AHORA MÁS QUE NUNCA Visusmilitis 3 de junio de 2018 Adolfo Coloma GB (R.) del ET

El soldado veterano

En la adversidad se forjan los espíritus. Es una de las primeras cosas que se le enseña a un soldado. Tal vez la segunda sea aquello otro de “en peores garitas hemos hecho guardias”. Entre una y otra, toda una generación de soldados hemos crecido y hemos servido dando lo mejor de nosotros mismos y supliendo con “el celo” lo que no se nos ha otorgado para el desempeño de nuestro oficio.

Esto es más que cierto. En lo que va de siglo XXI, ya hemos experimentado dos veces esos intempestivos soplos del céfiro que han hecho rolar de forma inesperada las veletas hacia el este. El Idus de marzo del año 2004, España se despertó con un gobierno socialista cuando nadie se lo esperaba, gracias a un botín de 164 asientos en el Parlamento. La participación militar en el posconflicto de Irak unidos a 193 muertos y cerca de dos millares de heridos en Madrid tres días antes de los comicios, propiciaron aquel cambio. Casi cinco lustros después, en medio de una más que revuelta primavera, con serias amenazas de romper la unidad de España, la corrupción por ariete, y rebañando los recovecos de la constitución, una hábil maniobra por el ala izquierda deshace la ligazón de fuerzas parlamentarias que habían conseguido negociar los presupuestos y otorgarle la llave a un PSOE que, con la mitad de los votos que en 2014, ha atraído a partidos tan dispares como Podemos, PNV o BILDU.

Con asombro lo contempla el soldado desde su barbeta. Nada le hará variar su compromiso ni su lealtad, porque el primero es la patria y la otra la neutralidad. Lo que no quita para que contemple el futuro más inmediato con más que inquietud. Hace unos días, el primer soldado de España advertía con firmeza la precariedad de las FAS, al límite de su propia eficacia. “Diez años sin invertir dejan a las Fuerzas Armadas en una situación crítica” dijo sin ningún empacho en el Congreso de los Diputados. Ahora se nos anuncia un “tiempo nuevo”, que se inicia en el ámbito castrense con un trágico accidente en el que han perdido la vida en Fuerteventura el cabo José Luis León Socorro y el soldado Eynar Esau Mina Lozano, del Batallón de Zapadores XVI con base en las Palmas, a cuyos familiares y compañeros enviamos desde este modesto blog, nuestras condolencias, nuestro apoyo, nuestras oraciones y el deseo de que se recuperen pronto los dos heridos en el mismo accidente. Un vuelco de un vehículo es siempre accidental. Las investigaciones en curso determinarán las causas, pero nada hace olvidar que, con un presupuesto adecuado, el blindado que los transportaba ya se habría renovado.

Pero no solo de pan vive el hombre ni los ejércitos de presupuesto. Darles la importancia que merecen y no solo jugar con ellos – a la baja – en época electoral, o como moneda de cambio; robustece la moral de los milites. En el año 2004 un gobierno comprometió su aportación al esfuerzo internacional de lucha contraterrorista en Irak. Cambió el viento y a los aliados con los que nos habíamos comprometido les dimos la espalda. Sin un reproche. Ni por parte de nuestros soldados ni por la de los aliados. A primeros de este año, la ministra del ramo se comprometió a incrementar el presupuesto para acercarnos a los de aquellos mismos aliados. Pero nuevamente ha rolado el viento. ¿Y ahora qué?

Pues ahora más que nunca hay que mantener prietas las filas. Ahora más que nunca es menester no desanimarse, desfallecer, ni dejarse vencer por el pesimismo, por más que nos azote. Ahora más que nunca es preciso denunciar los despropósitos y desenmascarar a los serviles. Ahora más que nunca creemos que es necesario que se oiga nuestra voz y con ella, la de todos los que creen en la unidad de España y en los valores de sus Fuerzas Armadas.

Adolfo Coloma

GB (R)del ET

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3 junio 2018

DÍA DE LAS FUERZAS ARMADAS Entre el regocijo de muchos y el silencio de unos pocos Adolfo Coloma. GB (R) del ET

 

DIFAS2018

         Se acerca la festividad de San Fernando, instituida para conmemorar el fallecimiento del Rey Fernando III El Santo el 30 de mayo de 1252 en Sevilla. El Rey que unificó definitivamente las Coronas de Castilla y de León. Tal efeméride se escogió en el año 1978 para celebrar el Día de la Fuerzas Armada (DIFAS), que ya ha hecho tradición entre nosotros. No se podría haber escogido mejor fecha que nos recuerda un gran rey que como soldado conquistó Jaén, córdoba y Sevilla y como cristiano fue declarado Santo por el Papa Clemente X en 1671.

En realidad, aunque la celebración está concebida como un homenaje a los Ejércitos y a la Armada que suele culminar el sábado más próximo al 30 de mayo de cada año, lo cierto es que son los militares los que abren sus acuartelamientos, bases y centros, programando actividades durante la semana precedente e invitando a los ciudadanos a visitarles y a participar en ellos. Además, salen de sus cuarteles para organizar actos culturales, sociales, demostraciones, etc, para darse mejor a conocer. De hecho, en algunas guarniciones, ya han comenzado.

En Alicante, por ejemplo, organizaron el pasado martes un concierto de la música del Cuartel General de Alta Disponibilidad con la masa coral José Oder de Torrevieja en el que unieron las voces e instrumentos para interpretar esas habaneras, tan mediterráneas y tan del gusto de los soldados. El General Demetrio Muñoz, Jefe del Mando de Operaciones Especiales impartió una conferencia sobre la participación de sus boinas verdes en las misiones en el exterior. Y el domingo tuvo lugar una masiva Jura de Bandera por más de 600 civiles, entre ellos José Manuel García Margallo, diputado por Alicante y la recientemente nombrada Bellea del Foc 2018, Aleida González Martín-Zarco.

En Almería, en su emblemática Puerta Purchena, el sábado 19 ha tenido lugar un acto singular dentro de las celebraciones a las que nos venimos refiriendo. El alcalde de la ciudad, Ramón Fernández Pacheco – Montreal, entregó al General Jefe de la Brigada de La legión Juan Martín Cabrero, el Escudo de Oro de la Ciudad manifestando «sin duda, uno de los mejores ejemplos del talento, de la capacidad de trabajo y del mérito del esfuerzo en los que puede y debe mirarse la sociedad almeriense» en un acto encuadrado entre el izado y el arriado de la bandera nacional, que lo almerienses cerraron con una entusiasta ovación. Es sin duda un testimonio de reconocimiento al general Martín Cabrero, pero lo es también a La Legión, cuya presencia en la ciudad cumplirá en un par de años sus bodas de plata.

En ambos casos, especialmente en el segundo, no se trata únicamente de un reconocimiento a un colectivo de cientos o miles de personas que viven, trabajan, dejan sus impuestos, impulsan la economía de la zona o votan en ella. Es más, muchos de ellos echan raíces y se quedan a vivir de por vida, porque, en definitiva, uno es más de donde pace que de donde nace. Se trata de mostrar públicamente el agradecimiento de una población (los soldados le solemos llamar “guarnición”) al conjunto de los militares que viven y trabajan en ella, de espaldas muchas veces a la misma por la naturaleza del trabajo que realizan. Militares que cuando salen de misión, llevan orgullosas el nombre de las ciudades donde se asientan allá donde las mandan. Así hemos visto Las Agrupaciones Canarias o Madrid, o la Compañía Melilla en Bosnia Herzegovina, por poner algunos ejemplos.

Desgraciadamente, esto no sucede siempre así. Hay muchas guarniciones – periféricas, si, como lo pueden ser Alicante o Almería – donde a nuestros militares no solo no se les rinde el mínimo tributo de reconocimiento, sino que se les niega el pan, la sal y hasta el asiento en la lumbre. Lugares donde se les pone todo tipo de trabas e impedimentos a las actividades propias de su adiestramiento en un intento de confinarlos dentro de los muros de su cuartel como primer paso para lograr su expulsión del territorio. Como si fueran apestados. Ciudades portuarias que reniegan del honor de que un buque de la Armada ostente con orgullo el nombre de su ciudad o que empapelan sus calles con símbolos de desunión para hacer sentir incómodos – si no señalados o perseguidos – a militares, familiares y amigos.

