LA PASIÓN SARGA Relatos legionarios desde el V Tercio por David López Manzanedo

LA PASIÓN SARGA

Hemos tenido la oportunidad de leer lo escrito por nuestro legionario David López Manzanedo en este blog y su elocuencia no habrá pasado desapercibida para ninguno. David, el legionario, no habla para los que no están o estuvieron dentro, sino a ellos y para ellos, aunque el resto, próximos, incluso muy próximos, pueden oler y casi palpar aquello que se han perdido. Es imposible sentir sin ser, y no es quien no ha sido por mucho que se empeñe y se revista de simbología que nunca formó parte de su cotidiana vida. Les pasa incluso a los que han estado de paso, queriendo, pero sin querer. Sabemos de lo que hablamos.

David hoy nos ofrece un libro. Si eso fuese así sería novedad, pero una más. Un libro de la Legión. Hay muchos. Atrevidos. Incluso osado.

David López Manzanedo, el Legionario

Este no. Este de David, el legionario, es el Credo abierto, redacción limpia, de uso común entre quienes hablan un idioma de guerra y muerte. Seguro que a muchos no les gusta. Me alegro. Este es un libro tan duro como tierno. De unos brazos fuertes, blancos de alma, rudos y capaces, se pasa a una mano suave que acaricia a los que necesitan amparo. Lo han hecho muchas veces.

Me he enfrascado en su lectura como si el vibrante y fresco relato estuviese sucediéndome a mí, como si fuese tiempo presente. Lo es de alguna manera. Es tiempo legionario que nunca muere. La muerte es vida presente y sucede.

Alguno pensará que Aníbal es Caballero Legionario, pero no caerá en la cuenta que no es solo eso, sino también poeta, como cualquier legionario que se casque el gorrillo en la cabeza, ¿pero qué os creéis que es la muerte?

Hay relatos muy duros, de épocas más duras aún, que el legionario resuelve con alma de honrado, quizá incomprensible para estos tiempos de egoísmo o algo peor: da hacer para el escaparate sin sentir ese hacer.

Este es un libro de sentimiento: Legionario.

Es un libro sobre todo de no abandonar a un hombre en el campo sin antes haber muerto todos por no abandonarle, un libro de juramento entre dos hombres y un libro al que podrás acudir cuando necesites gritar ¡A mí la Legión! Es un libro legionario que contiene todo: con razón o sin ella.

Gracias David, Aníbal; gracias legionarios, gracias Caballeros.

Rafael Dávila Álvarez. Fue General de la Legión de legionarios como David.

Nota: Todo lo recaudado por el autor lo donará a una asociación de su barrio que atiende a paralíticos cerebrales APACE-Burgos  y a una hermandad de veteranos

Blog: generaldavila.com

Contactar con el autor: pasionsarga@gmail.com

26 septiembre 2021

 

 

 

QUIQUE SAN FRANCISCO ¡ADIÓS LEGIONARIO! General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

España lamenta el adiós de Enrique San Francisco, Caballero Legionario, una gran persona. Solo por los buenos ratos que nos ha hecho pasar le debemos nuestro recuerdo y oración. Su tristeza en la mirada la convirtió en la alegría de su sonrisa. Una vida nada fácil a la que se enfrentó con una mueca, no perdiéndole nunca la cara. Al que no le guste es que no sabe vivir.

Llevamos demasiadas muertes encima en estos tiempos y el dolor se nos ha presentado como de sorpresa para recordarnos que no podemos perder ni un instante en complicarnos la existencia a base de ser broncos y molestos como cada día nos demuestra esta rara convivencia que la política nos está enseñando. Por ello, cuando se nos va un hombre que supo poner sonrisa a la cara triste de la vida es de agradecer.

Quique San Francisco, además, quizá por eso, fue legionario, es decir un Caballero de la milicia y de la vida. Algo que nunca ocultó en tiempos como los que vivimos en los que ese oficio no vende en las alfombras rojas. Estuvo en el Regimiento Canarias 50, y fue Caballero legionario. Disparaba al corazón sonrisas a doquier y nunca le faltaba el cariño de la palabra amable con el raro componente de sincera, algo poco habitual en estos nuestros tiempos.

Me hubiese gustado conocer y convivir con aquel pelotón que encuadraba al cabo San Francisco. Vivir la alegría legionaria con quien sabía enfrentarse a la vida con el valor del humor y compartir lo bueno como juramento entre hombres que esperan que en cualquier esquina puede ocurrir eso. Sí: la muerte compañero.

Llegó para el cabo San Francisco, nobleza y firmeza, sin esconder nada, porque nos enseñó que de nada debe avergonzarse el hombre que reparte sonrisas a cambio de nada, generosidad legionaria que entrega lo mejor que tiene, y que nada malo se guarda, porque él es simplemente legionario; lo que significa todo para y por los demás.

Adiós legionario, te esperan ya; va siendo momento para el descanso, deja tu arma un rato, coge la cerveza de tu mano y sonríele a este aburrido mundo del que ya te despides. Ahí os quedáis, aquí nos quedamos. Más solos cuando se va un hombre bueno y de los de la cabeza de la vida, que jamás se escondió.

Se os dijo:

«Amparo encontraréis, cariño, una familia, os ofrece olvidos, honores, glorias, os enorgulleceréis de ser legionarios, podréis ganar galones, alcanzar estrellas; pero, a cambio de esto, lo tenéis que dar todo sin pedir nada; los sacrificios han de ser constantes; se os exige obedecer las órdenes militares ciegamente. Los puestos más duros y de mayor peligro serán para vosotros; combatiréis siempre y moriréis muchos, quizá todos. Entrad gozosos, sed felices y que Dios conceda a cada uno lo que venga buscando, si ha de ser para su bien».

No sé cómo lo ves y cómo te ha ido. Cuéntalo allí arriba donde hoy habrá un poco de fiesta. No hay límite ya para el número de reunidos: sois legión. Es inevitable la fiesta entre legionarios y más sabiendo que ha llegado Quique San Francisco.

Ríete de todo y de todos y vaya contigo mi abrazo legionario.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez 

Blog: generaldavila.com

2 marzo 2021

EN SU LXVI ANIVERSARIO. SER PARACAIDISTA. SU ESPÍRITU. General de División (R.) Luis Carvajal Raggio

General don Luis Carvajal Raggio

Hoy este humilde blog se viste de gala para recibir al General de División Excmo. Señor don Luis Carvajal Raggio, mi general y amigo.

Decimos en la Legión que <<con razón o sin ella>> y en este caso me asiste toda la razón y argumentos para decir que tengo verdadero respeto y admiración por el General Carvajal. Un soldado y un Caballero de la milicia.

Como Caballero legionario se estrenó en la vida militar. Legionario de a pie, sin más grado que ese, el de Caballero, que no es poco. De ahí a General.

Legión y Brigada Paracaidista es su bagaje. ¿Se puede pedir más? 32 años al mando de unidades paracaidistas. Jefe de la Brigada Paracaidista, siendo el único que, en principio y hasta su ascenso, ostentó ese mando de coronel. Cerca de 900 saltos en distintas y conflictivas situaciones con 3 heridas en acto de servicio.

Fue Jefe de la Agrupación Táctica “Madrid” (Bosnia i Herzegovina) UNPROFOR, con una labor destacadísima. En su segunda misión en BiH (IFOR, OTAN) ya siendo general, tuvo el reconocimiento de todos, por su magnífico hacer, hasta el extremo de ser el único entre civiles y militares que ostenta el título de “Hijo adoptivo de la ciudad de Mostar”.

Seguiría con su brillante Hoja de Servicios repleta de entrega y generosidad. Un ejemplo para todos, ¿Condecoraciones?: todas. No las necesita; el General Carvajal es un soldado, un Señor Soldado.

