LA VOZ DEL REY. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Este artículo ha sido publicado en este blog más de una vez. Publicarlo de nuevo es un simple barómetro que nos dice no solo la temperatura, sino la predicción de futuro a raíz de lo que vemos. Ya no hablamos de reyes, lo hacemos del porvenir de España. Y lo hacemos porque los cimientos de esta vieja y sabia nación están siendo corroídos por algo peor que la carcoma. Nos llaman exagerados, dicen que España va mejor que nunca y no sabemos de lo que hablamos.

Estamos bajo la esclavitud del miedo. Es mucho el poder conquistado y el temor alcanza a todos por igual desde los palacios a las más humildes viviendas. Es una vieja historia muy bien montada y ahora de plena vigencia. Nos han dividido y nos hemos entregado. Nos han descabezado y ya sin nadie que nos represente, alguien que ondee como la bandera, que sea nuestro símbolo, que grite cuando deba y apacigüe cuando pueda, la soledad se muestra como incertidumbre y desconocimiento de lo que queremos. No crean que ellos quieren una república; no, en absoluto. Quieren instalar un régimen  en el que se legisle, se juzgue y se dé seguridad y defensa al dictado. Dictar es su ley y el que no obedezca será reo de culpa. Claro que parece que nos gusta entregar nuestra libertad para que sea gestionada por el señor que dicta. Abran los ojos porque de nuevo se abre otra campaña de acoso y derribo para ocultar las próximas sentencias si es que los jueces logran mantener su independencia.

Es el momento oportuno para recordar la figura del Conde de Barcelona. Hoy cobra plena actualidad para la política de Estado lejos del oportunismo y ramplonería de los discursos de partido.

Era el año 1993 cuando Don Juan de Borbón recibía la Medalla de Oro de Pamplona. Se le había acabado la voz pero providencialmente el entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón,  leyó en voz alta sus sentimientos. Todo un símbolo. Pocos lo vieron  y menos entendieron aquél simbolismo. Juntos, un Rey que lo fue en la esperanza, el Rey de España y un Príncipe que iniciaba el camino. Cedió la voz Don Juan y cedió definitivamente el futuro; lo hizo en este caso en su nieto Don Felipe, libre de todas las cargas del pasado. Se cerraba el paréntesis de la historia reciente buscando el definitivo futuro. La monarquía española, la heredada, la instaurada y la esperanzada; tres historias en tres reyes para España, tan distintas que parecían tres Españas.

Don Juan hablaba desde el silencio y, sin voz, la gravedad de su mensaje la podían percibir todos los que quisieran escuchar y entender. Ya no hablaba de España, su devoción, ahora hablaba de la unidad de España, su preocupación.

Nadie le escuchó; los laureles ensordecieron a los consejeros, muy activos en épocas de recolección. Don Juan pudo ver la realidad al evadirse de todos ellos. Conocía muy bien lo que significa estar rodeado de tantos consejeros expertos en malos consejos. Sólo le quedó el mar donde aprendió a leer los horizontes de acontecimientos. Y con él guardó la historia de una España que se le escapaba mientras más la deseaba.

La unidad de España, repetía incansable, por encima de la enfermedad, por encima del silencio, incluso por encima de la imprudente prudencia de algunos.

La transición superada, decían algunos, España navegaba con buen rumbo y velocidad de crucero, pensaban todos. Nadie había visto al sembrador que por las noches esparcía su semilla de cizaña por los campos de cereal. La transición ni siquiera había comenzado a germinar y ya todos auguraban una espléndida cosecha. La unidad de España, repetía Don Juan a punto ya de coronar su historia.

El Rey Juan Carlos captó de inmediato el mensaje y consciente de la gravedad de las palabras de su padre repitió incansablemente el mensaje de unidad. He repasado los discursos de Navidad y Pascua Militar desde aquél año noventa y tres; nunca ha dejado de apelar a la unidad de España. Pero por mucho que se hable de la unidad, nada se logra si los campos están sembrados de la semilla de la secesión que acabará ahogando a las espigas de la unidad. No era ese el sentir popular, entonces ni ahora, pero una élite político-económica ha logrado jalear a los ácratas que gustan militar en el sindicato de los gorriones donde ellos se alimentan aunque nadie coma. Esta es la otra historia, la de la España reciente.