Quedan todavía sitios, demasiados sitios, en nuestro suelo patrio donde todavía no es seguro vestir de uniforme fuera del cuartel o hacer un ejercicio en un campo o una playa, porque ofende a una minoría envalentonada y sectaria. Sitios donde el Dia de las Fuerzas Armadas, el día del supuesto homenaje a ellos mismos no se celebra más que con el silencio, un silencio cómplice.

Desde esta modesta tribuna me gustaría hoy rendir hoy un especial reconocimiento a estas guarniciones hechas de hombres y mujeres que viven y trabajan, que se afanan por convivir y ser parte de aquellas difíciles comunidades. A veces, ni eligen ellos mismos el destino que se les otorga, pero allí van simplemente porque hay un cuartel en cuya puerta hay un letrero que reza “Todo por la Patria” y en entrando en él, Bandera de España. Esos son sus poderes y esas sus razones.  Parangonando la famosa frase atribuida al pensador francés Voltaire «Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo» ellos con su presencia, con su servicio callado vienen a decir: “Aunque no me quieras y digas que no me necesitas, estoy aquí para dejarme la piel y si es preciso, hasta la última gota de mi sangre por defenderte”

En unas y en otras guarniciones, se conmemorará el Día o la Semana de las Fuerzas Armadas. Con júbilo, regocijo y masiva participación en unas. Con silencios cómplices en otras. Así es nuestra España actual. Pero no les quepa duda que en cualquiera de ellas habrá unos soldados y marineros a los que, como dijo el poeta “ni el bien les asombra ni el desdén les hiere” simplemente tratarán de dar los mejor de sí mismos al servicio de España y de todos los españoles. Sin ninguna distinción.

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

DIFAS 2018

DIFAS 2018

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23 mayo 2018

 

¡ARDEREIS COMO EN EL 36! ¿DE VERDAD ES ESO LO QUE QUERÉIS? Adolfo Coloma

¡ARDEREIS COMO EN EL 36!

¿DE VERDAD ES ESO LO QUE QUERÉIS?

Adolfo Coloma. General de Brigada (R.)

 

Una hoguera en Cataluña

Durante estos días, hace ya 77 años, concretamente entre el 10 y el 13 de Mayo, tuvieron lugar en España unos trágicos acontecimientos (que produjeron varias muertes) y la destrucción de un importante patrimonio religiosos y cultural. Se conocen históricamente como “la quema de conventos de 1931

Ni un mes había transcurrido desde proclamación de la República, tras las fraudulentas elecciones del 12 de abril, cuando una multitud exaltada a la que el gobierno no supo poner en control, iniciaba en Madrid con la quema de un quiosco, una librería católica y el apedreamiento del Casino Militar de Madrid y el asalto a varias armerías. Al día siguiente, 11 de mayo, el Gobierno tuvo noticias de que un convento de los Jesuitas próximo a la Gran Vía estaba ardiendo, El ministro de la Gobernación Miguel Maura hizo un intento de sacar a la Guardia Civil a la calle para reducir a los revoltosos, pero el resto de los miembros del Gabinete ministerial se lo impidieron. Fue el ministro de la Guerra, Manuel Azaña, quien más se opuso, manifestando– según el propio Maura – que “todos los conventos de España no valen la vida de un republicano”. El conflicto, estaba servido.

En Madrid fueron quemadas o asaltadas 10 iglesias, conventos y centros de enseñanza. Por la tarde, se extendió la ola de horror al sur y este de la península.Córdoba, Cádiz,Sevilla,Granada, Murcia y Alicante y Valencia fueron testigos. Pero lo peor fue en Málaga, donde 43 iglesias, capillas y conventos padecieron similar suerte. Por cierto, entre ellas el Convento de Santo Domingo, que custodiaba entre su valioso patrimonio artístico la talla original del Cristo de la Buena Muerte obra del imaginero barroco Pedro de Mena, datada en 1660 y bajo cuya protección ya se habían puesto los legionarios. Se quemó durante el asalto pudiéndose rescatar únicamente un pie y parte de una pierna. En total fueron devastados hasta 100 edificios religiosos, que presagiaron el más incierto futuro para la recién inaugurada república.

Dirán Vds. que, para qué traer estos tristes y dramáticos acontecimientos a un blog cuyo declarado motivo es la unidad de España y los valores que las FAS aportan a la sociedad. Pues ni más ni menos porque “un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Aforismo que algunos atribuyen a Confucio (siglo V AC) y que 25 siglos después, sigue más vivo que nunca.

Cerro de los Ángeles

No es creíble que tales desmanes contra la Iglesia Católica surgieran de forma espontánea. Más bien al contrario, surgieron en un clima de inestabilidad propiciado por la irregular manera en que fue proclamada la República el día 14 de abril de 1931, antes de haber finalizado el escrutinio de unas elecciones locales. Lo cierto es que tamaño ataque a las creencias, devociones y prácticas de una inmensa mayoría del pueblo español, indispusieron a muchos del apoyo inicial que se le había otorgado al joven régimen republicano.Y sería, a la postre, una de las causas reconocidas por todos los estudiosos del tema que propiciaría el enfrentamiento violento entre españoles cinco años después. Aunque, como sostiene el historiador Pío Moa, en realidad el enfrentamiento real hay que situarlo en el año 1934, con los estallidos revolucionarios en Cataluña y en Asturias.

El resto es bien conocido. Yo no les voy a abrumar con cifras de religiosos o seglares asesinados, iglesias destruidas o patrimonio confiscado en los meses que siguieron. Las hemerotecas o cualquier buscador internet le darán buena cuenta de ello.

A la contienda civil le siguió un largo período de bonanza para la iglesia católica conocido como “nacional catolicismo”, que tras la restauración del régimen monárquico, pasó a ser de “Aconfesionalidad del Estado” manifestada en la Constitución Española (Art. 16)  que“garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades” manifiesta a continuación que“Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.

Las religiones en España

Así se han desarrollado las cosas en los últimos años, en los que los balances de población que manifiestan unas u otras creencias religiosas, o la ausencia de ellas han ido fluctuando. Pero los que se manifiestan católicos siguen siendo una amplia mayoría de la población española. Como demuestran datos estadísticos oficiales.

Cristo de la Buena Muerte en la JMJ

Buen reflejo de ese fervor, incluso entre los  jóvenes fueron los actos conocidos como  la Jornada Mundial de la Juventud 2011, organizada por la Iglesia Católica y que en aquel año tuvieron su sede en Madrid, presidida por el papa Benedicto XVI. Aunque tuvo ¡como no! Su contrarréplica por parte de organizaciones laicistas amparadas por partidos de la más extrema izquierda con o sin representación parlamentaria, fueron muy pronto acalladas por el civismo, la moderación y educación de los más de dos millones de personas que tomaron parte en tales eventos.

Contrasta sin embargo, con el desmedido amparo del régimen de libertades que consagra la constitución. Minorías  – y no tanto – significativamente femeninas no se han recatado en mostrar públicamente su rechazo a las creencias y enseñanzas de la Iglesia Católica irrumpiendo en lugares públicos de culto y protagonizando las escenas más escandalosas e impúdicas que no hacen más que exacerbar un odio a los sentimientos de una mayoría de la población. Con el pretexto de protestar contra la decidida postura de la Iglesia católica en pro de la vida y por tanto contra el aborto, en defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, o de la enseñanza de la religión; han ofendido los más íntimos sentimientos religiosos de esa mayoría voceando slogans tan comedidos como: «vamos a quemar la Conferencia Episcopal«, «el Papa no nos deja comernos las almejas», «menos rosarios y más bolas chinas», «contra el Vaticano poder clitoriano»,  «sacad vuestro rosarios de nuestros ovarios» o el más explícito»arderéis como en el 36″, coreado durante el asalto a la capilla de la complutense, por el que fue denunciada y enjuiciada la actual concejal del Ayuntamiento de Madrid Rita Maestre, aunque tras dos apelaciones, fue definitivamente absuelta. No se ha visto actitudes similares ante otras confesiones religiosas que cercenan la libertades, especialmente de las mujeres.

