EL LEGIONARIO DE BENETÚSER (En el centro de las inundaciones de Valencia). Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Ángel Gaitán enseña orgulloso el «chapiri» que le entregó el CL Josep Menéndez

No lo entenderán. Solo los que valoran más el sacrificio por los demás que la propia vida. Los dispuestos a tener una patria, una familia, una bandera, un lugar donde servirla en primera línea. Los  que pudiendo tenerlo todo nada quieren que no sea entre todos, para todos y por todos.

¿Pero de qué me habla? De unos locos andantes de la vida, muy española, que un día para el aumento de su honra como para el servicio de su Patria decidieron hacerse Caballeros, pero de los que son Legionarios e irse por todo el mundo con sus armas y pertrechos a buscar las aventuras y a ejercitarse en un Credo que era imposible oponerse a su atracción.

Caballero Legionario, con que a su parecer declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre de ella: Caballero Legionario de España.

Era «la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece…».

Les sonarán los párrafos que son nuestra historia encarnada en el de La Mancha, cada vez más olvidada.

Quijotes de la vida.

El día 29 de octubre de 2024 hubo una guerra en España en la que fuimos vencidos todos los ejércitos por querer enfrentarnos a unos molinos de viento que sabíamos donde estaban y como soplaban cuando enfurecían.

Lo intuían los que saben, esos a los que nunca se escucha; los técnicos también se temían lo peor.

«Se está desbordando el  barranco. La zona no la han cortado».

Llegó la tragedia. No es contable. Ni en el cine se sentiría lo que la gente cuenta. Hay que ver su cara, sus ojos, su pavor ante el futuro, también su indignación.

Todo es todo. Perderlo. No son muebles, ni siquiera la casa, es perder lo de dentro, la fuerza, las ganas, el empuje para seguir andando con ese bastón que ya no tienes.

En Benetúser se cebaba la tragedia. Era como si el mar se los tragase. Desaparecían de tu mano. No los volvías a ver, bajo el agua fangosa; todos los mares del mundo se habían juntado en aquel Barranco del Poyo.

Josep Menéndez Soler había estado en la Brigada Paracaidista, luego pasó a unidades de Montaña, él buscaba y buscaba. Hasta que se encontró con la Legión. Eso era lo suyo. Con el buen abono que llevaba de paracaidista y montañero enraizó con los novios de la muerte. Ya no quiso más aventura, no quiso servir de otra manera.

Josep fue y es Caballero Legionario, de los que ha vivido muy duras experiencias, no en maniobras, en guerras reales, pero sabiendo a quién y cómo te enfrentas. Esto era distinto. Hace algunos años que la vida militar, que poco ayuda para el futuro de soldado, tuvo que dejarla para establecerse y buscarse el porvenir. Ya casado y con hijos, se instaló en su tierra: Benetúser.

Dejó la Legión, pero nunca dejó de ser legionario. El día 29 de octubre de 2024 todavía le ronda por la cabeza. Lo hará toda la vida. Es uno más de esos caballeros andantes que lucharon hasta lo inexplicable por salvar vidas, sin esconderse ni refugiarse, sin temer a la muerte, que ¡a tantos se llevó!

Su mujer, hijos, familia, ponerles a salvo era lo primero, y con ellos a los vecinos que pedían ayuda. No era un enemigo el que atacaba, era un monstruo invencible contra el que solo valía un fuerte espíritu de lucha, compañerismo, amistad, unión y socorro, sufrimiento y dureza, disciplina, bravura, todo aquello que en la Legión le habían enseñado.

Fin de la batalla. No quedaba nada. Muerte y desolación sin saber porqué. Soledad infinita después de abrazarte a los tuyos. Ya nada puede ser igual.

Josep asume  los llantos de todos y va a su casa, de la que no queda nada. Nada es el pasado, el presente y ya veremos el futuro.

Escribe el poeta José Hierro:

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Busca entre escombros que son lodo repugnante, sucio y maloliente todo, donde no hay nada. Busca su uniforme legionario que guardaba con celo y honor, su uniforme sarga, sus recuerdos… ¡Al fin! el gorrillo legionario aparece ¡El Chapiri! Lo recoge como algo clave en su vida y se lo lleva a su suegra, Rosa, para que intente recuperarlo. Está destrozado. ¡Quién mejor que las manos de Rosa!

Entre la nada siempre queda alguien. Fuerza y espíritu. Aparece otro Quijote en su Rocinante: Ángel Gaitán. Espíritu de compañerismo, amistad y unión y socorro. Ángel hace lo que puede, todo lo que puede y a la familia de Josep y a otras muchas les señala con su ayuda el camino de la recuperación. Les devuelve a la vida. Ya tienen con lo que empezar de nuevo.

Josep se acerca a Ángel y no sabe como darle las gracias.

-Mira Ángel, no tenemos nada, solo palabras y amistad para agradecerte lo que has hecho por nosotros, pero hay algo que he recuperado de mis cosas de la casa, lo que más quiero, y es para ti. Lo fue y lo es todo para mi: el chapiri. Mi gorrillo legionario. Tómalo Ángel y llévalo en recuerdo a su espíritu, a su Credo, que nadie como tu ha puesto en práctica.

Todo renace. Ángel Gaitán, emocionado, me lo cuenta porque sabe que he mandado a estos hombres, los legionarios.

Por eso en su honor y en el de todos los soldados, se lo cuento a ustedes, lo proclamo. Allí donde hubo cobardes que ni se arrimaron, lucieron las bravas y valientes formas de un Caballero; allí estaba Josep el legionario. Un español más de todos los que en su soledad lucharon contra la nada y nada sacaron. Sus vidas han cambiado.

Guarda, querido Ángel, ese chapiri legionario, limpio ya, niquelado, como ellos dicen, porque es el símbolo de España, por unos días abandonada, cuando una vez más fue la gente sencilla y luchadora la que tuvo el coraje y el valor de, perdido todo y sin ayuda, ellos solos, con el empuje de cuatro valientes, resurgir de la nada.

Es un símbolo de la España dolorida y a pesar de todo agradecida y valiente.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

28 mayo 2025

 

 

 

20 SEPTIEMBRE. ANIVERSARIO FUNDACIONAL DE LA LEGIÓN. General (R.) Rafael Dávila Álvarez

No sin dificultades la Legión ha sobrevivido a lo bueno y a lo malo, que todo tipo de intenciones han sobrevolado por esta gloriosa unidad que ha sabido mantenerse en el blocao o irrumpir en las alambradas, dependiendo de los avatares del combate.

Todos los que vistieron la camisa legionaria, la visten, o la vestirán, y los que sin vestirla la llevan en el corazón, tienen  el compromiso de que la Legión perdure sobre los tiempos. Es un deber contraído en honor a aquellos que vivieron y murieron con el pensamiento puesto en la Legión y en España.

Su espíritu debe seguir siendo el ingrediente que la hace única y sin igual, de ciega y feroz acometividad, a la vez que inmensa en la fraternidad que hace hermanos a los hombres de las más diversas condiciones.

A la Legión en ocasiones se la conoce más por los tópicos al uso o por historias pintorescas y emocionales que por su auténtica realidad, y esto no le ha beneficiado en nada. El desconocimiento y la falsedad de muchos de los datos que se han aireado a lo largo de la historia, han deformado la realidad de este glorioso cuerpo que, en algún momento no muy lejano estuvo al borde de su desaparición. El desconocimiento también existe en el mundo militar desde donde no siempre se han tenido las mejores intenciones y, en algún caso, simulando cambios aparentemente sin importancia, se ha intentado despersonalizar esta unidad suprimiendo o cambiando sus ritos y símbolos.

La Legión desde sus inicios es una unidad que contagia, un ejemplo a seguir por su entrega y profesionalidad. Después de más de noventa años así continúa a la vez que evoluciona adaptándose a las nuevas situaciones sin cambiar una coma de su espíritu fundacional.

No son razones de índole material las que han llevado a la Legión a escribir una gloriosa historia de cumplimiento del deber y sacrificio. Estar convencidos de que se lucha por una causa justa ha sido históricamente para los soldados su asidero moral más firme ante la brutalidad de la guerra. El honor y la honra siempre han sido sentimientos que han acompañado a las unidades moviéndolas hasta límites insospechados. Cuando no se lucha con convicciones morales, cuando cada uno va a lo suyo y no hay una referencia a seguir, un ejemplo a imitar y una disciplina moral que cumplir sólo se lucha por salvar la vida y ese es el momento a partir del cual se empieza a perder la moral, el combate y la vida. Al margen de la formación técnica, de la preparación, de la instrucción y el adiestramiento, la camaradería y la fraternidad, forjan unidades muy sólidas cuyos miembros se sacrifican individualmente en beneficio del grupo.

Con ese espíritu la Legión se crea apostando por la modernidad en cuestiones orgánicas, de armamento, uniformidad, logística de campaña así como con la introducción de una adecuada proporción entre elementos de maniobra y fuego, evolución radical que permitía organizar una base de fuegos muy potente y próxima a la maniobra de las compañías. Así mismo se introdujo un elemento muy importante y pionero en España: el fusil ametrallador.

Pero si importante es la orgánica, el material, la organización…, el cambio más profundo que se produce es el de la mística, su base espiritual que es su fundamento y vida.

Todo queda resumido en uno de los compendios más bellos y sublimes que sobre la milicia se hayan podido escribir “EL CREDO LEGIONARIO”.

Es la base espiritual de la Legión, médula y nervio, alma y rito de ella.  Porque la Legión, nos dice su fundador, es también religión y sus oraciones están en él comprendidas: las del valor, compañerismo, amistad, unión y socorro, marcha, sufrimiento, endurecimiento a la fatiga, compañerismo ante el fuego, y las cardinales: Disciplina, Combate, Muerte y Amor a la Bandera.

La historia de los legionarios es una de las poesías épicas más bellas y duras de la historia de España. Poesía de la vida construida con la pobreza y la grandeza de una vida efímera en la mayoría de los casos, pero vivida con la intensidad del que sabe que puede  morir, que va a morir cuando entre en combate.

