
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, momentos antes de recibir en el Palacio de la Moncloa al presidente de Ucrania. (Reuters)
Cuando se habla de manera abusiva de democracia, todo envuelto en esa palabra incierta, conviene sospechar de las razones porque nadie hay que más oculte que el que exhibe los hechos contrarios a los que comete. Suele ser cosa de los que tiran, no la primera piedra, adoquines de cantero.
Se recurre a la Constitución con vehemencia. Se interpreta a la vez que se viola en cada interpretación. Para ocultar los hechos y seguir caminando se nombra un tribunal, que no lo es, y se reparten sus miembros por ideologías de manera que no hay una Constitución, sino varias y variopintas a gusto del que manda. Es una forma de esconder el próximo movimiento <<democrático>> que se nos avecina.
La calle se moviliza tras la bandera de juez y horca, se divide a los jueces, se les convierte en influencer que van preparando el juego, se reparte a la sociedad entre buenos y malos, se predica la mala educación, la agresividad, rayana a la violencia, es la habitual forma de expresarse los ministros, el Parlamento se convierte en un lodazal de insultos y malos modos, esta es España, la democracia que nos divide y enfrenta al dictado de un atajo de groseros y maleducados que han encontrado el chollo de ser de un partido y hacer uso de la agresividad que llevaban contenida. No era vocación política, era la forma de poder faltar al de enfrente y devolverle sus desacuerdos con el único argumento de hablar más fuerte, más alto y confundiendo palabra con onomatopeya no precisamente de ruiseñor.
Todos saben (con perdón a todos) que esta situación no es nueva, es historia, pero pasada por el tamiz de la ley ya es otra historia. La oficial e impuesta.
El golpe de Estado, violento por cierto, lo dieron los socialistas en 1931, con Azaña, Largo Caballero y demás secuaces y ¡qué cosas! apoyados por el Director General de la Guardia Civil, general Sanjurjo. Inauguraba los golpes de Estado como modalidad única y cátedra española del engaño recubierto del paño de la democracia Typical Spanish.
Somos muy amigos de darnos normas para luego interpretarlas. Abres un libro de leyes y lo que dice es lo contrario a lo que se hace o sentencia. La excelencia no es conocer la Ley sino saber interpretarla. En esas estábamos y estamos.
<<Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano>> y entre el 11 y el 13 de mayo de 1931 ardía el dogma. Las Cortes declaraban culpable de alta traición al Rey Alfonso XIII, por eso, por ser rey sin más ideología que la unidad de España: un traidor.
Lo que traían aquellos engañapatrias no era república ni nada parecido, ni normas ni leyes, era un robo del Estado y hacerse con la llave de las prisiones para abrirlas y cambiar de inquilinos: los delincuentes a partir de aquello eran la Iglesia, los militares, los jueces, la Ley, las normas, la educación, el dinero de los otros, en definitiva el gran enemigo era la prosperidad de una España unida y trabajadora. Esos a la cárcel y ellos con las llaves.
Aquella historia ha sido borrada por la ley, para continuarla en cuanto hubiese la más mínima oportunidad, y los escribanos anotan en tablillas de lodo el nuevo nombre de este lugar antes llamado España donde un atajo de nombres sin ley han sentado sus reales.
Por ahora el camino está sin terminar, pero en ello están. Nadie sabe el nombre de quien por la espalda mete la mano al títere que predica desde el púlpito de la mala palabra que ensombrece el siempre soleado solar patrio y que vende las parcelas a precio de traición.
Su dinastía es joven, napoleónica no, camaleónica, y aún nos esperan disgustos armados de pólvora que dispararán amparados en el inolvidable: <<No pasarán>>.
La Moncloa es solo el nido. El socialismo auténtico quita y pone según el IBEX 35 que siempre se ha apoyado en tres pilares, hoy los mismos que ayer: una tecnológica, la conocida mediática y ahora se incorpora otro gran negocio, una conocida empresa de armamento. Los nombres de ellos y de las empresas los ponen ustedes ya que son harto conocidos (incluso lo del armamento). De inocencia también se muere.
Habrá que ver en los próximos años en qué queda esta dinastía del demócrata. Nunca sabremos quien está detrás. Si no hay nadie es que el resto no nos merecemos otra cosa. Por eso es que estamos como estamos.
Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
13 mayo 2024