Últimamente han fijado su objetivo en la desacralización del Valle de Los Caídos, obra que el Generalísimo Franco, ordenó construir al año de finalizar nuestra “incivil” guerra de 1936-39, con el propósito de que bajo los muros de su basílica, se diera sepultura a los muertos de aquella contienda sin distinción del bando en el que habían combatido. Construido entre 1940 y 1958, con la participación de obreros libres y un número muy inferior de penados que en aquel momento optaban por el sistema de “redención de penas por el trabajo”. Y sin coste alguno para las arcas públicas, ya que el monumento fue totalmente sufragado por suscripción pública, donativos y con sorteos extraordinarios de la Lotería Nacional. Así fue reconocido por el Papa Juan XXIII, quien en el año 1960, otorgó a la iglesia el titulo de Basílica Menor, declarándolo “Templo Votivo del Perdón”, dedicándole estas palabras: “Este monte sobre el que se eleva el signo de la Redención humana, ha sido excavado en inmensa cripta, de modo que en sus entrañas se abre un amplísimo templo, donde se ofrecen sacrificios expiatorios y continuos sufragios por los Caídos en la guerra civil de España, y allí, acabados los padecimientos, terminados los trabajos y aplacadas las luchas, duermen juntos el sueño de la paz, a la vez que se ruega sin cesar por toda la nación española”.

Más de 33.000 restos se honran en el templo, a ambos lados del altar mayor, sin distinción de bando, insisto. Todos merecen el mismo respeto. Tienen todos sus deudos el legítimo derecho de reclamar a los suyos. Háganlo si así les conviene. Pero dejen al resto descansar en la paz de esos muros de roca. No se ensañen persiguiendo al inspirador de tan piadosa obra más allá de la tumba. No desenterremos de nuevo ni el odio ni el revanchismo Dejemos que los que se enfrentaron en vida y la perdieron descansen juntos en paz. Y dejemos enterradas de una vez por todas a las dos Españas.

Y sobre todo dejemos a la Iglesia en paz. La religión es ante todo, compasión y consuelo. Es un sistema de mitigar la angustia humana ante los grandes enigmas de nuestra existencia – De dónde venimos y a dónde vamos – articulado en torno a organización, jerarquía, principios, valores y sentimientos que, si se ven atacados innecesaria y arbitrariamente, pueden desbordarse de forma exponencial. Como en el 36.

Valle de los Caídos

¿De verdad es eso lo que quereís?

Adolfo Coloma

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11 mayo 2018

ETA. CERRADA POR DERRIBO, NO POR VOLUNTAD PROPIA Adolfo Coloma GB (R.) del ET

Los efectos de un atentado en Burgos

Por la estepa solitaria cual fantasmas vagarosos

Abatidos, vacilantes, cabizbajos, andrajosos

Se encaminan lentamente Los vencidos a su hogar

Y al mirar la vieja torre de la ermita de su aldea,

A la luz opalescente que en los cielos alborea,

el paso van retrasando temerosos de llegar.

Estos versos del poeta pacense Luis de Oteyza (1882 – 1960), bien pueden  resumir el estado de ánimo de José Antonio Urriticoextea, alias Josu Ternera (acusado de la muerte de 11 personas en el criminal atentado sobre la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza el 11 de diciembre de 1987 y actualmente huido de la justicia)  y Soledad Iparraguirre, alias  Anboto (segunda mujer en la cúpula de ETA tras María Dolores Gonzales Catarain, alias Yoyes, y acusada de 14 asesinatos. En la actualidad en prisión en Francia) en el momento de firmar, en nombre de la banda asesina ETA el documento  mediante el cual “ETA quiere informar al Pueblo Vasco del final de su trayectoria”

Atentado en el Cuartel de la Guardia Civil de Vich

Pero, ¿A quién queréis engañar, a los vascos o al conjunto de los españoles? A unos y a otros nos trae sin cuidado que manifestéis con un absoluto cinismo que ETA ha desmantelado totalmente el conjunto de sus estructuras”. ¡Pero si han sido la Guardia Civil, la Policía Nacional y hasta la Ertzaintza, los que uno a uno han desmantelado vuestros zulos, vuestros comandos, los puntos de apoyo, y hasta los mugadaris! Y detrás de ellos, toda la sociedad, con el arsenal que le proporciona el Estado de derecho. No habéis desmantelado nada. Habéis sido desarbolados. Punto.

Y ¿Cómo os atrevéis a afirmar que “ETA da por concluida toda su actividad política?  ¿acaso entendéis por hacer política la mutilación que sufrieron Irene Villa y su madre en el madrileño barrio de Aluche el 17 de octubre de 1991? ¿O tal vez, el cruel y cobarde asesinato de Miguel Ángel Blanco, maniatado, de rodillas y por la espalda en Lasarte, el 12 de julio de 1997, dejándolo malherido sobre el terreno? ¿Quizás fue más político el atentado en Hipercor en Barcelona diez años antes, en el que perdieron la vida 21 personas y resultaron heridas otras 45?  Y así hasta 835 victimas mortales y más de 3.000 heridos.

Pues nada. Dejamos la pólvora, empezamos de cero y “pelillos a la mar”. Aquí paz y después gloria. Hay que mirar para adelante. Aquí están estos tipos del Grupo de contacto” – muy sólidos todos ellos – que avalan nuestras filantrópicas intenciones.  “Los y las exmilitantes de ETA continuarán con la lucha por una Euskal Herria reunificada, independiente, socialista, euskaldun y no patriarcal en otros ámbitos, cada cual donde lo considere más oportuno, con la responsabilidad y honestidad de siempre”. Vaya, que si la lucha armada no os ha rendido los réditos con los que alguna vez soñasteis arrebatar la voluntad de todo un pueblo, ahora os camufláis en las instituciones: partidos, sindicatos, corporaciones municipales etc., pero para seguir haciendo lo mismo “con la honestidad de siempre” … No quiero seguir. El resto es pura bazofia. Bueno, como el principio.

Casa Cuartel de la Guardia Civil

En casi 60 años de existencia y 50 asesinando habéis alterado la convivencia pacífica de unas gentes que no aspiran a otra cosa que, a vivir en paz, a progresar y mejorar sus condiciones de vida, a convivir unos con otros sin miedo a expresar sus ideas. Y es cierto que habéis hecho mucho daño y a mucha gente. No solo al abultado número de víctimas sangrientas que habéis causado, aunque ahora queráis establecer diferencias entre unas y otras. Entre vuestros objetivos y los “daños colaterales”.

Ese disfraz de buenismo, debo reconocer, que os ha rendido pingües beneficios. Ahora se habla de “el relato” es decir, una cosa es lo que en realidad sucedió y otra lo que se cuenta. Vaya, como si Rambo, él solo, hubiera ganado la guerra del Vietnam. Y digo que os ha rendido beneficios porque incluso hay quien os comprende, y hasta os compadece. Ahora que todo ha acabado. Ahora que el problema del terrorismo ha pasado de ser el primer problema de la sociedad no solo vasca, sino de la española en su conjunto, a ser meramente marginal, sobrepasado por otra forma de hacer política a vuestro estilo: el terrorismo yihadista.

Aseguraría que estos que os “comprenden” no han sentido de cerca vuestro aliento. No han tenido que tirar una y otra vez las llaves de su coche al suelo para revisar con alguna excusa, que en los bajos de su coche no hay adosada ninguna bomba. Ni han visto a sus hijos rechazados en el colegio simplemente por no ser de allí y no pensar como vosotros. Y sus mujeres, han tenido que comprar el pan a alguna vecina por que a ella no se lo venden. Ni han visto a su compañero de trabajo ser asesinados por la espalda o volar por los aires como nos ha pasado a los componentes de mi promoción, la XXX de la Academia General Militar, que hemos visto caer asesinados a tres compañeros y al padre de un cuarto ¿sabéis por qué? Por el hecho de ser militares, o guardias civiles o policías. Porque vestimos de una manera y trabajamos en unos lugares en cuya entrada reza: TODO POR LA PATRIA. Pero también a jueces o a fiscales, cuyo juramento deontológico les obliga a aplicar las leyes con lealtad, justicia e imparcialidad. O a los periodistas, que cumplen la importante labor social de ser testigos veraces de lo que viven. O a simples ciudadanos.

