LA VACUNACIÓN DEL JEFE DE ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA. General Dávila (R.)

Quiero salir al paso de las distintas opiniones que se escuchan, casi todas en la línea crítica, a raíz de que el Jefe de Estado Mayor de la Defensa se haya vacunado contra el virus de la Covid-19. Doy la mía y digo que lo hecho por el JEMAD es una exigencia del puesto que ocupa.  Ser el máximo responsable de los Ejércitos de España y  por tanto, que sobre él recaiga la responsabilidad máxima operativa de la Defensa de España exige su disponibilidad en todos los lugares y momentos. Es más, en mi opinión, otras autoridades en las que recaen máximas responsabilidades deberían haberse vacunado ya, incluso públicamente, dando ejemplo y transmitiendo seguridad a  algunos incrédulos.

La polémica suscitada tiene toda la pinta de estar dirigida a desviar la atención del verdadero problema para el que da la impresión de que estamos sordos, ciegos y mudos. Este no es otro que la falta de vacunas, la lentitud en su administración y el daño psicológico y físico al que nos someten. Cada vacuna sin poner es un potencial contagiado cuyas consecuencias pueden ser fatales. La falta de consuelo psíquico y el daño que se está haciendo sí que es una grave responsabilidad. ¿Problema de dinero, de adquisición, de inseguridad, de gestión? Es vergonzoso que con la solución en sus manos nos sometan al permanente estado de alarma y coacción, sufriendo ya daños fuera del virus que quizá sean irreversibles. Un presidente del Gobierno desaparecido en esta crisis, que ha abandonado su responsabilidad de dirigirla y ponerse al frente, falto de dar tranquilidad y sosiego a su nación, a los españoles, con un ministro de Sanidad que está a lo que está; del portavoz y compañía mejor no hablar. Vacúnennos y déjense de lanzar señuelos al aire.

Ese es el problema de máxima gravedad y no la vacunación del JEMAD que ha actuado con responsabilidad y acierto.

Miremos en la dirección del problema que está en el Palacio de la Moncloa, en el Consejo de Ministros. en definitiva una pésima gestión de la crisis con consecuencias para todos aún no conocidas, pero sufridas.

Que cada palo aguante su vela y todos miremos hacia el origen del problema y no hacia donde el problema quiere que miremos.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

22 enero 2021

LA MEDALLA DE CAMPAÑA Y LA BALMIS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

LA MEDALLA DE CAMPAÑA Y LA BALMIS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Medalla de Campaña

Por Real Decreto de 25 de mayo de 2018 se creó la Medalla de Campaña para reconocer la participación de nuestros soldados en determinadas operaciones militares y campañas en el exterior. En el mismo RD. se facultaba al Jefe de Estado Mayor de la Defensa para determinar, mediante resolución, el nombre identificativo de las correspondientes operaciones militares y campañas en el exterior, en las que se concedía la Medalla de Campaña, así como el área geográfica que se definirá como zona de operaciones a efectos de su concesión.

No tardó el Jefe del Estado Mayor, General Fernando Alejandre, en cumplir con su cometido y en el año 2019 estaba finalizado el borrador que antes había sido remitido a los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos y Armada para su lectura y opinión.

¿Qué pasó después? A día de hoy nadie sabe nada, en el ministerio preguntas y miran para otro lado; ¿a Vitruvio? El caso es que aquella Medalla, de máximo valor para un soldado, la que corresponde a su labor en Campaña, para lo que se forma e instruye, duerme en algún cajón cerrado con aviesas intenciones. Marinela, con su cantinela…

Son las cosas de la Campaña, ese tiempo que están los Ejércitos fuera de sus cuarteles en operaciones (de guerra también). Ese tiempo en que se cumple con la misión y el cometido, para lo que te formas e instruyes, para lo que debería presupuestarse adecuadamente; ese tiempo fuera de casa, de la cercanía de los tuyos; ese tiempo por España, que poco a poco quieren diluir en misiones que nada tienen que ver con la misión y el cometido de unas Fuerzas Armadas modernas y eficaces. Una condecoración que se luciría con el orgullo y el honor de soldado, porque es la recompensa por cumplir eso para lo que te han formado y forjado.

