecha del inicio del Golpe de Estado a la española.

Una definición. Institucional mensaje preventivo. Historia del reciente golpismo. Fue el comienzo de lo que se saldará con la independencia de Cataluña.

Primero la partida de dados con la que se repartirán la túnica. Después será el final.

Ni una amenaza armada, ni un disparo al techo, no harán falta tanques ni acudir a la Bastilla. Nada de manu militari. Mutatis mutandis

Todo se hará en ese silencio tan democrático.

A su tiempo.

Viene bien recordar que estamos sometidos a una coacción llamada «Golpe de Estado», con un Gobierno prisionero de los golpistas y que vamos camino de llevarnos por delante a la Nación, a la Corona y a todo lo que obstaculice los deseos de los golpistas, como lo han hecho con el Estado y su Constitución.

EL REY ANTE EL GOLPE DE ESTADO: 1 DE OCTUBRE 2017

«Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada −ilegalmente−la independencia de Cataluña.

Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno.

Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña.

Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando ─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada.

Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España.

En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común.

Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía.

Hoy quiero, además, transmitir varios mensajes a todos los españoles, particularmente a los catalanes.

A los ciudadanos de Cataluña –a todos− quiero reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos.

Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos.

Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza.

Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará también Cataluña.

Termino ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España».

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EL FINAL: LA INDEPENDENCIA Y EL ENFRENTAMIENTO

«Escribo breve por tu mucho entender; corto, por mi poco pensar. Ni quiero detenerte porque pases adelante» (B. Gracián. El Héroe).

A día de hoy los golpistas están en libertad, indultados por el Gobierno en contra de la opinión del Poder Judicial; otros huidos de la Justicia, y amparados por Europa.

La mayoría de los señalados por el Rey como golpistas en su discurso institucional ocupa escaño en los Parlamentos desde donde siguen en su empeño. No hay freno por parte de ninguno de los Poderes del Estado.

Desaparecidos y entregados al golpismo (¡democrático!). Es el peligro de la dispersión convertida en falsa mayoría.

El que gobierna identificado exclusivamente con un grupo pone los cimientos para el enfrentamiento. El Golpe de Estado se inicia con la división, una excusa es suficiente, como la de la memoria histórica. Su recorrido se fundamenta en fomentar las diferencias hasta lograr el irreconciliable enfrentamiento político mientras el partido gobernante asume el relato moral, la fuerza de la justicia y democracia: únicos moralmente aptos para conducir al pueblo. La Ley ya no cuenta, sino que logrado el dominio de los poderes, el Poder es único. La mayoría parlamentaria y la división de la oposición son la excusa democrática

Es el actual retrato de España.

¿Cuál será el siguiente paso?

Rafael Dávila Álvarez

12 enero 2022

Blog: generaldavila.com

 

A 40 AÑOS LUZ DEL 23F (Un error es peor que un delito). Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Todo está escrito, hasta sobre gustos; pero nadie lee.

Se cumplen 40 años del Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Nadie sabe nada: ni quienes—ni para qué—ni por qué. O lo saben todo que es nada y se hacen como que lo saben, pero no lo dicen; abundan los que no saben nada porque nada han leído que es una mayoría a la que le han contado que (?).

Uno que pasaba por allí estuvo un rato parado en la esquina del Palace; ahora dice que lo vio todo, o sea que lo sabe todo. ¡A mí me lo van a contar!, dice con aires de diputado. Es frecuente escribir así la historia. Desde Londres o así.

Que sepan (casi) todo quedan dos: uno y dos. Hubo tres. El tercero ha perdido el paso. El uno estaba allí y el dos el tiempo justo antes de que se le cerrasen las puertas definitivamente. El tres está en todas partes y en ninguna.

Lo que peor sentó, a unos cuantos, fue no saber nada, ni antes ni después, que no hubiesen contado con ellos ni por un lado ni por el otro. Cuando quisieron colaborar fueron horas muy duras porque no sabían dónde estaban unos y otros; ni a qué bando pertenecían. Cayeron en la cuenta de que eran nadie.

Los que tenían que hablar estaban dentro, callados sin remedio. Los que tenían que decidir, fuera, no sabían muy bien lo que habían hecho los de dentro. Un abismo los separaba. Total: ¡que sea lo que Dios quiera! Uno desde fuera propuso un asalto al Congreso. Los geos estuvieron preparados. Otro, estrella y estrellado, que había estado dentro dijo: ¡Ni se os ocurra! ¡Habrá sangre! Empezaron a sospechar.