El reagrupamiento de presos, un ulterior objetivo de ETA

¿Pero qué habéis logrado? ¿Ha servido tanto daño para algo? ¿Qué podéis ofrecer en vuestra cuenta de resultados? Nada. Esa es vuestra gran tragedia y es lo que os tiene que abrumar. Presentaros ante vuestros paisanos con las manos vacías. Una tierra tan hermosa como las Vascongadas a la que habéis obligado a renunciar a un montón de buenas personas que ni han querido plegarse a vuestros insensatos deseos ni enfrentarse a vosotros poniendo en peligro sus vidas o las de sus familiares. Y a otros muchos que, sin ser naturales de ellas, han contribuido con su esfuerzo y su trabajo a engrandecerlas. Habéis hecho de vuestra tierra un auténtico gueto para muchos.

Ya habíais dejado la lucha armada, no por voluntad propia, sino por agotamiento. Os teníamos casi olvidados ¿A que viene ahora esta pantomima? ¿Qué ulteriores beneficios pretendéis obtener? Eso si que nos preocupa a muchos. Acaso queréis aprovechar la ocasión y recoger del suelo frutos del árbol que se agita en Cataluña. O tal vez, presionar para que se acerquen los presos que cumplen condenas lejos de sus hogares con la consiguiente repercusión para sus familias.

Si es lo primero, vais a pinchar en hueso. Hay una nación española decidida a mantenerse unida, una Constitución – ¡democrática eh! – que así lo define y unas Fuerzas Armadas que lo garantizan.

Si lo que buscáis es el acercamiento de presos explotando la “sensibilidad” de alguno. Solo puedo decir que, en la lucha contra vuestra organización criminal, pocas medidas han sido tan eficaces, dentro de la más absoluta legalidad, como la política penitenciaria. Aunque detrás de la esquina me sigue oliendo a chamusquina, quisiera pensar que una u otra son monedas de cambio por lo que entregáis, más que como saldo, como cierre por liquidación.

Víctimas ETA sin resolver

Pues eso, ahora que habéis echado el cierre, os recomiendo algo de lectura para vuestro inmerecido sosiego. No os vendría mal echarle un vistazo a la “Banalización del mal” de la filósofa, periodista y política judía Hannah Arendt, para quien en el régimen nazi hubo personas que, sin ser intrínsecamente malvadas, con su pasividad, su silencio, su nulo pensamiento contribuyeron a la banalización del mal; es decir, a la conversión del mal en mera rutina, algo a lo que la gente acabó acostumbrándose y viendo como normal ¿No os está pasando eso?

Adolfo Coloma

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5 mayo 2018

 

 

DETRÁS DE LA ESQUINA HUELE A CHAMUSQUINA Visusmlitis 22 de abril 2018 Adolfo Coloma GB (R) del ET

El soldado veterano

Suceden las cosas a un ritmo tan vertiginoso que da la impresión que la estrategia del despiste preside hoy el difícil equilibrio de poderes. Más se parece esto a una partida de billar a tres bandas que una confrontación política.   Juzguen Vds si no.

De repente, todo cuadra. Como por ensalmo. De la oposición frontal a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, del ¡No, mientras dure el 155 en Cataluña!, el Euzkadi Buru Batzar, órgano ejecutivo del PNV mediante un comunicado “ha decidido conceder una oportunidad a la apertura de un nuevo tiempo de diálogo político en el Estado español y en Catalunya, así como a la restauración de un Govern legítimo y en tal sentido no presentará una enmienda a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado de 2018. ” es decir ha pasado  al bueno… donde dije digo, digo Diego.

Lo que llama la atención es que tal declaración se produce apenas dos días después de la visita del portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, en la prisión de Soto del Real, a Jordi Sánchez, presidente de la Asamblea Nacional Catalana, diputado de JxCAT y candidato a la Presidencia de la Generalidad de Cataluña ¡humm!

Es más, la declaración del PNV se publica tan solo un día antes de que salte a los medios la polémica sobre la presunta malversación de fondos públicos por dirigentes de la Generalidad durante el proceso separatista ¡No me digas!

Y para cerrar el círculo, a renglón seguido el diario Gara, se hace eco de una declaración firmada hace dos semanas por la cúpula de la cúpula de la banda asesina ETA, en la que ofrece un sesgado y nauseabundo arrepentimiento a una parte de sus víctimas, reconociendo que “ETA ha provocado también víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto”. Justo cuando las cámaras de todas las televisiones han desmentido la pretendida normalización en vascongadas, poniendo el foco en el juicio por la brutal agresión a dos guardias civiles y a sus parejas en Alsasua, escenificando en directo el ambiente de opresión que siguen causando “los cachorros de ETA”¡Qué raro!¡Rarísimo!

Menos mal que el gobierno de la Nación, por boca de su portavoz afirma rotundamente que“ni ha habido ni habrá jamás ningún tipo de contrapartida a la banda terrorista”. Pues en tu palabra confiamos, porque “algo huele a podrido en Dinamarca”, aunque Dinamarca está muy lejos, justo al otro lado del Lander alemán de Schleswig-Holstein (Vds. me entienden).Yo les hablo de mucho más cerca, prácticamente a la vuelta de la esquina y, desde luego que

¡Detrás de la esquina huele a chamusquina!

Adolfo Coloma

GB (R)del ET

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22 abril 2018

¿QUÉ EJÉRCITOS QUEREMOS? (2) La enseñanza de el valor Adolfo Coloma GB (R) del ET

En un interesante artículo publicado en el N.º 922 (enero – Febrero 2018) de la Revista Ejército,  el Tte. General de la Corte hace un profundo análisis del “El valor”, al que considera como «una cualidad dela persona o de un colectivo, consecuencia de virtudes o valores adquiridos, que impulsa a obrar racionalmente ante una situación de riesgo para enfrentarse a él contemple y firmeza» y sentencia que no es el valor una virtud en si mismo, sino una consecuencia de virtudes (se refiere a las virtudes humanas y profesionales), para terminar considerando la escala de valores en nuestras fuerzas Armadas, que van desde el valor se le supone al heroico y analiza la forma de reconocer y premiar tan necesario valor (valga la redundancia) en nuestros ejércitos.

Estas interesantes reflexiones, que prácticamente hago mías, me llevan a analizar la cuestión del valor desde otro ángulo: es valiente quien tiene valor, pero ¿el valiente nace o se hace? No dudo de que Vds. mayoritariamente optarán por la segunda propuesta. Yo también. Pero esta misma certeza me lleva nuevamente a preguntarme. ¿Y cómo se hace a uno valiente? ¿Cómo se entrena uno para ser valiente? Esta es la pregunta que va a centrar mi reflexión y sobre la que intentaré aportar mi personal punto de vista. Tiene mucho que ver con la formación en las academias y centros de formación, con la práctica constante y con la selección.

A poco que eche uno la vista atrás advierte fácilmente los profundos cambios que la historia ha introducido en la forma de concebir y de hacer la guerra. Desde los tiempos remotos en los que las armas eran manejadas prácticamente a brazo y la lucha se llevaba a cabo casi sin espacio físico entre los contendientes, pasando por la invención de la pólvora cuyo uso intensivo y extensivo trataba de doblegar al contrario sin necesidad de llegar al contacto físico, pero manteniendo los conceptos de frente, flancos y retaguardia; hasta la actualidad, en el que estos conceptos se difuminan al máximo y en la que una radiación tal vez pueda ser letal. Pero, al mismo tiempo, se observa que, en todo el espectro del conflicto, en cualquier época, a los soldados se nos exige esa presencia de animo que el diccionario de la RAE define como “Cualidad del ánimo, que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros.”

¿Es el valor un atributo exclusivo del soldado? Absolutamente no, y ejemplos hay a diario que lo ponen en evidencia. Lo que nos diferencia a los militares es que el valor se nos exige.Nos lo reconocerán y premiarán o no, pero a todos se nos supone y no podemos renunciar a él. La falta de valor supone cobardía, actitud tipificada y castigada en el Código Penal Militar (Ley Orgánica 14/2015, de 14 de octubre), que la define como: “el temor al riesgo personal que viole un deber castrense exigible a quien posea la condición militar”.