Porque esta Unidad, la Legión se construyó con los luchadores de la vida, los aventureros, los soñadores, los esperanzados y los desesperados.

Por qué aquí aflora la complejidad humana con sus pasiones, necesidades y desarraigos. La República mejor y más política del mundo, en que nadie espere que ser preferido pueda, por la nobleza que hereda sino por la que es adquirida…

El legionario necesita verse envuelto en una aureola romántica, en un poema de lucha entre la vida y la muerte, en la vida misma. La Legión trasciende en el tiempo y ser o haber sido legionario es pertenecer a una hermandad que te acompañará siempre, si tú quieres, sin imposiciones.

Es necesario que esto se conozca. “Es imprescindible para la vida de la Legión que se hable de ella, que la conozcan, que no se olvide, que hasta es aceptable la propaganda negativa; en una palabra, la que habla mal de la Legión o de los que la componen. Porque la Legión actúa de potente crisol que todo lo funde. Y apartando las escorias, al verter su contenido, el rojo de la fundición, al hablar de la Legión, reverbera sobre ella, convirtiéndola en propaganda positiva”, decía su fundador.

 ¡Cuantas organizaciones, Instituciones, asociaciones, empresas…!, quisieran tener algo que cohesione con tanta fuerza y verdad.

La razón no es sólo el sufrimiento del combate, ni un intenso entrenamiento, ni siquiera el combatir juntos, ni compartir el espíritu de cuerpo…que todo esto es común a muchas otras unidades. ¡Dios mío! Es simplemente doce espíritus de un Credo, austeras reglas que convierten a unos hombres en Hermandad, Militar, Guerrera y Heroica.

Un Credo legionario que reclama a sus componentes la disponibilidad permanente de su propia vida en el cumplimiento de su misión, que les exige entregar la vida como vocación. Misión insoportable a todas luces si se carece de una visión espiritual, moral de la existencia.

El Credo legionario no es un articulado sino que se compone de “Espíritus” es decir de la esencia y la sustancia de la profesión, de algo que va más allá de su disciplinado cumplimiento y se enfoca más a un profundo sentimiento. Es un sobrecogedor desafío a la guerra y a la muerte, un canto a los fundamentos castrenses de la raza española. Es como un resorte que hace revivir el espíritu de la infantería imperial, que despereza las virtudes innatas de la nación. Quizás por eso no ha dejado indiferente a nadie y ha sido objeto de alabanzas y críticas. También es un código capaz de hermanar con los mismos ideales a los hombres de todas las razas y de todas las creencias. Es un código prodigioso y extraño, y ya se ha dicho, que resulta humano a fuerza de ser severo y duro.

Pasa el tiempo, ya vamos camino de los cien años y cada día estoy más convencido que no hay que cambiar ni una coma.

El Credo es una oración interna y externa pero siempre hermandad y unión; nunca debe de utilizarse para provocar división o enfrentamiento por una mala interpretación.

Y que nadie olvide que ser legionario es obedecer, cumplir con tu deber y obedecer hasta morir. Ser legionario es no quejarse de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño, hacer todos los trabajos, cavar, arrastrar cañones, carros; estar destacado, hacer convoyes y trabajar en lo que le manden.

Si no es así podrás ser otra cosa pero no serás legionario.

Si esto es así, y así continúa, la Legión será eterna. De nosotros depende.

Antes de terminar como legionarios que somos y así sentimos tengamos un recuerdo de agradecimiento y reconocimiento a nuestros caídos y muy especialmente a los que este año han dejado su vida en cumplimiento de nuestro Credo.

¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!

General Dávila  (R) (General de la Legión entre 2001-2004)

Blog: generaldavila.com

08 septiembre 2024

 

LA CONTAGIOSA AGRESIVIDAD Rafael Dávila Álvarez

José de La Peña Acebal, boxeador y Legionario, El León de la Legión, campeón de España de los pesos welter (1932). Fusilado en Paracuellos del Jarama.

En la Legión las rencillas personales no solían hacerse públicas y se guardaban para el aniversario fundacional de la Legión, cuando se montaba un ring en cada Tercio donde los que se la tenían guardada podían subir y resolver en el cuadrilátero, a guantazos, sus diferencias. El boxeo es una dura disciplina y si no estás entrenado acabas roto al primer asalto, como de hecho les ocurría a los enfrentados legionarios que finalizaban hermanados en un eterno abrazo de cansancio del que costaba trabajo separarlos.

En la Ilíada hartos de luchar deciden que los ofendidos y provocadores de la guerra, Paris y Menelao, se enfrenten en lucha abierta, cara a cara, pero Afrodita protege al cobarde Paris cuando está en las últimas y se lo lleva envuelto en una espesa niebla.

Bueno sería rememorar viejos tiempos y en el gran teatro de la vida, un campo de futbol como el Santiago Bernabéu, por ejemplo, nuestros llamados líderes políticos (agresivos y faltones)) dirimiesen sus diferencias a calzón quitado, allí en amplio espacio deportivo, por si alguno huye en veloz carrera, en lugar de transmitirnos cada día la dosis de violencia que a su juicio es conveniente para mantenerse en el poder. El riesgo evidente; lo es para nosotros y más para los que exponemos sin temor nuestras opiniones. Ellos se ríen en nuestra cara. Ya dijo uno de esos agresivos personajes que les conviene que haya tensión. La tensión es hostilidad latente y la agresividad es la tendencia a actuar o responder violentamente. Ya sabemos de qué tensión hablaba. Esa a la que le sigue el indulto o la otra que es peor; ya saben los resultados. Todo lo arreglan con apaños bajo la mesa.

Hace unos días sufrí una agresión que no fue a más, pero pudo. Simplemente un empujón por la espalda sin previo aviso que casi me tira al suelo (esa era la intención) si no es porque uno se mantiene en forma. Lo que vino después no tiene importancia más allá del lloriqueo de un cobarde pidiendo perdón al verse cara a cara. Fue intencionado, intuyo las razones, habrá que tener cuidado porque el ambiente es de agresividad y los culpables de esa crispación tienen nombre y apellidos. Señalar con el dedo es una incorrección. Es tan evidente que no es necesario. Son imitadores de los que se insultan, se agreden con la mirada, con el gesto y con las palabras. Contagiosa agresividad.

Voy a tener que tomar precauciones. Es necesario. La cobardía suele venir por la espalda por lo que a partir de ahora llevaré la pluma cargada y dispararé sintaxis en todas las direcciones. Caiga quien caiga bajo un borrón de tinta. Daré vueltas como un molino de viento sacudiendo en 360 grados.

Aunque ya sé que los cobardes no esperarán a subirse al ring; mandarán a un lacayo y nunca se presentarán al cara a cara.

Afrodita es voluble y poco fiable. Es solo un aviso para aquellos que se protegen en la densa niebla de la corrupción moral, los cuales <<luego verán mucho fango y mierda que fluye eternamente…>> (Aristófanes, Ranas 146…).

Rafael Dávila Álvarez

27 mayo 2024

Blog: generaldavila.com

 

 

LA SEMANA SANTA Y LA REINA DOÑA SOFÍA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

 

Terminó la Semana Santa entre luces y sombras primaverales y la bendición del Cielo sobre nuestra Patria España. Han sido días de lágrimas ocultas que conformaban las nubes al regar nuestros campos tan necesitados. Lluvia, sol y sobre todo fe.

Permítanme que me quede con una imagen a comentar y compartir con ustedes.

Málaga, Mena, la Legión. Madrid, Cristo de los Alabarderos, de la Fe. La Reina Doña Sofía.

El Jueves Santo desde primeras horas de la mañana con un fuerte temporal de viento y lluvia la Reina presidía el desembarco de la Legión en Málaga acompañada del Jefe de Estado Mayor del Ejército, JEME, para a continuación asistir a la entronización del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas acompañando en su fervor al Protector de las Damas y Caballeros legionarios. Fe y devota emoción.

A pesar del desapacible día la Reina presidía el acto con egregia figura, temple castrense y ejemplo constante. Pasaba revista a la Compañía de la Legión. Quien ha mandado a los legionarios conoce el significado que oculta la hierática expresión de sus rostros. Desde la lejanía se oyó un grito que yo les aproximo: ¡Viva la Reina! Parecía provenir de una garganta legionaria. Era el que todos llevaban, silenciado por el solemne momento, en la carta escondida en su pecho: ¡Viva la Reina! Málaga vibraba con su Semana Santa. Inolvidable Mena.

No ha quedado ahí la presencia de Doña Sofía. El Viernes Santo, acudió al Palacio Real de Madrid para acompañar al Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos, que tiene su sede canónica en la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas.

La Reina Doña Sofía siempre ha tenido un enorme cariño a sus Fuerzas Armadas siendo un permanente apoyo para todos y mostrando una especial sensibilidad hacia la tropa.

Su presencia procesionando con ellos es un símbolo de enorme importancia y esa es nuestra obligada lectura: La Corona, la Fe, el pueblo y sus Fuerzas Armadas. Todos en la calle, abrazados a la Fe, dando testimonio de su tradición, la de ese pueblo que reza, que a pesar de todo reza, y desbroza el camino para que lo recorra la esperanza. Y allí la Reina.

¡Al Cielo con Él! ¡Al Cielo con Ella! Por ir a tu lado a verte… Mi más leal compañera… Cristo de la Fe de los soldados de España.

A lo lejos, mirando hacia ese cielo amenazador de tormenta, mientras corrían las nubes empujadas por mil vientos de la primavera oscilante, me llegaba la imagen del Rey Don Juan Carlos. No pude contener una lágrima que humedecía la imagen de nuestro reciente pasado.

Gracias Señora por acompañarnos, por ser portadora de una esperanza puesta en nuestra tradición que la encabeza el amor a España desde los siglos y por los siglos de los siglos.

Han sido días de fe y esperanza. Recuperadas. No olvidadas.

¡Al Cielo…! Resurrección.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

EMBAJADORES MARCA EJÉRCITO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

He asistido al acto de nombramiento de Embajadores de la Marca Ejército de D. Álvaro Mendiola Fernández y Dª María Dolores Soler Ciurana.

