EL SOLDADO ESPAÑOL NO ENTRA EN LOS PRESUPUESTOS DE DEFENSA. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

Muy eufórico veo a ese ministerio de Defensa que hace llamarse español, ministerio de Defensa que nada sabe de guerra ni de España, que defiende sus intereses como partido y no como nación. De la industria de las armas también se encarga, aunque esta tenga a los soldados a pie y sin dinero porque es incapaz de terminar un vehículo de combate para que nuestros soldados tengan una mínima protección. Lo del vehículo «Dragón» debería acabar con la desvergüenza de muchos y revisar más allá de los contratos. Como siempre lo tendrán que suplir con celo y tener su pecho descubierto para parar las balas que atraviesan esos corazones humildes a los que nunca se les agradece lo suficiente su callada y inestimable labor. No hay institución más ingrata que esta que se aprovecha de la entrega y el valor para que con deshonor se los relegue a los últimos de la lista. Entre las prioridades del ministerio llamado de Defensa no están los soldados que a los 45 años se les enseña la puerta de salida con una mísera limosna para que vayan tirando.

A aquellos, incluso uniformados, que sin pudor dicen que los que se van es que no han sabido aprovechar  las oportunidades, que son muchas, que no tienen las capacidades requeridas,  les diría cosas sobre el honor y el valor, sobre las capacidades de unos soldados que forman y conforman unidades como la Compañía que es en definitiva un conjunto equilibrado de capacidades medias. Esos que alegan lo de las oportunidades quizá estén por encima de las capacidades medias y esto de la milicia no vaya con ellos.

En este ministerio llamado de Defensa, que nada quiere saber de la guerra, se confunden cúpulas, la civil y la militar,  en una confusión que les lleva a apaisanarse a los uniformados y a militarizarse a los paisanos. Ya no sabemos quién manda. El apaisanado militar obedece y sonríe sin jamás asesorar más allá de la buena postura y mejor posición de firmes. Un mimetismo peligroso que confunde a los que obedecen, a los que creían que aquí se venía a servir a la Patria cuando resultó que la patria disminuía su valor en un  mercado donde todo se vendía y compraba con los contravalores de la traición y el precio injusto.

No hay necesidad de soldados que resultan un incordio para la gestión ministerial. El ministerio de Defensa funcionaría exactamente igual, sin mover una silla, sin unidades. Son un estorbo y lo mejor es mandarles de misión, mientras más lejos mejor. Se les da un dinerito que calla bocas, quedamos muy bien internacionalmente, son baratos y muy buena gente. Para gloria del presidente.

Otra cosa son las armas. A los civiles lo que les gusta son las armas. Las de guerra. Por eso hemos emprendido una carrera armamentística falsa, para armar a una industria sin futuro alguno, pero con la que se van a enriquecer todos menos los soldados. Si viniesen mal dadas no hay mejor defensa que muros de soldados, los pechos abiertos, sin 8×8, sin munición y recurrir el parapeto del honor que las cúpulas no tienen, el de defender a la patria. Otros dan premios  mientras fabrican balas a miles de euros.

Se encierran en los ahora llamados War Room como el recién creado por una empresa de tecnología y armas que sueña con la guerra y las elecciones democráticas. Le dan a todo lo que se pueda controlar, incluso disponen de unas puertas giratorias con tecnología muy ad hoc de aquellos que ven que sus estrellas se apagan a la vez que se bajan del pódium. Algunos incluso contratan a uniformados extranjeros del país que se asienta colonialmente en territorio español para que les asesore sobre el cambalache de las armas. Los nuestros no valen así que tomen nota los futuribles.

Lo de las armas es fiebre que viene de Europa y echan la culpa a Putin o a Trump, depende. España es discípulo aventajado en eso de las armas. Hemos iniciado una carrera armamentística sin saber para qué ni para quién. Existe un conglomerado de intereses, en ocasiones bastardos, y una indefinición de intereses que suelen chocar entre sí.

En este mundo tan pacífico está de moda la guerra y cuando alguien quiere acabar con ella se le acusa y menosprecia. La única realidad es que mueren siempre los mismos. La guerra se extiende en armas, con tecnologías inimaginables, pero en las trincheras sigue el hombre.

Napoleón después de la tan inútil como sangrienta batalla de Eylau, al ver devastado su Ejército, pronuncia quizá la más doliente y cruel definición del hombre. Entre el 7 y el 8 de febrero de 1807 hubo un feroz enfrentamiento entre el Emperador y el general ruso Bennigsen. Sus consecuencias suenan en la historia militar y humana. Fue la batalla de Eylau. Resultado: la nieve se disolvía con la sangre de los muertos y heridos y el campo de batalla humeaba como si fuese la puerta del infierno. Napoleón observa el pandemónium y sin inmutarse pronunció un espumarajo que no tiene otro análisis que la violencia de pensamiento que acaba con el hombre sin poner límite a la guerra que lleva dentro.

«Une nuit de Paris réparera tout cela». «Todo esto lo remedia una noche de París». Los soldados muertos yacen sobre la nieve. Su ejército mermado. Fruto de una noche parisina surgirán nuevos reemplazos, ese es el tiempo que necesitará para tener más carne de cañón. Dudo de su sufrimiento. Napoleón solo sufriría por la derrota.

Una feroz sangría que a nada condujo. Ninguno de los cadáveres pudo contarnos si había merecido la pena. Los muertos no hablan, solo recuerdan: ¿por qué? ¿para qué?

La guerra ignora a los hombres. A los soldados los ignora la guerra y la paz. No se los conoce ni reconoce.

En nuestro ministerio de Defensa, que nada sabe de la guerra, no interesan los soldados, son un estorbo del que hay que desprenderse a los 45 años. No contéis con ellos en el 2% ni en el 5%.

Interesan las armas, la tecnología y desmilitarizar de manera urgente a Calderón de la Barca que solo decía tonterías sobre el honor, el valor y una religión de hombres honrados.

En estos tiempos hablar de hombres honrados y de religión solo puede acarrear malas consecuencias.

¡A las armas mis paisanos!

«He visto con pena soldados amenazados por hombres civiles. Si el rey se hubiese mostrado a caballo…».

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

23 octubre 2025

DÍA DE LAS FUERZAS DESARMADAS 2025. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

Ni el nombre de España y la bandera mientras más pequeñita… a la esquinita.

Siento encabezar el artículo con este titular. Lo comprenderán enseguida. Los escándalos de corrupción moral y  material tapan asuntos también muy graves de los que nadie se entera, pero que deben ser conocidos.

España durante esta semana celebra  el conocido como «Día de las Fuerzas Armadas» cuyo acto central se desarrollará este próximo sábado en Canarias con la presencia del Mando Supremo de las Fuerzas Armadas: el Rey.

Pues vayan por delante las felicitaciones y buenos deseos, algo difícil de transmitir y reflejar viendo el panorama de nuestra Defensa. De eso es precisamente de lo que pretendo hablarles.

Desde la sede de la OTAN en Bruselas nos demandan el 5%. Es la propuesta seria para la Cumbre de La Haya. España es la única nación que no cumplirá.

Al hablar del tema ya nos señalan, solo a nosotros, cuando piden aplicar el 5% a la Defensa: «…incluidos nuestros amigos  de España». Tan fina como ácida ironía. Saben lo que dicen y porqué lo dicen. España no cumplirá. Saben además algo mucho más grave: no tenemos ni armas ni municiones.

El rearme de  España lo hemos convertido en el mayor acto  de cinismo que se conoce en las Fuerzas Armadas. Aún así nos  permitimos con todo descaro celebrar el «Día  de las Fuerzas Armadas». ¿De qué armas disponemos? Lo hemos repetido hasta la saciedad. No somos principiantes en el tema.

¿De los misiles multipropósito Spike LR2? ¿De los sistemas de comunicación entre las pequeñas unidades? ¿ Del Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad (SILAM), que sustituye a los cohetes Teruel? ¿De las torres del vehículo de combate 8×8?¿De los morteros sobre VAMTAC? ¿De los sensibles sistemas del Ejército del Aire? ¿O de la Armada? ¿Helicópteros de ataque? Por no seguir enumerando sistemas de armas y equipos de inteligencia que utilizan tecnología israelí.

Pues se acabó. El ministerio de Defensa ha confirmado la «desconexión paulatina» de todo lo relacionado con el armamento que lleve el nombre de Israel. «Embargo de armas» le llaman a la grave irresponsabilidad. Porque la desconexión es ¿tecnológica? ¿armamentística? Las armas no funcionan sin tecnología y nosotros hemos invertido miles de millones de euros en sistemas y municiones con tecnología de empresas israelíes que ahora tiramos por la borda sin sustituto a la vista, de manera que romper con ello es dejar las Fuerzas Armadas «Desarmadas».

¿Y ahora quién lo paga? ¿Quién nos defiende? El daño material es altísimo, investigable, pero mayor lo es el daño moral y las consecuencias internacionales, no solamente en Defensa, sino empresariales.

¿Quién nos va a vender tecnología estratégica? Nadie.