Gracias mi general y que suene la Marcha de Infantes para recibirte en este blog. Nadie como tú para hablar del Aniversario paracaidista.

Con mi respeto y el cariño a ti, tú mujer, tus seis hijos y diez nietos.

Siempre a tus órdenes mis General.

General Dávila.

SER PARACAIDISTA. SU ESPÍRITU

Escribo a vuela pluma, seguro  sin demasiado ordenamiento, pero en palabras de mi amigo el General Dávila, «sé que hay poco tiempo pero el corazón fluye rápido». Con el corazón y el alma escribo y espero se entiendan los sentimientos a pesar de la rapidez de los latidos.

Nuestra historia comienza en otoño de 1953, un 17 de Octubre cuando el Ministro del Ejército, el Teniente General D. Agustín Muñoz Grandes firmó la orden de creación de una Bandera Paracaidista del Ejército de Tierra, posteriormente la Bandera «Roger de Flor» I de Paracaidistas.

Un Oficial, Teniente de aquella primera Unidad, empezó a escribir nuestra regla moral: el Ideario Paracaidista, sus Mandatos y Promesas. El primero decía así: «Nuestro Historial. Paracaidista el libro de tu Historia está en blanco. No escatimes tu sangre para escribir en él páginas de gloria”.

Es el único que se ha reformado. Después de la campaña de Ifni, quedó para siempre:»En Ifni se abrió el libro de nuestra Historia .No escatimaré mi sangre para escribir en él páginas de gloria».

Un paracaidista componente de la heroica Sección del Teniente Ortiz de Zárate ,recién liberado del cerco, aún con los ojos febriles y las huellas del sufrimiento en el rostro, confesaba a un Oficial : «Mi Teniente, yo nunca me he preocupado de ésas cosas, pero allí arriba-señalando con la cabeza la posición-allí arriba me he dado cuenta de que Dios es lo fetén». La Tercera Sección de la 7ª Compañía de la Bandera » Roger de Lauria» II de Paracaidistas tuvo, en aquella acción, seis muertos y cinco heridos. Dos Medallas Militares individuales, Medalla Militar colectiva. El cerco duró nueve días. Aquella acción y otras muchas hicieron que aquel primer Mandato cambiara su redacción.

Todos los paracaidistas conocen y llevan grabadas en su memoria la palabras  del Teniente Ortiz de Zárate al despedirse de su Jefe  de Bandera:»Entraré en T’Zelata o en el cielo». Pero, tal vez, no sea tan conocido este suceso. Al recoger de su cadáver las pocas pertenencias que llevaba consigo, se encontró en un bolsillo una hoja manuscrita con una oración de la que me permito extraer unas frases:

                                      «ORACIÓN   DE  GUERRA»

…Haz. Señor, que mi alma no vacile en el combate y mi corazón no sienta

            el temblor del miedo… Haz que la sed, y el hambre, el cansancio y la fatiga, no

            lo sienta mi espíritu… Que mi alma, Señor, esté siempre tensa, pronta al sacrificio

            y al dolor. Que no rehúya, ni en la imaginación siquiera, el primer puesto en el

            combate… Pon destreza en mi mano para que mi tiro sea certero. Pon caridad en

            mi corazón para que mi tiro sea sin odio…

                 Concédeme, el perdón por mi soberbia. Quise ser el soldado más valiente de

           mi Ejército, el español más amante de mi Patria. Perdona mi orgullo, Señor.

                 Te lo ruego por mis horas en vela…Te lo pido por mi guardia constante…Por mis

           jornadas de sed y de hambre ,de fatigas y dolor. Si lo alcanzo, ya mi sangre puede

           correr con júbilo por los campos de mi Patria y mi alma puede subir tranquila a

           gozarte en el tiempo sin tiempo de Tu Eternidad.»

   La memoria me lleva a otra efeméride que marcó la vida y la historia de nuestras fuerzas paracaidistas. Si el 23 de Noviembre de 1957 fue la entrada en combate con el resultado del primer caído el Caballero Legionario Paracaidista D. José Torres Martínez,  primera entrada en combate que todas las unidades militares conmemoran. Para los paracaidistas hay otra fecha singular por el hecho diferencial de su capacidad para el combate: el lanzamiento de guerra.

El 29 de Noviembre de 1957, la 7ª Compañía efectúa el primer salto de guerra para reforzar la guarnición del fuerte de Tiliuin,  preparar  la evacuación de todo el personal – había además personal civil, mujeres y niños- y una vez enlazado con una Agrupación Terrestre ,proceder a la evacuación y destrucción del fuerte. Se llamó «Operación Pañuelo» por las pequeñas dimensiones de la Zona de Lanzamiento. El salto, y posterior abastecimiento aéreo de armamento y municiones, se efectuó con la protección de cinco Heinkel ( B-21) y el apoyo de los propios defensores del fuerte. Una salvedad. Con todo el cariño a nuestros hermanos del Ejército del Aire y de todas las unidades aéreas del mundo, no se conoce todavía el » milagro » de que todas las unidades paracaidistas hayan tomado tierra en las zonas previstas en combate. En esta ocasión es, precisamente el avión que transportaba al Capitán de la Compañía, lanzado a dos kilómetros de la zona. Como no hay mal que por bien no venga, el enemigo debió pensar que se pretendía envolverlos y salieron «por patas». Al día siguiente, se reorganizaron y atacaron el fuerte. La misión se cumplió cuando seis días después se establece contacto con la fuerza terrestre de la Legión y el 5 de Diciembre se arria la Bandera con todos los honores y un equipo de paracaidistas incendia y destruye el fuerte.

Aquellas duras, hermosas e inolvidables tierras, marcaron para siempre en la memoria colectiva el devenir de los Caballeros Legionarios Paracaidistas, como hoy lo son el Kurdistán iraquí, Bosnia i Herzegovina, Mozambique, Irak, Líbano, Afganistán, Mali, Kosovo, Paquistán…

El Gobernador General del África Occidental Española, General Gómez de Zamalloa, comunicó lo siguiente al Jefe de la Agrupación de Tropas Paracaidistas del Ejército de Tierra, Teniente Coronel Crespo del Castillo: «Nunca una nueva Unidad ha abierto tan brillantemente su historial de guerra como esa, hasta hace poco bisoña,  Agrupación de Banderas Paracaidistas; y si hacemos honor al espíritu combativo, a la magnífica preparación física puestas de manifiesto siempre que hubo que hacer un supremo esfuerzo, y el valor ya reconocido y altamente acreditado en todas las operaciones en que ha tomado parte esa Agrupación, bien podíamos decir que el espíritu heroico de la Legión y el coraje de los infantes han reencarnado brillantemente en esos nuevos y heroicos legionarios paracaidistas. La brillante página de heroísmo escrita por la valerosa actuación del Teniente Ortiz de Zárate es un feliz comienzo para el historial de guerra de esa Agrupación y no dudo que nuevas páginas, todas ellas llenas de sublime heroísmo y sacrificio, harán honor a la gloriosa actuación de esas Banderas.»

Ahora, en los tiempos difíciles que vivimos, aquellos recuerdos me hacen meditar muchas cosas.

Efectivamente el ser humano tiende a valorar lo reciente, incluso  lo inmediato y a tener muy lejano, en el recuerdo, las viejas, y no tan viejas, historias. Pero queramos o no ahí están y no debemos desprendernos de ellas y nuestra misión, la de los mayores, es transmitirlas con todos sus claroscuros.

