EL VIAJE DE SÁNCHEZ A CHINA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Después de meterle el dedo en el ojo al mandatario Chino, Xi Jimping, todos los líderes europeos quieren mostrar pleitesía al mandarín. La política es una cosa para que vivan los que no saben hacer otra, porque en definitiva lo que haces bien hecho está, aunque hagas mucho daño. Teoría del inútil.

El que mejor definió la política fue un general, que la sufría, como lo hacen de soldado a mariscal de campo. El general Patton dijo: «Si todo tu Estado Mayor te da la razón es que ninguno te está escuchando».

Los hay peores: los que se escuchan a sí mismo, en exclusividad, todas las mañanas ante el espejo.

La Cumbre de la OTAN en Madrid fue una apuesta equivocada, la brújula estratégica (muy anglosajón), donde se perdió el norte sin definir nada. Europa se miraba en su espejo mágico y la pregunta siempre era la misma: «Espejito, espejito…».

La OTAN es una alianza política y militar que se define como defensiva cuya indefinición está en no tener ejército que no sea el americano. Europa militarmente no existe más allá de 6 carros de combate por aquí o tres misiles por allá. La Presencia Reforzada Avanzada (EFP), el despliegue en Letonia, está muy bien, pero está mucho mejor tener de aliado al chino. Tiene una ventaja que Europa olvidó hace tiempo: la infantería. Es la que gana las guerras. A pie y sin dinero. En China todos van a pie y además armados de ideología.

Jamás en la historia de las guerras un Estado sin armas ha durado más allá de una generación. Sin infantería nada, ni un día se aguanta.

Es necesario fundamentar la seguridad en ejércitos propios y no confiar en los demás. Tu infantería es la clave.

Antes de la visita el mandatario chino querrá saber quién va: ¿Europa, América o solo Sánchez? En este caso es sabido: la personalidad es una definición implacable.

¿Qué va a hacer Sánchez presidente, Sánchez: Antonio? Pues eso: el Antonio.

Xi Jimping tiene a su favor la sonrisa de Monna Lisa, exacta, calcada, inretratable, y además no habla. No mira nada, pero todo lo ve, lo contrario de Antonio que no ve más allá del espejo; ni siquiera lo trasero. En casos así para este tipo de personalidad cualquier visita es un éxito. Entre el espejo y tú se forma un diálogo como el que señalaba Patton.

En silencio el mundo gira sonriente, a diario, y modifica ligeramente su inclinación: precesión.

China queda siempre como incompleto desarrollo, pero está ahí. La prolongación del eje de la tierra, en breve, no se dirigirá hacia la estrella Polar. Todo cambia sin que nos demos cuenta. Europa, ombligo del mundo, sigue creyéndose ombligo cultural, y se orienta por su estrella. Pero el mundo está en imparables vías de cambio. La desorientación te estrella contra el futuro. La soberbia cultural de Europa ciega su visión de futuro y le impide asumir su error.

A los ejércitos, lentos y conservadores, pesados mastodontes, dinosaurios del pasado, les cuesta adaptarse a las nuevas circunstancias. Deberían empequeñecerse en soberbia y crecer en recursos y filosofía. Ir más allá de su temporalidad. Examinar sus alianzas.

Cierto es que la guerra se gana con calidad más que con cantidad, pero hay situaciones que no soportan tanta presión de la cantidad que tiende a expandirse. Sobre todo cuando la calidad y la cantidad se igualan. China es cantidad y camina a la excelencia en calidad. Lo tiene todo además de dinero, dinero, dinero. Infantería, infantería, infantería.

El eje de giro está cambiando. El mundo dejará de orientarse por la Polar y es necesario adivinar la nueva estrella.

La guerra es el arte de las matemáticas, ese que no permite frivolidades, sino estudio, exactitud y precisión; nada de alquimias, especulaciones o mentiras.

Alguien creyó que la Moncloa era Delfos y pensó en Apolo, el que hiere de lejos. Este monclovita solo conoce el insulto.

De China traerá sonrisas. Al chino no se la va a colar. Vendrá como se fue que es igual a = mucho peor.

Esto acaba de empezar. Es cosa de generaciones. Una o dos todo lo más. Pura matemática como lo es la infantería. Números.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

30 marzo 2023

 

DÍA DE LAS FUERZAS ARMADAS 2022: 28 de Mayo HUESCA

1982-2022, CUARENTA AÑOS DE PARTICIPACIÓN ACTIVA EN LA OTAN

Mensaje de la Ministra de Defensa. Día de las Fuerzas Armadas 2022.