Por tanto, si el valor se nos exige, como la resistencia a la fatiga, el amor a la responsabilidad o la exactitud en el servicio, desde que uno sienta plaza ha de ser entrenado en ello. El plan de formación militar ha de incluir una serie de principios, de conocimientos, y finalmente de ejercicios que aseguren a los formadores que el individuo en cuestión va superando los estándares previstos y al mismo tiempo, que el sujeto vaya cogiendo la confianza en sí mismo, que le haga consciente de esa superación. Hoy los planes de estudio y formación son muy amplios y variados, desde los de oficiales hasta los de tropa. Me pregunto si tal formación, específicamente orientada hacia ese objetivo, el valor, está hoy en día reglada.

Un veterano y prestigioso oficial, en la cúspide de su carrera, me decía –“menos informática y más equitación”- A primera vista tal invocación puede parecer trasnochada, por cuanto la equitación, que ha sido durante siglos asignatura práctica necesaria en cualquier ejercito y base de una de las genuinas formas de combatir, está ya más que superada; mientras que los conocimientos informáticos son necesarios desde los escalones más bajos. Pero algo de verdad subyace en la frase de aquel veterano militar. La equitación ofrecía al cadete la oportunidad de subirse al nobel bruto y con la técnica necesaria, inteligencia y coraje, conducir al animal hacia el objetivo que se ha propuesto, incluso por encima de la voluntad esquiva del animal, corriendo el riesgo – riesgo calculado – de dar con sus huesos en el suelo. Este podría ser un buen ejemplo de una enseñanza específicamente dirigida hacia el entrenamiento del valor.

Lo que trato es de poner de manifiesto la importancia de la practica reglada de una enseñanza orientada, mensurable y progresiva para asentar el valor. No tendría necesariamente qué ser una asignatura específica, más bien – como se dice ahora – una práctica transversal a todas ellas, pero con un denominador común: la superación de un riesgo medido y controlado que obligue a la superación de los temores propios y que induzca al autocontrol y al espíritu de equipo.

Y cuando hablo de valor y de riesgos, no me refiero exclusivamente a los aspectos físicos. Como muy bien argumenta el General de la Corte, se trata de un compendio de virtudes morales, intelectuales y físicas, o lo que es lo mismo, la armonía entre el querer, el saber y el poder. El querer que se manifiesta mediante la voluntad, el saber que se adquiere mediante el conocimiento y la técnica y finalmente el poder, las destrezas y capacidades físicas para llevar a cabo el fin propuesto a pesar de la voluntad del contrario o de las condiciones adversas.

Tan necesario es el valor del ultimo de los soldados como el del mando a cualquier nivel. Su naturaleza es la misma en uno y en otro, claro que sus componentes y manifestaciones son diferentes. Priman los aspectos físicos en el soldado, mientras que el componente moral tiene una especial dimensión en el jefe. Tanto valor hace falta para firmar un plan de operaciones en el que uno es consciente de los riesgos que asume tal plan, como para mantener cabalmente una decisión durante la ejecución del mismo, cuando noticias adversas comienzan a llegar – en esa “niebla de la guerra” de la que hablaba Clausewitz -atormentando la mente del comandante. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en la defensa del Alcázar de Toledo, que precisa poca explicación.

Por tanto, valor, audacia (no la temeridad) y asunción de riesgos, han de estar igualmente contemplados en los planes de capacitación de los oficiales en los empleos superiores. El estudio del problema táctico (o el estratégico) no tiene por que conducir, como sucede habitualmente, a la solución más evidente, la más previsible por el adversario y por lo tanto la que tiene más probabilidades de ser contrarrestada. La audacia, la sorpresa, el desconcierto del enemigo han de jugar su papel y los profesores, el propio sistema de enseñanza deben reconocerlo y promocionarlo. Hablamos siempre dentro de la más pura racionalidad y con la vista en “el cumplimiento de la misión con el menor número de bajas” que decía la doctrina de 1956. Es decir, con el menor quebranto propio, pero asumiendo que lo habrá. En caso contrario, no se trataría de esa “dialéctica de las voluntades que emplea la fuerza para resolver el conflicto”.

Para terminar esta esta reflexión solo me queda volver al inicio, a la selección de los militares.  Hasta hace no muchos años, posiblemente hasta la incorporación masiva de la mujer a las FAS, en las pruebas de selección para el ingreso en la Academia General Militar, junto a los test físicos y sicológicos y académicos del nivel del curso Universitario Selectivo de Ciencias, había una prueba muy singular: el salto del caballo. Un interminable aparato gimnástico forrado de un cuero cosido a base de tachuelas a un cuerpo de madera y sujetado por cuatro leñosas extremidades que daban al conjunto un aspecto insuperable. Pues bien, No dejaba de ser una prueba física más, pero con un matiz importante. Aquella “bestia” había que dominarla a base de técnica, coordinación y condición física, pero, sobre todo, con el convencimiento de que, al otro lado de aquel particular equino, estaba el ingreso en la academia. Hoy en día hay otras posibilidades otras técnicas, pero sigue siendo imperativo poder discriminar, siquiera de una forma elemental, quién es capaz de prepararse, dominarse, concentrarse y superar el obstáculo del que tiene un miedo insuperable.

Pues estas reflexiones me sugieren el interesante artículo del TGEN de la Corte en torno al valor. Como se dice en Operaciones Especiales (perdonen Vds. lo gráfico y expresivo de la cita): “a capar se aprende cortando güevos” a dominar al miedo, a ser valiente, también se aprende practicando. La enseñanza militar ha de combinar de forma progresiva y evaluable el riesgo medido con la voluntad de superarlo.

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

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9 abril 2018

¿POR DÓNDE EMPEZAR? Visusmílitis 8 de abril de 2018 Adolfo Coloma GB (R) del ET

El soldado veterano

Seguro que a Vds. les ha sucedido en alguna ocasión. Se enfrenta uno al papel en blanco – si quiera virtual – y no sabe qué decir o por dónde empezar. Y no es el caso de que uno no sepa de qué hablar, porque como dejó escrito Gustavo Adolfo, ese inmortal sevillano, “puede que no haya poetas, pero siempre, habrá poesía”. Asuntos, haberlos haylos, y muchos. Sucede que en el “visusmílitis”, esa cita semanal que tenemos con los lectores de este blog a través de la que pretendemos echar un vistazo a lo que las pasadas jornadas han dado de sí desde esta sosegada atalaya que la edad le permite al viejo soldado; llevamos semanas encadenando malas noticias, resúmenes un tanto aciagos de la realidad que nos oprime.

Quisiéramos ofrecerles otra cosa. El soldado es por naturaleza optimista. Solo así consigue darle sentido a su vida, superar momentos duros y enfrentarse con esperanza a situaciones verdaderamente adversas. Con la edad se va haciendo realista, pero nunca pierde ese punto de imponerse, como rezan nuestras ordenanzas a cualquier situación por desfavorable que esta sea.Al mando y a los subordinados, hay que ofrecerles siempre alternativas.

Pero qué quieren que les diga. Si vuelvo la vista atrás constato cómo hemos pasado del sosiego a la frustración. Un fugado largo tiempo de la justicia (por algo se habrá fugado) había sido localizado en un país asociado, puesto en prisión preventiva y llevado ante los jueces bajo acusación de muy graves delitos. Pero mira tú por donde sólo le hallan reo de malversación de caudales. ¡Vaya hombre! Lo mismito que a Al Capone, que después de todo el mal que causó, solo pudieron pillarle por engañar al fisco.

Cansado está uno del monotema por más que sea lo que más duele en el corazón del soldado. Confiemos en que la siguiente cita podamos traerles algo más alentador.

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

8 abril 2018

Blog: generaldavila.com

 

 

Lo que España, y sus Fuerzas Armadas le deben a la Escuela Central de Educación Física Adolfo Coloma GB (R) del ET

Escudo de la Escuela Central de Educación Física

La razón de ser de este blog, Vds. lo saben, no es otra que la defensa de la unidad de España y la divulgación de los valores que las FAS aportan a la sociedad. Sin duda, en la cúspide de nuestras preocupaciones está la unidad de España porque se está viendo amenazada. Pero ¡Es tan aburrido volver una y otra vez hablar del monotema! que, a veces se aferra uno a otras cosas con tal de salir del bucle.

Hoy les quiero hablar de la Escuela Central de Educación Física del Ejército (ECEF) una institución a punto de ser centenaria cuyos servicios y enseñanzas no solo han beneficiado al Ejército de Tierra, donde se encuadra, sino a los otros ejércitos y a la sociedad civil. Pocos lo saben.

Desde una perspectiva actual, la enseñanza de la educación física entendida como  la parte de la formación integral del ser humano  que utiliza los movimientos corporales para perfeccionar, controlar y mantener la salud mental y física; no es en España tan antigua como pudiéramos imaginar. Ni siquiera la Ley Moyano del Ministerio de Instrucción Pública (1857), la contemplaba. A finales del siglo, se crearon unas cátedras de gimnasia higiénica en los institutos, pero por falta de titulados, la enseñanza de la educación física (gimnasia o gimnástica) se desvirtuó hacia los contenidos de la medicina, por lo que no se consiguió una enseñanza reglada ni se impartió con una titulación determinada.

En este desolador panorama, se crea en Toledo la Escuela Central de Gimnasia del Ejército (más tarde cambiará su nombre por el de Escuela Central de Educación física, ECEF). Aun cuando su finalidad primaria ha sido siempre especializar a los cuadros de mando del Ejército en estas disciplinas, ha favorecido la formación de los maestros que, mediante unos cursos especiales, se convertían en profesores de Educación Física de Primera Enseñanza.

General José Villalba Riquelme

No fue casual ni la necesidad de la creación de este centro de enseñanza ni su lugar. Ambos se debieron al impulso del General José Villalba Riquelme.Fue nombrado Ministro del Ejército a mediados de diciembre de 1919 yel 29 de ese mismo mes, presentaba a SM el Rey Alfonso XIII el decreto  de fundación de la ECEF. Por cierto, un mes después, el General Villalba presentaba también el decreto fundacional de la Legión: “Con la denominación de Tercio de Extranjeros se creará una unidad militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por el que ha de regirse serán fijados por el Ministro de la Guerra”. Dos instituciones pues, que en los próximos dos años cumplirán sucesivamente el centenario de su existencia, nacidas ambas por el impulso del General Villalba un gran soldado, veterano de las campañas de Cuba, Filipinas y Marruecos, sobre el que algún día tendremos que escribir.

El General Villalba también había sido  Jefe de estudios y director de la toledana Academia de Infantería y había experimentado la necesidad de proporcionar a los cadetes y a los soldados en general, una formación física que incrementase su fuerza, su resistencia y sus destrezas. A tal fin becó a dos profesores de la academia para que informasen de los métodos que se seguían en las academias militares de Suecia y Francia, decidiéndose finalmente por el método sueco basado en las enseñanzas  del afamado profesor Pehr Henrik Ling (1776 – 1839).

Así anunciaba el Diario Oficial de 30 de diciembre de 2019 la fundación de la ECEF :  “Con objeto de establecer las bases sobre las que en su día habrá de asentarse la educación física del Ejercito, y especialmente la formación del personal encargado de realizarla, creando especialidades de profesores y auxiliares ……su utilidad es tanta que no solo redundará en benéfico del Ejército, sino de la raza en general cuando se extienda la práctica nacional  de la educación física por medio de los maestros de instrucción pública ………………se crea una Escuela de Educación Física cuyo profesorado estará constituido por el médico y profesores que designe el Coronel director.

Juegos recreativos

A lo largo de estos 99 años, la ECEF básicamente ha impartido  dos cursos. Uno de profesores de educación física para oficiales y otro, de instructores para suboficiales, de los Ejércitos, Armada, Guardia Civil  y esporádicamente, para otros cuerpos de la administración. Pero fue tal el empuje desde su creación la ECEF le dio a la formación para la educación física, que en 1924 se le encargó la elaboración de unas normas orientativas para la educación física infantil. Estas normas se plasmaron en la “Cartilla Gimnástica Infantil”, que fue difundida y aplicada en las escuelas normales  y colegios masculinos y femeninos de toda España. Además, entre los años 1926 y 1929, se impartieron en la ECEF cursos para los maestros y se expidió a los que los superaron el título de Profesor de Educación Física de Primera Enseñanza.

La II República, en lo que a la educación física se refiere, presentó una dualidad, pues si por una parte abanderó los métodos de la Institución Libre de Enseñanza, que también contemplaba la práctica de ejercicios al aire libre, y creó en 1933 la escuela de Educación física dependiente de la Facultad de Medicina de Madrid, eliminó a año siguiente los estudios de educación física de los programas de las escuelas normales y de los estudios de magisterio.

La Guerra Civil supuso un parón en las actividades de la ECEF. Sus instalaciones, que ya estaban construidas en la vega toledana, quedaron totalmente destruidas durante el asedio al Alcázar de Toledo, cuya defensa, hay que decirlo en voz bien alta, fue dirigida por el Director de la ECEF, el coronel José Moscardó Ituarte. Al finalizar el conflicto, la Ley de 6 de Diciembre de 1940 volvió a potenciar la educación física como asignatura reglada, reconociendo como centros de profesorado a las academias  de mandosJosé Antonio y Ruiz de Alda (del Frente de Juventudes), a la Escuela San Carlos de la Facultad de Medicina y a la ECEF como centros de profesorado.Sin embargo, fue ésta última la que continuó impartiendo en solitario la titulación durante algunos años.

Prácticas de esquí

Desde la fundación de la ECEF, las prácticas de montaña, escalada y esquí, estuvieron presentes en sus programas de formación, pero no fue hasta el año 1940, cuando se le encargó a la escuela la organización de cursos de vida, movimiento y combate en alta montaña. Para su realización la ECEF organizó una Unidad de Alta Montaña con base en Navacerrada, pero que extendió sus prácticas a Candanchú, Valle de Arán, Nuria y la Molina hasta el año 1945, en el que se creó la Escuela Militar de Montaña, que se hizo cargo de la formación y enseñanza en esta materia.

La Ley de Educación física de 1961, creó el Instituto Nacional de Educación Física (INEF) y reconocía a la ECEF como “Centro colaborador”. Los diplomados de la ECEF continuaron impartiendo la asignatura de gimnasia en colegios e institutos, ya con carácter oficial, hasta que con la restauración de la monarquía, la Ley de Cultura Física y Deportes de 1981 otorgó al INEF en exclusividad la formación del profesorado para la impartición de esta formación en centros docentes.A partir de esta fecha, prácticamente las enseñanzas de la ECEF se centran en el ámbito puramente militar.

En el año 2001, por necesidades de reorganización del Ejército, la ECEF se trasladó a la Academia de Infantería, cediendo sus magníficas instalaciones al Ayuntamiento de Toledo. En el año 2015 pasó a depender de la Escuela de Guerra del Ejercito (Madrid) continuando como unidad adscrita a la Academia de Infantería hasta nuestros días.

Esta es a vuela pluma la historia viva de una institución militar que, además de haber formado a 3.458 Profesores de Educación Física  y 4.673 instructores, cuando se le ha requerido para ello,ha puesto las bases de la práctica de la gimnasia y el deporte en los centros de enseñanza del sistema educativo nacional y colaborado en la capacitación del profesorado de educación física.

La Escuela central de Educación Física del Ejército es un magnífico exponente de los servicios que las Fuerzas Armadas han prestado y prestan al conjunto de la sociedad además de su función primordial, cual es vertebrar la seguridad y defensa nacional. Desde este modesto blog, abogamos por el merecido reconocimiento al que se ha hecho acreedora por su larga y fecunda trayectoria y que se ha materializar en el centenario de su creación el año que viene. Ojalá que no quede todo en una mera efeméride celebrada de puertas adentro. Antes bien, que el Ministerio de Defensa promocione su centenario otorgándole la importancia que merece e invite al propio ministro de Educación, Cultura y Deporte, en reconocimiento de la labor de la Escuela en pro de la educación física en el sistema educativo nacional.