La Transición significaba cambio, el paso a un sistema democrático solidario y de respeto. Para ello, lo primero y fundamental era tener una Ley y respetarla. Y se hizo la Ley pero no el respeto democrático de cumplirla. Razones de carácter visceral, vuelta al revanchismo y al enfrentamiento. Los que deberían ser hombres de Estado han resultado ser agitadores de barrio que juzgan según sus intereses de partido o con la imposición de su minoría sobre el conjunto. Es su democracia. Esta es la historia que ahora se abre.

Diez años lleva en el Trono Don Felipe. La transición de reyes se ha hecho con seriedad y oportunidad. Estamos ante la verdadera y nueva historia de España, ante el futuro de varias generaciones. No hemos vivido una transición como todos creíamos. Hemos vivido una incertidumbre.

La transición empieza ahora… la incertidumbre que no ha desaparecido. Lo avisó Don Juan, lo cultivó el Rey Juan Carlos y será la preocupación del Rey Felipe VI: la unidad de España. Historias hay muchas, España una, única e indivisible; sí no, ni hay España ni hay Historia.

Ni Rey ni República, no habrá nada de nada.

General de División (R) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

50 AÑOS DE LA MUERTE FRANCO. ¡VIVA EL REY! ¿Y AHORA QUÉ? Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

 

Iniciamos 2025 con polémica: que si Franco, la dictadura, que si el Rey, la libertad, que si este o el otro Rey, que si cincuenta años de muerte o de resurrección. El próximo día 8 de enero tendrá lugar un acto que en sí mismo podríamos denominar de provocación.

Nación de naciones. Ha llegado el día de los dinamiteros que se unen a los sepultureros. La España del 31, 34 y 36 resucita ante una sociedad anestesiada que no lee ni medita, solo acepta la subvención y vivir sin historia ni proyecto que no sea el propio. Asistimos al fin de la Nación. ¿Qué no importa? Pues así parece que es.

España pasa a segundo plano para que brille lo que dice ser socialismo junto al más corrupto y peligroso separatismo. Se presenta un año muy caliente donde se van a quemar los restos que de libertad quedan.

Institucionalmente el Gobierno de España, que no la Nación española, declara el año 2025 como el de la celebración de la muerte de Franco.

¿Eso no es delictivo? ¿No es un hecho delictivo, de odio, celebrar la muerte de alguien? Delito de Estado. Para odiar no hay nada mejor que dejar de amar y hay muchos que han dejado de amar a España si es que algún día lo hicieron. Un coro de Elfos: »El sueño es, una cáscara. Arrójala lejos».

Vivimos en un periodo de desorden moral, conceptual, histórico y político jamás antes conocido en España.

Hubo un tiempo en el que la diversidad fue acercándose y unida en una sola identidad logró cotas de grandeza que ahora van camino de ser un recuerdo a pesar de los que yacen bajo tierra tras el sacrificio de sus vidas por una España mejor, unida y fuerte. ¿De qué sirvió? De uno y otro lado, muerte o abrazo: de nada.

Hoy se unen en facciones. «Bandos, pandillas o partidos violentos o desaforados en su procederes o sus designios». Ellos nos gobiernan.

Todos recordamos cómo y quienes celebraban en las cárceles los asesinatos por la espalda, el tiro en la nuca, la bomba lapa, recordamos al ver que sus herederos apoyan desde sus particulares administraciones al Gobierno de la nación. Siguen celebrando y homenajeando a los asesinos.

Este año se nos anuncia en sus inicios la cultura de muerte. Pretenden convertirlo en año del cincuentenario de la muerte de Franco. Es muy peligroso hurgar entre cadáveres y bajar al Hades. Hasta Ulises salió malparado de la visita. Toda una declaración de malvadas intenciones abrir el 2025 con el anuncio del enfrentamiento trayendo a colación la ruptura del abrazo, de la Transición, del perdón y la construcción. Se nos anuncia la muerte como venganza.