Está todo hecho, solo falta la voluntad política para que nuestros soldados luzcan en su pecho la merecida Medalla De Campaña.

El 28 de julio del 2020, este año, se aprobó la Medalla conmemorativa de la Operación Balmis. Para reconocer al personal participante en la lucha contra el COVID-19. Eso está muy bien.

Las disposiciones para el desarrollo ya no se le asignaban al JEMAD, sino   que era la propia ministra la que las asumía. Ya están aprobadas, gracias a la diligencia de la ministra para repartir sonrisas.

Medalla conmemorativa Operación Balmis

Podría alargarme y decir muchas cosas. Dese aquello de Irak hasta recientes ofensas a los Ejércitos. Ofender es herir o humillar el amor propio o la dignidad, cerrar el grifo de los presupuestos en los que va vida y hacienda, y muchas cosas más.

Hoy solo digo lo que digo. Que semejante diligencia debe ser tanto para la que no es la campaña de los soldados, como para lo que sí es su Campaña.

Solo pido diligencia, prudencia y presupuesto. Para eso, para las Campañas. Y para las medallas que allí se ganan.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

19 octubre 2020

LA PATRULLA ÁGUILA Y LA BANDERA DE ESPAÑA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Son siempre momentos de gloria ver en el cielo de España izada la Bandera por nuestros pilotos de guerra del Ejército del Aire, sujeta en un mástil tan incomparable como los ojos de los españoles que desde tierra la sostienen con el impulso del alma. Como la letra de su himno, el que escribió Pemán:

«Volad, alas  gloriosas de España/ estrellas de un cielo radiante de sol/ escribid sobre el viento la hazaña/ la gloria infinita de ser español».

No se pueden subir más alto Bandera y sentimiento de España.

No se puede escribir y describir a España más arriba que desde los cielos radiantes por donde volaron siempre, por los confines del mundo, las alas españolas.

No se puede servir más alto y exhibir con humildad y honor el servicio a España desde nuestra Fuerzas Armadas.

Por todo ello la Patrulla Águila, es un Patrimonio español, de todos los españoles, a los que representa y anima, a los que alegra y estimula, a los que ilusiona al ver que España tiene el camino abierto en el cielo, águila viajera, consejera, vigilante y augurio de humilde grandeza.

Hay una historia y una parte técnica, antecedentes de ese inigualable momento de ver nuestra Bandera dibujada en el cielo.

La Patrulla Águila, como a menudo actúan los militares españoles con sus equipos, hizo una adaptación imaginativa y artesanal para instalar humos de color en el avión de construcción española C-101, modelo que no estaba pensado para exhibiciones y mucho menos para lanzar humos de color. A finales de los 80 se instaló un sistema para obtener  humo blanco, y en Barcelona 92 se inauguraron los humos de color con la Bandera Nacional.
El color se consigue con un agregado químico que, tras activarse por el piloto desde la cabina, se superpone a la base de humo blanco obtenido de quemar diésel previamente cargado en los depósitos internos de las alas, y que se lanza pulverizado por un difusor hacia la tobera de escape de gases calientes del motor. El interruptor en cabina activa humo blanco, y una segunda posición le superpone el aditivo rojo o amarillo a cada avión.
Ha transcurrido 1 año desde la última exhibición de la temporada en 2019, se canceló la temporada 2020 por la Covid-19 y la Academia General del Aire ha sufrido sucesivas inundaciones recientes en la zona del Mar Menor, 2 accidentes mortales de pilotos de la Patrulla Águila y 1 accidente mortal de un profesor y su alumna en vuelo en este año 2020. No dan un paso atrás, la moral la mantienen alta y siguen su adiestramiento con eficacia y alto sentido del deber.
Este año 2020 su actuación el 12-O tenía una especial importancia.

La pandemia hacía que el acto fuese mínimo, poco visible, poco participativo y muchos miraban al cielo para ver eso: Nuestros pilotos dibujando en el cielo la misma Bandera de España que sus compañeros de armas izaban en tierra, y todos en presencia del Rey que nos une.