El acto presidido por el Jefe de Estado Mayor del Ejército, General de Ejército, D. Amador Enseñat y Berea se ha celebrado en el Cuartel General del Ejército y creo necesario extraer algunas enseñanzas de estos actos que sellan la cada vez más necesaria relación y unidad entre militares y civiles.

He agradecido mucho la invitación porque es corriente desde la situación de retirado quedarse al margen de actos de tanto significado.

Álvaro Mendiola y su esposa, me hacen volver a mis momentos del mando de la Legión cuando él era el Hermano Mayor de la Congregación de Mena. Inolvidable. Han querido que les acompañe en este acto de tanta trascendencia y el Jefe del Ejército, mi querido amigo y respetado General Amador Enseñat, me ha hecho el honor de invitarme.

Relucía en el acto ese espíritu legionario que su Credo reza especialmente para estos momentos: Amistad, Compañerismo, Unión y Socorro.

Los Ejércitos son valores, son relaciones muy profundas, tanto que parece que el tiempo se hubiese detenido —¡hace ya tantos años de aquello!— aquel día que se inició la amistad. La Legión es una amistad eterna, te lleva, te conduce y se va contigo.

Pensaba mientras el acto seguía su emotivo protocolo en la razón de ser de un Embajador de la marca Ejército.

Pensaba, es mi humilde opinión, que España y su Ejército son más que una «Marca», son la historia, nuestra nación junto a una institución del alma, una religión de hombres honrados, y eso es lo que se quiere materializar con este título de «Embajador de la marca Ejército»: llevar los valores de España, del Ejército, representarlos allá donde estéis.

Como decía el JEME: «Os lo habéis merecido, pero el trabajo, la embajada, empieza ahora».

Pensaba que los Ejércitos son un instrumento para la paz, pero estamos para la guerra y que es absurdo ocultar una cruda realidad que ahora se vive con tanta intensidad.

Llama la atención que en un periodo de guerra como el que en estos momentos vive el mundo se hable tanto de armas y casi nadie hable de soldados. Son solo una estadística de bajas y muertes.

Todos conocen los nombres de las armas, sus características, lo más moderno de la guerra; nadie sabe el nombre de un solo soldado.

Se reúnen los gobiernos para hablar de armas, municiones, apoyos de carros de combate, aviones y barcos. ¿Dónde está el hombre? ¿Dónde los valores que cada combatiente lleva en su recámara?

Es muy difícil ser Embajador de los soldados, que eso es en definitiva serlo de la «Marca Ejército»; porque eso es el Ejército: sus soldados: esos que hoy deben estar preparados para la guerra si es que no están ya en su cruda realidad.

No tengáis miedo de aceptar la dureza de esta misión y defender a nuestros soldados, sus valores que los hacen ser los mejores soldados del mundo.

Los nuevos Embajadores saben de lo que hablo. Este no es un nombramiento protocolario ni un título honorífico, esta es una realidad que hay que ejercer cada día y que te exige un constante examen de conciencia en el cumplimiento del deber.

Pensaba por tanto, al conocer desde hace mucho tiempo a los nuevos embajadores, que su nombramiento es justo, equitativo y necesario.

Mi abrazo y felicitación. También os entrego todo lo que soy y tengo, si en algún momento lo vieseis necesario. Solo gritad: «A mí la Legión».

Si todo esto así lo hacéis la Patria, el Ejército, os lo agradecerá, y premiará.

Abrazo legionario y agradecimiento a los que todo lo dais por España.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

18 junio 2023

 

 

 

MILICIA Y JUEVES SANTO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La tradición militar española es de fe, de espiritualidad profunda. Razones que llevan a acogerse a una segura protección y amparo. Este es un oficio de entrega sin límite. Se da todo. No hay Ejército ni Unidad que no esté bajo el amparo de Dios a través de Cristo Jesús, Su Madre la Virgen en sus distintas advocaciones o sus Santos tradicionales.

La noche del jueves Santo camino de la madrugada del viernes es noche de vigilia para muchas unidades que dan muestra de su fe procesionando a su Santo Protector o a Su Santísima Madre.

Pongamos por su popularidad a Málaga: la Legión. Porque en ella están todos: legión.

Ayer, hoy es día de legión. Sí: muerte. No es tan horrible como parece. Es el combate de la vida, en el que todos estamos representados. Asaltos, ofensivas, defensivas, trincheras y alambradas.

Marca la Legión.

¿Por qué?

Compañerismo. Amistad. Unión y socorro.

Ayer, hoy (mañana) es el Cristo legionario, alistado, el primero en la lista de filiados, en servir y abrir las puertas del Cielo legionario. Si no no habría Legión; ni legionarios.

Ayer, hoy (mañana), Málaga desfilaba a golpe de combates, con la vida a cuestas, a hombros legionarios, de firmeza, entrega y solidaridad.

Desfilaba a la cabeza el Jefe del Ejército (JEME) General de Ejército, Amador Enseñat, conocedor de la sensibilidad de sus tropas, allí representaba a todos los soldados de España, todos acompañaban al Cristo legionario. España, Málaga, el Ejército, eran música de servicio, sin duda ni interrogantes «por ir a tu lado a verte…», por España, por los españoles. «y tu amor fue mi bandera…».

Morir no es tan horrible como parece. El atractivo de la Legión, de ser legionario, es espiritual, inexplicable por tanto. Es un imán para el alma: por ser tan sencillo en su complejidad.

No busquen fórmulas ni razones, no indaguen en los corazones: nadie va a contestar.

Solo desde dentro podrán entender.

Por eso es atractivo su canto a la muerte que es a la vida. Es irremplazable y una vez dentro se sabe lo que significa el tránsito y por ello el vínculo con el Cristo de la Buena Muerte.

Un legionario, un soldado, es un luchador frente a la vida, ser valiente sin exageraciones, ser sacrificado sin exaltaciones, cumplir sin alardear, servir sin preguntar, morir para vivir.

«Legionarios a lucha, legionarios a morir». Es lema universal.

Todo es lucha y muerte.

Por eso Cielo y tierra se unen y entienden en ese lenguaje que es el de la Legión: universal.

Tan sencillo por ser sublime: ser soldado de España.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 abril 2023

 

ALMERÍA Y LA LEGIÓN. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El pasado jueves día 9 estuve en Almería presentando mi libro El nuevo arte de la guerra. Todo surgió a petición de la Hermandad Nacional de Legionarios de Honor que preside D. Antonio López Tarifa y con la ayuda de su espléndido Secretario D. Francisco A. Megías Olvera.

El momento fue excepcional ya que era el día fijado para la entrega al Presidente de la Diputación Provincial D. Javier Aureliano García Molina del título de Socio de Honor de la Hermandad por sus probados méritos de amor a España y a sus Fuerzas Armadas entre ellas a la Legión. En el acto celebrado en el Patio de Luces de la Diputación se vibraba de emoción a la entrada del Guión de la Hermandad y al oírse el Himno Nacional.

Lleno de autoridades de la provincia de Almería salió a relucir España en esta tierra donde la bandera de España brilla como izada en el Cabo de Gata en el amanecer que me despedía en el aeropuerto a mi regreso a Madrid. Allí muy cerca, a los pies de su Patrona, Nuestra Señora la Virgen del Mar.

Hacía años que no volvía a esta bendita tierra y regreso con la emoción del encuentro legionario, del encuentro entre amigos que pasados los años se abrazan como si el tiempo no hubiese discurrido sino para hacer más fuerte el abrazo y el cariño que sale de las honduras inexplicables, ese que permanece en silencio para siempre.

He vuelto a verlos, a ellos, a mis amigos de ayer, y más hoy, a mis compañeros legionarios también, y he sentido el amor a un paisaje que se compone desde la mirada que penetró el alma para siempre.

Almería es una poesía escrita en palpitante realidad, cotidiana, humilde, tan sencilla que solo puede leerse en versos como los que escribe el mar en sus orillas.

No quisiera ser empalagoso en mis expresiones, pero mis sentimientos fluyen sin querer, así que con decir «Vengo de Almería, estuve en Almería, me quedé en Almería, todo está dicho».

Olvido mi libro que ahora no importa a pesar de la satisfacción con que fue recibido.

Quiero felicitar y agradecer a la Diputación Provincial de Almería su buen hacer y especialmente a su Presidente que nos siente como legionarios y como soldados de la Patria España. Gracias y enhorabuena.

Vengo tranquilo y pletórico al ver como la relación de toda la provincia de Almería con la Legión cada día es más estrecha y existe una vinculación que la hace referente para la Institución legionaria, su gloriosa Tradición y su modernidad como unidad pionera y dispuesta a ser los primeros en abrir brecha allí donde España los necesite. Su casa, su referente es Almería, allí donde el mando institucional de la Legión es cuidado y amado: ¡Almería!

Descubro esos valores en la joven y dinámica Hermandad Nacional de Legionarios de Honor que muestra una fuerza y empuje auténticos legionarios y que se ha convertido en un referente para todos aquellos que aman a la Legión y quieren comprometerse desde la sociedad civil con sus valores.

Hay mucho que agradecer, muchos nombres que citar, «mucha tela que cortar» que diría un legionario.

Como no quisiera caer en la imperdonable grosería de olvidar algún nombre solo digo: ¡Gracias amigos! Vosotros sabéis quienes sois.

Termino con una anécdota que me emocionó y que nadie conoce. Entre los asistentes estaban muchos mandos de la Legión encabezados por su Coronel Jefe accidental ya que el General se encuentra de misión en el Líbano. Se acercó un joven corpulento a que le firmase el libro.

—¿A quién le dedico el libro?

—Legionario Lucas, mi General.

Al Caballero Legionario Lucas del que un día tuvo el honor de ser su general.

Esto es Almería. Esto es la Legión. Esto es compañerismo, amistad y unión y socorro.

Esto es «no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos».

¿Lo entienden?

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

12 febrero 2023

 

 

DIARIO DE UNA BANDERA. General Dávila (R.)