Asusta que nada más cerrarse el Día de Reyes se abra el día de muerte invitando a la ceremonia mefistofélica al Rey de España y trazando la raya entre las dos Españas.

«Si parece extraño que los sepultureros hagan papel en una tragedia, más lo parecerá que un príncipe trame conversación con ellos, sufra sus necedades se divierta en revolver los huesos y moralizar sobre las calaveras».

El sello de la paz se rompe. Hay que crear crispación y un clima de enfrentamiento para consolidar la maldad que predican.

El bisabuelo del Rey, Alfonso XIII fue declarado un delincuente por Decreto de Azaña; el abuelo, Don Juan, fue invitado por Franco a vivir en España y recoger en su momento el legado monárquico, pero un grupo egoísta y equivocado de cortesanos a su alrededor le privó de Su destino en España; el padre del Rey, Don Juan Carlos, que debería ser el recordado y agradecido en estas, las bodas de Oro de su Coronación, no puede vivir ¿y morir? en España. Con estos antecedentes, ¿qué será del Rey Felipe VI? ¿Celebraremos los 50 años de la restauración de la Monarquía? Parece que no entra entre los planes del Gobierno esa celebración.

Con insoportable y provocadora desfachatez, el presidente del Gobierno y Secretario General del que fue Partido Socialista Obrero Español, P.S.O.E. y actual líder de los anarquistas, marxistas, batasunistas, separatistas todos, invita al Rey Felipe VI al primero de los cien actos que tiene previsto en 2025 para celebrar la muerte de Franco que él equipara con la libertad. La invitación se extenderá a la Cúpula Militar lo que es evidentemente un reto ya que no se trata de celebrar libertad alguna por parte del que las controla habiendo acabado con la Transición,  señalando al Poder Judicial y controlando a los  medios. Es decir estás conmigo políticamente o contra mí, porque la libertad es un partido, o partidos, un «Frente» bajo un mando; lo  cual tiene nombre. A su juicio es un Frente muy popular y en esa regresión acierta. Frente Popular. Es una apuesta peligrosa y con trampa, una forma de desviar la vista del mayor problema que tiene España en estos momentos: la libertad.

Puede que en España el concepto de libertad sea simplemente un punto de vista.

Desde la Transición hubo esperanza. Entre los esperanzados estaban aquellos llamados antifranquistas, antirégimen, comunistas y socialistas. Todas las tendencias que hubo, hay y habrá en España se pusieron de acuerdo para que, bajo el concepto de España como nación, caminásemos en libertad con todos los matices que ustedes quieran darle, pero en definitiva con esa libertad propia que nos ha acompañado hasta el año 2004. Podríamos citar nombres históricos que nunca se pensó que aceptaran el abrazo y admitiesen los errores. Unos y otros. Se abrazaron, olvidaron, restauraron, convivieron y aceptaron la diversidad.

El año 2004 ocurrió algo muy extraño, inexplicable e inexplicado (seguro que hay motivo), sucedió en España y apareció una cosa nueva, que no era anti nada, ni era socialismo ni comunismo ni nada parecido de lo hasta entonces conocido. Apareció el mal llamado zapaterismo, o sanchismo, por ponerle un nombre, pero a cualquier persona medianamente inteligente no se le escapa que es imposible que dos nombres, dos personajes como los aludidos posean la capacidad o el valor suficiente para obrar así a no ser que sean Fausto dominado por Mefistófeles.

«Stand still, you ever maving spheres of heaven, that time may cease». No tiene traducción.

No hay duda. La historia empieza ese 2004 bajo un misterioso grupo llegado a España con un fin oscuro que tendremos que adivinar. ¿Quiénes y por qué? Esto no es una teoría de la conspiración sino una realidad palpable, tan evidente, tan visible, expuesta impúdicamente en  público que al no entenderse todos prefieren no mirar, olvidarlo y seguir con mansedumbre al nuevo pastor con su portatirso.