¿Por qué no decirlo? Muchos españoles sentíamos el momento, por la sucia política de enfrentamiento y de daño al corazón de España, como el de más necesidad para sacar a ondear la bandera. Era la Fiesta Nacional de España. Aunque los signos externo e internos parezcan más bien el funeral de su historia. Por eso queríamos ver nuestra Bandera en el cielo y que todos mirasen sus colores rojo y amarillo. Era el día.
El corazón de nuestros pilotos de guerra, aún sigue triste, pero aguerrido, con ganas de lucha y solventar este contratiempo fallido. Se repondrán y volverán al cielo a decir: ¡Aquí está! ¡Nuestra Bandera de España!

Al despegar de San Javier hacia Madrid y probar humos, algunos seguidores (spotters) vieron volverse a la Base varios aviones por mal funcionamiento de este sistema, y seguidamente despegar otros aviones reserva que si les funcionaron bien los humos.
En el sobrevuelo del 12 de octubre, se observó en la televisión que los tres aviones centrales lanzaron humos amarillos, pero el componente químico salió esta vez muy diluido y sin apenas contraste con el fondo de cielo muy luminoso.
El avión extremo inicio bien su humo con color rojo, pero al poco de iniciar debió fallar el suministro de dicho componente  quedando solo la base de humo blanco.
Estos fallos ocurren a veces, pero no tan inoportunamente.

Habrá análisis del mismo, se pondrá remedio con el mimo y atención extra que estos veteranos aviones requieren, se volverá al cielo con la bandera.

Era el día, pero otros habrá. Cada vez son más necesarios  gestos que muestren y eleven  los símbolos de nuestra Nación a todos los españoles. Estamos muy faltos de símbolos. Están muy atacados nuestros símbolos, y con ello nuestro progreso y futuro.

No podemos permitirnos ni un movimiento mal hecho.

Ánimo y adelante, valientes pilotos y mecánicos de la Patrulla Águila, alas gloriosas de España.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

17 octubre 2020

 

DÍGANNOS LA VERDAD Rafael Dávila Álvarez

La ventaja del blog es que en cualquier momento se puede contactar con los lectores y transmitir con urgencia lo que a nuestro juicio debe ser dado a la opinión pública, que cada vez opina menos y aguanta más.

Por tanto este comentario de urgencia es para transmitir y pedir su opinión.

La noticia que acaba de saltar es preocupante: <<Defensa suprimirá el desfile del 12 de octubre por el Covid-19 y planea sustituirlo por un acto en el Palacio Real>>. <<El acto estaría presidido por Don Felipe y evitaría aglomeraciones>>.

A tres meses vista achacar la suspensión del desfile al Covid-19 es para echarse a temblar y supone una muestra más de la incompetencia y manipulación de este Gobierno que miente más que habla.

Somos mayores de edad y soberanos, el pueblo piensa y debe decidir (?). No se rían por favor. ¿O somos peleles como el pintado por Goya con toda ironía?

Aquella frase llena de mala intención, que todos recordamos ahora, cobra más actualidad que nunca: «Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta». Ahora sí que es verdad. La verdad es necesaria en una democracia (?) de la que cada día dudamos más.

Mi alarma y preocupación se la dirijo, queridos lectores en dos direcciones:

-Si la suspensión del acto militar del 12-O, a tres meses vista, es debida al Covid-19 es para temblar porque estamos ante una situación de emergencia desconocida y un futuro lleno de preocupación para nuestras vidas y economía. Algo difícil de superar. Lo más grave: nadie nos dice cual es la verdadera situación a la que nos enfrentamos. ¿Estamos preparados?

– ¿Obedecerá la suspensión del acto militar del 12-O, a tres meses vista, a otros motivos, desconocidos, más allá del Covid-19?

¡Qué mal pensado es usted!

Tiempo habrá de comentar el tema, pero después de lo visto en la Plaza de Armas del Palacio Real el pasado 16 de julio, día de Nuestra Señora del Carmen, nos lleva a pensar en una segunda parte del mismo. Todo medido y atado.