Hemos denunciado en este blog numerosas veces cómo nos han retirado de la defensa y vigilancia del Estrecho, como nos han echado del lugar de mayor importancia estratégica para España y que no hemos sabido vender ni defender: el Estrecho de Gibraltar. A nadie en España le importa. ¿A las Fuerzas Armadas? ¿Por qué nunca se habla de tema o se mira para otro lado?

La Defensa en España sabemos que no vende, que a nadie le interesa y que si hay algún interés es por el negocio de las armas. Nada más. Analicen lo que pasa por dentro de la industria de Defensa y comparen con la situación de nuestras tropas y sus carencias en lo  doméstico y en lo otro.

La repercusión de este desarme repentino de España como consecuencia de la «Desconexión paulatina«, del «Embargo total de armas» no es solo en lo material. En estas cosas no hay bromas ni sectarismos, sino intereses. Nadie es aliado de nadie si no es por interés por lo que puedas aportar.  Si nada aportas te vas o te echan. Aquí nadie se fía de una nación que te deja tirado en el fragor de la batalla, literalmente, o rompe las relaciones por un tema partidista y absolutamente sectario, cargado de ideología  que acumula la falsedad que venden. El mundo no acepta traiciones en esta materia.

¿Qué celebramos? ¿Nuestra indefensión?

Se han cargado la política exterior como Estado, se cargan la Defensa, manipulan el Poder Judicial y nos mandan a guerras que no entendemos.

El Rey como mando supremos de las Fuerzas Armadas presidirá y pondrá el broche a estos festejos del «Día de las Fuerzas Armadas». Pues eso: ¡Feliz Día!

Creo que nos equivocamos y sería mejor explicar, alguien, general o paisano, en qué consiste la «desconexión paulatina» y quién nos defiende mientras sustituimos la tecnología por ideología.

Creo que los versos de Calderón, incluso el Credo de la Legión deberían ser revisados. Mejor pedirle a Europa que nos dé otros valores que los sustituyan.

Porque es evidente que aquí todo queda en ni pedir ni rehusar.

¡Cada vez más difícil!

Esperamos que los que vienen, los que ya están cerca, no se encuentren con «el trabajo sucio» hecho y miren para otro lado. No sería la primera vez.

¿Me explico?

Feliz Día de las Fuerzas…

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

5 junio 2025

UNA SOCIEDAD DESINFORMADA Y ATEMORIZADA. MAREA ROJA. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Es evidente que el mando militar siempre debe estar sujeto a la dirección política, aunque hay situaciones que requieren una iniciativa inmediata, una toma de decisión que no puede esperar o que está sujeta a interpretaciones, por lo cual hay que confiar en uno mismo, en los conocimientos y formación, en tu intuición, pues cuando se conoce el oficio y se está identificado con él, la intuición marcará el camino a seguir. No hay nada peor que el pánico o la inacción. Ni te escondas ni huyas ante los problemas de la guerra que suelen atacar en primer lugar al ánimo del que manda. Que los métodos y procedimientos aprendidos en las largas horas de estudio, aplicados con sentido común y serenidad, ayudarán a adoptar las decisiones más convenientes aún en soledad.

En la película Marea Roja de Tony Scott el comandante del submarino nuclear SSN «Alabama» ante la grave decisión que ha de tomar sobre el lanzamiento de sus misiles nucleares, sin comunicaciones, sin órdenes claras, le dice al segundo comandante: «Luchamos para preservar la democracia no para ejercerla». La película no resuelve el dilema sobre qué hacer en situaciones de aislamiento y sin órdenes claras; sólo plantea la crudeza del momento y nos hace ver diferentes alternativas. Es lo que pretendo.

Mi punto de vista sí que lo doy. En combate no se toman las decisiones a mano alzada, por urnas o comisarios políticos. Esa es la grandeza de la milicia: el mando. En eso se diferencia del liderazgo. Las órdenes se cumplen porque hay quien manda, no lidera. Liderazgo que alguno ejercía con un mono azul y un pistolón al cinto.

Nuestros militares son una auténtica biblioteca de conocimientos sobre la teoría del arte de la guerra, pero está su acceso restringido y el Diario de Operaciones solo disponible para algunos privilegiados. Silencio.

El mundo lleva varios años en guerra, cada vez más cerca de España, las amenazas son evidentes, estamos en manos de locos que cuando se intenta negociar la paz cargan las armas y provocan una guerra de mayor envergadura.

¿Qué sabemos de esta guerra? ¿Qué dicen los militares en activo? ¿Qué sabemos del pensamiento militar español? En breve publicaré un libro en el que trato de forma directa el tema con protagonistas de primera línea. Tendrá que ser desde la reserva ya que no hay otra manera de abordarlo. La palabra del militar está restringida y eso sería lógico y bueno si esa restricción no fuese partidista.

Es saludable que una sociedad desarrollada, aparentemente democrática, esté informada con las debidas limitaciones que impone la Seguridad Nacional y los derechos a la intimidad de cada cual. No más y sin meter en el puchero de la Seguridad Nacional todo aquello que no se quiere contar por razones partidistas o por tratarnos de manera infantil.

Este ya no es un periodo de entreguerras. Es de guerra. Desde lo militar hay un silencio absoluto. Algunos retirados o en la reserva agitamos la tensión del ministerio de Defensa contando lo poco que sabemos, analizando lo que vemos y, ¡cómo no! provocando todo lo que podemos para que, ese ministerio llamado de Defensa, despierte del letargo o del sueño político en que se encuentra.

Ninguna información tenemos, los militares callan, los aíslan de la sociedad en el plano intelectual; lamentable ya que deberíamos saber qué futuro nos espera. ¿Viene la guerra? ¿Por qué ahora hay que armarse si se está hablando de paz? ¿Qué nos ocultan?

Podría ser y eso sería más grave, que nadie sabe nada de nada. Ni de la guerra que ya está aquí ni de la que viene.

Una democracia sin información no es una democracia completa y cuando esta información está manipulada es que nos acercamos al abismo de aquello que es lo contrario a la democracia.

Una sociedad debe estar informada y no atemorizada. En el tiempo que llevamos de guerra en Europa y Oriente Medio ningún profesional de las armas ha informado de manera oficial, profesional, y contado sin partidismos cuales son los riesgos y amenazas que tiene España. Nadie. ¿Que no se pueden contar las cosas de manera real y con independencia? Se puede hacer de manera absolutamente imparcial contando las hipótesis más probables y las más peligrosas.

Lo malo de todo esto es que se saben muchas cosas y no las saben los que debería saberlas.

La realidad de la situación la saben los militares. Los políticos creen saber hasta que se encuentran con la cruda realidad de los cañones habiendo hecho caso omiso de lo que los mandos militares les dijeron.

Ahora desde Europa, los políticos europeos, nos asustan a todos con manuales de supervivencia y kits para aguantar aislados en casa si vienen mal dadas. La amenaza curiosamente llega cuando más cerca estamos de la paz, momento en el que Europa parece dar la espalda al intento de calmar los cañones.

No acabo de entenderlo a no ser que algo se traigan entre manos y pretendan encerrarnos otra vez en casa. Que todo es posible.

Cuando lo hicieron por la pandemia sacaron al Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), al General de la Guardia Civil, al máximo responsable de la policía (no sacaron al Presidente del la Conferencia Episcopal de milagro) a dar explicaciones, día a día, y así cubrir una mala gestión. Los utilizaron de escudo defensivo y todos se prestaron al juego. Todos encerrados. Disciplinadamente.

Ahora ante lo que nos anuncian desde Europa como una posible catástrofe  bélica o no se sabe muy bien qué, armarnos (con perdón) hasta los dientes, hay algo que no encaja.

¿Qué nos están ocultando? ¿Saben algo que nosotros no sabemos? Hay una gran responsabilidad en no contar, en ocultar, y más en crear tanta inquietud en la población y que nadie, ni Gobierno ni oposición, digan qué está ocurriendo. Habrá, caso de estar ocultando información, muchas responsabilidades compartidas, aunque toda sea de uno. Los demás tendrán que rendir cuentas de su decisión en momentos de incertidumbre.

Somos unos imberbes en democracia, pero la vieja y sabia Europa está peor, enferma de gravedad y sus políticos nos llevan a la guerra.

¿Se ha perdido la comunicación y el misil ya lo han lanzado?

¿O nos quieren encerrar otra vez? ¿Saldrán entonces a darnos explicaciones? ¿Marea Roja?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

26 marzo 2025

 

 

 

DOS DE MAYO. POLÍTICA Y FUERZAS ARMADAS. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

La sensibilidad democrática de una nación se demuestra por el acontecer diario de su principal cimiento: el respeto a la independencia del Poder Judicial y  a las Fuerzas Armadas. Respecto a lo primero poco que decir. A la vista está el espectáculo de la Fiscalía General del Estado y el del  Tribunal Constitucional, que no es órgano jurisdiccional, constituido ad hoc. Está de manera indecente a la vista de todos.

Nos interesa mucho, por estar oculto, el tema de las Fuerzas Armadas porque al ser una institución silenciosa en exceso y disciplinada en su justa medida, es difícil saber el uso, o abuso, que se da en su utilización institucional.

De un tiempo a esta parte, quizá por el ruido de la guerra, nuestra atención a los ejércitos va más a las formas que al fondo. Pero son estas inevitablemente fiel reflejo de lo que ocurre en las honduras, por lo que es difícil maquillar los errores doctrinales e institucionales que se cometen ante la pasividad de la gran mayoría, incluidos uniformados.