 

Escultura en homenaje al laureado Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga en Erandio. Fue arrojada por etarras a la ría y esta es de las pocas fotos que se conservan. Su espíritu está intacto y lo llevamos muchos como herencia imborrable

Si nadie defiende a la Legión ella se defenderá sola como lleva haciéndolo casi desde su fundación. Para los que nada saben de cosas militares y también para los que las saben, pero no se enteran, conviene que repasemos algunas cosas. Si se dan una vuelta por los lugares de guerra, que son muchos, esos donde la vida es lo efímera que es y además te das cuenta porque al segundo ya no vives, verán que el nombre de Legión española es conocido en unas y otras fronteras, trincheras ahora, y en ambos lugares es conocido el valor y profesionalidad del legionario, la mayoría de las veces envidiado e imitado. Su espíritu y Credo es referente para todos los ejércitos del mundo y aún hoy nadie ha logrado condensar en un Credo la historia militar y el espíritu del soldado que desde Jenofonte se quiso transmitir. Solo lo ha logrado el Credo de la Legión.

A día de hoy no hay una nación en el mundo que se eleve por el rango de valor y honor por encima de la Legión española. Lo curioso es que nuestros gobernantes se abrazan a la obra y desprecian a los arquitectos. Eso trae el peligro de que la obra se te caiga encima y te sepulte en su heroica historia que suele ser de anónimos legionarios que no son otra cosa que soldados atraídos por el imán de un Credo que habla de honor, valentía y muerte. ¿Muerte? ¿Qué sabes tú de Gilgamesh, de la Ilíada, de la sibila de Cumas o de Borges? Paséate del brazo de un culto legionario y él te dará cuenta de todo y acabará con tu Humbaba.

Les contaría y a ello les emplazo. Por ahora solo decirles que la ley no es importante sino su interpretación y es por lo que inventaron un Tribunal Constitucional que lo hace a modo y manera. Sirven la cabeza del Bautista en bandeja de plata. Ahora le toca a la cabeza de la Legión.

Me ha emocionado recibir una imagen que un coronel y viejo amigo me remite de la que fue la estatua del vasco español laureado Juan Maderal Oleaga en Erandio. Hoy es casi imposible encontrar rastro de aquella conmemoración porque nos guste o no España ha desaparecido del llamado País Vasco. Se lo voy a decir de otra manera: aquello no es España y si no me creen solo tiene que darse una vuelta por aquellas bellas tierras y verán que si no pertenecen al PNV o «a los otros» no se sacan ustedes ni el carnet de conducir. España no tiene solución y ha desaparecido como nación para quedar una cosa política y un negocio entre unos cuantos a lo que llaman  estados o autonomías; por ahora.

Ese es el problema de España: que no se puede hablar de España en España.

Como no se puede hablar de la Legión sin recurrir a su historia y las bases en que se fundamenta su espíritu. El honor de ser un ejemplo del Credo legionario al mando de la Legión solo lo ha logrado el teniente coronel Valenzuela al morir en combate al frente de sus legionarios. Otros hubiésemos querido la misma gloria, pero Dios manda y nosotros obedecemos. Lo que no nos ha faltado a ninguno de los que hemos mandado la Legión ha sido el honor y el constante fervor por exigir desde la exigencia a uno mismo, ser ejemplar hasta en lo más mínimo y no actuar sino ser.

Los nombres de los jefes de la Legión son inseparables de la Unidad, todos, y ha sido el valor y esa forma de dirigir el combate de sus hombres lo que ha distinguido a los más distinguidos, que los hay.

Por ello y con ello contamos cuando alguien quiere reinterpretar la historia de la Legión y politizar un estilo de mando único y sin igual que ha hecho que la Legión sea querida y admirada por el mundo entero entero.

Hombres como Millán-Astray, Valenzuela, Franco… han sido guía y ejemplo de todos los que nos hemos puesto al mando de los mejores soldados del mundo.

Aquellos que solo eran bonitos sombreros.

¿Quiénes son esos soldados

De tan bonitos sombreros?

Es el Tercio de legionarios

Que llenan sacos terreros

Los tenían sin actividad de combate. La Legión es combate y por eso algunos la temen, los cobardes retroceden ante su nombre.

29 de junio de 1921. Primer día de gloria. ¡Al fin!… Buharratz, Muñoz Crespo. Asoman los héroes: Torres Menéndez, Ortiz de Zárate, Arredondo, Monterito, cuarenta legionarios muertos.

Ya se oye ¡La Legión! ¡La Legión!

22 de julio. ¿Qué sucede? Melilla. Le toca a la I Bandera, la de Franco. ¡En socorro de Melilla! El Fondak, a Tetuán. ¿Será posible? ¡Hay que seguir! ¡Hay que seguir! Sordos a la corneta hay que despertar  a los legionarios. Dos noches sin dormir, más de cien kilómetros en día y medio. La más dura marcha de una unidad de infantería, sin apenas descanso, algún sueño breve en la cuneta. La legión empieza a vivir y a sentir su Credo.

¡Melilla! Se entra cantando, La Madelón… No queda nada de la Comandancia General. Gritos de ¡Viva España! ¡Estos son soldados, que negros y qué peludos vienen!, mil comentarios, las emociones más grandes de la vida militar. Para esto se fundó la Legión.

Nador, Monte Arruit… en la guerra hay que sacrificar el corazón ¡esperan tantas posiciones!

Las salidas son casi diarias y el aprovisionamiento de las posiciones requiere la presencia de la columna y librar combate con el enemigo. Como un chorreo van disminuyendo los efectivos de la Legión y Regulares.

El Atalayón, Caseta del Tren, Sidi-Hamed (solo Manolo, el valiente cantinero, visita a diario la posición)…

Los blocaos, el de la Muerte, Mezquita, Dar Amed (el Malo).

Dar Amed desaparece bajo los escombros. Antes, un Cabo y catorce legionarios, voluntarios,  han ido en su auxilio. Saben que van a morir. El legionario Lorenzo Camps, había cobrado días antes la cuota y no había tenido ocasión de gastarla, hace entrega de las 250 pesetas a oficial diciéndole:

«Mi teniente, como vamos a una muerte segura ¿quiere usted entregarle en mi nombre este dinero a la Cruz Roja?».

El cabo que los manda es el legionario Suceso Terreros cuyo nombre figura con letras de oro en el Libro de la Legión.

¡Así mueren los legionarios por España!

¡Casabona! Felicitaciones: ‹‹ Con su indomable valor, con su admirable amor patrio, con su incomparable pericia…››

¡Viva España! ¡Viva la Legión!, grita el bravo Blanes, abanderado de la primera Bandera. Se lo llevan gravemente herido.

Solo se ve a Millán-Astray. Lo manda todo cuando cae herido el bravo jefe de Regulares, González Tablas.

Nador, Tahuima, Sebt y Ulad-Dau…

El ardor de aquellas tierras se humedece con sangre legionaria. Cuatro bajas, veinte, cien bajas… ¡Viva la Legión! ¿Y si no se hubiese creado la Legión?

El 10 de octubre de 1921 es glorioso en la historia de la Legión. El Gurugú, de Segangan a Taxuda. Las bajas se multiplican. El enemigo con gran arrojo ataca por todos lados. Hace falta espíritu más que balas. Hasta los acemileros acuden al fuego.

El pecho descubierto de los legionarios parece blindado con acero

¡En avant! ¡En avant! Grita un legionario francés.

Se lucen las baterías gallegas ¡admirables! Se convierten en la artillería de la Legión.

Monte Arruit ¡al fin! No se puede describir el horrendo cuadro que se presenta. La mayoría de los cadáveres han sido profanados o bárbaramente mutilados… Sobre la fosa común un puñado de tierra. Y una oración legionaria. Porque juntos formamos bandera.

La Legión va creando su historia de bravura y lealtad.

Y así, continúa el relato de guerra. Como entonces fue y como desde entonces se grabó en el alma legionaria. ¡Para siempre!

Pasan los legionarios por la plaza y se escucha a un grupo de soldados la inspirada canción del Legionario, de la que es autor el comandante Cabrerizo. Es uno de los cantos más bonitos hechos a la Legión:

¿Quiénes son esos bravos soldados

Con bustos de bronce, curtidos al sol?

Legionarios del Tercio Extranjero

Que llevan la savia del suelo español.

Un laurel brota siempre en las huellas

Que los legionarios dejan al pasar

Y germina regado con sangre

Formando una hermosa corona triunfal

Acogido a la Bandera

Que tremola mi Legión

Se ha dormido la quimera

Que guardé en mi corazón.

Soy legionario de España,

Que una hazaña sin rival

dará al libro de su historia

Para ofrendarle la gloria

De otra página inmortal.

Legionario, legionario,

Canta alegre tu canción,

Que el cantar es legendario

En nuestra heroica Legión

Soy legionario de España

Que una hazaña sin rival

Daré al libro de su historia

Para ofrendarle la gloria

De otra página inmortal.

Páginas inmortales para nuestra heroica Legión. Tres jefes, los primeros: Millán-Astray, Valenzuela, Franco.

Muchos otros hemos mandado las tropas de la Legión. Es el honor de mandar sobre el valor. Nuestra base, la fuente de nuestro hacer, nuestro reglamento y conocimiento está escrito en los libros y el ejemplo de sus tres primeros jefes: Millán-Astray, Valenzuela y Franco. Son la esencia y el alma de la Legión, lo que fue, lo que es y lo que será.

Después de aquello quedan héroes como Juan Maderal Oleaga, último Caballero legionario laureado y oficiales como el comandante Baró muerto en Irak donde supo morir como un héroe dirigiendo la defensa contra un preparado criminal atentado donde murieron gritando viva España. Nadie ha pensado en condecorarle, pero la Legión no olvida.

Mientras más enterréis a un héroe de la Legión más os perseguirá su valor y su honor. No lo intentéis. Es mejor que la borréis de vuestro horizonte y cuando la echéis de menos no lloréis.

General Dávila (R.) Jefe de la Legión entre 2001 y 2004.

Blog: generaldavila.com

19 enero 2023

LA BANDERA DE LA LEGIÓN LLAMADA FRANCO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Aún recuerdo el día que estaba firmado el decreto (¿era Real?) por el que se disolvía la Legión. No fue, pero ganas no faltaron y quedó el compromiso para entonces, para un será que va siendo. Llegará, como todo eso que se sabe, pero se omite.