Nada de manifestaciones de desagrado, nada de echarse a la calle, nada que les impida seguir sus planes. La verdad es que nos tienen bien sujetos por donde duele que es la salud y el dinero.  Amor… ¿y tú me lo preguntas?

Que nadie se mueva, ni diga, ni piense…

No se rían, por favor. Esto va en serio y en serie. No olvidemos lo que se celebra el 12 de Octubre: Día de la Fiesta Nacional de España.

Dígannos la verdad.

Ustedes tienen la palabra. La mía es de enorme preocupación.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

20 julio 2020

DUDAS DE UN ATAQUE BACTERIOLÓGICO. CERTEZA DE UN ATAQUE A LA LIBERTAD General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

1.-Dudas de un ataque bacteriológico

Hace unos días les mostraba un esclarecedor documento de los años 50 en el que se describía la preocupación del ejército estadounidense por la guerra bacteriológica y en el que se hablaba de la posibilidad de que Rusia manipulase los virus utilizándolos como arma invasora letal.

Eran años de preocupación por el arma atómica como elemento disuasorio; real después de Hiroshima y Nagasaki.

La guerra bacteriológica se mostraba como la alternativa barata e insidiosa a la atómica. Rusia no tenía la capacidad suficiente, todavía, pero manejar los virus es algo más sencillo y barato.

España, aunque no lo creamos, ha sido puntera siempre; en todo. En un artículo les hable de la fabricación de la bomba atómica: El Proyecto Islero. El Ejército español también se preocupó de la novedad y en todas las Escuelas Superiores, de Estado Mayor, y Academias Militares se le dedicaba tiempo y estudio.

La defensa contra la acción biológica, como la definía nuestra Doctrina Militar de entonces, era otro motivo de preocupación.

<<La finalidad que se propone la acción biológica es anular o reducir la capacidad de combate de las tropas provocando infecciones que den lugar a enfermedades en los hombres, animales o plantas, transmitidas por el agua, el aire u otros medios>>. <<La información es clave y precisa que todos los escalones orgánicos, los Servicios de Sanidad, Farmacia y Veterinaria, en colaboración con los centros científicos civiles, estén en condiciones de conocer:

-Los agentes patógenos que se estime pueden ser utilizados por el enemigo.

-Los medios biológicos, físicos y químicos que existan para contener la reproducción de dichos agentes.

-Las posibilidades de aumentar las defensas del organismo humano>>.

Lo creo de total actualidad. Aunque hemos dejado en su mínima expresión servicios tan importantes como la Sanidad Militar, Farmacia y Veterinaria.

Siguiendo con el argot militar convendría saber si esto que ahora sufrimos es una amenaza, una crisis, un riesgo o una agresión. Podría ser cualquier cosa y por tanto derivar en lo peor. Podría ser.

Desde Clausewitz la derivada de todo ello significa utilizar medios de combate con la finalidad de imponer una voluntad sobre la otra. Podría ser.

La guerra es un conflicto de voluntades que puede derivar en un conflicto armado.

La comunidad científica está, aparentemente, desorientada. O los que saben se callan. ¿Por qué? En uno u otro caso estamos ante una situación indefinida, grave y que puede degenerar en cualquier cosa. Médicos, especialistas, científicos, técnicos, listos y menos listos, todos hablamos, pero nadie dice nada, porque nadie parece saber nada.

Eso es lo que me preocupa. He hablado con verdaderos sabios del tema y su sabiduría es incógnita; lo era hace unos meses y sigue siéndolo. Lo que me preocupa.

Laboratorio Chino de Wuhan. El centro de las sospechas

Empiezo a tener algo más que dudas de una epidemia surgida de la nada, del pangolín o del hasta ahora beneficioso murciélago. No me creo nada ni a nadie. Los hechos son que hay antecedentes. Los profetas lo han anunciado desde que se escribió la primera frase con significado. Hay dos mundos enfrentados; o varios. No dudarán en emplear cualquier cosa para acabar con su adversario. Es la ley más cruda y bestial (brutal o irracional), pero es la que rige, todavía, en el mundo.