En 1978 se estableció El Día de las Fuerzas Armadas que debería coincidir con la festividad de San Fernando y celebrarse cada año con especial énfasis en una Capitanía General. Una parada militar y el homenaje a la Bandera de España serían los actos principales. El año 1987 se extendió la celebración a todo el territorio nacional quedando configurado el Día de las Fuerzas Armadas como una jornada de encuentro y comunicación entre los ciudadanos civiles y militares.

En 1987 se aprobó una ley que establecía el 12 de octubre como “Día de la Fiesta Nacional” con la finalidad de recordar solemnemente momentos de la historia colectiva que forman parte del patrimonio histórico, cultural y social común, asumido como tal por la gran mayoría de los ciudadanos. Fue en 1997 cuando finalmente se ordenó el traslado a este día de los actos más significativos que se venían desarrollando anualmente el Día de las Fuerzas Armadas. El objetivo era dar realce a la conmemoración de la Fiesta Nacional logrando la plena integración de todos los elementos históricos y culturales que conforman la Nación española. Esa es la razón del desfile militar que se celebra el 12 de octubre, que nada tiene que ver con el día de las Fuerzas Armadas. Recordemos que también hay una celebración de gran importancia para los Ejércitos, La Pascua Militar (6 de Enero), donde además de conmemorarse la toma de Menorca en 1782, se realiza un balance del año anterior y se marcan las líneas de acción que se desarrollarán en el que comienza.

Creo que es conveniente esta aclaración porque llega un momento en que se confunden las celebraciones como consecuencia de la afición ministerial a los cambios insustanciales a golpe de decreto. Suele ser que lo que unos ordenan otros lo desordenan y a sí vamos, de cambio en cambio y tiro porque me toca; mejor no entramos en detalles y limitémonos a dejar constancia del poco interés que hay en impulsar la cultura de defensa.

Si analizan la actual situación comprobarán que reina la confusión. El Día de la Fiesta Nacional nunca ha tenido el anunciado sentido histórico y cultural y el Día de las Fuerzas Armadas ha quedado relegado a algo pobre y alejado del respetuoso y brillante homenaje que se merecen los Ejércitos.

La milicia por definición es austeridad y sacrificio y no recordamos en nuestra historia reciente ningún periodo de opulencia en los ejércitos. La vida militar en España es una permanente historia de austeridad y sacrificio, de renuncias.

La situación es preocupante ya que vamos camino de convertir a las Fuerzas Armadas en inútil instrumento incapaz de cumplir la misión que la Nación les asigna. Recurrir a la conocida petición de «hacer más con menos» es una ofensa para los que lo dan todo y en cualquier circunstancia, hasta la vida.

En fin, con el Día de las Fuerzas Armadas se trata de rendir el merecido homenaje que los soldados merecen. También se busca el encuentro y comunicación entre los ciudadanos civiles y militares, aunque a mi juicio esto no es labor de un día sino fruto del conocimiento diario y del mutuo respeto y compenetración, es decir, de una adecuada cultura de defensa enseñada desde la niñez aunque, como ya hemos dicho, aquí no se esté por la labor.

Hay mucho que celebrar. La mal llamada austeridad, la penuria, no debe empañar la celebración, relegando el homenaje a los soldados a una mera declaración de intenciones con una escasa participación o una selectiva participación que en definitiva es lo mismo

Decíamos que hay mucho que celebrar pero también mucho que agradecer a las Fuerzas Armadas. Dentro y fuera de España, a pesar de la poca credibilidad que ofrecemos por los escasos esfuerzos que este Gobierno hace por la misión Constitucional asignada a las Fuerzas Armadas, es decir por la unidad de España. Fuera lo saben y también las escasas garantías que ofrecemos a implantar el presupuesto de Defensa que la OTAN en momentos como este exige.

Si no fuera por nuestros soldados, embajadores del valor y del honor: ¿quién garantizaría la unidad de España? ¿quién izaría nuestra bandera en los más altos pabellones del mundo.

Les recuerdo, a raíz de la celebración en mayo de la Cumbre de la OTAN en Madrid:

«La brújula Estratégica» es el nombre que señala el nuevo rumbo de la OTAN que se estudiará en Madrid, una muestra clara de la necesidad de buscar el norte perdido y enderezar la marcha.

En España llevamos más de diez años sin invertir en Defensa lo que ha creado una situación crítica en las Fuerzas Armadas. La carrera de la modernización será muy larga. Un Gobierno social-comunista no va a iniciarla. Seguiremos con el desarrollo de la gran ONG perdida entre la burocracia y el desprecio político a la Defensa de España y sus amenazas. Las encuestas dan elevados porcentajes de españoles dispuestos a defender Ucrania. No reflejan la misma actitud en defensa de la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Es evidente que el enemigo somos nosotros mismos. Ante eso nada que hacer. Que no sea educación.