No son los socialistas de la Transición, no son los comunistas, no son ninguno de aquellos que se opusieron al Régimen de Franco y se jugaron su vida y hacienda por ideales auténticos. No. Rotundamente no. Aquellos, y los que siguen su ejemplo ahora, resultan ser los más críticos con este sistema desconocido que como una epidemia se extiende por España. Comunistas, socialistas, incluso separatistas, reniegan de los de ahora, se asombran, se asustan, ¿quiénes son estos recién llegados que esconden una doctrina de enfrentamiento, lucha y perversión? Algo desconocido empieza a convertirse en  pandemia nacida en el laboratorio instalado en España, que dejará de serlo para ser un experimento, un Estado fallido.

¿Es libertad incorporar a la Administración a los herederos intelectuales de asesinos terroristas a los que de continuo se homenajea como héroes?

¿Es libertad atentar violentamente contra la unidad de España, indultar el delito, amnistiar y violentar la conciencia, la justicia y el orden?

¿Es libertad habernos encerrado en nuestras casas por ineptitud, desconocimiento o maldad y ampararse en unos uniformados militares, policías, guardias civiles, y falsos científicos que salían a explicarnos cada día lo bien encerrados que estábamos?

¿Es libertad el robo desde las instituciones?

¿Es libertad la corrupción administrativa, el manejo de la Ley mediante un tribunal ad hoc?

¿Es libertad insultar al Poder Judicial desde el Poder Ejecutivo, sospechar de él, manipular la Fiscalía General del Estado?

¿Es libertad atacar a los medios, controlar la información, imponer un pensamiento único?

«La piqueta al hombro, el sepulturero cantando entre dientes, se perdió a lo lejos. La noche se entraba, el sol se había puesto; perdido en las sombras, yo pensé un momento: ¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!».

¿Y ahora qué? ¿Cuál será el siguiente paso?

«Guarte, guarte, rey don Sancho

no digas que no te aviso…»

«Qué poco siente ese hombre lo que hace, que abre una sepultura y canta» (Hamlet).

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

2 enero 2024

 

LA CONFIANZA DEL REY General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Filipo II. Rey de Macedonia. Alejandro, su hijo, Filipo III, el Grande, el rey más grande de la historia.

Convulsas relaciones. Tiempos difíciles para padre e hijo, para los reyes y sus pueblos. Para Olimpia, madre de Alejandro, para Aristóteles, maestro de Alejandro, para Ptolomeo, sucesor de Alejandro y también discípulo de Aristóteles. Todo y todos en la complejidad de un mundo que empezaba a ser el mundo. Con ello las convulsiones, Ilíada y Odisea en prosa.

A Filipo le clavó una daga en el corazón Pausanias, el capitán de su guardia.

Alejandro heredó a los veinte años de edad el reino, expuesto por todos los lados a grandes envidias, odios terribles y graves peligros. La pasión del amor.

Darío había prometido pagar a quien asesinase a Alejandro. Con una daga, como a su padre, o con una poción envenenada.

Alejandro cae enfermo cuando el persa avanza con sus tropas al enfrentamiento: <<Me parece oír el fragor de las armas enemigas y yo, que en esta guerra he llevado siempre la ofensiva, me veo forzado a defenderme>>. Filipo, su médico y amigo desde la niñez, le atiende en su enfermedad.

Alejandro recibe una carta del leal Parmenión, su general jefe de las tropas expedicionarias, en la que le alerta contra Filipo pues dice haberse enterado de que Darío había logrado atraerlo con mil talentos y la promesa de desposarlo con su hermana. Alejandro confía. Filipo sabe el riesgo que corre, pero su lealtad está por encima de su propia vida. Se enfrenta a curar a Alejandro. Prepara un brebaje medicinal y se lo ofrece al Rey que yace con alta fiebre en su lecho. Alejandro sujeta con la mano izquierda la carta de Parmenión y con la derecha toma la copa que le ofrece Filipo con la pócima. Le ordena que lea el pliego mientras le mira fijamente esperando ver su reacción. Alejandro bebe; Filipo lee la carta

-Tu curación disolverá el crimen que se me imputa. Al salvarte la vida, tú salvarás la mía.