Permanece oculta la documentación. Como la referente a la negativa rotunda desde el ministerio de Defensa a conceder la Laureada de San Fernando al Regimiento de Caballería “Alcántara” por su heroico comportamiento en la retirada de Annual. Hubo que esperar al siguiente partido político en el Gobierno; que así funciona esto: hacer y deshacer lo hecho. O la reciente Laureada a la Legión en su Centenario: no ha lugar.

Obras son amores y no palmaditas en una espalda que se creía de hombros (¿o era de hombres?) anchos hasta que…

Pues sí. Había una Bandera de la Legión cuyo nombre era “Comandante Franco” en honor al cofundador de la Legión. La unidad se creó en 1936, como muchas otras unidades, legionarias o no, y fue en 1992 con el Gobierno socialista de Felipe González cuando definitivamente asumió el nombre y guion del que fue su jefe: I Bandera de la Legión «Comandante Franco», hoy encuadrada en el Tercio Gran Capitán 1º de la Legión con sede en Melilla.

Por Resolución de la ministra de Defensa, se cambia el nombre y pasa a denominarse: “Bandera España”. Así sin más explicación que la razón de una ley que está por ver si tiene razón y responde a razones de ¿convivencia o enfrentamiento?, ¿históricas o venales?, elaboradas con tinta roja como la de aquellos sótanos de humedades donde se parió la interpretación de la Ley.

¡Escribid, sin miedo, que lo importante es interpretar!

Sé cosas, no todas, más que me figuro, y entre la tristeza de estos trampas ideológicos y ofensores de la Historia, innecesarias, máxime hechas a los mejores servidores de España y su democracia, los más respetuosos, sé que el debate por el cambio de nombre ha dejado sin dormir a muchos.

La orden era irrenunciable e indiscutible «¡Hay que cambiar el nombre!». Hubo total acuerdo. Nadie rechistó (que yo sepa), nadie preguntó fuera del círculo más próximo, incluso alguno asistía sin maldad, sino con obediencia y leal colaboración, porque como dice Julio Iglesias: «Llegar a la mesta cuesta/te cuesta tanto llegar/y cuando estás en ella/mantenerte cuesta más…».

Una sonrisa inevitable, casi una mueca dolorosa, se detiene en mi rostro cuando conectado a la escritura pretendo decirles algo.

¡Hay que cambiar ese nombre! Había que hacerlo. «Llegar a la meta cuesta…».

Todos se pusieron a pensar en la orden recibida: ¡Hay que cambiar ese nombre, hay que cambiar ese nombre, hay que cambiar…! Rondaba el plan de operaciones por las mentes que se sentaban ante el mapa para llevar a cabo el planeamiento de esta difícil maniobra. Se pusieron en «posición de firmes»: pensadores.

La Legión, Centenario, Laureada…

LAUREADO DE LA LEGIÓN Y LA ETA

Hace unos días el Jefe del Ejército de Tierra presidía un acto —quizá el acto más glorioso y a la vez más silenciado de los últimos años de nuestro Ejército de Tierra— en la sede del mando institucional de la Legión (Base Álvarez de Sotomayor, de la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII). Se conmemoraba el combate de Edchera última acción de guerra en la que se concedieron 2 Cruces Laureadas de San Fernando con carácter individual: Brigada Caballero Legionario Francisco Fadrique Castromonte y Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga.

El JEME elegía el lugar adecuado, asistía allí donde el deber de un soldado rinde culto al honor y al valor. Una acción muy simple, aguantar solos ante el enemigo protegiendo el repliegue de sus compañeros. Es la brevedad y humildad del lenguaje militar cuando te llega la muerte sabiendo que para un soldado es inevitable, y la esperas con la gallardía del que muere por otros, del que solo tiene la vida y la vida da, sin nada pedir.

¿Por qué me ha venido a la mente este recuerdo si se trataba de hablarles del cambio de nombre de una Bandera de la Legión?

Resplandece la idea, el porqué brilla y todo se hace más claro. Diáfana la Historia, todo tiene una explicación y se saben cosas de las acciones premeditadas que conducen al lugar marcado en rojo.

El laureado legionario Juan Maderal Oleaga era de Erandio (Bilbao) y allí le erigieron un monumento que al poco tiempo la alimaña etarra arrancó de cuajo y arrojó a la ría.  Al poco tiempo su hermano, José María Maderal Oleaga, Presidente de la Hermandad de Antiguos Caballeros legionarios de Vizcaya, fue acribillado a balazos por la ETA.

¿Entienden? ¿Entendemos a España? Miren la composición del Gobierno, sus apoyos para gobernar.

Nadie pide cuentas a los asesinos que caminan a alzarse en monumento y pronto serán puestos como ejemplo.

Levantamos monumentos y otros derribamos. El del último héroe español, un soldado, hubo que sacarlo de una ría y en silencio, casi a escondidas, guardarlo en un acuartelamiento de la Legión en Almería.

La luz se proyecta sobre la escena sorprendiendo al mismo director de la obra. ¡Apaguen la luz!, nos gritan.

No lo vamos a hacer.

Sobre frágiles pedestales descansa el pasado efímero de nuestra reciente historia, como quedó en los versos de Machado:

Este hombre no es de ayer ni es de mañana,

sino de nunca; de la cepa hispana

no es el fruto maduro ni podrido,

es una fruta vana

de aquella España que pasó y no ha sido,

esa que hoy tiene la cabeza cana.

Sigo escribiendo y noto aún la sonrisa helada en mi rostro.

BANDERA COMANDANTE FRANCO Y BANDERA ESPAÑA

Bandera “Comandante Franco” era la historia que ahora pasa a ser “Bandera España”. Una mala jugada del destino o quizá una sabia jugarreta de una de las mentes que pensaban ante el mapa del planeamiento. ¡España! ¿Irónico? No discutamos. El sapo viene con vaselina.

Franco, España, por España, de Franco a España, ¿la España de Franco?, ¿es Franco España?, ¿ha entrado Franco en España o ha sido España en Franco?, ¿es lo mismo Franco que España? ¿qué tiene España de Franco y Franco de España? ¿se llama la Bandera: Franco? ¿han cambiado la Bandera? El tema sería motivo de chanza por mucho tiempo, pero en España, incluso en la de la «Bandera» no quedan ganas de risas. Todo es llanto.

No sé qué les ha pasado para semejante error. El caso es que Franco debe estar encantado. Una vez más sigue siendo el protagonista que rellena los tiempos de esta pobreza intelectual que nos rige, obsesión, lo cual es asumible, ¡qué le vamos a hacer!

Y ahora, aquí, viene el gran interrogante.  En la Guerra Civil se concedieron –y ruego a la Real y Militar Orden de San Fernando me corrija el dato si hay error- alrededor de 70 Laureadas Individuales y 1214 Medallas Militares Individuales. A esos números hay que sumar los de Laureadas y Medallas Militares Colectivas que lucen las banderas de las unidades que las obtuvieron, aunque muchas de ellas han desaparecido y, lo que aún es peor, sus historiales duermen en la oscuridad de la historia olvidada con alevosía.

¿Qué se va a hacer con esas banderas, con esos hombres, con esos héroes a los que el capricho, la maldad, la inquina de un partido que vuelve a las andadas, quiere borrar a golpe de leyes? Hubo una primera ley llamada de Memoria Histórica, que se ha hecho dueña y señora de una falsa historia. Por ella, por la tibieza de muchos, también de algunos uniformados, se han borrado nombres de héroes de las calles de los Regimientos y retirado de las efemérides sus acciones ¿Por qué? ¿Qué calificación le da la ley a esos hechos? ¿Qué calificación le da la Asamblea de la Real y Militar Orden?

¿Habrá que destruir sus historiales? ¿Desprender de las banderas las corbatas Laureadas? ¿Borrar de la historia militar a miles de héroes?

Son cerca de dos mil expedientes de los héroes de España. ¿Qué va a pasar con ellos a raíz de la nueva ley? Conteste el que pueda si sabe. Duele esta actualidad. Lo es la pobreza moral, la indignidad y el abandono en manos del helador rasgo del frío acontecer que nos sumerge en las tinieblas del futuro en el que de España no quedará ni el palo de la bandera. De la que antes era llamada «Bandera Comandante Franco» ni de aquella por la que murió Juan Maderal Oleaga y su hermano José María. ¿O es que no se han dado cuenta todavía cuál es el camino y hacia donde nos lleva?: No.

General Dávila (R.)

Blog: generaldavila.com

18 enero 2023

PRESUPUESTOS Y MINISTROS DE DEFENSA PARA LA GUERRA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

A todos se les llena la boca de milicia y ardor guerrero cuando entran por la puerta del 109 del Paseo de la Castellana de Madrid, sede del ministerio de Defensa.

No voy a hacer ningún análisis del comportamiento de los titulares del ministerio más fácil del ejecutivo, aunque ganas no me faltan de hablar de aquel del piano o del manchego metido a mal poeta y peor defensor de la Defensa.

No solo la peor pareja, sino que también hubo quien hizo trizas la Legión y jugó con el personal militar reducido a sus leyes. Ya sin remedio.

Lo que quisiera traer a debate es que ninguno, o casi, ahondó en los presupuestos para la Defensa de España, que no son para los ejércitos sino para que los ejércitos defiendan a España, es decir para que todos los españoles vivan en libertad, esa que solo se obtiene desde la seguridad y tranquilidad que marca el artículo 8 de la Constitución; y fíjense que se da la paradoja que es defensa incluso de los que no quieren una España fuerte y unida:

«Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional».