Hubo un problema más; no había móviles como ahora y es imposible saber dónde estuvo, en cada momento, esa noche, alguno de los que estaba fuera-dentro. ¿Y los que salieron y volvieron a entrar?; ¿o no?

Desde entonces muchas conversaciones se han olvidado y roto amistades sin cruzar una palabra. ¿Para qué? Estaba dada y de nada sirvió, porque no era eso, no era eso. ¿Qué era? No hace falta ser muy listo. Lo había anunciado Tarradellas: un golpe de timón.

No era un tiro en el pie ni en los techos del Congreso. Un mes antes se decía que «la democracia era un sistema provisional y la dictadura una contingencia histórica». Nadie hablaba claro, pero todos hablaban y, entonces, —érase una vez— cuando Adolfo Suárez dijo que se iba, dispuso el reparto de la tortilla; con cebolla para unos, otros ni patata ni huevo. Los huevos no se prodigaron aquella noche. Incluso por alguna esquina olía a huevos podridos. Es un secreto que aún permanece en la intimidad de los calzones y en los WC.

Perdón. Me dicen que no se me entiende. Pues más claro no puedo ser.

El 23F tuvo tres patas. Dos se vieron y se mezclaron en un cóctel imposible, imbebible, pero purgante. Eran dos en una.

—Te ponemos un avión ahora mismo que te lleve a donde quieras y todo pagado.

—No que me mareo en los aviones.

La tercera, sin uniformes, desapareció. Era la del «Golpe de Timón», los que querían nadar y guardar la ropa, los que querían evitar apoyarse en las otras dos patas.

Se miraron y no volvieron a hablar sobre aquel tema. Hasta hoy, hasta mañana. Lo recuerdan bien, pero no se habla del asunto. Judicialmente cerrado. No hubo tres en uno, pero por los pelos: perdón, quería decir por los tiros.

El golpe era de timón porque había una supuesta borrasca que se produjo entre un presidente que no daba más de sí y los que estaban tardando en ocupar su sitio. Como España es el reino de los escuchas y correveidiles, todos estaban por participar en lo suyo. «…por una exigencia de integración; Suárez había separado. El sucesor tenía que reunirse o juntar. Tendría que estar familiarizado con la economía, que es la exigencia principal en todos los presidentes actuales de Europa. Y hasta sería también un mérito conocer Europa en sus entresijos económicos. Tendría también que tener algunas condiciones parlamentarias de conocimiento de cosas y de repentización. No debía alarmar a la izquierda, a los militares, a la Conferencia Episcopal. Y, por supuesto, tendría que ser un hombre de clara confianza para la Corona, en primer lugar porque el Rey es el protagonista principal de la restauración democrática la Monarquía de todos», que publicaba Emilio Romero un mes antes del golpe. Y vino el lío.

Uno entendió, otro creyó entender y cuando el que debía proceder entró en el Congreso aquello olía a pólvora. Le dijeron que con el fuego de las armas de la Guardia Civil ¡no!, así que tenía que explicarles qué clase de golpe de timón era aquél con tiros en el Congreso.

Los disparos no dieron en la diana porque no era eso, no era eso, alguien se había saltado el guión.

Dejó escrito el general Armada: «Un error es peor que un delito». ¿Qué quiso decir? Lo sabremos.

Por el bien de todos les agradecería que abran los ojos y no miren a los militares cuando hablen del 23F. Es hora de mirar a quienes pusieron los mecanismos en marcha y se dejaron robar la gasolina convertida en pólvora.

La prueba más palpable de ello es que todavía insisten en el golpe de Estado.  ¿O es que somos tontos? Eso creo.

La verdad del 23F queda a años luz porque los que lo urdieron siguen en ello. Hasta conseguirlo.

Acaba diciendo Maquiavelo: «Vosotros de justicia no tenéis mucho y de armas nada en absoluto».

A 40 años luz del 23F vemos la encerrona. Les salió mal. Siguen en ello. Los mismos que ahora buscan otra vía que le llaman democrática.

¿Cuál es el objetivo?: el mismo. Ellos. Si necesitan tirar de la fuerza lo harán. Democráticamente a su manera, así es como la izquierda siempre mandó en España. Poniendo de acuerdo sus leyes y sus armas.

El pronunciamiento militar del año 1930 iniciado en Jaca era la vanguardia del Comité Revolucionario que pretendía que los militares fuesen por delante, asegurarse la fuerza. Casares Quiroga, que iba camino de la revolución del capitán Galán—dicen que a detenerla—, se quedó dormido en un hotel de Jaca. Llegó tarde. Se le habían adelantado. Al despertarse ya se había sublevado Galán que avanzaba hacia Huesca. ¡En nombre del Gobierno Provisional Revolucionario! Fue fusilado.