-Filipo, si los dioses te hubieran dado a elegir el mejor medio de conocer mis sentimientos, sin duda habría escogido otro, pero jamás podrías haber dado con otro más seguro que este. Aunque recibí esta carta, he bebido la pócima que me has preparado y te aseguro que, si ahora abrigo algún temor, no lo es por tu buen nombre que por mi propia vida.

La fidelidad y la confianza no se prodigan junto a los reyes. Conocido es que <<La familiaridad engendra desprecio>>, pero la desconfianza aún más; es el mayor de los desprecios.

<<Dura función la de los reyes, la más áspera y difícil del mundo>>, dice Montaigne. Añadiría yo que no menos áspera y difícil es la de los gobernados que están cerca y le asesoran.

Puede ser que la desconfianza sea prudencia, pero la desconfianza paraliza, enfría la mente y en ocasiones, las más, es ingratitud.

¿Quién tendrá hoy a Filipo a su lado? ¿En quién confiar? ¿En Filipo o en Parmenio?

Conté en alguna ocasión como Don Juan en sus difíciles relaciones con Franco le pidió que cada uno de ellos nombrase a dos personas de confianza en las que depositar sus confidencias y acuerdos. Franco le preguntó a Don Juan:

¿Tiene Vuestra Alteza dos personas de toda confianza?

-Podría ofrecerle, mi general, cien nombres para que usted escogiera dos. Contestó Don Juan.

-Pues yo no podría. Terminó diciendo Franco.

Debe ser terrible vivir en la desconfianza. Porque equivocarse es admisible, pero el desconfiado vive en el terror permanente del que se deriva el error.

Alejandro Magno salvó su vida gracias a la confianza en Filipo. Otra actitud hubiese sido fatal.

<<Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida>> (Borges).

Es la vida de los reyes.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

12 junio 2019

FRANCO Y DON JUAN. DOS PERSONAS DE TODA CONFIANZA… Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Franco y Don Juan en el yate Azor.

Extraigo con verdadero placer algunos retazos del libro de don José María Pemán Mis encuentro con Franco, una delicia y un imperdonable olvido de muchos en muchos casos. Nos perdemos historia, esa que hoy se falsea contándola como no fue, sin documentos, ni siquiera un testimonio de los que algo saben de aquello.

Cuenta Pemán que Franco envió a Don Juan una propuesta del plan de estudios del Príncipe de Asturias, que ya había cursado el bachillerato en España, para que se quedara aquí formándose en las Academias Militares, en la Universidad, la Administración y en el conocimiento de los Ministerios, incluso asistiendo a algún Consejo de Ministros.

Don Juan pidió opinión entre sus consejeros y amigos.

El comentario del conde de los Andes era jocoso:

-Salvo el Seminario, el Príncipe va a recorrer todas las oficinas y establecimientos del país.

Sigue diciendo don José María que las entrevistas Franco-Don Juan, dieron comienzo con la conocida como “Azor” por tenerse en el mar en el yate del Jefe del Estado. La última se iba a celebrar en el Parador de Ciudad Rodrigo. Se canceló o retrasó porque se había corrido la noticia y aquello se inundó de periodistas de todo el mundo.

La reunión se convocó un día más tarde, pero en la finca de “Las Cabezas” del marqués de Comillas.

En la conversación Don Juan propuso al Caudillo que cada uno de ellos nombrara  un par de personas de entera lealtad y confianza que estuvieran en permanente contacto para concertar y coordinar la correspondencia y conversaciones a desarrollar entre ambos.

Franco dubitativo contestó a Don Juan:

-Dos personas de toda confianza… ¿Vuestra Alteza las tiene?

-Podría ofrecerle, mi general, cien nombres para que usted escogiera dos.

Franco volvió al silencio y mirando al infinito, como pensando, pasado un rato, contestó:

-Pues yo no podría.

Parece increíble. ¡Solo dos personas de confianza!, y ¡no las tenía!

No es malo el acto de desconfianza que suele estar más próxima a la prudencia que al temor. Aunque algo tienen en común.

Hoy no recomendaría depositar nuestra confianza en nadie, ni siquiera en el notario; como repito muchas veces, ni en el compañero de pareja.