Las Fuerzas Armadas se merecen un homenaje alejado de la pobreza y de la penuria. Un homenaje que debería empezar en el Congreso de los Diputados (¿Sería mucho pedir que se conceda a las FAS la «Medalla del Congreso» por su aportación a la democracia?) y terminar entre el pueblo español, del que forman parte, al que sirven y del que reciben estímulo y apoyo

Finalizo pidiéndoles algo muy sencillo. El mayor homenaje, la mejor recompensa para nuestros soldados es su presencia. Acudan a cualquiera de los actos y compartan ese día con sus soldados. La Patria, España, se lo agradecerá.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

25 mayo 2022

ACTUALIDAD DE LOS EJÉRCITOS EN OCCIDENTE General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La actualidad del los Ejércitos de Occidente, los que se supone mantienen las democracias, es decir las libertades individuales y colectivas de los pueblos, los que defienden hasta sus últimas consecuencias ese bien tan apreciado como es la libertad, se salda con una retirada.

La retirada es una acción militar, dentro de la batalla defensiva, impuesta por el enemigo como consecuencia del resultado desfavorable del combate y debe limitarse sus consecuencias estratégicas y tácticas. Este tipo de operación militar solo tiene justificación cuando se han agotado todas las posibilidades de cumplir la misión, y supone la pérdida de la libertad de acción. Es el paso inminente de la derrota. Escrito desde los tiempos de Sunzi ha sido repetido en todos los manuales de Doctrina Militar: «La retirada es un movimiento retrógrado que se efectúa ordenadamente para recuperar la libertad de acción, alejándose del adversario». Ordenadamente es un deseo que suele convertirse en quimera.

Los ejércitos occidentales desde el final de la II Guerra Mundial suman fracasos que traducidos al argot militar son derrotas bélicas; no por falta de capacidades materiales, sino por su desubicación estratégica y táctica,  fruto evidente del fracaso político de mandatarios que creían invencible —por tanto lo eran ellos— su maquinaria de hacer política con aviones, misiles e infantería.

En cualquier caso la Doctrina Militar siempre se ha cumplido: no han sido retiradas voluntarias, sino impuestas. Batallas perdidas. No suele fallar.

El caso de Afganistán está sin analizar; que sepamos. No sé si las Escuelas de Estado Mayor lo contemplan entre sus enseñanzas. No es la primera vez en la historia militar que un Ejército poderoso se ha retirado ante uno inferior y de escasas capacidades militares aparentes. Nadie ha dado una explicación a esta inversión. La historia es la única maestra, aunque somos muy malos alumnos.

Cierto es que los analistas militares serios, profundos y no mercantilizados, brillan por su ausencia, y en el ámbito político-militar cada vez se habla menos de milicia, estrategia o táctica militar y más del negocio de las armas, pandemias, técnicas de protección civil y teorías sobre el ciberespacio que parece la panacea cuando aún no hemos superado la amenaza nuclear.

Sé de quien entrena a su ejército aislado y muy lejos de toda tecnología, adiestrado para luchar contra y sin ella. En un momento determinado pueden ser unidades muy apreciadas.

El caso es que el momento actual, internacional, de los Ejércitos occidentales está marcado por una retirada, algo a lo que nos tienen acostumbrados estas políticas erráticas y contaminadas de buenismo. Es una brecha abierta en las defensas que ha encontrado el totalitarismo económico de las grandes potencias rivales que no han cambiado su estrategia desde Alejandro Magno y que saben lo que su figura significó para el mundo persa. Por donde salía —y sale— el sol.

En estos momentos Alejandro, que recorrió ganador todos los parajes hoy en conflicto, envejece sin dejar de pensar en Troya y en el Helesponto, en la muerte o la victoria, mientras Darío cambia el mundo a base de silencios y penetraciones desde las alturas a los valles.

Recurro a Jenofonte: «Si alguien les hace cambiar de actitud, de modo que dejen de pensar únicamente en lo que les puede pasar y piensen también en lo que pueden hacer, se encontrarán mucho más animosos, porque sabéis perfectamente que no es el número ni la fuerza lo que consigue las victorias en la guerra: sólo a aquellos que con la ayuda de los dioses se lanzan con ánimo resuelto contra los enemigos, la mayoría de las veces, su oponente no logra contenerlos».

La próxima Cumbre de la OTAN queda definida por un nuevo concepto: La brújula estratégica. Tiene nombre de película: Dunquerque.

Espero que me entiendan porque si no vamos listos. Retirada material y la peor: moral. Lo he explicado en muchas ocasiones:

«Queda prohibido replegarse o rendirse bajo pretexto de estar desbordado, envuelto, sin municiones o por ver retirarse a unidades o fracciones próximas. Una fuerza que se rinde sin haber agotado todos los medios de defensa, está deshonrada, y su jefe es el responsable».