Soy amante de las tradiciones; nos son dadas por herencia histórica, pero eso viene por sí sólo. Debemos amarlas para transmitirlas y requieren cariño, constancia, esfuerzo para mantenerlas vivas y no permitir que nos las transformen al capricho de personas que no entienden, o sí, pero que quieren hacer daño. Que quieran suprimir reglas morales e incluso unidades gloriosas ¿Qué son si no, qué significan desde el «Santiago y cierra España» de los albores de nuestra Nación, nuestros guiones, nuestros uniformes, canciones, gritos, Credos e Idearios, la oración paracaidista?

Me  dirijo a los que hoy celebran sesenta y seis años de su creación. Tenéis, la  obligación, hasta física diría yo, de mantenerlas. Añadid vuestra entrega, vuestro valor, la permanente disponibilidad, vuestro afán de vivir, y morir si es preciso, por España. Con todo ese conjunto sí podréis ser los mejores soldados de la Patria. Aprended que hacer don de uno mismo debe ser la clave de vuestra vida.

Creo profundamente en el ejemplo. El ejemplo es la forma más elocuente de hablar en silencio. No creo que haya otra manera mejor de enseñar. Entiéndase, el buen ejemplo. Los paracaidistas tienen un elemento que lo facilita sobremanera: el salto en paracaídas. Por sí solo crea un entramado especial entre tropa y mandos, indestructible. Cuando un joven paracaidista ve a su lado a su Sargento, su Capitán, su General, con su mismo equipo y salta junto a él, se queda reflejado en todas sus actitudes posteriores. Han compartido, sin diferencia alguna, otra forma de entrar en combate.

Por ello hoy también me asalta el recuerdo, lleno de respeto, a los veteranos, conocidos o anónimos, excelsos todos, que entregaron  su vida, su quehacer diario, sus heridas a la empresa más noble: la Patria. Los jóvenes que hoy formarán celebrando su Aniversario, tendrán el privilegio de contemplar a hombres que han dado sello y vida a la Brigada Paracaidista. Son testigos y actores del espíritu maravilloso de esa Unidad. Una Unidad que respira esencia, que no necesita de grandes manifestaciones porque es profunda, de íntima convicción. Esa esencia está hecha del perfume más sutil, el perfume del amor a España. Aprended de las viejas cicatrices, de las arrugas de los años, porque entregaron lo mejor de su vida; y con ellos ved, con los ojos del alma, a los mejores, a los caídos en combate, en salto en paracaídas, en acto de servicio o después de toda una vida en la milicia. Vedlos porque están formados y son muchos. El ejemplo siempre.

El camino que nos propone la vida militar no es nada fácil, y nadie ha dicho que lo sea, pero es el camino.  Y ése andar se convierte en algo que te arrastra porque nunca, nunca estarás sólo. Quien lo ha vivido lo sabe. Y por encima de todo, ese Dios y Jefe nuestro. Una antigua oración de un paracaidista.

                           «Dame, Señor, lo que te sobra

                             Dame lo que no se te pide nunca

                              No te pido el descanso

                             Ni la tranquilidad del alma

                             Ni la del cuerpo

                             No te pido la riqueza

                             Ni el éxito, ni incluso la salud

                             De todo esto, Dios mío

                             Se te pide tanto

                             Que no debe quedar nada ya

                             Dame, Señor, lo que te sobra

                             Dame lo que otros rechazan

                             Quiero la inseguridad y la inquietud

                             Quiero la tormenta y la pelea

                             Y que me lo des, Señor,

                             Tan definitivamente

                             Que yo esté seguro de tenerlo siempre

                             Pues no tendría valor de pedírtelo de nuevo

                              Dame, Señor, lo que te sobra

                             Dame lo que otros no quieren

                             PERO DAME TAMBIÉN EL VALOR

                             LA FUERZA Y LA FE.

No hace demasiado tiempo tuve una conversación con un viejo paracaídas. No, no desvarío, todo el que ha saltado ha hablado con su paracaídas alguna vez. He visto y oído reconvenciones y felicitaciones. Me contaba lo siguiente:

«Vine al mundo, me decían, en un taller, pero yo siempre supe que venía del cielo, de una ilusión. Un día me llevaron a Alcalá de Henares. Había una nueva Unidad en un cuartel viejísimo ¡sí que tenía cicatrices!, pero enseguida me di cuenta de que se respiraba un aire especial. Hablaban de la Legión, de Montaña. Uniformes nuevos, diferentes; en la cabeza una boina negra y los mandos los días de gala, una teresiana con la parte superior también negra.

Pronto caí en manos de unos hombres a los que llamaban plegadores que me trataban con mimo. La vida era apasionante y de todo menos tranquila.

De repente un nuevo viaje, a Sidi Ifni nos dijeron ¿Para qué nos llevaban? Me puse a escuchar y me enteré que había guerra .A mí me daba lo mismo, yo en paz o en guerra debía dejar a mi paracaidista en tierra apto para todo. Algunos paracaídas, ya mayores,  los llamaban» paracaídas de cargas», y a ellos les cupo el honor de ser los primeros en entrar en combate pues abastecían puestos aislados, de víveres, munición, combustible… y moral. Ya empezaba a estar harto de sus «batallitas “. Pronto me llegó mi oportunidad. Iban a dar el primer salto de guerra y yo fui seleccionado. Recuerdo decirle a mi plegador: pliégame mejor que nunca. Me miró ofendido y me dijo: lo haré como siempre, estaré seguro de mi trabajo, te plegaré como si yo fuera a saltar contigo.

Tuve la suerte de ser asignado al Jefe de la 7ª Compañía, el Capitán Sánchez Duque. Era la madrugada del 29 de Noviembre de 1957. Cuando el Capitán saltó empecé a oír imprecaciones no publicables ¡Estábamos muy lejos de la zona de lanzamiento! Abrí mi campana todo lo que pude, procuré no  balancearme y llegar a tierra lo más suave posible. Fue una sensación maravillosa cuando, además, oí que había sido un éxito. Mi misión estaba cumplida ¡Cuántas veces había oído ¡POR ENCIMA DE TODO ESTÁ LA MISIÓN! Allí me quedé en tierra dispuesto a morir como mi homenaje a aquellos paracaidistas en su primer salto de guerra. No fue así, pues me recogieron y en una vetusta camioneta que, entre paracaidistas y legionarios tenían que empujar en las cuestas, volvimos a Sidi Ifni. Recuerdo que un niño de los evacuados del fuerte, con la curiosidad propia de la edad quiso ver un paracaídas; vino hacia mí y al rato se recostó, cansado por las emociones de esos días. Lo acogí con cariño y entre mis pliegues quedó dormido. Otra manera de ser útil ¡Cómo me gustaría saber de ese niño!

Abandonamos el territorio y definitivamente me instalé en Alcalá de Henares. Mientras estuve en activo, lancé a cientos de paracaidistas, y ahora ya viejo y retirado del servicio, el Dios de los Ejércitos me concedió un último premio, pues de aquellos primeros paracaídas yo solo pasé al Museo de la Brigada y allí permanezco. Allí estoy si queréis verme y  hablar de viejos recuerdos ,de ideales que creo eternos:  Patria, sacrificio, generosidad, responsabilidad, ejemplo, valor ,disciplina ,humildad… esos «algos «del SER PARACAIDISTA.

Por cierto, soy un burro, no he dicho mi nombre, me llamo INTA T-6R número 29.11.57

Mi homenaje al Caballero Legionario Paracaidista D. Antonio Ortiz Pérez ¡Con nosotros! primer caído en salto de paracaídas y a tantos otros que, desgraciada y gloriosamente cayeron después.

Me hablan de tiempos difíciles, pero conociendo a estos hombres y mujeres A PESAR DE TODO, estoy seguro de que vendrán tiempos mejores. Un viejo Paracaidista, Infante y Plegador, General retirado, vino no hace mucho a verme y me lo confirmó. Hablamos en la soledad del Museo, mucho tiempo y mientras lo hacíamos,me pasaba la mano con -yo lo sabía- cariño y agradecimiento infinitos. Paracaidas y Paracaidista siempre unidos.» Adiós amigo mío, volverán tiempos mejores y lo veremos» repitió  y con paso leve por el peso de los años, se fue.

Aquí, en mi silencio, con mis nostalgias y recuerdos, con los nombres de los paracaidistas, a los que ayudé a cumplir su misión , grabados en mi seda pienso en la frase que dejó escrita Antoine de Saint-Exupéry en su libro Tierra de Hombres:»El hombre se mide cuando se enfrenta al obstáculo».

Y cerrando los ojos, musitando la oración paracaidista «Señor Dios y Jefe nuestro…» me dormí en sueños de gloria, mecido por los buenos vientos.

Madrid, 23 de Febrero de 2020. General de División (R.) Luis Carvajal Raggio

LXVI Aniversario

Blog: generaldavila.com 

CENTENARIO DE LA LEGIÓN (72-6) DIARIO DE UNA BANDERA. COMANDANTE FRANCO. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez)

CENTENARIO DE LA LEGIÓN (72-6) DIARIO DE UNA BANDERA. COMANDANTE FRANCO. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez)

 

IMG_20151006_205346Los que amáis a la Legión, os interesáis por ella, o simplemente sentís curiosidad por saber lo que es y quiénes son los legionarios, estáis obligados a leer tres libros. El primero de ellos: ‹‹La Legión››, escrito por su fundador, el Teniente Coronel Millán-Astray. El otro: ‹‹Diario de una Bandera››, escrito por el Comandante Franco, lugarteniente del fundador y, junto a él, creador y ejemplo del espíritu de la Legión.

Hay un tercer libro cuyas letras han quedado escritas con sangre en las ardientes páginas africanas: Valenzuela. El Teniente Coronel Valenzuela, Jefe de la Legión, muere al frente de sus legionarios como quisiera morir cualquier Jefe de la Legión que se pone al frente de sus hombres. Ya está escrita la historia de la Legión, la única: el sacrificio hasta la muerte si necesario fuera. Estos tres libros, escritos con sangre, sobre la tierra y sobre el papel, son las fuentes de la Legión explicada desde la cruda realidad del combate y la tragedia legionaria, historias de guerra y de hombres ante la guerra. Son el manual del soldado, el idioma del combate y el espíritu que renace.

Tendrá que escribirse el libro del Centenario de la Legión. El primer capítulo está ya escrito: Millán-Astray, Valenzuela, Franco.images Son el camino trazado, el ejemplo a seguir, el Credo ordenado cumplir ¡siempre!, hasta morir.

‹‹Diario de una Bandera›› no es la historia de una Bandera de la Legión, la del Comandante Franco. Va más lejos. Es la Legión que trabaja, combate y muere, es la  épica legionaria. En cada uno de sus hechos habla la Legión en romance.

Franco relata los comienzos de los legionarios, cada uno distinto, la mayoría envueltos en el olvido, los honores y la gloria. Ser Caballero no es baladí. Buscan, ni ellos lo saben,  galones o estrellas, aún a costa de la muerte. No todos lo logran, ni una cosa ni la otra. Ser Caballero legionario es un título que no todos pueden conseguir.

‹‹Diario de una Bandera›› está escrito por el Comandante Franco cuando el sentimiento legionario aflora. Es un relato épico del sufrimiento, del compañerismo, del amor a España y a su Bandera ganada con la sangre de los legionarios. Es historia de la Legión.

Octubre de 1920. Riffien, cuartel de legionarios.

Jura de Bandera. Quieren la suya. Teñirla con su sangre. Habrá que esperar.

Legionario, legionario soy

Y  mi niña dice, cuando a verla voy

¡Niño mío!, yo quiero ser la primera

Que se abrace a la Bandera ganada por la Legión.

Soledad, camaradería, algún combate… de boxeo. Aburre y cansa la quietud a estos hombres de guerra.

Trabajo a destajo. Ellos quieren ser infantes. África es escuela, nervio y alma de la Infantería.

¿Quiénes son esos soldados

De tan bonitos sombreros?

Es el Tercio de legionarios

Que llenan sacos terreros

29 de junio de 1921. Primer día de gloria. ¡Al fin!… Buharratz, Muñoz Crespo. Asoman los héroes: Torres Menéndez, Ortiz de Zárate, Arredondo, Monterito, cuarenta legionarios muertos.legmelilla--478x270

Ya se oye ¡La Legión! ¡La Legión!

22 de julio. ¿Qué sucede? Melilla. Le toca a la I Bandera, la de Franco. ¡En socorro de Melilla! El Fondak, a Tetuán. ¿Será posible? ¡Hay que seguir! ¡Hay que seguir! Sordos a la corneta hay que despertar  a los legionarios. Dos noches sin dormir, más de cien kilómetros en día y medio. La más dura marcha de una unidad de infantería, sin apenas descanso, algún sueño breve en la cuneta. La legión empieza a vivir y a sentir su Credo.

¡Melilla! Se entra cantando, La Madelón… No queda nada de la Comandancia General. Gritos de ¡Viva España! ¡Estos son soldados, que negros y qué peludos vienen!, mil comentarios, las emociones más grandes de la vida militar. Para esto se fundó la Legión.

Nador, Monte Arruit… en la guerra hay que sacrificar el corazón ¡esperan tantas posiciones!

Las salidas son casi diarias y el aprovisionamiento de las posiciones requiere la presencia de la columna y librar combate con el enemigo. Como un chorreo van disminuyendo los efectivos de la Legión y Regulares.

El Atalayón, Caseta del Tren, Sidi-Hamed (solo Manolo, el valiente cantinero, visita a diario la posición)…

Los blocaos, el de la Muerte, Mezquita, Dar Amed (el Malo).

Dar Amed desaparece bajo los escombros. Antes, un Cabo y catorce legionarios, voluntarios,  han ido en su auxilio. Saben que van a morir. El legionario Lorenzo Camps, había cobrado días antes la cuota y no había tenido ocasión de gastarla, hace entrega de las 250 pesetas a oficial diciéndole:

  • Mi teniente, como vamos a una muerte segura ¿quiere usted entregarle en mi nombre este dinero a la Cruz Roja?

Recreación-de-la-gesta-de-TerreroEl cabo que los manda es el legionario Suceso Terreros cuyo nombre figura con letras de oro en el Libro de la Legión.

¡Así mueren los legionarios por España!

¡Casabona! Felicitaciones: ‹‹ Con su indomable valor, con su admirable amor patrio, con su incomparable pericia…››

¡Viva España! ¡Viva la Legión!, grita el bravo Blanes, abanderado de la primera Bandera. Se lo llevan gravemente herido.

Solo se ve a Millán-Astray. Lo manda todo cuando cae herido el bravo jefe de Regulares, González Tablas.

Nador, Tahuima, Sebt y Ulad-Dau…

El ardor de aquellas tierras se humedece con sangre legionaria. Cuatro bajas, veinte, cien bajas… ¡Viva la Legión! ¿Y si no se hubiese creado la Legión?

El 10 de octubre de 1921 es glorioso en la historia de la Legión. El Gurugú, de Segangan a Taxuda. Las bajas se multiplican. El enemigo con gran arrojo ataca por todos lados. Hace falta espíritu más que balas. Hasta los acemileros acuden al fuego.

El pecho descubierto de los legionarios parece blindado con acero

¡En avant! ¡En avant! Grita un legionario francés.

Se lucen las baterías gallegas ¡admirables! Se convierten en la artillería de la Legión.

Monte Arruit ¡al fin! No se puede describir el horrendo cuadro que se presenta. La mayoría de los cadáveres han sido profanados o bárbaramente mutilados… Sobre la fosa común un puñado de tierra. Y una oración legionaria. Porque juntos formamos bandera.

La Legión va creando su historia de bravura y lealtad.descarga

Y así, continúa el relato de guerra. Como entonces fue y como desde entonces se grabó en el alma legionaria. ¡Para siempre!

Pasan los legionarios por la plaza y se escucha a un grupo de soldados la inspirada canción del Legionario, de la que es autor el comandante Cabrerizo. Es uno de los cantos más bonitos hechos a la Legión:

Legionario, legionario,images

Canta alegre tu canción,

Que el cantar es legendario

En nuestra heroica Legión

Soy legionario de España

Que una hazaña sin rival

Daré al libro de su historia

Para ofrendarle la gloria

De otra página inmortal.

Páginas inmortales para nuestra heroica Legión. Tres jefes, los primeros: Millán-Astray, Valenzuela, Franco.2040

Muchos otros hemos mandado las tropas de la Legión. Es el honor de mandar sobre el valor. Nuestra base, la fuente de nuestro hacer, nuestro reglamento y conocimiento, está escrito en los libros y el ejemplo de sus tres primeros jefes: Millán-Astray, Valenzuela y Franco. Son la esencia y el alma de la Legión, lo que fue, lo que es y lo que será.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

26 enero 2020

LA MINISTRA DE DEFENSA Y SUS DECLARACIONES SOBRE ALSASUA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Casa Cuartel de la Guardia Civil en Alsasua

La ministra de Defensa no conoce a los soldados. Quizá no haya tenido tiempo; tan atareada en sus cosas políticas. Un ejemplo son sus declaraciones sobre lo ocurrido este fin de semana en Alsasua. Tampoco se centra en la Constitución, en lo que dice sobre las Fuerzas Armadas. Esas cosas que parecen haber perdido importancia: la soberanía e independencia de España, su integridad territorial y la defensa del ordenamiento constitucional. ¿Qué significará todo eso?

Lo de Alsasua ha sido un toque de atención allí dónde se atacó a la Guardia Civil, también son soldados, donde la convivencia es difícil y quedó rota por los que pretenden, ya sabemos quienes, imponer su ley, imposible, peligrosa, temerosa. Allí la Constitución ni por el forro. Por eso, por si acaso, por esas cosas de la chulería, ¿o de la memoria?, para meter miedo, un cobarde sabe de eso, estaba en Alsasua el Carnicero de Mondragón. Allí donde hay que esconderse a diario y esconder que eres guardia civil o soldado, español, de España, y esconder la bandera, roja y amarilla, la de España. Allí donde hay que buscar a España entre susurros, entre confidencias, esconderla entre las nieblas que tanto duran, que casi son permanentes, como las miradas atravesadas, entre riesgos y silencios, silencios, silencios… Entre permanentes vigilias de sospecha y miedo, donde el ruido de los disparos que asesinaron al guardia civil retirado Sebastián Arroyo González, trabajador de la empresa Igastex de Alsasua, resuenan cada mañana, cada tarde, cada noche. Donde sigue el miedo barriendo cualquier sonrisa, esperanza, que solo se recuperan huyendo, escapando de todo aquello; para poder oír la voz de España. Allí estaba el Carnicero de Mondragón, más chulo que un ocho, cobarde, <<no me arrepiento>>, el asesino de los 17 españoles solo por él asesinados, <<ejecuciones>> le llama el cobarde carnicero, ejecuciones…, amenazante, aquí estoy, ¿qué nos quiere recordar con su presencia?

Saben leer los artesanos del valor heroico; saben leer cualquier signo los que calientan el aire con la mirada… Y saben, nuestros guardias civiles y nuestros soldados,  izar nuestra bandera donde les da la gana y donde les mandaron, porque la victoria es algo que no se compra, sino que se conquista…

Y allí se fueron a la conquista. Unos valientes. Alsasua, territorio de España, la España robada con el tiro en la nuca, la bomba, la persecución, la trampa, el odio, el odio, el odio, nada más que odio.

Allí se fueron unos cuantos españoles, valientes, a decir ¡basta!, que a la guardia civil ni se la toca, que no os tenemos miedo, que aquí está España, y este es mi pueblo, tan español como mi bandera. Y si no os gusta carretera y manta, que se acabó. Que no fue un partido, ni partidista los que fueron. Que la única finalidad partidista es España. Que estamos hasta el gorro, hartos, engañados y muy, pero que muy, hasta…

<<Cada uno sabe a lo que va y lo que busca>>. No le quede duda señora ministra que sabíamos a lo que íbamos y lo que buscábamos: España. ¿Dónde está en Alsasua España?  Perdida, amenazada, escondida, temerosa, huída, acorralada, casi vencida. Lleno de Alsasuas está España. Todavía. Algunos no se han enterado. Algo habrá que hacer.

No se ha ido a crispar, ni a amenazar. ¿Chulear?: ellos. ¿Amenazar?: ellos

Le recordaré, señora ministra, que son cientos los soldados y guardias civiles asesinados por ETA simplemente por ser soldado, guardia civil de España.

También niños, policías, jueces y magistrados, políticos, y muchos ciudadanos. Si ahora no matan amenazan. A mil han asesinado.

Le recordaré que el último Caballero Legionario al que se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando fue Juan Maderal Oleaga, un hombre sencillo, de una familia humilde de Bilbao; tenía 21 años cuando murió. Fue en Edchera el 13 de enero de 1958. En su barrio, Erandio, recibió el homenaje debido dando su nombre a una plaza y erigiendo en ella una estatua. Pero apareció la repugnante alimaña vomitando sus entrañas de odio, la ETA, amenazando por el homenaje a Juan Maderal acusándole de haber participado en la Guerra Civil cuando por entonces ni había nacido. Aprovechando una manifestación  arrancaron  de cuajo el monumento erigido en su nombre arrojándolo al Nervión. No contentos con la amenaza e impotentes ante el héroe, el 17 de Marzo de 1979 tres cobardes encapuchados acribillaron a balazos, cuando se dirigía a su trabajo, a su hermano José María Maderal Oleaga Presidente de la Hermandad de Antiguos Caballeros legionarios de Vizcaya. Era el hermano de Juan quien había despertado la vocación legionaria del héroe de Edchera. Siete impactos de tres alimañas etarras acabaron con su vida.

La estatua de Juan se encuentra en la Brigada de La Legión en Almería, junto a sus compañeros legionarios, en formación apretada y distinguida donde sólo caben los héroes que dan la cara. Está mutilada porque así salió del fondo de las aguas del Nervión donde ha quedado su desnudo brazo para vergüenza de los asesinos.

Este recuerdo como el de los cientos de asesinatos cometidos por la ETA es lo que sabemos y nunca olvidamos. Por eso sabemos muy bien a lo que vamos y lo que buscamos. Se llama: España. Se llama la unidad de España, su integridad territorial y el orden constitucional. Eso buscamos y deseamos. En Alsasua o en las Ramblas, el orden y la Ley. Ni GAL ni diálogo, ni trato o negociación, nunca olvido; solo la Ley, estrictamente la ley.

Siento decirlo, pero la ministra de Defensa, como el de Interior, han estado desafortunados. Mejor callados y en defensa de España. ¿O resulta que ahora y siempre se ha acabado poder pronunciar el nombre de España en cualquier lugar de España?¿Eso significa crispación? ¿A quién he de temer? La democracia significa perder el miedo. España ya no lo tiene.

La ministra de Defensa con el líder de Podemos

Más Alsasuas se hacen necesarias, más veces, allí hay que estar, donde el miedo barría las calles; y algo más insoportable: segaba y barría la vida de los españoles.

Iré donde con mi bandera donde me dé la gana porque la victoria es algo que no se compra, sino que se conquista…

Y allí se fueron a la conquista. Unos valientes. Alsasua, territorio de España, la España robada con el tiro en la nuca. Le guste o no a la señora ministra de Defensa y al señor ministro del Interior. La próxima vez quedan ustedes invitados. Por España.

Recuerde: <<Solo digo mi canción a quien conmigo va>>.

Oiga el murmullo de sus soldados. Escuche su canción.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

7 noviembre 2018

LEGIONARIOS DE HONOR. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

IMG_2232Legionario y honor, dos palabras unidas por un vínculo indestructible. Decir legionario es decir honor. El que ha sido o es legionario, no necesita más título que el de Dama o Caballero Legionario. No hay mayor honor que el haber servido en la Legión y el grado más elevado es morir en combate.

Si esto fuese palabrería mejor que no existiese la Legión. Cerca de 10.000 muertos y más de 45.000 bajas nos lo demandan. Es el honor al que nos debemos y la exigencia que contraemos.

Mientras no haya combate, el legionario entrega la vida en cada actividad que desarrolla, desde la más humilde a la más gloriosa, que todas son igual de honrosas cuando se hacen con devoción y dedicación.73_BANNER_CENTENARIO

El título de Legionario de Honor es una concesión que se hace a favor de alguien que demuestra que su vida está enmarcada en el Credo legionario, que ama a la Legión como si realmente legionario fuera. Concesión para aquellos que sin ser legionarios demuestran a diario unas virtudes dignas de esta hermandad, militar, guerrera y heroica, donde se da culto al honor, al valor y a la amistad.

credolegionariooriginalne0¿Por qué el título de Legionario de Honor? Por amor a España y a la Legión. Pero nadie ama sí no está dispuesto a dar la vida por lo que ama. Estas son las razones y las obligaciones de un legionario de honor: Amar a España y a la Legión, y estar dispuesto a dar la vida por ello.

La historia del título de “Legionario de Honor” es inherente a la fundación de este Cuerpo. Desde que se funda la Legión muchos son los que quieren ser legionarios y por distintas razones no pueden vestir la camisa verde. Son vocaciones que quieren adentrarse en ese misterio de vida y muerte, de humilde y sencillo heroísmo. Repasad el Credo de la Legión. ¡Cuántos se ven allí reflejados! Es un Credo para los luchadores de la vida, los aventureros, los soñadores, los esperanzados y también para los desesperados. Es una escuela de vida que te prepara para afrontar la muerte. Por eso a ella se apuntan los que vestirán la camisa verde y los que, sin lograrlo, visten su corazón con ella. Son los “Legionarios de Honor”, unos con título reconocido y otros con un título más grande si cabe, el testimonio de su vida. De ahí que pronto se instituyese esta bella costumbre de nombrar legionarios de honor. Era la forma de aunar sentimientos y crear hermandad alrededor del amor a España y a la Legión. Nunca cerró las puertas el corazón legionario a aquellos que querían penetrarlo y sentar plaza entre sus latidos.

El 23 de diciembre de 1921 el ilustre periodista José Ortega Munilla, padre del universal José Ortega y Gasset, llega a Ceuta y es invitado por Millán-Astray a visitar la Legión. Allí el Jefe de la Legión filió al periodista entre los legionarios. ¿Fue el primer legionario de honor? Aceptémoslo así.2

Merece la pena detenernos en las palabras que en su crónica en ABC escribe este primer legionario de honor:

Desfilaron las tropas legionarias. Su teniente coronel, Millán-Astray las mandaba con voz aguda y vibrante, que a veces me pareció el sonido de una corneta que formulara vocablos castellanos…

Allí me confirió Millán el honor de filiarme entre los legionarios, y me regaló el capote con que cubrí mi persona…

Hace falta algo de anómalo en la psicología para que lo imposible sea posible”.

“Saludo al nuevo legionario”, le grita un oficial y Ortega Munilla contesta:

“Sois la fuerza suprema, sois la vibración de una voluntad potentísima. Brindo por vuestras proezas, que han de ser grandes. Yo ya no puedo ser sino el legionario de mis nietos”.

Don Rafel Fernández de Castro(con brazalete negro)

Don Rafel Fernández de Castro(con brazalete negro)

Tuvo en aquellos tiempos que haber más nombramientos, aunque el largo periodo de la Campaña de Marruecos no permitiría otra cosa que no fuese combatir.

El primer título del que se conserva copia es de fecha 1 de agosto de 1929, concedido a otro ilustre periodista, natural de La Coruña, como nuestro fundador: Rafael Fernández de Castro y Pedrera. El título constituye un precioso documento de gran valor histórico y sobre el que se inspira el que se entrega actualmente. Decía:1

Se autoriza al interesado con arreglo a las costumbres establecidas a disfrutar de los derechos que en virtud de este grado se le confieren de cantar nuestro himno, rezar y observar nuestro Credo, poder dedicarse a la captura y transporte de tablas y tableros, sentirse farruco y dar el grito de “A mi la Legión” si las circunstancias lo exigieren”.

Actualmente modificado dice:

“Que autoriza al interesado, con arreglo a las costumbres establecidas, a disfrutar de los derechos que en virtud de este grado se la confieren de cantar nuestro himno, observar nuestro Credo y con el gorrillo legionario, dar los vivas reglamentario, a España, al Rey y a la Legión”.

Sólo el General Jefe de la Brigada de la Legión, responsable institucional de todas las unidades de la legión, puede conceder este título. Y lo hace bajo criterios de enorme rigurosidad y exigencia.

No es un título para exhibir, ni para guardar o presumir. Muchos nombres famosos llevan este título concedido con generosidad por la Legión. Pero no es al nombre a quien se da un título, sino al hombre y sus virtudes. Es un compromiso que se contrae. Una exigencia que te obliga a decir constantemente “por España”, “por la Legión”, a cumplir y a vivir bajo los espíritus de su Credo. La honradez y el honor obligan y obliga también a la Legión, como si entre ambos hubiesen sellado el Espíritu del Credo, el de “Amistad”, de juramento entre cada dos hombres. No es necesario vestir el uniforme legionario. Te imponen su gorrillo que cala hasta los tuétanos. Lo notarás en el momento de la imposición y si no es así, mejor que renuncies.

Si alguno esconde el título, lo incumple o simplemente se olvida de lo que significa, allá él y su compromiso de honor. Honra a quien lo recibe y deshonra a quien lo incumple.

10406456_465715233531625_8063872497858607900_nDecíamos ¿Por qué el título de “Legionario de Honor”?: Por amor. Amor a España y amor a la Legión. Nadie ama, ni sabe lo que es el amor, sí no está dispuesto a dar la vida por lo que ama. Estas son las razones y las obligaciones.

No entra dentro de las obligaciones, pero quizás sería bueno también formar unidad entre todos los que ostentan este honroso título:

Legionario de Honor”.

General Rafael Dávila Álvarez (R.) (Jefe de la Legión 2001-2004)

A lo largo de mi mando de la Legión concedí varios títulos de «Legionario de Honor«. El que recuerdo con más fervor legionario y ejemplo de amor a España y a la Legión, es el que concedí a Doña María del Carmen Valentín Sánchez, «Dama Legionaria de Honor«. Fue el 8 de marzo de 2003. Su sangre corre por las venas legionarias. Su marido fue Caballero Legionario alcanzando el empleo de Comandante de la Escala legionaria y sus cuatros hijos, Vicente, Carlos, Victor y Juan, Cabos Caballeros legionarios. ¿Se puede dar más por la Legión? ¿Se puede amar más después de dar lo que más amas? Ejemplo y virtud Doña María del Carmen. la Legión se siente orgullosa de usted. Usted es Dama Legionaria de Honor pero es más, es ejemplo de «Honor» y es  la Legión la que tiene el honor de tenerla  entre sus filas.

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19 agosto 2018

¿POR QUÉ NO SE LO PIDES AL PADRE HUIDOBRO? CARTA AL PAPA FRANCISCO. SOLDADO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El Páter Huidobro Capellán de la Legión

Hoy es el aniversario de la muerte del Padre Huidobro.

Fernando Huidobro Polanco, de la Compañía de Jesús, Capellán de la Legión, de la IV Bandera de la Legión, muerto en el frente de Madrid el 11 de abril de 1937.

Se inició su causa de beatificación en 1947 siendo Papa Pío XII quedando paralizado el proceso con Juan XXIII sin que haya una clara explicación sobre ello. Creemos que el pontificado del Papa Francisco, jesuita como el Páter Huidobro, sería un buen momento para reabrir o impulsar el camino de la beatificación del Capellán de la Legión: <<Legionario y Santo>>, como quedó proclamado entre los legionarios.

Algo deberíamos hacer para dar ese definitivo impulso, desde la devoción y el agradecimiento a su bondad, y con ello ver de nuevo el camino abierto para la santidad del Padre Huidobro.

Cada uno de nosotros podríamos escribir pidiéndoselo al Papa Francisco. De legionario a jesuita, que ellos saben de disciplina y de compañía, como la del bravo capitán Íñigo de Loyola que fue su fundador y Santo. Puede que el Papa Francisco haya oído hablar de aquel joven páter legionario. Al menos preguntará y hasta puede que, Camino del Centenario de la Fundación de la Legión, nos llevemos la alegría de ver de nuevo impulsado el <<proceso sobre la Fama de Santidad, Virtudes y Milagros del Siervo de Dios P. Fernando Huidobro, Capellán legionario de la Compañía de Jesús>>.

Podríamos intentarlo. Miles de cartas legionarias enviadas al Vaticano. Alguna caerá en el buzón adecuado. Y si se pierden no se preocupen, aparecerán algún día en el Cielo. Cada carta es una oración y estas llegan sin duda a Su destinatario.  

Carta al Papa Francisco

Su Santidad: Os escribo con humildad y respeto para recordaros que un soldado de Cristo, de la Compañía, sí Santidad, de Vuestra Compañía, en la que Su Santidad milita, la de Jesús, fue Caballero legionario y quiere ser Santo. Bueno lo de ser Santo es cosa más bien nuestra, de los legionarios, Santo oficialmente porque para nosotros, en nuestro día a día, ya lo es, pero la Santa Iglesia abrió el proceso para su beatificación en 1947 y poco más tarde se detuvo sin que hasta hoy se haya vuelto a saber nada de él. ¿Podría Su Santidad preguntar por este asunto? Perdone por el atrevimiento debido al amor y al impulso imparable que siempre tiene un legionario. Ya sabe Su Santidad que un soldado a la hora de pedir lo hace siempre con fe, como la del Centurión que pedía por uno de sus hombres… <<No soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.

Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace>>.

Diga Su Santidad una sola palabra y el proceso de beatificación volverá a ponerse en marcha.

Su Santidad: Podría contaros muchas de las actuaciones de valor y amor al prójimo, fuese quien fuese y pensase como pensase, del Páter Fernando Huidobro, pero no quiero haceros perder Vuestro valioso tiempo sino solo que Su Santidad fije en Su memoria la figura de este cura, de vuestra unidad, jesuita y legionario.

Por ello termino con unas palabras que le dedicó un cronista de aquella terrible Guerra Civil, entre hermanos, de la que pretendemos aprender y olvidar bajo las enseñanzas y actuación de hombres como nuestro capellán, el páter Fernando. Lo escribió el periodista Víctor Ruíz Albéniz con seudónimo Tebib Arrumi. Se preguntaba por el Crucifijo del Padre Huidobro:

<<¿Qué habrá sido de él?… ¿No habrá alguien que lo recogiera y lo haya conservado como lo que es, como una reliquia sagrada de la Patria y la Legión?… Porque sobre aquel Crucifijo se posaron centenares de veces millares de labios que lo besaban antes de ganar nuevas glorias para la Patria. Porque sobre aquel Crucifijo se clavaron las miradas turbias por la vaharada de la muerte de centenares de héroes: todos los que cayeron para honrar y laurear la Cuarta Bandera… ¡Porque sobre aquel Crucifijo se incrustó el último aliento de aquel hijo de San Ignacio, émulo de Francisco Javier, mil veces santo y héroe, el legionario D. Fernando Huidobro, que luchaba y vencía con un Crucifijo por toda arma, una sonrisa legionaria en los labios y un ¡Viva España! eternamente resonante en el corazón>>.

Al morir el comandante Jefe de su Bandera dijo de él: <<Acaba de perder la Legión un verdadero Padre; la religión un santo y España un héroe>>.

La Legión ha emprendido el Camino de su Centenario. Será el ya cercano 2020. Tenemos muchas ilusiones puestas en esa fecha. Una de ellas sería ver reabierto el Proceso para la beatificación del Páter de la Legión: Fernando Huidobro y Polanco.

Os lo pedimos Santidad con respeto y veneración, pero con el deseo de que nos escuchéis. Por nuestro Cristo legionario que seguro que está deseando ver a su lado a un legionario Santo.

Así termina mi carta al Papa. Os pido que mandéis la vuestra.

Una dirección y un sello: Su Santidad, Papa Francisco. Palacio Apostólico. Ciudad del Vaticano. 00120.

¡Un intercesor más en el Cielo! Hoy podemos pedir por él. Porque cuando a él le pides siempre está dispuesto a interceder por ti.

Un Cristo legionario. (Foto de Ángel Molinero)

¿Por qué no se lo pides al Padre Huidobro?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com11 abril 2018

¿GORDOS LOS LEGIONARIOS? LO QUE ME FALTABA POR OÍR General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Será el cuerpo más veloz y resistente…

El general Millán-Astray fundador, héroe y gloria de la Legión, cuenta en su libro La Legión cómo después de las paradas y desfile, una vez rota la formación, los Jefes de las Banderas iban a visitarlas, momento en el que se formaba el corro de las quejas y peticiones. Se le conocía como <<el corro de la justicia>>. Todos podían exponer lo que creyesen de justicia. El legionario que quería hablar, autorizado a hacerlo exclusivamente en nombre propio, se cuadraba rígidamente llevando la mano al primer tiempo del saludo indicando así que quería ser escuchado. Una vez autorizado se colocaba en el centro del corro y sin bajar la mano del primer tiempo del saludo exponía su queja.  Pocas había, casi ninguna, por lo que rápidamente se pasaba al capítulo de peticiones: <<Señores, peticiones que no sean de licencia>> y surgían infantiles y sencillas de conceder.

La Legión. Pasillo de fuego

Cuando yo mandaba la Brigada de la Legión quise poner en marcha algo parecido y reunía con cierta frecuencia a los legionarios en el salón de actos para que me presentasen sus quejas y peticiones. Les aseguro que hablaban; con disciplina y respeto, pero hablaban. Nunca hubo una salida de tono y sí muchas cosas que aprender de ellos. En cierta ocasión se levantó un enorme Caballero Legionario de la Unidad de Zapadores. Cerca de dos metros de legionario. Como ellos dicen: un armario. Grande y fuerte. De gordo nada de nada.

Mi general: quería exponerle una queja que tengo sobre la comida.

Reconozco que el tema de la comida es algo muy sensible para todos los mandos y se sigue con especial vigilancia y cuidado, mucho más desde que la comidas están externalizadas con empresas del ramo. Presté mucha atención a aquella petición.