Paso de buey, vista de halcón, diente de lobo y hacerse el bobo”.

Dos personas de confianza…  ¡Hum! ¿Dónde están?

Desde luego yo tampoco podría.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

16 marzo 2018

Blog: generaldavila.com

EFEMÉRIDE ¡MAJESTAD! ¡POR ESPAÑA. TODO POR ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA ESPAÑA! General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Abdicación de la Corona de Don Juan

14 de mayo de 1977. Se cumplen 40 años desde que Don Juan abdicó la Corona en el Palacio de la Zarzuela. Siempre me pregunté por qué no en el Palacio Real de Madrid.

El momento era trascendente, todo lo era en aquella época, y se hizo con grandeza de miras.

Don Juan fue breve y contundente en su discurso, enormemente cariñoso con su hijo, generoso y rotundo en su mensaje. Un solo deseo y una única dedicación: España. Fueron palabras de un Rey a otro Rey, en este caso un coloquio entre Reyes de España. No es baladí. Una cosa es ser Rey y otra muy distinta ser Rey de España. Concentra todo el acontecer de la Historia Moderna y Contemporánea allende los mares y las montañas.

Don Juan de Borbón condensó en sus últimas palabras el sentido del reinado y la razón de ser de un Rey de España. Son una guía de comportamiento, un manual de reyes, un testamento cada día más actual y con más dificultades de cumplir.

‹‹ ¡Majestad! ¡Por España. Todo por España! ¡Viva el Rey! ¡Viva España!››

Son las que presiden nuestro blog, nuestra fuente de inspiración.

Aquel día quedó olvidada la frialdad de aquel telegrama:

Telegrama de Don Juan a su hijo por su proclamación como Rey de España (Documento inédito)

‹‹Dios te bendiga y buena suerte. Abrazos. Padre››

Lo recibió Don Juan Carlos el día 25 de noviembre de 1975, tres días después de su proclamación y el mismo día en que el Rey concedía un indulto general.

Asistí como ayudante de servicio al último acto oficial de Don Juan, la concesión de la Medalla de Oro de Navarra. Estaba la Familia Real en pleno. Presidía el Rey Don Juan Carlos I. La enfermedad no permitía ya hablar a Don Juan por lo que sus palabras las leyó el Príncipe de Asturias, hoy el Rey Felipe VI.

Tres Reyes, tres Españas. La palabra la escribía Don Juan, la voz la puso Don Felipe y el Rey, Don Juan Carlos, escuchó a su padre en la voz de su hijo. Escrito ya el pasado, asumía el presente escuchando la voz del futuro.

Asistí como ayudante de servicio al último acto oficial al que asistió Don Juan: Concesión de la Medalla de Oro de Navarra

Tuve el honor de estar muy cerca de Don Juan durante sus últimos meses en la Clínica de Navarra. Fue un ejemplo de fortaleza y dignidad, en cada momento, hasta el final. Nunca fue su preocupación la enfermedad, el inevitable sufrimiento. ¡Nunca! Solo hubo una cosa que le preocupaba y repetía a cada instante, ante quien tenía delante: La unidad de España.

Quizá en aquellos momentos recordaba las últimas palabras de su padre el Rey Alfonso XIII cuando junto a su lecho recibió el último mandato:

‹‹Majestad: sobre todo, España››

Este día que conmemoramos y recordamos debe ser una lección y un referente. Las palabras de Don Juan son la síntesis del significado de la monarquía española que solo tiene una razón de ser. Está en las palabras de Don Juan.

Todavía resuenan o deberían hacerlo en los oídos de los españoles. En todos, aunque en algunos más que en otros por la responsabilidad que asumen.

Hoy hace 40 años. Este fue el mensaje:

Por España. Todo por España

¡MAJESTAD! ¡POR ESPAÑA. TODO POR ESPAÑA ¡VIVA EL REY! ¡VIVA ESPAÑA!