Viene al caso la noticia que desde la Comunidad de Madrid se ha dado a conocer, en pocos días olvidada, de la ausencia este año de las Fuerzas Armadas en el acto que se celebra en la Puerta del Sol de Madrid en conmemoración del 2 de mayo de 1808, día de la defensa de Madrid, cuando todo el pueblo español se levantó contra la invasión francesa de Napoleón Bonaparte. Acto tradicional que se ha convertido en uno de los más populares de España y que ha levantado desde el año 1983 gran expectación y cariño entre los madrileños como fiel reflejo de sus virtudes. Pueblo y Ejército hermanados en lucha por la libertad que el invasor francés le robaba.

Pues este año 2025 no habrá soldados, no estarán las tropas con su pueblo en la histórica Puerta del Sol por simple capricho político.

Entramos en un compás de espera y esperamos que la ministra de Defensa sea capaz de superar el obstáculo gubernamental e ideológico para entender que con las Fuerzas Armadas no se juega ni se las utiliza para la guerra política que su presidente tiene abierta contra Madrid. ¿Tendrá la valentía la ministra de rectificar? Una buena prueba de ese amor por las tropas del que hace gala.

Pero no podemos ocultar nuestra preocupación por algunos signos en estos convulsos últimos tiempos que como soldados nos mantienen muy alertados y confusos. Sin tener que alejarnos en las fechas citaremos alguno de los recientes acontecimientos que son preocupantes.

Empecemos por la gestión de la DANA en Valencia donde la impecable intervención de las Fuerzas Armadas, como expliqué detalladamente https://generaldavila.com/tag/dana/, llegó tarde y todo da a entender que fueron razones políticas las que retrasaron esta intervención. Algo que suponemos analizado hasta el más mínimo detalle en el obligado juicio crítico que se habrá llevado a cabo en el Estado Mayor de la Defensa, en la independiente UME, con su general al mando directo de la ministra, y en los Ejércitos. De esos análisis y experiencias adquiridas nada sabemos.

Sigamos con el intento de manipulación del discurso del Rey el día de la Pascua Militar, algo dado a conocer desde este blog y que se calló en casi todos los medios por confusas razones a pesar de revestir una gravedad sin precedentes. En la página web de la Casa del Rey aparecía un párrafo en el discurso que nunca fue pronunciado por el Rey. Decía:

«En el calendario de 2025 tenemos también muchas fechas señaladas: en primer lugar, se cumplen cincuenta años de los hechos que dieron paso al proceso de transformación de nuestras Fuerzas Armadas, ya desde los albores de nuestra democracia; un proceso de transformación que empezó tras el fin de la dictadura -una página oscura de nuestra historia común y un tiempo de división de los españoles, hoy felizmente superado- y tras la llegada al trono de mi Padre, el Rey don Juan Carlos. Una metamorfosis que fue vital para el afianzamiento de la democracia en España y en el que la Corona desempeñó un papel esencial».

No es algo inventado o posible sino que figuraba, repito, en la página oficial de la Casa del Rey. ¿Un error? Es posible. Lo seguro es que ese párrafo, que el Rey se negó a pronunciar, no fue redactado por el Cuarto Militar de la Casa de SM ni tampoco en Gabinete alguno de la Casa Real, sino que fue incluido desde Moncloa ¿Vía ministerio de Defensa? A eso se llama injerencia y no respetar lo que dice el artículo 62 de la Constitución: «Corresponde al Rey el mando supremo de las Fuerzas Armadas»

El tercer síntoma de uso indebido de las Fuerzas Armadas es  la ausencia por voluntad gubernamental de los Ejércitos en un día clásico, venturoso e histórico como ninguno para los soldados y el pueblo: el 2 de mayo. Ninguna razón, a no ser política, para fundamentarlo, ya que hay tropas suficientes en Madrid para atender y servir al pueblo en algo que va más allá de lo lúdico.

La emblemática Puerta del Sol símbolo de la independencia, de la soberanía nacional, de la integridad territorial, de la defensa a muerte de la libertad, hombro con hombro, de los españoles contra el invasor, junto a  sus queridas unidades de guarnición en Madrid, se quedará sin las tropas: el pueblo solo y abandonado de sus Ejércitos. Todo un símbolo.

Ya el año pasado hubo malestar entre miembros del Ejecutivo por la participación de la Patrulla Águila del Ejército del Aire y del Espacio y la Patrulla Acrobática de Paracaidismo. Infame postura política y manoseo de los ejércitos.

La política perjudica a los madrileños en este caso. En definitiva a España cuando no se guarda el debido respeto a la soberanía nacional. Quizá no entiendan eso de soberanía y creen los que ejercen la política ser soberanos, sin saber que soberano es el que ejerce o posee la autoridad suprema e independiente. Esa no reside en la Moncloa sino en la calle. Como se vio el 2 de mayo de 1808.

Es necesario rectificar y hacerlo con urgencia. Algo que el ministerio de Defensa no puede sustraer al pueblo de Madrid y que la Cúpula Militar debe disciplinadamente exigir.

Al grito de ¡España está en peligro! proclamaba el alcalde Móstoles:

«No hay fuerza que prevalezca contra quien es leal y valiente, como los españoles lo son».

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

19 marzo 2025

Blog: generaldavila.com

 

PRESUPUESTOS Y MINISTROS DE DEFENSA PARA LA GUERRA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

A todos se les llena la boca de milicia y ardor guerrero cuando entran por la puerta del 109 del Paseo de la Castellana de Madrid, sede del ministerio de Defensa.

No voy a hacer ningún análisis del comportamiento de los titulares del ministerio más fácil del ejecutivo, aunque ganas no me faltan de hablar de aquel del piano o del manchego metido a mal poeta y peor defensor de la Defensa.

No solo la peor pareja, sino que también hubo quien hizo trizas la Legión y jugó con el personal militar reducido a sus leyes. Ya sin remedio.

Lo que quisiera traer a debate es que ninguno, o casi, ahondó en los presupuestos para la Defensa de España, que no son para los ejércitos sino para que los ejércitos defiendan a España, es decir para que todos los españoles vivan en libertad, esa que solo se obtiene desde la seguridad y tranquilidad que marca el artículo 8 de la Constitución; y fíjense que se da la paradoja que es defensa incluso de los que no quieren una España fuerte y unida:

«Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional».

Aquí y allí todos hablan de guerra, pero nadie habla del dinero que hace falta para la guerra. Les dije que uno de los síntomas de fatiga de una guerra es la escasez de munición y la dificultad para reponer un material que requiere mucho tiempo para su fabricación y puesta en marcha. Es decir que dependemos de dos cosas: el presupuesto y una industria capaz de satisfacer las necesidades de la Defensa en tiempo y espacio. Esto es algo que ha pillado desprevenidos a casi todos los ejércitos al creerse que ya no había guerras largas, que todo era cuestión de semanas y que con lo que tenían era suficiente. Algo de lo que alertó el Jefe de Estado Mayor de la Defensa de España en su reciente comparecencia ante la Mesa de Defensa del Congreso de los Diputados: «La industria de Defensa forma una parte fundamental de la Defensa Nacional y tienen las capacidades que tienen. Entonces, aunque haya más dinero, en muchas ocasiones no es posible obtener lo que se quiere porque hay un límite en las cadenas de producción. Por eso yo he dicho que esto a lo largo de estos años debe permitir mejorar la competitividad de nuestra industria; han tenido un periodo de contracción importante durante todos los años en los que prácticamente no ha habido inversión o ha sido escasísima y ahora, evidentemente, no se les puede pedir para mañana que cambien radicalmente esto…».

Tenía que tronar para que nos acordásemos de que las tormentas no avisan y que cuando llegan no es cuestión de lamentarse. «Cuando estalla el trueno es demasiado tarde para taparse los oídos».

De repente todo ha cambiado y nos ha pillado, como vulgarmente se dice, desnudos. Sin traje que nos cubra. Nueva revisión estratégica, nuevo planeamiento de fuerzas, nuevo objetivo de capacidades militares, y todo ello sin quitar el ojo a la guerra de Ucrania.

¿Qué habrá al otro lado de la colina? La eterna duda de la guerra del futuro. ¿Cuántica o mecánica? ¿Fisión o fusión? ¿Qué nos depara el futuro?

Nadie podría imaginar que un Gobierno formado por socialistas y comunistas, apoyados en el pilar del separatismo, iba a subir el presupuesto de Defensa en un 26%. ¿Por qué? Gravedad sin duda ante la incertidumbre y presiones de nuestros aliados, lo que nos demuestra que estamos ante una situación de máxima gravedad. Es notorio que en España ha pasado desapercibida la mayor subida presupuestaria en Defensa de los últimos cien años. Desde luego de nada serviría si esta subida es coyuntural y una vez resuelta la actual coyuntura pasamos a lo de siempre. Porque lo de siempre, señores ministros de Defensa de la historia democrática del Reino de España, es que ninguno de ustedes, ninguno, se tomó en serio esto de la Defensa y creían que era mejor dejarse matar que defenderse, todos, y a esa situación nos han arrastrado.