Empiezo a creer que el covid-19 es la partícula del diablo. Inventada y liberada en dosis perfectamente calculadas. Buscaban la de Higgs, le llamaron la partícula de Dios y mira por donde, sin tener el gran colisionador de Hadrones, sino simplemente unos cuantos murciélagos, aparece coronavid-19. La partícula del diablo.

¿Tendrán ellos la vacuna para usarla cuando sea el momento? Sin duda.

He ahí el secreto: el momento.  Puede que no haya otra vacuna. Todo depende de cómo fue la creación del virus. Y de lo que pretendan.

Hay dudas de un ataque bacteriológico.

2.- Certeza de una ataque a la libertad.

Que lo hay contra la libertad no hay duda. Creíamos que todo era posible menos anular los derechos constitucionales de un pueblo. Está pasando en España, hoy, ahora. Todo es posible cuando un pueblo está doblegado y ni siquiera se lamenta por sus muertos. Acepta todo, se somete dócil al castigo envuelto en una sociedad que ha hecho necesaria la presencia policial hasta en tu dormitorio. Un símbolo típico del totalitarismo.

Los ataques a la libertad proceden de unos partidos políticos, viejos conocidos, que no quieren la guerra sino la victoria, para lo que cuentan con una poderosa máquina de propaganda y agitación, en la que colaboran hasta los servidores de hacer cumplir la ley.

Creo que nunca ha estado España tan cerca del totalitarismo y tan amenazada como lo está hoy. Se ha impuesto una religión sin Dios, es decir el comunismo: el culto al líder, ese que predica lo contrario a lo que hace y por ello es adorado. El comunismo es emocional y virulento por lo que acude más a las emociones que a la razón. Tiempos de grande emociones, como estos, son los suyos. Aquí caen todos, todos participan y cuando quieres evitarlo ya estás dentro del útero del odio.

El mayor enemigo del comunismo es la libertad. Lo vemos día a día. Este es su momento.

Más que nunca es necesaria la inteligencia y estar preparados sin dejar llevarse por las emociones que ellos regulan y manipulan.

No nos salvarán las viscerales reacciones, ni los jinetes a caballo liderando grandes ejércitos de reconquista. Se necesitan hombres de talento que sepan estar en todos los campos; se necesita unidad sin egoísmos, sin protagonismos, sin esperar nada a cambio. Es el tiempo de los mejores y no de los que más chillan. O lo que es lo mismo: el de los valientes. Siguiendo nuestra vieja escuela:   <<El oficial ha de abstenerse en el combate de realizar alardes inútiles de valor>> […] <<todas sus actividades y todo su valor, en el verdadero concepto de esta palabra, han de tender a conservar durante el mayor tiempo y en el más alto grado, las energías físicas y morales de su tropa…>>. Para ello la unidad, sin personalismos ni prepotentes posturas. Humildad y sabiduría ante un enemigo muy hábil y sutil.

La batalla es contra un virus desconocido y otro muy conocido.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

15 mayo 2020

EL CORONAVIRUS. COVID-19 General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Así ha quedado bautizado. <<Co>> por corona, <<vi>> por virus <<d>> por disease, y 19 por el año en que apareció el brote que parece ser fue identificado el último día de ese año. Es el nombre científico y así ha sido nombrado en su nacimiento mundial: covid-19 acaba de llegar al mundo y lo hace para crecer y multiplicarse.

Mi nieto, uno de ellos, recluido en casa sin saber para qué, ni porqué -los niños no se plantean interrogantes- lo ha bautizado mejor, colocando al bichito en el lugar que se merece:

-Abuelo es el rey de los virus porque tiene corona.

Este niño tiene futuro.

Lo primero que se me ocurre es que todos deberíamos hacer un acto de humildad para vernos en nuestra fragilidad y dejar de lado nuestra corona de reyes de la naturaleza. Apreciemos lo insignificante, por peligroso en ocasiones.

En situaciones de crisis, cuando reina la muerte, con corona de virus en este caso, canta y cuenta el amor a la vida, y en ello debe estar presente el honor del hombre, más deseable que la propia vida. Sin ello no habrá victoria. Es necesario un ejército de hombres de honor.