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

14 mayo 2017

DON JUAN DE BORBÓN EN LA GUERRA CIVIL (General de División Rafael Dávila Álvarez)

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Don Juan en España durante la Guerra Civil. Foto de archivo privado (Prohibida su reproducción)

El 1 de Agosto de 1936  D. Juan de Borbón cruzaba la frontera por Dancharinea para incorporarse como voluntario en las filas nacionales. Le acompañaba su hermano Jaime.

Don Juan dejaba en Cannes a su joven esposa Dª. María de las Mercedes que acababa de dar a luz a su primera hija, la Infanta Pilar.

Contaba con la aprobación y el apoyo de su padre el Rey Alfonso XIII, con el que previamente había hablado por teléfono, y el ejemplo de otros miembros de su familia incorporados a las filas de Mola.

Pero sus deseos se vieron rápidamente frustrados. Al margen de las anécdotas sobre su viaje y vestimenta (en algún momento con mono azul y boina roja) el hecho concreto es que D. Juan se entrevistó en Burgos con miembros de la Junta de Defensa Nacional, (y no precisamente con el General Mola), que le disuadieron de sus propósitos por el interés de España y su futuro.

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Don Juan con Franco Fotos archivo privado

Los hechos ocurrieron exactamente así. Una mañana del mes de agosto llamaron al domicilio del General Dávila en Burgos (calle Almirante Bonifaz). Las hijas del general, Carmen y María Luisa, abrieron la puerta y asombradas gritaron ‹‹¡Es el Rey!››. Don Juan quería ver al general Dávila que en aquellos momentos no se encontraba en casa sino atendiendo a sus tareas en la Junta de Defensa Nacional de la que como ya vimos en artículos anteriores dirigía la Junta Permanente. Después de su inicial asombro las hijas del general enviaron a Don Juan a Capitanía General donde trabajaba el general Dávila. El encuentro fue exclusivamente con Dávila no estando presentes ni Cabanellas ni Mola. El agradecimiento y la amabilidad fue la nota dominante de aquella entrevista. Lo definitivo de la reunión fue la frase del general Dávila dirigida a Don Juan: ‹‹Su lugar no está en el frente sino en el futuro de España››. Nadie más intervino en aquél primer intento de alistamiento de Don Juan. Se comunicó a todos los miembros de la Junta de Defensa la decisión adoptada y nadie puso la más mínima objeción ni añadió comentario alguno. Don Juan tuvo que desistir pero antes de partir tuvo tiempo para reunirse con jóvenes familiares suyos. Con alguno de ellos sería la última vez ya que a los pocos meses morirían en combate.

Carlos de Borbón y Orleáns, alférez del Grupo Mixto de Ingenieros de Pamplona, muerto heroicamente al frente de sus hombres en Elgoibar el 27 de Septiembre de 1936. Era el hermano mayor de Dª. María, esposa de D.Juan.

Alfonso María de Borbón y Pinto, Teniente de Caballería y Comandante del Tercio de Requetés Castellano, Medalla Militar, muerto heroicamente el 21 de Diciembre de 1938 en Lérida.

José Eugenio de Baviera y Borbón, alférez de Ingenieros. Alcanzó el empleo de Comandante en el Regimiento de Transmisiones del Ejército del Aire (1940).

Don Juan insistió  en sus deseos de alistamiento en las tropas nacionales cuando Franco ya era Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos. El 7 de Diciembre de 1936 escribe a Franco solicitando su incorporación al crucero “Baleares”. Franco le contesta con una negativa en la que le dice: “…‹‹el lugar que ocupáis en el orden dinástico y las obligaciones que de él se derivan imponen a todos y exigen de vuestra parte sacrificar anhelos tan patrióticos como nobles y sentidos al supremo interés de la Patria››.

La respuesta de Franco es idéntica a la que en nombre de la Junta de Defensa le había transmitido el general Dávila.

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Crucero Baleares

Milagrosamente Don Juan había salvado su vida ya que el Crucero ·”Baleares” fue torpedeado y hundido, muriendo la mayoría de su tripulación, la noche del 5 al 6 de Marzo de 1938.

Poco a poco se van descubriendo retazos de la historia que aún permanece oculta o contada a modo y manera de no se sabe muy bien qué tipo de intereses.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez