EL PODER AERONAVAL: EL F35 UNA MUESTRA MÁS DE LA GRAVE SITUACIÓN DE NUESTRAS FUERZAS ARMADAS. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

Mi amigo y compañero el coronel del Ejército del Aire y del Espacio, Julio Serrano Carranza, colaborador de este blog y del libro recién editado De soldado a general, me hace saber que en su ejército hay un aforismo que dice «El jamón serrano y el avión americano«. Por algo será.

La Infantería es la reina de la batalla, pero en la guerra, incluso ella, siempre se mira al cielo. ¿Amigo o enemigo?

Tanto para un buen ataque como para una eficaz defensa se necesita superioridad aérea y a día de hoy este es un concepto sin límites en el aire-espacio, por el que todos luchan, el dominio de ese lugar decisivo.

Hemos asistido a guerras sin infantería visible (aunque sobre el terreno haya habido unos «hombrecillos verdes» o asimilados) como la reciente de Irán donde no ha habido botas en el terreno (que sepamos) y donde la primera medida de ataque del ejército de Israel fue acabar con las defensas antiaéreas y con todos los aviones iraníes antes de que ninguno alzase el vuelo. Después, ya el cielo estaba libre y todo era posible para cumplir el objetivo: acabar con su producción nuclear y crear un caos de derrota moral cuyas consecuencias aún tendremos que ver. Una guerra ganada desde el continuo aire-espacio.

La incertidumbre llega sorpresivamente desde ese lugar, aire-espacio, lo que ha llevado a los ejércitos, al menos por ahora, a suprimir las grandes formaciones terrestres de ataque que pueden ser mermadas por un enjambre de drones. La tecnología es una batalla que se libra en las retaguardias para crear una máquina invencible y los parámetros de investigación se centran en plataformas que dispongan de todo el poder, de manera que puedan ejercerlo lejos y con fuerza decisiva. Las formas de destrucción, antes que tener que hacer uso del arma atómica, evolucionan para lograr la sorpresa que consiste precisamente en eso: obligar a combatir al enemigo en el lugar o en el momento para él inesperados o en emplear medios o procedimientos por él desconocidos. Ya los hay solo a la espera de la decisión de usarlos. Sorpresa.

Todo esto como comprenderán es el gran secreto de las naciones que guardan y no comparten o solo lo hacen con naciones en las que tiene confianza plena, fundamentalmente en su política. España no sabe nada. Doy fe.

Queda prácticamente todo dicho. A día de hoy el poder aeronaval, si China no demuestra lo contrario, que no lo hará por ahora, está en los Estados Unidos de América. Nadie se acerca en el escalafón a ese poder tecnológico, ni en cantidad ni calidad.

Una de esas plataformas de poder es sin duda el avión de combate. El de Estados Unidos se llama F35 en sus distintas versiones, dotado de una tecnología incomparable y a día de hoy insuperable. Sin rival. No hay lugar de la superficie terrestre o marítima que no pueda ser alcanzado por el poder de un F35. Cuenta con pocos enemigos para batirle desde tierra, desde el mar o el aire. Su poder tiene pocas limitaciones y está dotado de desconocidas capacidades en guerra electrónica, radar e integración con otras plataformas. Una revolución en el arma aérea. Quedan  muchos años por delante hasta que otro pueda suponer un reto frente a él

Para su proyección cuenta Estados Unidos con bases o instalaciones en cerca de 5.000 lugares repartidos por el mundo además de once portaviones en servicio activo, diez de la clase Nimitz y uno de la clase Gerald Ford.

Que es muy caro es algo evidente, aunque tanto en guerra como si hablamos de disuasión lo barato suele dar disgustos irreparables. Los ha habido cerca nuestra, pero nadie quiere asumir una investigación.

Para defenderse militarmente es necesaria una inversión que exige tiempo y dinero. No se puede estar en la permanente discusión y cambios de criterio que llevan no solo a la indefensión, sino a asumir riesgos para el personal que maneja las armas por su antigüedad y falta de mantenimiento y renovación. Así es la Defensa en España: un capricho político y un interés solo para enriquecerse.

Se supone que la tecnología, las armas y los procedimientos son compartidos entre países aliados. En la armas hay un principio fundamental y es no disponer de diversidad en los modelos para evitar el desconcierto en el abastecimiento y mantenimiento. Una logística única y compartida es la clave para que la maniobra táctica sea sostenida por la logística y ese principio cada vez es más exigente. Europa, y por tanto la OTAN, es un claro ejemplo de incapacidad logística. Hay que acudir al único socio fiable. Todo está basado en el sistema estadounidense y entre el conjunto de sus 32 miembros no hay una total integración ni en armas ni procedimientos. No se comparte tecnología ni se comparte Inteligencia, no hay industria común, solo se trata de aparentar una unidad de combate muy lejos de alcanzar su máxima eficacia. Europa en materia de Defensa es una torre de Babel y no precisamente por sus lenguas.

El caso de España es único en la Alianza por  nuestro particular modo de entender la Defensa. Aquí no hay armas, sino proyectos. Hay planes, magníficos planificadores y mejores soldados, pero no hay ejércitos para el combate ni la disuasión, sino políticos encabezando manifestaciones. Pero hasta en eso hemos sido vencidos por Marruecos. El que quiera entrar que pase, la puerta está abierta. ¿Para qué queremos aviones o portaviones? ¿Mali? o ¿el Báltico? El Mediterráneo nos queda muy lejos. España sufre la lenta derrota, agonía,  de una invasión que afecta a su integridad territorial, a su soberanía y a su cultura y tradición. España no se defiende, sino que hemos aceptado la derrota. O la hemos propiciado.

Hoy, en estas cosas de las armas y la defensa, el protagonista es el arma aérea, el F35 rechazado por España sin una explicación lógica y argumentos de peso, incluso sin haber escuchado la opinión de la Armada y del Ejército del Aire y del Espacio o tomar la decisión contraria con una enorme carga de sectarismo político. Dios quiera que no tengamos que comprobar los errores cometidos en estos últimos tiempos en materia de Defensa, porque lo pagaríamos muy caro. Hacia ello vamos.

Las consecuencias del rechazo de este avión, que es el futuro para nuestro poder aeronaval son graves.

El Ejército del Aire y del Espacio ha trazado un plan para continuar con el F18 hasta 2030 pero es la hora crítica de encontrar su sustituto que a día de hoy no lo hay en el mercado. El proyecto europeo conocido como Sistema Aéreo de Combate del Futuro (FCAS), liderado por Francia, Alemania y España no hace sino acumular retrasos y ambicionar intereses más allá del militar y en cualquier caso no estará operativo al menos hasta 2040. Este ambicioso proyecto tiene como objetivo desarrollar un avión de combate de nueva generación, así como un sistema de sistemas que incluya drones y otras plataformas aéreas. El FCAS se espera que esté operativo en 2040 y busca garantizar la autonomía estratégica y la soberanía tecnológica de Europa. Además, y esto es lo más grave, no existe el proyecto de un modelo de avión embarcado. Por tanto ahí viene lo más grave del abandono del F35: nos quedamos sin poder naval proyectable. No hay avión para sustituir a los actuales Harrier que embarca la Armada. Su sustitución no puede esperar y es urgente una renovación con aviones modernos con capacidad de embarque.  Si no es así perderemos el poder aeronaval.

Los dirigentes políticos están ahora, como siempre, señalados por algo tan grave como dejarnos indefensos, sin disuasión ni credibilidad, sin futuro como nación. La apuesta más inteligente, el F35, ha sido rechazada sin saberse muy bien el porqué, aunque nadie duda de nuestra postura antiamericana. Era la adquisición mejor valorada y casi imprescindible dada nuestra posición estratégica en el sur.

El buque  LHD Juan Carlos I está capacitado  para operar con el F-35B y esa era la apuesta decidida que ahora rompe el ministerio de Defensa sin alternativa a la vista. El Ejército del Aire y del Espacio tendría ya un sustituto del F18 con  las mismas características que la Armada con lo que las ventajas en mantenimiento e interoperabilidad es evidente.

En resumen: adiós al poder aeronaval español y, por tanto al terrestre, a nuestra capacidad de disuasión.

España ha renunciado a su capacidad de Defensa. Siempre nos quedará la Infantería: ustedes, los que aman a España.

No es el problema de uno u otro avión. Es mucho más grave. Es un problema de ideología. El partido en el Gobierno de España, de manera sectaria, sigue la política antimilitarista, antiotan, antialiados con las naciones de su entorno y solo piensa en un mundo donde su poder quede vinculado a una ideología basada en la moda subversiva más reciente por lo que apuesta por una desmilitarización del sur de Europa, que, siendo de su responsabilidad, ha dejado de mala gana y peores maneras en manos del Reino Unido, EEUU y ahora de Marruecos.

Todo ello limitando el poder de otros inocentes (¿o peor?) partidos de la oposición al hacerse de manera sagaz con el poder mediático, el tecnológico y el de las armas. No es necesario repetir los nombres y apellidos de los que ostentan dicho poder. Los repito cada día. La oposición ni se entera porque cuando a ella le toca el turno solo buscan que los generales se pongan firmes a su paso a la vez que acaban con las mejores unidades de la historia. ¿Lo recuerdan?

No. No es el F35 ni un portaaviones, ni tampoco el submarino (si es que lo hay), ni el vehículo para una infantería que va a pie y sin dinero, o con vehículos chinos, sin radios ni municiones. No.

No es perder el control del Estrecho, nuestro mayor poder estratégico; no es tampoco renunciar a Gibraltar y a nuestra integridad territorial por muy grave que sea. Contra ello queda al menos escrito un mandato constitucional que esperamos se cumpla algún día si esto sigue a la deriva.

La gravedad del asunto es ahondar, como intencionadamente hacen, en un antimilitarismo consistente en modelar la mente de nuestros oficiales y suboficiales desde  sus primeros pasos en la Academia para que se sientan menos militares y más gestores; que no piensen en combatir a un enemigo ,sino a la naturaleza, al viento al aire o al fuego. Mentalidad de jóvenes entusiastas de la ayuda humanitaria y del reparto de medicamentos o golosinas, que en el ámbito internacional impartan cursos de español o de costura. Que canten canciones de paz y armonía.

Todo eso está muy bien. Pero eso no es un Ejército.

Me da igual el F35, el portaviones o el submarino, el vehículo terrestre o el calibre de las armas. Me preocupa la irresponsabilidad en la formación de nuestros mandos cuando los relámpagos de la guerra se ven de noche y de día. De esa irresponsabilidad y de otras como la pérdida de la integridad territorial no la tienen solo nuestros políticos.

También la tienen nuestros militares. Que cada cual asuma su responsabilidad en estos tiempos de incertidumbre y desolación para la unidad de la patria. España.

Para Golpe de Estado el dado en octubre de 2017 y aprobado ni más ni menos que por un Tribunal Constitucional. Es un ejemplo de que no hay necesidad de ningún golpe a lo militar. Algo vetusto y demasiado novelado. Solo es exigible que cada cual cumpla con su deber que en la Constitución está tan claro que ni a los niños de primaria hay que explicárselo, aunque el llamado Tribunal Constitucional no lo entienda.

En el negocio de las Armas hay mucho golpista enmascarado que juega al borde de las fronteras. Armas sin frontera.

Como punto final debo decirles que me queda una gran duda: ¿será que no queremos comprar el F35 o realmente es que los Estados Unidos de América no nos lo quiere vender.? Dado el peso que tenemos internacionalmente en lo político-militar y lo fiables que somos, adivinen ustedes.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

13 agosto 2025

 

 

ESPAÑA AL BORDE DE LA RUPTURA. ¿QUÉ DICEN LOS MILITARES? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Silencio: se rueda.

La situación requiere ir más allá de lo cotidiano porque no vivimos en la normalidad, sino en un Estado alarmado, al que el Gobierno de turno ha metido mano en todas las áreas, de lo que no se libra ni la mismísima Jefatura del Estado.

Todo lo tocan, llegan a lugares que no les corresponde, y allí, donde hay que andar con más cuidado, hacen uso y abuso de la autoridad del nombramiento, o dicho de otra manera del chantaje del ascenso o destino. Es una política del control de todo poder a base de la colocación después del análisis del candidato. Infiltración. A veces eligen entre lo más corrupto del sistema. Eso sí, sin querer queriendo.

El mayor ejemplo de esa política de colocación está en el Tribunal Constitucional, no solo por el nombramiento de su presidente y componentes, sino por convertirlo en jurisdiccional.

Las Fuerzas Armadas no escapan a este indecente juego de la política y ahora no solo tienes que ser bueno, sumiso y manejable para ser general, sino que además debes de tener formación de «Director» y olvidar la de «General». Se miran unos a otros y hay desconfianza. Lo siento. Que cada palo que aguante su vela.

Todo empezó cuando desde Túnez el extraño personaje entonces presidente del Gobierno de España por accidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se subió al púlpito de esa religión extraña que practica y arremetió contra todas las naciones de Occidente como si él fuese el gran enviado y que, como se ha visto, solo trajo desaprobación internacional y desprestigio para las Fuerzas Armadas a las que irresponsablemente convirtió en una oenegé no fiable más allá de nuestras fronteras. Su ministro de Defensa se encargó de manipular a los generales y hacer uso de las Fuerzas Armadas como un cortijo donde su doctrina de enseñanza y futuro tenía como primer objetivo desmilitarizar todo lo militar. Era el trabajo encargado a aquel ministro que cambiaba a su antojo los ritos y tradiciones militares, y que contó con el apoyo de algunos uniformados que incluso intentaron ocupar mesa y mantel en el lugar de honor de la OTAN. El rechazo internacional está a la vista cuando se nos vetó clamorosamente en lo militar; como no podía ser de otra manera. El equipo del señor Bono estaba al descubierto y no engañaba a nadie. Así nos ha ido; desde entonces las Fuerzas Armadas no levantan cabeza y cuando recobramos el prestigio perdido, cuando remontábamos, hubo la posibilidad de nombrar al General de Ejército Fernando Alejandre presidente del Comité Militar de la OTAN, pero todo se vino abajo al entrar los actuales dirigentes de Defensa. La gran oportunidad perdida. En todos los sentidos.

Si no es por el fervor a la nación, el respeto y la vocación de los jóvenes oficiales, suboficiales y tropa, a los que es imposible engañar, y saben muy bien lo que es el compromiso de servir a España sin tintes políticos y lo que significa el deber contraído al Jurar Bandera, la situación se habría precipitado. Seríamos una impecable oenegé con simbólica  representación militar.

Ni aquí ni allí, ni en Valencia ni en La Haya. ¡Qué desastre!

Unas Fuerzas Armadas tan manipuladas como el conjunto de las instituciones.

Las derivadas de toda esta situación no pasan desapercibidas para los profesionales, pero nadie habla alto y claro de todo lo que está ocurriendo en estos nefastos años.

Desde el punto de vista internacional es de tal gravedad que nos lleva a situaciones como la indefensión por el sur, allí donde tenemos el más valioso de nuestros poderes estratégicos en lo militar y por tanto en lo político y económico: el Estrecho de Gibraltar, en su angostura. Lo hemos perdido y está controlado, además de ocupado desde dentro (cuidado con este aspecto), por el Reino Unido, Estados Unidos y Marruecos. Esto es suficiente para que al hablar de los silencios militares debamos llamar la atención de la gravedad del reciente «acuerdo para el acuerdo» con Reino Unido sobre  Gibraltar que tan detalladamente ha sido explicado en este blog por el Capitán de Navío Ángel Liberal Fernández. Explicaciones que han llegado a altas magistraturas del Estado y que tiemblan al descubrir la mentira y traición que encierra el hipotético acuerdo.

Conscientes somos de que alguna de estas autoridades ni se imaginaba lo que esconde: vulnerar nuestra integridad territorial. Es decir, desde el mismo Gobierno se va contra la Constitución, se renuncia a restaurar la integridad territorial, se engaña a las Fuerzas Armadas y aquí no ha pasado nada porque nadie se ha enterado de nada. Mientras esto se acordaba, los submarinos nucleares británicos se proveían de misiles Tomahawk en la base militar de Gibraltar a la vista del todo el mundo. ¿Habrán participado en el ataque a Irán? ¿En el Parlamento español alguien ha preguntado sobre tan graves hechos? ¿España estaba informada?

No creo que diga ningún disparate si traigo a colación el artículo 8 de la Constitución que habla de quiénes son los responsables de mantener la integridad territorial de la nación, aunque suena a tomadura de pelo cuando resulta que el mismísimo Gobierno puede abandonar territorio así por las buenas, con o sin Parlamento, con o sin Fuerzas Armadas, con o sin Jefatura del Estado, con o sin Mando Supremo de las Fuerzas Armadas. Con o sin Schengen. Así que ¿para qué seguir? Vendrán detrás Ceuta, Melilla y Peñones. Tiempo al tiempo. Granada en peligro. Hasta Toledo. Como París.

Dejémonos de acuerdos y mentiras. Este Gobierno renuncia de hecho a reintegrar Gibraltar a España y está dando los primeros pasos. Nadie se opone, los españoles lo desconocen y la oposición está a otras cosas. Pero los militares deberían decir algo. Aunque solo sea porque se les nombra en el Título Preliminar de la Constitución y allí se les marca su misión principal. Que por nosotros no quede. Podría ser tan grave como no haberse enterado que pretenden que nos olvidemos de una parte de nuestro territorio, el que nos pidan, a las buenas o a las malas, por ejemplo Gibraltar. Asumamos que España empieza a ser carcomida por el sur desde Gibraltar, por el istmo penetran hasta Sotogrande y Málaga; por ahora.

Simple ejemplo de la ruptura del artículo 8 de la Constitución española. Olvidado. Dinamitado desde dentro.

Pero la cosa no queda ahí. Hemos sido derrotados por el Golpe de Estado dado por los independentistas catalanes en 2017, indultados y amnistiados. Admitimos a los terroristas en las instituciones por ordeno y mando de un Tribunal Constitucional que se atrevió a enmendar al más alto Tribunal Jurisdiccional.

Los Ejércitos y la Armada son unos grandes desconocidos que se mueven al orden cerrado que les marca un Gobierno antimilitarista que les acaba de dejar en ridículo frente a la OTAN y para más inri nos quedamos sin armas y municiones al romper los recientes contratos con Israel y no existir nadie que los sustituya en capacidades. Desarmados.

Me veo en la obligación de preguntar si entre los Ejércitos y la Armada, allá por las alturas de la llamada Cúpula Militar, alguien se ha hecho las preguntas pertinentes ante tales desmanes, si es que se han dado cuenta de ello. ¿O forma parte de la Política de Defensa que dirige el ministerio desde su Dirección General? Porque bien está que nada sepamos y que estas cosas se hablen, si es que se hablan, en voz baja en los despachos, pero no vemos consecuencias. Ni dimisiones. Solo tragaderas.

Tenemos el mejor Ejército desde los Reyes Católicos. Dicen. Podría ser. Sobre todo ahora que nos hemos quedado sin armas, sin munición y nos enfrentamos a un enemigo fantasmal, interno y externo, sin armas ni municiones. Desarmados materialmente. La oenegé está sin pistolas.

¿Moralmente?

Déjenme que les cuente. No se engañen. No es oro todo lo que reluce. Lo nuestro no es un problema del 5% ni del 2%. No. Es un problema ideológico de rechazo absoluto de los Ejércitos. Repito: rechazo absoluto. El 2% y el no al 5% responde únicamente a un problema de corrupción moral, como es la pretensión de dominar desde el partido la industria del armamento fusionando desde la tecnológica, ya en su poder, la industria de armamento en una empresa concreta que ahora se posiciona como líder del mercado español,  con todos los apoyos institucionales y cuyo presidente se autocompra su empresa. No miren en otra dirección. Por cierto hay que revisar a fondo las puertas giratorias y los puestos de honor que ocupan nuestros retirados soldados de alto rango. ¡Premio!

Además de la corrupción ahora se debilitan cuando les está fallando la pata que sostiene su guerra ideológica, la cognitiva, a través de lo mediático, y en ello están por un quítame unas acciones de un socio francés que habla de libertad de información. ¿Eso qué es para ellos?  Humo.

Al final todo esto nos conduce a organizar esas Fuerzas Armadas prefabricadas por estos gobiernos socialistas que tan alérgicos son a las Fuerzas Armadas organizadas y estructuradas bajo la virtud. Prefieren y recuerdan las dirigidas por sus comisarios políticos con mono azul y pistolón al cinto, eso si, siempre desde la retaguardia. A día de hoy las pintan y desfiguran alejándolas de su misión principal, la que el Gobierno incumple sistemáticamente, y las entretienen con misiones secundarias lejos de nuestros intereses como nación.

En fin queríamos saber lo que piensan los militares y seguimos con la duda, aunque me permito sugerirles que se asomen al libro que acabamos de publicar con la colaboración de mis compañeros de Armas: DE SOLDADO A GENERAL. Descubrirán algunas opiniones.

Puede que sean solo las de unos pocos, pero sin duda muy consolidadas y rigurosas.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 julio 2025

 

ESPAÑA EN MANOS DE UNA BANDA CONSTITUCIONAL. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Es conocido el proverbio latino Inter arma enim silent leges (En las guerras las leyes callan). No hemos pensado un momento siquiera que en la paz supuesta que impone una democracia, cuando un parlamento es okupado por transformados representantes, las leyes son manipuladas y no callan sino que son sustituidas por una corrupción generalizada que abarca a todos los Poderes. Ninguna Institución se libra.

Dan miedo los representantes cuando lo son de ellos, única y exclusivamente, de su peor condición, y dividen entre los suyos y los otros. Porque eso ocurre cuando ya no hay Estado, solo unos que gobiernan con todo el Poder dejando detrás de ellos al Estado que solo aparece en días de fiesta, eso sí con soldados y banderas y un jefe al frente. Ni uno ni los otros van más allá de una teoría obligada de la Defensa cuando el supremo gobernador se ha hecho dueño del ataque y la defensa.

La mayoría de los señalados por encima del Estado son hombres que no poseen la más mínima dignidad personal con la que poder afrontar su papel político. Pero ahí están como fiel reflejo de lo que dice su mayoritaria voluntad. Dudo mucho de que la corrupción se exprese en esos términos.

Ahora, cuando creíamos que estaba España a punto de que el prodigio sucediese, es cuando están más fuertes porque ven muy cerca la amenaza. Es el momento peor. Se ven vencidos, han roto España y no tiene perdón. Saben que les han cercado. Nunca ataques a los desesperados. Morirán contigo. Dales una salida porque son más rebaño, más unidos y próximos a su mastín protector. «No fuerces hasta el límite a un enemigo que se encuentra en una situación apurada«. Ten cuidado con los cebos que te presenta. Nada une más que la corrupción, un vínculo más fuerte que el familiar. Máxime  cuando es moral.

Todo es un circo ambulante  compuesto por titiriteros que logran que las cabras suban a la silla mientras suena una música como los cánticos de la Odisea.

Leo los artículos 1 y 2 del Título Preliminar de la Constitución y no necesito más para saber donde estoy y con quién me las he de ver.

TÍTULO PRELIMINAR

Final del formulario

Artículo 1

  1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
  2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
  3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

Artículo 2

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

 

Nada es cierto. En el pueblo español no reside soberanía ninguna cuando los que gobiernan hacen su política, incluso en lo fundamental, sectorialmente,  para ellos y sus creencias. Es decir que gobiernan para la mitad, más o menos, mientras los otros son olvidados cuando no perseguidos. No hay Constitución, sino interpretación. Habrá normas jurídicas, insignes juristas, constitucionalistas, pero la cruda realidad es la ley de cada día, lo que se vive cada día. No hay más ley  que la imposición lo que está muy alejado de la división de Poderes y es así como  la dictadura se materializa con un Parlamento y un Tribunal Constitucional en mayoría sectaria. Todo dispuesto para el Golpe de Estado. Hasta la corrupción queda avalada por el manto constitucional en forma de amnistía.

En el Rey todo es discrecional. Culmina lo que otro decide dándole con su firma acto estatal, con la solemnidad propia. Más allá de los consejos y sugerencias regias hay poco, aunque sea una labor muy firme, decidida y trascendente. Muy limitada e incomprendida en periodos convulsos como el actual. Es difícil su labor de arbitraje y moderadora dado que su mayor función es la simbólica.

En la cotidianidad de la vida política no surgen interrogantes, hay ceguera constitucional y todo lo asumimos en aras a vivir entre el rebaño, aunque sea en un pasto distinto al que marca la Ley con tal de permanecer alimentado y esquilado. Lo malo es cuando viene el lobo y el mastín lleva bozal.

La forma política actual del Estado, la Monarquía, en su simbólica encarnación de todo un pueblo, ha sido intencionadamente puesto en duda y dividido entre regiones, incluso fomentado que no es el Rey de todos los españoles. Ello rompe la realidad interior y exterior de España y sobre todo acaba con la idea de España.

Eso es lo que se ha materializado después de la palabra del símbolo aquel 3 de octubre ante el Golpe de Estado dado desde la Generalidad de Cataluña. Todo ha seguido igual, los pasos de la ruptura con España avalados por  el Tribunal Constitucional. La figura del Rey, simbólica, desde luego, queda dañada, porque el símbolo ha sido atacado. Una nación se simboliza en su idioma, la bandera, su himno, y España en su Rey. Allí nada de eso queda.

La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de España.

Se atentó contra todo ello. Se delinquió desde dentro. Se juzgó para después borrar el delito. Se manipuló al Poder Judicial. No pasó nada. No hubo delito y si lo hubo queda borrado, olvidado, podemos ya dar el paso siguiente y volar la Constitución, su forma de Estado, sus Ejércitos, su Historia, su idioma y hasta su territorio. Lo ha dicho el Tribunal Constitucional. La Constitución es muda.

No hay fundamento, por lo tanto no hay Constitución, no hay Ley, sino interpretadores que avalan el delito y al delincuente, aunque este sea el Poder Ejecutivo.

Inter arma enim silent leges (En las guerras las leyes callan).

Lo que es rotundamente cierto es que en España las leyes se han silenciado, manipulado y adaptado a un Gobierno que puede estar inmerso en traición.

Desde luego camina entre el deshonor y la impunidad. Veremos hasta cuando, porque no todo está perdido ni todos dispuestos a perderlo.

Ya, al parecer, todo lo que diga la Constitución no es reconocible ni a tener en cuenta, pero es entretenido leer el artículo 102 del Título IV. Del Gobierno y de la Administración. Háganlo.

Las leyes callan.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

30 junio 2025

 

 

UN PUEBLO Y UN EJÉRCITO CONFUNDIDOS POR SU CONSTITUCIÓN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Cuando hablamos de la integridad territorial, tan en duda, tan cuestionada, conviene saber de qué estamos hablando. Nos lo figuramos, pero no está definido.

Es importante ya que constituye una de las misiones que la Constitución asigna a las Fuerzas Armadas: «…garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional»(subrayado propio).

Nuestra actual Constitución guarda silencio sobre cual es el espacio físico donde se ejerce la soberanía nacional, es decir que no determina cual es el territorio del Estado. Sí lo hicieron la Constitución de Cádiz de 1812 (art. 10) y la Constitución de la Segunda República de 1931 (art. 8). La actual se limita a hacerlo de manera indirecta al hablar de las circunscripciones electorales (arts. 68 y 69)

El territorio del Estado es «el espacio físico (terrestre, aéreo y marino) donde se ejercen las competencias y funciones del Estado, con exclusión de análogos poderes por parte de otro Estado o sujetos internacionales».

¿Integridad territorial? ¿Cuál es el territorio nacional?

Cuando las cosas están claras no parece necesario insistir en esa realidad física, jurídica e histórica. Todo se complica cuando vives en constante conspiración y es la propia Constitución la que abre sus puertas a la libre interpretación con el confuso e intrigante término de «nacionalidades» junto a su fundamento: «se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles», es decir que todo apunta a pretender justificar lo injustificable: «a la vez que reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas». Todo un lío sin aclarar ya que nos pone abiertamente ante la necesidad no solo de definir, con rotunda claridad, a qué territorio abarca, sino también de definir los mecanismos para evitar que el principio y fundamento en el que se apoya se venga abajo. El territorio es una realidad física y jurídica que debe ser definido y protegido. Ni le hemos definido ni protegido. Parece intencionado.

Es difícil saber cual es tu nación si no está escrito en algún lugar, si ninguna ley dice cual es el territorio nacional. Ese espacio terrestre, marítimo y aéreo que conforma la identidad nacional y del que ni un metro cuadrado has de abandonar, máxime cuando es la misma Constitución la que ordena defenderlo como misión principal de las Fuerzas Armadas. «…defender su integridad territorial».

¿Cuál es el territorio? ¿Integridad territorial? ¿De qué territorio hablamos?

Todo está en el aire.

Me preocupa ver que la Constitución dice una cosa y la contraria y que su interpretación está en manos del partido (s) político gobernante, es decir que no dependemos de la Ley sino de la trampa.

Lean ustedes e interpreten antes de que sean otros los que lo hagan.

Constitución española de 1978 (el subrayado es propio).

Artículo 94- La prestación del consentimiento del Estado para obligarse por medio de tratados o convenios requerirá la previa autorización de las Cortes Generales, en los siguientes casos:

  1. a)Tratados de carácter político.
  2. b)Tratados o convenios de carácter militar.
  3. c)Tratados o convenios que afecten a la integridad territorial del Estado o a los derechos y deberes fundamentales establecidos en el Título I.
  4. d)Tratados o convenios que impliquen obligaciones financieras para la Hacienda Pública.
  5. e)Tratados o convenios que supongan modificación o derogación de alguna ley o exijan medidas legislativas para su ejecución.
  6. El Congreso y el Senado serán inmediatamente informados de la conclusión de los restantes tratados o convenios.

Todo ello sin olvidar el artículo 95 que dice que: «La celebración de un tratado internacional que contenga estipulaciones contrarias a la Constitución exigirá la previa revisión constitucional» está en manos de ese llamado Tribunal Constitucional Ad hoc: «El Gobierno o cualquiera de las Cámaras puede requerir al Tribunal Constitucional para que declare si existe o no esa contradicción».

No dispongo de la preparación jurídica necesaria, pero interpreto -corríjanme si me equivoco- que se puede ceder territorio nacional mediante un «Tratado» y además por mayoría simple. Es decir que la Constitución se fundamenta en «la indisoluble unidad de la Nación española» y «la defensa de la integridad territorial» es misión de las Fuerzas Armadas, pero es un camelo que nos han contado ya que la misma Constitución permite, por mayoría parlamentaria, deshacer eso que llamamos «integridad territorial» recurriendo a lo que llaman -vaya usted a saber- un tratado internacional. Inaudito tener una Constitución adaptable a la interpretación sesgada de unos teóricos magistrados afines al Gobierno de turno y que abra paso de manera sutil y dudosa a romper con la integridad territorial. ¿En qué quedamos?

La irreductibilidad de España, su integridad territorial, su fundamento, y hasta la integridad territorial de todas su provincias… todo en el aire de un «tratado internacional».

Así estamos, con la duda más que razonable, si España seguirá siendo España, si su Constitución se fundamenta en su indisoluble unidad, si Ceuta y Melilla, Chafarinas, Perejil y los peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas son irrenunciables, «si renunciamos a nuestro derecho sobre Gibraltar y aceptamos la extralimitación de la colonia militar británica respecto a lo cedido en Utrecht». Por último, y no menos importante, si alguna Comunidad Autónoma podría dejar de formar parte del territorio nacional sin que las Fuerzas Armadas intervengan en el cumplimiento de su misión ya que una treta de interpretación constitucional puede lograr ese tratado de cesión territorial sin que ni una pareja de la Guardia Civil lo impida.

Hágase la Ley y no olviden adjuntar la trampa.

Lo de las Fuerzas Armadas es una tomadura de pelo, o quizá una previsión por si Putin cruza los Pirineos por el Rosellón.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 abril 2025

NO EN MI NOMBRE: YO EL REY. Rafael Dávila Álvarez

Partamos del artículo 99 de la Constitución:
  1. Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.

¿Y?

Claro que ante la indefinición constitucional en cuanto surge un problema surge la interpretación que suele decantarse hacia la más peligrosa, hacia quien mejor sabe manipular y amenazar. Porque parece ser que al Rey le van a limitar sus posibilidades que son más que las que aparentemente le otorga ese 99.

El riesgo existe y es patente si vemos las iniciales maniobras para conducir la voluntad Real.

Pero veamos el tema de manera más simple y sencilla basándonos en lo que el Rey planteó ante el golpe de Estado que se dio en 2017 y cuyos protagonistas son el aval del que pretende, sin haber ganado las elecciones, servirse el señor Pedro Sánchez Pérez-Castejón para postularse a presidente del Gobierno. Es el único documento en el que el Rey se expresó con meridiana claridad y debe servirnos de base para el análisis de la situación.

Leer la Constitución es un noble deporte intelectual que produce grandes beneficios; un encuentro con la vida misma, cruda realidad de lo que debería ser y no es, es decir, lo que es. Un proyecto inacabado, de imposible cumplimiento y por tanto un efecto ilusorio, como todo canto a los derechos individuales que luego cercena la ley que de la Ley se deriva. Una cosa es «usted, querido ciudadano» y otra muy diferente «ustedes, queridos ciudadanos». El plural siempre trae problemas. Dicen que como somos muchos pagan justos por pecadores lo que se traduce en que les va mejor a los pecadores del texto de la Ley.

La Constitución tiene como mejor virtud ser la vida misma: creer en ella sabiendo que forma parte de las mejores novelas que la vida te ofrece. No la ha escrito nadie, sino que surge espontánea ante las miserias y grandezas, ante la realidad y la ilusión. Al menos marca una dirección.

Sobre todo, enmarca responsabilidades.

Del texto que «define el régimen de los derechos y libertades de los ciudadanos y delimita los poderes e instituciones de la organización política», que esa es la definición de Constitución, la clave está en la actuación de los que forman parte de esos poderes, de los que tiene el poder y, por tanto, deberían asumir los límites impuestos al mismo y las exigencias que ello implica.  En la definición de «Constitución» se enfrentan de manera casi escandalosa los términos poder y libertad. Los constituyentes son conscientes de su frecuente olvido: frente a los derechos y libertades hay que constatar los límites del poder. ¿Los hay? Al final solo son palabras que la habilidad política sabe sortear para incumplir. Se creó hábilmente la teoría de un órgano controlador, innecesario y manipulable, un Tribunal Constitucional por encima del Tribunal Supremo, máximo Tribunal de Justicia. Algo injustificable, visto lo visto.

El momento constitucional en España es muy delicado. No soy un experto, pero la Constitución no creo que deba ser redactada y aprobada para los expertos, sino más bien debería ser un texto sencillo al alcance de todos y de obligado cumplimiento sin sorteos, regates o amañadas interpretaciones. Esa es otra de sus quimeras.

Pero «Por España me atrevo», como dice el lema de Operaciones Especiales, a dar mi opinión.

El artículo 117.1. de nuestra Constitución dice textualmente:

«La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley».

«Emana del pueblo y se administra en nombre del Rey…».

Lo cual me lleva a pensar que el nombre del Rey no es el de Felipe, sino que su significado se eleva por encima de nombres e intereses y, por tanto, que «en Su nombre» todo se ajusta a la Ley. Cuando se juzga se hace de acuerdo con la Ley: «en nombre del Rey».

Por eso Sus palabras ante el golpe de Estado dado por las autoridades catalanas en 2017 cobran especial actualidad ante los hechos que ahora se nos anuncian para formar el nuevo Gobierno de la nación.

Con mi humilde entender llego y deduzco que cuando el año 2017 hablaba el Rey ante aquella situación de tanta gravedad Su palabra estaba sustentada en el mencionado artículo 117.1., es decir que asumía el poder y el límite que la Constitución le otorga. ¿O estoy gravemente equivocado… o los que le aconsejan erraron?

Del discurso del Rey recordar unas palabras: «Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno», pero lean ustedes el discurso entero para entenderlo mejor. Esas autoridades a las que el Rey se refería son las mismas, condenados unos y huidos de la justicia otros, con las que ahora pretende pactar el señor Pedro Sánchez Pérez-Castejón para ser investido presidente del Gobierno del Reino de España. La duda es evidente y nos la hacemos millones de españoles. Hablamos de delincuentes y no de presuntos.

¿Es posible que las palabras del Rey el 3 de octubre de 2017 fueran forzadas por una situación política determinada y dictadas por el Gobierno y que con un nuevo Gobierno tras la moción de censura y cambio de ley la cosa haya cambiado y ya sea posible un pacto de Estado con los delincuentes? ¿Siguen siendo válidas las palabras del Rey o ya no son de Rey ni Ley?

Puede que sea necesario construir otro discurso y destruir aquel que tanta esperanza nos dio.

Ello significaría que se ha modificado la Ley sin que nos enteremos o que la Ley es algo interpretable en función de quien gobierne… Lo que nos llevaría a dudar de la palabra y del nombre.

En definitiva y dejémonos de paños calientes:

Lean detenidamente las palabras del Rey pronunciadas en 2017 a raíz del golpe de Estado en Cataluña y luego pronúnciense sobre si les parece legal y acorde con aquel discurso que se pueda proponer al Congreso de los Diputados para ser presidente del Gobierno del Reino de España a alguien avalado por los votos de los mismos a los que el Rey se refería en sus palabras el año 2017.  Suena a una incongruencia; también legal.

Difícil coyuntura.

Parece ser que los límites del Poder son ninguno a pesar del texto constitucional.

«La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley».

¿Habrá un juez, magistrado integrante del poder judicial, independiente, inamovible, responsable y sometido únicamente al imperio de la ley que me lo explique?

No dudo de nuestra Constitución, de nuestras autoridades, de su poder ni de las instituciones del Estado, lo único que quisiera saber es qué tiene que hacer el Rey en un caso tan complejo como el que tenemos por delante. Seguramente el Rey, con prudencia, propondrá a Alberto Núñez Feijóo y si no logra la investidura le seguirá Pedro Sánchez Pérez-Castejón y que Dios reparta suerte, pero algunos iletrados, entre los que me cuento, nos quedaremos con la duda de la aplicación de la Ley en España. Si está bien aplicada me surgen aún más dudas, entre ellas incluso sobre el valor de algunas instituciones. Me quedaré con la duda y no sabré de qué hablaba el Rey el día 3 de octubre de 2017.

Ni sabré en qué se basa mi juramento a la bandera ni que fue de mi servicio a España, a la defensa de todo aquello que ya casi nadie recuerda.

Desde luego si es todo conforme a Ley al menos espero tener la libertad de poder decir: No en mi nombre. Claro que de nada vale, ¿pero puedo decirlo?

En concreto: ¿Lo que dijo el Rey el 3 de octubre de 2017 lo diría hoy al formarse un Gobierno con aquellas autoridades que fueron condenadas o están fugadas de la justicia y que prometen (exigen) volver a repetir los hechos como condición para apoyar la investidura? ¿Y si se repite la historia de 2017 con una cobertura política y algún amaño que le dé tintes de legalidad? ¿Serían válidas las palabras del Rey?

Otro gran pesar se cierne sobre la inocencia que sería cuestión de otro artículo ¿o del mismo?: Aún recuerdo los años de plomo y no se comprende que entre los avales necesarios para sumar la mayoría necesaria estén los de aquellos que heredaron «las intelectuales armas de plomo» y ahora se encumbran en el Gobierno.

Sí. Existe, y sería deseable pensárselo, la posibilidad (potestad, potestas) de que el Rey no admita designar para formar Gobierno a quien se apoya en los que tienen declarado acabar con la Constitución española que se fundamenta en lo que ellos quieren derribar: la indisoluble unidad de la Nación española (Artículo 2).

Si no es así: que no sea en mi nombre.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

7 agosto 2023

Blog: generaldavila.com

 

 

 

 

Mensaje de Su Majestad el Rey

Palacio de La Zarzuela. Madrid, 03.10.2017

B​uenas noches,

Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada −ilegalmente−la independencia de Cataluña.

Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno.

Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña.

Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando ─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada. Esas autoridades han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España.

En definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común.

Por todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía.

Hoy quiero, además, transmitir varios mensajes a todos los españoles, particularmente a los catalanes.

A los ciudadanos de Cataluña –a todos− quiero reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos.

Sé muy bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos.

Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza.

Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará también Cataluña.

Termino ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar una vez más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia, mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España.

 

DESMILITARIZAR LA GUARDIA CIVIL General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Publicado el 3 mayo 2020. No cambio  ni una coma. Camino lento pero asegurado. Se lo dice  quien lo sabe.
Tengo delante el Manual del Guardia Civil que comprende <<La Cartilla del Guardia Civil>> y el <<Reglamento civil y militar>>. Imprescindible y diría que inmejorable.

Las teóricas barbaridades que últimamente escuchamos se quedan en nada con las que se ejecutan y aprueban por Real Decreto. Aquí no manda la soberanía nacional sino el Real Decreto. Aquí mandan huevos. Si algo o alguien se cruza en su camino tienen, que yo recuerde, a nombres gloriosos en el Tribunal Constitucional, en el Consejo de Estado, en la Audiencia Nacional, en el Supremo, en la Guardia Civil, en la cúpula de las Fuerzas Armadas, y de ministro pasas a Fiscal General del Estado. ¿Alguien da más? ¿Les doy nombres? Las empresas las dejamos para otro día, restaurantes, reservados, salas VIP,s. Si hace falta destino a fulano a la Acorazada, que ya no sé cómo se llama, si Brunete, si San Marcial o el Campesino. Poco a poco, paso a paso.

Le ha tocado a la Guardia Civil. Veremos lo que pasa. Se habla de desmilitarizarla. Esto no ha hecho más que empezar.

Jugar con el honor es peligroso. A más de uno de estos jugones que pretenden acabar con la Guardia Civil les molesta, les es incómoda, ¡qué pesados!, se empeñan en que cumplamos la ley, el orden, y encima son hombres cuya divisa es el honor. Para colmo saludan y son un Instituto Armado. Demasiado para el cuerpo socialista, que ellos son la ley y no lo que la ley dice.

El escándalo llega de la mano de un exjuez. Tenía que llegar, tarde o temprano.¿Cómo se dice? ¿Miente, o no dice la verdad? Antes se pilla a un  mentiroso que a un cojo; para entendernos.

Se ha encendido la luz roja. Hasta aquí podíamos llegar. Ocupadas entonces las Fuerzas Armadas en su máxima jerarquía les faltaba la jerarquía del tricornio, y parece que con ella no pueden. Amigo, con la ley no se juega. Ya han jugado demasiado con ella y lo hicieron en Cataluña, como si los guardianes del orden y la Ley fuesen vulgares intrusos en la propia España.

Tengo entre mis manos el Manual de la Guardia Civil de 1910. Nada más abrirlo leo la Cartilla del Guardia Civil que, como todos sabemos, empieza con el artículo:

<<El honor ha de ser la principal divisa del guardia civil; debe, por consiguiente, conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás>>.

Son 34 artículos del capítulo primero (Prevenciones generales). Ninguno tiene desperdicio. Es la ley moral de la Guardia Civil. Contra ella irán los que buscan su desaparición.

Mis palabras quedan huecas al lado de cualquiera de sus artículos. Les copiaría todos. Es una Ley moral para la vida en el orden y la convivencia.

Art. 6º <<El guardia civil debe ser prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin bajeza. No debe ser temido sino de los malhechores, ni temible sino a los enemigos del orden>>.

Art. 8.º <<Será siempre un pronóstico feliz para el afligido, infundiendo la confianza de que a su presentación, el que se crea cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenga su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que vea a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado; y por último, siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos>>.

Así todos los artículos. Emociona leerlos.

Ni temido, ni temible… sino de los malhechores y los enemigos del orden.

Hablan de desmilitarizar la Guardia Civil. No. No se engañen. Lo que pretenden es que desaparezca. Ni Guardia Civil, ni Instituto Armado. Desmilitarizar a la Guardia Civil es desnaturalizarla, es decir, que desaparezca.

La Guardia Civil es para ellos un obstáculo; por mantener limpio ese camino que recorre el guardia civil, <<cuando se halla destinado al servicio de carretera o cualquier otro camino, los recorrerá frecuentemente y con mucha detención, reconociendo a derecha e izquierda los parajes que ofrezcan facilidad de ocultar alguna gente sospechosa>> (art. 35).

La Guardia Civil no es <<un Cuerpo muy complicado>>, ni <<un gasto superfluo>>, como dice el presidente del Gobierno, sino la garantía de un Estado de Derecho.

Hay mucha gente sospechosa. ¡Todo tan sospechoso! ¡Tantos sospechosos!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

Publicado el 3 mayo 2020

 

LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA ES UN VERSO SUELTO Rafael Dávila Álvarez

En cierta ocasión escuché a un eminente jurista decir que la Constitución defiende al individuo, pero que luego las leyes, triste realidad, se encargan de vapulearlo frente al grupo. Me quedé de piedra, nada entendía; me ha costado años descubrir la trampa y ver que la Constitución es un verso suelto para el inacabado poema de la falsa lírica de la vida en común.

Ni casa, ni trabajo, ni enseñanza, ni Ley… ¿Orden? Libertad según y hacia donde se mire. La de algunos. Una ilusión escrita entre abrazos y consensos para dejar el terreno abonado a su interpretación. ¿Pero quién se ha creído Montesquieu que es?

Claro que es por eso que yo siempre estuve convencido que España era indisoluble, es decir que no se puede disolver, que ese era el fundamento de lo escrito en la ley grande, y que las tablas de la ley eran tan claras y rotundas que, por si caso, dijeron «esto es tan importante que hay que guardarlo tan guardado que sea como el Banco de España bajo la protección de la Cibeles». Entonces hicieron un Tribunal Constitucional y como no era suficiente dijeron: que sean los militares quienes la protejan bajo sus cañones y espadas, bajo su vigilancia, rigor y seriedad, ellos que tiene el honor y las armas. Y todos se pusieron a cuidar la Ley de leyes.

Por si alguno tenía dudas redactaron un artículo que decía: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas».

Era mentira. Un verso para que encajase una rima; sin más.

Pero como aquello de las nacionalidades podía desentonar en el poema constitucional, en su lírica manifiesta, y alguno darse cuenta de ello, el más valiente de todos los constituyentes, sabios todos al servicio de los ignorantes, dijo: ¿Dudas? Ya veréis como no hay dudas si enseñamos los cañones; y, entonces, redactaron un nuevo artículo para dejar sentado y bien sentado el anterior; ¡Hala, los soldados, que sean los militares…! Así nacía el artículo 8: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». Dos mentiras en una, ni indisoluble ni hay misión que valga.

El que más tripa tenía dijo: «A ver si te dan un golpe de Estado, quita quita ese artículo», pero el más pillo de los pillos, que entre los sabios los hay, más sabio que los otros, tan inocentes, le contestó, más bien sentenció: «No te preocupes, que escriban lo que quieran; para lo que va a servir… Mira el golpe de Estado se dará ¡vaya que se dará!, pero no por los militares, sino desde las Instituciones, desde la legalidad impuesta por las leyes que apruebe la soberanía popular, que ya sabes…». Yo no sé nada, ¿qué dices?, murmuró uno del fondo, a lo que el pillo le contestó: mira aceptemos lo que ahora conviene que tengamos y luego ya se verá.

Dicho y hecho. Dado el golpe de Estado ahora se legaliza. Los jueces, asustados por el yugo que los atenaza avisan. Cataluña 2017.

«La deslealtad constitucional y el menosprecio a las bases de la convivencia, incluso cuando fueran seguidos de un alzamiento público y tumultuario, no necesariamente violento, no serían susceptibles de tratamiento penal. En otras palabras, la creación de un marco normativo de ruptura territorial que preparara la secesión de una parte del territorio del Estado, incluso acompañada de actos multitudinarios que condujeran a la inobservancia generalizada de las leyes y al incumplimiento de las decisiones gubernativas o jurisdiccionales que intentaran ponerle término, serían ajenas a la intervención del derecho penal».

Vía libre a la independencia, a la desintegración territorial, se acabó la Constitución.

La ley son los dueños de la calle, de la algarabía, de los medios, información y desinformación, los que son jueces y parte, esos a los que España les sobra.

Sobra la Constitución. Ellos son suficientes y ellos han ganado no en las urnas que les alza en el Congreso, sino en la interpretación de la Constitución, un verso suelto al que en su poema les sobra o al menos sitúan donde mejor les rima para su triste canción del final de España, que según dice el verso suelto: patria común de todos los españoles.

A lo que se ve no lo es.  Nos han robado España mientras dormimos.

Artículo 2, artículo 8… ¿Para qué tanto papel mojado? Aquí lo que vale y manda es una buena ley que ponga en su sitio a la Ley.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

14 febrero 2023

LA ETA GOBIERNA ESPAÑA. POR SUS HECHOS LOS CONOCERÉIS. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El terrorismo sigue siendo protagonista en España. Es tal el nivel alcanzado que ocupa las instituciones, el Gobierno, o facilita este al que lo preside. La ETA dirige y conduce la política en España. Terrorismo no es solo pistolas y bombas, sino que hay mucho más; las guerras no solo se hacen con misiles, sino que hay procedimientos más sutiles y aparentemente melifluos para hacer creer lo contrario de lo que está ocurriendo.

La guerra solo pretende una cosa: dominar la voluntad del enemigo e imponer la propia. En la guerra se enfrentan los ejércitos.

El terrorismo usa la traición y la cobardía para someter e imponer su voluntad. Son un atajo de cobardes constituidos en banda de pistoleros. Personalmente los he visto hacerse de todo encima mientras lloraban cobardemente cuando eran detenidos. Pero han vencido.

¿Cómo y por qué? Usted y yo lo sabemos, pero nos es más fácil mirar para otro lado. No es la primera vez que algo así ocurre en España.

No hay ETA política, ni militar, ni político-militar, no hay nada de eso, solo una panda de asesinos dirigidos, teledirigidos por la peor calaña de políticos que ha dado la tierra y que esperaban su oportunidad para recoger el fruto del asesinato.

El terrorismo de la ETA ha logrado su objetivo: imponer su voluntad y someter a su enemigo que era España y los españoles. Para ello ha asesinado a cerca de 1000 inocentes, pero eso está ya olvidado y su premio es mostrado como la cabeza del enemigo ensartada en la lanza: «Euskadi y España son países libres». Iba como una bala hacia su objetivo. Estaba pensado y muy consensuado.

La ofensa está hecha y el mensaje ha salido con más fuerza que la última de sus balas. Objetivo alcanzado.

El procedimiento de las pistolas y la bomba, del ataque por la espalda, ha dado resultado.

Las víctimas llevan camino de ser culpables. Así parecía en el homenaje a Miguel Ángel Blanco cuando entre el descaro de las alianzas interesadas para mantener el puesto —el personaje lo llama diálogo — se apuntalaba, delante del Rey de todos los españoles, la nueva ley hecha para ellos y por ellos.

Ni siquiera era un armisticio, era la firma de la derrota incondicional de España a los terroristas.

No le den más vueltas.

Sin duda la política no debe judicializarse, pero aún es más importante que lo judicial recuerde aquella sentencia del Tribunal Constitucional amañado para acabar con el Tribunal Supremo y reconocer a la ETA.

Si lo recordamos todos empezaremos a explicarnos de donde venimos y a donde vamos.

Todo está consumado.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

12 julio 2022

LEY DE MEMORIA DEMOCRÁTICA (3). EL FINAL Rafael Dávila Álvarez

Acabar con la Monarquía

¿Cuál es el objetivo final?: el Poder. No hay otro. Cuando lo pierden dan un Golpe de Estado (1931-1934) (¿1981?) (¿2004?)…

Quizá sea uno de los objetivos de la llamada Agenda 2030 y si no está escrito lo está inscrito en el molde socialista actual: acabar con la Corona.

Se ensañaron con Alfonso XIII, entonces. Lo pretenden ahora con Don Juan Carlos al que han expulsado de España en lo que para mí significa acabar con España.

El nombre de España irrita. Lo de la nación española escandaliza. Españoles atormenta. No es un lenguaje que se utilice en los rituales.

Los reyes hablan de «Majestad, España ante todo›». ‹‹Por España. Todo por España››.

La monarquía encarna el espíritu de la Nación. Si acabas con la nación ¿para qué necesita encarnarse lo que no existe?

Hablan del juicio de la historia. Aquí se juzga: sin saber historia.

Ley Indigna y violenta: Memoria democrática

La ley de Memoria Democrática pretende anular todo lo que en el periodo 1936 a 1975 (¿1982?) se hizo o se deshizo. Ellos solo son acusadores, no delincuentes, que lo fueron sus siglas. A pesar de gobernar ilegalmente como acaba de sentenciar el Tribunal Constitucional. Nos han privado de la libertad y se da por bueno. Nadie dimite por actuar fuera de la Ley.

Solo nos falta la Ley de Memoria Democrática, anular todo lo que haya sido aprobado por Decreto en el periodo que abarca esos años. Quedan derogadas leyes y Decretos del periodo franquista.

Denunciar estas cosas te cuesta quedar adjetivado. Con la verdad no se alimenta uno. Destierro incluso para la amistad; que creías. Hay que ser fuerte y sobreponerse a tu propia historia que pretenden difamar y señalarte con el dedo.

Lo que estamos viendo en España en los últimos tiempos no es creíble.

Veremos mucho más.

Ahora, muy pronto.

La República la trajeron los monárquicos

Tiempo al tiempo. La subversión está guardada y protegida. En Cataluña se dirige con armas anarquistas y burguesas, como antaño, y en el País Vasco ya saben que Madrid bien vale una misa; en el Sur florece 1812 por Cádiz.

El conjunto es un conglomerado que espera.

Habrá que admitir la consabida frase: «La República la trajeron los monárquicos y, después, la perdieron los republicanos».

Para qué vamos a darle más vueltas a la situación.

El camino está claro: Franco invalidado y por tanto todas sus decisiones.

El Rey tendrá que elegir por donde y en donde. Tiene de plazo hasta el Centenario.

Yo empezaría la voladura de los pantanos, de la paga extra, de la Seguridad Social, por poner algunos ejemplos, y dejaría solos y ante el peligro a los señores del GAL y a los de la Brigada del Amanecer.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

24 noviembre 2021

CONFINAMIENTO INCONSTITUCIONAL Rafael Dávila Álvarez

En una democracia las cosas no funcionan a capricho del que gobierna, sino con respeto a la Ley. Eso está muy bien, pero la clase política, que hizo la Ley, se lo pasa por el arco del triunfo.

Ni el confinamiento ni el cerrojazo al Congreso de los Diputados fue legal. Quitarse la responsabilidad y señalar a otros es inmoral. Las dos cosas han sido sentenciadas por el Tribunal Constitucional que son los que legalmente la interpretan.

¿Consecuencias? Ninguna para los inconsecuentes. Si usted se equivoca con la Administración puede prepararse para el calvario legal al que le someterán los administradores.

Estos años de pandemia todo ha sido una farsa, lo dice el Tribunal Constitucional: hemos estado sometidos a un recorte de nuestros derechos fundamentales. Pensé que eso era un delito, pero por lo que veo no es que no lo sea, sino que no todos somos iguales ante la Ley. Ser político es equivalente a ser irresponsable, que todo queda en manos de ese verbo tan gaseoso: gobernar.

Nos han robado, hablando en román paladino, dinero y libertad, uno en metálico y otro, lo que es más grave, en el mayor de los derechos fundamentales.

No pasa nada.

Se lo diré con palabras muy graves, pero que todos entendemos y ellos más que nadie: el Gobierno que tenemos en estos momentos en España cree que es fácil engañar al pueblo con esa liturgia, vieja conocida, que predica la revolución socialista consistente en decir que lucha por la igualdad económica y la realidad es un recorte de las libertades civiles.

Ese es el secreto. Se constituyen en una Religión: el término tiene todo el sentido de ir en mayúscula. Tan es así que estos nuevos religiosos hacen temblar —¿dudar?—hasta al Papa: Populismo.

Pero el mundo es tan viejo que es difícil engañarlo.

En la Apología de Sócrates Platón describe su despedida con una predicción: «Ahora dejadme predecir lo que os va a suceder a vosotros que me habéis condenado, pues estoy a punto de morir y en estos momentos es cuando los hombres están más dotados del don de profetizar. Os predigo que después de mi muerte caerá sobre vosotros, ¡por Zeus!, un castigo mucho más duro que el que me acabáis de infringir. Me habéis condenado con la esperanza de quedar libres de responder de vuestros actos, pero os profetizo que las cuentas os van a salir muy al revés: cada día aumentará el número de los que exijan explicación de vuestros actos, a quienes hasta ahora yo he podido contener, aunque vosotros no lo advertíais, y tanto más duros serán cuanto más jóvenes y, por ello, más exigentes; por eso viviréis aún mucho más enojados. Estáis muy equivocados si creéis que la mejor manera de desembarazaros de los que os recriminan es matarlos. No es éste el modo más honrado de cerrar la boca a quienes os inquietan; hay otro mucho más fácil: no perjudicar a los demás y mejorar la propia conducta en todo lo posible».

Se despide Sócrates con una petición para el futuro, para los hijos que vienen: «Y si presumen de ser algo, sin serlo de verdad, reprochádselo como yo os he reprochado, y exigidles que se cuiden de lo que deben y que no se den importancia, cuando en realidad nada valen».

Digo, que no soy Sócrates: ¿Quiénes os habéis creído ser?

REVELACIÓN

Sol vencido te regala,

en la tarde de otoño,

el poder y la gloria.

Mira tu alargada sombra:

nunca serás más grande.

(El Precio, antología poética José Jiménez Lozano)

Después de calmar mi furibundo enfado leo a Sócrates y al volar en el sueño de don José llego a la conclusión final: estos personajes nos roban la cartera, la de los valores, y nos da igual.

Hay que hacer un juicio sobre la cartera de valores, que son ¡tan distintos! Ya saben a los que me refiero cuando digo que nos los roban. Ahí está el problema: nos da igual, ¿o hemos gastado los valores?

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

29 0ctubre 202

ESPAÑA SITIADA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

¡To mentira, estos son to mentira!, le decía uno a otro y era la verdad, dígalo Agamenón o su porquero.

Lo del Tribunal Constitucional es consecuencia de las obras de «estos»; una más.

«Estos», ya se sabe, son «esos» y conocidos son, aunque sean como Juan de Mairena, que fue sin serlo, pura retórica entre Odiseo y Eumeo, entre el Constitucional y el G(g)obierno

Si la haces la pagas, menos «estos».

Resulta que no fue legal casi nada. No fue legal el Estado de Alarma. ¡No son legales tantas cosas…! Y todo era nada. Alarma la que estos señores del G(g)obierno han creado en España. Se atreven a decir que el Estado de Alarma salvó vidas. No dicen el número del escándalo: 100.000. Por vergüenza y respeto mejor deberían callarse, aceptar el varapalo y ¡dimitir!

El dictamen del Tribunal Constitucional es rotundo. Su análisis profundo requiere mucho detalle y conclusiones políticas que ningún partido hará y que los ciudadanos soportaremos como lo que somos.

Es gravísimo. Un G(g)obierno que nos ha gobernado desde la ilegalidad.

Eso sí: «los ciudadanos tienen el deber jurídico de soportar los perjuicios materiales que hayan sufrido».

Incumplen la Ley, nos imponen lo ilegal y resulta que se van de rositas. ¿Es la Ley igual para todos?, ¿o hay responsables e irresponsables ante la Ley?
«Esta ley impuso a los hombres el Cronión: a los peces, fieras y aves voladoras, comerse los unos a los otros, pues entre ellos no existe justicia. A los hombres, en cambio, les dio la justicia que es mucho mejor. (Hesiodo, Los trabajos y los días)». Será que somos peces. Animales que comemos pan y los «hunos» a los «hotros».

Después de lo gravísimo hay más grave si cabe. Parece que ha habido presiones ante algún miembro del T. Constitucional para que su veredicto fuese favorable al G(g)obierno. Más peor: a nadie le extraña.

Miren. Dice no el Constitucional al Estado de Alarma y que debía haberse aplicado el Estado de Excepción.

Analicen la situación y verán el error: firmaron Estado de Alarma y nos aplicaron el Estado de Excepción.

Ese es el resumen. Seguirán en ello hasta logra su objetivo: El sitio a España.

Ni alarmada ni excepcionada: Sitiada. Ni Constitucional ni Constitución. Ellos son lo que son.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

15 julio 2021

 

 

ATENTADO CONTRA ESPAÑA Rafael Dávila Álvarez

¿Pretende usted atentar contra la vida del presidente de los Estados Unidos de América? Algo parecido te preguntan en ese simple, pero eficaz cuestionario, que te hacen firmar antes de pisar suelo americano.

No buscan proteger al presidente, como todos entendemos, sino a su nación. La vida del presidente es la vida de los Estados Unidos de América y en ella está depositada la confianza del pueblo americano, les caiga mejor o peor, le hayan votado o no. Porque nadie va a permitir que atenten contra su vida que es la de la nación, que son ellos mismos. Unas veces será republicano, demócrata otras, pero siempre americano, será América.

America first no es un eslogan inventado temporalmente en una campaña, sino que la idea de Trump está no solo en el alma americana, sino en la de los miembros  de todas las naciones, y digo todas menos una: España.

Amar a tu nación no va contra nadie, ni significa excluir a otros de tu nacionalidad o amistad, es luchar por hacerla cada día más grande y participativa, más admirada y querida.

En el mundo militar se consagra el soldado al servicio mediante el juramento a la bandera; hasta que no juras no eres soldado, algo que no ocurre con los que asumen la enorme responsabilidad de formar parte de las instituciones del Estado: Judicial, Ejecutivo y Legislativo.

Juran o prometen su cargo para después reírse en nuestra cara, cambiar la ley a su gusto, salir indultados, manipular datos, muerto arriba muerto abajo, utilizar a la Institución del honor, la Guardia Civil, para vigilar(nos) con el descaro de decirlo públicamente (general Santiago), hundir Madrid y sembrar el odio entre españoles resucitando la Guerra Civil y profanando tumbas.

¿Se dan cuenta  de que han echado (ya) al Rey de España? ¿Emérito). Esperen y verán. Lo han echado sin más, lo pinten como lo pinten.

¿Pretende usted atentar contra la vida del presidente de los Estados Unidos de América? No es mala la pregunta.

En España debería preguntarse antes de coger el acta de Diputado. Aunque a «estos» ningún juramento o promesa los ata.

El presidente del Congreso, con solemnidad: ¿Pretende usted con su actuación atentar contra la vida de España y la convivencia de los españoles? No hace falta que contesten.

Porque eso es lo que están haciendo.

Eso, al menos, mientras no se ilegalice a los que, acuciados por el Partido Socialista del señor Zapatero, miembros del Tribunal Constitucional, legalizaron, en contra de la sentencia del Supremo, a partidos afines a la ETA. Gracias a esas franquicias del terrorismo hoy gobierna quien lo hace. Desde luego no lo hace desde «primero España, después España y siempre España». Le importa un pimiento España.

La Moncloa convertida en una casa de intrigas.

«Miré los muros de la Patria mía…».

Al mirar ya no me cabe duda: alguien pretende atentar contra España. ¿O el atentado ya está hecho?

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

1 diciembre 2020

 

ASESINA QUE ALGO QUEDA. Rafael Dávila Álvarez

No conozco ninguna nación del mundo democrático que admita a sus más recientes asesinos entrar en la gobernación o administración de las instituciones del Estado. Que admita que formen un partido blanqueado de nombres y apellidos para acceder a ellas a través de unas elecciones. En el cumplimiento de la ley no hay perdón, ni se intercambian favores, sino ley. Una sentencia es justa o injusta, nunca perdonable ni moldeable; se cumple y tiene consecuencias.

Tampoco es conocido que lo sentenciado por el máximo Tribunal judicial sea corregido por un Tribunal Constitucional en recurso de amparo.

Todo esto ocurre aquí: 6-5 en la prórroga, arbitrando Pascual Sala y de presidente de la federación el inolvidable -por desgracia- señor Zapatero. Bildu y Sortu, modus operandi intelectual (con perdón), fueron introducidas en la destrucción de España por los señores mencionados, acabando con la ley de Partidos Políticos que impedía presentarse en citas electorales a formaciones relacionadas con bandas terroristas y estar presentes en la vida política.

Ninguna de esas herencias ha condenado los cerca de mil asesinatos de la ETA ni por asomo han pedido perdón. El señor Zapatero y el señor Sala tampoco han dicho esta boca es mía sobre su actuación, única en el mundo mundial.

Un TC. se limita a comprobar que se han respetado los principios constitucionales, no es su misión reconsiderar las pruebas, por cierto aplastantes, de la policía y guardia civil. El Tribunal Constitucional sentenció al Tribunal Supremo, lo condenó, excediéndose en su razón de ser. Lo nunca visto.

En mi opinión este hecho, que parece olvidado, fue la maniobra más hábil y peligrosa contra la unidad de España y contra la mismísima democracia.

Un barreno colocado en el corazón del sistema.

Todo lo que ahora vemos y vivimos viene de aquella sentencia que, además de colocar al modus operandi intelectual de Batasuna en la toma de decisiones sobre España, acabó con Montesquieu y dejó el camino libre para la destrucción de España vía la legalidad, su legalidad, como demuestran los votos particulares de los magistrados sobre aquella sentencia del Constitucional, dejando a las claras, por escrito, que no es el Constitucional una instancia judicial que pueda juzgar a la mayor de ellas: el Supremo. Y lo fue. Se hundió la justicia hasta convertir al TC. en un instrumento en manos del Gobierno. Pasito a pasito, nombramiento tras nombramiento, Fiscal General que juega con las togas y el polvo del camino, o con la información vaginal que te lleva al ministerio y de vuelta a mandar sobre los fiscales, hasta conseguir su objetivo.

Hablaremos de esto y de aquello, pero es lo que les cuento. Todo viene de esta iniciación de la que Sánchez es continuador junto a otros iniciáticos que construyen metódicamente el nuevo edificio. Maestros de la construcción sobre escombros.

Ley de Memoria Histórica, iniciada y a punto. La Corona, iniciada y a punto. Les queda el Partido Popular, única fuerza capaz de doblarles el pulso, que tenían ya a mano con Rajoy. Se les ha escapado la presa, por lo que unieron fuerzas con Podemos.

Abramos los ojos. Tres fuerzas a la derecha es dispersión. Es su meta, la de Sánchez. Todos contra el Partido Popular. Que por cierto no es Rajoy.

Todo empezó allá por el 31. Les está costando, pero insistirán.

La ETA, ¿se acuerdan? Era una banda de asesinos. ¿Lo recuerdan? Asesina que algo queda.

No conozco ninguna nación del mundo democrático que admita a sus más recientes asesinos entrar en la gobernación o administración de las instituciones del Estado. Que admita que formen un partido blanqueado de nombres y apellidos para acceder a ellas a través de unas elecciones. En España, sí. Nadie ha vuelto a recordarlo. Todo está pactado.

Su oscuro origen es todavía un amenazante misterio que, en ocasiones, da señales de su existencia como hace unos días en la Plaza de Armas del Palacio Real de Madrid.

Ahora vayamos en todas las direcciones menos en la adecuada; y olvidemos.

¡Dispersión! ¡Dispersión! ¡Que nos atacan!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

20 julio 2020

Blog: generaldavila.com

JUGANDO CON EL INDEPENDENTISMO Y EL TERRORISMO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Ninguna nación del mundo admite que se sienten en sus instituciones democráticas terroristas o sus franquicias; tampoco independentistas que llevan como programa destrozar la nación a base de fragmentarla, incumplir la Ley, cambiar su historia y encima proclamarse víctimas políticas, incluso mártires (lo que no dicen es que lo son, pero del 3%). Y no lo permiten precisamente por ser naciones democráticas. Repito: ninguna nación del mundo lo admite.  España sí.

Camino de terminar el juicio por rebelión habrá sentencia condenatoria, seguramente indulto y vuelta a empezar. Mientras les dejen…

Ya nadie se acuerda de aquel, ni se acordará, mes de octubre. A nadie le importa más allá de su plato de lentejas. El independentismo seguirá, como sigue el terrorismo, ejemplo a seguir, que después de asesinar y asesinar ha conseguido sentarse en las instituciones avalado por un Tribunal Constitucional ad hoc que le quitó la razón al Tribunal Supremo. El más grave y antidemocrático escándalo de esta democracia.

Si los terroristas matando han logrado lo que han logrado ¿no lo conseguirán los independentistas? Desde luego mucha oposición no se ve y el camino cada vez se lo encuentran más despejado. Su amenaza, sus acciones y apoyos a la moción de censura, situaron en el camino al señor Sánchez a La Moncloa;  tendrán su recompensa.

Un análisis sencillo es suficiente para concluir que España está en grave peligro. El grave riesgo es el terrorismo y el independentismo. Hay otro: los que nos gobiernan o están a punto de hacerlo. Inician los trapicheos bajo el lema: “Yo primero”. El riesgo son ellos, incapaces de afrontar el grave riesgo de la independencia y las filiales del terrorismo. Parece mentira que no se den cuenta de la urgente necesidad de hacer un frente común contra ese grave peligro. Sacar adelante la idea de España, de la unidad de España, contra franquicias del terrorismo e independentismo.

No señor presidente, España no es una nación de naciones. España es una nación soberana que no debe admitir la indecencia de que alguien llegue a ser presidente de su nación gracias a las franquicias del terrorismo y a los independentistas. Ese no es el camino. Eso es una vergüenza, por dejarlo posado suavemente.

Menos mal que aún nos queda Nadal, banderas en los balcones, muchos españoles dispuestos a no entregar España y, nos queda, por supuesto, un pelotón de soldados.

Mientras eso nos quede hay esperanza de que llegue el momento de lograr que nadie juegue con la unidad de España y que jamás alguien pueda alcanzar sus objetivos con el asesinato.

A ver si nos enteramos de cuál es la situación real. Con gente así no hay que abstenerse sino oponerse. Oponerse es decir ¡no! a quien ayer decía sí a ese camino emprendido al lado de independentistas y filoterroristas.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

11 junio 2019

“LA ÚLTIMA INFAMIA DE SÁNCHEZ” Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

La última infamia de Sánchez. Por ahora.

Existe preocupación por si en el último momento el líder de Ciudadanos viéndose cerca del poder se arrima al señor Sánchez a sacar partido de la jugada electoral. Nadie se fía porque últimamente se ven cosas muy raras y hemos entrado en el mundo de “lo que dijo no lo dijo, pero sí lo dijo cuando no era; y ahora que es, no lo dijo” y claro todo es tan raro que vemos burros volando  y presidentes de la nación mintiendo, engañando, y hasta, también, volando.

El señor Rivera, líder de Ciudadanos, se ha puesto serio ante lo que ha definido como “la última infamia de Sánchez” algo con lo que estamos de acuerdo, aunque apostillando que no será la última. Se trata de la aprobación por el Parlamento Vasco de una ley que pretende resarcir a lo que ellos llaman “víctimas” de supuestos abusos perpetrados por la Policía Nacional y la Guardia Civil. Su aprobación ha sido posible gracias a los votos del PSOE. A cambio el PNV y EH Bildu votan a favor de los decretazos del Gobierno. Un vergonzoso y humillante cambio de indignidades que en este caso concreto es una ofensa a la justicia y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, al mismísimo Estado y a la democracia que ha sufrido y sufre la dictadura del terrorismo.

Ciudadanos no puede recurrir la ley ante el Tribunal Constitucional por no tener el número de diputados necesario para ello por lo que su recurso lo elevará al Defensor del Pueblo para que sea este el que, si lo considera oportuno, lo remita al Constitucional.

Rivera ha dejado dicho, con rotundidad, que bajo ningún concepto y en ningún caso pactará con el señor Sánchez ni con el PSOE. ¿Será verdad?

Mi pregunta y meditación es otra. Efectivamente estamos ante una emergencia nacional, como dice el señor Rivera. Creo que eso nadie lo duda. El mismo Partido Socialista lo sabe y, en la intimidad, entre ellos lo comentan, sin tener respuesta ni repuesto.

¿Qué hacer? Hay dos bloques perfectamente identificados.

-Unos con España y con la Ley. Pero que no saben decirlo y luego tampoco hacerlo, se mueven a bandazos, cogen a uno y a otro por su fama y van y se equivocan, van a por lana y salen esquilados, entre ellos no se aclaran, se contradicen, pero es que no dicen todo, ni parte, ni nada de nada, que al final no se les entiende. Ni dan puntada ni tienen hilo para lo que llaman unidad.

-Otros contra España y peor, según les convenga, hoy son de un lado, mañana de otro, en público dicen una cosa y en privado otra, aman y odian, mienten más que hablan, una vela a Dios y otra al diablo, tibios, porque ni son fríos ni calientes, unidad es a trozos pegada con pegamento, del malo y falsa moneda. Pero están unidos, mal, pero unidos, rotos, pero unidos, y no dan puntada sin hilo.

¿Pues si estamos ante una emergencia nacional por qué no somos más claros y se unen  los que tiene que unirse frente a los que ya están unidos? ¿O es que no se han enterado aún?

La vergonzosa ley aprobada en el Parlamento Vasco es «la última infamia de Sánchez”. ¿Qué esperamos? ¿La siguiente? Puede ser irreversible.

Así que «hunos y hotros» sean claros; y «los hunos y los hotros» espabilemos que esto va en serio.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

6 abril 2019