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

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10 marzo 2018

¡CHUNGO! Visus militis 25 de marzo de 2018 Adolfo Coloma GB (R) del ET

El soldado veterano

Se suele decir que sólo la muerte nos iguala a todos, al menos en lo vital. Pero también los años unen mucho, al menos en lo económico cuando nos alcanza la jubilación. Bueno, los soldados lo solemos llamar  “el retiro”, porque la jubilación viene a ser como la dispensa por edad o decrepitud del oficio que uno practica  y en eso de defender a España no nos jubila nadie. Preferimos pues llamarlo retiro, por cuanto supone el abandono del campo de batalla, pero no el seguir luchando y entendiendo la vida como un servicio.

Y mirando al interior de los muros de la patria mía, de la patria nuestra,vemos que no vamos a poder esperar con sosiego ese momento supremo en el que seamos llamados a dar novedades tras cesar todos nuestros servicios. Amigos, conocidos, gente de nuestra edad, a muchos de los cuales tuvimos en filas cuando les correspondió hacer el servicio militar, y ¡vaya si sirvieron! con entrega, lealtad y casi sin preguntar por qué; vemos ahora salir en tromba de sus casas, ocupar las calles y alzar sus voces en demanda de…..lo que les corresponde después de una vida  laboral contribuyendo con su trabajo al engrandecimiento de su país y con sus impuestos a su sostenimiento , particularmente al de los que por razones de edad, ya no podían seguir en la brecha.

¡chungo!

Hemos conocido otras tierras porque se nos ha mandado y otras gentes porque hemos querido aprender de ellas. Y si algo hemos encontrado que les una por encima de los conflictos en que se han visto inmersos, es el respeto, la veneración y el cuidado de sus mayores. Todos, sin distinción de clanes, religiones o facciones en lucha; lo hacen porque se lo merecen y porque ya no pueden dar más. No porque representen un buen caladero de votos que puedan arrimar el ascua a la sardina de nadie.

¡Chungo!

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

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25 febrero 2018

¡DESPERTA FERRO! General de Brigada (R.) Adolfo Coloma

Hoy 23 de Febrero, todos los que han formado parte de las Tropas Paracaidistas del Ejército de Tierra, veteranos o en activo tienen una cita con la historia.Se conmemora el LXIV Aniversario del hito fundacional de estas unidades,el primer lanzamiento con un vetusto paracaídas INTA T-6, desde aviones Junker y Savoia.  Las unidades  paracaidistas del Ejercito encuadradas en la Brigada Almogávares VI (BRIPAC), que son modelo y referencia en nuestras FAS y allende nuestras fronteras, han hecho hoy un alto en su duro quehacer diario y han formado  en la base de Paracuellos (Madrid) y en el acuartelamiento de Javalí Nuevo (Murcia), felicitarse, para recordar a los que les precedieron y mirar al futuro

Tradición y modernidad. Tradición, pues su espíritu de combate se inspira en las huestes almogávares que en el siglo XIII, por su bravura y el hecho de combatir siempre en inferioridad de condiciones, asombraron al mundo al grito de “desperta ferro”. Y Tradición que enraízasen las legionarias, como es palpable en todo su ritual. No en vano, el fundador de la I Bandera Paracaidista, el Comandante Tomás Pallás Sierra, el primer general de la Brigada Paracaidista, Julio Coloma Gallegos y muchos de los mandos que se integraron en los orígenes de estas unidades procedían de la Legión. Por ambas razones, todos los que en algún momento de sus vidas y en cualquier empleo ha formado parte de estas unidades, ostentan el muy honroso título de “Caballero legionario almogávar paracaidista”. Pero tradición que a lo largo de estos 64 años han sabido construir la suya propia. Sus gritos su ideario, su oración paracaidista son buena muestra de ello. Y la modernidad, que ha sido el modus operandi de las unidades paracaidistas desde los primeros momentos. No solo en su uniformidad, revolucionaria cuando se reglamentó, sino en su operatividad basada en un riguroso sistema de instrucción y adiestramientos (Alfas – Betas y Gammas) que por su eficacia, adoptó el conjunto del Ejército y hoy es lenguaje común de cualquier unidad

Hace falta mucho más que un mero espíritu aventurero y afición al paracaidismo para ser un “paraca”. Tiene esta unidad un hecho que la diferencia de todas las demás: su capacidad de inserción mediante lanzamiento paracaidista. El salto al vacío desde una aeronave en vuelo marca un hecho diferencial,que poco tiene que ver con lo deportivo y mucho con un procedimiento militar basado en la especialización, la sorpresa y el arrojo. El lanzamiento no marca como en el deporte el final de la actividad, sino el comienzo de una larga y azarosa acción sobre tierra en circunstancias muy precarias. Eso es lo que distingue a las tropas paracaidistas.

Pero no solo en la Brigada Paracaidista, sino en todas las asociaciones de veteranos de estas fuerzas, agrupadas en torno a la Federación Nacional de Asociaciones de veteranos paracaidistas de España (FENASVPE) mantiene el espíritu su estilo, su ideario y su amor a España, recordarán una año más aquel primer salto, las primeras operaciones en Ifni – Sahara – la fundación de la brigada, la operación Pathfinder Express 66, las primeras misiones en el Kurdistán y en los Balcanes, los cientos de miles de lanzamientos y por supuesto, a los que ya no están.

Con la tranquilidad de haber visto superados recientes escollos que podrían dividido por la mitad a sus componentes entre los que son paracaidistas y los que no lo son, y haber mermado sustancialmente sus capacidades como Gran Unidad paracaidista Hoy los “paracas” han hecho un alto en el camino para acudir a su cita con la historia, con sus recuerdos y tradiciones mientras se preparan día a día con rigor para lo que su compromiso les exige: “Ser los mejores soldados de la patria”, tal y como les ha recordado la Ministra de Defensa pisando el mismo asfalto dela plaza de armas de la flamante Base de Paracuellos, en la que estaban formadas las unidades y sobre el saltaron con precisión y vistosidad un grupo de paracaidistas que cerraron el acto.

Y nosotros, desde el blog General Dávila, nos unimos a esta felicitación deseando a todos los bravos paracaidistas:

¡Buen Salto!

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

23 febrero 2018

¿QUÉ EJÉRCITOS QUEREMOS? (1) LA CUESTION DE LA EDAD Adolfo Coloma GB (R) del ET

Pretendo con esta entrada dar comienzo a una serie de reflexiones en voz alta sobre el modelo de nuestras Fuerzas Armadas (FAS) y las cuestiones que le afectan. No se trata de definir en absoluto un modelo teórico, ilusorio e ideal de la FAS españolas del futuro, que órganos pensantes ya están establecidos a tal efecto, sino de reflexionar sobre unos ejércitos, posibles y sostenibles para una España de los próximos 15 o 20 años, analizando de forma individual algunas de las cuestiones que le afectan. Quiero de hablar de unas FAS futuras, pero sin desdeñar la experiencia.Y comienzo por tema muy candente: La edad, especialmente la de las clases de tropa. Lo hago a raíz de un comentario de un lector de este blog que hace unos días decía “Hasta que el soldado cumple 45 años que ahí ya es abandonado a su suerte en la cola del paro”.

No es un tema nuevo ni mucho menos. Por el contrario es un tema recurrente, controvertido y de solución nada fácil. El análisis que sigue a continuación se fija fundamentalmente a las unidades de la fuerza,  “de combate”, para entendernos mejor y singularmente del Ejército de Tierra, que se provee dela escala Cuerpo General de las Armas y por extensión de la Infantería de Marina.

La clave del éxito de una organización que tiene su principal activo en las personas (no me gusta denominarlos “personal”,  ni referirme a ellos como “recursos humanos”) está en concitar sus propias necesidades con las expectativas de sus miembros. En este sentido, las necesidades de las Unidades de la fuerza, las más numerosas en el ET, apuntan a unos individuos de tropa lo suficientemente jóvenes y robustos como para soportar con ánimo y disposición la dura vida en estas unidades y su exigencia física.Las expectativas de sus miembros están en tener un futuro garantizado hasta la edad de retiro cosa que  sucede en las escalas de oficiales y suboficiales, pero no en la de tropa. A la organización le repugna la idea de tener unos batallones nutridos por soldados, pongamos  con 50 años de edad. Excepciones las puede haber, pero el legislador, tiene que pensar en la mayoría. He aquí el conflicto.