-Mi general, mire vuesensia mi tamaño de casi dos metros; y mire, por poner un ejemplo. Cuando hay pollo en la comida solo me dan medio y como comprenderá vuesensia yo con medio pollo no llego ni a mitad del día.

Pensé que el zapador legionario tenía razón. Fue sencillo buscar una solución.

-A partir de ahora cuando haya pollo tú comerás pollo y medio. Te comerás la ración tuya, la mía y… la de mi ayudante. El ayudante me miró sorprendido al ver que se quedaba sin su ración de pollo por lo que refrendé mi propuesta.

-Pepe ¿verdad que será así?

Mi ayudante, hombre inteligente y con gran sentido del humor,  contestó de forma que solo un legionario sabe hacer.

Patrulla de tiro. La Legión

-Lo que vuecencia diga mi general. Ya sabe vuecencia que a mí no me gusta el pollo.

Decía el general Millán-Astray que la comida es importantísima en la vida en general, pero lo es aún más en el aspecto militar y dentro de él en el legionario. Así es y siempre ha sido. Una preocupación constante en calidad y cantidad. A lo largo de mi vida militar no recuerdo ni una sola queja por la comida.

Tampoco he conocido un problema de obesidad en las unidades. Nunca. Si en alguna ocasión ha existido ha sido en casos muy concretos y que tenían su tratamiento.

¿GORDOS LOS LEGIONARIOS? LO QUE HAY QUE OÍR

Se les ha llamado de todo a los legionarios. Incluso con formas y fondos que mejor no recordar. Nunca a la cara, claro está. Pero llamarles <<gordos>>, sinceramente nunca lo hubiese sospechado. En román paladino: ni se puede aguantar ni lo aguanto. Es simplemente una mentira y grave insulto.

Empezar el día a las 8 de la mañana todas las unidades formadas en chándal para, una vez izada solemnemente la Bandera, dedicar una hora a la preparación física, dura y exigente, no es el mejor camino para la gordura. Después de ese ejercicio continuaba la dura instrucción y adiestramiento diario a golpe de carrera. Un legionario nunca puede ir andando a ningún sitio en horas de instrucción. Se le exige ir siempre a la carrera.

Recuerdo la grabación en la Brigada de un programa especial de la cadena AXN en el que tres jóvenes participaron durante una semana junto a los legionarios en todas sus actividades. Uno de ellos era diplomado en Educación Física (INEF). El primer día que participó en la actividad física tuvo que reconocer a mitad de entrenamiento que aquellos hombres estaban hechos de otra pasta. Con humildad y ante las cámaras reconoció su impotencia, a pesar de su formación y preparación física, para seguirlos a aquel ritmo un lunes a las 8 de la mañana.

¡Legionarios a luchar. Legionarios a morir!

Lo que sí recomendaría para no equivocarnos de actores es que se evitasen esas salidas y desfiles inapropiados de los que en su día fueron legionarios y ahora se prodigan en procesiones y otros actos vestidos de uniforme y creando confusión. Ya me entienden.

¿Gordos los legionarios? ¿Qué es lo que está pasando? Los porcentajes que se manejan del 6% me parecen excesivos. Algo estaremos haciendo mal. No hago mucho caso a las informaciones que se han dado sobre la gordura  en la Legión. No veo noble intención y además no me lo creo. Es necesario que hable quien debe hablar sobre el tema y nos aclare si se trata de una de las famosas fake news de las que nos ha hablado la ministra.

El que piense que con esta medida, mediática por encima de otra cosa, publicada en la prensa y aireada en los telediarios como algo novedoso en los ejércitos está haciendo un bien a la Legión se equivoca. Mejor sería recordar que los legionarios están hoy 12 de enero de 2018 en Irak de donde tuvieron, hace unos años, que replegarse deprisa y corriendo por las órdenes precipitadas e irresponsables de la política al uso entonces.

Que yo vea por aquí engordan muchos y mucho, pero para mí que ninguno es legionario.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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10 enero 2018

 

EL HÉROE DE CAMBRILS. UN LEGIONARIO (Comentario del Día) General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Conviene olvidarlo. Es simplemente un héroe. Su nombre permanece en el anonimato. Así es y así debe ser. Ahora y siempre. No solo por razones de seguridad ni por el evidente riesgo. Tampoco por humildad. Solo porque va implícito en la condición del héroe. Todos los héroes cuando se les descubre, reconoce y condecora, sienten un pudor invencible. Dejémosle en su gesto cotidiano de servicio, en su heroico caminar, en la intimidad de su gesto heroico, para él nada excepcional. No le deis más importancia. Solo imitadlo.

El héroe de Cambrils se enfrentó a cinco terroristas. Al lado estaba su compañera de servicio; herida. Sin dudarlo, con eficacia y prontitud, se enfrentó a la difícil situación y abatió a cuatro de los terroristas salvando la vida de su compañera y la de muchos ciudadanos.

Solo un párrafo para contarlo, unos segundos para ejecutarlo, pero detrás un espíritu forjado en el cumplimiento del deber, una vida entera de servicio.

Nos cuentan que había sido Caballero Legionario. Luego nos dicen que no. Más tarde vuelven a decir…

Yo les digo que sí. Es Caballero Legionario. Se formó y sirvió en la Legión española. Algo eterno y rotundo, irrenunciable. Ahora también Mozo de Escuadra. No es necesario ni conveniente dar su filiación. Así es y así debe ser. Pero ¿por qué no conocer y reconocer que es Caballero Legionario?

Los Mozos de Escuadra son una policía autonómica española perteneciente a  la Generalidad con una preparación y formación del máximo nivel. Lo están demostrando en estos días de especial incertidumbre y dolor por los atentados terroristas en Barcelona. Entre ellos hay antiguos guardias civiles, infantes de marina, legionarios… Excelentes profesionales todos, fieles cumplidores del deber. No hace mucho estuve en una retransmisión televisiva en Barcelona y se me acercaron varios Mozos  que habían servido en la Legión. Allí estaban como siempre, con la misma lealtad y caballerosidad, con el mismo espíritu, el mamado en las filas de la Legión, el engendrado en el profundo seno de su credo. Auténticos legionarios sirviendo a España.

Juan, Andrés, Jordi o Pep. Nos da igual el nombre. Solo queremos que se sepa que ha sido un legionario. Que el héroe de Cambrils, el Mozo de Escuadra, es Caballero Legionario.

¿Es que a alguien le molesta?

Nada importa su vida anterior, pero hay momentos que conviene recordar ‹‹que juntos formamos Bandera que da a la Legión el más alto honor››.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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22 agosto 2017

EFEMÉRIDE DEL DÍA SEMANA DEL 24 AL 30 DE ABRIL IMPOSICIÓN DE LA LAUREADA AL CABALLERO LEGIONARIO MADERAL OLEAGA (General de División-R.- Rafael Dávila Álvarez)

Monumento al Caballero Legionario Maderal Oleaga

IMPOSICIÓN DE LA LAUREADA AL CABALLERO LEGIONARIO MADERAL OLEAGA

El día 24 de abril de 1966 en el acuartelamiento del Grupo de Tiradores de Ifni núm. 1 en Sidi Ifni, se celebra como acto central la Jura de Bandera de los reclutas del primer llamamiento de 1965.

Coincidiendo con este acto, se celebra la entrega por el Comandante Jefe Accidental de la XIII Bandera de la Legión Edchera. El silencio del héroe.‹‹General Mola››, de la Cruz Laureada de San Fernando a los padres del legionario que fue de esta Bandera D. Juan Maderal Oleaga, Dos Vascos Legionarios muerto heroicamente en la acción de guerra del día 13 de enero de 1958 en Edchera (Sahara), recompensa que le fue concedida por Diario Oficial núm. 5 de fecha 8 de enero de 1966. Dos vascos legionarios

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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24 abril 2017