Ha tenido que llegar doña Margarita Robles al ministerio de Defensa para indicarles el camino. La actual ministra de Defensa a pesar de estar rodeada de emboscadas y campos de minas ha sido capaz de subir el presupuesto de Defensa un 26%. Ese es el dato. Positivo. Tomen nota los mariscales de campo que nunca supieron lo que es ser sacrificado soldado español que todo lo aguanta menos que le hablen alto.

Algunos de los que se subieron al reglamento de honores militares lo hacían a voces. Pero de presupuesto ni para la dignidad del combate diario.

Esperemos que el paso final sea asumir que la Defensa no es algo partidista ni de partido, sino común, indivisible y necesario para la libertad y el bien común. Mientras juguemos con los soldaditos y nos guste más el pódium y mandar generales que el bien común no iremos a ninguna parte. No me canten canciones guerreras y se pongan estrellas en las solapas. Nunca mandarán nada, porque no es esa su misión en las Fuerzas Armadas, sino armarlas de verdad y hacer uso de ellas para lo que están.

Sí: por primera vez tenemos un presupuesto digno, aunque tan tarde que de nada servirá si no se convierte en estructural; con una ley de consenso y que contemple la guerra del futuro que ya está en marcha.

Es necesaria más que nunca una ley de programación y financiación de la Defensa. Por primera vez nos vemos más cerca.

La guerra llama a nuestras puertas. Un futuro incierto está golpeándonos. Todos ustedes deberían saber distinguir al cuco del gavilán, que no son iguales como Plinio creía. Los huevos en nido ajeno.

¿Es que no se dan cuenta?

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez        

Blog: generaldavila.com   

15 diciembre 2022

DIGNIFICAR EL OFICIO DE SOLDADO: ASIGNATURA PENDIENTE Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El oficio de soldado

Dignificar el oficio de soldado. ¿Suena extraño?

Yo comprendo que no sea un tema de interés general. Debería serlo. Los soldados tiene pocos cauces legales para manifestar su precaria situación, pocos altavoces, y tampoco son muchos los oídos dispuestos a escuchar. Ante las distintos comentarios que me llegan debo hacerme eco de la tristeza ante el futuro laboral de estos hombres de honor, valor y servicio callado, eficaces y de absoluta necesidad: los soldados.

El cambio del ejército de reemplazo al profesional se hizo sin pies ni cabeza, de manera precipitada, sin consultar con los que saben: los militares. La frivolidad de la medidas adoptadas, y la precipitación con que se tomaron, hizo que los ejércitos y la Armada (esta de manera más acusada) estuvieran un largo tiempo inoperativos. Demasiado tiempo, el suficiente para desarmarlos, hipotecarlos, e incluso tiempo para vaciar su espíritu. Consecuencias que aún sufrimos. Camino de inventar otra cosa distinta a un Ejército.

La recuperación es lenta y el futuro muy incierto. Se resume o tiene su paradigma en el soldado que a los 45 años se encuentra en la calle sin oficio ni beneficio. El ministerio de Defensa es consciente del problema y se lucha por buscar una solución que sabemos no es fácil. Se está en ello y toman medidas, a todas luces insuficientes, aunque se les facilite el acceso a otros cuerpos y se les forme para reintegrarse en la vida civil. No es suficiente. La inseguridad vive con ellos.

La sociedad española está obligada a buscar una solución. Las hay. ¿Qué son difíciles y que el tema de la edad hace que no puedan permanecer siempre como soldados? Es discutible. Lo hemos explicado por activa y por pasiva y dadas las cifras y datos sobre la cantidad de puestos de trabajo que hay en los ministerios, en concreto el de Defensa, y en algunas unidades donde la edad no es determinante, está claro que existen lugares y procedimientos para ubicarlos. Lo que no parece muy alentador para un hombre de servicio, de servicio de riesgo mal pagado, es que ahora le aplaudan cuando se juega la vida, por ser el primero ante el máximo riesgo y luego tener que mirar a la guardia civil o a la policía, para poder ingresar en ellas y asegurarse el futuro porque en su ejército no tiene sitio. Vamos que le echan. Cualquier empleado público tiene su futuro asegurado; menos los soldados.

Soldados al paro

Es un empleo seguro (laboral) el de guardia civil o el de policía, nacional o municipal, también el de bombero, pero no lo es el de soldado, ni de armas ni de emergencias. El primero el soldado de armas, lo tiene más difícil porque su oficio ha sido empuñar un arma y encuadrase en una unidad para el combate. Futuro desasegurado.

Todavía sigo sin entender como nadie ha dado un paso al frente para solucionar el tema de la profesionalidad combinada con un voluntariado y a la vez devolver a su lugar a aquellas escalas tan necesarias como era la de la Legión que tan excelentes resultados dio.

Algún ministro, muy de la tropa, muy militar él,  se cargó el futuro y las ilusiones y los demás solo asentaron el edificio mal construido, en ruinas. Claro que ahora estamos más por la destrucción de España y con ello la de los del artículo 8, a los que hay que dar otra misión y dedicarlos a las tareas domésticas para después de halagarlos unos años mandarlos a la cola del paro.

Aquí la más principal hazaña es obedecer: ni pedir ni rehusar.

¿Otros lo harán? Muchos pensamos; otros decimos. Nadie hace.

Podría darse el caso, hipotético, digo yo, que España, la del futuro que se ha empezado a construir, no necesite soldados, sino que haya que seguir la teoría del actual presidente del Gobierno y suprimir el ministerio de Defensa para dar paso al de Emergencias. Sí. Estamos muy necesitados. Estamos ante una verdadera emergencia nacional.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

20 octubre 2021

AFGANISTÁN (1) AL ABANDONAR LA POSICIÓN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

A mí esto de Afganistán me recuerda mucho a Annual cien años ha. Con matices como no puede ser de otra manera.

Claro que aquello fue una cosa local y ni la nación España lo recuerda o no quiere recordarlo, aunque algo dicen que preparan para octubre en Melilla. Estaremos pendientes.

Como de Afganistán, dónde nadie sabe cómo ha sido ni quién ha sido. Decir los talibanes es no decir nada.

Ahora tras la humillante derrota, entre las ruinas de la tragedia, se buscan héroes que levanten la moral de los derrotados, que somos todos.

De donde venimos ni a donde vamos. No hay respuesta.

¡Qué bien lo hemos hecho! Se atreven a decir las retaguardias que acuden con meliflua sonrisa a recibir a aquellos que no saben por qué fueron ni por qué se vienen deprisa y con vergüenza. ¿Qué hemos hecho mal?

Desde su hogar la rabia corroe sus pensamientos sin entender nada de lo que sucede. Sin explicaciones recogió su fusil, una munición ya inservible, sus cuatro cosas que le señalaban como soldado, hasta que dejó de serlo según su código de honor: nunca abandonar a un hombre en el campo hasta perecer todos. Mañana tendrá que acudir a la burocracia cuartelera a emitir informes y experiencias que de nada valdrán, pero rellenarán los vacíos cascos del despacho.

Hay que tapar la cobardía de los que emiten órdenes muy elaboradas y con todos los riesgos calculados. Ellos los conocen y ocultan. Siempre me llamó la atención que cuando comenzaban unas maniobras con los anglosajones, de sus aviones siempre descargaban unos féretros calculados estadísticamente, en un frío cálculo, para las posibles muertes en los ejercicios. No fallaba la cruel estadística, Quiero decir que la inteligencia (debe ser artificial) da mucho de sí en estos conflictos y nada se deja al azar. La cobardía no puntúa ni se deja ver en las arengas.

¿Qué decir ahora del valor y del honor? Silencio memorable. Los cobardes han callado y han puesto en grave riesgo las vidas de los valientes. Han muerto y ellos, cobardes, viven mejor y a salvo. Solo han dado una orden: abandonar la posición. Queda vendida la vida, el honor y el valor. Calderilla de tropa.

Estados Unidos de América dijo: me voy. ¿Nadie se dio cuenta? El resto dijo: ¿Qué hacer? Confusión. Que fea es la frase y peor la actitud: maricón el último.

Ni héroes ni villanos. Un caos de responsabilidades, unas órdenes inciertas y malvadas. Han dejado a las tropas en un cobarde abandono. No hay otra. ¿Quién dará cuenta de las muertes? El deshonor no se tapa con dinero ni con arengas al sentimiento de los inocentes. Los que mueven los hilos de Biden —dudo que él sepa nada— sabrán qué delito han cometido.

¿En ningún momento el CNI ha sabido algo? No pagamos este servicio para que nunca responda nada ni ante nadie.

Ahora se buscan héroes mientras asistimos al espectáculo de la ¿repatriación? Esa palabra no es aplicable a un soldado. Él sabe cuál.

El espectáculo de Torrejón es equivalente al bochorno de Kabul. En ambas partes se evitan en lo posible los uniformes. Está a la vista.

Todos los gobiernos quieren pasar página y borrar las imágenes lo antes posible. Pero saben que esto solo ha sido el comienzo. Habrá mucha muerte.

Europa se queda cada día más sola y desamparada. La OTAN avergüenza. Sin mando, sin acción ni reacción, juega a justificar su elevado presupuesto en la frontera con Rusia. ¿A qué jugamos?

Más nos vale estar preparados.

La debilidad se paga y cuesta vidas y hacienda. El próximo empujón puede ser fatal, hasta que lleve a quién menos se espera a bañarse en las costas atlánticas mientras la OTAN le pone la sombrilla y le sirve Coca Cola con hielo y limón.

La puerta está abierta y los soldados en retirada. Los héroes ahora los buscan en el ciberespacio y en la inteligencia. Por eso no nos hemos enterado de nada.

«¡Non fuyáis, gente cobarde, gente cautiva, atended que no por culpa mía, sino de mi caballo, estoy aquí tendido!».

Dice la Inteligencia que aún estamos a tiempo. Puede que la culpa sea del caballo y nos quede el recurso de siempre: echar la culpa al otro.

Sin duda que aquí alguien sobra y no es el ministerio de Defensa.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

2 septiembre 2021

ÁBALOS MINISTRO DE DEFENSA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Hablar que hablen. Siempre lo hizo radio macuto: «Emisora inexistente de donde parten los rumores y los bulos». En la milicia siempre ocurría exactamente lo contrario de lo que radio macuto emitía. De ahí su valor una vez que se sabía interpretar.

—Vas a ascender, decía el macutazo; era la señal del adiós.

Esta vez no se sabe muy bien el origen.

—Dicen que van a nombrar a Ábalos ministro de Defensa.

—¿Quién es ese? Preguntaba el Cabo de guardia. —Que se identifique.

—No; si no quiere entrar, solo que le nombren.

—Bueno para eso no hace falta acreditación. Asegura el Cabo.

—Aquí todos se nombran, pero de la puerta para dentro ninguno. Jamás he visto a un ministro.

El cabo se sabe de carrerilla los nombres de todos los ministros de Defensa. Incluso el de Bono que también tiene una Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco que nunca devolvió y dicen que dijo que la devolvía. Irak siempre perseguirá a algunos.

El oficial de guardia es de Cádiz y me cuenta que en su tierra hay una anécdota de don José María Pemán —que se cuentan a miles— siempre con el don delante, en la que el académico se mostraba más de jamón que de langostinos.

El langostino era una cosa que iba para jamón y, pues eso, que se quedó en langostino, decía don José María.

Lo que pasa en el ministerio de Defensa es parecido: que se va para, pero no, y se queda alguno en langostino, congelado. Pieza cotizada antaño en los vinos militares. Conocí a uno, que le faltaba un brazo y con una mano era el más rápido a la hora de pelarlos. Esto pasa: que no tienes el brazo militar, pero disparas a ráfagas, lo mismo te da en Afganistán que en el aeropuerto, zona exclusiva. Puede que eso sea mérito para saltarse el control y llegar a ministro de Defensa. Pelar langostinos en la oscuridad, sin control o, mejor, con el control bajo control.

Para que se hagan una idea, en cierta ocasión no muy lejana, fui al ministerio de Defensa y en la entrada (ahí no hay cabo de guardia ni soldados) me identifiqué con el carnet militar; el funcionario de turno me espetó.

—Eso no sirve de nada. Enséñeme su carnet de identidad.

He roto el carnet de retirado que acreditaba que fui soldado. Puedo ser ministro de Defensa —no pierdo la esperanza—, pero soldado ya nunca más (en estas condiciones). Hay que estar acreditado de verdad para que te dejen pasar a ciertas zonas oscuras de la Defensa, y luego tinta de calamar, que en los ejércitos llamamos humos de ocultación.

Esto de Ábalos puede ser que sea sin querer serlo. Como aquel «sin querer queriendo» de Chespirito. Todo un curso o concurso sobre la elección del enemigo.

No es una fake que dicen ahora. Pude ser un bulo, un infundio, falacia, incluso filfa, pero ser no es y es que ningún ministro lo es, de Defensa, sino de la defensa, propia, del partido, y si alguno se aproxima a cotas más elevadas o intangibles, de lo que la milicia está llena, lo defenestran.

¡Hasta ahí podríamos llegar!

—¿Quién es ese? Preguntaba el Cabo de guardia. —Que se identifique.

Nunca lo hará ningún ministro. Para eso está en y el CNI.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

1 julio 2021

 

 

LA EXTREMA DERECHA EN LOS EJÉRCITOS General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El Congreso, los señores diputados, andan muy preocupados con la extrema derecha y los militares. En mi larga vida militar nunca he conocido a nadie de extrema derecha y sí muchos rojos, más «coloraos» que el capote de Cagancho. A alguno, reconocible, lo mismo le daba la banda derecha que la izquierda, que lo único que le interesaba era estar en la alineación y que de él se hablase.

Si estrechamos un poco el cerco, puede que haya conocido a diestros, algún siniestro, y zurdos ya les he dicho. El último zurdo por todos conocido dio la espantada cuando legalmente no podía (legalmente) hacerlo y ha llegado a viceportador de cartera.

Reconozco que la banda derecha siempre fue mi favorita, porque yo era muy rápido con el balón en los pies. Admirador de Joseíto que era un extremo derecho del Real Madrid que jugaba con el número 7 a la espalda. Recuerdo que mi madre me cosía ese número en la camiseta blanca que  todos los años me traían los Reyes Magos junto a unas botas con tacos de cuero. No sé si eso me hace sospechoso y me invalida para ejercer como militar y como político. De lo segundo me invalido solo y de lo primero quizá sea esa la razón de haber llegado a general, pero sin pasarse, de División y ¡Uy!, que vigilarme, se lo he contado, ya me ocurrió. ¿Por lo del Madrid, por lo de Joseíto o por lo de Real? Todavía no lo tengo claro.

En fin, estas cosas de las bandas extremas, que ahora llaman carrileros para no emponzoñar tan loable lugar, no le interesan a nadie a no ser que entren en el campo gravitatorio del Código Penal Militar o de la Ley de Derechos y Deberes Militares (¿o era de deberes sin derechos?).

Cada uno es muy libre de elegir a sus amigos, incluso a sus compañeros, y no digamos las ideas. Claro que eso de elegir ideas propias es cosa de la libertad, algo que ahora está amenazado por las hordas que persiguen que sea posible decir lo que no se puede decir.

El Congreso ha aprobado crear una comisión para investigar «sobre la presencia de la extrema derecha en las Fuerzas Armadas y las eventuales intromisiones, injerencias e influencia de la misma, por medio de la jerarquía militar, en los poderes Ejecutivo y Legislativo».

El escándalo es mayúsculo, pero la noticia pasa desapercibida. Estamos de lleno en una dictadura de la izquierda en la que no se permite pensar, ni reunirse, ni preguntar sin ser espiado y controlado. Da miedo.

Las conspiraciones existen, pregunten y vayan a Roma. El rufián que quería vender una mula que cojeaba de la mano derecha, golpeaba de manera certera en la izquierda y la mula se enderezaba el tiempo suficiente para que el comprador picase. Se llamaba la venta a golpe de la izquierda, como ahora. Luego las quejas, ya se sabe, a la Unión Europea o a la ONU, donde la banda derecha no existe y solo hay carrileros de izquierda. Es el mundo éste tan divertido de los diablillos de la izquierda.

Pues ya está formado el equipo. Las Fuerzas Armadas penetradas hasta el corvejón por la extrema derecha, el Legislativo cañoneado por la artillería y el Ejecutivo Umenizado por el Estado Mayor de la Defensa. No sabemos si el Centro Criptográfico, el Nacional de Inteligencia y el Faro de Alejandría habrán sido afectados por la penetración, incluso que se hayan vacunado antes de tiempo; contra la ola lateral derecha. El ministerio de Defensa se encuentra aturdido y solo está tranquila la ministra que cada vez insiste más: ¿Qué hago yo aquí entre tanto tanto?

Todo muy democrático, pero a mí me preocupa mi pasado de extremo derecho de mi equipo de fútbol y no ser zurdo. Y aquel amigo que tuve rojillo y buena persona, que uno ya no se fía.

Ahora que lo pienso tampoco he vivido en pisos del lado izquierdo, pero en cambio las fracturas de huesos que a lo largo de mi vida he tenido siempre han sido por la izquierda: pierna, brazo, dedos. La cabeza bien, gracias.

Creo que soy un infiltrado y hasta ahora no me había dado cuenta. Pido disculpas y espero llegar a tiempo antes de que la Caballería enemiga me cerque y envíe a la gran hoguera que purificará mi memoria mientras arden en las plazas mis archivos, documentos, y los libros pecaminosos, contaminados por la verdad.

Maleducados, mentirosos, groseros, incluso algún traidor, aunque para eso hace falta inteligencia, haylos entre los poderes. Juez y parte también. Ordeno y mando mucho. ¿Infiltrados?

Luego dicen que lo del 23F fue de extrema derecha. Si es que no nos fijamos y no preguntan a quien sabe.

A esta Comisión de investigación del Congreso, muy de derechas ella, les señalaría a quienes deben preguntar, pero vistos mis antecedentes no me atrevo. Si señalo en la dirección correcta, esa a la que no quieren mirar, estoy perdido.

¡Mira que no haberme dado cuenta hasta ahora que corría la banda derecha como Joseíto!

Un humo de venganza aturdirá las mentes embriagadas por el poder y la risotada de las algaradas callejeras, sin límite, solo hasta que sus almas reconozcan el paraíso de tierras ennegrecidas y yertas al que aspiran.

Añado: Me avisan de fuentes siempre mal informadas que la orden del Reglamento de Orden Cerrado «derecha mar» va a ser suprimida y a partir de un Real Decreto se dirá: «podemos más». La de «izquierda mar» seguirá como está y la de «media vuelta mar» será suprimido por la Ley de Memoria Histórica, no vaya a ser que volvamos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

4 marzo 2021

 

SI SOY MINISTRO DE DEFENSA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Puede que me nombren ministro de Defensa en una de estas legislaturas, lo veo venir, pero ya anticipo, no sé si hago bien, que diré no; por eso de que las armas las carga el diablo. Ya una vez me quedé a las puertas, de la Moncloa, esperando a que el negocio terminase. El precio no era el ajustado y me devolvieron a casa cuando aún no estaba todo decidido, pero se veía venir lo que ha venido. Enseguida me di cuenta por la forma de mirarme y el augurio de las urracas volando por los plátanos del Palacio. Tu aquí sobras; y me fui antes de que me echasen. Aunque ahora me siento como que me han echado.

Las medallas, como nadie las quiere, las acabo de poner a la venta, y el sable también ya que solo me da sablazos con el IBI y con el IVA. Ya me voy retirando porque nadie se baña dos veces en el mismo río; creo que lo decía Heráclito. Que también decía algo así como que la guerra a unos engrandece y a otros hace esclavos. Engrandece a los humildes y esclaviza a los soberbios, de ideología, y a mí eso de las ideas férreas que esclavizan, junto a las armas, no me parece bien, es un dúo peligroso, así que no pienso vender ni un cartucho.

Si llego a ser ministro, porque a ver, ahora así en frío y sin posibilidades digo que no, pero quien te dice que llegado el momento te enseñen la nómina, te presenten al conductor, al coche, la escolta, el ordenador y el móvil, ves que nada tienes que hacer, sino dar unas órdenes, que ni siquiera tienes que terminar la frase, porque en cuanto vas a hacerlo ya te la han terminado y ejecutado. Además te dicen que una vez nombrado a ver quién te echa que sería un escándalo, y ahí te quedas una buena temporada sin hacer nada; lo que es mejor para el contribuyente; y claro, que uno no es de piedra.

En cualquier caso y puesto a pensar lo primero que yo haría es vender el edificio del ministerio de Defensa, con el piano incluido, Vitruvio también (ahí es nada: arquitecto de Julio César) y Cibeles, que con la diosa Cibeles está Mar y Tierra, a un lado y a otro de la Castellana, y ¡que vaya edificios! Como los vean los okupas, esos dirigidos y conocidos, los okupan con sus ataques que disparan ideologías imparables, y otras cosas con las que han rellenado hasta uniformes. El edificio del Aire, en Moncloa, por donde antaño estuvo la Cárcel Modelo, que fue modelo de dar paseos, también lo vendería.

Me construiría un Pentágono tipo Trump y lo defendería de ideologías con fuegos artificiales y relatos cortos, de esos que impactan como el ¡No pasarán!, que no hay quien a ello se resista.

Una vez construido mandaría a formar al Ministerio para preguntar uno a uno ¿Usted qué hace?, ¿y usted?, así hasta vaciarlo y quedarme solo con un auténtico pelotón de soldados. No hace falta más. Pocos, pero buenos.

Pero estoy pensando que hay una cosa aún más importante para que acepte ser ministro de Defensa. Tengo que saber cuál es mi misión y hacérselo saber al pelotón. Entonces habrá que recurrir a la Ley, porque de otros no me fío que, como dicen los del pelotón, te la meten doblada en cuanto pueden. Leo Ley, y dice que el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

Entonces está claro. Tendré que mirar a mi alrededor antes de aceptar, porque si soy ministro de Defensa gracias a que me apoyan unos que dicen que no a la independencia de España, que quieren romper con España y con su forma de Estado, y que eso de la integridad territorial con ellos no va, que ellos no tienen Rey, otros que dicen que los terroristas de la ETA son gente de paz y cosas así, y con infiltrados de los ya conocidos de antaño, minadores del Alcázar llamado España, pues no voy a poder ser ministro de Defensa. Con esos compañeros de Gobierno tendría que comprar y montar un armamento ideológico que yo creo que mi pelotón no aceptaría y además el presupuesto no da para eso.

No me queda otra. Heráclito tenía razón; me bañé en otro río. Yo no puedo ser ministro de Defensa y por ahora me limitaré a escribirlo. Más adelante veré si cargo las armas con ideología y presento batalla.

Las armas las carga el diablo, pero con munición letal: ideología.

Está claro. No puedo ser ministro de Defensa. Mejor mandar el pelotón.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

21 octubre 2020

DÍA DE LA FIESTA NACIONAL DE ESPAÑA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

 

Todos los años, llegada esta fecha, surge el interrogante sobre su finalidad y sentido ya que nadie se preocupa de explicar y fomentar el espíritu que encierra esta celebración. ¿Qué celebramos? ¿Por qué el 12 de octubre es el Día de la Fiesta Nacional? ¿Qué significado tiene esta fecha para España y los españoles? ¿Por qué hay un desfile militar? ¿Es el Día de las Fuerzas Armadas?

En 1978 se estableció el día de las Fuerzas Armadas, coincidente con la festividad de San Fernando, celebrándose cada año con especial énfasis en una Capitanía General. El año 1987 se extendió la celebración simultáneamente a todo el territorio nacional, quedando configurado el día de las Fuerzas Armadas como una jornada de encuentro y comunicación entre los ciudadanos civiles y militares.

Al aprobar las Cortes Generales en 1987 una ley que establecía el 12 de octubre “Día de la Fiesta Nacional”, se decretó en1997 que se trasladasen a este día los actos más significativos que se venían desarrollando anualmente el Día de las Fuerzas Armadas (sin suprimirlo), al considerar que tal medida contribuiría notablemente a realzar la conmemoración de la Fiesta Nacional y a la plena integración de todos los elementos históricos y culturales que conforman la Nación española. Esa es la razón por la que se celebra un desfile militar el 12 de octubre, que nada tiene que ver con el día de las Fuerzas Armadas.

A lo largo de la historia de España, la Fiesta Nacional del 12 de octubre se ha conmemorado con distintos nombres: “Fiesta Nacional” en 1892, “Fiesta de la Raza” en 1918, “Día de la Hispanidad” en 1958 y “Día de la Fiesta Nacional de España y de la Hispanidad” en 1981 y, por fin, “Día de la Fiesta Nacional” en 1987.

La ley actual dice:

“La conmemoración de la Fiesta Nacional, práctica común en el mundo actual, tiene como finalidad recordar solemnemente momentos de la historia colectiva que forman parte del patrimonio histórico, cultural y social común, asumido como tal por la gran mayoría de los ciudadanos.

Sin menoscabo de la indiscutible complejidad que implica el pasado de una nación tan diversa como la española, ha de procurarse que el hecho histórico que se celebre represente uno de los momentos más relevantes para la convivencia política, el acervo cultural y la afirmación misma de la identidad estatal y la singularidad nacional de ese pueblo”.

La simple lectura del texto legal es suficiente para sonrojar a todos los que irresponsablemente nos han llevado al lugar de incertidumbre en el que nos encontramos. Algo que resulta práctica común en cualquier nación aquí, entre la confusión conceptual y la meliflua actitud de los responsables de cumplir y hacer cumplir la ley, nos encontramos ante la España de la incertidumbre. No tenemos la certidumbre de estar en un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular al ponerse en duda la misma Nación española y por tanto, la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes.

12 de octubre 2020. Celebramos el día de la Fiesta Nacional. ¡Quién lo diría! La participación queda reducida a la Corona y a las Fuerzas Armadas. Pura anécdota. Que si confinamiento, que si no. Recorte a las libertades: «…una injerencia de los poderes públicos en los derechos fundamentales de los ciudadanos sin habilitación legal». Eso ha dicho la Justicia sobre las medidas de un Gobierno que camina a la deriva.

Día de la Fiesta Nacional de España. Ninguna Institución del Estado, al margen de la Corona, cooperan en realzar esta fecha. Nada, ni declaraciones institucionales, conferencias, jornadas de recíproco conocimiento. De España como Nación, nada. Para todo ello da igual la pandemia o no. Para hablar de España no hace falta mascarilla ni limitaciones a las libertades. Como no se limita hablar contra España y su unidad.

¿Dónde están los políticos, profesores y colegios, universidades, embajadas, autonomías, medios de comunicación, Reales Academias, el Instituto Cervantes o la Marca España ¿Cómo celebran esta festividad? ¿Fiesta Nacional? Mucho queda por hacer; todo queda por hacer.

Recoges lo que siembras. Si siembras vientos recoges tempestades. Tenemos lo que nos merecemos aunque España y los españoles no se merezcan lo que tienen. ¿O sí?

Una nación “discutida y discutible” (con uno), centraba su fiesta nacional en “el coñazo del desfile” (con el otro), mientras los soldados se quedan sin su “A España servir hasta morir” por capricho de un mal ministro de Defensa. Lucha entre presidentes autonómicos para ver quién hace más sonora su renuncia a este día de la Fiesta Nacional de España. El Parlamento y el Senado, cerrados. La soberanía nacional desperdigada. Crisis de unidad y sentimientos. Profunda crisis de valores alrededor del día de la Fiesta Nacional de España. El valor de España tasado en marca comercial. Una tarea académica, política y de carácter inclusivo. Planteamientos exclusivamente económicos. De España como Nación, nada, mientras la soberbia o la inconsciencia de un pequeño grupo de hombres, se atreven, por sí y ante sí, a romper la unidad de España.

Sobra el Ministerio de Defensa, sobran los soldados, sobra el desfile militar, sobra la defensa. ¿Y la Fiesta Nacional?

El 12 de octubre, serán las Fuerzas Armadas la única institución que, junto a la Corona, celebren el día de la Nación española. Poquito, pero al menos lo celebrarán. ¿Sobramos?

La gran mayoría sentimos y amamos a España con enorme fuerza y valentía. No debemos dejarnos dominar por el pesimismo sino por la esperanza que da la fuerza que tenemos, desde la unidad. Es la conmemoración del día en que España como Nación surgía en el mundo; y así seguirá siendo pese a quien pese.

Fiesta Nacional de España, Día de la Virgen del Pilar Patrona de la Hispanidad.

Nuestra identidad, nuestro futuro, está en la unidad, en nuestra fuerza como pueblo, como españoles. Gritemos sin miedo ¡Viva España!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

12 octubre 2020. Día de la Fiesta Nacional de España

 

Himno Nacional   http://youtu.be/pkeSGGZ6LP0

Las Corsarias         http://youtu.be/k7JdPIStVDw

OTAN. OCASIÓN PERDIDA. LA MINISTRA DE DEFENSA ESTÁ A OTRAS COSAS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Acaba de ser elegido el nuevo Chairman del Comité Militar de la Alianza Atlántica para los próximos años, el Almirante Rob Bauer de la Armada holandesa. ¿A nadie le interesa? Busquen las noticias. Creo que ni en las páginas web de Defensa, EMAD, o de los ejércitos lo encontrarán.

Aquí la ministra trata de vender unos ejércitos ficticios, que deben irse adaptando a los nuevos modos y maneras gubernamentales que fijan prioridades a nuestros soldados como el rastreo y los incendios o nevadas. Con la que está cayendo no es de extrañar.

El cargo de presidente del Comité Militar de la OTAN pueden imaginarse ustedes la importancia internacional que tiene y el prestigio que supondría para España que lo ostentase un oficial general español. Es la máxima autoridad militar de la OTAN y principal asesor del Secretario General. Se nombra para tres años y es elegido por los Jefes de Estado Mayor de la Defensa de las naciones miembros.

Nunca un español ha ocupado ese puesto, aunque parezca extraño, pero la errática política militar española y algunas retiradas a destiempo y dejando en comprometida situación a nuestros aliados, son detalles que no pasan desapercibidos cuando lo que está en juego es la Defensa, algo que no admite componendas políticas. Lo intentó, <<estaba hecho>> decían, el general Félix Sanz Roldán con Zapatero. Había, insistían, muchas posibilidades, casi todas, tantas que no pasó ni la primera votación. Fue en el año 2007 y estaban muy reciente cosas como la retirada de Irak, de difícil olvido. Aquí no se andan con bromas ni abandonos.

Se acabó. No ha habido nuevo intento.

María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa, se ocupó del tema y estaba previsto que el General Fernando Alejandre, nuestro Jefe de Estado Mayor de la Defensa, fuese el primer español en ocupar tan trascendente puesto. El prestigio del general Alejandre hacía que la elección estuviese fuera de duda y entre los CHOD,s (Jefes de Defensa) se tenía muy claro que el general español ocuparía ese puesto. Tan es así que puedo decirles que el día de la elección flotaba en el ambiente el recuerdo al general Alejandre y la extrañeza por no haber sido candidato; claro que saben más y mejor que nosotros lo que aquí se defiende.

El recuerdo más patente ha sido el del Almirante Rob Bauer, el elegido, y lo sé sin que nadie me lo diga.

Otra oportunidad perdida de la que nadie se hará eco. Tampoco esos que picotean en lo militar para comer maíz o trigo, eso sí siempre para buscar el lado negativo. ¿No lo tiene esta noticia? ¿No tiene unos responsables de este ministerio de Defensa perdido en labores que nos llevan al último lugar internacional en lo militar? No dirán un palabra.

En nuestro ministerio de Defensa: por sus acciones y presupuestos los conoceréis.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte  es una alianza donde se habla de Defensa y también de ataque, y se forman y reúnen para estar prontos para entrar en combate por encima de cualquier otra cosa. Que esa es la milicia y no otra cosa.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

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11 octubre 2020

ARCHIVOS MILITARES, INVESTIGACIÓN Y SECRETOS Rafael Dávila Álvarez

Pocas o ninguna facilidad. Y se lo dice quien es del gremio y ahora se dedica a las tareas de investigación. El verano pasado pedí unos documentos a cierto Archivo Intermedio Militar y alguien (militar por supuesto) me contestó ¡Uy! Tendrá que esperar más de un mes, porque me voy de vacaciones. Así fue. Nadie; todos de ¡¡¡de vacaciones!!! A la vuelta (dos meses de espera) conseguí la documentación, evidentemente previo pago de su importe, (fotocopias, según lo oficialmente estipulado, muy caras para ser un servicio público).

Más tarde, recientemente, he acudido a otro Archivo Militar, más importante, en búsqueda de documentación algo más sensible, pero histórica, quiero decir que nada como para hacer que tiemblen los cimientos del Estado. Cómo ha sido la petición no es necesario explicarlo: siguiendo el rígido protocolo que exigen, con lógica, estos centros custodios de la historia militar, es decir de España.

Después de cierto tiempo, más del esperado, creo que sin aparente razón, la respuesta ha sido: <<Secreto de Estado>>, es decir, en román paladino, que no tengo acceso a ellos y que están bajo la protección de la Ley de Secretos Oficiales, que por cierto debe ser de las pocas <<leyes democráticas (Ley de abril de 1968)>> que no se modifican porque a nadie le interesa. No hay un tiempo para desclasificar sino que se hace a gusto del gobernante de turno. Las campañas de El Gran Capitán puede que estén protegidas por ese <<secreto de Estado>>.

¿A ningún partido le interesa desclasificar los asuntos del pasado? Les aseguro que hay algunos que jamás saldrán a la luz y que la hoguera de la Inquisición ya ha pasado por ellos. Espero tener la oportunidad de demostrárselo en algún momento.

En fin, resulta que no me doy por vencido y comienzo una búsqueda metódica y casi policial por internet rastreando esos papeles. Pues sí:¡los encuentro! Ahí están. ¡Qué razón tenía mi maestro de niño!: <<Solo tenéis que aprender a saber buscar>>.

En todo este proceso me entero del rígido control que ha establecido el ministerio de Defensa sobre los Archivos Militares –especialmente en algunos-, quién y quiénes piden información y sobre qué temas, como si quisieran saber el nombre de cada ratón que se alimenta de sus papeles o temiesen que alguna verdad, poco agradable para alguno, saliese al aire. He pensado, pero esto de manera infundada, que la Ley de Memoria Histórica está detrás.

Como sigo la norma ora et labora he insistido y recalcitrante acudo a otro Archivo Intermedio para un tema menor. Afectado por el Covid. Cierra las puertas hasta para informar.

Siento contar todas estas cosas, pero algo me llega de la existencia de un cierto temor a los Archivos, y cuando eso ocurre no indica nada bueno.

Estoy aún pendiente de más peticiones a otros archivos militares. Con esto de la pandemia nadie parece haber caído en el parón investigador.

Desconozco en qué situación se encuentra el proceso de digitalización de los Archivos Militares, como se desconoce casi todo lo militar que cae en manos de la Subsecretaría de Defensa o cosa así. Es un tema de urgencia al que no debe ponérsele trabas administrativas. Cada vez estoy más convencido de las trabas ideológicas.

Quien teme a la historia no es digno de formar parte de ella. Quien teme a la verdad es que no es digno de ella.

Rígido control sobre los papeles. La historia la escribe y reescribe quien gobierna.

Mal futuro tiene una democracia que esconde su pasado, lo oculta y, lo que es más grave, lo cambia a gusto del consumidor con vistas a su relato y los resultados de las urnas. Llego a la conclusión de que en la reciente historia hay mucho que  esconder por una y otra parte.

Nos quieren colar la ampliación de una ley inquisitorial continuación de la ya aprobada, con indecencia y alevosía, con lo que este servidor de ustedes pasará a ser quemado en la hoguera.

Mientras eso llega, que será temprano, al amanecer, lo que busco aparecerá. Se trata de saber buscar, insistía mi buen maestro de escuela. Tenía razón. Les iré dando cuenta de lo que busco y encuentro.

Pronto empezarán las ejecuciones en la Plaza Mayor. Autos de fe. Seguiré impertérrito, buscando papeles y cuando llegue la hora dirán: «Tiene más orgullo que don Rodrigo en la horca»

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 julio 2020 ¡Viva San Fermín!