Aquí y allí todos hablan de guerra, pero nadie habla del dinero que hace falta para la guerra. Les dije que uno de los síntomas de fatiga de una guerra es la escasez de munición y la dificultad para reponer un material que requiere mucho tiempo para su fabricación y puesta en marcha. Es decir que dependemos de dos cosas: el presupuesto y una industria capaz de satisfacer las necesidades de la Defensa en tiempo y espacio. Esto es algo que ha pillado desprevenidos a casi todos los ejércitos al creerse que ya no había guerras largas, que todo era cuestión de semanas y que con lo que tenían era suficiente. Algo de lo que alertó el Jefe de Estado Mayor de la Defensa de España en su reciente comparecencia ante la Mesa de Defensa del Congreso de los Diputados: «La industria de Defensa forma una parte fundamental de la Defensa Nacional y tienen las capacidades que tienen. Entonces, aunque haya más dinero, en muchas ocasiones no es posible obtener lo que se quiere porque hay un límite en las cadenas de producción. Por eso yo he dicho que esto a lo largo de estos años debe permitir mejorar la competitividad de nuestra industria; han tenido un periodo de contracción importante durante todos los años en los que prácticamente no ha habido inversión o ha sido escasísima y ahora, evidentemente, no se les puede pedir para mañana que cambien radicalmente esto…».

Tenía que tronar para que nos acordásemos de que las tormentas no avisan y que cuando llegan no es cuestión de lamentarse. «Cuando estalla el trueno es demasiado tarde para taparse los oídos».

De repente todo ha cambiado y nos ha pillado, como vulgarmente se dice, desnudos. Sin traje que nos cubra. Nueva revisión estratégica, nuevo planeamiento de fuerzas, nuevo objetivo de capacidades militares, y todo ello sin quitar el ojo a la guerra de Ucrania.

¿Qué habrá al otro lado de la colina? La eterna duda de la guerra del futuro. ¿Cuántica o mecánica? ¿Fisión o fusión? ¿Qué nos depara el futuro?

Nadie podría imaginar que un Gobierno formado por socialistas y comunistas, apoyados en el pilar del separatismo, iba a subir el presupuesto de Defensa en un 26%. ¿Por qué? Gravedad sin duda ante la incertidumbre y presiones de nuestros aliados, lo que nos demuestra que estamos ante una situación de máxima gravedad. Es notorio que en España ha pasado desapercibida la mayor subida presupuestaria en Defensa de los últimos cien años. Desde luego de nada serviría si esta subida es coyuntural y una vez resuelta la actual coyuntura pasamos a lo de siempre. Porque lo de siempre, señores ministros de Defensa de la historia democrática del Reino de España, es que ninguno de ustedes, ninguno, se tomó en serio esto de la Defensa y creían que era mejor dejarse matar que defenderse, todos, y a esa situación nos han arrastrado.

Ha tenido que llegar doña Margarita Robles al ministerio de Defensa para indicarles el camino. La actual ministra de Defensa a pesar de estar rodeada de emboscadas y campos de minas ha sido capaz de subir el presupuesto de Defensa un 26%. Ese es el dato. Positivo. Tomen nota los mariscales de campo que nunca supieron lo que es ser sacrificado soldado español que todo lo aguanta menos que le hablen alto.

Algunos de los que se subieron al reglamento de honores militares lo hacían a voces. Pero de presupuesto ni para la dignidad del combate diario.

Esperemos que el paso final sea asumir que la Defensa no es algo partidista ni de partido, sino común, indivisible y necesario para la libertad y el bien común. Mientras juguemos con los soldaditos y nos guste más el pódium y mandar generales que el bien común no iremos a ninguna parte. No me canten canciones guerreras y se pongan estrellas en las solapas. Nunca mandarán nada, porque no es esa su misión en las Fuerzas Armadas, sino armarlas de verdad y hacer uso de ellas para lo que están.

Sí: por primera vez tenemos un presupuesto digno, aunque tan tarde que de nada servirá si no se convierte en estructural; con una ley de consenso y que contemple la guerra del futuro que ya está en marcha.

Es necesaria más que nunca una ley de programación y financiación de la Defensa. Por primera vez nos vemos más cerca.

La guerra llama a nuestras puertas. Un futuro incierto está golpeándonos. Todos ustedes deberían saber distinguir al cuco del gavilán, que no son iguales como Plinio creía. Los huevos en nido ajeno.

¿Es que no se dan cuenta?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez        

Blog: generaldavila.com   

15 diciembre 2022

¡LEGIONARIOS A LUCHAR! ¡LEGIONARIOS A MORIR! Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Alguien debería tenerlo en cuenta. Darlo todo, no querer nada, ni pedir ni rehusar. ¡Soldados!: sí: y ¡legionarios!

¿No es lo mismo? No. Nunca lo fue. Su código fundacional lo decía. Sin engañar a nadie: ¡Venís a morir!

Era el cartel de bienvenida.

La Legión: ¡Legionarios a luchar, legionarios a morir!

El sentimiento de ser legionario se explica solo en la mística, en razones ocultas, en el misterio que alcanza a unos hombres que se sienten atraídos por la honestidad y rectitud de una épica inalcanzable si no es a base de sacrificio y entrega total. Abandonarlo todo sabiendo que recibirás lo único que la Legión puede darte: una razón para vivir y morir.

La Legión atrae y acoge. Prepara para el combate y para la muerte.

La Legión es un Credo; previo al combate, un Credo para la vida y la muerte. Inexplicable. Como el sentimiento de ser legionario.

Todo empieza cuando sobre tu pecho cierras el penúltimo botón de la camisa verde. Cuando cubres tu cabeza con el gorrillo legionario después de la dura prueba de hacerte digno a ello. El misterioso cambio se produce. Segundos después; si vales; si no es imposible una segunda prueba.

Cuando eres legionario la exigencia no termina jamás, jamás. Es el proceso. No hay reserva ni retiro, no hay final, todo continúa aquí y, después, más allá, tiene su posteridad en lo que debe ser el cielo legionario.

Ritos y tradiciones. Gestos y valores. El ritual del honor. El choque es un torneo de valor. Se mide en su compañía. Comienza el combate. En la Legión la virtud y el rito tienen una fuerza superior a las armas.

Por eso es Legión.

No. No es un grotesco ¡viva! a la muerte irracional. La burla es propia del que miente y no hay nada más auténtico que la muerte. No se la desea, no se la teme, no se juega con ella; es una posibilidad tan alta que mejor uno olvida el trance que casi con seguridad tendrá que soportar.

Lo sublime, por ser real y único, suele ser motivo de rabiosa crítica para enmudecerlo y que deje de tener esa fuerza invencible del hombre que se eleva a las cotas de la inmortalidad. Eso es temido porque es honrado, decisivo en la batalla personal con la vida. Invencible.

Nada es imposible. Superar el tránsito te hace invencible. Darlo todo; no querer nada; nada pedir.

Después de la victoria, en esa hora del regreso a casa, surge la tragedia ante el enemigo más duro de vencer: la vida.

Es otro combate cuando es frente a los que se señalaban como tus amigos y ahora requieren engaño, tretas, hablar a la asamblea, con retórica y falsas esperanzas. Difícil adaptarse a un mundo de mentira al que le has ofrecido la vida a cambio de un monumento al olvido, al héroe desconocido, y que nada quiere saber del que regresa vivo y puede contarlo en la asamblea.

No abandonar a un hombre en el campo hasta perecer todos es el épico legado de la tragedia griega que no admite que nadie toque el cuerpo muerto de un legionario que no sean sus compañeros de combate. La muerte trae el reposo, honra al guerrero hasta el extremo.

La imagen es la de Áyax cuando lleva al hombro el cadáver de Aquiles protegido por Hermes y Atenea. Aunque luego otros le traicionen.

«El hombre noble debe vivir con honor o con honor morir».

El héroe del pasado incomoda a la asamblea a la que el legionario le recuerda que hay quien da la vida por su Patria. Que la honradez es su exigencia. Que ha combatido y dado la vida frente a los traidores a su juramento, el que ellos —les recuerda su traición— le presentaron hipócritamente. Debajo de aquella bandera que era el símbolo de su entrega. Nunca has de ser perjuro.

De traidores está llena la asamblea.

Nadie escucha; y le contentan con el rito mantenido, pero sin fondo, que canten sin fundamento, emocionen los festivos, resurja la nostalgia entre nostálgicos, durará lo que dure hasta que llegue el miedo; ese que impone una ley que acaba con el pasado. El temor a la ley es mayor que la muerte en combate.

Eres como un estorbo desleal que cometiste: el gran error de sentir una patria y seguir un camino recto y noble. Eres ya algo ilegal. Ahora te castigarán con una multa, incluso meses de cárcel, mientras perdonan el delito cometido contra la patria, ese por el que los que lucharon están llenas las sepulturas; de trabajadores honrados ¿engañados?

Hablar de patria, de unidad y de integridad es un delito.

¿Dónde está escrito el delito de amor a la patria? ¿En qué código está el honor?

Lo demandó el honor y obedecieron,

los requirió el deber y lo acataron ;

con su sangre la empresa rubricaron,

con su esfuerzo la Patria engrandecieron.

Fueron grandes y fuertes, porque fueron

fieles al juramento que empeñaron.

Por eso, como valientes lucharon,

y como héroes murieron.

Por la Patria morir fue su destino,

querer a España, su pasión eterna,

servir en los Ejércitos, su vocación y sino.

No quisieron servir a otra Bandera,

no quisieron andar otro camino,

no supieron vivir de otra manera.

«Las antiguas acciones de enorme valor de sus manos han caído, han caído hostiles a juicio de los hostiles y miserables…». Ya sabíamos que «los dones de los enemigos no son tales y no aprovechan».

En la Legión nada se hace por ti, pues no se tiene en cuenta a los don nadie.

Ciertamente que a los mortales les es posible conocer muchas cosas al verlas. Pero antes nadie es adivino de cómo serán las cosas futuras.

El futuro es incierto, pero algo ya sabemos. Siempre habrá un legionario que reaccione ante la contraseña:

¡LEGIONARIOS A LUCHAR! ¡LEGIONARIOS A MORIR!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

1 diciembre 2022

 

 

EL MONUMENTO A LA LEGIÓN ESPAÑOLA EN MADRID Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Ante los numerosos lectores del blog que me preguntan sobre el monumento a la Legión española colocado en el Paseo de la Castellana de Madrid debo aclarar mi desconocimiento de los hechos y por tanto mis limitaciones a la hora de informarles. Todo lo que les diga es a título particular y sin más valor que el de la opinión de quien en su día estuvo al mando de la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII y por tanto fue el mando institucional del conjunto de la Legión. Poco o nada puedo contarles de fuentes oficiales.