El 23F, ¿quién llegó tarde?, ¿quién(es) se quedó dormido?

Había que reconducirlo. Ahora a la vista de los acontecimientos queda todo aclarado. Estamos a 40 años luz de lo que pasó por mucho que los parlantes pretendan (verborrea de urgencia) hablar exclusivamente de balística. Pero, eso sí, mucho más cerca del objetivo.

Han pasado 40 años. Acabar con 500 años de historia lleva su tiempo. Cada vez más cerca.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com 

23 febrero 2021

¡BUM! Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Interjección onomatopéyica utilizada para imitar el ruido de un golpe o de una explosión.

¡Bum! Golpe y explosión en el Congreso de los Diputados. Tocaba el Brexit y lo de la venta de armas a Arabia Saudí. Los británicos están tranquilos porque ven como el doctor Sánchez pasa de Gibraltar.

Lo de las bombas… Esas bombas que ahora sí se venden, ahora no, que si los derechos humanos, que si los puestos de trabajo, que si esto es un lío, que si sí, que si no; que esto es el gobierno y no la oposición, que aquí las cosas no son tan fáciles, que tengo que dar la cara y me la van a partir, que las elecciones en Andalucía, los presupuestos, que no me compliquéis más la vida.

Bombas que no eran tan precisas como decían y con las que la ministra de Defensa ha metido en la boca del lobo a todo el Gobierno, con el presidente a la  cabeza y que ahora echa más leña al fuego mientras hace pimpampum, buscando su momento de gloria.

El presidente nunca supo lo que decía, nunca lo que hace. Bombas precisas (?) e imprecisión intelectual entre los que dicen una cosa y hacen la contraria. ¡Esa es mi izquierda!, la incongruente, la ya conocida por desconocerse ella misma. Ahora, en una crisis terminal, se agarran a lo que sea, incluso a los pactos más siniestros. Como bien estamos viendo.

Ante eso no quedaba otra alternativa. Y hubo explosión: ¡Bum!

Porque el tema no son las bombas sino el golpe, el de Estado. Ese sí que ha hecho ruido y daño. Sigue haciéndolo.

El ruido de un golpe: ¡Bum!

Ese era el debate. Ese es el problema de España. Ese es el ¡bum!: el golpe de Estado.

Al fin, un líder brillante, el recién estrenado presidente del Partido Popular, Pablo Casado, le ha dicho al presidente del Gobierno del reino de España cuatro cosas bien dichas. Preciso, claro y rotundo, sin papeles aprendidos, a cara descubierta y sin tapujos: << ¿No se da cuenta de que es partícipe y responsable de un golpe de Estado?>>

Las verdades duelen y se ha notado.

Tocado. Uno de cuatro: <<… usted y yo no tenemos nada más que hablar>>. Por supuesto. Nada de qué hablar con los golpistas o con los que les apoyan, o en ellos se apoyan, para gobernar. ¿Se lo repito? Nada. Ese es el camino. Quien está contra España está contra mí y los que me votan. Hablemos claro de una vez y que todos nos entiendan, sepan quién está con España y quién contra ella. Así de sencillo.

Y se ha hablado de lo que hay que hablar: del golpe de Estado. Los golpistas y sus apoyos se han puesto nerviosos. Los argumentos que usa el golpismo se repiten: sacan a relucir a la ultraderecha y los fusilamientos.

El problema de España, ahora, hoy, no son las bombas de precisión vendidas a Arabia Saudí; no es el Brexit. El problema de España, ahora, hoy, es la misma España.

Hay que quitarse la careta de una vez por todas. O conmigo o contra mí.

Y dejar de leer el manuscrito de siempre, el que se pasan unos a otros en cuanto les llevas la contraria. No nos engañen más. Hablen a cara descubierta, sin acuerdos ocultos, sin papeles escritos por otros; sobre todo hablen con vergüenza esa que alguno suele dejarse en el recuerdo si es que alguna vez la tuvo.

<< ¿No se da cuenta de que es partícipe y responsable de un golpe de Estado?>>.

Y si no quiere usted oír la cruda verdad, doctor Sánchez, señor presidente, rompa con los  independentistas y comunistas. Convoque elecciones.

No se esconda. Dé la cara. Empecemos por ahí.

Con España o contra España.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

25 octubre 2018

Blog: generaldavila.com