¿CÓMO AFECTARÁ EL CORONAVIRUS AL CENTENARIO DE LA LEGIÓN? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La pregunta se la hacían recientemente al Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME) que además fue Jefe de la Legión.

La respuesta fue clara, concreta y concisa (demasiado):

–Sigue en pie. Vamos a seguir cancelando las actividades programadas para antes del verano y, si la situación vuelve a la calma, esperamos reanudar las actividades previstas en septiembre para celebrar el centenario de esta unidad.

Otra de las preguntas de interés recibió el laconismo de la incertidumbre.

–¿Recibirá La Legión la «Laureada de San Fernando», la mayor condecoración militar nacional?

–Pues la verdad es que no lo sé. El expediente se depositó en el Ministerio de Defensa hace cinco años y ya es un tema que está en el nivel de la decisión política. A mí no me corresponde opinar ni decidir sobre este aspecto.

Es decir que lo del coronavirus se ha contagiado al Centenario, que nadie sabe como ha sido ni será.

Vamos a ver mi querido general. La decisión política mucho tendrá que ver, porque sin duda lo tiene en todo. Aún recuerdo como fue la concesión de la Laureada al Regimiento de Caballería Alcántara porque lo viví muy de cerca. Seré lacónico yo también.

Estaba encima de la mesa, en discusión, la Laureada Colectiva al Regimiento de Caballería Alcántara por su acción heroica en la retirada de Annual (1921). Estaba el parecer positivo de tu homólogo de entonces; estaba el informe preceptivo y positivo de la Real y Militar Asamblea de la Orden de San Fernando y de su Soberano Su Majestad el Rey. Se mandó la propuesta al ministerio de Defensa, a la ministra, del Partido Socialista, y dijo: ¡No! Con rotundidad. Había un Asesor Jurídico General en Defensa cuyo informe era el alegato para el no, por una ley que prohibía abrir expedientes de laureadas, que nada tenía que ver con el caso, y que él mismo opinó lo contrario cuando se concedió.

Entonces se buscó el procedimiento de la espera. Tuvo que cambiar el Gobierno y el titular de Defensa para que se dijese: ¡Sí!

Fue una de las primeras propuestas que se hizo al ministro de Defensa del Partido Popular. El impulso Real fue decisivo. Se concedió.

Meter a los héroes en rencores y luchas ideológicas está muy feo. Y al final todo se sabe.

Por eso, mi querido general, estoy de acuerdo, y mi lacónica historia lo corrobora, que la Laureada a la Legión ya es un tema que está en el nivel de la decisión política. Tienes razón. En lo que no estoy en absoluto de acuerdo es en que no te <<corresponde opinar ni decidir sobre este aspecto>>. Opinar es evidente que te corresponde ya que de ti ha salido la propuesta y debes impulsarla con tu opinión; decidir no te corresponderá, pero insistir y saber por dónde van los tiros creo que es un deber. ¿Qué no los quieres contar? Quiero pensar que lo sabes, pero la natural prudencia te hace mantener silencio. Estoy seguro que está concedida y que será una sorpresa. Más bien diría un obligado reconocimiento a cien años de historia al servicio de España regando con su sangre la Bandera: la más gloriosa.

Nada de favores, sino cumplimiento de un deber años olvidado. Estas cosas no deberían ser una decisión política partidista sino consensuada.

¿Del Centenario? Pues nos quedamos como estábamos. Sin saber nada, algo normal en una España en la que nadie sabe nada. Casi nadie.

¿Por qué tantos silencios? ¿Un exceso de prudencia no es la mayor de las imprudencias? Ni la menor duda.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

24 mayo 2020

LA MINISTRA DE DEFENSA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Aquí se viene llorado de casa. Se gestiona, bien, sin politizar, y a otra cosa. Los premios y las condecoraciones son para los soldados (¿lo recuerda señor Bono?). Manifestaciones de respeto y nada más. Reciprocidad.

No nos conocemos. Me gustaría entrevistar a la ministra de Defensa. ¿Se dejaría? El reto lo lanzo y como sé que me leen por esas alturas, aunque no se confiesen, pues a ver si hay suerte.

Por sus obras los conoceréis. De entrada alguien que acepta sentarse en un Gobierno que pacta con comunistas de la Corte de Maduro, separatistas, personajes procedentes de los terroristas de la ETA y se sitúa a la cabeza  de las Fuerzas Armadas no me inspira ninguna confianza. A los soldados tampoco -No sé al radiotelegrafista, que todo hay que explicarlo: me refiero a Balboa-.  La misma que me inspiraba aquel ministro que se envolvía en la bandera de España y abrazaba a los obispos.

Recuerdo una audiencia, él en plan relumbrón, algo normal en el personaje, con generales en grupo, sin tiempo para individualizar, cuando le sonó el móvil y saltó su graciosa soberbia. Estas fueron sus disculpas (preparadas):

-¡Uy! ¡Perdón! Me ha ocurrido como al Arzobispo de Toledo. Hace unos días mientras decía misa le sonó el móvil. Como éramos muy pocos (ceremonia privada, ¡faltaría más!), íntimos, le dije, -¡Cójalo, señor Arzobispo, no vaya a ser Dios!

Debió esperar la sonrisa de los generales a la gracieta ministril, pero allí nadie rompió su hierática mirada. Olvidemos al personaje que sigue en todas las salsas; o sus peones. Algún día hablaremos de <<los generales de Bono>>.

Este ministerio de Defensa, el más cómodo de todos, es una puerta abierta a la vanidad y a descubrir la unidad de España. Desde el primer <<¡Capitán mande firmes!>>, que enseñó el discípulo a la maestra, todo son facilidades y respetuoso primer tiempo del saludo.

Todos los ministros (y los aspirantes) llevan dentro, los de un extremo y el otro, algo que parece congénito, piensan mucho en eso de cuadrarse. Alguno sabe lo que digo o quiero decir. Cuando escalan hasta el poder nada les gusta más que un saludo militar. ¡Cuádrese! ¿Usted no sabe quién soy yo? Algo que solo ellos dicen, no es un término usado en lo militar por innecesario. Así fue la entrada de Azaña en el ministerio de la Guerra. En ese aspecto lo mismo da una banda o la otra. Es obsesivo. Lo de las estrellas o entorchados en la bocamanga… ¿Se han preguntado por qué solo en el Ejército de Tierra las divisas no se llevan en la bocamanga sino en los hombros?

Recordémoslo: <<¡Cuádrese! Soy el ministro de la Guerra. Era de noche y en la oscuridad de las bujías, aprovechando las sombras, Azaña pone firmes al oficial de guardia del palacio de Buenavista, sede del ministerio de la Guerra. El general Ruiz Fornell le da posesión del cargo>>. Azaña acababa de cumplir un sueño infantil. A esas horas el niño Manuel sueña con su juguete: ¡Soldados! Pronto abrirá la cajita y sacará a sus soldaditos de plomo para organizar su peculiar ejército.

Yo sé de alguno que puesto a elegir entre ministro de Defensa o presidente del Gobierno se quedaría con ministro de Defensa. O como Azaña: las dos cosas. No viene al caso.

Lo que sí es el caso, es que este ministerio de la Defensa se ha movido siempre entre la ideología y la economía, lo que ha definido su trayectoria y que a la mera inspección de la figura se comprende. El resultado ha sido leyes y mas leyes al arbitrio del partidismo; y pobreza, mucha pobreza.

El ministerio de Defensa da bandazos con peligrosas inclinaciones a uno y otro lado, lo que acaba mareando a la tripulación y puede hacer zozobrar la nave. Las Fuerzas Armadas económicamente están en la ruina y su misión tampoco queda bien definida.

La ministra de Defensa actual no acabo de entender si lo es, o se lo hace, como dicen en la capital.

Sus constantes gestos de apoyo y reconocimiento, su equilibrado comparecer, sus justas palabras, su huida de jardines ajenos e incluso su acusada distancia del presidente de su Gobierno, son motivos que dan que pensar. ¿Es o se lo hace? Lo que está claro es que de su equipo sabemos que hay quién se hace pasar por, sin serlo. ¿Y ella?

La prueba del algodón se aproxima: Presupuestos.

Me parece que seguiremos llorando. ¿Con ella? ¿Era el poli bueno?

Me gustaría entrevistar a la ministra de Defensa. Espero su llamada y hablamos. Interesa su opinión. ¿Me recibe señora ministra? Si está muy ocupada puedo mandarle un cuestionario. Sería muy interesante para todos.

La primera pregunta ya se la hago desde aquí. ¿Se siente cómoda en un Gobierno con comunistas bolivarianos, apoyado por separatistas y ramas del tronco del árbol de la ETA? ¿Cómo explicaría eso a sus tropas cuya misión es garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional?

Todas mis preguntas irían por esa línea tan elemental y sencilla.

<<No vaya a ser verdad aquel refrán de que cuando el diablo no sabe qué hacer, con el rabo mata moscas>>. En Defensa, mosca que se mueve… Todas muertas. Hay muchos tipos de mosca. Yo tengo una detrás de la oreja. Podemos aclararlo.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

18 mayo 2020