La idea del monumento debió surgir como uno de los actos a llevar a cabo con motivo del Centenario de la Legión que por culpa de la pandemia pasó casi desapercibido y que visto desde una cierta distancia, a mi juicio, no solo fue casual, sino también causal, a la forma de ser legionaria. Un Centenario caracterizado por la humildad, cumplimiento del deber exigido, donde las celebraciones fueron menos de las justas y las conmemoraciones solo en recuerdo de nuestros muertos. Como debe ser. Vanidades marginadas. El resto formaría parte de las bambalinas que en ocasiones ocultan la verdad del Credo legionario. Mejor así, sin alharacas, exhibiciones solo de los que más aparentan; y algún olvido hacia los que más la representan

…de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.

Idea brillante la del monumento en la capital de España, como otras muchas que no pudieron ver la luz, y que ahora se ejecuta gracias a la excelente labor de los que la pusieron en marcha y han llevado a buen fin. Preciosa figura de un legionario con sus característico gorrillo legionario, chapiri, y el fusil con la bayoneta calada, esgrima del combate cuerpo a cuerpo que dio fama a la Legión.

Entre la Fundación Museo del Ejército y el Ayuntamiento de Madrid se organizó una campaña de donaciones que supongo haya llegado a buen fin y cubierto los gastos.

Sí puedo decirles que el monumento lleva una cápsula del tiempo en la que figuran la primera filiación, el libro del fundador teniente coronel Millán-Astray La Legión, la historia de la Legión en sus cien años, un gorrillo legionario (chapiri), el Credo, el Libro de Oro, un trozo de camisa verde, la imagen del Cristo de la Buena Muerte, el emblema de la Legión, una bandera de mochila y alguna cosa más sin mayor relieve.

Como ustedes también me hago mis interrogantes y quedé algo perplejo al ver como casi en la clandestinidad se izaba el monumento un día tan señalado como el 20 de septiembre: Aniversario Fundacional.

Allí ha quedado a la espera. De lo que me cuentan deduzco que la operación está coordinada entre el Ayuntamiento de Madrid, la Fundación Museo del Ejército y el ministerio de Defensa. Se supone que dadas las fechas se está a la espera de su inauguración oficial alrededor del Día de la Fiesta Nacional de España (suposición), 12 de octubre. Nada concreto.

Mi extrañeza ante tanto secretismo y precauciones entiende que podría ser una maniobra de diversión para evitar que «el personal descontento» se irrite y funda el bronce como con los cañones convertidos en Malospelos y Benavides. Son pocos, desde luego no son legión, no se les oye, aunque su rugido parezca aullido. No es bueno renegar del ser y nacer en España.

Lo importante es el homenaje de la capital de España, de Madrid, a esos hombres humildes, sacrificados y valientes legionarios.

Por cierto y para que vean quienes son unos y otros, el último legionario laureado fue un vasco de nombre Juan Maderal Oleaga; murió frente al enemigo, combatiendo por salvar a sus compañeros en el Sahara, en la Saguia el Hamra (El Aaiún). Dio la vida generosamente como corresponde a un legionario. Se le erigió un monumento en Erandio, su pueblo, pero los etarras lo arrancaron de cuajo arrojándolo al Nervión. La estatua de Juan se encuentra ahora, después de su rescate, en la Brigada de La Legión en Almería. Está mutilada porque así salió del fondo de las aguas del Nervión donde ha quedado su desnudo brazo para vergüenza de los asesinos. Sobrecoge su expresión y belleza.

Su hermano José María era el presidente de la Hermandad de antiguos caballeros legionarios de Vizcaya. El 17 de marzo de 1979 fue asesinado por la ETA, el enemigo; por eso: por ser Caballero legionario.

No sé si estos detalles estarán guardados en la cápsula del tiempo.

Poco más puedo contarles. Parece ser que el lugar elegido inicialmente era frente al Palacio de Oriente, pero…

La belleza del monumento es indiscutible. Debemos felicitar a los autores.

Hubiese preferido una pareja de legionarios y no la soledad individual, pero comprendo que el peso, presupuesto y algún detalle más lo impidan.

La Legión no es el hombre solo, sino muchos (legión) y su Credo acentúa esos espíritus de Compañerismo, Amistad, Unión y socorro.

«Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos».

Me falta un legionario a lista, junto al del Paseo de la Castellana. Podría ser Juan Maderal Oleaga.

El caso es que se haya iniciado el proceso, que no se interrumpa y que todos recuerden el sacrificio de la unidad más popular, querida y admirada por el pueblo llano y sencillo: La Legión.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

3 octubre 2022

Blog: generaldavila.com

 

MUERE EN ACTO DE SERVICIO EL SARGENTO DE LA LEGIÓN JULIO LUQUE VIRUES Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El sargento de la Brigada de la Legión Julio Luque Virues, ha fallecido este viernes al volcar el vehículo militar con el que realizaba los ejercicios preparatorios para el cumplimiento de su misión en Irak. En el accidente otros dos soldados resultaron heridos y traslados al hospital donde han recibido el alta.

Los hechos ocurrieron en el campo de maniobras Álvarez de Sotomayor, base de la Brigada de la Legión.

El vehículo era, una vez más, un viejo BMR (Blindado Medio sobre Ruedas) que sigue siendo el más utilizado a pesar de su antigüedad y los serios problemas que siempre ha originado. No es la primera vez que sufre un vuelco o accidente con consecuencias fatales.

En nuestros ejércitos el riesgo es aceptado, aunque no sé si aceptable las condiciones del material en uso.

El alto precio que supone este oficio de soldado queda compensado por una forma de vida plena alrededor de valores como el compañerismo, la lealtad, la honradez, saber que estás en una familia pobre y honrada, con sus defectos y virtudes, pero en tu familia al fin y al cabo, la militar. Por eso cuando entre nosotros se rompe una vida el dolor es inmenso… por un hermano perdido, con el adiós dolorido.

Desde este blog ha salido en varias ocasiones el comentario: «Un vuelco de un vehículo militar es siempre accidental. Las investigaciones en curso determinarán las causas, pero nada hace olvidar que, con un presupuesto adecuado, el blindado que los transportaba ya se habría renovado».

Habrá que recordar las palabras del antiguo Jemad cuando ante la Comisión de Defensa del Congreso de los diputados decía: «España no invierte en la seguridad global la parte que le corresponde y lo compensa parcialmente tratando de participar en diversas operaciones de mantenimiento de la paz a costa de un gran esfuerzo de sus militares y en cierto modo también a costa de la operatividad global de las Fuerzas Armadas».

«Llevamos diez años sin invertir lo que ha creado una situación crítica en las Fuerzas Armadas».

«A día de hoy para alistar una unidad o un sistema de armas para un despliegue o una operación determinada hay que canibalizar otras unidades o sistemas de armas que quedan fuera de servicio. Estamos al límite».

El BMR es un vehículo viejo, muy viejo, más de 40 años lo contemplan, ha dado su servicio después de múltiples reformas, haciendo lo que buenamente se puede, pero hay que pensar en otra cosa. Un vehículo que tiene en su historial demasiados accidentes y que ha costado la vida a muchos de nuestros soldados. El retraso en la adquisición de nuevos materiales, entre ellos el 8×8 (VCR 8×8), sustituto del BMR, solo se explica por la falta de interés, de adaptar el presupuesto a las misiones actuales, a la realidad actual, a las necesidades operativas y de seguridad elementales, a la modernidad de nuestros ejércitos. No se puede andar elogiando a las Fuerzas Armadas, sacando pecho en desfiles y subiéndose al pódium de los honores y no asumir con responsabilidad lo que tu cargo te exige. Se lleva un retraso en renovaciones y adquisición de nuevos materiales como mínimo irresponsable; y el futuro no es esperanzador con los socios de gobierno que tenemos.

Sabemos lo que nos espera con el presupuesto de Defensa y habrá que empezar a poner las cosas en su sitio y hablar alto y claro. Está en juego la misión y la vida de nuestros soldados.

Ya en 2008 el jefe de la Brigada Multinacional Este de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano, general jefe de la Brigada de la Legión española, le exponía a la ministra de Defensa durante la visita a la Base Miguel de Cervantes, que sus militares necesitan un vehículo blindado nuevo porque el modelo actual (BMR) «tiene muchos años».

Ni pedir ni rehusar. Lo llevamos grabado en el alma de soldado. Pero pedir es la misión más importante que algunos tienen. Diría que incluso exigir. Desde los puestos de responsabilidad hay que exponer la gravedad de la situación, como hizo el exJEMAD, y tener muy claro hasta donde podemos llegar, decir con rigurosidad y firmeza lo que se puede y lo que no se debe hacer. Tenemos muchas capacidades, pero jamás debemos olvidar nuestras limitaciones y las razones de ellas. Con el presupuesto de Defensa no se juega ni se debe actuar con demagogia ni frivolidad. A ningún jefe se le ocurrirá jamás mandar a combatir a sus soldados desnudos de moral, pero es importante también que no vayan descalzos.

Y decía el Jefe de Estado Mayor de la Defensa JEMAD: «Me parece temerario mantener vivo el debate de si hay que invertir en Defensa o en gasto social, me parece temerario hablar de cañones o mantequilla. A mi juicio es un debate injusto e imprudente, probablemente demagógico y algo populista. Hay que invertir en mantequilla, pero también en cañones, porque sin ellos no hay libertad, porque sin ellos no hay seguridad».

A ustedes señorías, que escuchan siempre la misma canción, porque no hay otra, es a los que corresponde enfrentarse de una vez por todas a los graves problemas presupuestarios que existen en los ejércitos de España.

En ello va nuestra libertad, la seguridad, la de todos, y también, no lo olviden nunca, y menos en estos momentos, la de nuestros soldados, la vida de nuestros soldados.

¿Qué no es el momento cuando acaba de fallecer el sargento Julio Luque Virues? ¿¡Cómo que no¡? Es precisamente ahora cuando hay que señalar y que cada uno asuma su responsabilidad que es mucha.

