Durante la guerra civil hubo un ligero retraso en disponer del uso oficial de la bandera roja y gualda porque el sentimiento republicano había calado en mucha gente, también entre el generalato que quería combatir los crímenes y el desorden, pero no consideraban a la República como el enemigo.
El general Luis Redondo en su libro El Requeté cuenta que el primer contacto de Manuel Fal Conde y Mola, representante de los Tradicionalistas, se realizó el 11 de junio a través de José Luis Zamanillo, y este entregó al general en su nombre una nota con una serie de puntos para el acuerdo de participación en la sublevación. Al final de la nota decía: «Se da por supuesto que el movimiento será con la bandera bicolor».
Era algo muy arraigado y casi cuestión indiscutible para que los carlistas se unieran al movimiento. En conversación de Franco con Don Juan en diciembre de 1954 dice Franco: «El general Sanjurjo perdió el 10 de agosto de 1932 porque, a la ligera, creyó que la opinión pública republicana reclamaba entonces lo que tardó cuatro años todavía en reclamar. En 1932, y hasta 1935, había mucha gente que todavía creía viable la República. Y por eso, todavía en julio de 1936, tuvimos que hacer el paseíllo con la bandera del himno de Riego, menos en Pamplona» (Pedro Sainz Rodríguez. Un reinado en la sombra, pág. 230. Planeta, colección Espejo de España).
Sanjurjo escribe a Mola el 9 de julio: «Mi parecer sobre la bandera es que debería por de pronto solucionarse, dejando que los tradicionalistas usen la antigua, o sea la española, y que aquellos Cuerpos a los que hayan de incorporarse fuerzas de esta Comunión no lleven ninguna. Esto de la bandera, como usted comprenderá, es cosa sentimental y simbólica, debido a que con ella dimos muchos nuestra sangre, y envuelta en ella fue enterrado lo más florido de nuestro Ejército, y se dio el caso de que nuestra guerra civil entre tradicionalistas y liberales unos y otros llevaron la misma enseña. En cambio, la tricolor preside el desastre que está atravesando España. Por eso me parece bien lo que me dicen de que usted ha prometido que el primer acto de Gobierno será la sustitución de la misma» (Antonio Lizarza Memorias de la conspiración, citado en el Requeté de Luis Redondo y Juan de Zavala).
Por fin la Junta de Defensa restableció la Bandera de España, la bicolor, rojo y gualda, por Decreto nº 77 de 29 de agosto:
«El movimiento salvador de España, iniciado por el Ejército y secundado entusiásticamente por el pueblo, fundidos en el fervoroso anhelo de reanudar su gloriosa historia, ha sido presidido espontánea y unánimemente por el restablecimiento de la tradicional bandera bicolor. Rojo y gualda.
Solo bastardos, cuando no criminales propósitos de destruir el sentimiento patriótico en su raíz pueden convertir en materia de partidismo político lo que, por ser símbolo egregio de la Nación, está por encima de parcialidades y accidentes.
Esa gloriosa enseña ha presidido las gestas inmortales de las sucesivas generaciones; ha ondeado los días de ventura y adversidad patrias, y es la que ha servido de sudario a los restos de patriotas insignes que, por los servicios prestados a su país, merecieron tal honor.
Bajo sus pliegues gloriosos se ha producido, ahora, esta vibración patriótica jamás superada y al recoger este clamoroso anhelo popular y restablecer oficialmente la bandera bicolor como pabellón de España, la Junta de Defensa Nacional no hace sino dar estado oficial a lo que de hecho existe ya en todo el territorio liberado».
Antes de publicarse el Decreto y con autorización de la Junta de Defensa el 15 de agosto se realizó el cambio de bandera en el Ayuntamiento de Sevilla. El general Franco cedió al general Queipo de Llano la retirada de la tricolor y él izó la bicolor. Hablaron Queipo de Llano, Millán Astray y Franco ante una multitud que abarrotaba la plaza de San Fernando después de haber asistido a la procesión de la Virgen de los Reyes.
Dijo Franco: « ¡Sevillanos¡ Ya tenéis aquí la gloriosa bandera española; ya es vuestra; el heroico general Queipo de Llano la ha inaugurado en esta fiesta solemne y en forma oficial. Esta bandera roja y gualda es la que está en el corazón de la inmensa mayoría de los españoles. Él os ha explicado el origen de la bandera y os ha repetido como nuestros heroicos soldados se batieron y supieron morir en defensa de la Patria, a la sombra de la bandera roja y gualda».
Poco tiempo después, el 13 de septiembre, se regulaba cuanto hacía relación a las dimensiones oficiales de la Bandera de España, sus honores y juramento de fidelidad.
TOQUE DE RETRETA
Un día no muy lejano escribía:
En el recuento hay días que falta alguien. Se reza y se llora, pero no habrá novedad mientras el deber y el honor no mueran. Lágrimas de soldado, secas y duras como perlas milenarias, invisibles, rostros que, a pesar de todo, transmiten sosiego y paz. El servicio de noche ya se prepara. Centinelas de la noche, sombras del servicio, que aseguran una aurora de paz.
La Bandera se ha recogido. En la noche no se ve la Enseña, pero no descansa, no se esconde, cubre el silencio con su manto de protección esperando izarse de nuevo. Otro día y siempre, como horizonte permanente del soldado que la ha besado al jurar que siempre estará en lo alto.
Nuestra Bandera ha sido arriada del territorio nacional y su brillo ha sido eclipsado con la infamia del consentimiento de todos, sin que nadie haga nada, sin cumplir ni hacer cumplir la ley. Deberíamos sonrojarnos, todos. De seguir así perderemos el honor y tendremos que dejar de decir: ¡Sin novedad!
Hemos perdido el honor. No es retórica. Es lo que veo.
La Bandera de España no se iza en todo el territorio nacional. En Cataluña y en muchos rincones del País Vasco se ha arriado la Bandera de España. Incluso se la ofende a diario. Nadie hace nada, no pasa nada.
No lo olvidemos. Ese es el parte, la novedad más importante que hoy y siempre comunicaremos al mando.
Mañana será otro día…, pero todo seguirá igual.
Sentencia del Tribunal Supremo del 24 de julio de 2007:
La bandera debe ondear diariamente con carácter de permanencia, no de coyuntura, no de excepcionalidad sino de generalidad y en todo momento.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
15 agosto 2021