Ya no hay responsables ni se exigen responsabilidades. Todo vale. Incluso rendirse.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

11 enero 2021

 

LA BRÚJULA ESTRATÉGICA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Suena bien. Incluso poético. Es el nuevo invento de la Europa de la OTAN. Se han perdido y buscan el Norte. No lo encontrarán. Ha habido dos grandes guerras, perdidas y recuperadas a última hora, por eso, por no encontrarse. Después llegaron los Balcanes, que ahí siguen: perdidos y con la mecha encendida.

Se trata de encontrar un titular, eso es estrategia, y han encontrado unos versos inacabados:

La brújula estratégica marca la dirección,

caminemos todos juntos como una sola nación.

¡Ya!

La brújula Estratégica

Europa vibra ante el golpe dado por Rusia (Putin) en Crimea, y llegó la vibración al Pentágono que ennegreció la pantalla echando a Trump al que consideraban un tío valiente, por lo tanto peligroso, sin darse cuenta que su valentía era de comerciante que no iba a perder todo en un envite, sino a ganar.

Ante la situación, la América poderosa, la del Norte, le dice a Europa: «¡Tenéis que hacer algo!».

No ha hecho falta mucha imaginación: La brújula estratégica. Ya tenemos tema para la próxima cumbre, además de la paella y el folklore madrileño. A vivir del cuento unos años más. ¿Por qué no la Cumbre OTAN 2022 en Barcelona?

Eso de la brújula viene muy bien que se discuta en España, donde hemos perdido el Norte, el Noreste; y el Sur (el de la OTAN) ni les cuento.

Cualquier documento que lean de la OTAN, UE, o de esos baratillos llamados Think Tank, les enfrentará a una inentendible y farragosa jerga, muy elaborada, en la que más sabe quien menos conoce los conflictos. Se trata de redondear las frases y asustar con una mezcla inaguantable de geografía de parvulario, de física de laboratorio y de gramática parda: eso es todo. Nada. Ni saben ni transmiten la realidad de lo que se nos puede venir encima. Crimea pudo ser una broma. Ocurrirá de nuevo.

Cuando haces el curso de Operaciones Especiales lo primero que te dan es una brújula y una orden: «Tragesela». Hecho. Jamás vuelves a perderte.

Europa quiere ser, pero sin tragarse la brújula, lo que la convierte en una jaula de grillos donde todos cantan, comen y ninguno paga.

La situación de Francia no es la de Polonia, y la de España es la soledad, el abandono pacifista en manos de comunistas, o sea la guerra dentro.

Cumbre 2022 de la OTAN

Nadie sabe como ha sido, ni quién lo ha dirigido, pero el flanco sur de la OTAN y el ala oriental están amenazados y heridos de gravedad, solos ante el peligro. El Reino Unido, proa de Europa en el Atlántico, ha puesto rumbo oeste, la covid19 es un enigma, Polonia, ante la gravedad de lo que ve a sus puertas, está hasta las narices de jueguecitos bélicos, a Ucrania se la comen, el Mediterráneo, por ahora, es una charca llena de ranas a la espera del sapo.

La preparación mediática, la Cultura de Defensa, y la de Seguridad, abandonada en manos de los pacifistas donde se esconden los revolucionarios hombres de la guerra, y se reparten bondades como bendiciones. Eso sí. La brújula gira y gira sin encontrar su dirección adecuada. Norte magnético, geográfico o el de la cuadrícula: ninguna dirección estratégica para Europa que se ha convertido en un simple tapón para la gaseosa. El champán se sirve en otros lares. Aquí ya pasó la fiesta y vamos de recogida.

La seguridad del mundo depende, según señala una banquera importante, del feminismo y del cambio climático. Es el mismo pensamiento y preocupación de nuestro jefe de Gobierno y de la mayor parte de los revolucionarios, progresistas, sostenibles. El mensaje ha calado hondo, pero Europa no se sostiene. No es «sostenible», aunque muy «progresista». (¿Qué querré decir?).

El invento para la reunión de la OTAN en España, folclórica, en 2022 ya se conoce: La Brújula Estratégica.

La mejor definición de filosofía: «Es nada». La dio el maestro Gustavo Bueno. Ponía el ejemplo de un gran restaurador andaluz cuya filosofía era: jamón, jamón y jamón.

La estrategia es lo mismo: nada. Para Europa, como la del restaurador, pero a su manera: feminismo y cambio climático. Ya veremos cuando la mantequilla nos falte.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

10 diciembre 2021