Mi querido sargento: sabes y conoces la Legión; ser Sargento de esos hombres es el honor que te llevas, nuestro respeto y admiración y un dolor inmenso que queremos compartir con tus familias.

Sargento legionario Julio Luque Virues ¡Presente!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

1 octubre 2022

LOS EJÉRCITOS Y LA ESPAÑA VACIADA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El problema que se nos plantea es el de definir qué ejércitos queremos. ¿Lo tenemos claro? Porque eso de «valen para todo» es, además de falso, engañar al contribuyente.

¿Es que hay distintos tipos de ejércitos? Probablemente no, aunque sí. Depende de tu situación (geográfica, económica, y visceral), de tus intenciones, del peso político que quieras tener en el mundo, de la libertad, de la capacidad económica y comercial que proyectes, de tus presupuestos, de tus alianzas, pero sobre todo de la ideología política que arrastra a unos a un lado y a los otros al contrario. Esa es nuestra tragedia como nación. Depende mucho, también, de alguien que mande, entendido como se entiende el mando en los ejércitos, porque en España ese concepto de mando-servicio no se prodiga entre la clase política. De manera que llegan unos y muestran una estructura de ejércitos y llegan los otros, la desmontan, y se van a la estructura contraria. Así no hay presupuesto de Defensa que aguante y al personal (como los llamaba Azaña) lo traen mareado; a sus familias lo mismo de (..)breados.

¿Qué ejércitos queremos? Por tanto depende del partido en el poder. Unos hacen una cosa, los otros la contraria y ello responde a una cuestión ideológica, gran error ya que la Defensa, que también es Ataque (pero eso es otra cuestión más técnica que abordaremos en otra ocasión) no admite ideologías sino victorias o derrotas.

En nuestra reciente historia uno se sentaba con el sheriff y ponía los pies en la mesa y llegó el otro y le tiró piedras al tejado mientras le tocaba en semejante parte (al sheriff).

Después de cometido el error, expuesta la mentira —o dada la patada en semejante parte— todo se resuelve con una adecuada propaganda que hace ver que por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas. Es decir que hay distintos tipos de ejércitos, tantos como la propaganda quiera organizar. Los hay de todos los colores y con coloridas misiones. La guerra solo tiene un color: el de la tragedia; algo que solo se evita si te preparas para ella y lo exhibes. Disuasión y amenaza creíble. Lo demás son cantos de sirena. ¿Alguien nos teme?, o peor ¿alguien nos cree?

Refugiarse en Rávena de nada sirve cuando lo que arrastras contigo es debilidad. El lugar es importante, pero de nada sirve el más fortificado, o pantanos, si no va acompañado de la actitud.

Tener unos ejércitos preparados y bien dotados no es barato y mucho menos si son profesionales. Utilizarlos en cometidos distintos para los que están formados es más caro aún si cabe, además de engañar y rozar el uso indebido de los medios de la Administración.

Estamos construyendo —o destruyendo— unos ejércitos muy caros que se utilizan para cualquier cosa menos para su auténtico cometido que es cambiante y dependiente de la ideología errática: en su política de actuación interna y externa.

La imagen manipulada, fomentada, proyectada, difundida hasta la saciedad de ser una oenegé con pistolas ha calado entre el personal (también entre el de Azaña); y lo han hecho tan bien que hasta los soldados quieren ser de la UME. La Legión es simple folklore. Fíjense si estará bien hecho que fue obra de Zapatero. Con eso y la supresión del ministerio de Defensa queda todo dicho.

La despoblación en España es un grave problema y ahora se intenta parchear. ¿Quién mejor que los militares? En primer tiempo del saludo. ¿Qué más les da estar en Loyola que en Fuerteventura? ¿Sacrificios familiares? ¿Desarraigos? ¡Firmes!

Es un viejo problema el de las «Adaptaciones orgánicas» que los ejércitos (el de tierra básicamente) llevan sufriendo continuamente. No hay nadie que venga y diga: dejemos a la gente como está y arreglemos lo que tenemos y donde lo tenemos. No. Hay que cambiar, hacerse notar y dejar una huella de tristeza y desamparo a lo más valioso de los ejércitos: sus hombres.

Me echo a temblar cuando leo que se trasladan unidades a esas zonas de la España vaciada. Frenar la despoblación de ciertas zonas, ahora en concreto con el traslado de un Regimiento de Artillería y un batallón de Zapadores al antiguo Campamento de Monte la Reina (Zamora). Habrá más traslados.

Ahora recuerdo que erró Fuerteventura que echó a la Legión; ¿y los Cuarteles de Loyola: despoblación u otra población? ¿Cataluña?: si se pone tal y como están puestos ¿por qué no retiramos la Academia de suboficiales del Talar y la llevamos a Teruel, por ejemplo? ¿La Base Militar de Araca (Vitoria)? ¿Era mejor irse a Córdoba?

España no mira a ningún sitio, militarmente hablando.  Ni al norte ni al sur. No navega por ningún mar, ni vuela por aire alguno; tampoco transporta ninguna fuerza, sino que simplemente cambia a sus unidades de ubicación. Su estructura. El enemigo o adversario, que vaya usted a saber, cada vez está más despistado. Es una estrategia más. No precisamente la de la disuasión, amenaza creíble.

Seguro que ya está pensado el siguiente movimiento de unidades para una mejor ubicación. El caso es moverse y que nadie esté tranquilo: la BRIPAC a Tarifa y la DAC (¿cómo se llama ahora?) a los Picos de Europa con su Cuartel General en Bulnes sobre el desfiladero del Cares. La Logística, ya saben, donde mejores y más abundantes rutas haya: Los Ancares. En Madrid emergencias, que es lo suyo.

¿Es eso lo que queremos? Valemos para todo.

Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.

Unos lo cumplen, otros se aprovechan de su cumplimiento.

Hagamos las maletas. De nuevo hay mudanza. Hasta la próxima legislatura que ya veremos.

¿Podría ser que a alguien se le ocurriese hacer en Zamora un gran centro de emergencias y protección civil nacional, con el personal civil cualificado y adecuado (civil), y que los ejércitos se dedicasen a su misión sin malgastar el presupuesto en misiones que no son las suyas?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

10 noviembre 2021

DIGNIFICAR EL OFICIO DE SOLDADO: ASIGNATURA PENDIENTE Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El oficio de soldado

Dignificar el oficio de soldado. ¿Suena extraño?

Yo comprendo que no sea un tema de interés general. Debería serlo. Los soldados tiene pocos cauces legales para manifestar su precaria situación, pocos altavoces, y tampoco son muchos los oídos dispuestos a escuchar. Ante las distintos comentarios que me llegan debo hacerme eco de la tristeza ante el futuro laboral de estos hombres de honor, valor y servicio callado, eficaces y de absoluta necesidad: los soldados.

El cambio del ejército de reemplazo al profesional se hizo sin pies ni cabeza, de manera precipitada, sin consultar con los que saben: los militares. La frivolidad de la medidas adoptadas, y la precipitación con que se tomaron, hizo que los ejércitos y la Armada (esta de manera más acusada) estuvieran un largo tiempo inoperativos. Demasiado tiempo, el suficiente para desarmarlos, hipotecarlos, e incluso tiempo para vaciar su espíritu. Consecuencias que aún sufrimos. Camino de inventar otra cosa distinta a un Ejército.

La recuperación es lenta y el futuro muy incierto. Se resume o tiene su paradigma en el soldado que a los 45 años se encuentra en la calle sin oficio ni beneficio. El ministerio de Defensa es consciente del problema y se lucha por buscar una solución que sabemos no es fácil. Se está en ello y toman medidas, a todas luces insuficientes, aunque se les facilite el acceso a otros cuerpos y se les forme para reintegrarse en la vida civil. No es suficiente. La inseguridad vive con ellos.

La sociedad española está obligada a buscar una solución. Las hay. ¿Qué son difíciles y que el tema de la edad hace que no puedan permanecer siempre como soldados? Es discutible. Lo hemos explicado por activa y por pasiva y dadas las cifras y datos sobre la cantidad de puestos de trabajo que hay en los ministerios, en concreto el de Defensa, y en algunas unidades donde la edad no es determinante, está claro que existen lugares y procedimientos para ubicarlos. Lo que no parece muy alentador para un hombre de servicio, de servicio de riesgo mal pagado, es que ahora le aplaudan cuando se juega la vida, por ser el primero ante el máximo riesgo y luego tener que mirar a la guardia civil o a la policía, para poder ingresar en ellas y asegurarse el futuro porque en su ejército no tiene sitio. Vamos que le echan. Cualquier empleado público tiene su futuro asegurado; menos los soldados.

Soldados al paro

Es un empleo seguro (laboral) el de guardia civil o el de policía, nacional o municipal, también el de bombero, pero no lo es el de soldado, ni de armas ni de emergencias. El primero el soldado de armas, lo tiene más difícil porque su oficio ha sido empuñar un arma y encuadrase en una unidad para el combate. Futuro desasegurado.

Todavía sigo sin entender como nadie ha dado un paso al frente para solucionar el tema de la profesionalidad combinada con un voluntariado y a la vez devolver a su lugar a aquellas escalas tan necesarias como era la de la Legión que tan excelentes resultados dio.

Algún ministro, muy de la tropa, muy militar él,  se cargó el futuro y las ilusiones y los demás solo asentaron el edificio mal construido, en ruinas. Claro que ahora estamos más por la destrucción de España y con ello la de los del artículo 8, a los que hay que dar otra misión y dedicarlos a las tareas domésticas para después de halagarlos unos años mandarlos a la cola del paro.

Aquí la más principal hazaña es obedecer: ni pedir ni rehusar.

¿Otros lo harán? Muchos pensamos; otros decimos. Nadie hace.

Podría darse el caso, hipotético, digo yo, que España, la del futuro que se ha empezado a construir, no necesite soldados, sino que haya que seguir la teoría del actual presidente del Gobierno y suprimir el ministerio de Defensa para dar paso al de Emergencias. Sí. Estamos muy necesitados. Estamos ante una verdadera emergencia nacional.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

20 octubre 2021