Nos lo enseña la Ilíada. En cuanto el hombre se puso a escribir, a transmitir el dolor y el amor, entre gente de todas las clases y condición, entre guerras y pasiones, se cantó al honor y al valor necesarios para adquirir la condición de hombre. Aprendemos que se lucha por el deber y nunca por la pasión. En el punto de partida de la literatura griega, de toda la literatura occidental, un anciano, Crises, abre la epopeya heroica. Así empezaba el Capítulo I: La peste. La cólera. <<Canta, oh diosa, La cólera del Pelida Aquiles…>>.

<<El hijo de Leto y de Zeus. Airado con el rey, suscitó en el ejército maligna peste, y los hombres perecían por el ultraje que el Atrida infiriera al sacedote Crises>>.

<<Poned en libertad a mi hija…>>.

Termina en el Capítulo XXIV: El rescate de Héctor. <<Príamo, caído a los pies de Aquiles, lloraba copiosamente por Héctor…>>. La compasión y la piedad.

Son momentos, estos de ahora, como entonces, donde se muestra la grandeza y miseria del ser humano, donde todo se refleja, en cada acto cotidiano, valor y cobardía, honor y lo contrario, la lucha y la huida, no hay pasión humana que no quede al descubierto. La mayor de todas es la cobardía que engendra el egoísmo. Contra el valor que engendra el honor.

La Ilíada cuenta la historia del nacimiento de los sentimientos; en un nuevo ser humano.

Ahora se repite el escenario de aquella primera literatura. Escrito está y aflora. Muchos se enfrentan, recogen a los heridos y curan. Otros tienen peor labor. Hay soldados en lucha por todas partes, venciendo al miedo, esperando que Aquiles entre en combate, ellos dan lo mejor de cada uno. Vencerán porque no hay lucha que dure siempre.

No quedarán grabados los nombres de los luchadores, porque la grandeza no describe a los que la usan a diario. Son un ejército de médicos, sanitarios, enfermeros, cuidadores, científicos, técnicos, auxiliares, policías, vigilantes, comerciantes, autónomos, vendedores, padres, abuelos sacrificados, conductores… ¡Son tantos!

No olvidaremos los nombres de los que huyeron al primer sonido de las armas. Se sabrán quienes son los que cerraron y tiraron las llaves de aquellos lugares más seguros, pero necesarios para dar continuidad al ataque. Ninguna Institución del Estado, ningún poder del Estado, Cortes, Gobierno, jueces y magistrados, ningún órgano de la Administración, deben, ni por un minuto, cesar en su actividad. Es su deber encabezar la lucha, sin pedir nada a cambio o, si acaso, el cambio de lugar si hay infección. Ellos no pueden abandonar su puesto por el ataque de un virus por muy mortal que sea. Ni ante la muerte debe haber deserción, menos que ante otra causa.

El valor es auténtico coraje que sabe sobreponerse al miedo. La lección la dan dos ancianos con cuyos nombres empieza y termina la Ilíada: Crises y Príamo.

Empieza con el canto I: La peste. La cólera. Termina con el canto XXIV el de la compasión y la piedad: El rescate de Héctor.

Así empezó la escritura y la historia de los acontecimientos; hasta hoy.

<<En los umbrales del palacio de Zeus hay dos toneles de dones que el dios reparte: en el uno están los males, y en el otro los bienes>>.

En unos el honor y el valor. En el otro ungüento para los cobardes.

De este último ungüento, desde entonces, surgieron las guerras y traiciones. La muerte sale de ese tonel donde se mezcla con la cobardía; son lo mismo.

Todo está escrito en los principios de la literatura griega, de toda la literatura occidental.

En momentos como este solo queda: que cada uno cumpla con su deber. Si es que queda algo de honor y valor.

<<…pues el necio solo conoce el mal cuando ya está hecho>> (Ilíada. Canto XVII).

El mal ya está hecho ante la cobarde reacción de los que deberían estar en primera línea del frente de la defensa. ¿Qué saben ellos de su misión: ser los primeros en servir y últimos en servirse?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

13 marzo 2020