De algún punto hay que partir, así que les propongo analizar la situación desde el punto de vista delas edades de ingreso en el servicio activo, de la permanencia y finalmente, de la desvinculación de los Ejércitos.En la actualidad, las edades máximas para el ingreso como alumno de  estas escalas son de 21 años para los oficiales,  26 para suboficiales y de 29 para tropa. La edad mínima en todos los casos es de 18 años.  Evidentemente, el plan de estudios para oficiales es de 6 años mientras que el de tropa solo 4 meses. Los aspirantes a suboficial acceden a las academias correspondientes en la mayor parte de los casos procedentes de tropa, tras algunos años de servicio.Así es que suelen ingresar en el tramo superior de las edades máximas permitidas. La consecuencia más inmediata es el envejecimiento de los suboficiales, pero veamos continuación lo que más nos preocupa: la tropa.

MODELO DE CARRERA MILITAR DE TROPA

Como muchos lectores sabrán,el modelo de carrera de un militar de tropa comprende tres modalidades diferentes y sucesivas: Un compromiso inicial, que se puede ir renovando hasta un máximo de 6 años,un compromiso de larga duración, que permite extender el tiempo en filas hasta los 45 años de edad; Y finalmente la tropa permanente  que puede permanecer hasta los 58, edad en la que se pasa a la reserva.  En la sociedad actual, los jóvenes (hombres y mujeres) suelen estabilizar su vida, entre los 25 y los 30 años. Es cuando suelen encontrar  pareja  estable y forman familia. Cada vez es más frecuente que ambos miembros de la pareja tengan trabajos remunerados, lo que supone un ancla frente a la tradicional movilidad horizontal de los militares. A esto hay que añadir que, la mayor parte de las unidades de la fuerza, se encuentran en guarniciones asiladas de entidad entre brigada y batallón. Es decir, hay pocas oportunidades de poder cambiar de plaza de destino sin afectar a la estabilidad familiar.

Así, en muchos casos los individuos de tropa se ven abocados a permanecer largos períodos en las unidades de origen  para conseguir esa deseable estabilidad familiar, lo que repercute inmediatamente en el envejecimiento de la unidad. Así lo recoge el “informe de situación” recientemente emitido por el Ejercito de Tierra que reconoce que la edad media de la tropa del ET es de 33, lo que es ya una edad considerable (la mitad de los individuos superan esa edad) pero tolerable si respondiese a una distribución racional en la que los jóvenes estuvieran mayoritariamente encuadrados en unidades de la fuerza y los más mayores en destinos menos exigentes en el plano físico, como los logísticos, administrativos.Pero esto no sucede así.

Este problema viene de lejos y alguna experiencia hemos ido acumulándolo que ha permitido introducir algunas medidas correctoras, como por ejemplo el Plan de Acción de Personal (PAP), del ET. Fue diseñado en los años 2006/8 y revisado en el 2012/15 con la finalidad de definir claramente las expectativas y las carreras de los militares estableciendo unas trayectorias definidas que, aprovechando la experiencia acumulada por cada uno tienda hacia la especialización, teniendo en cuenta las preferencias de cada profesional. Al mismo tiempo marca claramente tramos en las propias trayectorias de tal forma que, inicialmente, los primeros empleos de cada escala sean desempeñados preferentemente en las unidades de la fuerza. Contempla además medidas como el cambio de especialidad (y por tanto de escala) para los componentes del cuerpo general, que es el que más evidencia la necesidad de un continuo rejuvenecimiento, pero al hacerlo entra en colisión con los intereses de las escalas en las que se pretende acomodarlos.

En todo caso,parece que la política de personal se inclina decididamente por la incentivación para el ingreso en la escala de suboficiales, lo que va parejo a la correspondiente preparación y adquisición de la titulación académica de los aspirantes.  Sin embargo esta medida, aunque cubre ampliamente las plazas de las convocatorias que se publican, no puede competir con las aspiraciones de la tropa en general a la adquisición de la consideración de tropa permanente. Les “condena” definitivamente a los empleos más bajos del escalafón, pero por el contrario, les asegura un puesto de trabajo en su localidad sin someterlos a los continuos vaivenes y cambios de destino a los que oficiales y suboficiales están abocados.

Este plan por tanto, está pensado para actuar como filtro o decantador  de forma que actúe como freno para los que, alcanzada una cierta edad, no han conseguido la requerida especialización o no han ingresado en la escala de oficiales o suboficiales.  Pero de momento no ha conseguido el objetivo. Claro que ya se sabe, las políticas de personal son instrumentos a largo plazo. Sus efectos tardan un tiempo considerable en sustanciarse.

Vistas las limitaciones de la organización para absorber hasta la edad máxima a toda la tropa satisfaciendo sus expectativas de permanencia en las FAS, no le cabe más opción que facilitar la desvinculación del servicio de una parte considerable de sus efectivos. Lo hace  mediante tres mecanismos: La preparación para otras actividades,  la intermediación con otras instituciones o empresas (públicas y privadas) y la compensación económica.

Las dos primeras opciones: la preparación y la intermediación con otras empresas e instituciones, van muy parejas.Se facilita la preparación para otros trabajos acordes con la formación, experiencia y vocación de cada individuo. Con esta intención el Ministerio de Defensa creó  SAPROMIL (sistema de aprovechamiento de las capacidades del personal militar). Un sistema que nació en cuanto se detectó la necesidad de ofrecer salidas profesionales al personal excedente, singularmente la tropa; pero lo hizo en el año 2012en el punto álgido  de crisis la del mercado laboral. SAPROMIL prepara a los individuos que así lo desean para el ingreso en empresas e instituciones de la administración al tiempo que abre con tales organizaciones acuerdos por los que se reservan plazas para aspirantes procedentes de las FAS.Hasta la fecha ha tenido más resultados en la oferta para ingreso en la Guardia Civil (50% de las plazas convocadas) en la Policía Nacional(20%) y en algunas policías locales, pero con carácter muy minoritario. 

En cuanto a la tercera vía, hay que señalar ante todo que los soldados y marineros que tienen que dejar forzosamente el servicio, están acogidos, como cualquier trabajador a las prestaciones  económicas y asistenciales propias del paro. Sin embargo, la medida más atractiva se les ofrece al alcanzar los 45 años de edad. Consiste en una compensación económica establecida en la actualidad en 620 € mensuales como reservistas de especial disponibilidad, compatibles con el ejercicio de cualquier otro trabajo que no sea en las administraciones públicas, hasta la edad de retiro. Se trata pues de una solución parecida a la que se arbitró con la reserva transitoria para los cuadros de mando. Sin embargo, esta medida, favoreciendo decididamente a los soldados que alcanzan esa fatídica fecha de los 45 años, no ha contribuido a frenar el problema del envejecimiento ya que muchos aguantan hasta que alcanzan esta edad, con lo que no resuelven la desvinculación en la franja de los 35 -40 años que es en la que sería deseable que se produjeran la mayor parte de las desvinculaciones.

Esfuerzos se han hecho pues para atajar el problema del envejecimiento, pero con unos resultados – hay que decirlo – más bien modestos. “La Defensa es cosa de todos” rezaba el eslogan de la pasada semana de las Fuerzas Armadas. Pues eso, es de todos. Si queremos unas FAS bien preparadas, en todos los sentidos y con unas edades acordes a la dura vida que se les exige a sus miembros, aparte de unas condiciones retributivas acordes con las posibilidades del Estado y, en sintonía con otros cuerpos de la administración, hay que facilitar una desvinculación eficaz, poner en valor la titulación, capacitación y experiencia de nuestros soldados en las convocatorias a todas las administraciones, y ofrecer incentivos reales a las empresas civiles que los contraten. Naturalmente, esto exige un compromiso firme de todas (o al menos las principales) fuerzas políticas y organizaciones sindicales mediante acuerdo de Estado. O bien cambiar la ley, pero eso es ya otra historia.

Adolfo Coloma. GB (R) del ET

Blog: generaldavila.com

15 febrero 2018